Libro cuentos CEIP José nogales

Page 1

C.E.I.P. JOSÉ NOGALES

El Nogal de los Cuentos Cuentos para leer y soñar Alumnado de 3º, 4º, 5º y 6º del C.E.I.P. José Nogales de Valverde del Camino (Huelva) 23/04/2017

Este libro consta cuentos e historias escritos por el alumnado de segundo y tercer ciclos de Primaria del C.E.I.P. José Nogales de Valverde del Camino (Huelva) con motivo de la


celebración del Día del Libro.

PRÓLOGUILLO Hace muchos, muchos años, entre la sierra y el mar, nació un “Nogal” que al crecer comenzó a dar frutos. Los vecinos y vecinas de aquel lugar observaron maravillados que las nueces de ese Nogal no eran comestibles, sino que al abrirlas aparecían dentro de ellas pequeños pergaminos en los que había cuentos.

Los vecinos y las vecinas se aficionaron a ir todas las tardes a reunirse bajo el Nogal. Una vez allí, un niño o una niña leía uno de los cuentos que les ofrecía el majestuoso árbol mientras todo el pueblo descansaba del trabajo.

El tiempo pasó y el Nogal iba envejeciendo poco a poco, hasta que llegó un día en el que el Nogal murió.

El pueblo entristeció y las tardes eran largas y tediosas, sin un descanso a la sombra de aquel árbol maravilloso.

Pero entonces, un grupo de amigos y amigas, tuvo una genial idea: En el lugar donde había vivido ese mágico Nogal, construirían un Colegio en el que todo el pueblo aprendería a escribir cuentos que luego podrían leer a los demás y así recordar esas tardes en que se reunían al rededor del árbol.

La idea gustó tanto que pronto construyeron el Colegio y desde entonces allí, animados por una mascota especial, se escriben cuentos maravillosos. Con algunos de ellos han hecho este libro que hoy tenéis en vuestras manos. ¿Adivináis cómo se llama ese Colegio?


Mª Dolores Fernández Lazo PRÓLOGO

Muchos son los retos que, día a día, nos planteamos para superar. Unos son sencillos y fáciles de cumplir y otros, por el contrario, difíciles de ejecutar, e incluso, imposibles de alcanzar. En todos ellos, seguro que hay algo en común, la lectura. La lectura nos abre la mente, nos hace imaginar mundos fantásticos, nos facilita el entendimiento, nos ayuda a interpretar, a ser críticos, a juzgar, a no ser “pasotas” de nuestra sociedad. De este tema en el CEIP José Nogales sabemos bastante, porque estamos comprometidos con hacer de la lectura un compromiso personal y de grupo, aportando ideas, opinión; recibiendo sugerencias de las familias, maestros y maestras y, por supuesto, de nuestros alumnos y alumnas. Es un trabajo constante que se visualiza a través de nuestro Proyecto Lector, y que, diariamente nos ayuda a ser mejores personas, aportando una calidad a la educación que se nota en la GRAN FAMILIA que formamos el CEIP José Nogales. Nuestro colegio lleva el nombre de un buen escritor, nacido en nuestro pueblo, que supo construir bellísimos cuentos y poesías, además de ser periodista y contar la realidad de su momento. Nosotros queremos ser escritores y escritoras, ser partícipes de la sociedad, aportando nuestros sencillos cuentos a este “Nogales” lleno de humanidad. Como Directora de vuestro Centro me siento muy honrada de prologar este fantástico libro y os animo a seguir participando de la lectura, porque así aprendemos a aprender, adquirimos autonomía, conocemos la realidad, participamos …nos hacemos escuchar. Os animo a seguir siendo escritores y escritoras de vuestros sueños y que nosotros podamos disfrutar de la lectura de vuestros cuentos. La Directora. Manuela Castaño Gutiérrez.


ÍNDICE

3º Primaria

Álvarez Romero, Francisco Javier Arroyo Mora, Yeray Díez Asuero, Antonio Fernández Parreño, Lucía Girol Herrera, Ainoha González Jiménez, Daniela González Martínez, Saúl Jiménez López, Mireia del Carmen Kamal, Ifraheem Lorca García, Lucía Luque Romero, Yurema Montelongo García, Carmen Denise Rite Parreño, Marta Robles Bando, David Romero Barba, Ángel Romero Corralejo, Noa Romero Pereiro, Ainara Tuzhanyi, Casian Roberto Vázquez Díaz, Elena Velardo Gómez, Iván


4º Primaria

Benzal García, Juan Antonio Cuesto Castilla, Irene Feria Rodríguez, Sergio Hermoso Martínez, Jorge Lorca Ramos, Lucía Macías Martín, Sheila Martínez Rodríguez, Sheila Moya Corralejo, Aarón Rivera Jiménez, Aarón Valenciano González, Irene


5º Primaria

Asuero Pérez, Juan Batanero León, Carla Carrillo Alcuña, Cecilio Docón Merchante, Antonio José González Muñoz, Marta Herrera Expósito, Pablo Ledesma Gómez, Natalia María Rite González, Irene Rivera Jiménez, Saray Vázquez Díaz, Manuel Vidal Ibáñez, Ramón Vizcaíno Palomino, Rocío


6º Primaria

Alarcón Valencia, Neil Jefferson Álvarez Romero, Judith Delgado Maestre, Jaime Domínguez Pérez, José Luis Hermoso Martínez, Marina Lorenzo Domínguez, Raúl Lorenzo Tocino, Miguel Ángel Mantero Jiménez, María Martín Urrez, Yeray Oso Azogil, Cristina Pérez Duque, Candela Rodríguez Szoldrowski, Alex Segovia Rite, Jorge Tercero Valenciano, Cristina Torres Díez, Adrián


3er. NIVEL


UNA NAVIDAD MÁGICA

Había una vez un pueblo llamado Valverde. Éste era algo pequeñito pero cuando salíamos a la calle en navidad siempre había gente por sus calles. Salían a tirar petardos, después cenábamos en familia, venía papa Noel y les traían regalos a los niños y niñas. Cuando pasaban algunos días, llegaban los Reyes Magos. Estábamos muy contentos, la navidad era una fecha mágica. Este año vino mi abuelo que hacía tiempo que no lo veía. Siempre me contaba cuentos chulos. Uno de los cuentos que más me gustaron fue el siguiente: Había una vez un niño llamado Pedro, al que le encantaba la navidad. Era un niño igual que otro pero tenía algo diferente. Su pelo era blanco, tan blanco, tan blanco como la nieve. Decían por el pueblo que era albino, aunque no se qué significaba eso. Había veces que cuando Pedro salía a jugar a la calle los niños le gritaban y le insultaban pero por fin un día alguien lo defendió y le hizo ver aun teniendo el pelo, los ojos o la piel de diferente color, que era igual a los demás. Me di cuenta de que ese héroe era mi abuelo el mismo que me estaba contando el cuento. Entonces pensé: ¡que maravillosa era la navidad! Hace que todo riamos, bailemos y dejemos los problemas a un lado… Es algo mágico.

Francisco Javier Álvarez Romero


DOGUI Y EL PROBLEMA DE LOS RATONES

Erase una vez un perro que se llamaba Dogui. Tenía un amigo perro que se llamaba Juan. Eran inseparables, jugaban a la pelota, saltaban a la comba etc. Un día vieron un gato que perseguía a un ratón sin conseguir capturarlo. Dogui le contaba a su amigo todos los secretos de como cazar ratones. Un día fueron al campo junto y entre los dos cazaron más de cien ratones. Esos ratones los llevaron a un sitio donde había muchos gatos y allí estos gatos se comieron todos los ratones. Otro día Dogui y su amigo fueron a buscar conejos, pero los conejos corrían mucho y les era muy difícil cogerlos. Entonces fueron en busca de sus amigos los gatos y consiguieron hacer una pandilla para coger también los conejos.

Yeray Arroyo Mora


El bosque mágico

Érase una vez un bosque mágico donde vivían unos duendes muy pequeños. Nadie sabía que era un bosque mágico. Pero un día, un niño llamado Carlos paseando por un bosque muy oscuro lo descubrió. Carlos descubrió que el bosque era mágico, porque al pedir en voz alta necesito amigos que estoy solo. El bosque le respondió con el encuentro con los duende que estaban sin dinero ni comida… Carlos pensó: ¡es mágico! porque cuando le pides en voz alta lo que quieres te lo concede. ¡Qué aparezca una casa! dijo Carlos y apareció una casa grandísima. Carlos como era tan bueno le regalo la casa a los duendes. Los duendes estaban muy felices por tener una casa. Y se lo agradecieron ofreciéndole que vivieran con ellos. Carlos aceptó y se fue con ellos a vivir. Desde entonces juntos, ayudan a todas las personas que lo necesitan y pasan por el bosque Un día un perrito que estaba abandonado y llorando en el bosque. Fue visto por Carlos y no dudo en ayudarle, le dio agua y comida y se quedaron con él. Otro día, se encontró un niño que no tenía familia y le dijeron al bosque, que aparezca una familia para él y le dieron una familia. El niño desde entonces fue muy feliz .Les dio las gracias a Carlos, a los duendes y al bosque. Un día lluvioso un animal estaba atrapado y tenía sangre en la pata. Carlos se la curo. El animal se puso muy feliz. Carlos junto con los duendes ayudan a las personas, plantas y animales que lo necesiten. Desde entonces, se dice que ese bosque es mágico, porque todo el mundo que pasea por allí es más feliz y siempre encuentra lo que necesita.

Antonio Díez Asuero


El Campesino

Erase una vez, un campesino llamado Pedro. Era muy pobre, y tenía que trabajar mucho para poder comer. Allí todos los niños, tenían que trabajar, incluso los niños pequeños. La madre de Pedro le contó la historia de cómo su padre había muerto. La madre le dijo: _Tu padre murió en un accidente de coche. Pedro, todas las noches rezaba a su padre para que estuviese contento con él. Un día dando un paseo se encontró un euro. Fue corriendo a su casa y le dijo a su madre: -¡Mamá me he encontrado un euro! ¿Puedo ir a comprar? La madre le contestó_ Sí hijo. Entonces Pedro fue pero no sabía qué comprar. A lo lejos vio un estanco donde venden lotería. Compró un décimo y se fue corriendo a su casa. Al día siguiente se levantó de su cama. Su abuelo fue a casa de su nieto y le dijo a Pedro: -¿Pedro, sabéis que ha tocado aquí la lotería?-Pedro contestó:-¡no, yo ayer compré lotería!, a lo mejor me ha tocado a mí. El abuelo contestó:-Pues vamos al estanco y vemos si te ha tocado a ti. Pedro iba muy contento por el camino. Llegaron al estanco y el dependiente dijo: -¡Pedro te ha tocado el décimo, enhorabuena!-Le tocó muchísimo dinero. Llegaron a casa y le dijo a su madre que le había tocado la lotería. Se querían ir del pueblo porque trabajaban muchísimo y no le daban suficiente comida. Pedro le dijo a su abuelo que si se quería ir con ellos a vivir. El abuelo le contestó que no hacía falta porque ellos estaban bien en el pueblo con el resto de su familia. Pedro cogió el avión con su madre destino Madrid. Llegaron y Pedro dijo:-¡Qué pueblo más grande!-Con el dinero que le tocó, se compró una casa, se apuntó a una escuela y su madre encontró un buen trabajo como secretaria en una gran empresa textil. Pedro estudiaba mucho para los exámenes y sacaba casi siempre sobresaliente. Cuando su madre recogió las notas le dijo: -¡Enhorabuena, Pedro has sacado todo sobresaliente, estoy supercontenta contigo! El maestro le dijo a su madre que apuntara a su hijo a una academia de inglés. Pedro siguió

estudiando,

incluso los días de fiesta estudiaba unas horitas. Después de estudiar, Pedro salía a dar paseos con su madre. Pedro cuando se hizo mayor montó una empresa y ganaba mucho dinero. Un día Pedro fue a su pueblo a quedarse una semana con sus abuelos, y vio que su pueblo ahora era más pobre. Le dijo a su madre: -Mama podemos hacer colegios, supermercados y parques, para que los niños puedan aprender mucho como yo he aprendido. Pedro se puso contento cuando vio que su pueblo ya no era tan pobre. Los niños podían dar paseos con su familia, compra los alimentos que quisieran y aprender muchas cosas en el colegio.

Lucía Fernández Parreño


María y su abuelo

María es una niña de 8 años, que estaba un poco preocupada por su abuelo. Había escuchado que estaba enfermo pero no sabía lo que le pasaba . Un día sus padres le

explicaron la enfermedad y le dijeron que el abuelo estaba perdiendo la

memoria. María se asustó y preguntó. -Papá, ¿pero no se va a recuperar? -María, no se va a recuperar el abuelo, va a ir cada vez peor. -Mamá, se le olvidaran todas las cosas. -María si se le va a olvidar todas las cosas, por eso hay que ir a verlo todos los días, darle besos y ayudarle. María se sintió preocupada pero cuando le ayudaba se sentía feliz. Le daba paseos con sus titas. El abuelo hay días que anda un poco lento y otros

un poco más rápido,

también jugamos al bingo para que se acuerde de los números. Su padre le ayudaba a ducharse. María ha ido hoy a darle un paseo con

su tita. Han ido a

la panadería, después fueron al

mercadillo y al médico. Después a casa. Allí jugaron a la oca. A la una comieron después se echaron la siesta. María se lo paso de rechupete. Al abuelo le gusta ver el fútbol, su equipo es el Athletic club de Bilbao, todos los días que juega el Bilbao el abuelo no se acuerda que hay fútbol, pero María y su padre van a avisarle y lo ven con él. El abuelo no se acuerda de algunos jugadores. Ayer el abuelo se afeito con una maquinilla nueva que le regalaron sus hijas para que no se cortara y María le ayudó a echarse la crema en la cara. Él está muy contento. María cuando le ayudaba se sentía muy feliz. El abuelo cada vez que la veía se sentía muy feliz. Los padres de María estaban muy orgullosos de ella porque le ha ayudado al abuelo a hacer muchas cosas y a hacerlo reír.

Ainoha Girol Herrera


UN MUNDO PERDIDO

Erase que se era un niño. Se llamaba Lucas. Era muy curioso y muy valiente. Era alto aunque solo tenía 6 años. Vivía en Benaocaz, en una calle llamada Laderas del parral . El pueblo era pequeño y con montañas altas. A Lucas le gustaba caminar por las rocas que había en las montañas. Un día Lucas iba paseando por las montañas, miró una roca que tenía una cueva muy grande. Lucas se acercó y entró. Al final de la cueva había un mundo perdido lleno de vegetación, ¡y con seres increíbles! ¡dinosaurios! Lucas se asombró al ver esa maravilla. Los dinosaurios eran grandes y de distintas razas de dinosaurios, como el diplodocus, allosaurus, mamenquisaurus, velociraptor, triceratos, espinosaurios… También podían ser feroces o mansos, depredadores o no, era maravilloso. Cuando Lucas bajó, no se podía creer lo que estaba viendo. Fue investigando todo el lugar. En una zona investigando se chocó con un huevo. De repente se abrió y salió un pequeño diplodocus. De repente de la nada salió un dinosaurio temido por todos. Cogió el pequeño huevo con el diplodocus dentro y se lo llevó. Lucas fue a rescatarlo aunque sabía que por el camino había muchos depredadores. Lucas comenzó el camino. Por el camino se encontró con muchas plantas alucinantes y muchísimos dinosaurios comiendo. Lucas cuando estaba despistado chocó con un gran dinosaurio, este se enfadó pero él logró escapar por entre sus patas. Cuando escapó de aquella situación encontró un dinosaurio volador que se había lastimado el ala y ya no podía volar. Lucas como lo veía muy mal, se acercó y le dijo: “¿Puedo ayudarte?” Y el dinosaurio le contestó: “Vale, pero con cuidado.” Lucas lo cuidó hasta que se puso bien, y le dijo el dinosaurio: “Gracias, ¿hay algo que necesites?” Y Lucas le contestó: “Si, necesito llegar hasta la casa del dinosaurio más temido por todos. Así que dijo el dinosaurio volador: Sube a mi espalda y yo te llevaré.”


Lucas subió encima de él y lo llevó volando. Cuando Lucas entró dentro de la casa tuvo un poco de miedo como antes nunca le había dado. Dentro se encontró al dinosaurio y se enfadó al ver a Lucas en su cueva. De repente apareció un ejército de dinosaurios atraídos por el dinosaurio volador que curó. Pero ellos querían pelear, por eso Lucas dijo: “¡No, no debemos pelear! Todos debemos vivir en armonía, así será mucho mejor.” Hasta al dinosaurio más temido lo comprendió. Entonces le dio al pequeño diplodocus y todos hicieron las paces. Lo devolvieron a su madre y la madre diplodocus se puso muy contenta y entonces Lucas fue a visitarlo todos los días. Y colorín colorado, este cuento a su fin ha llegado.

Daniela González Jiménez


“El becerrillo sin madre”

Érase una vez, una vaca que iba a tener un becerrillo. Se puso de parto de madrugada. Su dueño no se dio cuenta y se murió en el parto, dejando al becerrillo que había nacido huérfano. El nombre que le puso su dueño fue Negrito. Negrito quería jugar con los demás, pero nadie lo quería. Por no tener madre le pegaban y lo rechazaban. No tenía quien lo defendiera. El amo le daba de comer de tres en tres horas, para que no se muriese. Negrito se iba detrás de su dueño a todos los lados, creyendo que era su madre, no lo dejaba en paz. Tuvo una infancia muy feliz. Él jugaba siempre solo. Por no tener amiguitos. Hasta que un día se puso grande, fuerte, poderoso… y Su dueño lo soltó con los demás. Al principio le pegaban y lo dejaban de lado. Hasta que un día se en fretó a todos ellos y se hicieron muy amigos. Todos jugaban junto y no le dieron más de lado y fueron felices. Colorín colorado este cuento se ha acabado.

Saúl González Martínez


LA NIÑA SIN VACACIONES

Erase una vez en un pueblo muy chico, habitaba una familia muy pobre compuesta de cuatro miembros. La madre se llama Amelia y se dedicaba a planchar la ropa a la gente rica. El padre se llamaba Paco y estaba en paro y tenía dos hijas llamadas Amebea y Atenea. Llegaba navidad y Amebea la hija mayor solo hacia escuchar en el colegio a todas sus compañeras donde se iban a ir de vacaciones en navidad.

Cuando Amebea llegó a su casa después de salir del colegio le pregunto a su madre: -¿Mamá dónde vamos a ir de vacaciones en navidad?-La madre le contesto:-¡a ningún lado! La niña Amebea no comprendía que su familia era pobre.

Amelia la madre recibió una llamada inesperada del abogado de una de las mujeres ricas a las cuales le planchaba, una de las mujeres había fallecido y le había dejado una pequeña herencia. La familia se puso súper contenta con esa noticia. Ya no iban a ser más pobres. Gracias a esa mujer, la familia iba a vivir mucho mejor. Llegó la navidad y como regalo para las niñas, fueron de vacaciones, Amebea y Atenea se pusieron muy contentas, sobre todo Amebea que le dio las gracias a su madre. Ya no iban a ser más la niña sin vacaciones y vivieron felices.

Mireia Jiménez López


EL DRAGÓN MALVADO Y EL BRUJO MALVADO

1º Capítulo Erase una vez, en un lugar encantado vivían un dragón en un castillo y un brujo que vivía en una casa en el bosque a solas .Una mañana, cuando el dragón salió a buscar a la princesa vio en el bosque una casa y entró en ella. Recorrió todos los lugares de ésta. El brujo al escuchar ruido se asomó al salón y encontró al dragón. Pasado un rato empezaron a hablar y poco a poco se relacionaron y empezaron a planear nuevas aventuras. El brujo le dijo que hacía pocos días entró en el bosque un león que intentó acabar con la vida de todos los animales que vivían en él. Entonces al dragón se le ocurrió la idea de buscar al malvado león para capturarlo y encerrarlo en una jaula, para acabar con su intención de matar a todos los animales del bosque. El brujo al escuchar la idea del dragón la aceptó y comenzaron con la búsqueda del león. Al terminar de comer prepararon los objetos de caza y salieron a la captura del león. Comenzaron a buscarlo por el camino más corto, pero más difícil porque había muchas trampas, por lo que el brujo al tener poderes convirtió al dragón en un vehículo volante para poder pasar de un lugar a otro. A mitad del camino, el brujo perdió sus poderes y cayeron los dos al suelo, pero el dragón por un lado y el brujo por el otro. Al despertar, el brujo estaba en un lugar tranquilo pero el dragón se encontró de frente con el león y tuvo que luchar con él. El león tenía mucha fuerza y grandes colmillos afilados. Por el contrario el dragón tenía el poder de expulsar fuego por la boca a través de su enorme boca. Empezaron a luchar y al principio iba ganando el león pero la mitad del combate apareció el brujo y ayudó a su amigo el dragón a ganar la lucha y encerar al león en una gran jaula donde no pudiera matar a ningún animal del bosque. El dragón al ver a su amigo brujo le dio mucha alegría y se fue corriendo a darle un enorme abrazo y las gracias, por haberle ayudado a encerar al león. Al finalizar todo esto, los dos grandes amigos fueron felices y en casa celebraron su victoria.

2º capítulo Pasados unos días después de la victoria de los dos amigos, llegó la navidad al bosque y todo se volvió alegría. Todas las casas estaban decoradas de preciosos adornos. El brujo invitó a su amigo el dragón a su casa para decorarla. El dragón muy ilusionado fue volando hasta la casa del brujo. Entró y al momento empezaron a decorar el árbol de navidad y también todos los lugares de la casa haciéndolo con purpurina, algodón, bolas de colores y muchos otros objetos. Cuando terminaron, se fueron a la cocina y prepararon comida para la cena de Nochebuena, como por ejemplo: pollo, pasta, arroz y deliciosos pasteles como postre. Cuando llegó la noche invitó a sus familiares que no tenían casa y comieron y bebieron durante toda la noche. Al terminar la fiesta, se fueron todos a dormir para que Papá Noel pudiera dejar los regalos debajo del árbol. A la mañana siguiente, cuando el dragón y el brujo se despertaron vieron el árbol lleno de regalos. Para el brujo dejó una barita para poder hacer sus conjuros y un sombrero nuevo. Para el dragón, dejó un calcetín gigante lleno de chuches y regalos como por ejemplo: unas alas nuevas para poder volar más rápido y más fuego para luchar y ser más fuerte. Una vez abierto los regalos. Estando todos juntos jugaron a todos los juegos que a cada animal les habían regalado como: bicicletas, columpios, baritas, y mucho más. Como


era navidad se acordaron del león y como el león ya era bueno decidieron ir a buscarlo y soltarlo para que jugara con todos ellos. El león se puso muy contento y fue con ellos porque ahora eran sus amigos. Fueron al bosque y estuvieron cantando y bailando toda la noche y gracias a los animales del bosque, el león pudo volver a su casa y pasar la navidad con su familia felizmente.

3º Capítulo Al día siguiente, como el león no había tenido regalos, el brujo y el dragón le hicieron uno que consistió en llevar al león al gran circo que llegó al bosque. El león a ver esa enorme sorpresa, dio un rugido que asustó a todo el público. Los dueños del circo al escuchar el tremendo sonido se dirigieron hacia el león y le dijeron que si quería trabajar en el circo con ellos. El león aceptó porque siempre había deseado trabajar en un circo. Días después el león comenzó a trabajar y todos los niños querían estar con él porque era muy cariñoso y juguetón. Hacía muchos espectáculos y muy divertidos. Una vez sacó al brujo para hacer magia con él. El brujo sacó la varita y diciendo las palabras mágicas hizo desaparecer al dragón que estaba sentado en el público. Y apareciendo en el centro del escenario. La gente se quedó asombrada con el mágico espectáculo que había realizado el brujo. Cuando volvieron a casa, el león se encontraba muy cansado y con heridas en el cuerpos. Sus amigos que los querían mucho, le ayudaron y lo cuidaron durante la noche para que el día siguiente tuviera fuerzas para ir a trabajar. Cuando se levantó, el león tenía más fuerza que ningún día y cuando llegó al circo todo el mundo lo estaba esperando con muchas ganas porque lo habían echado muchos de menos. El león les dio las gracias a sus dos amigos por cuidar de él toda la noche, y así todos juntos hicieron el espectáculo más bonito del mundo y colorín colorado este cuento de los dos amigos y el león se ha acabado.

Ifraheem

Kamal


EL ANGEL DE LA NAVIDAD

Erase una vez un angelito muy pequeño. El angelito más pequeño que os podáis imaginar. Todos en el cielo lo llamaban chiquitín, pero se llamaba Juan. Juan, siempre le preguntaba a su mamá -Oye mamá, ¿Cómo celebran los niños la navidad?-Juan el angelito, le decía a su madre: -Quiero bajar a la tierra a verlo.Entonces su madre le decía que no podrá ir a la tierra. Juan estaba llorando y mientras tanto el angelito le preguntaba: -¿Por qué? -Porque eres muy pequeño para ir solo a la tierra.-Le respondió su madre. -por favor,-le decía Juan a su madre.-Te prometeré que me portaré bien, y no hago nada malo. Juan tanto insistió que la madre le dejo ir, para ver como los niños celebran la Navidad. Juan, el ángel, el día de Nochebuena, se despidió de todos los ángeles del cielo. El ángel salió volando moviendo sus alas y muy deprisa porque tenía ganas de llegar a la tierra .Cuando bajaba volando, empezó a ver casas y pensó que tenía que ver en qué casa hay ventanas abiertas para meterme en una. Por fin encontró una casa con la ventana abierta y se coló. Estuvo volando por toda la casa y vio que las personas estaban dormidas. Cuando vio el árbol de navidad, que era muy grande se asustó, porque nunca lo había visto en el cielo. De pronto Juan escuchó unos pasos y se escondió detrás del árbol. Eran los niños de aquella casa, que se habían despertado y fueron a ver si Papa Noel ya les había dejado los regalos. Juan el angelito miraban a los niños como ellos habrían los regalos, y no entendía nada. Unos de los niños vio al angelito detrás del árbol y grito:¡Mamá ,mamá, he visto un ángel detrás del árbol. -¡Ay Lucas que cosas tienes! -¡Que si mamá que si!-decía el niño a su madre. Entonces Juan el angelito se movió, y fue cuando todos los niños lo descubrieron, el angelito salió y dijo: -¡Perdón perdón! No soy malo, solo vengo del cielo para ver como es la navidad en la tierra. Le contaron, que en estas fechas se pone el árbol con bolas, cintas y luces, luego viene papa Noel, con regalos para los niños y luego el 5 de enero por la noche vienen los reyes magos, con más regalos. La mamá de Lucas le pregunto si quería jugar el niño, con los juguetes. El angelito dijo: -si quiero jugar, pero un poquito.-porque se tenía que ir al cielo. Pasado un buen rato, el angelito, les dijo que ya se tenía que ir, empezó a despedirse de sus amigos y se fue volando muy rápido y muy contento y colorín y colorado este cuento se ha acabado.

Lucía Lorca García


LA PRINCESA

Erase una vez una princesa que se llamaba Cristina. Tenía una hermana que era mala que se llamaba María. Un día, la princesa Cristina, fue a ver a un príncipe que se llamaba Raúl. Cómo era tan guapo Cristina se enamoró.-dijo Raúl:-¡hola Cristina!, ¿quieres pasar? -¡Sí!- Contestó Cristina. Pero de repente llego María, su hermana la mala y dijo: -¡no, yo lo quiero más que tu¡ - Cristina dijo:-¡pero él me quiere a mí! -Es verdad yo quiero a Cristina.-dijo Raúl. Bueno llegó la noche y María y Cristina se despertaron. María dijo que lo sentía y no quería ofenderle. Cristina dijo que no pasaba nada, pero que sepas que es mío. Se levantó Raúl y dijo:-¡tengo una sorpresa, nos casamos mañana! Pasó la boda y todo salió bien y comieron perdices.

Yurema Luque Romero


El caballero y la princesa

Erase una vez un caballero y una hermosa dama que vivían en un antiguo pueblo. Eran muy pobres y apenas tenían dinero para alimentar a sus hijos. Hasta un señor dijo: -¿Por qué no abandonamos a los niños en el bosque?- Y eso hicieron. Los niños para sobrevivir, tuvieron que pedir comida a los vecinos. Y uno de los vecinos le dio una manzana envenenada. A continuación fueron a otra casa y le dieron un zumo malo… y los niños se pusieron muy tristes porque no sabían dónde estaban sus padres y ya estaba anocheciendo y tenía mucha hambre y también mucho frío, y estaba todo oscuro sin ninguna luz. Se encontraron a una anciana que les dijo: -¿Por qué no venís a mi casa?-dijo la anciana.- Y allí podréis comer

y no tener frío y los niños

dijeron:-¡vale!-Pero el niño preguntó: -¿qué hora es?-y le dijeron que eran las 9:30. Luego dijo la anciana que ya era hora de dormir y los niños se despidieron. Al día siguiente, los dos estaban tan contentos que se cambiaron y alisaron su cama y desayunaron. Al terminar el desayuno, le prepararon el desayuno a la anciana con unas galletas con leche y una manzana. A continuación se pusieron a recoger la casa entre los tres, y colorado colorín este cuento llegó a su fin.

Carmen Denise Montelongo


LAS AMIGAS Érase una vez dos amigas llamadas Lucía y Marta, estaban juntas en la guardería de pequeñas y desde entonces no se separan. Al cabo de unos años pasaron a primaria, juntas pasaron muchas aventuras. Un día de camino al parque se encontraron un perro fueron corriendo hacia él, Lucía se dio cuenta de que el perro estaba muy sucio. Marta le dijo a su madre: -¡Mamá el perrito tendrá hambre! La madre le contestó: -¡Sí, tendrá hambre! -¡Podemos ir a comprarle pienso! Llegaron a la pajarería. Lucía le dijo a la madre de Marta: -¿Vanesa, cuál es la raza del perro? -¡No sé, le preguntaremos al vendedor! -Perdone usted, ¿me puede decir cual raza es este perrito que nos hemos encontrado? El vendedor me contesto: -¡Es un Pastor Alemán! -¡Vale muchas gracias! Ahora que ya sabemos la raza del perro podemos buscar el pienso adecuado para él. Cuando llegaron a casa de Marta la madre de Marta le dijo: -¡Marta debéis de echarle comida al perro! Lucia y Marta contestaron: -¡De acuerdo, le echaremos de comer al perrito y lo bañaremos! Marta y Lucía cogieron un tape y le echaron el pienso, también cogieron un tape para echarle el agua. Lucía le echó el pienso y Marta le echó el agua. Cuando terminaron fueron al cuarto de Marta y cogieron unas pegatinas. Le pusieron el nombre del perro. -¡Pero Marta todavía no sabemos cómo ponerle de nombre! -¡A mí me gusta Bayron!-dijo Marta. -¡A mí me gusta Bud!-dijo Lucía. -¡Pero si no estamos de acuerdo, entonces lo tendremos que echar a suerte!


-¡Venga le echamos a piedra, papel o tijera! -Ganó Marta. -Lucía dijo: -¡se llamará Bud! Todos los días después del colegio Lucía iba a buscar a Marta, cogían la correa y se iban al parque a pasearlo. En el parque lo soltaban y se ponían a jugar con él. Un día cuando lo sacaron, Bud se escapó. Lucía y Marta se asustaron y fueron corriendo a pedir ayuda. Lucía entró en una tienda y dijo: -¿Perdone, nos puede ayudar que el perro que se nos ha escapado? La vendedora cogió a las dos niñas de la mano y salió a corre, Lucía y Marta le fueron explicando por dónde se fue. Al cabo de un rato lo encontraron se había ido detrás de una perrita. La dueña de la perrita le pregunto a Marta y Lucía -¿Este perrito tan mono es de ustedes? Marta le contestó -¡Si es nuestro!- la mujer le dijo. -¡Toma aquí lo tenéis!- La mujer le dijo. -¡Se había venido detrás mía hace un rato no lo quería dejar solo! Las niñas se pusieron muy contentas. Y así día tras día el perro fue creciendo junto a sus amigas. Eran inseparables los tres.

Marta Rite Parreño


El pato perdido

Hace muchos, un pato nació en la mejor familia de patos. Un día fue a jugar al parque sin familia. El parque era de patos mayores, pero él tenía ocho años y el parque era para mayores de dieciséis años y él no podía entrar. No sabía que era para su edad. De pronto, un niño de dieciocho años le dijo:

-Eres muy chiquitín, por favor te van a machacar- Dijo el niño. -Pero si es que yo no me acuerdo de donde vengo, yo no me acuerdo donde vivo- Dijo el pato.

El pato no tenía familia ya porque había desaparecido los padres del pato. Un día por la tarde se encontró otra vez con el niño de 18 años y se saludaron con las manos y se guiñaron el ojo en la calle. El niño de 18 años le gustó el pato de 8 años y se lo quedó. El pato no quería estar con él si no con su familia. El pato estaba encontrando plumas de su madre porque lo estaba oliendo pero no estaba. Se echó a dormir y sin darse cuenta estaba soñando que los padres lo habían encontrado a el pato pero eso no era tan y tan real porque solo estaba soñando dormido. El niño de 18 años también estaba durmiendo pero él estaba soñando con su pato de 8 años. Pero tan y tan real no era. Cuando el niño se levantó el pato ya no estaba. Entonces el niño fue al bosque para encontrar a su pato del alma. El niño de lo que tanto lo quería fue y se hizo el tonto por el camino y andaba como el pato suyo del alma. El niño lo encontró, le dio un buen achuchón al pato. Se lo llevó a su casa y le dio un buen castigo que era 8 semanas sin beber en la jaula del hámster que estaba todo lleno de porquerías, de pis y de popó. Ya el pato se estaba haciendo amigo del niño que era ya bueno. El niño era bueno porque le había dejado al final libertad a su pato. Un día el niño se enamoró de una niña y le dio un beso. Ya no quería a su pato si no a su novia. Entonces lo echó de casa el niño. El pato fue al bosque y se hizo el muerto. Más adelante sin darse cuenta se estaba comiendo hierba. Pero esa hierba era muy pero que muy venenosa porque no era hierba si no era una seta muy grande. El pato tenía sed. Entonces fue al río a beber. Cuando fue al río a beber se cayó al río. Nadie le vio desde entonces al pato. Pero un día un cisne de esas grandes le vio. Ese día se lo quedó porque el pato creía que tenía amigos o hermanos pero la verdad era que no. El cisne le quería tela entonces le dijo mentiras para que se queden con el cisne. Un día el niño con su novia se murieron. Y el pato quería estar con el niño de 18 años pero estaba muerto. Un hombre le dijo: -Tu dueño está muerto. El pato se echó a reír, no se lo creía. -Eso es mentira- dijo el pato. -Pues si no quieres no te lo creas pero y te estoy diciendo la verdad. -Dijo el hombre. Se fue el pato con el cisne. Y en ese momento vio unos ojos. Un ojo de repente se acercó. Era su familia. Y se abrazaron mucho, mucho. La familia sabía cocinar y estaban haciendo un pollo. Y se quedó


embobado al pato que había aparecido. Al pato se le había quemado el pollo. Y fueron felices y comieron perdices porque el pollo se le había quemado.

David Robles Bando


EUSISTO

Érase una vez unos monos que estaban en el campo y no estaban acostumbrados a compartir su comida .Un muchacho que se llamaba Manuel quería ser mago pero sabía que ese nombre no servía para los mago. Entonces pensó que se tendría que cambiar el nombre y se le ocurrió Ruizcarestus. El muchacho fue a la librería y se compro un libro para aprender a hacer magia, pero había tantos libros de magia en la librería que le pregunto al librero cual era el mejor libro y este le recomendó uno que era el más caro y se lo compró. Cuando llegó a su casa, se puso a practicar los trucos de magia del libro nuevo y le encantó porque tenía muchos trucos de magia y le salían bien. A Ruizcarestus se le ocurrió ir con los monos para hacer sus trucos de magia, para conseguir que los monos compartieran la comida. En el momento que hizo el truco, se equivocó, y en lugar de conseguir que los monos compartiesen la comida, se dio cuenta de que él empezó a caminar como los monos. Ruizcarestus se enfado porque el truco no le salió bien y pensó que tendría que buscar un maestro mago. Se quedó dormido pensando quién podría ayudarle. Entonces soñó que una voz le decía: -”Ven a la selva que yo soy mago y te ayudo”.-Por la mañana se levantó y se comió un plátano y los monos se lo quitaron. Entonces pensó en lo que había soñado y dijo: -”Me voy a la selva . ¿Pero cómo me voy? ¡Ya lo se ! Me iré por los árboles”.

Ruizcarestus cogió su equipaje y se fue a la selva. Cuando llegó se bañó en un lago que encontró porque tenía un calor de sudores tremendos. De repente algo le toco el pie y era un tiburón. Del susto que se dio Ruizcarestus hizo un truco que sin darse cuenta hizo hablar muy claro al tiburón con voz de pitillo: -Me llamo Piritón. No tengas miedo. -¿Cómo no voy a tener miedo si eres un tiburón? -Yo soy bueno y soy un gran amigo de toda la selva. -¡Aaaah¡¿Pero todos los animales habláis?.Entonces contestó un león que estaba escondido: -¡Claro, si está en Eusisto¡ -¿Y tú cómo te llamas? -Me llamo Pacardo y en esta selva vive un mago real. -Está practicando los trucos en frente del lago. Ruizcarestus se asustó cuando la serpiente le habló. -¡Aaaaaaaaaaaah¡¿Y tú quién eres ahora? -Yo soy Fropipi, la serpiente de la selva Eusisto.


-¿Cuántos animales habláis? Y Pacardo el león le contesto: -¡Hablamos todos los animales de la selva!

Ruizcarestus le pidió que le llevaran con el mago para que le enseñaran a hacer magia . Cuando lo encontró el mago le dijo: -Te estaba esperando. Me gustaría enseñarte todo lo que sé de magia ¿Quieres aprenderlo todo? Mi nombre es Entorpe . Ruizcarestus le contesto: -Claro que si quiero aprender todo.

Entonces Ruizcarestus se hizo mago en la selva Eusisto, gracias a Entorpe y consiguió grandes amigo como el león, la serpiente, el tiburón y lo monos.

Ángel

Romero

Barba


El conejo con manchas

Érase una vez, en una hermosa pradera, vivía un dulce conejito que se llamaba Manchita. Se llamaba así porque tenía el cuerpo lleno de manchas. Vivía con un grupo de conejos. Los demás eran blancos. Se reían de él y le decían:-!Ja, ja, ja pareces una magdalena con pepitas de chocolate... ja, ja, ja! Manchita se sentía inútil. Un buen día se fue a escondidas mientras que todos los conejos dormían. Tenía que meterse en el bosque misterioso. Se metió e hizo una madriguera para quedarse allí. Manchitas no paraba de llorar, porque no dejaba de pensar en lo que le habían dicho los conejos. Se quedó dormido dentro de la madriguera que había hecho. Se levantó y bebió de una pequeña charca. Luego comió una pequeña zanahoria. Se fue a dar un paseo por ahí, y le entró muchas ganas de comer un poco de hierba. Se tendió sin querer en un charco de barro. Cuando se levantó vio una joven conejita llamada Mía. Entonces empezaron a hablar: Mía:-¿Cómo te llamas? Yo soy Mía. Manchita:-Me llamo Manchita. Mía:-¿De dónde vienes? Manchita:-De esa pradera. Manchita:-¿Tu también tienes manchas? ¡Qué guapa! Mía:-¡ Ja, ja, ja, gracias! Entonces se fueron juntos a la madriguera de Mía. Allí comieron zanahorias y bebieron agua fresca. Mía:-¿Por qué te fuiste de la pradera? Manchita:-Porque me insultaban. A Mía se le ocurrió una idea: Que vaya a ver al mago del bosque. Manchita le dijo que sí, porque Mía le contó que le podía hacer desaparecer sus problemas. Así que se dirigieron hacia la casa del mago. Cuando llegaron a la casa, vieron una enorme roca. Cuando llamaron a la puerta la roca fue hacia la pradera de Manchita. Manchita y Mía fueron corriendo detrás de la roca. Pero era demasiado rápida. Mía se quedó atrás pero el conejito Manchita no se rindió. Pudo adelantar la roca cuando estaba a punto de destruir la pradera. Los conejos que se metían con él se sentían avergonzados y le dijeron que prometían no hacerlo más. Manchita contestó que eso era lo que esperaba de amigas que son iguales a ella.

Noa

Romero

Corralejo


EL HADA FELIZ Érase una vez un hada que se llamaba Lili que día tras día pasaba el tiempo aburrida recogiendo moras en el bosque. Pero un día en vez de encontrarse con moras se encontró con una duende y le dijo: -¿Cómo te llamas? -Me llamo Lusi.-Entonces Lili le dijo: -¿Quieres jugar conmigo al escondite? -¡Vale¡- dijo Lusi. -¿Y quién cuenta?-preguntó Lili -Yo mismo.-sugirió Lusi. Pero cuando Lili fue a esconderse cayó por un barranco poco profundo. Encontró un conejo y cuando salió y le contó eso a la duende Lusi que no se lo creyó, y dijo: -¿En serio? -¡Si¡ -afirmó Lili mientras le mostraba el conejo. -¿Cómo te llamas? Le pregunto Lusi -Me llamo Pupi-Vale, ¡bien un nuevo amigo!-contestó Lusi. -¿Bueno, seguimos jugando?-preguntó Lili -¡Si¡ -dijo Pupi. Y Lusi empezó a contar. Lili se escondió detrás de un árbol pero Pupi al ir a esconderse siguió a una mariposa y se perdió. -¡Yaaaa! quien no se haya escondido tiempo ha tenido,-exclamo Lusi. Empezó a buscar a Pupi pero no aparecía, entonces Lili salió. -¿No está Pupi? - no,-contesto Lusi. -¡Pues vamos a buscarlo¡ -¡Si¡-Exclamo Lusi. Se llevaron horas y horas buscando a Pupi pero no lo encontraron. Entonces a Lili se le ocurrió una gran idea -¿Y si nos separamos para buscarlo? -¡De acuerdo¡-contesto Lusi. Lili buscó y buscó y lo vio pero él salió corriendo y eso le recordó a cuando se aburría porque no tenía nadie con quien jugar. Pero ahora tenía dos grandes amigo. -¡Lili ven aquí¡-exclamo Lusi que había encontrado a Pupi -¿Estás bien? Dijo Lili -Si dijo Pupi.


-Pues ya nos tenemos que ir a casa,-dijo Lili. -Sí, deberíamos irnos pero, ¿por dónde se iba? -¡Ya se¡ solo hay que encontrar las moras . -¡Es verdad¡-exclamo Pupi. Siguieron y siguieron a Lili hasta que llegaron a su casa allí se despidieron y cada uno se fue a su cama. Al siguiente día fueron a nadar a un río que había cerca. Lili fue la primera en meterse porque el agua estaba muy fría la siguiente fue Lusi y el último Pupi. Pasaron una hora y media en el agua, pero justo después de tres o cuatro minutos se puso a llover y salieron del agua corriendo para irse a pasar el rato en casa de Lili. Después de un gran rato en casa de Lili, dejo de llover y salieron a jugar al tenis, quien ganara seguía jugando y el que perdiera, en este caso Pupi, se cambiaba por el que no estaba jugando que era Lili. Pasó un rato y estaba oscureciendo y Pupi como siempre perdía, tiró la raqueta al bosque y tuvieron que ir a por ella. Lusi la encontró y ya pudieron irse a su casa a cenar. Lili cenó sopa, Lusi cenó verduras y Pupi cenó zanahorias. Cuando al día siguiente Lili se despertó sus amigos habían desaparecido. Todo había sido un sueño.

Ainara Romero Pereiro


El niño y su perro

Érase una vez un niño que se llamaba Raúl y su perro Roni que se lo regalaron por su cumpleaños. Estaba muy contento con su regalo. Me lo trajeron cuando apenas tenía tres meses. Él era muy pequeño y peludo. Los primeros días lloraba mucho porque echaba de menos a su madre y a sus hermanitos. Poco a poco se iba acostumbrando conmigo y con mi familia. Pensábamos en muchos nombres como por ejemplo: Tobi, Roy, Bady y Roni. Pero al final nos decidimos ponerle Roni. Él era muy inquieto, solo quería jugar y no le gustaba quedarse solo en casa y nos lo llevábamos siempre con nosotros. Mis padres lo castigaban porque mordía las chanclas, mis juguetes, los armarios y todo lo que se encontraba. Nos repartíamos las tareas del perro entre todos. Mi madre lo bañaba y lo peinaba con ayuda de mi abuela porque Roni no estaba quieto. Mi madre le daba de comer su comida pero también sus huesitos preferidos. Mi hermana siempre lo saca a pasear dos veces al día, por la mañana y por la tarde los días que yo no puedo, también le enseño a sentarse, jugamos con la pelota en el parque. Le gusta mucho comer y dormir. Ya con el tiempo se ha vuelto más cariñoso. Han pasado cuatro años desde que me lo regalaron y sigue siendo la mascota más querida de la casa.

Casián Roberto Tuzhanyi


El caballero y la dama

Erase una vez un valiente caballero y una bella dama que vivían en un antiguo poblado que se decía llamar el pueblo mágico. El caballero llevaba su armadura gris y la bella dama sus tacones y su vestido rojo. El caballero se llamaba Ángel y la dama Amelia. La dama quería a Ángel, pero había una mujer en el poblado llamada Silvia que estaba enamorada del caballero. Ángel y Amelia vivían en un castillo enorme. Cuando Amelia estaba durmiendo, Silvia entró en el gran castillo y seguidamente se dirigió a la habitación de Amelia. Entonces Amelia se dio cuenta de que Silvia se encontraba allí. Cuando Amelia descubrió a Silvia se pusieron a discutir. De repente el caballero llegó con su caballo al castillo, y alarmado por el griterío entró rápidamente, subió las escaleras e irrumpió en la habitación. Ángel no entendía el por qué de la pelea. Entonces Silvia se declaró enamorada de él desde pequeñita. El caballero entendió el problema y dialogó pausadamente con las dos mujeres. Ángel le dijo a Silvia que su corazón pertenecía a su amada Amelia, pero que eso no significaba que no pudiera ser su amigo. Silvia acepto tristemente su destino, y se despidió diciendo que le quería tanto que era capaz de sacrificar su amor por la felicidad del caballero, y que nunca más se interpondría en su amor.

Elena Vázquez Díaz


EL ESPACIO

Érase una vez un niño llamado Iván. Iván quería ser astronauta. Un día, se hizo mayor y le dejaron montarse en un cohete porque se hizo astronauta. Cuando salió de la atmósfera, fue a Neptuno. Allí, por casualidad, había un marciano. Y los marcianos viven en Marte. Iván le dijo: -¿Qué haces aquí? -Pues me mudé aquí porque mis hermanos me echaron- Contestó el marciano. -Te voy a llevar a Marte ¿vale?- Dijo Iván. -Vale- Contestó el marciano. Después de 30 semanas, llegaron a Marte. -Hemos llegado-Dijo Iván. El marciano se peleó con sus hermanos. Iván los paró. -Y tú qué haces aquí- Dijo uno de los hermanos. -Pues me enteré de que habéis echado al pobre marciano- Dijo Iván. -Y es verdad sí que lo echamos-Dijeron los hermanos. -Eso está muy mal, ¿por qué razón lo echasteis?- Preguntó Iván. -Porque se portó mal pero, sí es verdad, lo sentimos.- Dijeron todos los hermanos a la vez. -Entonces, ¿me puedo quedar? -¡Pues claro que por supuesto que sí!-Exclamaron todos. -Lo ves marciano, ves como si te quieren.-dijo Iván. -Solo tienes que confiar en ti mismo. -¡Sí!- Dijo el marciano. Así, Iván se fue a la tierra. Y colorado colorín, este cuento llegó a su fin.

Iván Velardo Gómez


4ยบ NIVEL


“Maco, yo y el tiranosaurio Tragón”

Un día Maco y yo, salimos al bosque. Nos encontramos un huevo muy grande. Decidimos llevárnoslo a nuestra casa. Lo metimos en una incubadora que tenía mi abuelo. Lo cuidamos y estuvimos muy pendientes de él. Al cabo de tres semanas, nació una cría muy extraña. No sabíamos que animal era. ¡Imposible! era un dinosaurio. Cómo es posible que haya un animal que ya no existe. Hicimos turnos para cuidarlo. Cuando yo iba al cole, Maco lo cuidaba. Después del cole era yo quien lo cuidaba. Juntos le dábamos de comer carne, jugábamos, nadábamos, pescábamos… Todo lo hacíamos con él. No teníamos nombre para él. Así que decidimos llamarle Tragón. Porque comía mucho, de todo lo que se le daba. Pasaron los meses y Tragón se hizo muy muy grande, ya era difícil esconderlo de los demás. Entonces decidimos hablar con mi abuelo. Él nos dijo que lo mejor era comunicárselo a los científicos. Pero nosotros no queríamos separarnos de él. Mi abuelo nos ayudó a buscar una nueva solución. Maco y yo pesamos que lo mejor era construir una máquina del tiempo y llevarlo a la era jurásica. Se lo dijimos a Tragón, pero él no quería separarse de nosotros. La máquina se construyó. Nos metimos los tres en ella y nos fuimos a la era jurásica, para que Tragón conociera a sus amigos de la misma especie. Al principio, no quería acercarse a ellos. Pero cuando pasó un mes, todos los días íbamos en la máquina a ver a sus amigos. Ya le fue gustando más vivir allí. Gracias a la máquina del tiempo podemos jugar con nuestro amigo Tragón todos los días. A veces él viene a visitarnos y otras nosotros vamos a jugar con él.

Juan Antonio Benzal García


“El Mago que perdió la capa”

Érase una vez, un mago que se llamaba Miguel. Miguel tenía un hijo llamado Juan. Ellos vivían en Valverde del Camino. A Juan le gustaban mucho las bicicletas y dar paseos en bicis.

Un día, se le rompió la bicicleta a Juan, que era de color rojo. Él quería comprar una bici nueva de color verde que había visto en la televisión. Juan le preguntó a su padre, que si le podía comprar otra bici y Miguel le dijo que no. Juan enfadado esperó a que su padre no se diera cuenta y le quitó la capa de mago que la utilizaba para su trabajo. Juan se fue a dar un paseo con la capa de su padre por el bosque. Por el camino, se encontró a una bruja.

Juan le dijo: - Bruja te vendo la capa de mi padre que es mágica por cien monedas de oro.

La bruja aceptó el trato. Juan se fue muy contento a su casa, pensando que ya tenía dinero para comprar la bici nueva. Entró sigilosamente en su casa y se acostó. Al día siguiente, se despertó pensando en lo que ocurrió anoche y pensó que no debería haber vendido la capa. Esa mañana su padre estaba llorando por que no encontraba su capa. Entonces salieron los dos al bosque a buscarla. Juan se adelantó para ver si encontraba la bruja. La bruja estaba en el mismo lugar de anoche. Juan le pidió a la bruja, si por favor, le podía devolver la capa de su padre porque mi padre Miguel la necesita para su trabajo y está desesperado buscándola. La bruja como era buena se la dio. Juan le dio la capa a su padre, su padre le preguntó, que donde la había encontrado.

Juan le respondió, papá se la vendí a una bruja para poder comprarme la bici nueva. Me arrepiento de haberlo hecho, por favor perdóname. Su padre lo perdonó y le dijo, Juan no se puede coger las cosas de los demás y venderlas. Espera a que llegue tu cumpleaños y te compraré una bicicleta.

Irene Cuesto Castilla.


La isla dragón

Un día un niño llamado Sergio y su amigo Maco inventaron una máquina del tiempo. Cuando la acabaron decidieron probarla.

Se metieron en una cabina de cartón, conectaron el motor y de pronto, pasó algo muy extraño. Salimos de cabina y nos encontramos teletransportados a un lugar desconocido. Empezamos a caminar Maco y yo un poco asustados. El bosque era distinto, los árboles muy grandes, las plantas de unos colores muy vivos, flores gigantescas. Estábamos alucinados con lo que veíamos. Íbamos caminando, cuando de pronto, apareció un dragón volando, no puede ser. ¿Dónde estamos? En la era de los dragones me contestó Maco. El dragón gigante nos perseguía, corríamos, cuando Maco vio una cueva y nos metimos.

En la cueva nos encontramos con un pequeño dragón que nos asustó con sus llantos. Le preguntamos que le pasaba y nos contestó que nadie quería jugar con él, porque no podía echar fuego por la boca. Maco y yo le explicamos que eso era como respirar para él Con un buen entrenamiento lo conseguiría. Le ayudamos haciendo diferentes ejercicios que habíamos aprendido en el cole. Calentamiento, respiración, relajación…Hasta que por fin le salió el fuego por la boca, pero no controlaba. Lo mismo le salía una gran llamarada, que una llamita muy pequeñita. Es cuestión de controlar tus sentimientos. No te enfurezcas, verás cómo te saldrá. A la mañana siguiente nos llamó corriendo y no lo demostró, podía controlar sus llamas. Desde aquel día ayudó a los demás dragones pequeños que les pasaba lo mismo que a él. Nos despedimos de él y de la isla Dragón. Nos subimos a la cabina del tiempo y nos marchamos a casa. Maco y yo cuando queremos vivir aventuras nos metemos en la cabina y dejamos que vuele nuestra imaginación.

Sergio Feria Rodríguez


“El perro Cazador”

Había una vez, un perro que era muy buen cazador. Un día que fueron de caza con otros perros, un jabalí le atacó y lo hirió gravemente. Los hombres silbaron llamando para regresar. Pero Cazador no se podía mover. Escuchó como se marchaban, arrastrando lentamente quería llegar, pero no pudo, se desenmalló. Pasaron varios días, solo, hambriento y sediento, pensando que ese sería su final. Un hombre que estaba buscando setas lo vio, herido y triste. Lo acarició y se lo llevo a una clínica veterinaria. Después de hacerle radiografías, lo operaron, pues tenía una pata rota. Pasaron los días y Cazador se recuperó, ya estaba fuerte. El veterinario lo llevó a una perrera, porque su dueño no aparecía. El tiempo pasó y Cazador estaba muy triste encerrado sin pasear, ni correr por los campos. En la perrera, decidieron que Cazador necesitaba una familia que lo adoptara, para que recuperara su alegría. Un día, llegó a la perrera una familia con dos niños. Cazador los vio y los miró con cara de pena. Los niños se enamoraron de él. Decidieron junto con sus padres que adoptarían a Cazador. Se lo llevaron a su casa. Lo cuidaban, le daban de comer, lo sacaban a correr por el campo… Sus padres comprendieron, que gracias a cazador sus hijos eran más responsables. Cazador era muy feliz con su familia. Hay que ser muy responsable con los animales y hacer que sean felices.

Jorge Hermoso Martínez


LA PÓCIMA MÁGICA

Érase una vez dos niños llamados Lucia y Sergio. Sergio y Lucía fueron a merendar a un bosque, se llevaron una cesta de comida y allí se encontraron con sus amigos Carmen y Juan Antonio. Lucía le dijo a Carmen :

- Carmen, ¿quieres comer con nosotros? - ¿Y qué habéis traído de comer? -preguntó Carmen. - En la cesta traemos: sándwiches , patatas, zumos…, dijo Lucía - Claro, me quedaré. Respondió Carmen.

Y, después de haber comido, se fueron a jugar al escondite y Sergio se la picó y contó: 1,2,3... y Lucía dijo:

- Chicos, chicos, parad. Me he encontrado una poción mágica.

En vasos de plásticos se la bebieron.

Al momento se convirtieron en magos y Lucia tocó a Carmen y la convirtió en princesa y a los chico en príncipes y jugaron.

Y no pararon de jugar hasta que anocheció y regresaron a sus casas y le contaron a sus papas esa maravillosa aventura vivida en el bosque.

Lucía Lorca Ramos


El Arco iris Maco

Había una vez un bosque encantado. Vivían seres fantástico: Brujas, Duendes y Hadas. En un día alegre, comenzó a llover y los duendes observaron que al finalizar la lluvia todo se ponía triste, así que comenzaron a inventar algo alegre para que saliera después de la lluvia.

Le dijeron a las Hadas de colores que hicieran un lazo de colores resistente.

La bruja se dio cuenta que estaban algo alegres y comenzó a destruir todo. Pero los duendes y Hadas eran muy fuertes y acabaron con la bruja malvada. Luego, llamaron a las aves para que colgaran el lazo en el cielo. Después comenzaron a buscarle un nombre y decidieron ponerle Maco.

Al final todas los duendes y hadas del bosque encantado fueron felices gracias al arco iris Maco.

Sheila Macías Martín


“El tesoro del arcoíris”

En un pueblo al lado de unas montañas, vivía una niña llamada Claudia. Era una niña muy feliz y juguetona. Le gustaba mucho jugar con sus amigos. Un día, iba con sus amigos al parque. Cuando vieron a una anciana que estaba caída en el suelo. Ellos corrieron a ayudarla. Claudia, rápidamente dijo, no te preocupes que iremos a llamar al médico. Lucía y Sergio fueron rápidamente a buscar ayuda. Vino la ambulancia y la llevaron al hospital. Al día siguiente llovía muchísimo, pero después de la tormenta, el sol brillo muy fuerte haciendo que apareciera el arcoíris. Claudia se dio cuenta que solo aparecían cuatro colores en el arcoíris. Decidió junto con sus amigos y amigas, Lucía, Sergio, Sheila, Irene y Carmen averiguar que le pasa al arcoíris. Claudia recordó que había en el pueblo una mujer muy sabia, la llamaban Sabelotodo. Fueron a su casa a hablar con ella sobre lo que le pasaba al arcoíris. -Sabelotodo les dijo: Tenéis que ir a la montaña más alta para encontrar el tesoro del arcoíris. Claudia con sus amigos fueron montaña tras montaña, hasta la más alta. Buscaron por todas partes, detrás de una gran piedra había una cueva. Lucía y sus amigos entraron en ella. Descubrieron una caja preciosa que al abrirla ¡oh, era el tesoro del arcoíris! Qué sorpresa se llevaron. Estaban los tres colores más importantes: rojo, azul y el amarillo. Claudia y sus amigos mezclaron los colores hasta conseguir los tres colores que le faltaban al arcoíris. Salieron y con las manos lo pintaron en el aire. El arcoíris volvió a lucir sus siete colores. Claudia y sus amigos se sintieron muy contentos de haber ayudado al arcoíris.

Sheila Martínez Rodríguez


En niño que soñaba con subir a la luna

En un pequeño pueblo vivía un niño llamado Manuel, que todos los días se sentaba bajo un árbol a contemplar la luna. Su sueño era poder algún día subir hasta la luna para poder columpiarse en ella.

Un día su abuelo le preguntó: -¿Estás contemplando el anochecer?

Pero él le contestó: -No abuelo, mi un gran sueño es poder subir a la luna-

Su abuelo le dijo: - Si estudias y te lo propones lo conseguirás.

Un día, estaba Manuel jugando en la calle, cuando se le acercó un hombre extraño, que no conocía. Le explicó que era un hechicero con poderes.

Le preguntó a Manuel que deseaba con todas sus ganas. Manuel le contestó, que su mayor deseo era subir a la luna. El hechicero le dijo que si tenía paciencia, era responsable y estudiaba lo conseguiría. Te concedo tu deseo. Manuel se fue corriendo a contárselo a su abuelo.

Pasaron los años y un día Manuel, se convirtió en astronauta, pudo subir a la luna y cumplir su mayor deseo, columpiarse en ella. Su padre, madre y abuelo se sintieron muy orgullosos de él. Con su esfuerzo y un poco de ayuda consiguió su SUEÑO.

Aarón Moya Corralejo


“El Bromista de Trollcito”

En un lejano país, había un pueblo llamado “Troll City”. En él vivían todos los trolls. Los niños trolls iban al colegio, jugaban, se divertían…

Un día una pandilla de niños no quería jugar con Trollcito porque era muy bromista y siempre se reía de los demás. Estaba tan aburrido solo, que se marchó al bosque y fue allí donde se encontró con una bruja. Trollcito, vio que la bruja tenía una barita y pensó, le gastaré una broma. ¿Me dejas tu barita que estoy solo y aburrido para jugar? La bruja le dio pena y se la dejó. Trollcito salió corriendo y metió la barita en el agua. La bruja se enfadó tanto, que le formuló un hechizo para que no pudiera reírse en un año. Te marcharás a recorrer mundo y no podrás reír. Con eso aprenderás.

Entonces, Trollcito viajó por todo el mundo, vio niños pasado hambre, pueblos en guerra, niños luchando… comprendió que hacer bromas puede molestar y hacer daño a los demás. Aprendió que hay que ayudar a las personas que lo pasan mal.

Pasó el año y Trollcito regreso a “Troll City” se encontró con la bruja y le dijo: tu hechizo se ha terminado. Ahora puedes volver a reír.

Regreso a su colegio y todos sus amigos pensaron ya está aquí Trollcito bromista. Los compañeros le recibieron con dudas, pero Trollcito contó todo lo que le había sucedido. He cambiado y no gastaré más bromas de mal gusto. Entre todos decidieron hacer un club para ayudar a los demás y puedan reír de verdad.

Aarón Rivera Jiménez


UN LAPIZ DIFERENTE

Había una vez una niña llamada Paula, que paseando por la playa, un bultito pisó, miró a ver que había, y vio que sobresalía un palito, lo desenterró y era un lápiz viejo. Al mirarlo no le gustó, pero decidió llevárselo a su casa, lo llevaba en el bolsillo de la chaqueta y olvidó sacarlo.

Paula era una niña poco estudiosa, pues no le gustaba estudiar y sus notas eran bastantes malas. Al cabo de dos días Paula tenía un examen de mates. Se metió la mano en el bolsillo para coger un pañuelo y ahí estaba el viejo lápiz, entonces decidió hacerlo con él. Paula no se sabía ni una pregunta, pero el lápiz le movía la mano a las respuestas correctas. ¡No se creía lo que estaba pasando! ¡El lápiz era mágico! Fue la primera en terminar el examen.

A los tres días la profesora dio las notas. Paula se sorprendió porque sacó un diez. Ella se dio cuenta de que ella no había hecho ese examen, sino el viejo lápiz, entonces decidió que eso no le traería nada bueno, porque mentía a todos y a ella misma, entonces lo guardó en un cajón.

A partir de ese momento, empezó a poner más interés y a estudiar. Así fue como Paula aprendió que el esfuerzo es necesario para sentirse orgullosa a la hora de alcanzar sus propias metas, y que no es justo tener las mismas notas que otro compañero sin estudiar.

Irene Valenciano González


5ยบ NIVEL


La familia troll y sus amigos monstruos

Érase una familia de trolls. El padre se llamaba Sasa y tenía los ojos naranjas, el pelo azul y no tenía cejas. Su madre se llamaba Saso y tenía los ojos rosas, el pelo morado y tampoco tenía cejas. Su hijo se llamaba Mía y tenía los ojos transparentes, el pelo verde y muchos pelos en la cejas. Y su hija se llamaba Poi y tenía los ojos morados, el pelo amarillo y poco pelo en las cejas. Y todos eran alegres, pero nada amables. Un día normal, fueron a su colegio con todos sus amigos y de pronto notaron que alguien los seguía y se dieron la vuelta. Seu dijo: - ¡Corre Poi, corre. No mires atrás! Llegaron al colegio asustados y se lo contaron a sus amigos pero nadie los creía salvo un duende al que le había pasado lo mismo el mismo día y casi a la misma hora . A la hora del recreo salieron al patio y escucharon una voz que decía: - ¡Venid conmigo! - No , no iremos – respondieron. - ¡Pues os vais a enterar! Todos se metieron en clase menos el duende, que se había escondido. Al volver a casa no parecía que les siguiese nadie. Ellos investigaron todo el día y solo encontraron muchas huellas. Vieron que eran un grupo de mayores y se fueron a dormir todos menos los hermanos. Éstos comprobaron si algunas de esas huellas encajaban con las de sus padres y sí que encajaban. Al día siguiente fueron al colegio y se lo dijeron a sus amigos. AL DÍA SIGUIENTE … - Papa, ¿por qué nos has engañado? - Para daros una lección . Juan Asuero Pérez


EL GATO ABANDONADO

En un día soleado, yo iba paseando por una calle en la que decían que había muchos gatos. Y… ¡Qué casualidad!, yo estaba buscando uno.

Empecé a buscar, pero no había ninguno y me quedé muy triste. Entonces, escuché unas palabras de desprecio: - ¡ Vete ya, no quiero que te acerques a mi familia!.

Me resultó muy cruel; así que me di la vuelta y vi a un pobre gatito en una caja. Estaba muy sucio y triste, era de color dorado y negro, tenía unos ojos verdes muy grandes, las orejas pequeñas y las patitas suaves. Y sin pensármelo dos veces, me lo llevé a mi casa y le di de comer.

Un día, estaba paseando con mi gato y vi a un hombre que parecía muy gruñón. Se paró frente a mí y me dijo: - Eh, niña!, ¿ese gato te lo has encontrado en la calle? Le contesté que sí y él me dijo: - Ja, ese gato lo abandoné yo y es un peligro, ten mucho cuidado. Me dijo adiós y se fue. Yo no le creí.

De camino a mi casa me encontré un gato igual que el mío pero más grande. El gato empezó a maullar y mi gato también; les junté y empezaron a lamerse hasta que me di cuenta de que era su madre.

Les dejé que se fueran juntos y la madre no paró de agradecérmelo.

Carla Batanero León


VIAJE A LA NIEVE

Un día una familia decidió salir de viaje a ver la nieve. El tiempo estaba un poco revuelto; había lluvias, nevadas, viento…

La familia viajaba en coche, conducía el padre y circulaban por unas carreteras muy estrechas con muchas curvas. De repente apareció un guardia indicando que tenían que reducir la velocidad y darse la vuelta porque había peligro de desprendimiento de nieve.

En ese momento se desprendió la nieve atrapando al guardia. El guardia pidió socorro y la familia llamó a los bomberos.

Mientras los bomberos venían, empezaron a escarbar en la nieve para sacar al guardia lo antes posible, pero no pudieron.

Los bomberos vinieron y sacaron palas, rastrillos, cuerdas y todas las herramientas necesarias para sacar al guardia. Rápidamente empezaron a buscarlo y la familia esperaba ansiosa el rescate.

Los bomberos temían que el guardia se congelara y tenían que darse mucha prisa, puesto que estaba enterrado debajo de la nieve.

A fin lo encontraron y se lo llevaron al hospital en la ambulancia.

La familia decidió suspender el viaje, ya que estaban muy preocupados y decidieron ir al hospital. Entraron en la habitación y le preguntaron cómo se encontraba, él dijo que se había llevado un gran susto y que se encontraba un poco dolorido.

A partir de ese día la familia y el guardia se hicieron muy buenos amigos.

Cecilio Carrillo Alcuña


EL VIAJE A BARCELONA

Erase una vez un niño llamado Pedro. Pedro vivía en Bilbao, su padre era de Galicia y su madre de Móstoles.

Pedro era rubio, tenía unas gafas de color azul, sus ojos también eran de color azul y tenía una nariz ancha; sus labios eran finos y delgados. Algunas veces se viste de vaqueros, pero normalmente lleva chándal. Es guapo, fuerte, simpático y listo. Le gusta ir con el skate. Era muy trabajador en el instituto, tenía un buen comportamiento, era muy bueno y nunca le faltaba el respeto a los profesores. Estaba en cuarto de la ESO e iban hacer un viaje de fin de curso a Barcelona.

Para poder ir a ese viaje tenían que tener una media de notable y Pedro, aunque era un chico muy listo, a la vez era muy vago. Él quería ir a Barcelona pero sus medias no le daban. Entonces le pidió a sus maestras repetir otra vez los exámenes para mejorar las notas:

- ¿Pedro por qué quieres que te repita los exámenes? - dijeron las maestras. - Porque me gusta viajar y quiero ir al viaje de fin de curso - dijo Pedro. - Pedro, no podemos hacerte otra vez los exámenes - dijeron las maestras. - ¿Por qué no podéis? - dijo Pedro con cara de enfadado. - Porque algunos niños han suspendido y quiere ir también y no podemos hacer los exámenes de nuevo a todo el mundo - dijeron las maestras.

Y Pedro, enfadado, se fue para su casa. Su madre le preguntó con la voz enfadada: -¿Pedro, qué te pasa? Pedro se lo contó a su madre y ésta le respondió: - Antes de querer salir tienes que estudiar, porque así todo esfuerzo tiene su recompensa.

Entonces Pedro habló con su mejor amigo a ver si se podía meterse en su maleta para ir a Barcelona allí escondido. El niño le dijo que sí, que podía meterse. Al día siguiente ya era el día de la excursión y la madre de Pedro sabía que su hijo no podía ir, pero él se escapó. y se metió en la maleta de su amigo.


Al principio todo les parecía guay, pero lo que no sabían era que tenían que hacer 8h de vuelo y comenzó a sentir que no podría respirar y se podría morir y entonces empezó a llorar y dijo Pedro: - Paso de ir.

Fue llorando a su casa y su madre le dio un consejo: - “Si tú quieres conseguir algo, muéstrale a los demás lo mejor de tí. Todo esfuerzo tiene recompensa. Y si ahora no haces lo que tienes que hacer, tarde o temprano en tu vida te darás cuenta de que estudiar es una obligación pero tienes que hacerlo por tu bien, hijo; así, el dia de mañana, podrás ser más que alguien que se pase el día sentado en un sofá”

El hijo, supertriste, se metió en la habitación a reflexionar lo que le dijo su madre y al día siguiente cambio su forma de ser radicalmente y se puso las pilas y, la madre sorprendida, dijo: - ¡Qué orgullosa estoy de tí hijo! ¡Nunca cambies, sigue así, vas fenomenal!

Antonio José Docón Merchante


SI NO LO INTENTAS NO LO CONSEGUIRÁS

Una niña que se llamaba Laura no sabía montar en bicicleta y todos los niños en el parque se reían de ella.

Pero, un día, sus amigas Irene y Carla le enseñaron a montar en bici. Ella se caía muchas veces; pero un día, Laura aprendió por fin a montar en bicicleta y ella pensó que ya no se reirían más sus compañeros.

A la semana siguiente, el jueves, en el parque, un grupo de compañeros se empezaron a reír.

Laura fue y vió que se estaban riendo de Alejandro porque no sabía montar en bicicleta.

Laura se enfadó, y mandó callar a sus compañeros, y les dijo que eso no estaba bien.

Entonces enseñó a Alejandro a montar en bicicleta como Carla e Irene le habían enseñado a ella.

Al cabo de unos días, Laura y Alejandro se hicieron amigos y todos los días se iban de paseo con las bicis.

Marta González Muñoz


LOS AMIGOS MARÍA Y DARÍO

María era guapa, simpática, alegre y llorona y le gustaban mucho los carnavales, una época muy buena del año. Su pueblo se llamaba Valverde Del Camino y allí había muchas comparsas y chirigotas que cantaban en el Concurso de Carnaval y eran muy buenas

A los habitantes del pueblo también les gustaban mucho. Tanto que cuando ponían las entradas a la venta, se llevaban un día y medio haciendo cola en la taquilla del Teatro Puerta Del Andévalo.

Darío era guapo, empollón, simpático y agradable. A Darío también le gustaban los carnavales y era del mismo pueblo de María.

Ellos dos se turnaban en la cola del teatro para comprar las entradas. Unas horas estaba Darío y otras, María.

Ese año se pusieron a la cola y, después de esperar muuuuuchas horas, cogieron las entradas y se fueron a descansar cada uno a su casa.

Después de una semana, empezaron los carnavales y participaron muchas comparsas y chirigotas. Cuando se celebró el concurso, la comparsa de María y Darío ganó la final y se llevaron el primer premio.

Todos los amigos quedaron para irse a la playa en verano y alquilar una casa en la costa de Huelva con el dinero que habían ganado en el concurso de Carnaval.

Alquilaron la casa en Punta Umbría y cuando llegaron se fueron a la playa a darse un bañito porque hacía mucho calor.

María dijo:


- ¡Mirad hay una bandera de color verde! Y Dario respondió: - Hay tres banderas, la verde significa que la corriente esta muy tranquila, la amarilla significa que tengas mucho cuidado y la roja te recomienda que no te bañes porque te puede llevar la corriente.

Un día vieron una isla en medio del mar.

Cerca de donde estaban ellos había un quiosco para alquilar barcas a motor o de pedales y alquilaron una.

Darío y María, se fueron a la isla y se encontraron bancos de peces. En la isla la gente estaba cogiendo coquinas y se las llevaban a sus casas.

Se encontraron a la policía y les preguntaron que si tenían licencia para coger coquinas y la gente dijo que no y entonces los policías les multaron.

Finalmente, a Darío y a María no le echaron ninguna multa y se libraron de una muy gorda y se fueron muy felices y comieron perdices.

Pablo Herrera Expósito


AMIGOS POR UN BIEN

En un bosque encantado había una pandilla de animales: Sckuik, una ardilla amable y simpática; Pancho, un oso muy dormilón y barrigudo; Prisas una liebre rápida y nerviosa y el Señor Bigotes, un ratón al que, aunque fuera mayor, querían igualmente.

Un día llegó al bosque un zorro llamado Orejudo que era guapo pero nadie sabía que no lo era por dentro.

Como era habitual, Sckuik se levantó temprano y, con su moderno altavoz de alta definición, cantó su canción favorita al tiempo que los animales se despertaban.

Pero …, en medio de la canción, apareció Orejudo y dijo a la bonita ardilla: - ¡Oye, tú !

- ¿Yo ? –Respondió Sckuik

- ¡Sí, la que está cantando!, ¿te quieres callar de una vez?

- Perdona pero no me gustaría callarme. !Soy feliz cantando!

- Pues, si te pones así… te doy un ultimatum: O te callas o yo te como, ¿qué te parece? A mí me da igual… Total… vas a estar ¡riquísima!.

Y con estas palabras, el zorro consiguió asustar tanto a la pobre de la ardillita que le entraron ganas de no cantar nunca más.

Al día siguiente, Sckuik se levantó temprano y no cantó, así que todos los animales estaban dormidos.

Ella fue a despertar al Señor Bigotes que era con el que tenía más confianza.


Cuando le contó al ratón lo que le había ocurrido con el zorro, éste se alteró mucho y empezó a decir cosas como: - ¡Voy a coger a ese zorro, y a espachurrarlo hasta dejarlo como un grano de arena! …

Sckuik no quería que le pasara nada al Señor Bigotes y se le ocurrió la brillante idea de formar un ejército de animales con la pandilla que tenían. Ellos eran cera de quince animales y estaban todos dispuestos a ayudar a una muy buena amiga como la que tenían, es decir, Sckuik.

A los dos días aproximadamente reunieron a todos sus compis y se hicieron unos disfraces molones: unos iban de camuflaje, otros de trepadores…

Un día cualquiera, pillaron al zorro intentando comerse a un ratoncillo, primo del Señor Bigotes. El pobre ratoncillo se asustó tanto que se desmalló. Justo en ese momento, todos se lanzaron sobre él, lo cogieron y lo tuvieron prisionero durante toda una semana.

Al no conseguir que cambiara de actitud, el consejo de sabios del bosque decidió que se marchara y lo desterraron del bosque.

Éste se marchó para siempre jamás, volviendo todo a la normalidad. Incluso todavía cuentan los que visitan ese bosque que cada mañana se escucha una vocecita cantando una alegre cancioncilla al son de una linda musiquilla.

Natalia M.ª Ledesma Gómez


El perro de la calle

Érase una vez un perro pequeño con muchos lunares marrones y el pelo blanco. Era cariñoso, agradable y sobre todo muy suave y encantador. No se preocupaba por no comer un día o dos, él sabía que eso no llegaría a pasar, o al menos eso creía.

Un día vio algo extraordinario que infló su corazón como un globo: una perrita con lunares blancos y piel marrón. En ese instante salió disparado hacia ella y tuvo que cruzar la carretera.

El perrero, que iba en su furgoneta, vio al perro y lo cogió por el cuello y el perro aulló de dolor.

Una mujer que iba con un carrito y su pareja, le dijo al perrero: -¡Suelta a ese perro, si no quieres no quieres saber lo que es bueno!

El perrero asustado salió corriendo como un llorica.

La mujer llamo al perrito Chico por ser peque y asustadizo. Vio que estaba hambriento y que tenía alguna que otra herida, unas más grandes que otras.

Su marido que era veterinario, lo curó, pero el perro seguía triste y no sabían que hacer.

Su bebé les dio una idea: ¡conseguirle una pareja!

Fueron buscando por las calles de todo el pueblo y vieron una perrita que se le parecía mucho. Se la llevaron, y el perrito dio saltos de alegría y vivieron felices y comieron lombrices.

Irene Rite González


Tus peores pesadillas

Érase una vez tres hermanos que se llamaban Saray, Ana y Aarón. Saray era lista y tenía 11 años, Ana era guapa e inteligente y tenía 7 años y Aarón era alto y tenía 9 años.

Un día estaban aburridos en su casa y sin saber qué hacer. Entonces vino un amigo que se llamaba Hugo, se metieron en un cuarto oscuro, encendieron unas velas, se pusieron en círculo y empezaron a contar leyendas de miedo. Hugo empezó a contar sus leyendas y, al llegar la noche, nadie podía dormir .

Al final se durmieron y tuvieron un pesadilla.

Al despertarse era como un día normal. Pero no …, unos animales aparecieron muertos y desangrados. Ellos fueron corriendo a la puerta para salir pero, de repente, se cerraron todas, parpadeaban las luces y se escuchaba una risa de una niña.

Saray cogió un móvil y encendió la linterna.

Ana le dijo a su madre: - ¡Vamos a casa de Hugo!

Cuando llegaron, Saray preguntó: - ¿Hugo, ha pasado algo raro en tu casa? - No. Aarón dijo: - ¡Corred, salid rápidamente!

Pero era demasiado tarde, se caían cosas, parpadeaban las luces y se escuchaba la risa de una niña.


Saray apuntó con la linterna del móvil y no se veía nada. Entonces, todos echaron a correr y llegaron a un pantano. Era luna llena y había árboles muertos. A lo lejos se veía una luz que venia hacia ellos. Saray tuvo una idea y dijo: - ¡Vamos a encerrar al espíritu!

El espíritu, con sed de sangre, iba hacia Saray para matarla, pero Saray se apartó y el espíritu se cayó al pozo y lo taparon rápidamente y de allí no volvió a salir nunca más.

Saray Rivera Jiménez


LAS NUEVAS AVENTURAS DE LA VIEJA LUNA

Érase una vez una luna de nuestro Sistema Solar llamada Lucía. Lucía era la luna más apartada del Sistema Solar; estaba a unos 1.542 kilómetros por detrás de Plutón, el único planeta que ya no era planeta después de investigar sobre él. Un día Lucía se movía, sin que ella quisiera hacerlo, de donde ella estaba. Una estrella que estaba por allí le dijo: - Hola, ¿eres nueva por aquí? Lucía le contestó: - ¿Nunca has oído hablar de mi? Pues soy Lucía, la luna. La estrella sorprendida le preguntó: - ¿En qué posición del Sistema Solar vives? Lucía le contesto: -Soy la luna más alejada del Sistema Solar. Yo estoy a unos 1.542 kilómetros del planeta Plutón y, además de eso soy un poco miedica por la noche, pero por el día soy una luna muy, muy, muy valiente. Después de conocerse una a otra se fueron a dar un paseo por el Universo, por el paseo vieron: Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Finalmente, Lucía y la estrella se hicieron muy amigas después de hablar en el paseo.

Manuel Vázquez Díaz


Si soy tu amigo, ¿por qué me insultas?

Un día fui al cole por la tarde y pregunté una duda que tenía. Al salir vi a un amigo y me dijo:

---

“¡Hola!, ¡ven a jugar!” Yo le dije que no, que estaba estudiando para un examen de Lengua. Al llegar a mi casa estudié hasta quedarme dormido. A la mañana siguiente, fui al colegio y un niño tiró un balón y le dio a mi amigo. Entonces, el otro niño se escondió y mi amigo se pensó que había sido yo; entonces mi amigo me echó la bronca, me insultó y me pegó…¡Fue un error! Al día siguiente lo castigaron y me pidió perdón. Todo acabó ahí y fue el mismo de siempre. Al mes o a los dos meses siguientes, se pelearon unos amigos. Intenté que pararan, pero no pude. Cogí a uno de las manos y lo llevé lejos. La tomó conmigo, me pegó y me insultó. Fui a contárselo a la maestra. Ella habló con él y el niño me pidió perdón. Lo perdoné porque no hay que ser malo con los demás.

Ramón Vidal Ibáñez


TODOS SOMOS IGUALES

Érase una vez una niña que se llamaba Cristina. Ella era guapa y tenía un cabello largo, rizado y de color negro intenso; era cariñosa, amable y luchadora. Casi siempre vestía con un pantalón largo, una camisa larga, bufanda larga, chaleco a juego con su camiseta y botas altas.

Cristina iba al colegio Santo Cristo del Mar, que está en Punta Umbría.

Allí había una niña que se llamaba Estela. Todos los niños que la veían abrían la boca de lo embobados que estaban con ella. Pero uno de ellos estaba tan embobado que andaba detrás de ella como un perro buscando su peluche.

Entonces, su mejor amiga, Laura, se peleó con Estela porque ella le había quitado una cosa suya. Cristina la vio que estaba enfadada y ella no quería que se enfadase su amiga Laura.

Se hartaron de Estela y al día siguiente le tendieron una trampa y la enviaron a Brasil.

A los dos años, Estela volvió a su casa y toda su familia se mudó a Portugal. Allí se apuntó al colegio San Pedro Del Mar e hizo un montón de amigos.

Al año siguiente el niño ese que andaba por detrás suya como un perro buscando su peluche, apareció en ese colegio porque se enteró que Estela estaba allí y se inventó una historia, para contársela a sus padres y que se mudaran a Portugal porque él estaba enamorado de Estela.

Rocío Vizcaíno Palomino


6ยบ NIVEL


MARCOS EL ERIZO

En un país muy lejano llamado Erizolandia, en una humilde madriguera vivía un pequeño erizo llamado Marcos; y que un día al ver que capturaban a sus padres y al intentar escapar fallecieron .Se sintió triste y solo ,fue así como decidió vengarse y empezó su viaje. Pero todo iba a cambiando, en el camino encontró con Filipino el gato , que al verlo sintió miedo; pero Filipino le hablo y se hicieron grandes amigos. Marcos poco a poco le explicó lo que pasó con su familia y Filipino al escucharlo le explico ; algunas cosas de la vida diciendo que lo mejor es seguir adelante y aunque Marco no lo quería aceptar entendió que Filipino tenia razón. Marcos y Filipino emprendieron el viaje de regreso a la madriguera de Marcos, pero cuando llegaron vieron que todo estaba destruido, Marcos lloraba y lloraba, y sentía que ya no tenia fuerzas pero Filipino nuevamente lo animó a que podían construir otra madriguera mucho mas bonita y una casa para él. Otra enseñanza de Filipino fue que aunque todo se ponga difícil con esfuerzo y entusiasmo se puede lograr, así empezaron a trabajar y al terminar lo que se habían propuesto sintieron satisfacción acabando rendidos. Al despertar y ver su trabajo terminado saltaron de emoción y muchos animales a su alrededor se acercaran a saludarles y a celebrar con ellos el nuevo hogar y así terminaron este cuento con mucho sentimiento

Neil Jefferson Alarcón Valencia


ENRIQUE Y SU SUEÑO Érase una vez, un niño llamado Enrique. Era rubio con los ojos azules, tanto que al mirarlos eras capaz de enamorarte completamente de él. No era ni muy alto ni muy bajo. Tenía 9 años cuando le ocurrió esta historia. Os voy a contar lo que un día le ocurrió a Enrique: Enrique todos los días soñaba que en su árbol favorito (que está en su campo) había una trampilla o puerta que le llevaba a una pequeña aldea de monstruitos. Enrique pensó que sería una señal y decidió investigar. Su madre estaba trabajando; el padre, en una comida de amigos; la abuela, sacando el perro y la hermana de 16 años por ahí con las amigas. Enrique aprovechó que estaba solo, cogió su bici y una mochila con: una botella de agua, una lupa, una brújula, un reloj… Las cosas típicas de detectives. Se montó en la bici y dijo bien alto: “¡Que comience la aventura!” Cuando llegó al árbol, con mucho cuidado empezó a buscar el botón secreto. Después de 10 minutos… ¡Lo encontró! Lo apretó y… Con un ruido muy desagradable se comenzó a abrir la puerta, pero esto solo acababa de empezar. Cuando entró pensaba que era un sueño, era un lugar precioso, lleno de colores y criaturas mágicas. Había monstruitos de colorines y hadas que concedían tres deseos. Había tantos colores que parecía que estabas en un arcoíris. Enrique no sabía que él era el elegido para salvar esas tierras del dragón Felipe. ¡Ja-ja-ja! Suena a lo lejos, soy el dragón Felipe. Todos los monstruitos fueron corriendo a donde estaba Enrique y le dijeron: por favor elegido, ayúdanos a derrotar al dragón. Enrique no sabía qué hacer, pensó y pensó y… ¡Ya sé! Dijo: -Cogeré la lupa y con el sol apuntaré al dragón para derretirlo. Y así fue, lo derritió hasta que ya solo era polvo. ¿Y sabéis que hicieron con los restos? Los echaron a una hoguera y acamparon y cantaron felices alrededor de ella. En recompensa a Enrique, el monstruo cocinero le preparó un gran banquete y una tarta de 5 pisos. Cuando acabaron estaban tan llenos que se tuvieron que ir a dormir. Y así Enrique volvió a su casa y prometió no decirle nunca a nadie, ni que existía ni donde estaba la aldea secreta.

Judith Álvarez Romero


SUPERCUERVO

Érase una vez un champiñón que vivía en un huerto. El champiñón se murió. Un tomate se lo comió , cogió una indigestión y murió . Un cuervo se comió sus cenizas y adquirió Superpoderes. Volaba a la velocidad del sonido. Cuando iba volando, vio a lo lejos un caracol muy rápido. Pensó !mmm! Un buen aperitivo. Se lo zampó a la velocidad del rayo sin saber que era Turbo. Supercuervo se encontró con Superman que lloraba porque lo había dejado su novia. A Supercuervo le cayó una lágrima radioactiva y adquirió los poderes de Superman. Un avión de pasajeros iba volando, cuando de pronto empezó a caer. Supercuervo que veía que había perdido un motor, no iba a consentir que se estrellara. Para él no era ningún problema. Con el dedo meñique levantó el avión y lo dejó en las Bahamas y todos fueron felices y disfrutaron de unas vacaciones. Supercuervo se marchó feliz y contento. Cuando iba por la Antártida un meteorito se aproximó a la Tierra. Supercuervo cogió el meteoro y se puso a dar pataditas como si de un balón de tratara; pero de un trozo de asteroide salieron dos alienígena y lucharon contra Supercuervo y por supuesto ganó nuestro amigo. Y fue feliz otra vez.

Jaime Delgado Maestre


Jason Blody y su aventuras

Había cinco amigos que iban navegando en un barco. Navegaban cerca de unas islas. Uno de ellos vio que se acercaba una gran tormenta. Un poco más tarde llovía tanto que aparecieron unas grandes olas. El barco no podía con esas olas y lo desplazó hasta una isla, quedó encallado en la orilla. Una hombre que vio lo sucedido y se acercó hasta allí. Encontró solo a uno de los marineros y se lo llevó a su aldea. Allí lo curaron más tarde cuando se despertó. Dijo que se llamaba Jason Blody. Él preguntó por sus amigos. Le dijeron que habían recibido un mensaje de whatssap diciendo que pedían un rescate pos sus amigos del barco. Jason preguntó si había alguien en el pueblo que pudiera ayudar. El alcalde le dijo que había una mujer en el pueblo que le daría unos poderes especiales. Más tarde cuando estaba hablando con la mujer, ella dijo que sabía quien habían secuestrado a su tripulación “ su hermano” y donde se ocultaba. Jason Blody con la ayuda de los hombres y mujeres del pueblo formó un equipo para rescatar a sus amigos. Cuando llegaron al sitio donde estaban los secuestradores, asaltaron la fortaleza. Fueron derrotándolos. Cogieron a su hermano como líder del grupo. Jason Blody le preguntó a su hermano por que lo había hecho. Su hermano le dijo que él siempre era el mejor, el más fuerte, él más valiente… y quería demostrarle que también podía. Jason le contestó que eso no se podía hacer y que él siempre lo había considerado más fuerte a él por eso de ahora en adelante formaría parte de su tripulación y vivirían siempre juntos. Con la ayuda de todos repararon el barco y se marcharon a vivir otras aventuras. Este cuento te enseña que la envidia no es buena, que nos separa. Los hermanos están para ayudarse.

José Luis Domínguez Pérez


El niño sin boca

Mientras daba el paseo se cruzó con su hermana pequeña, la princesa Rosalía. Tomás le preguntó a Rosalía – Rosalía ¿te quieres venir a dar un paseo? Ella dijo que sí. Fueron a la parte trasera del castillo, de repente empezaron a ver algo brillar y acercaron. Era un túnel, ellos entraron sin miedo; pero cuando llegaron al final Tomás no quería salir y Rosalía le dijo- Tomás ¡Venga ya! Que con la que me has dado, no vas a entrar. Al final entraron y llegaron a un sitio muy parecido a su palacio, eran unos jardines enormes y un castillo hecho a piedra. Siguieron hacia adelante y llegaron a un laberinto muy raro. A la mitad del laberinto encontraron a un niño vestido de bufón. Le había una vez en un reino, unos reyes que habían tenido dos hijos Tomás y Rosalía. Un día el príncipe Tomás fue a dar un paseo por los jardines de palacio. Preguntaban ¿cómo te llamas? pero el solo los miraba, lo único que hacía era unos tipos de signos algo raritos. Hasta que Rosalía dijo- ¡ya se lo que pasa! Es mudo como mi amiga Paola y el niño mudo dijo que sí con la cabeza. Una cosa que les parecía extraña era que no tenía boca. Su amiga Paola sí que tenía boca. El niño, mientras hacía los signos, Rosalía traducía los que podía. El niño decía que lo siguieran así que les siguieron, hasta que llegaron a un tipo de helicóptero y se montaron. El helicóptero les llevó a la azotea del castillo y se bajaron. El niño cogió una mini-pizarra y se la colgó, en ella puso- hola me llamo Leonardo. Vosotros como os llamáis. Ellos dijeron: Nos llamamos Tomás y Rosalía. Leonardo les dijo- seguidme os voy a llevar a mi habitación y os voy a presentar a mis padres, los bufones del castillo. Leonardo les llevó a presentarles a sus padres. Los padres de Leonardo les dijeron: Hola chicos ¿sois amigos de Leonardo? Ellos dijeron que sí. Los padres de Leonardo les enseñaron el castillo, en lo que trabajaban y como se llamaban. Llego la noche y los niños se fueron y se despidieron. Al día siguiente Tomás y Rosalía fueron a entrar al túnel pero ya no estaba había desaparecido.

Marina Hermoso Martínez


LA EXTRAÑA ANCIANA Érase una vez un grupo de niños que jugaban todas las tardes en la plazoleta de la “Charca” (en Valverde del Camino). Los niños se llamaban Raúl, Adrián y Yeray tenían 11 años. Les encantaban jugar al fútbol y por eso todas las tardes, después de hacer los deberes, se iban a la charca para practicar su deporte favorito. Cerca de esa plazoleta, había un bar al que los niños le tenían mucho miedo porque todo el mundo decía que allí se había muerto una mujer y que algunas veces la veían en la ventana. Los niños intentaban siempre no acercarse allí. Pero un día, con muy mala suerte Raúl golpeó muy fuerte el balón y se embarcó en el patio de ese bar. Los niños muy asustados se fueron corriendo a sus casas. Al día siguiente, estaban muy aburridos, porque ya no tenían una pelota para poder jugar al fútbol y entonces Yeray decidió asomarse a la verja del patio para intentar coger su balón y poder jugar. Los demás niños no querían; pero decidieron ir con él. Con mucho miedo, todos juntos se asomaron al patio, que tenía una pequeña verja de madera oscura y vieron el balón en mitad del patio. Tras un rato discutiendo, decidieron que tenían que saltar la verja y entrar a buscarlo. Todos los niños entraron en el patio con mucho miedo, y una vez dentro escucharon un ruido. Todos corrieron asustados y salieron a la calle, pero se dieron cuenta que era un gato al que habían asustados. Ya era tarde y se fueron a casa. Al día siguiente, seguían sin balón, y decidieron intentarlo de nuevo. Esta vez ya no había gatos y justo antes de coger la pelota, vieron una luz encendida dentro del bar. Un poco asustados decidieron asomarse un poco más cerca. Cuando casi estaba en la ventana, vieron la sombra de una mujer mayor, con el pelo blanco y recogido en un moño, sentada en una mecedora y tejiendo una bufanda de lana roja. Los niños gritando, salieron corriendo de allí, pero a Adrián, justo antes de saltar la verja se le cayó el balón. Algunas semanas después, cuando ya se les había pasado el susto, decidieron volver a entrar, pensando que esa mujer no era de verdad, sino que como estaban tan asustados se lo imaginaron. Su balón seguía allí, y la luz de la ventana seguía encendida. Volvieron a asomarse y la mujer seguía tejiendo la bufanda cada vez más larga. De pronto, la mujer miró a los niños y empezó a gritar y a correr detrás de ellos, diciendo ¡Dejadme en paz! Los niños muy asustados, cogieron su balón y salieron corriendo a la calle para avisar a sus padres. Entonces, sus padres le contaron que ese era el espíritu de la dueña del bar que murió hace muchos años; pero que aún seguía allí y que no debían volver a molestarla. Los niños nunca más volvieron a asomarse por aquel bar e intentaban no lanzar tan fuerte el balón, para que no se volviera a embarca nunca más.

Raúl Lorenzo Domínguez


EL SUEÑO DE UNA CUCARACHA

Érase una vez, una cucaracha que quería ser superhéroe y sus padres le decían: -¡estás loca! con los peligros que había fuera. Una noche la pequeña cucaracha se escapó.

Se encontró una bolsa enorme de cacahuetes, se asombró de las calles de ese pueblo que estaban contaminadas por tanto tráfico y basura, entonces se encontró una rata que le pregunto: -¿dónde vas? A cumplir un sueño. -Yo también tengo un sueño dijo la rata -¿cuál es? Preguntó la cucaracha. Me da vergüenza decirlo. Venga, venga, cuenta, dijo la cucaracha. Ser bailarín de ballet y -¿hacia donde te diriges? -Pues a la gran ciudad a buscar mi oportunidad.

Entonces la cucaracha le dijo que podrían ir juntos y así los peligros los afrontarían mejor. La rata aceptó y salieron juntos a por sus sueños. Pasaron por muchas aventuras peligrosas, otras no tanto.

Cruzaron ríos subidos en un palo, tuvieron que huir de un gato, deshacerse de trampas para ratas, saltar muros...

Pasaron unas semanas hasta que por fin llegaron a la gran ciudad. Se alegró mucho de haber llegado allí. Se pusieron a bajar una gran cuesta que las llevaba al centro, y cuando más contentas y distraías iban les atacaron gatos enormes y sucios, eran gatos callejeros. La rata subió a la cucaracha a su espalda y corrió detrás de un camión de basura al que se pudo subir y despistar a aquellos gatos.

Dos manzanas más adelante vieron la escuela de ballet y la rata se quedó helada, solo pudo decir: ``mmmiiiiiii sssuuueeeññooo´´. No se lo podía creer. Bajaron del camión con tal salto... que hizo caer a cucaracha por una alcantarilla, la rata la llamaba desde arriba y unas voces le decían a rata: “La tenemos aquí amigo está en buenas manos” Cuando aquellas voces empezaron a subir, Rata pudo ver que eran sus primos a los que no veía desde hace unos años. Rata les preguntó cómo les iba la vida en esas alcantarillas ¿Tus padres están bien…? Tengo muchas cosas que contaros. Cucaracha empezó a despertar del golpe que se había dado. Juntos fueron a la casa de sus familiares de Rata.


Resulta que la tía de Rata era profesora de ballet y enseñó a Rata a bailar como un profesional. Estaba tan contento que se olvidó de que su amigo y compañero de viaje también quería cumplir sus sueños. Rata se acercó y le preguntó: Cucaracha ¿qué podemos hacer para que cumplas tu sueño? Cucaracha le respondió: -Yo ya he logrado el mío. He sido un superhéroe a tu lado, te he ayudado a cruzar ríos, montañas, te he sacado de una trampa, vamos..que me he comportado como un superhéroe. ¡Ya hemos logrado nuestros sueños!

Miguel Ángel Lorenzo Tocino


UN GRAN SUSTO

Había una vez una gran casa, donde vivieron los ingleses, cuando llegaron con el ferrocarril. Esta casa se llamaba “Casa de Dirección” y estaba en un pueblo llamado Valverde del Camino. Era una casa muy grande y con muchos jardines. Una vez que los ingleses se fueron, decidieron que esta casa sería un museo de la historia de los ingleses y del ferrocarril en el pueblo. Además de un museo, abierto a todo el que quiera verlo, hoy día es también la biblioteca municipal de Valverde, donde muchos niños y niñas van todas las tardes para estudiar, hacer sus trabajos o a leer algún libro de aventura. Ramón, era un hombre con pinta extraña. Tenía el pelo blanco, una gran barba y solía vestir con ropa de deporte oscura. Todas las tarde iba a la Casa de Dirección y se sentaba a leer el periódico en el rincón más oscuro de la biblioteca. Pedro, era un niño muy listo, superdotado, que incluso le habían adelantado un curso con respecto a sus compañeros. Iba todas las tardes a la biblioteca para estudiar y sacar muy buenas notas, porque quería ser arquitecto de mayor. Un día Pedro, se fijó en Ramón, que como todos los días leía el periódico, pero no quiso decirle nada. Tras unos meses, donde Pedro observaba todos los días a Ramón, decidió acercase a aquel extraño hombre. Ramón, de muy mal humor, le dijo al niño que lo dejara tranquilo leer su periódico. Entonces el niño agachó la cabeza y se marchó. Así varios días, hasta que un día Ramón, estaba de mejor humor y le contó su historia. La historia comenzó con el bisabuelo de Ramón, que le contó a su nieto siendo un niño, que en esa casa, hace muchos años habían matado a una mujer inglesa y que cada noche, todos los habitantes del pueblo la veían paseando por los jardines de la casa con un libro en la mano. Por eso Ramón, todos los días iba a la biblioteca, para intentar ver a esa mujer. Llevaba haciéndolo años; pero nunca la había visto. A Pedro le interesó mucho su historia y quedaron al oscurecer para ver si tenían suerte y podían ver a la mujer. Esa noche, ambos se sentaron en los jardines y observaron muy atentos a su alrededor. Un rato después escucharon un ruido y vieron una sombra detrás de ellos. Se asustaron muchísimo y salieron corriendo. Al día siguiente volvieron un poco más tranquilos y se sentaron, de nuevo, en un banco del jardín. Tras horas esperando, volvieron a escuchar un ruido y al darse la vuelta vieron a una persona con el pelo largo, y pensaron que era la mujer inglesa. Con muchos nervios salieron corriendo y se escondieron detrás de unas flores para observar a la mujer, pero todo estaba muy oscuro. De repente se encendieron los focos de la casa y vieron que no era una


mujer, sino un hombre con el pelo largo. Al preguntarle que quién era, el hombre le contestó, que era el jardinero, que todas las noches regaba las plantas del jardín. Ramón y Pedro se rieron muchísimo al ver que no había ningún fantasma, sino un jardinero con el pelo largo. Fueron corriendo a contárselo a todo el pueblo. A partir de ahí, ya nadie tuvo nunca más miedo de ir a la Casa de Dirección y Ramón, ya no se sentaba en el rincón más oscuro, sino junto a una ventana, con su amigo Pedro. El pueblo comprendió que las apariencias engañan y que no nos podemos creer todo lo que la gente dice.

María Mantero Jiménez


LA GRAN AVENTURA

Érase una vez un perro que paseaba por el bosque y se encontró un zorro. El zorro le pregunto:-¿Cómo te llamas? ¿Y qué haces por el bosque? - Me llamo Boby: dijo el perro –busco a mi familia. - Yo me llamo Fox y te ayudaré a buscarlos: dijo el zorro. Emprendieron su viaje, se encontraron con un águila. El zorro le pregunto si había visto a dos humanos buscando a Boby, el águila dijo que no vio ni hoyo nada; Pero que les ayudaría a buscarlos. Boby se quedo muy triste pero agredació su ayuda. Siguieron su camino y se encontraron con un ciervo, le dijeron que Boby se había perdido y que estaba buscando a su familia. El ciervo le dijo que había un viejo sabio que era el lobo y había oído gritos de humanos. Boby se puso muy nervioso y quería seguir buscando; pero le dijeron que tenían que descansar porque no había parado de andar durante todo el día. Cuando despertaron se encontraron con el viejo sabio. Boby muy nervioso le preguntó si sabia donde estaba su familia, y este le tranquilizo y le dijo:-yo te llevare con tu familia ¡seguidme! Atravesaron ríos, montañas, lagos, lagunas y llegaron al poblado. Allí que su foto estaba pegada por todas partes. El viejo sabio y sus amigos: Fox el zorro, el águila y el ciervo le dijeron que no podían acompañarle porque era peligrosos para ellos. Boby se lo agradeció a todos y le dijo que serian amigos para siempre; y que no les iba a olvidar nunca. Oyó gritos llamándole, se fue corriendo y se encontró con su dueño. Boby se lanzó y los dos cayeron al suelo de felicidad. Boby nunca más se separo de su dueño.

Moraleja: La amistad no es solo los buenos momentos también hay que estar en los momentos mas difíciles

Yeray Martínez Urrez


Peti, un gran amigo

Había una vez una niña llamada Claudia. A Claudia le encantaba los animales, pero nunca había tenido uno. Un día sus padres, tras las buenas notas del trimestre, le dieron la oportunidad de elegir la mascota que más le gustaría tener. Tras mucho pensar, Claudia decidió pedirles a sus padres un pájaro; pero no uno cualquira sino ¡Un inseparable! Algunos días después de aquello, Claudia llegó del colegio y tenía una gran sorpresa. Era su inseparable, al que decidió llamar Peti. Era muy pequeño, casi sin pluma; azul y amarillo. Todos los días, Claudia le daba de comer a Peti y cuando fue un poco más mayor decidió enseñárselo a sus amigos y amigas. Quedaron en el parque del pueblo, después de merendar. Cuando Claudia llegó le enseño a todos su mascota Peti; pero al abrir la jaula para que lo vieran mejor, Peti se escapó. ¡Peti, Peti! Dijo Claudia, pero Peti se escapó. La niña llorando junto con todos sus amigos fueron a buscar a los padres de Claudia y todos se pusieron a buscarlo. A Pedro, el mejor amigo de Claudia, se le ocurrió una gran idea ¡ Harían carteles y los pondría en el pueblo por si alguien se lo encontraban! Pasaron varios días y Claudia cada vez más triste. Un día muy temprano sonó el teléfono y Claudia se llevó una sorpresa. Un vecino del pueblo lo había encontrado en su tejado y lo había cogido. Claudia fue corriendo a buscarlo, -¡Te he extrañado mucho! dijo. Peti y su dueña se fueron a casa. Claudia aprendió que debía ser más responsable en el cuidado de su mascota y agradeció la solidaridad de sus vecinos.

Cristina Oso Azogil


LA ISLA DE LOS 5 MUNDOS

Hace mucho tiempo cinco niños que eran nuevos en el colegio C.E.I.P José Nogales... Entraron a la clase y se presentaron. Sus nombres eran: Melisa, Beca, David, Naya y Linda. Ellos siempre estaban juntos y si había algún problema a ellos lo solucionaban ,no se sabe como. Cuando paso el tiempo llego la semana antes de navidad, a ellos les daba miedo porque penaban que en navidad no se iban a ver pero sus padres no dejarían que eso pasara. A la semana siguiente tuvieron que cantar un villancico llamado: Noche de paz pero se negaron porque querían descubrir todos los secretos de este planeta. Le pidieron permiso a sus padre y le dejaron. Cogieron una mochila cada uno con: una botella de agua, dos bocadillos...etc. Se reunieron en la plaza de el pueblo y desde allí caminaron hasta una playa llamada el Espigón. Ellos no sabían como habían llegado a aquel lugar pero cogieron una tienda de campaña, la empezaron a montar y...Se dieron cuenta de que ya se había ido; a todo el mundo le dio un poco de miedo, pero como estaban juntos les daba igual. Cuando la montaron, cenaron uno de los bocadillos que se habían llevado y por último se acostaron. Cuando se durmieron la marea empezó a subir y llego a la tienda de campaña, todas las habitaciones estaban llenas de agua, menos la de Melisa, entonces todos se fueron a la habitación de ella. Al amanecer desayunaron, se pusieron un bañador con ropa encima y se fueron a dar un paseo, después de una hora andando decidieron darse un baño en el mar, pero las cosas no salieron como pensaban, el mar empezó a empujarlos a lo más hondo y de repente apareció una ola de más de diez metros y los hundió se llevaron allí tres días, sin comer, sin respirar (Aguantaban debajo de agua porque un pez le prestó sus branquias),... Cuando Melisa se despertó, los llamo a todos y se despertaron. No sabían como habían llegado allí pero lo que hicieron fue explorar el fondo del mar. Cuando a empezaron a andar sintieron una corriente de agua y no sabían que era. De repente apareció un tiburón muy ambiento, ellos empezaron a correr, pero no más que el tiburón. Cuando estaba apunto de morderlos cayeron en un agujero enorme que había en la arena. Siguieron cayendo hasta llegar aun sitio donde de alguna forma no había agua. Ese sitio se llamaba ''LA CUEVA DE LOS REYES Y REINAS''. Cuando anocheció, cogiendo los sacos, los pusieron en el suelo y se durmieron. Cuando se despertaron Naya se dio cuenta de que no le quedaban bocadillos (ni a ella ni a ninguno de los demás). Así que buscaron comida y comieron. Después , buscaron una salida de aquel sitio ,pero no lo encontraron, sin embargo, encontraron un cofre al final de un pasillo oscuro y frío. Lo cogieron temblando


y se dieron cuenta de que para abrirlo necesitaban una llave. En el cofre había enganchado un papel con una nota que solo las personas elegidas para ester allí podían descifrar. David lo leyó con cara extra: -Donde tu corazón más rápido palpite estará un fragmento de la llave No sabían lo que significaba, menos Naya que fue la que la descifró: -Creo que lo que tenemos que hacer es buscar un sitio que nos dé mucho miedo-dijo. Buscaron y buscaron hasta que encontraron ese lugar. Al encontrarlo, pensaron que el camino era fácil pero no lo fue. Cuando llegaron, encontraron el segundo y último fragmento, lo unieron con el otro y al unirlo la llave empezó a brillar. Cogieron la llave y abrieron el cofre. Dentro había cinco coronas de diferentes colores, específicamente estos: Roja,Azul,Rosa,Verde y Lila. Cada uno cogió la que más le gustó y al ponérselas cada uno se teletransportó a un mundo o planeta diferente, en el que estaba con muchas personas pero en ninguno de ellos no había ni rey ni reina debido a que eran ellos. Con el tiempo se dieron cuenta de que aquello era muy similar a una isla y también se dieron cuenta de que obtuvieron poderes. Al pasar unos años allí, decidieron volver a la tierra entonces se quitaron las coronas y rápidamente se teletransportaron de nuevo a la tierra. Cuando llegaron a la tierra estaban todos en el parque de al lado de su colegio y pensaron que aquellos sitios donde habían estado no tenían nombres, así que decidieron llamarle LA ISLA DE LOS CINCO MUNDOS. Cuando se fueron otra vez a ese sitio les dieron a todos los habitantes la noticia y les pareció genial. Ellos se volvieron a ver pero a la tierra no viajaron más.

Candela Pérez Duque


BILLY EL GRAN MAGO

Érase una vez un niño llamado Billy y tenía una ilusión: ser mago; porque a los seis años le regalaron un kit de magia. Pero había dos niños que le decían que la magia no existía y que él no era lo suficientemente listo. Al día siguiente, Billy le preguntó a la madre que si la magia existía, la madre le dijo que si, él hizo otra pregunta: - Mamá, ¿Puedo ser mago? Ella dijo que sí. Al otro día se llevó el kit de magia al colegio, y todos se quedaron alucinados, menos los dos niños que le decían las cosas malas. Al cabo de unos años, acabaron la ESO. Billy decía que quería estudiar para llegar a ser, un buen mago. Se fue haciendo un poco más mayor, se aprendió los trucos que más le gustaban. Un día fue a la casa de su amigo Manuel que le enseñó todo lo que sabía de trucos. Unos días más tarde Billy, de tantos trucos que hizo, No podía hacer ya trucos más difíciles; así que le pidió ayuda a una anciana que sabía y tenía poderes mágicos. Gracias a la anciana Billy lo consiguió. Hizo una actuación en honor a ella. Todo el pueblo estuvo en esa actuación y todos ellos a la vez dijeron: <<!Billy eres un gran mago>>. Billy se hizo famoso con su magia y fue reconocido en todo el mundo. Todos fueron felices y comieron perdices.

Alex Rodríguez Szoldrowski


EL PÁJARO PIPO

A mis pájaros bonitos

Érase una vez un precioso pájaro llamado Pipo, sus plumas eran bellas como un millón de esmeraldas. Un día se fue volando a un nuevo hogar, ya que el suyo fue destruido por el águila Leonardo. Pipo voló y voló, hasta que encontró a un pájaro herido junto a la orilla de un río, a si que decidió bajar a preguntarle como se llamaba. él le respondió que se llamaba Yupi y le contó todo lo que había sucedido. Pipo decido ayudarle a recuperarse de la fractura que tenia. Cuando pasaron muchos días se hicieron un nido gigantesco. Al enterarse el águila Leonardo decidió atacarles por la noche, esperó a que los búhos salieran de sus nidos a cazar ratones o ratas pero; cuando llegó, un búho que estaba en la rama de un árbol despertó a Yupi que advertió a Pipo. Así que Pipo se dio cuenta que ese era el águila que destruyó su casa. Yupi dijo que no tenían que esconderse porque si te escondías podías caerte con la casa. Entonces decidieron que debían mojarles las alas, pero no tenían un cubo y además el río estaba muy lejos. Cuando se les ocurró otra idea, el águila ya había destruido la parcela . A Pipo se le ocurrió un plan perfecto para asustarlo a si que cogieron los siguientes materiales:una manta vieja y un foco yyyy… ¡TACHÁAAAAN! Hicieron un disfraz de fantasma. Pipo se puso la manta vieja y delante del foco, Yupi lo manejaba. Pipo le dijo a Leonardo con voz de fantasma: ¡huuuu soy el fantasma de esta casa si no te largas te caerá la maldición del demonio, huuuuuu! El águila se asustó tanto, que se fue a vivir a otro país. Pipo y Yupi fueron felices y comieron perdices.

Jorge Segovia Rite


EL BOSQUE MÁGICO

Érase una vez, en un país muy lejano, vivía una encantadora princesa llamada Rocío; era un poquito fantástica. Tenía cuatro hermanos y con ella eran cinco. Sus nombres eran: Paula, Ana, María y David. Rocío, creía mucho en todas esas raras fantasías: las de los príncipes, las hadas…Todas las noches, en la hora de la cena, le decía a sus hermanos que algún día les iba a demostrar que “sus fantasías” existían de verdad. Así que cuando era hora de irse a dormir y cuando todo el castillo estaba dormido ella se escapaba y se iba a un bosque a buscar hadas o alguna cosa mágica en las que ella creía. Buscó y buscó; pero no encontró nada hasta que al final del bosque vio una luz muy brillante como el sol. Ella entró y… ¡Guau!, había un enano mundo de duendes y hadas; cuando estos la vieron empezaron a gritar y todos se escondieron en sus enanas casas, es decir, en setas. Entonces ella se quedó muy sorprendida y dijo: - No temáis, no voy a contar a nadie vuestro secreto ni que vosotros existís. - ¿De verdad?, dijo una preciosa hada tan pequeña como la hoja de un tulipán. - El hada dijo: Te creemos, pero no le digas a nadie que existimos, ¿lo juras? - Lo juro, dijo la princesa, un poco sorprendida. Le empezó a preguntar cómo es lo de vivir escondidos e intentar que nadie los descubra. Ellos le respondieron que no era nada fácil, ya que las personas del mundo real pensaban que eran seres monstruosos. Ya estaba amaneciendo, entonces decidió irse al castillo. - Mañana por la noche vendré a veros, dijo la princesa. - Vale, te esperaremos aquí, dijo el hada muy contenta por haberse echado una amiga de verdad. Y así, la princesa Rocío decidió irse a vivir con ellos, ya que sus hermanos le decían que estaba loca, y ella sabía que allí iba a vivir más feliz; y desde entonces nunca más se volvió a sentir rara porque ya estaba tranquila de saber que sus “fantásticos amigos” existían de verdad.

Cristina Tercero Valenciano


MANUEL EL AFORTUNADO

Había una vez una bella princesa llamada María. Se enamoró de un joven caballero llamado Manuel el afortunado, él sentía lo mismo por ella, a los 20 años tuvieron un hijo llamado Pablo; Pero había un problema: Manuel se volvió malo gracias a un hombre llamado Tartanus, era malvado y despiadado y se fue con él. María se fue del disgusto; per como Pablo no sabía que él era su padre y decidió verle. Lo intentó pero no pudo y pidió ayuda a un mago que había en el desierto, se llamaba Raúl y le enseñó su magia. Manuel se cambió el nombre a Vader y formó un gran ejército. Vader dominaba la tierra y el espacio. Pablo y Vader se encontraron y hablaron, después le dijo que quería volver a su casa; Pablo no podía creerlo y se fue con él, En el camino se encontró a un viejo amigo, se llamaba Alex Solo y entre los dos celebraron una gran fiesta y entre todos gastaron un motón de confetis. Manuel pidió perdón a su hijo Pablo, había un problema, María se había ido; pero entre Manuel y Pablo la buscaron y la encontraron. Fueron felices y comieron felices.

Adrián Torres Díez


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.