Residuos toxicos peligrosos

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Capítulo 6. Residuos tóxicos y peligrosos. 1 Residuos tóxicos y peligrosos. La actividad humana, en sus múltiples facetas, conlleva, en muchos casos, la generación de una serie de subproductos o residuos potencialmente peligrosos para el hombre y el medio ambiente. En particular, la actividad industrial ha supuesto la utilización de gran cantidad de sustancias químicas diferentes, que han creado enormes avances tecnológicos cuyos beneficios han repercutido sobre toda la sociedad. Sin estos productos la calidad de vida de la que disfrutan muchos ciudadanos sería impensable. Por ello, los sistemas de gestión de las sustancias y preparados químicos, incorporados a los procesos productivos, han sido convenientemente estudiados y desarrollados; se han establecido metodologías precisas y normativas especificas sobre identificación, transporte, almacenamiento y manipulación de estos productos a todos los niveles. Sin embargo, a pesar de todos estos avances y logros conseguidos, todos los procesos industriales generan también una serie de subproductos no deseados, que se convierten en un verdadero problema al que hay que dar solución. Aparecen así, los llamados residuos industriales, suponiendo a veces cantidades tan importantes y complicadas de manejar, que generan en las empresas verdaderos quebraderos de cabeza a sus gestores. Los residuos pueden ser tratados desde dos ópticas diferentes: por su potencial peligrosidad para los trabajadores, que puedan estar en contacto con ellos (objetivo de la prevención de riesgos laborales) y por su posible repercusión sobre el medio ambiente en caso de ser eliminados sin ser previamente inertizados (objetivo de la gestión medioambiental). Un residuo industrial es aquel que genera la actividad industrial de forma directa o indirecta y del que no puede obtener ningún tipo de beneficio económico ni aprovecharlo en su proceso productivo. De igual forma, podríamos definir un residuo tóxico y peligroso como cualquier materia o producto industrial que tenga la propiedad de constituir un riesgo para la salud de las personas o para el medio ambiente. Este riesgo potencial de estos residuos se pueden materializar en: •

Peligro de provocar incendios y/ o explosiones.

Peligro de deteriorar la salud de las personas.

Peligro de ataque corrosivo e irritante.

Peligro para el medio ambiente y los ecosistemas naturales.

También, e incluidas en la normativa aplicable a los temas referentes a residuos industriales, la Ley 10/1998, de 21 de abril de Residuos (si desea ver su contenido, la tiene disponible en el apartado BIBLIOTECA), recoge las siguientes definiciones: RESIDUO: cualquier sustancia u objeto perteneciente a alguna de las categorías que figuran en el anejo de esta ley, del cual su poseedor se desprenda o del que tenga la intención u obligación de desprenderse. ⇒ Categorías de residuos: 1


Q1 Residuos de producción o de consumo no especificados a continuación. Q2 Productos que no respondan a las normas. Q3 Productos caducados. Q4 Materias que se hayan vertido por accidente, que se hayan perdido o que hayan sufrido cualquier otro incidente, con inclusión del material, del equipo, etc... que se haya contaminado a causa del incidente en cuestión. Q5 Materias contaminantes o ensuciadas, a causa de actividades voluntarias (por ejemplo, residuos de operaciones de limpieza, materiales de embalaje, contenedores, etc...). Q6 Elementos inutilizados (por ejemplo, baterías fuera de uso, catalizadores gastados, etc...). Q7 Sustancias que hayan pasado a ser inutilizables (por ejemplo, ácidos contaminados, disolventes contaminados, sales de temple agotadas, etc...). Q8 Residuos de procesos industriales (por ejemplo, escorias, posos de destilación, etc...). Q9 Residuos de procesos anticontaminación (por ejemplo, barros de lavado de gas, polvo de filtros de aire, filtros gastados, etc...). Q10 Residuos de mecanización/ acabado (por ejemplo, virutas de torneado o fresado, etc...). Q11 Residuos, de extracción y preparación de materias primas (por ejemplo, residuos de explotación minera o petrolera, etc...). Q12 Materia contaminada (por ejemplo, aceite contaminado con PCB, etc...). Q13 Toda materia, sustancia o producto cuya utilización esté prohibida por la ley. Q14 Productos, que no son de utilidad que ya no tienen utilidad para el poseedor (por ejemplo, artículos desechados por la agricultura, los hogares, las oficinas, los almacenes, los talleres, etc...). Q15 Materias, sustancias o productos contaminados procedentes de actividades de regeneración de suelos. Q16 Toda sustancia, materia o producto que no esté incluido en las categorías anteriores. RESIDUOS PELIGROSOS: aquellos que figuran en la lista de residuos peligrosos, aprobada en el Real Decreto 952/1997 (si desea ver su contenido, lo tiene disponible en el apartado BIBLIOTECA), así como los recipientes y envases que los hayan contenido. Los que hayan sido calificados como peligrosos por la normativa comunitaria, y los que pueda aprobar el Gobierno, de conformidad con lo establecido en la normativa europea o en convenios internacionales de los que España forme parte. La Unión Europea define el residuo tóxico o peligroso, como cualquier residuo contenido o contaminado por sustancias o materiales de tal naturaleza, listados en la tabla que se incluye a continuación, en cantidades y concentraciones que constituyen un riesgo para la salud o el medio ambiente. La lista es incompleta, pero contiene las sustancias más importantes. Cada país constituyente de la U.E. ha hecho una interpretación diferente de la definición de residuo tóxico y peligroso en su legislación nacional.

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2 Residuos industriales. Un criterio para clasificar los residuos puede ser en función de su procedencia, es decir, los originados según la actividad realizada. Así tenemos residuos: industriales, hospitalarios, urbanos, de actividades mineras, forestales, agrícolas, ganaderas, etc..., cada uno de los cuales con sus posibles subdivisiones. En este sentido, se clasifican a continuación los residuos provenientes de la actividad industrial, por ser el tema a desarrollar en esta unidad didáctica. De esta forma, se pueden subdividir los residuos industriales en los tipos siguientes, atendiendo a sus posibles tratamientos: ⇒ Residuos industriales inertes: aquellos subproductos de la actividad industrial que no suponen una agresión para el medio ambiente, siendo en algunos casos reutilizables. Un ejemplo lo tenemos en el vidrio. El vidrio recogido en los contenedores dispuestos al efecto en la mayoría de nuestras ciudades, es reutilizado para convertirse en vidrio nuevo, y en cuanto al gasto energético, se ahorra la energía necesaria para extraer, transportar y elaborar la materia prima. También se ahorra en el horno, ya que la aportación de calor necesaria para su fusión es menor que en el caso de la materia prima. ⇒ Residuos industriales asimilables a urbanos. Bajo esta denominación, se agrupan los de características similares a los residuos sólidos urbanos y susceptibles por tanto del mismo tratamiento. Los residuos urbanos o municipales (Ley 10/1998), son los generados en los domicilios particulares, comercios, oficinas y servicios, así como todos aquellos que no tengan la calificación de peligrosos y que por su naturaleza o composición, puedan asimilarse a los producidos en los anteriores lugares o actividades. 3


Tendrán también la consideración de residuos urbanos los siguientes:

Residuos procedentes de la limpieza de vías públicas, zonas verdes, áreas recreativas y playas.

Animales domésticos muertos, así como muebles, enseres y vehículos abandonados.

Residuos y escombros procedentes de obras menores de construcción y reparación domiciliaria.

La competencia en materia de residuos sólidos urbanos, corresponde a los Ayuntamientos, siendo éstos, bien por sí mismos o a través de empresas concertadas, los que realizan la recogida y disposición final en vertederos controlados. ⇒ Residuos industriales tóxicos y peligrosos. Son el objeto de nuestro estudio, abarcando a los residuos industriales que representan una agresión para el medio ambiente o para el hombre. Este tipo de residuos requiere tratamientos especiales para destoxificarlos, reciclarlos o eliminarlos según los casos. La forma de actuar frente a ellos, debe estar fijada en una norma, donde se establezca de manera clara los pasos a seguir por la industria productora del residuo. Atendiendo a los diferentes listados de sustancias tóxicas y peligrosas, se pueden clasificar los residuos atendiendo a sus características físicas y químicas. Así, se obtienen grandes grupos de sustancias como las que a continuación se indican: ⇒ Compuestos de metales pesados. De origen variado, principalmente, provienen de la industria química donde los metales se emplean como catalizadores. ⇒ Acidos y álcalis. Empleados en la industria de transformados metálicos, también en baños de decapados y desengrasado. ⇒ Residuos cianurados. Las sales cianuradas se utilizan en la industria de electrodepresión para mantener los iones zinc, cadmio y otros metales en solución. ⇒ Residuos con cromo hexavalente. Resultante en los procesos de tratamiento superficiales de metales, en los que se emplea el ácido crómico y el dicromato. ⇒ Residuos de aceites y grasas. Los aceites empleados en la industria son de origen mineral. En este grupo cabe destacar las emulsiones. ⇒ Productos farmacéuticos. Refiriéndose fundamentalmente a los medicamentos caducados. ⇒ Compuestos orgánicos no halogenados. Los de mayor toxicidad proceden de la industria de componentes eléctricos y de contrachapado de madera. Los derivados de la industria del caucho. ⇒ Compuestos orgánicos halogenados. Destacan, los empleados como desengrasantes tri y percloroetileno. Por su elevada toxicidad, debemos citar los PCB (bifenilos policlorados), empleados en los transformadores. ⇒ Otros. Se incluyen aquí los que, dadas sus características no encuadran en los grupos anteriores. Ejemplo: amianto. 4


Una vez indicadas algunas de las posibles clasificaciones atendiendo a diferentes criterios, se describen a continuación las categorías o tipos genéricos de residuos tóxicos y peligrosos, según el Real Decreto 952/1997, donde se hace referencia de forma clara a estados diferentes de la materia: líquida, sólida o de lodos. TIPOS GENÉRICOS DE RESIDUOS TÓXICOS O PELIGROSOS. Categorías o tipos genéricos de residuos tóxicos o peligrosos, presentados en forma líquida, sólida o de lodos, clasificados según su naturaleza o la actividad que los genere. 1. Sustancias anatómicas: residuos hospitalarios u otros residuos clínicos. 2. Productos farmacéuticos, medicamentos, productos veterinarios. 3. Conservantes de la madera. 4. Biocidas y productos fitofarmacéuticos. 5. Residuos de productos utilizados como disolventes. 6. Sustancias orgánicas halogenadas, no utilizadas como disolventes, excluidas las materias polimerizadas inertes. 7. Sales de temple cianuradas. 8. Aceites y sustancias oleosas minerales (lodos de corte, etc.). 9. Mezclas aceite/ agua, o hidrocarburo/ agua, emulsiones. 10. Sustancias que contengan PCB y/ o PCT (dieléctricas, etc...) 11. Materias alquitranadas procedentes de operaciones de refinado, destilación o pirólisis, (sedimentos de destilación, etc...) 12. Tintas, colorantes, pigmentos, pinturas, lacas, barnices. 13. Resinas, látex, plastificantes, colas. 14. Sustancias químicas no identificadas y/ o nuevas de efectos desconocidos en el hombre y/ o el medio ambiente que procedan de actividades de investigación y desarrollo, o de actividades de enseñanza (residuos de laboratorios, etc...) 15. Productos pirotécnicos y otros materiales explosivos. 16. Sustancias químicas y productos de tratamiento utilizados en fotografía. 17. Todos los materiales contaminados por un producto de la familia de los dibenzofuranos policlorados. 18. Todos los materiales contaminados por un producto de la familia de las benzo-para-dioxinas policloradas. 19. Jabones, materias grasas, ceras de origen animal o vegetal. 20. Sustancias orgánicas no halogenadas, no empleadas como disolvente. 21. Sustancias inorgánicas, que no contengan metales o compuestos de metales. 5


22. Escorias y/ o cenizas. 23. Tierra, arcillas o arenas incluyendo lodos de dragado. 24. Sales de temple no cianuradas. 25. Partículas o polvos no metálicos. 26. Catalizadores usados. 27. Líquidos o lodos, que contengan metales o compuestos metálicos. 28. Residuos de tratamiento de descontaminación (polvos de cámaras de filtros de bolsas, etc...), excepto los mencionados en los puntos 29, 30 y 33. 29. Lodos de lavados de gases. 30. Lodos de instalaciones de purificación de agua. 31. Residuos de descarbonatación. 32. Residuos de columnas intercambiadoras de iones. 33. Lodos de depuración, no tratados o no utilizables en la agricultura. 34. Residuos de la limpieza de cisternas y/ o equipos. 35. Equipos contaminados. 36. Recipientes contaminados (envases, bombonas de gas, etc...), que hayan contenido uno, o varios de los constituyentes mencionados en la tabla 4. 37. Baterías y pilas eléctricas. 38. Aceites vegetales. 39. Objetos procedentes de recogidas selectivas de basuras domésticas y que presenten cualesquiera de las características mencionadas en la tabla 5. 40. Cualquier otro residuo, que contenga uno cualesquiera de los constituyentes enumerados en la tabla 4 y presente cualesquiera de las características que se enuncian en la tabla 5.

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La cantidad y tipología de los residuos que pueden generar la actividad humana es tan grande, que su reducción e inertización, se está convirtiendo en uno de los objetivos prioritarios de casi todos los Gobiernos. Los métodos para reducir, recoger, almacenar, tratar, reciclar, eliminar e inertizar estos residuos, constituyen lo que se denomina sistema integral de gestión de residuos. A partir de ahora, vamos a abordar exclusivamente la forma de gestionar los residuos industriales tóxicos y peligrosos.

3 Gestión de los residuos tóxicos y peligrosos. Se entiende por gestión de los residuos tóxicos y peligrosos, al conjunto de actividades encaminadas a dar a estos materiales y productos no deseados, el destino final más adecuado según sus características, con el menor coste posible y eliminando cualquier posible efecto adverso sobre el ser humano o el medio ambiente natural. Puede comprender multitud de operaciones tales, como la reducción de generación de residuos en origen, su identificación, envasado, recogida, almacenamiento, recuperación, eliminación, reciclado, etc., dependiendo del tipo de residuo que estemos considerando.

3.1

Reducción de la producción de residuos en su origen.

Siguiendo la filosofía marcada por la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, lo ideal sería evitar el riesgo atacándolo en su origen. Lógicamente, si no se generasen residuos, su peligrosidad desaparecería de forma radical. Reducción de la producción de residuos en su origen:

Diseñar de forma correcta las actividades industriales desde su fase inicial de proyecto, para evitar o reducir al máximo la posibilidad de producir residuos (optimización de procesos, elección adecuada de materias primas, establecimiento de un programa de gestión de residuos integrado en la producción, etc.).

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Elegir, si el proceso productivo lo permite, aquellas materias primas, que vayan a ocasionar menor cantidad de residuos y de menor peligrosidad.

Optimizar adecuadamente los procesos industriales, para, obteniendo altos rendimientos productivos, minimizar la generación de residuos.

Diseñar y operar instalaciones en unas condiciones tales que se evite la posibilidad de producir fugas y derrames continuos de productos.

Planificar adecuados sistemas de mantenimiento preventivo de las instalaciones y equipos, que reduzcan la posibilidad de averías, fugas, roturas, etc..

Formar a los trabajadores, con métodos de trabajo tendentes, no sólo a no generar residuos sino a reducirlos drásticamente, acabando con hábitos incorrectos que provocan la producción de residuos.

No cabe duda, que si estas medidas se aplican de forma sistemática en las empresas, el volumen final de los residuos que se van a generar se reducirá considerablemente.

3.2

Envasado, etiquetado e identificación de residuos.

Los residuos tóxicos y peligrosos que no han podido ser eliminados en la fase anterior deben ser sometidos a un primer paso, consistente en su envasado, etiquetado y correcta identificación para facilitar tratamientos posteriores. ⇒ Envasado: los productores, además de cumplir las normas técnicas vigentes relativas al envasado de productos que afecten a los residuos tóxicos y peligrosos, deberán observar las siguientes normas de seguridad:

Los envases y sus cierres, estarán concebidos y realizados de forma que se evite cualquier pérdida de contenido y construidos con materiales, no susceptibles de ser atacados por el contenido, ni de formar con éste combinaciones peligrosas.

Los envases y sus cierres, serán sólidos y resistentes, para responder con seguridad a las manipulaciones necesarias y se mantendrán en buenas condiciones, sin defectos estructurales y sin fugas aparentes.

Los recipientes destinados a envasar residuos tóxicos y peligrosos que se encuentren en estado de gas comprimido, licuado o disuelto a presión, cumplirán la legislación vigente en la materia.

El envasado y almacenamiento de los residuos tóxicos y peligrosos se hará de forma que se evite generación de calor, explosiones, igniciones, formación de sustancias tóxicas o cualquier efecto que aumente su peligrosidad o dificulte su gestión.

⇒ Etiquetado. Los recipientes o envases que contengan este tipo de residuos, deberán estar etiquetados de forma clara, legible e indeleble, y al menos en la lengua oficial del Estado. En la etiqueta deberá figurar: a) El código de identificación de residuos (ver punto siguiente). b) Nombre, dirección y teléfono del titular de los residuos. 8


c) Fecha de envasado. d) Naturaleza de los riesgos que presentan los residuos. Para ello, deberán fijarse los pictogramas y las indicaciones de peligro que aparecen último punto del capítulo. Cuando se asigne a un residuo envasado, más de un indicador de riesgo, se tendrán en cuenta los criterios siguientes: ∗

La obligación de poner el indicador de RESIDUO TOXICO, hace facultativa la inclusión de los indicadores de NOCIVO y CORROSIVO.

La obligación de poner el indicador de RESIDUO EXPLOSIVO hace facultativa la inclusión de los indicadores de INFLAMABLE y COMBURENTE.

La etiqueta, debe ser firmemente fijada sobre el envase, debiendo ser anuladas, si fuera necesario, indicaciones o etiquetas anteriores, de forma que no induzcan a error o desconocimiento del origen y contenido del envase, en ninguna operación posterior del residuo.

El tamaño de la etiqueta debe tener como mínimo las dimensiones de 10x10 cm.

⇒ Identificación. Para poder identificar los residuos, la normativa ha establecido un sistema codificado, que permite reconocer sus características de forma sistematizada. Consiste en dotarles de un CODIGO DE IDENTIFICACION DE RESIDUOS, que, interpretado en su conjunto, nos proporciona la forma de caracterizar e identificar los residuos y que facilitan el control de los mismos, desde que son producidos hasta su destino final.

La interpretación de estos códigos, aparece en la Tabla siguiente:

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Como ejemplo ilustrativo, si observásemos en un almacenamiento de residuos un recipiente con el código

y consultando las Tablas del Reglamento sobre residuos tóxicos y peligrosos, podríamos concluir que este residuo tiene las siguientes características:

Resumiendo este ejemplo, nuestro residuo sería un ácido proveniente de una fundición de metales ferrosos, utilizados para fabricar tubos de acero, que ha de ser destinado a su regeneración, mediante neutralización alcalina. De forma análoga, se trataría el problema de asignar un código de identificación a un residuo que nosotros generemos. Por ejemplo, tenemos un residuo en forma de lodo, que procede del lavado de gases de una acería, que han de ser desecados antes de ser vertidos en un depósito de seguridad. Recurriendo a las Tablas del Reglamento de Residuos Tóxicos y Peligrosos: 10


Su código de identificación sería

Por su importancia, recomendamos la consulta de las Tablas que fijan esta codificación y que se encuentran en el Anexo 1 del Reglamento de Residuos Tóxicos y Peligrosos, a aquellas personas con responsabilidades en el tema.

3.3

Almacenamiento y recogida de residuos.

⇒ ALMACENAMIENTO. Una vez envasados, etiquetados e identificados los residuos conforme a lo comentado en el apartado anterior, se procederá a su recogida y almacenamiento en las máximas condiciones de seguridad posibles. Para ello, el personal encargado de estas tareas deberá estar perfectamente formado en los riesgos que asume en su manipulación, y estará dotado, de los equipos de protección individual adecuados a esos riesgos potenciales (gafas, guantes, botas, ropa especial, filtros respiratorios, etc.). El material se almacenará en recipientes apropiados, según sea sólido, líquido o gaseoso. En cualquier caso, el contenedor no será susceptible de ataque por parte del residuo almacenado. Si se quieren almacenar distintos desechos conjuntamente, se investigarán las propiedades físicas y químicas de estos por separado y la compatibilidad de la mezcla. Se tendrá que evitar juntar aquellos que reaccionen entre sí de forma violenta, aumentando el riesgo de explosión y/ o incendio. No se mezclarán los desechos si el producto resultante es más tóxico y peligroso que los primeros por separado. En este punto, la empresa productora del residuo tiene dos alternativas de almacenamiento:

Almacenarlo de forma provisional, hasta que el gestor de residuos se haga cargo de ellos.

Almacenarlo de forma provisional, a la espera de que ella misma realice las operaciones de tratamiento posterior (reciclado, tratamiento físico o químico, traslado a depósitos de seguridad, etc.).

En ambos casos, las condiciones de almacenamiento, cumplirán las normas técnicas y legales establecidas en el Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos y sus Instrucciones Técnicas Complementarias de desarrollo, en función del tipo de peligros que presente el residuo. Estos requisitos se comentan en el capítulo de almacenamiento de productos químicos. 11


La normativa solamente añade dos matices:

Los productores de residuos dispondrán de zonas específicas de almacenamiento de este tipo de residuos en sus propias instalaciones (siempre que estén debidamente autorizadas) o puede cederlos a una entidad gestora para su almacenamiento.

El tiempo de almacenamiento de los residuos tóxicos y peligrosos, por parte de los productores no podrá exceder de seis meses, salvo autorización expresa de la Autoridad medio ambiental competente.

⇒ RECOGIDA DE RESIDUOS. Si la empresa elige la opción de recurrir a un GESTOR DE RESIDUOS, para su recogida, transporte y tratamiento deberá asegurarse de que aquél cumpla con los requisitos que marca el Reglamento de Residuos Tóxicos y Peligrosos. A modo de resumen de este punto de la normativa, el GESTOR DE RESIDUOS deberá:

Suscribir un seguro de Responsabilidad Civil que cubra el riesgo de indemnización por los posibles daños causados por la gestión de los residuos para los que está autorizado.

Solicitar la correspondiente autorización a la autoridad ambiental competente de la zona donde vaya a actuar.

Presentar un estudio detallado sobre la tecnología aplicable a las instalaciones, su funcionamiento, sus procesos de tratamiento o eliminación, dotación de personal y material, medios de control y corrección de posibles averías o accidentes, etc. Este estudio deberá constar de los siguientes documentos: 1. Proyecto técnico, (Memoria descriptiva, planos, relación de prescripciones técnicas y presupuestos). 2. Proyecto de Explotación: consta de 2 documentos

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Métodos técnicos de explotación.

-

Personal disponible.

3. Estudio de Impacto Ambiental.

-

Presentar una FIANZA, en cuantía suficiente para responder del cumplimiento de sus obligaciones frente a la Administración y que se derivan de su funcionamiento como gestor de residuos.

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Al actuar como GESTOR DE RESIDUOS frente a una empresa productora, deberá suscribir los siguientes documentos básicos:

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Documento de ACEPTACION: formalizado en el momento de la entrega de los residuos por el productor. Con este documento el gestor se convierte en el titular de los residuos a partir de ese momento.

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-

Documento de CONTROL Y SEGUIMIENTO: en él constarán los datos más significativos del productor, otros gestores intervinientes, los transportistas, así como los datos técnicos del residuo gestionado.

-

Llevar un REGISTRO comprensivo de todas las operaciones en las que intervenga y en el que figuren los datos esenciales, y todos aquellos Documentos suscritos en el proceso de gestión del residuo.

-

Presentar una MEMORIA ANUAL de actividades ante el órgano competente de la Comunidad Autónoma en donde se resuman las cantidades y características de los residuos gestionados, su procedencia, los tratamientos efectuados, su destino final, etc.

3.4

Transporte.

El transporte de los residuos, desde el lugar de producción hasta el de tratamiento o eliminación podrá, realizarse por la empresa productora o gestora (si tiene la pertinente autorización para ello), o bien, a través de un transportista autorizado. El Reglamento de Residuos Tóxicos y Peligrosos regula las condiciones en que debe hacerse este traslado: Condiciones en la que debe hacerse el traslado de residuos (según el Reglamento de Residuos Tóxicos y Peligrosos) ∗

Ningún productor o gestor podrá entregar residuos tóxicos y peligrosos sin estar en posesión del documento de aceptación del GESTOR destinatario.

El productor o gestor de residuos que se proponga ceder residuos para su traslado deberá remitir con al menos 10 días de antelación a la fecha de su envío una notificación de traslado a las Autoridades competentes que se vean afectadas por el mismo, aportándoles los siguientes datos:

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Nombre y razón social del destinatario y del transportista.

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Medio de transporte e itinerario previsto.

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Cantidades, características y código de identificación de los residuos.

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Fecha o fechas de los envíos.

Durante el traslado no se podrá efectuar ningún tipo de manipulación en los residuos.

El expedidor y transportista, intervendrán en la formalización del Documento de CONTROL Y SEGUIMIENTO, exigido por la normativa.

El transporte de los residuos tóxicos y peligrosos deberá respetar en todo momento la normativa existente sobre transporte de mercancías peligrosas del medio utilizado para el traslado. En concreto deberá cumplir:

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Reglamento del Transporte de mercancías peligrosas por carretera (TPC).

-

Reglamento del Transporte de mercancías peligrosas por ferrocarril (TPF) .

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3.5

-

Reglamento del Transporte marítimo de mercancías peligrosas (IMO).

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Reglamento del Transporte aéreo de mercancías peligrosas (IATA).

Tratamiento.

Los procesos de tratamiento de residuos tóxicos y peligrosos son aquellas operaciones, que hay que realizar sobre los residuos para inertizarlos física, química y/ o biológicamente, de manera que puedan posteriormente ser reutilizados, reciclados, incinerados, vertidos directamente al suelo, a los acuíferos o a la atmósfera, o confinados en depósitos de seguridad. Estos tratamientos se clasifican en tres grandes grupos según la metodología utilizada:

A- TRATAMIENTOS DE TIPO FÍSICO. Estos tratamientos, aprovechan algunas propiedades físicas de los residuos para conseguir la separación de sus componentes o la separación del residuo en fases. Los procesos de tratamiento físico suelen ser utilizados como, pasos previos de pretratamiento, para posteriores tratamientos químicos y/o biológicos más severos, o como tratamientos complementarios a éstos. Entre los más importantes destacamos: ⇒

Filtración. La filtración es un procedimiento físico que trata de separar los sólidos suspendidos en un fluido líquido haciéndolo pasar a través de un determinado sistema de retención. Los medios de retención pueden ser muy variados: rejillas metálicas o filtros de celulosa (filtración estándar), capas granulares (filtración granular), sometido a vacío (filtración al vacío), aplicando presión (filtración a presión), mediante el paso por una banda prensora (filtración a banda), etc.

Ultra filtración. Es un proceso selectivo de filtración, que separa los materiales sólidos de alto peso molecular (entre 500 y 1.500), y los materiales coloidales presentes en los líquidos, haciendo pasar el fluido a través de una membrana semipermeable a baja presión.

Flotación. La flotación es un proceso de separación por gravedad, en el que se utilizan burbujas de aire que se unen a los sólidos suspendidos o a aceites orgánicos, disminuyendo su densidad efectiva y favoreciendo de este modo su separación por gravedad.

Sedimentación. Es un procedimiento ampliamente utilizado como método de tratamiento de residuos, para la eliminación de sólidos suspendidos sedimentables, aceite, grasas y otros materiales más pesados o más ligeros que el fluido transportador (generalmente agua o disolventes orgánicos).

Centrifugación. Es un proceso físico, que utiliza fuerzas centrífugas, creadas por equipos especiales, y que logra separar con altos rendimientos, componentes inmiscibles de los residuos, aprovechando sus diferentes densidades.

Evaporación. Consiste en vaporizar la parte líquida de un residuo, que se encuentra en forma de solución líquida, lechada o lodo, mediante la aplicación de una fuente de energía. Este proceso es práctico, cuando alguno de sus componentes es mínimamente volátil. 14


Destilación. La destilación es un proceso físico, en el que se vaporizan uno o más componentes volátiles de las soluciones líquidas; según su punto de ebullición, los diferentes componentes de un residuo se van separando en distintos condensados, quedando los componentes no volátiles en forma de residuo sólido no vaporizable.

Arrastre. Existen dos variedades según el vehículo de arrastre utilizado: ∗

Arrastre por vapor: elimina los gases y los componentes orgánicos volátiles de un líquido, generalmente aguas residuales diluidas.

Arrastre por aire: utiliza la fuerza del aire para eliminar componentes no deseados de una determinada fase líquida. Este proceso es ideal para residuos peligrosos que contengan compuestos orgánicos volátiles y ligeramente solubles en agua.

Adsorción. Existen dos métodos según el adsorbente utilizado: ∗

Adsorción en carbón: es una tecnología de separación, usada para eliminar y/o recuperar compuestos orgánicos disueltos en soluciones acuosas.

Adsorción en resinas: es un método muy generalizado y consiste, en la adsorción de sustancias orgánicas de un residuo acuoso al hacerlo pasar por una resina sintética situada en un lecho fijo.

Extracción con disolventes. Es un proceso en el que una sustancia disuelta o absorbida de un residuo, es transferida de una fase líquida o sólida a un disolvente capaz de poder disolver esa sustancia. Su efectividad dependerá del coeficiente de reparto líquido-líquido o sólido-líquido, según sean las fases en cuestión.

Osmosis inversa. Se utiliza para separar agua de sales orgánicas e inorgánicas de peso molecular relativamente alto. Se emplea presión para forzar el paso selectivo de ciertos componentes de la solución de un residuo a través de una membrana semipermeable, no dejando pasar por ella a otros sólidos disueltos. Con ello se consigue la separación selectiva de determinados componentes.

B- TRATAMIENTOS DE TIPO QUÍMICO. Determinados procesos y sustancias químicas pueden ser aprovechadas para alterar las características químicas de los residuos y transformarlos en otros productos con propiedades físico-químicas diferentes que no sean agresivas para el hombre, ni el medio ambiente. Entre los métodos químicos de tratamiento de residuos destacamos: ⇒

Neutralización. La neutralización es un procedimiento químico consistente en contrarrestar el efecto ácido o alcalino de un residuo, añadiendo cantidades adecuadas de sustancias básicas o ácidas, respectivamente. Si la estequiometría de la reacción es correcta, se puede llegar a conseguir pH neutros, (normalmente entre 6 y 9). Las bases comúnmente usadas en estos procesos son la cal viva, el hidróxido cálcico, la sosa caústica y el hidróxido amónico, y los ácidos más utilizados el sulfúrico, el clorhídrico y el nítrico.

Precipitación química. Es un proceso físico-químico en el cual determinados contaminantes presentes en los residuos que se encuentran en solución son transformados en sólidos insolubles que

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son eliminados posteriormente de la fase líquida, por sedimentación o filtración. La precipitación química implica 3 etapas esenciales: 1) ajuste del pH a un punto óptimo para la precipitación 2) adición de un precipitante químico y 3) floculación. La aplicación más común de esta técnica, es la eliminación de metales pesados tóxicos, (arsénico, cadmio, cromo, cobre, plomo, mercurio, níquel y Zinc) de residuos peligrosos en fase acuosa. ⇒

Oxidación química. La oxidación química es un proceso que oxida iones o compuestos de los residuos peligrosos para hacerlos inocuos o más susceptibles de sufrir posteriores procesos de eliminación o reciclado. Este método se suele usar para tratar contaminantes peligrosos orgánicos e inorgánicos en solución acuosa; un ejemplo típico es el tratamiento de cianuro de residuos procedentes de galvanoplastia.

Reducción química. La reducción química implica la transferencia de electrones reactivos de un compuesto a otro, transformándose en otro producto con características químicas diferentes. Igual que en la oxidación, la reducción química se suele utilizar para convertir compuestos agresivos en otros inertes o más fácilmente eliminables o reciclables. La aplicación más común de este método es la reducción de metales, fundamentalmente de residuos que contienen cromo hexavalente y mercurio inorgánico.

Clorolisis. Consiste en hacer reaccionar el cloro con residuos de hidrocarburos clorados a altas presiones y temperaturas, consiguiéndose subproductos de reacción fácilmente eliminables y/ o reciclables

(tetracloruro

de

carbono,

percloroetileno,

tricloroetileno,

cloruro

de

hidrógeno,

hidrocarburos no clorados y cloro reactivo). Este proceso es muy útil para transformar residuos clorados tan tóxicos como los pesticidas, el cloruro de vinilo, herbicidas y disolventes clorados. ⇒

Oxidación por aire húmedo. Es una oxidación inducida por aire húmedo, que se aplica sobre residuos orgánicos e inorgánicos empleando altas presiones y temperaturas. Ello provoca la conversión de estos residuos peligrosos en sustancias menos tóxicas. Se suele usar para reducir los sulfuros y mercaptanos a sulfatos inorgánicos, los cianuros a dióxido de carbono y amoníaco o nitrógeno gas, los hidrocarburos clorados a ácido clorhídrico y ácidos orgánicos simples, etc..

Hidrólisis. Es una reacción química entre el agua o especies relacionadas químicamente con ella y compuestos orgánicos e inorgánicos presentes en los residuos; los productos finales de la hidrólisis suelen ser más inertes que los iniciales y/ o son recuperables o reciclables. Cierto número de álcalis e iones metálicos pesados, pueden servir de catalizadores de esta reacción.

C - TRATAMIENTOS DE TIPO BIOLÓGICO. Los organismos biológicos pueden ser utilizados para degradar y alterar las características de los residuos peligrosos convirtiéndolos en inertes o facilitando tratamientos físicos o químicos posteriores. Los actuales avances de la ingeniería genética y la biotecnología han potenciado enormemente el uso de este tipo de tratamiento en la transformación de residuos. Entre los métodos biológicos más utilizados podemos citar: ⇒

Lodos activados. Para la aplicación de este método es necesario generar un lodo compuesto por una masa activa de determinados microorganismos, capaces de atacar e inertizar sustancias 16


aeróbicamente biodegradables. Estos lodos, en presencia de oxígeno, descomponen la materia orgánica biodegradable por hidrólisis y oxidación dando como productos finales dióxido de carbono, agua y un residuo sólido eliminable posteriormente. Su aplicación más importante es la reducción significativa de gran variedad de residuos orgánicos, incluyendo muchos compuestos tóxicos y peligrosos. ⇒

Filtros percoladores. Es un tratamiento biológico aerobio consistente en la eliminación de materia orgánica de los residuos acuosos. La materia orgánica presente en el agua residual es degradada por una población de microorganismos fijados en unos filtros denominados percoladores. Son aplicables al tratamiento de gran cantidad de residuos tóxicos y peligrosos como, por ejemplo, la desactivación de residuos acuosos que contienen productos orgánicos, incluyendo disolventes y productos orgánicos halogenados que son biodegradables.

Utilización de microorganismos naturales de degradación. Numerosos microorganismos o sus productos están implicados en la naturaleza en los procesos de biodegradación natural de muchas sustancias. Esta propiedad ha sido aprovechada desde hace muchos años para el tratamiento de residuos peligrosos al seleccionar microorganismos capaces de metabolizar gran cantidad de sustancias. Así, se han venido utilizando estos microorganismos en los lodos activados en las balsas de aireación, en las lagunas de estabilización de residuos, en la biofiltración, en la digestión anaeróbica, etc.. El residuo peligroso considerado va a determinar que microorganismos son más adecuados, y cuales son las condiciones y el método más idóneo para degradarlo.

Utilización de microorganismos de degradación modificados genéticamente. Las tendencias más innovadoras en el tratamiento biológico de residuos consiste en utilizar microorganismos que han sido modificados por técnicas denominadas popularmente como ingeniería genética. La potencia degradativa de determinados microorganismos es manipulada genéticamente para mejorarla substancialmente, potenciar su velocidad de degradación e, incluso, para exhibir una capacidad metabólica sobre un residuo completamente nueva. Ello, se consigue, cambiando genes específicos de los microorganismos por ingeniería genética, o mediante el uso de agentes mutágenos externos que aceleran la capacidad metabólica y degradativa de estos organismos.

4 Gestión del tratamiento de residuos en la industria. La producción de emisiones contaminantes y residuos es, en muchas ocasiones, la mejor muestra del fracaso de una empresa en el desarrollo de su actividad productiva. La minimización de costos en mejoras de procesos y gestión de residuos implica el establecimiento de un rigor en los planes de control que redunda en mejoras en la productividad, vía mejoras energéticas y ahorro de materias primas, cuando no a la recuperación y reciclado de materiales valiosos. Las opciones que debe barajar la industria a la hora de afrontar soluciones a la producción de residuos son:

Minimización de la producción de residuos

Reciclado.

Cambio de tecnologías de producción o abandono de las que sean

17


incompatibles con un desarrollo sostenible.

Tratamiento de sus residuos, bien "in situ" o en una instalación central por un gestor autorizado.

En todo caso, aún tratando sus propios residuos, lo normal es que obtenga un residuo final que a su vez requiere de una instalación centralizada de tratamiento. El planteamiento general de una industria respecto a la toma de decisiones sobre la gestión de sus residuos, conlleva las siguiente etapas: IDENTIFICACIÓN DE LA EXISTENCIA DE RESIDUOS.

Procesos de generación.

Identificación de la responsabilidad de su producción.

Características generales del residuo.

Riesgos y precauciones en su manejo.

OBTENCIÓN DE DATOS DE PRODUCCIÓN.

Caudal, volumen o cantidad de su generación.

Frecuencia de producción.

Capacidad de almacenamiento de la industria.

CARACTERIZACIÓN DEL RESIDUO.

Diseño de la campaña de muestreo y ejecución de la misma: -

Elección del punto de muestreo.

-

Determinación del número de muestras.

-

Determinación del volumen de muestra unitario.

-

Duración de la campaña.

-

Manipulación y conservación de las muestras.

-

Recogida de los datos de campo.

Caracterización del residuo: búsqueda de parámetros claves.

DECISIÓN DEL SISTEMA DE TRATAMIENTO.

Diseño teórico del tratamiento.

Comprobación del rendimiento del tratamiento propuesto.

Definición de los parámetros que lo afectan:

-

Consumo y tipo de reactivos.

-

Tiempo de reacción.

-

Peligrosidad del tratamiento.

Posibilidades de automatización. 18


4.1

Dimensionamiento de las instalaciones.

Estudio de rentabilidad económica.

Aprovechamiento de residuos.

Una posibilidad nada desdeñable económicamente es el aprovechamiento de aquellos productos o subproductos obtenidos en las distintas fases del tratamiento y que puedan suponer una rentabilidad para la empresa. Con esta fórmula podemos obtener un doble beneficio:

Por un lado, puede disminuir considerablemente la cantidad de residuos que habrá que eliminar posteriormente (por tanto las instalaciones de tratamiento y eliminación, los medios necesarios, el gasto energético, etc., serán menores).

Por otro, podemos sacar un rendimiento económico interesante aparte de unos desechos que considerábamos inútiles.

Entre las distintas técnicas de aprovechamiento de residuos podemos destacar: REUTILIZACIÓN. Parte de los productos obtenidos en los tratamientos de residuos pueden reintegrarse al proceso productivo de la empresa como materia prima, catalizador, subproducto, etc.. Esta es una alternativa muy utilizada en las industrias, mejorando notablemente sus rendimientos empresariales. Muchos catalizadores utilizados en los procesos industriales considerados como residuos pueden de esta forma ser usados nuevamente con simples tratamientos físico-químicos de regeneración. RECICLADO. Algunos materiales de desecho (vidrio, papel, cartón, aluminio de las latas, etc.) pueden ser, previo tratamiento específico por otras empresas especializadas, utilizados en ciclos productivos diferentes. Aunque no sea directamente aprovechable por la empresa generadora, puede obtenerse un beneficio económico o, cuando menos, nos elimina el problema de su tratamiento y eliminación. APROVECHAMIENTO POR OTRAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS. Gran cantidad de residuos sólidos tratados e inertizados pueden ser utilizados por otras actividades económicas (construcción, agricultura, ganadería, etc.) en sus procesos productivos. Entre las aplicaciones más conocidas podemos citar:

El uso de residuos inertizados como tierra de relleno en obras de construcción y jardinería.

Algunas cenizas especiales procedentes de residuos son usadas como agentes solidificantes en la fabricación de cementos.

Usados como componentes de algunos tipos de asfaltos.

Los residuos con altos contenidos en azufre y nitrógeno pueden ser utilizados como abono en la agricultura.

etc..

APROVECHAMIENTO TÉRMICO.

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Si se dispone de las instalaciones adecuadas, algunos residuos inflamables pueden ser usados como combustible, en calderas y hornos, con el consiguiente ahorro energético para la empresa. Del aprovechamiento térmico de los residuos podemos obtener agua caliente sanitaria, vapor a diferentes presiones e, incluso, energía eléctrica.

4.2

Eliminación.

Llegados a esta etapa podemos encontrarnos dos situaciones diferentes: I.

Eliminar residuos perfectamente tratados, inocuos e inertes para el ser humano y el medio ambiente. Podemos eliminarlos mediante: ∗

Descarga o inyección en el subsuelo. Suele utilizarse esta técnica para eliminar grandes cantidades de residuos sólidos inertizados aprovechando irregularidades naturales de los terrenos o minas inactivas.

Vertidos controlados. Los residuos inocuos pueden ser eliminados de forma controlada en vertederos autorizados, vertidos directamente a los acuíferos, al mar o a la atmósfera, siempre que se asegure su nula incidencia medio ambiental. En el caso de los residuos sólidos, suelen elegirse vertederos situados en terrenos impermeables (normalmente arcillosos) lejos de zonas pobladas y con escasa pluviometría.

Incineración. Algunos residuos pueden ser eliminados en incineradoras autorizadas sin crear ningún tipo de problema medio ambiental.

II.

Eliminar residuos, que aún conservan sus características de peligrosidad iniciales, por no haber sido tratados o por no ser posible eliminar su peligrosidad, por motivos técnicos o económicos. Podemos eliminarlos mediante: ∗

Solidificación. Es una técnica consistente en encapsular el residuo en un sólido monolítico de alta integridad estructural. La encapsulación puede ser de finas partículas del residuo (microencapsulación) o de un gran bloque o envase de residuo (macroencapsulación). La solidificación, no implica necesariamente una interacción química entre los residuos y los agentes solidificantes, pero sí puede suponer el enlace mecánico del residuo dentro de la masa monolítica. Algunas aplicaciones de esta técnica son:

Microencapsulación termoplástica: los residuos peligrosos son desecados y mezclados con materiales tales como el asfalto, la parafina, el polietileno o el azufre. Esta técnica, desarrollada originariamente para los residuos radioactivos, es adaptable a numerosos residuos altamente tóxicos no tratables con otras tecnologías.

Microencapsulación:

también

denominada

encamisado,

consiste

en

envolver

permanentemente a los residuos con una capa impermeable y duradera. Una de las más 20


utilizadas, es la clausura de residuos en un tambor de polietileno que se comprime hasta formar un bloque. ∗

Vitrificación. Los residuos se mezclan con sílice, se calientan a temperaturas extremadamente altas y se las deja enfriar, hasta que formen un sólido muy consistente de aspecto cristalino. Los residuos tratados mediante solidificación deberán ser, posteriormente, confinados en depósitos de seguridad.

Incineración. Es un proceso de destrucción térmica de residuos peligrosos, consistente en someterlo de forma controlada a elevadas temperaturas (normalmente por encima de 900º C) y en un medio oxidante. La incineración, ofrece una doble ventaja en su aplicación: por un lado, destruye casi totalmente el residuo y, a la vez, se puede recuperar energía e incluso materiales, como el ácido clorhídrico o el sulfúrico. Tiene como desventaja, la posible emisión a la atmósfera de determinados contaminantes de alta toxicidad.

Depósitos de seguridad. Un depósito de seguridad es una instalación diseñada para eliminar de forma controlada, en principio por tiempo indefinido, residuos peligrosos, con las medidas constructivas y de control que garanticen que la contaminación de los residuos no pueda afectar al medio. Un depósito de seguridad, es pieza indispensable en una planificación global de infraestructuras de gestión de residuos. En primer lugar, porque las técnicas de reducción en origen, reciclado, minimización, etc... no garantizan, por sí solas, la desaparición de los residuos; por otra parte, el tratamiento de residuos genera a su vez nuevos residuos, en forma de lodos de proceso físicoquímico, fangos de tratamiento biológico, cenizas de destrucción térmica, etc..., que requieren un destino final controlado al tratase de residuos peligrosos. Los criterios de diseño para la construcción de un depósito de seguridad, tienen como objeto minimizar y controlar la posibilidad de contacto entre los residuos y los agentes ambientales, por un lado y, por otro, garantizar que los lixiviados no contaminen el terreno y alcanzar las aguas superficiales o subterráneas, mediante la impermeabilización. En estos depósitos se van colocando los residuos en un orden preestablecido, hasta que se alcanza un nivel determinado. Una vez lleno, se procede al sellado del depósito. Recuerde tener en cuenta que según la Ley 10/1998, se entiende por VERTEDERO, la instalación de eliminación que se destine al depósito de residuos en la superficie o bajo tierra.

Solidificación. Es una técnica consistente en encapsular el residuo en un sólido monolítico de alta integridad estructural. La encapsulación puede ser de finas partículas del residuo (microencapsulación), o de un gran bloque o envase de residuo (macroencapsulación). La solidificación, no implica necesariamente una interacción química entre los residuos y los agentes solidificantes, pero sí 21


puede suponer el enlace mecánico del residuo dentro de la masa monolítica. Algunas aplicaciones de esta técnica son:

-

Microencapsulación termoplástica: los residuos peligrosos son desecados y mezclados con materiales tales como el asfalto, la parafina, el polietileno o el azufre. Esta técnica desarrollada originariamente para los residuos radioactivos, es adaptable a numerosos residuos altamente tóxicos no tratables con otras tecnologías.

-

Microencapsulación:

también

denominada

encamisado,

consiste

en

envolver

permanentemente a los residuos con una capa impermeable y duradera. Una de las más utilizadas es la clausura de residuos en un tambor de polietileno que se comprime hasta formar un bloque. ∗

Vitrificación. Los residuos se mezclan con sílice, se calientan a temperaturas extremadamente altas y se las deja enfriar hasta que formen un sólido muy consistente de aspecto cristalino. Como habrá podido observarse, los residuos tratados mediante solidificación deberán ser, posteriormente, confinados en depósitos de seguridad.

Incineración. Es un proceso de destrucción térmica de residuos peligrosos consistente en someterlo de forma controlada a elevadas temperaturas (normalmente por encima de 900ºC) y en un medio oxidante. La incineración, ofrece una doble ventaja en su aplicación: por un lado, destruye casi totalmente el residuo y, a la vez, se puede recuperar energía e incluso materiales, como el ácido clorhídrico o el sulfúrico. Tiene como desventaja la posible emisión a la atmósfera de determinados contaminantes de alta toxicidad.

Depósitos de seguridad. Un depósito de seguridad es una instalación diseñada para eliminar de forma controlada, en principio por tiempo indefinido, residuos peligrosos, con las medidas constructivas y de control que garanticen que la contaminación de los residuos no pueda afectar al medio. Un depósito de seguridad es pieza indispensable en una planificación global de infraestructuras de gestión de residuos. En primer lugar, porque las técnicas de reducción en origen, reciclado, minimización, etc... no garantizan, por sí solas, la desaparición de los residuos; por otra parte, el tratamiento de residuos genera a su vez nuevos residuos en forma de lodos de proceso físicoquímico, fangos de tratamiento biológico, cenizas de destrucción térmica, etc..., que requieren un destino final controlado al tratase de residuos peligrosos. Los criterios de diseño para la construcción de un depósito de seguridad tienen como objeto minimizar y controlar la posibilidad de contacto entre los residuos y los agentes ambientales, por un lado y, por otro, garantizar que los lixiviados no contaminen el terreno y alcanzar las aguas superficiales o subterráneas mediante la impermeabilización. En estos depósitos se van colocando los residuos en un orden preestablecido hasta que se alcanza un nivel determinado. Una vez lleno, se procede al sellado del depósito. 22


Recuerde tener en cuenta que según la Ley 10/1998, se entiende por VERTEDERO, la instalación de eliminación que se destine al depósito de residuos en la superficie o bajo tierra.

5 Consideraciones a la gestión de residuos tóxicos... La tendencia actual es que cada Comunidad tienda a ser autosuficiente en las instalaciones centralizadas básicas de eliminación (depósitos de seguridad y plantas de tratamiento físico químico) como medida política, para hacer más asumible la construcción, mientras que las instalaciones para el reciclado, tienen normalmente ámbito supracomunitario (disolventes, aceites usados, etc...) Esta política, primando los criterios de proximidad geográfica sobre el factor de escala, para mejor amortización de las instalaciones, hace que el transporte de residuos entre comunidades autónomas, se haya reducido considerablemente. La mayoría de las instalaciones centralizadas funcionan con autorización, para tratar únicamente residuos de su propia Comunidad al extremo de que las instalaciones de empresas privadas están funcionando, únicamente con autorización, para eliminar los residuos de los centros de producción en su Comunidad, con exclusión de otros centros de la propia empresa en otras comunidades.

5.1

Obligaciones de las empresas.

Aquellas empresas cuyas actividades puedan producir residuos de los considerados como peligrosos deberán:

Solicitar autorización ante el órgano de la Comunidad Autónoma en cuyo territorio pretenda realizar su actividad productiva.

Presentar un estudio técnico detallado en el que figuren, al menos, los siguientes puntos:

Memoria de la actividad industrial (procesos generadores de residuos, cantidad, características, etc...)

Descripción

de

los

agrupamientos,

pretratamientos

y

tratamientos in situ previstos.

Destino final de los residuos.

Planos de la actividad industrial.

Medidas preventivas implantadas.

Disponer de un registro en el que conste la cantidad, naturaleza, códigos de identificación, métodos y lugares de tratamiento de residuos, así como las fechas de generación y cesión al gestor de los residuos.

Declaración anual del origen, cantidades y destino de los residuos generados.

Las empresas que generan menos de 10.000 kg/ año de residuos tóxicos y peligrosos, se las denomina pequeños productores y los requisitos exigidos son menos estrictos. Como resumen de lo expuesto podríamos decir que una eficaz gestión de residuos consiste en los siguientes puntos:

23


Tratar de producir menos cantidad de residuos estudiando procesos alternativos de producción, como los llamados "procesos de bajo residuo".

Valorizar las materias primas que contienen que nos llevarían a recuperar más y valorar mejor los residuos, que constituyen una fuente de materias primas y de energía.

Conocer mejor la naturaleza de los residuos cuya producción no puede ser eliminada.

Reforzar el marco legislativo y reglamentario que permita controlar las condiciones de eliminación.

Mejorar las técnicas de eliminación.

6 Etiquetado de residuos tóxicos y peligrosos. Para indicar la naturaleza de los riesgos deberán usarse en los envases los siguientes pictogramas dibujados en negro sobre fondo amarillo-naranja: Explosivo: una bomba explosionando (E). Comburente: una llama por encima de uin círculo (O). Inflamable: una llama (F). Fácilmente inflamable y extremadamente inflamable: una llama (F+) Tóxico: una calavera sobre tibias cruzadas (T+). Nocivo: una cruz de San Andrés (Xn). Irritante: una cruz de San Andrés (Xi). Corrosivo: una representación de un ácido en acción (C).

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