Vida pasión y resurrección

Page 1



VIDA PASIÓN Y RESURRECCIÓN DE JOAQUÍN CAMUÑA (POETA DE PASO)

Ricardo Corduente Abad



POETA DE PASO


El mundo se abre a mis pies con una oferta de amor diáfana y sólida. Encuentro el vacío arrogante con un sinfín de posibilidades, precipitándose hacia mí, como un engaño misterioso que me recoge y me arropa, me acaricia y me repele hacia un mar de confusiones. Es inútil rebelarse, no dejarse abandonar al vaivén de las olas, no bailar con su música celeste, que se respira en lo hondo y se siente en la piel como la caricia de una amante. No es posible renegar de aquello que nos engendra al ser creados, de todo cuanto nos define delimitando nuestra entidad. Soy un poeta de paso, que destila del mundo cuanto puede, criba de pasiones y oficios, poeta de lejos y de cerca y ofrezco de mí lo más puro.


AMOR


Todos duermen. La feliz mujer preñada de amor imagina la hermosura del tesoro que encierra. Todos se adiestran. El niño juega a imaginar e inventa su propio mundo lleno de colores. Todos trabajan o mueren. El poeta imagina la mujer de sus sueños, el niño de sus sueños, el mundo de sus sueños y canta: “Ella ha de ser perfecta e imperfecta, mujer y niña, inocente y astuta, inteligente y cándida, vergonzosa y atrevida, egocéntrica y sincera.”


SOLEDAD


Sólo, en la semioscuridad, alumbrado únicamente por el frágil resquicio de luz de un fluorescente que se niega a perder su poder sobre los objetos. El cuerpo abandonado, inerte sobre el colchón, esclavo de la comodidad. La mente volando infatigable por lugares y situaciones lejanos e indescriptibles. Musicadas las ideas por el latir de un reloj y el susurro del agua que corre por sendas trazadas en tubos de plomo. Acompañado por hombres ya muertos, que escupieron sus razones sobre pliegos de papel por justificar unas ideas. Perdiendo la majestuosidad de un cuerpo iluminado, para dar paso a la microscopía de unos latidos monótonos. Sintiendo la impotente fatiga del hombre. Permaneciendo, horas enteras, encerrado bajo un techo y separado, de lo que otros llaman vida, por frágiles muros materiales. Recordando momentos ya vividos, personas olvidadas realmente, situaciones agradables y felices, que no volverán a repetirse si no es en el recuerdo. Demostrando, una vez más, la eterna teoría: “La felicidad no es perceptible sino cuando se aleja.” Odiando el masoquismo del recuerdo… Descanse en paz de la vida que percibió sin querer.


DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS


Cuando el hombre decide perder todo lo que tiene y se lanza a la vida en busca de aquellas cosas que anhela, de aquellas personas que desea, de aquellos momentos que sueña, cuando se separa de su cuerpo para flotar con su alma, con su mente, con su esencia… y se dirige hacia lo alto transportado por el aire, cuando pierde la noción del tiempo porque el tiempo no le importa ya, cuando pierde el control de sus situación, porque ya no es importante estar aquí o allá, sino estar bien, a gusto, cuando decide por sí solo, embarcarse en aventuras adimensionales, imperfectas, irreales, pero hermosas, cuando consigue ver la nada sin cerras los ojos, cuando toca con sus manos los olores, cuando su cuerpo siente las sensaciones más vivas, cuando cada célula rebosa autonomía de tacto, cuando decide tragarse la lengua para no escupir más necedades, cuando todo eso ocurre, para el mundo ya no es: ha muerto. Pero él empieza a vivir, porque vivir rodeado de objetos impersonales, metálicos o plásticos, inertes, es vivir rodeado de muerte, porque salir al campo y construirse “un hermoso chalet con piscina”, es encarcelar la libertad, porque cuando se depende de algo, por pequeña que sea la dependencia, colgamos de nuestro cuello un gran grillete que jamás podremos mover, porque con todo esto estamos agonizando y no tenemos tiempo de apreciar lo verdaderamente hermoso que es vivir.


Cuando el hombre descubra que su vida no vale lo que cree, que es la otra, la que desprecia, la que verdaderamente vale, serรก demasiado tarde, pues ya, su muerte, no esta, la que verdaderamente vale, habrรก llamado a su puerta con la resignaciรณn de quien se sabe menospreciado.


PROPUESTA Nยบ 1 DE JUAN CAMUร A AL MUNDO ENTERO


En intercambio de palabras me dices cosas muy bellas y tus labios no son carne, sino pétalos de rosa y tu acento no es sonido, sino caricia espiritual y tus manos no son miembros, sino palomas de paz. Con intercambio de opiniones concluimos magistrales el coloquio demagógico: bla, bla, bla, bla… y llegamos a comprender los grandes misterios del Universo porque somos eternos pensadores. Con intercambio de poemas sabemos que ni tu ni yo somos malos, que nos repugna la violencia y adoramos la belleza. Pero yo te propongo otro intercambio: cambiemos, por unos días, nuestros cuerpos y nuestras conciencias. Probablemente, descubramos ciertas cosas y, al sabernos iguales en degradación, convengamos que sería mejor ser más sinceros.


Puede ser que vivamos de verdad, es posible que amemos sinceramente, tal vez creamos en nuestras palabras, pero somos máquinas manejadas por seres inferiores a nosotros, que permiten nuestros movimientos por un beneficio irrisorio. Escupiré hacia arriba en mi rostro y posiblemente, me encuentre con otro, que estará esperando mi despertar de esta vida oscura de carreteras interminables y malditos juegos llenos de trampas, vacía de amor, como de inteligencia. Tal vez el día sea mañana y no volváis a verme más, arrellanado en la silla magnética de esta oficina intrigante. Nos encontraremos en el valle y no hablaremos del pasado. Somos, pues, los rebeldes que esperamos y he aquí, que acabo de descubrirlo.


JUSTIFICACIÓN


Tal vez, tenga yo la culpa o quizá fueran otras las circunstancias, lo cierto, es que estaba equivocado: No, no soy yo quién para juzgarme, pero puedo enmendar mis desaciertos cometidos por mi poca preparación para vivir. Porque entramos en la vida con pasaporte falso y sudamos mares de sangre hasta conseguir el salvoconducto definitivo, siendo pasto de calumnias como títeres de cabeza hueca y ayudamos, inocentes, a colgarnos un distintivo, creyéndonos, así, más hombres e, ignorando nuestro caudal, tropezamos mil veces con las mismas encerronas y caemos como niños en las eternas trampas. Tal vez, la culpa adorne muchas cabezas: de mis padres, de mis abuelos, mis hermanos o de aquel desconocido, que a escondidas, me mostró la vida en diapositivas oxidadas por el uso. Tal vez, la culpa la tengáis vosotros que, arrellanados en vuestras posturas, ignoráis deliberadamente la ignorancia, porque se os hace difícil desarrollar un argumento claro y limpio que conduzca a vuestros discípulos a la comprensión llana. Tal vez, la culpa sea mía por haberos hecho tanto caso, en lugar de renegar de vuestra cultura.


REPROCHE Nยบ 1


Me gustaría ser luz para poder oscurecerme en un punto. Tenéis millones de hijos y no sabéis qué hacer con ellos. La realidad, ese fenómeno incomprensible, que os traslada de un lugar a otro sin daros tiempo a incursiones más efectivas. La mentira, vuestro dios de papel celofán luminoso y transparente, os enreda entre sus hilos como a moscas en una gran tela. Y vosotros no sabéis qué hacer con vuestras vidas.


YO ADVIERTO


Hablando de los momentos actuales surge la verdad inevitable, que adosada a nuestra cultura nos persigue como el fantasma de la muerte. Si no somos capaces de comprender lo que llevamos tan dentro, jamás lograremos modificarlo. Alguien, más allá de nuestra frontera, pondrá fin a los problemas con facilidad, alguien, más allá, tendrá la solución. Tiempos pasados no fueron mejores ni peores, tan solo son, fueron, tiempos pasados. No podrá existir nunca un entendimiento, con ventajas para todos, sin una asimilación correcta del problema. El hombre ha dejado de ser, jamás existirá otro parecido en el mismo lugar. Tan solo por ese motivo, pasó de prototipo de violencia a ser violento. Sin el consentimiento mutuo del enfermizo homo del siglo XX jamás saldremos del atolladero del progreso, que avanza bajo nuestros pies amenazando con sus medios nuestra integridad.


Temblad; sentidos, entre la espuma de mis labios, pues hoy, ha nacido en mi mi liberador, temblad en el recuerdo de quien os dio la vida, que ahora yace entre laureles y rosas desmitificado para el hombre, pesaroso para sus multitudes. Tiritad entre el silencio del espacio y el murmullo de los silencios, que éste, que os da la vida, renegará de la cordura por vuestro alumbramiento. Sentid sobre vuestras espaldas el peso de toda responsabilidad, que hoy renuncio a ser humano y adopto de por vida el título de loco. Vosotros seréis el testimonio de una vida pasada, normal a miles de ojos, recuerdo de lo que, un día, fue el más hermoso de los pensamientos. Renunciad, vosotros, desde hoy, a toda publicidad y resignaos a ser posesión de uno solo, porque vosotros y yo, queridos míos, viviremos unos junto a otros y seremos mutuos amos y señores de nuestras decisiones futuras y únicos conocedores de la buena filosofía. Arranquemos, a nuestro paso, el recuerdo racional del hombre, que impide el desarrollo de lo grande, de lo verdaderamente hermoso. Renunciemos, pues, desde hoy, al trato con esos extraños seres, que conviven con nosotros e intentan obligarnos a seguirles.


Con un silbido mortífero, animal, os anuncio que ha llegado vuestra hora, que vosotros, cumplido ya vuestro fin, habéis de dar paso a lo nuevo y lo nuevo no soy yo ni sois vosotros, es el nuevo hombre, el que levanta el testuz contra el santuario y destroza, sin razonar, vuestros santos de papel. Ha llegado fuerte el nuevo hombre y embistiendo por la espalda, os arranca de raíz de vuestras sillas, que se tornan tronos para él y corriendo, resopla sobre vuestros rostros, amargados por el miedo, para acabar con el poco brillo de vida que pudisteis robarle a la muerte. Y hace de mí estandarte sanguíneo que penderá para siempre de la soga de su ley, que, como cada una de las leyes, será injusta con el infeliz en beneficio del desgraciado. Y destruirá vuestras inmensas torres paganas, erectas hacia el cielo en desafío, para construir enormes bloques de cuerpos con los que ensalzar su gran dote arquitectónica y rasgará la piel de vuestras entrañas para, puesta a secar, conservarla para siempre en recuerdo de los que no supieron descubrir la realidad venerable. Y por sus belfos resbalarán nuevas canciones de guerra, que ensalzarán su bravura. Y cuando haya conseguido ser tanto o más importante que vosotros, surgirá de entre la chusma otro emboscado, para anunciarle con un bramido la llegada de un nuevo hombre.


REPROCHE Nยบ 2


Me siento orgulloso de vosotros, que forjasteis con vuestro carácter los sabios dogmas de la civilización y, a la vez, me siento molesto de ser yo quien os bendiga, pues habiendo en el mundo millones de hombres superiores, ha de ser este ególatra quien elogie vuestras gestas, confeccionadas por él mismo en los términos de la burocracia o, mejor interpretado, en el campo de la buro-teo. Porque incluso, habéis logrado, con vuestras geniales maquinaciones, construir un dios de papel que, sin ser dios, se le parece bastante. Habéis logrado también, con vuestro inigualable arte, que el hombre se olvide de su egoísmo y que, cada vez, se sienta menos hombre. Vuestra técnica, cada vez, más avanzada, consigue hacer del campo, de los animales y de las plantas enormes puntales para la civilización y vuestra ciencia consigue que muramos, cada vez, más y así suframos menos en este “Valle de Lágrimas”. Por eso, os doy las gracias, científicos, industriales, médicos, políticos, mercaderes, maestros, teólogos, técnicos y, en fin, hombres, porque gracias a vosotros, soy como soy.


JUAN CAMUÑA: POETA ERRANTE


Rasgo el papel como Ăşnica defensa, manipulando palabras, protestando en silencio, aislado en mi castillo mental. Intento reflejar una idea, que permanece clara en mis sentidos y se niega a ser dominio de la voz que la hiere. Escupo mis pasiones, retratos de mi sentir, para que un dĂ­a me quede constancia de que he sabido vivir. Oigo, siento y veo y escribo para olvidar que puedo hacerlo y descargar mi conciencia, que empieza a estar abotargada. No escribo para nadie que elogie mis bellas palabras o pueda comprar un trozo de mi vida. Escribo para el hombre que soy.


En un monumental teatro, donde las máscaras son parte del cuerpo y las sonrisas son sinónimo de tristeza, donde lo ágil quita realismo a lo serio, donde lo hermoso es más importante que lo importante, allí donde nadie es quien es, sino quien quiere ser, donde el lacayo es rey y el hacendado, santo varón, donde el espacio infinito está al alcance de la mano, donde la madre sonríe y el hombre se enorgullece de su terrible papel, donde sirvieron señores y absolvieron delincuentes con falsa sinceridad, donde se escucha, donde se habla, donde se ríe sin ganas, donde hiere el plástico o hace de vendaje, donde la muerte es perfectamente inútil o totalmente transitoria, allí donde todos se deshacen de sus frustraciones mayores y sonríen al mundo desde la farsa, como si nada pasara… Allí no me busquéis, que no vais a encontrarme.


Me acecha la confianza, me hiere la desesperación, y no encuentro, pues no busco, un medio de suprimir este engendro. Ahora, el sol brilla más alto y las nubes no se atreven a palidecer sus rayos. No soy más que un hombre que busca a su alrededor la posible emancipación de su ego o la ruptura de las cadenas que atrapan su psicología. Si pudierais leer mi mente, os daríais cuenta de la importancia que, para mí, encierran estas palabras. Y no son más que palabras, que, comparadas con mis frustraciones, quedan reducidas a lo más ínfimo.


Caminamos lentamente por el pasillo que conduce a la antesala de la muerte, vamos dando tumbos, de un lado a otro, como si el gran barco de la vida estuviese dispuesto a naufragar y no somos conscientes de la pérdida que, sufrida, día a día, no se nota. Estoy llamando al mundo y no me atiende. El mundo es el culpable. Yo, cuando termine mi tarea, trataré de olvidar cuanto he vivido y pondré fin a mis días con la satisfacción de quien se supo malo y no consintió empeorarse.


El cuerpo en el que me hallo, siempre sujeto a las complicaciones que ofrecen las almas ajenas que nunca supieron comprender la verdad de estas palabras. La boca, que despide despiadada su néctar balsámico, para atraer con su dulzura la fragancia de otros cuerpos, hundidos en el mismo fango. Las manos, que intentan unirse en desesperada lucha, por retirar el cuerpo de las garras del placer, introducido en mi imagen y culpable de mis grandes frustraciones. Los ojos, unidos entre sí por dos cuerdas metálicas caritativas de las que pende mi visión, inútil a la hora de lamentar. He aquí mi cuerpo, comprado por cuatro monedas, utilizado por mil personas y saturado de lozana vida inútil.


CERCA DEL FIN


No sé si podré llegar a explicar con palabras todo aquello que siento en estos momentos. Estoy fatigado, muy cansado, odio esta vida, que me empuja, día a día, hacia un mundo real y asqueroso, donde el más y el cuanto están por encima de toda belleza, donde hemos querido realizarnos cientos de veces y siempre hemos fracasado, donde somos manipulados y maltratados, incluso por aquellas personas a quienes amamos, donde el amor suena a irrealidad, a sueño de adolescentes, a cursilada poética. Estoy cansado de ver cómo me autodestruyo, poco a poco, y no puedo hacer nada para remediarlo, pues camino, hacia el horizonte de lo normal y lo cotidiano, con los ojos cerrados, sordo e insensible. No sé si logro hacerme entender, todas estas sensaciones son sumamente complejas para ser explicadas, como si se tratase de algo nuevo, a pesar de estar sufriéndolas toda la vida. Estoy harto de buscar y buscar por entre la gente, las culturas y las fórmulas de vida, algo que me traiga un indicio de verdad, de sinceridad, de no estar equivocado, una prueba de que estoy sobre el buen camino o que, al menos, existe un camino. Y no quiero buscar más. Quiero retirarme a un lugar apartado, lejos de toda contaminación física y mental, lejos de la vida, aún sin dejar de vivir, lejos de todo. Y crear un nuevo mundo, algo ajeno a todo, un mundo, reducido y autosuficiente, que poder brindar a dos o tres personas que logren creer en su posibilidad, donde poder esperar tranquilamente, sin prisas, la llegada de la amalgama exacta, donde poder meditar, libres de cualquier condicionamiento, donde la vida valga tanto como un puñado de buenas cosechas o la caricia de la persona amada.


Esto es cuanto pretendo encontrar, un lugar en el campo, donde escribir las más bellas composiciones donde poder amar sin límites, donde poder sentir que, cada día, la vida rebosa de mis manos y se esparce sobre la tierra, sobre los animales, sobre ti, sobre ese niño pequeño que, tarde o temprano, amanecerá y no sabrá de egoísmos ni de odios, que oirá hablar de cultura, de amor y de comprensión y no encontrará un significado para estas palabras, pues cultura, amor y comprensión serán virtudes congénitas en él. Y hablo, precisamente, de ti, porque tengo pruebas, más que suficientes, de que buscamos lo mismo, de que la muralla gigantesca de la que tan segura te sientes, es tan frágil y delicada como tú, figurilla de porcelana, falta de amor y sensibilidad, de dulzura e irrealidades… Me marcharé, te lo juro, me iré muy lejos, a millones de kilómetros no geográficos, a un lugar escondido del mundo, no para huir de la vida, sino, para enfrentarme a ella, de una vez por todas. Y lo haré, aunque no quieras venir conmigo, aunque signifique, para mí, perder algo que, por fin, había conseguido, verdaderamente puro, aunque se abra en mi pecho la más grande herida, pues, tarde o temprano, cicatrizará y, cuando suceda, habré conseguido superar muchas de las circunstancias que ahora me están hundiendo en el fango colectivo y absurdo. No sé si conseguirás comprenderme, incluso para mí, resulta bastante ininteligible, pero aquí dentro, en mi cabeza, en mi corazón, está muy claro. Solo puedo decirte que te quiero y que no entiendo de diferencias a la hora de amar, te quiero y para mí es suficiente, sin aliños ni aclaraciones, sin distinciones ni grados, te quiero, limpia y llanamente y espero que este escrito te aclare un poco las cosas. No sé si conseguirás descifrar todo cuanto siento, pero, si decides que estoy equivocado y es cierto, volveré, algún día, para darte la razón.


Galopad sobre vuestros caballos, cargando hacia lo inútil de la inteligencia, despegando del suelo las palabras, para utilizarlas luego en el juicio de la mente, asesinad, sin falsos remordimientos, el crepúsculo azulado que vierte la vista ya cansada de tanto pus y vestid los colores negros de la vida, que os ha tocado en suerte como regalo de otras existencias. Así mismo, destrozad las caricias que, en otro momento, sentisteis acogedoras. Aunque seáis lo único que vale, jamás lo deis a entender a los ciegos cerebrales, insensibles a las bellas palabras. Cobijaos en la oscuridad de una cueva, para renacer, triunfantes, sobre la miseria, la miseria de la riqueza, que ondea sobre los cuerpos materiales, dando fe de una sorprendente nulidad. Pensad en el poeta como amigo de la nada y nadad en el holocausto de las supercherías, conservando intactos vuestros encantos sensibles a la luz de la materia, como topos inmersos en la fosforescencia, pero jamás dudéis de vuestra integridad como entes filosóficos de la imaginación, maravillosa fantasía polícroma, dentro de este inútil viaje por lo racional.


El tiempo corre, como un gazapo, dando vueltas a mi alrededor, mientras, yo, sin darme cuenta, voy enterrándome, poco a poco. Mi cabeza no rige mis actos y mi cuerpo apenas obedece al instinto, estoy helado y mi único calor es la sangre que mana de mi boca. Es el tiempo el que camina, mientras, nosotros, inmóviles, nos limitamos a formar parte de una diminuta porción de su todo.


Si representas para ti toda la gloria, si jamás encontraste nada parecido en tu viaje, si para el podrido significa tu perdición, ten toda la certeza de que has elegido el mejor camino. Si, cuando vas a buscar a la fuente, la savia que te ha de limpiar los ojos, encuentras, en el fondo, la verdad escamoteada, no te conformes con la claridad de su fluido. Si, algún día, recuerdas las máximas de la niñez y vuelven a tu mente como buenas noticias, si de verdad creíste, alguna vez, en la inocencia, regálate con un poco de nostalgia. Si, sintiendo sobre tus hombros descargados el peso de las responsabilidades inútiles, decides buscar un remedio que las clarifique, aparta tus migajas del pico de la crisis, que, algún día, saldrá el sol con más fuerza, para recordarte que no eres la mitad de lo que crees. Así vive el cerdo, rodeado de mierda, y su carne resulta exquisita, así vive el pavo real, rodeado de pompa, y sus plumas resultan decorativas, así vive el hombre, entre miserias, y su pobreza se le antoja, a alguien, apetitosa. Eres igual que la nada, vació y silencioso y no eres nadie más que nadie, no te esfuerces en parecer algo más, que, igual muere el sabio, que el idiota. Palabras son estas, que me escupen, a la cara, la realidad del mundo en que me desarrollo, crueles y sinceras palabras que, con certeza milimétrica, hacen de mí el más fiel de los retratos. Otro tiempo vendrá con sus rudas tareas a apartarme del absurdo envoltorio egocentrista. Entonces, será tarde para el poeta, que habrá visto pudrirse lentamente sus palabras.


Gracias, te amo.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.