Origen del nombre de Dios El Tetragrámaton. Palabra que proviene del griego TETRA = cuatro y GRÁMMATON = letras. Como tetragrámaton conocemos hoy al conjunto de cuatro letras hebreas que se repiten en la forma que Dios contestó cuando Moisés le preguntó acerca de su nombre. Dios dijo “Yo Soy el que Soy” La palabra SOY que se repite en esta expresión es el termino hebreo al pasar estas letras hebreas al español corresponden a YHVH o JHVH. El tetragrámaton y las derivaciones, se repite casi las 7.000 veces en el A. T. Los israelitas del A.T. tenían un profundo respeto por el nombre de Dios. Era el más sagrado porque Dios mismo se había identificado con este nombre. (Ex. 3:14). Por tal razón, según las tradiciones y la historia de Israel, ellos nunca pronunciaban este nombre. Cuando lo encontraban en la lectura, decían Hashem que significa “el nombre” También lo cambiaban por Adonai Con el tiempo los israelitas, por respeto al nombre propio de Dios, dejaron de pronunciarlo. Resultó que después de varios siglos se olvidaron por completo de la pronunciación original (YHVH) porque siempre decían Adonai (el Señor). Todas las denominaciones modernas del judaísmo enseñan que está prohibido pronunciar las cuatro letras del nombre de Dios, YHWH, excepto por el Gran Sacerdote en el Templo. Puesto que el Templo de Jerusalén ya no existe, nunca se pronuncia este nombre en rituales religiosos por judíos. Los judíos ortodoxos y conservadores no lo pronuncian nunca por ningún motivo. Algunos judíos no ortodoxos (pero religiosos) están dispuestos a pronunciarlo, pero sólo para propósitos educativos, y nunca en conversaciones casuales o durante la plegaria. En vez de pronunciar YHWH durante la plegaria, los judíos dicen Adonai. En la conversación, muchos judíos llaman a Dios "HaShem", que es la palabra hebrea para "el Nombre" (aparece en Levítico 24:11). Hoy día los judíos de origen español, cuando llegan a YHVH, por lo general lo sustituyen por "HaShem" que en hebreo quiere decir "El Nombre", mientras que los judíos originarios del Este europeo dicen "Adonai", “el Señor”.
Formas de pronunciación para las otras naciones A causa del desuso de su forma oral, y por la forma de los signos de la escritura hebrea, que emplea sólo consonantes, se perdió la forma original de pronunciación. Cuando alrededor del siglo V se comenzaron a emplear signos adicionales para indicar las vocales en el texto bíblico, los llamados puntos masoréticos o nekudot, el nombre divino se conservó tal como estaba, sin vocal alguna, para respetar el mandamiento que prohíbe usarlo en vano. Debido a
ello, y a las distintas reglas para transliterarlo a otros idiomas, existen múltiples versiones del nombre, derivados del tetragrámaton. Junto con Yahvé (y las variantes que eliminan una o más letras mudas), la más frecuente es Jehová, En español, las ediciones católicas del texto bíblico optan por Yahvé, mientras que las ediciones evangélicas emplean Jehová.
¿De dónde vienen las palabras Jehová - Yahvéh? Si bien las formas Yahvé o Jehová son las preferidas, no se tiene la seguridad de que efectivamente sean la pronunciación que utilizaban los antiguos israelitas. A menudo, el nombre YHWH se reconstruye en castellano como Yahveh, Yahvé, o también como Jehová. En la Edad Media (1.000 a 1.500 años después de Cristo) los hebraístas (que estudiaban el idioma hebreo antiguo) empezaron a poner vocales entre las consonantes del idioma hebreo. Y cuando les tocó colocar vocales en la palabra hebrea YHVH (el nombre antiguo de Dios) encontraron muchas dificultades. Por no conocer la pronunciación original de las cuatro consonantes que en las letras castellanas corresponden a YHVH y en letras latinas a JHVH, y para recordar al lector que por respeto debía decir: «Adonai» en vez de «Yahvé», pusieron las tres vocales (e, o, a) de la palabra Adonai; y resultó Jehová en latín. Es decir: tomaron las 4 consonantes de una palabra (JHVH) y metieron simplemente 3 vocales de otra palabra (Adonai) y formaron así una nueva palabra: Jehová. Está claro que la palabra «Jehová» es un arreglo de dos palabras en una. La palabra «Jehová» nunca ha existido en hebreo. En los años 1600 comenzaron a traducir la Biblia a todas las lenguas, y como encontraron en todos los textos bíblicos de la Edad Media la palabra «Jehová» como nombre propio de Dios, copiaron este nombre «Jehová» literalmente en los distintos idiomas (castellano, alemán, inglés...). Y desde aquel tiempo empezaron a pronunciar los católicos y los evangélicos como nombre propio de Dios del Antiguo Testamento la palabra «Jehová o Yahvéh» en castellano.
¿Con qué nombre te diriges al Señor cuando oras? ¿Cómo se llama nuestro Dios? ¿Cuál de todas las formas de los nombres es la verdadera? No te pierdas el próximo tema:
“El - Elyon Elohim - Eloah”
“Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre” Salmo 5:11
Escuelas Dominicales Serie: EL TETRAGRAMA O TETRAGRAMATÓN En las diferentes versiones de la Biblia en castellano que circulan hoy en día, encontramos diferencias en cuanto a la traducción del nombre propio de Dios.
Estas diferencias ocurren debido a que en el idioma hebreo (idioma original de los escritos sagrados del Antiguo Testamento) el nombre de Dios aparece sin vocales (YHVH) y como el sistema vocálico se introdujo entre los siglos VI y X D.C. la pronunciación propia del nombre de Dios se perdió. Estas cuatro consonantes son las que identificamos como Tetragrama o Tetragramatón. Por la reverencia que los israelitas dieron a este nombre, al encontrarlo en un escrito no lo leían, hacían un silencio, en ocasiones leían Adonai o Elohim, otras veces leían HaShem. Dios se ha revelado a sí mismo de muchas maneras a través de la historia para que el hombre comprenda quién es Él, cuál es su plan, su propósito, su carácter y su voluntad. Cada vez que Él se revela con un nombre es para que el ser humano comprenda algo más de su carácter y naturaleza. El vocablo hebreo HaShem significa nombre; a veces también significa reputación, memoria, renombre. Es un vocablo que da un sentido de identificación. En el judaísmo en ocasiones solamente se dice HaShem “el Nombre” para referirse a Dios. Por ejemplo, Adán puso nombre a todos los animales para identificarlos. (Gen. 2:19) Shem puede ser un sinónimo de «reputación». El uso vocablo hebreo Shem en el AT revela todo un gran significado, el nombre no es un mero rótulo, sino que revela la verdadera personalidad de aquel a quien pertenece. Puede derivarse de las circunstancias de su nacimiento (Gn. 5.29), o reflejar su carácter (Gn. 27.36), y cuando una persona otorga su “nombre” a alguna cosa, o persona, ese algo o esa persona queda bajo su protección e influencia.
Domingo 30 de Marzo 2014 - Tema 01 de 12