Nueva época, No. 57
Guatemala, junio de 2007
Medios de comunicación y política: una historia de falsos ángeles y demonios de mentiras
Gustavo Berganza*
El contexto Durante las transiciones del autoritarismo a la democracia, los medios de comunicación masiva fueron considerados como elemento fundamental para ampliar la esfera pública, atraer nuevos temas de discusión a la conver-sación social y, sobre todo, mostrar actores cuyas voces habían sido suprimidas o minimizadas. En el período en el que el Estado autoritario empieza a derrumbarse y emerge el Estado democrático, los medios de comunicación de masas se convierten en el vehículo crucial para diseminar las ideas que fundamentaron el nuevo sistema y que también darán a conocer a los actores llamados a impulsarlo. Una vez el Estado autoritario desaparece, y avanzan las nuevas prácticas democráticas (elecciones libres, periódicas y competitivas), la luna de miel con los medios de comunicación de masas es reemplazada por una relación conflictiva y de sospechas mutuas entre los diversos actores sociales. En el caso guatemalteco, la evolución experimentada por el Estado (en la que paulatinamente este se ha despojado de los impulsos excluyentes y represivos que marcaron su relación con la sociedad en las etapas previas a la restauración constitucional de 1986) muestra a cada paso, sus dificultades para transformarse en una estructura funcional y eficaz para abordar los problemas de los gobernados. Esta situación se ha repetido en varios países latinoamericanos: la ciudadanía ha incrementado su desconfianza hacia el Estado y su escepticismo hacia los políticos. Desafortunadamente, el cambio de régimen no necesariamente ha traído consigo la instauración de sistemas más eficaces de satisfacer las necesidades de la ciudadanía. La apertura del debate y la relativa liberalización del acceso a la información y el impulso del derecho de divulgarla –del cual hacen uso primordial los medios masivos de comunicación– ha evidenciado las fallas de los gobernantes, se dice incluso que, ha motivado la desconfianza hacia los políticos y el desaliento hacia la democracia.
y el gran efecto que la industria cultural, de la cual los medios forman parte, tienen en su expansión y consolidación, describe a éstos como instrumentos de los grupos dominantes para enriquecerse y mantener el control sobre la sociedad, por la vía de la despolitización y el embrutecimiento de sus audiencias. Esta corriente incorpora la idea (prevaleciente en etapas tempranas sobre la investigación de los efectos de los medios) de que los mensajes mediáticos se insertan dentro del destinatario, sin que se produzca resistencia alguna hacia sus significados. En una sociedad de masas, las personas que entran en contacto con los medios, de acuerdo con éstas visiones, pueden incluso relegar sus principios y creencias y suplantarlos por los que proponen los grupos dominantes, a través de los medios que controlan. En la etapa que actualmente se vive en Guatemala, caracterizada en parte por el desencanto con la manera como funciona el sistema político desde 1986, los medios dejaron de ser actores positivos, como eran considerados durante la transición, para adquirir la calidad de agentes que contribuyen al deterioro de la democracia y hacen avanzar la agenda de grupos que desean mantener su posición privilegiada. Dentro de esta orientación, los medios no son solamente responsables del deterioro de la política, sino además y debido al gran poder que se les atribuye, factores capaces de implantar ideas y creencias en sus audiencias y estimular conductas. Con dicho poder atribuido y debido a su naturaleza de empresas comerciales, que responden primordialmente a los intereses de sus propietarios, son vistos como los grandes electores que elevan el poder político de los candidatos y de los partidos que coinciden con sus intereses estratégicos y neutralizan, e incluso destruyen, a aquellas fuerzas que se les oponen. En última instancia, en un contexto en el que las realidades del capitalismo globalizante empujan a las empresas a convertirse en grandes conglomerados para poder sobrevivir a la competencia, los medios tampoco han estado inmunes a este proceso y muchos de los que antes se consideraban como vehículos autónomos de difusión informativa, se han convertido en eslabones de gigantescas cadenas, con intereses que rebasan el campo de la
El estudio realizado por el PNUD La democracia en América Latina. Hacia una democracia para ciudadanos y ciudadanas (2004), coordinado por Dante Caputo, dio pie a la queja de los políticos en cuanto a la culpabilidad de los medios en el descrédito de la actividad que tales políticos impulsan y sobre el desaliento de los latinoamericanos hacia la democracia y la falta de aprecio por las instituciones que la representan. Al argumento recogido por Caputo se une la preocupación que genera la supremacía de medios informativos de carácter comercial. Una corriente crítica, nutrida de las reflexiones realizadas por Max Horkheimer y Teodoro Adorno, sobre la emergencia de las sociedad de masas * Investigador social y periodista. Certificado de posgrado en Estudios Latinoamericanos (Universidad de Pittsburgh), MA en sociología global y comparativa (Universidad de Pittsburgh) y candidato a doctor en sociología (Universidad del Estado de Nueva York en Albany, SUNY-Albany). Es fundador de Asociación DOSES para la cual ha realizado investigaciones acerca de sociología de los medios informativos. Actualmente dirige para esa organización un estudio sobre los efectos de los medios sobre los jóvenes en las elecciones de 2007 y otro sobre la conformación de la esfera pública mediada a partir de la restauración constitucional de 1996.
Las fotos que ilustran esta publicación pertenecen al libro Tarjetas de visita de la capital 1992-2006, originales del fotógrafo guatemalteco José Manuel Mayorga, coeditado por FLACSO-Guatemala, el cual será presentado el próximo 18 de julio en el Centro Cultural de España.
Publicación mensual de FLACSO -Guatemala y elPeriódico Secretario general de FLACSO Francisco Rojas Aravena San José, Costa Rica CONSEJO ACADÉMICO DE FLACSO-GUATEMALA Víctor Gálvez Borrell-director Isabel Rodas / Virgilio Álvarez / Santiago Bastos/Paola Ortiz Oscar López/Virgilio Reyes / Simona V. Yagenova Edición: Víctor Gálvez Borrell; Corrección de estilo: Karla Olascoaga Coordinación y diagramación: Hugo de León P.
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mítines y comunicaciones cara a cara para divulgar sus planes de gobierno. En este caso, una práctica política ha sufrido variaciones como consecuencia de la acción mediática. Finalmente, se habla de los efectos en las creencias, costumbres y valores. Lo que en términos antropológicos conocemos como cultura. Estos efectos se perciben como más paulatinos y de largo plazo; sin embargo, son los más difíciles de asociar causalmente a mensajes específicos difundidos en los medios. A diferencia de lo que ocurre con los efectos inmediatos personales e institucionales, no se puede decir, por ejemplo, que la sustitución del sombrero por la gorra de béisbol por parte de grandes grupos de hombres del área rural, sea un efecto inducido por la televisión y el cine norteamericano. Se puede inferir que hay alguna relación, pero no se sabe si es ésta la determinante frente a otras causas posibles, como serían la migración o, incluso, la comodidad que representa utilizar la gorra, por su tamaño, frente al volumen del sombrero.
El contexto mediático guatemalteco comunicación. Los medios son un bien más, dentro de una cartera que puede incluir acciones de diversas empresas, intereses financieros, inmobiliarios o comerciales, con lo cual se piensa que la información que aquellos difunden tiene más interés en promover el consumo que en estimular el desarrollo de una conciencia crítica en la ciudadanía. En este artículo me interesa analizar los efectos de los medios sobre la política y tratar de establecer un marco más amplio para poder analizarlos en el contexto de la realidad guatemalteca.
Los efectos de los medios De acuerdo con Dennis McQuail,i los medios pueden tener algún impacto sobre quienes los utilizan, aunque la intensidad, duración y extensión de los efectos dependa de las condiciones personales de quien recibe los mensajes y del entorno específico en el que éstos son decodificados. Los efectos pueden recaer sobre las personas, las organizaciones sociales, las instituciones y la cultura. En el primer rango tenemos, por ejemplo, el caso de quienes responden al llamado transmitido de alguna campaña para recaudar dinero en favor de alguna entidad de servicio. Ver la Teletón puede despertar el deseo de colaborar con ésta. Sin embargo, como bien dice Michael Schudson,ii éste no es un efecto del mensajero, sino del mensaje que se difunde y de la relevancia social de quien lo articula. Estos efectos personales también pueden producirse cuando las circunstancias son propicias para recibir los mensajes mediáticos: es el caso de alguien que tiene sed y piensa en la conveniencia de saciarla con el refresco que anuncian en la televisión. En general, estos efectos son de duración breve.
Hechas estas prevenciones teóricas, se puede entrar a analizar las particularidades del universo mediático guatemalteco y de sus usuarios, tanto del lado de quienes producen los mensajes como de quienes los reciben. Luego intentar dilucidar si los medios son, en nuestro país, ese actor político poderoso, capaz de crear opinión pública y dirigirla para incidir en el reparto del poder político. El universo mediático al que está sujeto el guatemalteco es todavía incipiente. El uso de la internet es muy limitado y se localiza mayormente en las áreas urbanas de clase media. Para otros estratos socioeconómicos existe la opción de los llamados cybercafés, que ya empiezan a generalizarse en las cabeceras departamentales y en decenas de municipios. Salvo los esfuerzos limitados que realizan algunas instituciones como DOSES, que ha instalado infocentros en ocho bibliotecas del Banco de Guatemala, no son muchas las entidades que promuevan el acceso gratuito en banda ancha en los departamentos. Por ello, el mayor peso de difusión informativa recae sobre lo que llamaremos los medios tradicionales: prensa impresa, radio y televisión, en los cuales se nota una tendencia a la concentración. En el caso de la prensa impresa, se ha tomado como base para este artículo únicamente los diarios de circulación auditada. Esto incluye a Nuestro Diario, Prensa Libre, el Periódico, Al Día y Siglo Veintiuno. Los dos primeros pertenecen a un mismo consorcio, el grupo Prensa Libre, que abarca además el canal de cable Guatevisión y una de las compañías editoras más grandes de Guatemala: Edisur. Al Día y Siglo Veintiuno son propiedad de una sociedad conformada por La Nación de Costa Rica, que es el accionista mayoritario y de un grupo de empresarios guatemaltecos, algunos de ellos representantes de los grupos económicos más importantes del país. Después de la televisión, esta es la Gráfica 1
Los efectos operan también sobre organizaciones sociales. La publicación de una noticia acerca de un incendio forestal, puede impulsar a una organización ecologista a llamar a una protesta o a pensar en cambiar su línea de acción. La crítica que se hace en una columna de opinión acerca del mensaje de una campaña política, puede llevar a reconsiderar al partido a cambiarlo o a aclararlo. En este caso, no debemos olvidar que en el efecto del mensaje pesa no solamente el vehículo a través del que se difunde (no es lo mismo un editorial de un tabloide que el publicado por un diario serio) como la voz que lanza esa crítica. Los cambios institucionales son de mayor alcance. Estos se refieren a variaciones en prácticas sociales que han sido las aceptadas y esperadas. Por ejemplo, algunos autores dicen que la generalización del acceso a los medios ha cambiado el estilo de hacer campañas electorales. Cada vez más, candidatos y partidos se apoyan en mensajes mediados que en
Mc Quail, Dennis. (2000). The influence and effects of mass media. En Graber, Doris (editora.), Media power in politics (4th Ed.) (pp. 7-23). Washington, D.C.: Congressional Quarterly Press ii Schudson, Michael. (2003). The Sociology of News. New York: W.W. Norton. i
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Gráfica 2
modalidad mediática en donde se produce mayor concentración. El grupo Prensa Libre controla el 84% del mercado de diarios impresos. Prensa Libre es además, propietaria de un canal de cable, donde se ve el Noticiero Guatevisión. El segundo grupo, muy por debajo de Prensa Libre es Corporación de Noticias, propietario de Siglo Veintiuno y Al Día (Gráficas 1 y 2). En radio, hasta marzo de este año, la Superintendencia de Telecomunicaciones (SIT) había otorgado 528 frecuencias. Una parte significativa de éstas, 54%, se concentra en diez empresas (Gráfica 3). Aún así, se observa un mayor nivel de dispersión en la propiedad que el que se produce en la televisión abierta, en donde cuatro de las seis frecuencias existentes –los canales 3, 7, 11 y 13– pertenecen o están asociadas a un solo dueño que, además, posee el segundo mayor grupo de radios (Central de Radios con 44 frecuencias) y entre éstas, la cadena noticiosa de mayor audiencia Radio Sonora.1 Gráfica 3
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La información de temas públicos nacionales sigue concentrada, entonces, en la capital. Se puede especular por lo tanto, con bastante grado de certeza, que el punto de vista existente en la información sobre temas de alcance nacional, es capitalino. Ahora bien, ¿cómo son las preferencias en el consumo de los medios? Una serie de encuestas realizadas en 2003 para un estudio sobre medios y elecciones para DOSES, pusieron en entredicho varios de los presupuestos que se manejan al respecto en el país.iii Por ejemplo, se piensa que debido a la condición socioeconómica de Guatemala –altos niveles de pobreza y 30% de analfabetismo– y las deficiencias de infraestructura –todavía hay poblaciones que no tienen acceso a energía eléctrica y en donde ésta existe, el servicio es irregular– el medio que más utilizan los guatemaltecos y guatemaltecas para informarse es la radio. Sin embargo, el estudio de DOSES comprobó que durante ese proceso electoral, 65% de guatemaltecos y guatemaltecas se informa primero de lo que ocurre en el país por medio de la televisión. En 2007, una encuesta del grupo Prensa Libre, que abarcó áreas urbanas y rurales, volvió a confirmar que la TV es más importante: 44.5% de los guatemaltecos adquieren su información por medio de la TV, frente a 23.6% que la toma de la radio y 22.4% que lo hace de los diarios impresos.iv En términos de penetración y audiencia, la televisión abierta es, aparentemente, la más importante. El número de ejemplares de diarios que circula en Guatemala es bajo en relación con la población total del país: 491,848, lo que representa apenas 38.72 ejemplares por cada 1,000 habitantes. Entre periodistas y propietarios de medios impresos y de algunas cadenas de radio, suele mencionarse la inconveniencia de que los cuatro canales estén en manos de una sola empresa, lo cual, afirman, le otorga un gran poder político y le convierte en el gran elector. El debate, azuzado fundamentalmente por el consorcio Prensa Libre, omite abordar los eventuales problemas que implica el control del mercado de medios impresos.
Las noticias nacionales son difundidas por noticieros producidos y transmitidos desde la capital, cuya información es redifundida por radios locales que se “encadenan” durante el tiempo que dura la emisión informativa. En muchos casos, las emisoras capitalinas utilizan varias frecuencias en diferentes municipios, que retransmiten la totalidad de su programación. Los noticieros capitalinos de proyección nacional son Noticentro, de la ya mencionada Radio Sonora, Patrullaje Informativo de Emisoras Unidas, Punto Informativo, de Radio Punto y El Independiente, del Sistema de estaciones Nuevo Mundo. El cable ha experimentado un gran crecimiento desde que se instalaron las primeras redes, a mediados de la década de 1980. No obstante, la información nacional suele ser tomada directamente de los canales de la televisión abierta o de los canales de cable capitalinos que tienen noticieros, como Guatevisión y Latitud, entre otros. El canal 5 y el canal 9 fueron asignados, respectivamente, a la Academia de Lenguas Mayas y al Congreso de la República. Ninguno de los dos ha iniciado formalmente operaciones. 1
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Ahora bien, ¿qué relación hay en este panorama con el poder o influencia que los medios de comunicación pueden tener sobre la política? En general, se dice que a mayor disponibilidad de medios, mayor poder. En la medida en que un mensaje determinado es difundido por más medios, se piensa que puede tener mayor impacto y, en consecuencia, más efectos. Sin embargo, aquí se debe ser muy claros en definir a qué tipo de influencia nos referimos: personal, organizacional, institucional o cultural. En términos personales, las encuestas muestran que la televisión es el medio el mayor porcentaje de guatemaltecos (6 de cada 10) percibe como de más influencia. Y en términos de intensidad, esta influencia es en promedio de 7.5, en una escala que va del 0 (ausencia de influencia) hasta el 10 (influencia total).
Berganza, Gustavo. (2004). De verdad influyentes. Los efectos de los medios en las elecciones presidenciales de 2002. Guatemala: DOSES. iv Las encuestas de DOSES fueron realizadas por la empresa Aragón & Asociados en áreas urbanas, en marzo, junio y octubre de 2003. La información sobre la primacía de la televisión vino de dos maneras, la primera al plantear cuál era la fuente de la información sobre elecciones y la segunda al confrontarse con la preferencia respecto a otros medios en distintos contextos informativos. La encuesta de Prensa Libre, realizada por Vox Latina, fue levantada en marzo de 2003 y solo planteó una pregunta: “¿Cómo se informa usted, de los asuntos políticos de Guatemala?”. iii
En términos organizacionales, se produce una paradoja, porque el medio de mayor influencia no es el de mayor proyección y audiencia. En este campo el medio más influyente es la prensa impresa. Son los periódicos impresos los que demarcan las áreas de la realidad que van a ser enfocadas como noticia. Esto sucede porque, en general, los medios impresos están dedicados, mayoritariamente, a la producción de noticias de diversa índole. Ante la ausencia de canales que dediquen la totalidad de su emisión a difundir noticias, los telenoticieros asumen una importancia secundaria en términos de tiempo y de presupuesto.
Los grupos focales organizados para la investigación aludida hacen ver que los significados lanzados desde diarios y noticieros, como podría ser el llamado a repudiar a determinado candidato o partido, no siempre son aceptados y acatados por la ciudadanía. En el proceso inciden características personales, como el nivel de educación, la edad, el grado de politización y el acceso a otros tipos de información no mediática (discusiones personales, experiencia personal, entre otras). En investigaciones realizadas sobre el tema del establecimiento de la agenda (agenda setting), se ha demostrado en múltiples oportunidades que el efecto de los medios es mínimo o nulo cuando: a. Los temas no son relevantes para la audiencia; b. Cuando la experiencia inmediata de las personas contradice lo que los medios afirman y; c. Cuando las personas no utilizan los medios informativos.vii Al respecto, el investigador británico David Morley afirma que las interpretaciones de un mensaje mediático no son infinitas, sino están siempre condicionadas por la cultura dentro de la cual se producen, difunden, reciben e interpretan esos mensajes.viii Es decir, el significado no es totalmente “creado” por la audiencia sino está sujeto a los recursos culturales a los que tiene acceso el destinatario.
Los medios como grandes electores
Al final de cuentas, por la manera como la prensa impresa está organizada, por sus mecánicas de trabajo y por la absorción que los otros medios hacen de los temas que difunde, se llega a la conclusión de que el medio que puede llegar a tener la mayor influencia global –sobre los individuos y sobre las organizaciones y, en consecuencia, sobre las instituciones– es la prensa impresa.
En general, cuando se discute la relación de los medios con la política y los políticos en Guatemala, no se habla de influencia; se habla de poder. De un poder que aparte de obligar a hacer cosas que los medios desean que se haga, también logra frustrar aquellas que estos consideran inconvenientes. Además, los críticos de los medios, un poco al estilo de la visión radical del poder postulada por Steven Lukes,ix les atribuyen la facultad de crear una imagen de la realidad en la que no aparecen como temas o preocupaciones de la población, aquellos tópicos que los medios no desean que se discutan. Es lo que corrientemente se conoce en algunos círculos como invisibilización.
El mito de la audiencia dócil
Factores como la falta de representatividad de los partidos políticos, el escaso nivel de pertenencia de los guatemaltecos a organizaciones sociales, la creciente mediatización de las campañas electorales, la importancia de los medios como fuente de información política y el grado de influencia que la gente les atribuye en sus decisiones, nos hacen pensar que, a la hora de acudir a las urnas, en efecto, las opiniones y la información mediática resultan relevantes.
En el primer estudio realizado sobre medios para DOSES, se pudo establecer un cuadro que reflejaba con gran exactitud las complejas relaciones entre la información y las percepciones políticas de los guatemaltecos y guatemaltecas. A nivel cuantitativo, las encuestas dicen que los medios informativos son vistos como una de las instituciones que mejor cumple su papel dentro de la sociedad, por encima de la Presidencia, el Congreso, el Poder Judicial y los partidos políticos, casi al nivel de las Iglesias. v
Sin embargo, cuando se evalúa de manera cualitativa por medio de discusiones en grupo o de entrevistas a profundidad, lo que las personas sienten y piensan respecto de los medios, se ve que estos no son percibidos como “niños en traje de primera comunión” y se cuestiona con ardor la visión de la realidad que los medios difunden. Algunas vertientes de la disciplina denominada Análisis Crítico del Discurso sostienen que dentro de cada texto existe una lectura preferente que estimula la creación de un marco cognitivo delimitante de los alcances de la percepción de la realidad de quien recibe ese discurso. Con cada nuevo mensaje que se recibe de los medios, este marco cognitivo se convierte en el lente a través del cual cada persona entra en contacto con la realidad que le rodea. Así, un medio racista insistirá en lecturas preferentemente racistas que reforzarán la actitud racista de la gente. Esto presupone una actitud receptiva a esas lecturas preferentes.
Las investigaciones sobre el establecimiento de la agenda (agenda settting) también demuestran que lo que los medios publican sobre candidatos y partidos tiende a convertirse en un punto de referencia importante para las percepciones de los ciudadanos. vii McCombs, Maxwell. (2001. Estableciendo la agenda. El impacto de los medios en la opinión pública y en el conocimiento. Barcelona: Paidós. viii Morley, David. (1992).Televisión, audiences & cultural studies. Londres y Nueva York: Routledge. ix Lukes, Steven. (1976). Power: A Radical View. Nueva York: MacMillan.
No obstante, como ha dicho el teórico e investigador británico Suart Hall,vi el proceso de decodificación de los mensajes no siempre sigue los patrones de esa lectura preferente. Es decir, el mensaje tal como es entendido por el destinatario puede no tener el mismo significado que le asignó quien lo difundió. Además de ser entendido tal como desea quien lo produjo y lo difundió, el mensaje puede ser percibido por la audiencia con un significado parcialmente semejante o bien, puede ser interiorizado tal como el emisor lo articuló, para ser luego utilizado de una manera totalmente diferente, con lo cual, de hecho, subvierte su sentido. Berganza, Gustavo. (2002). Los medios de comunicación y la sociedad guatemalteca a través de sus discursos. Guatemala: DOSES. vi Hall, Stuart. (2001 [1980]). Encoding/decoding. En Durham, Meenakshi Gigi an Kellner, Douglas M. (eds) Media and cultural studies. Keyworks. Malden, MA: Blackwell ing. v
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¿Pero qué sucede si la mayoría de medios se confabula en contra de un determinado candidato o partido? ¿Pueden hacerlo perder una elección? La imposibilidad de realizar encuestas a boca de urna en nuestro medio impide despejar las incógnitas. No obstante, podemos establecer asociaciones –o más propiamente, correlaciones– entre lo publicado y algunas conductas sociales observables. Se ha dicho que durante las elecciones de 2003, una acción concertada de medios impresos y emisoras de radio coadyuvó a la victoria de Oscar Berger y a la derrota del general Efraín Ríos Montt.
Por otra parte, en lo relativo a la invisibilización de grupos contestatarios y de izquierda, el monitoreo que realiza Mirador Electoral 2007 en cinco medios impresos y cuatro televisados de proyección nacional, muestra que durante la presenta campaña electoral todos los candidatos y partidos, sin excepción, han recibido cobertura.
El análisis de contenido de medios realizado por DOSES durante las elecciones pasadas no identificó un número significativo de notas informativas que atacasen explícitamente a Ríos Montt. Sin embargo, es posible que haya habido una influencia mediática. No debe olvidarse que casi desde el primer año del régimen de Alfonso Portillo, durante el cual el general Ríos Montt ocupó la presidencia del Congreso, los medios cubrieron asiduamente y de manera destacada numerosos escándalos de corrupción que implicaban a figuras del régimen.
El marco ideológico general, de apoyo a la democracia liberal y al sistema capitalista y, en algunos medios, a variantes de la moral y éticas cristianas, define a la mayoría de medios guatemaltecos; sin embargo, cada grupo tiene diferentes interpretaciones sobre lo que esto significa a la hora de definir políticas editoriales e informativas, en cuya consideración entran también imperativos económicos y profesionales.
La experiencia reciente en varios países latinoamericanos muestra que éste no siempre es el caso. Una serie de estudios realizada por el Centro de Competencia en Comunicación para América Latina (C3) de la Fundación Friedrich Ebert, analizó las coberturas realizadas por los medios en las elecciones realizadas entre 2006 y 2007. Los estudios incluyen análisis sobre las elecciones en Perú, Brasil, Chile, México, Costa Rica, Nicaragua, Colombia, Ecuador y Honduras.x A vuelo de pájaro, puede comprobarse que no hay una relación directa y constante entre el apoyo que los medios dan a un candidato y el éxito o fracaso que éste puede tener. El sociólogo Manuel Castells cita el caso en el que los medios, aparte de decidir la elección, también “construyen” al candidato. Esto sucedió en 1990, con Fernando Collor de Mello. El grupo Globo, que incluye una cadena de televisión y otra con los diarios de mayor circulación en Brasil, eligió a este ex periodista, oscuro ex parlamentario y gobernador en aquel entonces del pequeño estado de Halagaos, como su candidato y lo promovió hasta la saturación. Collor ganó la elección, aunque luego, también por efecto de escándalos ampliamente divulgados por los medios, haya sido obligado a renunciar, cuando el Senado estaba por someterlo a un juicio político.xi
Los medios como agentes de la oligarquía La concentración de los medios guatemaltecos en grandes consorcios y el hecho de ser propiedad privada, lleva a algunos sectores de la izquierda a acusarlos de presentar una visión sesgada de la realidad, en la que priva el afán por consolidar el capitalismo e invisibilizar o destruir ante la opinión pública, a quienes propugnan por una visión contestataria. El argumento de que la concentración de medios en grandes consorcios comerciales puede difundir una visión homogénea del capitalismo e invisibilizar otras posiciones económicas y políticas, presupone también la ausencia de matices entre los medios. A pesar de ser de propiedad privada, es posible distinguir diferencias significativas entre estos.
Los estudios pueden ser consultados en la página web del C3: http://www.c3fes.net/ proyectos.htm#elec xi Ver el capítulo denominado “La política informacional y la crisis de la democracia” en Castells, Manuel.(1999). La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Volumen II. El poder de la identidad. México: Siglo Veintiuno Editores, pp. 341-391. x
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En cuanto a seguir los dictados de los dueños, dentro de los medios se da un proceso constante de negociación. El punto de vista que eventualmente puede ser ordenado por el propietario no necesariamente es el que al final se refleja en la cobertura. Ello porque la elaboración de las notas periodísticas es un proceso colectivo que implica a los reporteros, los jefes de sección o de grupo, los jefes de redacción y los editores de estilo. En ese proceso, la orden original emanada de los dueños o del director se confronta con la experiencia personal del redactor en su intercambio con las fuentes. El trabajo de conversión del hecho informativo en noticia también está condicionado por las preferencias del periodista, su conocimiento del tema y su habilidad profesional para codificarlo como noticia. El aspecto lucrativo tampoco es un condicionante decisivo. En los medios se produce una dialéctica entre los imperativos profesionales que norman el ejercicio del periodismo, los imperativos ideológicos de dueños, directores y periodistas, y los imperativos económicos que implica ser una empresa privada.
Al final, ¿son o no poderosos? Para concluir, vale la pena recapitular algunos de los argumentos discutidos. En primer lugar, más que hablar de poder es mejor hablar de influencia de los medios. Y ésta es relativa, porque a pesar de que los medios son un actor político relevante dentro de la democracia guatemalteca, no son capaces de imponer presidentes ni de obligar a la ciudadanía a que piense o actúe como los medios desean. El grado de influencia que los medios pueden ejercer es a nivel de procesos cognitivos: los medios proveen insumos básicos que son utilizados por las personas para entender el medio en el que se desenvuelven. Si el ambiente político del país tiene grandes limitaciones y los medios desean presentar una visión que lo describe como perfecto, no quiere esto decir que ese punto de vista va a ser el que al final será adoptado por todas las personas o individuos. Puede ser que en algunos individuos sea este el caso. Pero en general, las personas procesan los mensajes periodísticos de acuerdo con las capacidades que han adquirido a lo largo de su vida dentro de su cultura y al interés que esto les genere. Si la experiencia personal contradice lo que los medios afirman, esta información será rechazada. Y si lo que los medios difunden no es interesante o satisface las necesidades de orientación, información e incluso, diversión que tienen sus audiencias, el mensaje habrá caído al vacío. Los medios tampoco son los culpables exclusivos del deterioro del sistema político. Son una variable entre muchas y no necesariamente la definitiva, porque en la pérdida de aprecio hacia los políticos ha pesado también, como han dicho varias encuestas recientes, la incapacidad de los políticos para responder a las expectativas de la sociedad. Los medios, en última instancia, son un reflejo de la sociedad guatemalteca, de sus posibilidades e insuficiencias. Así como se dice de los presidentes, podemos decir también de los medios: cada sociedad tiene los medios que se merece.
1987-2007 29 de diciembre XX Aniversario de FLACSO-Guatemala Reunión con diplomáticos en
FLACSO-Guatemala
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l 15 de junio, como parte de las actividades que se realizan para celebrar los 50 años de FLACSO en América Latina y el XX aniversario de la fundación de FLACSO-Guatemala, el Área de estudios de educación organizó un desayuno-reunión, en el que se contó con la presencia de embajadores o representantes de países donde FLACSO tiene presencia institucional: Eduardo Ibarrola, embajador de México; Aníbal Gutiérrez, embajador de Argentina; Renan Paes, Embajador de Brasil; Teresita Torres, embajadora de República Dominica; Marcos Correa, encargado de negocios de Chile; Alexandra Haro, encargada de negocios de Ecuador; Herbert Espinosa, encargado de negocios de Costa Rica; los directivos de la Facultad, doctor Víctor Gálvez Borrell, director, maestra Isabel Rodas, coordinadora académica y el director del Área de estudios de ducación, doctor Virgilio Álvarez. En el diálogo sostenido con los distinguidos(as) visitantes se acordó inaugurar un espacio de reflexión académica sobre las problemáticas y temas comunes de la realidad latinoamericana. Se concluyó que deberían coordinarse las acciones diplomáticas, que como producto de las relaciones internacionales sostienen los países de nuestro hemisferio, y se hizo manifiesto el interés de FLACSO-Guatemala por contribuir al análisis de los procesos políticos que modifican los fundamentos y las estructuras de los Estados nacionales.
Vista parcial de los asistentes a la reunión de diplomáticos con directivos de flacso-Guatemala.
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