CONSEJ OS PED I ATRI COS D EL D R. M EYER M AGAR ICI
Paso a Paso: Alimentación en su Primer Año
PRIMERA EDICIÓN 1995. Dr. Meyer Magarici SEGUNDA EDICIÓN 2009. Dr. Meyer Magarici Diseño Gráfico y Diagramación: Grupo Editorial Software Médico Medata s.r.l. Teléfono: +58212-6360813. • Fax +58212-7312871 Ninguna parte de ésta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin la previa autorización del autor.
Tabla de Contenidos Página
Lactancia materna
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¿Cómo amamantar?
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Fórmulas lácteas
19
¿Cómo se preparan los teteros?
24
Introducción de nuevos alimentos
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Cambio de fórmula láctea
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Alimentando a tu niño
33
La Sal
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Dulces y Colorantes
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Mi niño no quiere comer
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Prevención de la Obesidad
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Menús ejemplo
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¿Quién es el Dr. Meyer Magarici?
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Lactancia materna Amamantar es una práctica natural y simple pero, debido a factores sociales, se ha complicado. Durante muchos años, la mujer ha recibido estímulos para abandonar esta práctica, provenientes de muchos sitios: a través de los medios de comunicación se le informa que la leche de vaca es pura y fresca e ideal para el crecimiento y desarrollo del niño, lo cual es falso. La rápida incorporación de la mujer a las fuentes de trabajo ha estimulado el uso de teteros y sustitutos lácteos. Además, la falta de información sobre las ventajas de la lactancia materna y las formas de cumplirla, y los "sabios" consejos de familiares y amigos, han desestimado esta costumbre, que es propia de todas las especies de mamíferos, incluyendo la raza humana. Amamantar constituye un deber de cada madre y un derecho que tiene cada recién nacido.
¿Cómo es la glándula mamaria? Las glándulas mamarias pueden imaginarse como un conjunto de "racimos de uvas", correspondiendo las uvas a pequeños sacos donde se produce la leche a partir de sustancias nutritivas que llegan a través de la sangre. Estas "uvas" (alvéolos) están unidas a pequeños conductos (canalículos) que se van uniendo entre sí, formando un canal más ancho, que se encuentra dentro de la areola y que se adelgaza, terminando en el pezón.
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Introducción de nuevos alimentos La razón principal para introducir otros alimentos es nutricional. La leche satisface adecuadamente los requerimientos del niño hasta los 4-6 meses de vida, pero después de este período se requerirían enormes volúmenes para cubrir las necesidades del niño y, de hecho, se logra poca ganancia ponderal e inadecuado crecimiento cuando se utiliza únicamente leche por períodos demasiado prolongados. De allí que al llegar a los 4 meses de edad o a los 8 kilos de peso (aunque no haya cumplido los 4 meses), y cuando el bebé ya no queda satisfecho con la leche o cuando el intervalo entre las comidas se hace demasiado corto, la introducción de otros alimentos se hace necesaria para cubrir las demandas de energía, proteínas, minerales, oligoelementos y vitaminas.
Por otra parte, los nuevos alimentos no deben introducirse antes de los 3-4 meses de edad, debido a que el tracto gastrointestinal no tiene la suficiente madurez, y al reflejo de extrusión. Por este reflejo, característico de los menores de 3 meses de edad, el bebé empujará con la lengua los alimentos hacia fuera, en lugar de deglutirlos.
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Mi niño no quiere comer Es poco probable que exista una madre que en algún momento no se haya preocupado por la cantidad de alimentos que ingiere su niño y este es el motivo más frecuente por el que se consulta a los pediatras. La disminución (o pérdida) del apetito les causa angustia, pues piensan que su niño puede desnutrirse o que enfermará por no comer como lo hacía anteriormente, sin embargo, el hecho que un niño no se coma todo el plato no significa que enfermará ni sufrirá desnutrición. Es posible que simplemente no le guste o que disfrute llevándole la contraria, para luego complacerse con los juegos que la madre inventará para que coma. Pero antes de obligar a niños “gorditos” o a los “delgados pero sanos” a ingerir un estimulante del apetito que, aunque no le hará daño, no resolverá el problema, resulta importante conocer los motivos por los cuales los niños disminuyen su apetito o rechazan los alimentos. Estas causas son básicamente las siguientes: 1) No necesitan más alimentos: “Aunque son los padres los que mejor pueden juzgar qué y cuándo deben comer sus niños, los que mejor saben cuánto deben comer son ellos mismos”. Requieren cantidades menores que un adulto: Proporcionalmente a su peso, los niños demandan más calorías que los adultos para sus actividades diarias y para su crecimiento, pero a medida que crecen requerirán menos. Por ejemplo: un bebé menor de 2 años necesita cerca de 100 calorías por cada kilo de peso por día, en cambio un niño mayor de 7 años solo 75 y un adolescente cerca de 50 calorías por kilo por día. En vista que las medidas de los niños son menores que la de los adultos, la cantidad total de calorías diarias que requieren será mucho menor que la de los adultos. En pocas palabras: necesitan menos calorías que un adulto para movilizar un cuerpito más pequeño, por lo que las cantida37
Prevención de la obesidad Ocurre con mucha frecuencia que las madres exigen a sus pediatras la prescripción de un estimulante del apetito para sus niños, ya que quieren obligarlos a comer a toda costa, aunque estén “gorditos”. Tradicionalmente en muchas culturas, incluyendo la nuestra, se venía considerando que "un niño gordo es un niño sano", concepto que probablemente se origina de la idea: "no estar desnutrido significa salud y defensa contra las enfermedades". Sin embargo, el hecho de que un niño no se coma todo el plato, no significa que se enfermará, ni tampoco que el esfuerzo realizado para prepararlo no le será reconocido algún día. Puede ser que simplemente no le guste o que disfrute llevándole la contraria, para luego complacerse con los juegos que la madre inventará para que coma.
Las evidencias científicas comprueban que ser gordo no significa ser sano y que si no se hace algo al respecto, los resultados a corto y a largo plazo serán catastróficos.
El desarrollo de las células grasas (adipocitos) se afecta principalmente cuando hay sobrenutrición en el primer año de vida y después de este período los cambios en la nutrición afectarán el tamaño pero no el número de estas células, es decir, una vez formados los adipocitos no se puede disminuir su número a pesar de la restricción de alimentos, solamente se puede reducir su tamaño. Por este motivo está establecido que los niños que se convierten en obesos durante su primer año, tienen altas probabilidades de permanecer obesos durante toda la vida.
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