MACGUFFINS N.3
MacGuffins Magazine Publicado en Málaga en abril de 2016. Coordinación: Sonia Marpez y Gabriel Noguera. Colaboran: Cristian Alcaraz, Martín de Arriba, Álvaro Campos, Basura Especial, Álvaro Gastmans, Elena López, Sonia Marpez, Fidel Martínez, Gabriel Noguera, Vicente Ortiz, Pigeon P, Francisca Pageo y Antonio Ullén. Ilustración de la portada: Francisca Pageo Publicación online: issuu.com/macguffins
MACGUFFINS
Basura Especial
UN HOMBRE Soñaba con que llegara el momento de tener una cita. It follows Un hombre de dos cabezas tiembla al otro lado de mi cama. Su boca es quiste o muerte como una fisura entre dos dedos. El frío le agrieta la espalda y veo sus costillas moverse. ¿Por qué quiere tocarme o desnudarse frente a mí? ¿Por qué mueve mi sangre y pulso si no me conoce? Me sopla en la barbilla mientras duermo. No deja que nadie me lastime. Y yo pienso en su fuerza y en sus golpes. Imaginaba así el miedo o el amor.
Cristian Alcaraz
Elena L贸pez
TENDRÁ TUS OJOS Cristales rotos, maderas quebradas, cosas que caen dentro de la oscuridad del dormitorio me arrancan del sueño como el atropello de un tren de carga. Bebo el aire con desesperación y, como la mano de otro, mi mano repta por la pared hasta dar con el interruptor. La puntiaguda luz me llena la mirada de burbujas brillantes. Soy la más indefensa criatura del universo, sentado en la cama entre sábanas embarulladas, cegado, asfixiado, aturdido y en pijama. Recorro la casa casi sin tocar el suelo, silencioso como una lombriz: nada fuera de su lugar. Sin embargo, al volver de nuevo a la oscuridad, algo llama mi atención desde el fondo del pasillo. Una presencia levemente carnal, una mancha en medio de lo negro. Con un espasmo de mi brazo, enciendo la luz otra vez... Nadie. Sombras. La vigilia, que se ríe de la percepción. Dejarse arrastrar por el sueño; esos instantes en que somos capaces de percibir de manera consciente que, poco a poco, nos hundimos en la inconsciencia son suficientes para justificar el hecho de haber nacido y estar vivo. Pero, otra vez, como una filarmónica enloquecida, chirriante, violenta, todo parece estallar alrededor. El corazón se desborda en la garganta. Frente a mi cama, como una estatua metálica, algo, alguien a quien, entre las brumas del súbito despertar, apenas vislumbro. Una presencia inmóvil, fría, dura, como si la exacta quietud fuese su naturaleza. Milímetros de tiempo que parecen siglos; sus facciones se modelan sobre la obstinada penumbra, sus ojos, su pelo, sus hombros, sus brazos, todo en él me resulta familiar. Ni siquiera puedo gritar. Mi cuerpo es madera seca; mi garganta, el desierto. El rostro que me observa desde los pies de la cama es mi rostro; una réplica exacta de mí. Soy yo. He venido a buscarme.
Vicente Ortiz
Fidel MartĂnez
GOODBYE, MOONMEN El panel de control indica que el nivel de oxígeno en la nave ha descendido casi un veinte por ciento en la última media hora, lo que significa que han conseguido atravesar el último perímetro de seguridad. —¿Dónde estás?— Nunca pensé que fuesen capaces de llegar tan lejos. Fui un estúpido al creer que aquí estaríamos a salvo. Ahora lo único que me separa de ellos es esta fina capa de piel erotizada. —¿Puedes oírme?— Dada la situación, lo más sensato sería activar el protocolo Alfa y ampliar la zona de cuarentena al resto de la nave. Sin embargo, no lo haré. Porque sé que ella aún está viva. —¿Sigues con vida?— No la vi caer cuando el grupo portador del gen teogónico irrumpió violentamente en la Sala de Vacío. Entonces nos vimos obligados a separarnos para evitar que nos alcanzaran con los egotizadores y es probable que, en mitad del caos, consiguiera acceder a escondidas a una de las cámaras superiores de aislamiento. —¿Por qué no me contestas?— Así que esperaré. Esperaré hasta el último momento. Esperaré hasta que los oiga rugiendo y arañando tras la puerta. Me cuesta tanto respirar… el nivel de oxígeno está por debajo del diez por ciento… pero quizás pueda aguantar aún un poco más… —¿Estás cerca?— …me ha parecido oír… cómo volaban el panel de navegación auxiliar… no era necesario, bastardos… es evidente que no vamos a salir de aquí con vida… ahora lo sé… no vais a permitirnos que volvamos a escapar… no vais a tolerarlo… ¿qué ha sido eso? —¿Eres tú?— … el ruido es insoportable… y ese olor nauseabundo… están aquí… es el… Shhhh… Ahora no hables, sólo mira a tu alrededor. ¿Ves aquel planeta verde? Es allí adonde nos dirigimos. No te preocupes. Estaremos a salvo. Ese será nuestro hogar. El Sol. La Luna. Las estrellas. Todo nos pertenece. Antonio Ullén
MartĂn de Arriba
LA REALIDAD ANTE SU ESPEJO Siempre me ha resultado difícil establecer una linea divisoria entre los géneros de la fantasía y de la ciencia ficción. No por la complejidad terminológica de los mismos, sino por lo que ambos conceptos me sugieren. El ámbito cinematográfico de la fantasía se extiende a todo aquello que no es real, y por ende, abarca también para mí las creaciones audiovisuales más insólitas vinculadas al progreso de la técnica: los viajes en el tiempo (Regreso al futuro, Interstellar), la revolución de las máquinas (Matrix) y el imperio de éstas frente al hombre, ya deshumanizado (Metrópolis), las batallas espaciales (La guerra de las galaxias, Dune); gran parte de las obras más sobresalientes comprenden un aparato de socio-ficción estimable y no suficientemente ponderado ya que, en muchas ocasiones, éste se diluye en favor del cine de acción y palomitas. En ellas, se plantean interrogantes en los campos de la moral y de la ética que permiten el recogimiento mientras escapamos gozosos (y a la vez, nos acercamos) a la «verdad» del mundo. Utopías y distopías que habilitan el enfrentamiento al reflejo propio para así, sumar en uno con nuestras sombras: el reverso tenebroso que llevamos dentro.
Álvaro Campos
Ă lvaro Gastmans
INTRODUCCIÓN FICCIÓN
AL
CINE
DE
CIENCIA
—Sé que ha ganado usted el Nébula y el Hugo (por cierto, ¿eso es un premio mexicano?), pero su guión no funciona. —¿Por qué? —No me malinterprete. ¿Es bueno su guión? Ha de serlo, teniendo usted tantos premios. Pero esto es cine, amigo mío, y obedece a normas diferentes. Por ejemplo: el alienígena de su historia, ¿no podría ser una atractiva extraterrestre? —¿Cómo dice? —Para que la audiencia sienta la amenaza del espacio exterior. Los peligros del sexo, ya sabe. Cine educativo para la juventud. —Perdone, pero mi guión va sobre la soledad y la incomunicación. —Y eso está muy bien, sí, pero la gente va al cine para que la entretengan, hombre. Y para contemplar hermosas mujeres que en casa no puede. —Pero lo interesante de mi historia es que el protagonista nunca llega a ver al alienígena y así el espectador se preguntará al final de la película si sucedió realmente o fue todo un delirio del astronauta, perdido en un planeta extraño. —Eso del planeta también hay que cambiarlo, no hay presupuesto. —¿Qué? —Acabamos de terminar una producción del Oeste y tenemos un decorado del interior de una cabaña que nos podría servir para la película. ¿Puede reescribir el guión? —¿Y que el astronauta esté en una cabaña? —Eso es. Con la atractiva extraterrestre. No me dirá que no es original. —Ajá. Y que la audiencia sienta la amenaza del espacio… interior. —Una última cosa: ¿y si fuera un astronauta fantasma? Gabriel Noguera
Pigeon P
NO ABRAS «El bien es sólo una especie de reflexión sobre el mal». La Posesión, Andrzej Żuławski en la intimidad del hogar fuimos bestias y aves de rapiña nos vaciamos y llenamos enteros nos retorcimos nos destrozamos desde dentro luego cada uno lamió las heridas del otro hasta quedarnos en los huesos decíamos no creer en nada aunque rezábamos en la oscuridad hacíamos ensayos frente al espejo idealizando posibles vidas logramos con éxito algunos objetivos pero con los pies sepultados al final conseguí hacerlo yo por mí misma alcé más alto los dedos apreté fuerte los párpados y conseguí desterrarme de esta realidad a la que he regresado pues ya está terminado ahora todo será perfecto he sacado lo mejor de ti he dado lo mejor de mí para los dos porque no quiero estar sola de ese modo me haría más daño por eso lo he creado ¿cómo querías que acabase esto?
Sonia Marpez
M A C G U F F I N S