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SOLO PARA PENSANTES

“En el nutrido mundo del automovilismo, lloramos la muerte de un querido amigo: Sentido Común, alguien que había estado entre nosotros durante mucho tiempo…”

juan carlos maimone

Nadie sabe a ciencia cierta cuántos años tenía, puesto que los datos sobre su nacimiento se remontan a principios del siglo pasado y otros se han perdido en los vericuetos de los intereses.

Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como que hay que trabajar para poder tener un buen equipo, que se necesita leer todos los días un poco, saber por qué los pájaros que madrugan consiguen mejor comida y también por reconocer la validez de frases tales como “carreras son carreras “ y “tal vez haya sido yo el culpable”.

Sentido Común vivió bajo simples y eficaces consignas (no andes a más de lo que puedes) y estrategias parentales confiables (los equipos - no los padres - están a cargo de los pilotos y son los responsables). Perdió terreno cuando los mayores atacaron a los maestros sólo por hacer el trabajo en el que ellos fracasaron: Disciplinar a sus ingobernables hijos.

Su salud comenzó a deteriorarse rápidamente cuando se aplicaron reglas quizás bien intencionadas, pero a la postre, ineficaces, como la persecución de mecánicos que saben más que los comisarios deportivos.

Declinó aún más cuando las escuelas y talleres del karting comenzaron a cobrar cifras inconcebibles, a producir competencias sin ningún tipo de organización y cuando damas y niñas debieron recorrer millas y millas para encontrar un baño decente y limpio durante un evento.

Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando las reglas de juego se convirtieron en material risible, algunos talleres evangelizaron el negocio por sobre el deporte y los detestables de bolsillos gordos comenzaron a recibir mejor trato que sus víctimas.

La muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres, Verdad y Confianza, la de su esposa Discreción, la de su hija Responsabilidad y la de su hijo Raciocinio. Lo sobreviven sus tres hermanastros: Conozco Mis Derechos, El Otro Tiene la Culpa y Soy Una Víctima de la Mala Suerte.

No hubo mucha gente en su funeral, porque muy pocos en las carreras de hoy se enteraron de que Sentido Común se había ido para siempre.

Si aún en el más allá lo recuerdas como alguien que amó el deporte de la velocidad y trató de hacer las cosas bien en beneficio de todos, bríndale tu respeto; caso contrario, únete a la gran mayoría y ríete de estas líneas…

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