Sentipensante hacia una teoria

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Hacia una teoría Del actuar sentipensante

Elementos teóricos para una educación heterotópica Nelson España

Alfonso Medina Prof. Martin Puerta

Introducción

Ingrid Persaud


La importancia de la teoría se ha tomado muy a pecho. Y eso no es malo, puesto que es el mandato histórico de quien las procrea, defenderlas, enriquecerlas, superar vacíos de otras, “medirlas” (y esto les encanta a los positivistas –tradicionales o neos-). Sin embargo debe tenerse cuidado que en esa fase la orientación hacia el objeto o hacia el sujeto de la investigación es la que va a definir su rumbo metodológico, que evidentemente son distintos cuando se trata de abordar desde lo cuantitativo o lo cualitativo.

Todas ellas sin embargo tienen un signo distintivo, pero también una característica común: oscilan entre la modernidad y la postmodernidad. Sin embargo, mas alla de estas el horizonte de la transmodernidad va reclamando perfiles epistémicos, teóricos y metodologicos en términos de un nuevo actuar –humano, pero no solo esto, sino lleno de humanidad-. Enrique Dussel insurge dentro de esta trama compleja, adversando incluso posiciones también transmodernas como la de Rodríguez Magda y su modelo Frankestein.

En el primer caso, la orientación hacia el objeto define su condición nomotética, por lo que su inicio a partir de un problema implica ascender a la teoría para posteriormente validarla. Cuando el enfoque es cualitativo se va primero a la validación y luego se concreta la validación, es propio de lo ideográfico.

En las mismas filas de Dussel otros autores, entre los que destacan Orlando Fals Borda, Leonardo Boff, el mismo Enrique Dussel, Ignacio Martín-Baró, imbricaron a su practica militante su opción por los que no habían tenido voz en el marco de una realidad que como situación de pecado representaba en su real concretud opresión y exclusión de la cual eran objeto los grupos mayoritarios (campesinos, indígenas, obreros y afrodescendientes) de la región. Dicho acercamiento implicó la interpelación al pensamiento eurocéntrico y anglocéntrico a partir de concientizarse sobre la necesidad de comprender/trans-formar la estructura social opresora. Por esto que se planteó que, además de

Tener claridad sobre lo anterior es el principal objetivo de este intento por construir teorías. Lo hacemos compilando los diferentes aportes y buscando dentro de ellos vacios teóricos que estamos obligados a llenar.

Premisas teóricas

Cuantas propuestas no se han “Por esto que se planteó que, hecho en términos teórico metodológicos para hacer posible el además de conocer las teorías abordaje de la realidad y todavía hoy esta hegemónicas, era necesario parece radicarse en compartimientos descentrarse de ellas, lo que estancos con la respectiva etiqueta paradigmática, enfoque y métodos también suponía la necesidad pertinentes. Varias son las fuentes de de transcender las visiones estas propuestas, siempre en orden de la cientificistas”… disciplinaridad. Emergen, como verdades de turnos, desde la educación, la conocer las teorías hegemónicas, era necesario psicología, la sociología, la filosofía y hasta la descentrarse de ellas, lo que también suponía misma teología, hoy sin su carácter inquisidor. la necesidad de transcender las visiones cientificistas, instaladas en las instituciones


universitarias que privilegiaban las formas legitimadas de investigación, por encima de las que pudieran surgir de las necesidades concretas de conocer para trans-formar. Incluso algunos tuvieron que alejarse de los recintos universitarios, tal fue el caso de Fals Borda y Camilo Torres Restrepo.

El proyecto contra-hegemónico se orientaba a la construcción de una nueva epistemología y de teorías pertinentes a la realidad colonial o neocolonial, pensamiento que hoy es denominado como poscolonial y que vuelve la vista hacia la construcción de otro-mundo-posible. Esto es, en otras palabras, hacia la posibilidad de concretar un proyecto orientado a la construcción de utopías (RODRIGUES BRANDÃO, 2002). Tratase de un mundo con justicia y equidad, cuyo principio sería lo comunitario, y esta perspectiva iniciase con la lectura del mundo y continua con la lectura crítica de la palabra (FREIRE, 1999, 2006). Las propuestas latinoamericanas postularon como indispensable recuperar el pasado, en tanto, que devenir colonial. Y para eso consideraban que "[...] todo problema humano demanda ser considerado a partir del tiempo" (FANON, 1974, p. 18) bajo el supuesto que comprender el presente, a partir de su devenir, sería útil para la construcción del mundo por-venir. Considerase que en pleno siglo XXI, un proyecto contra-hegemónico debe desarrollarse

a partir de una praxis comprometida con la necesidad de trans-formar las condiciones estructurales de opresión/exclusión y de reconocer el tiempo histórico que deviene colonizado. Dicha praxis tiene que denunciar el presente de opresión/exclusión y anunciar la sociedad por-venir. Esto es, el proyecto de superación de las visiones hegemónicas que tienden a negar la realidad de opresión/exclusión, así como las atrocidades promovidas por esas fuerzas hegemónicas por medio del financiamiento a programas comunitarios con población víctima de genocidio y/o etnocidio y que se orientan a buscar que las víctimas perdonen a sus victimarios y olviden las atrocidades de las cuales fueron objeto. Tal es el caso de Guatemala, El Salvador, Chile y Argentina entre otros, tales acciones se orientan a reprimir el pasado en conjunto con los problemas derivados de ello (HINKELAMMERT, 2012). La praxis de trans-formación es sustentada en una posición ético-política que permite trazar el proyecto de futuro desde y con los oprimidos/excluidos, es en un proceso, que busca consolidar el principio de producción, reproducción y desarrollo de la vida en comunidades críticas (DUSSEL, 1998), además de impulsar una ética de la vida por sobre la ética del mercado, como ética de la muerte (HINKELAMMERT, 2005) y la posibilidad de concretar lo real-utópico o eutópico como lo denomina Calvo (2012). Bajo las premisas enunciadas, en el presente artículo, analizase la posibilidad de construir un proyecto pedagógico centrado en la necesidad de trans-formación del presente con características de opresión/exclusión. Espera que esto proyecto pedagógico tenga dimensiones relativas a lo ético, lo político y lo democrático, lo cual reclama como condición de necesidad y suficiencia recuperar la memoria histórica, la solidaridad y la convivencia entre y


con los oprimidos/excluidos, para finalmente recuperar la dignidad humana PRIMERA SESIÓN: LO REAL Y LA REALIDAD Tomado de: VASCO Carlos Eduardo, BERMÚDEZ Ángela, ESCOBEDO Hernán, NEGRET Juan Carlos, LEÓN Teresa. El saber tiene sentido – Una propuesta de integración curricular. Bogotá: CINEP, 2000.

Bertrand Russell decía que los filósofos son personas que se dedican a elaborar respuestas muy complejas a ciertas preguntas que para el hombre común son muy sencillas de responder. Imaginémonos que vamos por la calle y llamamos al primer transeúnte que nos encontramos y le preguntamos: “Perdón, ¿me podría decir si usted existe?” La persona seguramente diría algo así como lo siguiente: “¿si yo existo? Pues claro que sí... ¿No me ve?” Los filósofos, como Descartes, por ejemplo, no se conforman con una respuesta tan sencilla; sienten que es necesario hacer una larga reflexión en la que se complejice la pregunta inicial (vinculándola, por ejemplo, con otras como las siguientes: ¿Qué es la existencia? ¿Es posible decir que la nada existe? ¿Es posible pensar sin existir, o existir sin pensar?) mediante la cual se arme toda una teoría para responder estas preguntas aparentemente sencillas pero que los filósofos consideran profundas. Muchas personas piensan que esta ocupación es muy ociosa; que no produce nada útil. Se burlan de los teóricos, y consideran que

teorizar es perder el tiempo. Contrariamente, nosotros pensamos que teorizar es una actividad necesaria y muy importante: es lo que nos permite pensar más profunda y complejamente para fundamentar nuestras acciones y para poder tomar algunas decisiones que son especialmente trascendentales en forma bien fundamentada y válidamente razonada. Las discípulas de Piaget, Anette Karmiloff-Smith y Bärbel Inhelder lo dijeron en forma contundente: si usted quiere ser práctico, consígase una buena teoría. En el campo de la educación, y particularmente en lo que tiene que ver con los procesos de aprendizaje y de enseñanza, a diario tenemos que tomar decisiones que nos parecen lo suficientemente trascendentales para que ameriten una reflexión teórica profunda. Por esta razón queremos iniciar este documento con algunas consideraciones acerca de qué es lo que conocemos y de qué manera lo conocemos. Muchas personas dicen que lo que uno hace en la escuela es aprender a conocer la realidad: la realidad social, la realidad natural, la realidad histórica. Si tomamos en serio la tarea de tratar de enseñar a nuestros alumnos a conocer la realidad, la primera pregunta que debemos enfrentar es “¿Qué es la realidad?” Otra pregunta que no tardaremos después en enfrentar es la de si la realidad es cognoscible o no, o sea si se deja conocer o se resiste a revelar sus secretos, y en caso de que sí sea posible conocerla, surge inmediatamente la pregunta sobre cómo hacemos para conocer esa realidad.


Ante personas estas …Otras

Tomemos un ejemplo muy sencillo. preguntas es Estamos en un jardín. Para algunas personas no ven tan simple probable que ese jardín puede ser muy lindo, para otras muchas personas ypuede ser muy cursi; para algunas puede ser la respuesta contesten que la un sitio para descansar, para otras es un sitio piensan que la realidad es para cultivar hierbas aromáticas; para algunas realidad nolo espuede ser un apreciado elemento decorativo, sencillamente que nos rodea; lo una forma de tener aire puro y paz alrededor de sencillamente todo lo que está su casa, para otras es un espacio perdido que que nos rodea… ahí y que podemos podría tener un uso más productivo. ¿Cuál es ver, tocar u oír. entonces ese jardín en la realidad? En este Dirán que indudablemente la realidad se puede caso, ¿qué es la realidad? conocer en forma bastante simple: Tal vez el jardín y su realidad le parezcan observándola cuidadosamente y describiéndola en forma veraz. , sino que para poder hablar de al lector algo demasiado sencillo y cotidiano, y la realidad es necesario hablar de la cultura, de tanto la pregunta por la realidad del jardín como las prácticas sociales, de las ideas, de las las posibles respuestas no le despierten mucho teorías o de las concepciones filosóficas; la interés en este caso. Si consideramos un realidad no es sencillamente lo que está ahí ejemplo más complejo, la pregunta sobre qué frente a nosotros, sino todo aquello que es la realidad, y sobre todo las respuestas que pensamos y sentimos ante lo que nos rodea. El demos a ella, nos parecerán sin duda mucho solo hecho de que hablemos sobre la realidad más llamativas. Supongamos, por ejemplo, que como aquello que nos rodea, o como todo lo en clase de historia decimos que vamos a que está “allá afuera”, ya indica que los que estudiar un suceso que ocurrió en realidad: hablamos nos estamos excluyendo de la Cristóbal Colón desembarcó en estas tierras en realidad, como si todo lo que estuviera dentro 1492, y a partir de esta fecha se inició un de la frontera de nuestra piel o dentro de proceso de migración y asentamiento de gentes venidas de otras tierras. Algunas personas nuestra caja craneana no fuera realidad. dicen que lo que sucedió fue que los españoles descubrieron un nuevo mundo y que lo colonizaron para evangelizar y culturizar a sus Pero nos toca preguntamos ¿ estamos habitantes; otras personas dicen que lo ocurrido hablando de la realidad o de lo real?. en realidad no fue un descubrimiento, pues A pesar de la observación anterior, estas tierras ya estaban habitadas y eran aceptemos provisionalmente que la realidad es conocidas por otras muchas sociedades, y que todo aquello que está a nuestro alrededor. Si no se trató de un proceso de evangelización y tomamos entonces en serio la tarea y culturización sino de un proceso de exterminio empezamos a discutir sobre qué es lo que está de culturas ya existentes y de rapiña descarada ahí afuera a nuestro alrededor, pronto nos de las riquezas de este continente. daremos cuenta de que, contrariamente a lo que pensábamos en un primer momento, es difícil ponernos de acuerdo sobre qué es aquello que nos rodea.

Es muy importante tomar una posición clara sobre algunos problemas más generales que los planteados por las preguntas de los ejemplos anteriores, que al comienzo caracterizábamos como preguntas filosóficas:


¿Qué es la realidad? ¿Es posible conocer la realidad? ¿De qué manera conocemos la realidad? Y SOBRE TODO, LA SENTIMOS AL CONOCERLA, O SIMPLEMENTE LA ESTUDIAMOS PARA LA NOTA. Iniciemos pues nuestra reflexión abordando estos interrogantes. Partiremos de una afirmación fundamental: ; en los ejemplos que ofrecimos esto fue evidente. Puede hablarse de mi realidad, de su realidad o de nuestra realidad, pero no de la realidad como si fuera única, absolutamente verdadera, sobre la que todos debemos estar de acuerdo. Propondremos en su lugar un nuevo concepto: lo real. Explicar este concepto es difícil, porque para la gran mayoría de las personas la realidad y lo real es lo mismo.

También tenemos que postular una cuarta propiedad: creemos que, a pesar de ser una totalidad compleja y dinámica, podemos conocer algo de lo real. En otras palabras, postulamos que lo real es cognoscible. Para poder explicar por qué creemos que lo real es cognoscible, además de las tres propiedades señaladas inicialmente, afirmamos que tiene otras tres muy importantes: lo real es ordenable, analizable y modelable. Si no tuviera estas otras tres propiedades, sería imposible conocerlo.

Desde nuestra perspectiva teórica, lo real existe como un gran proceso englobante o macro-proceso. Lo real En efecto, si lo real no fuera también es una totalidad … no es posible ordenable, sería imposible hallar aquellas altamente compleja y regularidades que nos permiten explicar, hablar de la dinámica. Por tanto, predecir o controlar algunos subprocesos. podemos decir realidad; sino de Si no fuera analizable, no podríamos inicialmente que tiene al mi realidad; mi distinguir subprocesos, hacer recortes y menos tres propiedades fijar nuestra atención en ciertos aspectos, y connaturales: totalidad, realidad no es lotendríamos que conformarnos con estar frente complejidad y dinamicidad. Decimos que lo real a una totalidad inasible e inabarcable. Si no es una totalidad, porque todos los procesos o fuera modelable, no podríamos hacer subprocesos que lo componen están representaciones, “mapas mentales” o relacionados directa o indirectamente “modelos” de lo real, que son los que nos conformando una unidad global. Decimos que permiten orientar nuestra acción sobre y en lo lo real es altamente complejo, porque los real. subprocesos que creemos identificar en ese gran proceso son múltiples y de diversa En correspondencia con estas naturaleza. Decimos que lo real es dinámico, características de lo real, afirmamos también porque el macro-proceso está siempre en que la naturaleza de nuestro cerebro es tal que movimiento y porque tanto los subprocesos puede conocer lo real, pero que los procesos y como la manera de relacionarse unos con otros subprocesos de ese macro-proceso, y todo cambian y se transforman permanentemente, aquello que nosotros identificamos como los incluso cuando tenemos la impresión de que momentos, los elementos y las relaciones de lo son estáticos. real, así como sus transformaciones, no pueden ser conocidos sino a través de


representaciones, mapas o modelos de ellos, que siempre serán fragmentarios, parciales e incompletos, que siempre corresponderán sólo a una perspectiva: mi perspectiva de lo real, y que nunca nos darán garantía segura de representarlo adecuadamente, y mucho menos fiel o verdadera mente. En lo sucesivo hablaremos preferentemente de modelos. Estos modelos son precisamente esas representaciones, mapas mentales o perspectivas de lo real en sus dimensiones materiales, sociales y subjetivas, cuya combinación constituye nuestra realidad y que según hemos dicho anteriormente, llamaremos la realidad para diferenciarla de lo real. De lo real no podemos, entonces, decir nada más de lo que hemos dicho, pues tan pronto intentamos hacerlo, estamos hablando ya de nuestra perspectiva de lo real, de nuestra realidad, y no lo real mismo. Insistimos en que todo lo anterior no es fácil de entender, puesto que tenemos la tendencia a pensar que nuestra realidad es lo real. Dicho de otra manera, tenemos la tendencia a pensar que somos capaces de “ver lo real tal como es”, de tal forma que estamos seguros de que nuestra realidad es exactamente igual a lo real y, en consecuencia, que nuestra realidad es igual a la de todas las demás personas y sociedades. Pero con frecuencia encontramos que nuestro interlocutor en una conversación puede, y de hecho la mayoría de las veces tiene, una perspectiva diferente sobre un mismo sector de lo real, y esto muchas veces genera fuertes discusiones y conflictos. Así empezamos a entender lo difícil que es afirmar que somos capaces de ver lo real tal como es, o como algunas personas dicen, que somos capaces de ser totalmente objetivos.

KANT Y LA DIFERENCIA DE LO REAL Y LA REALIDAD En filosofía se nos enseña que la realidad parte desde la percepción del sujeto y lo real como lo que es independientemente de si es percibido. Pero si seguimos este “concepto”, nos percatamos que trata de plantear la posibilidad de que la visión de lo que está sucediendo sea falsa, y que es posible que el cerebro no diferencie entre una ensoñación o alucinación y lo que tus ojos estan viendo. Entonces sería menester tener a alguien que sea testigo de lo que uno está percibiendo.Lo que me da tranquilidad en cierto aspecto es que lo real puede ir coincidiendo con la realidad a medida que va creciendo el intelecto. Debemos recordar a LACAN, quien sostuvo que la realidad es el conjunto de elementos reales y lo real es el elemento básico de la realidad. Pero de ahí que la realidad sea falsa o no, es muy distinto. Pero si sostenemos que lo real es el elemento básico de la realidad, entonces no deja de ser tu percepción lo que valora lo que es “real”, pues estoy de acuerdo en que las cosas que vemos, que palpamos son reales, el sentido común nos dice que esto es así, pero ¿y que hay con las cosas que se escapan?. El hombre ha ido a la luna, es Lo real o es la realidad?. Lo real lo conocen los astronautas, la realidad es lo que la gente vio a través de la televisión. El Filósofo KANT tenía una manera muy práctica de definir esto, diciendo que LO REAL es la esencia misma de las cosas, el conocimiento último, mientras que LA REALIDAD es lo que la mente humana percibe a través de los sentidos. Lo real se basa en la esencia interna de cada cosa y la realidad en el aspecto externo de lo que se ve o se sabe, de lo que nos dicen o no nos dicen.


Entonces, lo real no es solo aquello que tocamos, ¿acaso tu pensamiento no es real? Y, puestos al cinismo, ¿cómo puedes saber todo lo que sabes? En realidad no sabemos nada si suponemos que todo lo que nos dicen es falso. Por eso el filósofo Descartes hizo su método y se crean ontologías, porque, si decimos que todo lo que no podamos percibir es falso, ¿qué nos queda? Según ese método, no existe nada. Concluyo diciendo que la realidad no es lo que conocemos por real, sino lo que es real en sí. El hombre hay muchas cosas que aún no ha inventado y descubierto y no significan que no existan. LA ACCION HUMANA Y EL ACTUAR La pregunta por la acción humana, el esfuerzo de describir en que consiste, prescindiendo o radicalizando muchos de los prejuicios metafísicos que inevitablemente determinan nuestro dar cuenta de ella, es en cierto modo una pregunta radical. Su respuesta envuelve una determinada percepción de nosotros mismos, de las cosas y de los demás, una concepción de la sociedad y de la historia, un replanteamiento de la realidad y del hacer humano, de la reproducción y la transformación social, una apertura a la apropiación de nuevas posibilidades y una crítica radical a la ideología imperante. Quizás este esfuerzo puede producir insatisfacción en la medida en que carece de resultados constructivos. Pero esta falta aparente es, sin embargo, una ventaja real si es cierto que “un solo grano de verdad debe preferirse a toda una cosecha de ilusiones”. Para la transformación de la sociedad en una dirección interesante para las grandes mayorías de la humanidad es imprescindible “arrancarnos de las fantasías dogmáticas y de las ideas extravagantes”. No hay que esperar de estos análisis, recetas, consignas ni mucho menos que sustituyan la riqueza desbordante de la acción misma pero sí que nos pueden permitir al menos descubrir algunas posibilidades.

¿En que consiste una acción humana? Uno podría simplemente contestar que consiste en “algo” ejecutado por eso que llamamos “realidad humana”. Pero ¿que es lo propio de las acciones humanas? o dicho de otro modo ¿Hay algo específico o no en la actividad humana frente a la actividad del cosmos, de la materia, de los seres vivos, de algunos mamíferos superiores? Algunos etnólogos contemporáneos que han tenido gran divulgación afirmarán que no hay ninguna diferencia sustantiva, pero en general, desde Aristóteles se ha pensado lo distintivo de la acción humana en términos de racionalidad, significado y sentido. Una acción sería humana en la medida en que tuviera un componente de racionalidad, un significado y un propósito para el actor. Una muestra de la vigencia de esta perspectiva la tenemos en Habermas. Este autor insistirá en que es fundamental para el análisis de la acción humana la intencionalidad de un sujeto, y la intencionalidad implica un lenguaje: “Un sujeto no puede actuar intencionalmente si no está en situación de expresar su intención en circunstancias apropiadas (...) las vivencias intencionales (intenciones, necesidades, sentimientos) no pueden identificarse con independencia de sus contenidos proposicionales”. Las acciones humanas sin intencionalidad tales como movimientos involuntarios: dormir, roncar, respirar no son propiamente acciones sino movimientos corporales.. Con el mismo movimiento corporal puedo realizar acciones distintas porque para la acción es decisiva la intencionalidad. Un


ejemplo de Habermas ilustra esto: “Abro una ventana y salvo con ello la vida a una mujer que ya ha perdido el sentido a causa del gas que sale de una conducción que tiene la llave abierta. Al salvar la vida a esta mujer, una conocida actriz, se destruyen las esperanzas que tiene una compañera suya de ocupar el primer papel en una obra.” Pues bien, con el mismo movimiento corporal, abrir una ventana, estaría realizando acciones diferentes dependiendo de si mi intención es salvar a la mujer, enamorarla o destruir a la otra. Pero nuestros actos muchas veces son inintencionales. Por ejemplo tiro una taza de café encima de alguien sin querer. Freud diría que aparentemente esta acción es inintencional pero que en realidad hay una motivación inconsciente, que en definitiva toda acción humana tiene que ser intencional desde algún ángulo u otro. Pero esto es justamente lo que aquí pretendemos cuestionar. Podría muy bien ser que las acciones humanas más decisivas tuvieran lugar antes de toda intencionalidad, sentido o palabra y que el intento de comprender la acción humana partiendo de la intencionalidad, el lenguaje, el yo, el sujeto y la consciencia nos impidiera justamente del lugar donde se juega la partida de la sociedad y de la historia humanas. Una de las consecuencias graves que trae consigo esta primacía de la intencionalidad[9] es la introducción de un dualismo entre acción humana y estructuras, yo y los otros, realidad humana y cosas, que no está sin más justificado. Es decir, al destacar como propio de la acción humana el que esta tenga un propósito, necesariamente su estudio cae en el orbe de lo subjetivo y se piensa que en gran medida las estructuras son exteriores a las acciones de nuestros cuerpos dóciles como si éstas fueran una especie de esqueleto independiente de los seres humanos y estuvieran allí constriñendo nuestra libre

iniciativa. Del mismo modo se tenderá a mantener un esquema mental por el cual se piensa que lo inmediato es la propia subjetividad y que los otros y las cosas son en todo caso una cuestión ulterior. La conceptuación filosófica de Zubiri de la acción y la sociedad humanas nos permitirán eliminar de cuajo este dualismo sin diluir la acción humana en los múltiples dinamismos del cosmos. Pero si no es un propósito o

intencionalidad consciente o inconsciente, ¿entonces que es lo característico de la acción humana? Giddens refiere primariamente la acción humana al poder. La acción de un determinado agente es humana en la medida en que lo actuado podría haber sido diferente. La “humanidad” de la acción es independiente de su consciencia o inconsciencia. Soy el autor de muchas cosas que no intento hacer pero que hago. Por ejemplo actos tan triviales como conducir un automóvil tiene consecuencias muy alejadas en el tiempo y en el espacio, cuanto más alejados son los efectos de nuestros actos menos intencional suele ser lo que hacemos pero no menos decisivo. No obstante estas cosas que no hago a propósito no las hago “instintivamente”, de hecho no ocurrirían si actuáramos diferente. Lo propio de la acción humana es entonces el que tenga un momento de poder para introducir una diferencia respecto a un estado de cosas preexistente, la acción envuelve una capacidad de transformación.


Estar constreñido socialmente, no tener elección, no es lo mismo que no tener poder. Aunque el esclavo quiera ser efectivamente esclavo, aunque uno no pueda dejar de repetir una determinada conducta o no tenga escapatoria ante el pelotón de fusilamiento o el hambre, esto nunca es equivalente a estar irresistiblemente empujados por procesos mecánicos u biológicos. ¿En que consiste entonces este momento de poder de la acción humana? ¿Qué se lo da? Fácilmente podríamos deslizarnos de nuevo hacia un espíritu, un alma, un sujeto, una consciencia, un yo, una pulsión inconsciente individual que fuera el fundamento de este poder, sin embargo, sin prejuzgar su existencia o no estas “cosas” no son las más obvias si nos atenemos a lo actualizado en la aprehensión humana.

Por este momento de indeterminación o apertura de la acción humana es en ella misma donde encontramos una comunicación radical entre las cosas, los demás y yo mismo. Los otros están presentes en mis acciones antes de que tenga conciencia de ellos, Cuando tenemos conciencia del otro (nos damos cuenta), Antes incluso de su Epifanía y de su rostro ya los otros estaban presentes estructurando las acciones es decir mis aprehensiones sintientes, mis sentimientos y mis voliciones decidiendo al mismo tiempo a que cosas tenemos acceso y a que cosas no.. Que mi acción sea humana no depende de una intencionalidad sino simplemente de la actualizacion física de los demás en mi acción. Las acciones, sin la intervención de los demás dejarían de ser humanas, pues faltarían los “factores humanos que se insertan en mi vida, que la dirigen y modulan”.

Por contraste analítico con el animal se puede decir que la acción humana no está determinada unívocamente por su equipo instintual y aunque pueda suceder que aquellos que intervengan en el sistema de las acciones no sean realidades humanas, sino animales. (El caso de los niños lobos) esto es lo que al menos posibilita la determinación de la acción humana por los demás.

Esta actualización de los otros tiene un carácter de fuerza y de poder. Los demás delimitan las cosas a las que accedo, intervienen, insertan, dirigen y modulan mi acción. Los medios de comunicación, los vínculos comerciales y financieros, el trato con la naturaleza impone una actualidad de los otros en las propias acciones aun sin darnos cuenta.

La apertura a lo real de la realidad humana posibilita la determinación de su acción como acción humana. El sentir animal deviene sentir inteligente, los afectos sentimiento afectante y las respuestas o tendencias animales voluntad tendente.[16] La apertura a la realidad y no la conciencia, el lenguaje o el sentido es lo que hace primariamente de la acción una acción humana. Y justamente por esta apertura la acción humana no es pura pasividad, tiene un momento de poder.

De la intervención de los demás y del acceso que me permitan a las cosas depende en buena medida el dolor o el placer de los diferentes sentires, los sentimientos de gusto y de disgusto, y las respuestas positivas o aversivas. No todo dolor, disgusto y aversión es necesariamente malo ni todo placer es necesariamente bueno, todo ello esta abierto a una ulterior valoración, pero esta actualización primaria de la realidad es lo moralmente más relevante.

Los otros, las cosas y yo en la acción humana.

De ese modo vemos como en todo hecho social se entrevaran las cosas, los otros


y yo mismo desde su misma raíz. No es solo que los otros me afecten más o menos sino que los otros están incorporados en mis acciones. Son un momento de la acción misma. No solamente actúan sobre mi sino que están entrevarados “están” presentes. Este es también el significado primario de términos como el de enajenación que se despoja así de connotaciones lógicas. Es la actualidad de los otros en la acción causándome daño o beneficio. Esta actualidad de los otros, al expresarse de un modo u otro, al permitirme o negarme el acceso a las cosas puede estar atravesada de conflictividad, pero no por ninguna necesidad lógica sino por imperativos fácticos. Acción humana y mundiales

estructuras sociales

Lo primero que hay que resaltar es que el sistema social ni es un agregado de sustancias individuales ni es una realidad exterior a las realidades humanas sino el sistema de las habitudes sociales. El sistema social es interior a la actividad de los individuos. La acción de los individuos tiene unas propiedades estructurales que perduran a través de las prácticas de los agentes y precisamente “las prácticas que tienen la mayor durabilidad temporal y extensión espacial es a lo que podemos llamar institución.” Los modos de conducta social aparentemente más cotidianos, triviales y menos temáticamente conscientes tienen repercusiones más profundas en la estructuración de la sociedad mundial que las acciones más intencionales. Las “rutinas” del día a día, las habitudes que poseemos no son “accidentes” del sistema social sino que lo integran, el momento de producción de la acción cotidiana es al mismo tiempo el momento de reproducción del sistema social.

La superación del dualismo entre acción y estructuras exige pensar en un mismo plano lo que frecuentemente es pensado en planos diversos. No hay actores preconstituidos que hagan la sociedad como tienden a pensar las escuelas fenomenológicas y hermenéuticas ni hay sistemas y estructuras preconstituidas que nos realicen como tienden a expresar las escuelas funcionalistas y estructuralistas. Las estructuras no tienen existencia independiente de las habitudes conscientes o inconscientes que los agentes tienen. El estado, el mercado, el consumo, el poder, forman parte de nosotros mismos, incluso de nuestro inconsciente, no son por tanto un monstruo exterior al que hay que evitar o domar. Lo macro y lo micro, lo local y lo mundial se integran en un sistema de habitudes que articula desde los movimientos de fonación y los movimientos de las manos hasta el trato técnico[28] con las cosas (producción) y su distribución (economía)[29] Por consiguiente en la acción transformadora no podemos desgajar los objetivos políticos de envergadura de las minucias de la vida cotidiana. La acción transformadora tiene que tender a difuminar los diques que a menudo persisten entre la práctica cotidiana y los proyectos políticos de liberación. SENTIPENSANTE Sentipensar, término creado por S. de la Torre (1997), (revisar GALEANO) en sus aulas de creatividad en la Universidad de Barcelona (Torre, 2001), indica “el proceso mediante el cual ponemos a trabajar conjuntamente el pensamiento y el sentimiento (…), es la fusión de dos formas de interpretar la realidad, a partir de la reflexión y el impacto emocional, hasta converger en un mismo acto de conocimiento que es la acción de sentir y pensar” (Torre, 2001:01) Este trabajo pretende vivenciar situaciones sentimentales surgidas a diario en


el aula de Educación Infantil y reflexionar sobre la forma de abordar los sentimientos en esta etapa fundamental para nuestras vidas. Para S. de la Torre, este término traduce un proceso de fusión y de integración del “sentirpensar”, asociado a otros impulsos básicos como persistir, interactuar, actuar, comunicar, etc.

«¿Para qué escribe uno, si no es para juntar sus pedazos? Desde que entramos en la escuela o la iglesia, la educación nos descuartiza: nos enseña a divorciar el alma del cuerpo y la razón del corazón. Sabios doctores de Ética y Moral han de ser los pescadores de la costa colombiana, que inventaron la palabra sentipensante para definir al lenguaje que dice la verdad». EDUARDO GALEANO: El libro de los abrazos. La escuela ha cerrado sus puertas a los sentimientos, se nos dice, como si los pudiésemos dejar fuera. Recuerdo mis temores en los primeros días de escuela, la angustia ante el examen, mis miedos y mis alegrías, que todo hubo en mi dilatado proceso educativo. Lo cierto es que, los contenidos sentimentales, no se han trabajado explícitamente y, como consecuencia, se nos han colado, entre los dedos, los sentimientos no deseados.

Para él, son dos categorías complementarias, dos funciones de un mismo sistema, una referida al ámbito emocional y la otra el ámbito cognitivo. De ahí la necesidad, según de la Torre (ibid) de una concepción En otro tiempo, lo importante holística e integradora de «¿Para qué escribe uno, era la conducta y el la realidad educativa, conocimiento. Creo que si no es para juntar sus donde lo biológico, lo hemos avanzado cuando nos neurológico, lo psicológico pedazos? orientamos en busca del y lo sociocultural origen de la conducta: los representan dimensiones parciales de una sentimientos y actitudes que la genera. Dice misma realidad compleja. José ANTONIO MARINA, de forma poética Por lo tanto, necesitamos comprender al (1996) que «la cartesiana planta del ser humano en su integridad, reconociendo que conocimiento brota del humus cálido de la la identidad humana surge, se realiza y se afectividad». Esto complica nuestra tarea, pero conserva de manera compleja. En la vida posibilita la solución de muchos interrogantes. cotidiana, el ser humano actúa como un todo, La inteligencia, por tanto, no es mera donde pensamiento y sentimiento se racionalidad, sino que está atravesada por los encuentran en holomovimiento♦, conjugándose sentimientos; por tanto, estamos obligado a de tal modo que es difícil saber cual de los dos integrarlos en la tarea educativa. prevalece sobre el otro. Los nuevos aires que corren nos obligan Un texto de Eduardo Galeano nos a trabajar, en infantil, contenidos sentimentales, ilumina sobre la necesidad de abordar los pero no siempre acertamos en la forma de sentimientos unidos a los pensamientos: abordarlos. A menudo, programamos estos contenidos de forma sistemática, en proyectos muy razonados, al margen de la vida real de la


niñez. Comenzamos a ver fichas en la que hay que colorear el niño que está triste o contento, mientras el alumnado se aburre como una ostra. Es necesario vivir los sentimientos, jugarlos y aprenderlos en situaciones educativas vivas, en las que aflore todo nuestro ser: conflictos diarios, riñas, miedos, actos de cariño, saludos, enfados, etc.; pero, sobre todo, es necesario hablar de ello. Dice Daniel Goleman en su best-seller Inteligencia Emocional que «la toma de conciencia de las emociones constituye la habilidad emocional fundamental, el cimiento sobre el que se edifican otras habilidades de este tipo, como el autocontrol emocional, por ejemplo». Creo que, en el aula, surge una gran cantidad de situaciones en las que los sentimientos están enredados, y son estas situaciones las que debemos aprovechar para darles tratamiento educativo. Por ejemplo: mojar la cama puede ser un signo de salud, un síntoma de un problema emocional, una respuesta del cuerpo a un conflicto, una solicitud de ayuda, una resistencia a la dureza de la vida. Seguramente quiso expresar algo y no supo de otra forma. Comprender los sentimientos del niño, hablar de sus dificultades, preguntarle si quieren superarlo, y ayudarles a hacerlo, éste es el camino de respeto que lleva a la autonomía. El silencio sobre algunos acontecimientos produce angustia. El lenguaje es el principal vehículo de expresión y de toma de conciencia sobre nuestros sentimientos. Afortunadamente, «el lenguaje nos permite poner en limpio lo que sabemos confusamente». (MARINA, 2000).

Debemos tener en cuenta las emociones en la escuela porque los niños y niñas de infantil son pura emoción. Sartre describe la emoción como «una brusca caída de la conciencia en lo mágico». Yo lo aprendí de una alumna de 4 años, llamada Belén, que andaba siempre derrochando emociones y nunca cumplía las normas: «Cuando yo era chica tomaba un "bibi" que tenía poderes y se metió los poderes por todo el cuerpo y ya hacía yo magia y movía cosas». A partir de ese día comienzo a pedirle con «magia» y conseguí que casi siempre me obedeciera. Me había conseguido "la oreja verde ", de la que habla Rodari, necesaria para comprender el lenguaje emocional de la infancia. Lejos de realizar programaciones estructuradas para trabajar la alegría, la tristeza, los celos, o la vergüenza, debemos estar atentos a lo que ocurre diariamente en nuestras centros educativos para darle un tratamiento educativo. Para ello, es necesario calzarnos una aguda mirada, que nos permita ver los sentimientos enredados en la vida del aula. Pero no es fácil. Así como nuestros párpados es lo que menos vemos porque está demasiado cerca de los ojos y es necesario buscar la distancia de un espejo, igual ocurre con nuestros sentimientos, no los vemos sino en el espejo de los demás. Si ignoramos nuestro estado emocional podemos ver en el alumnado los sentimientos que reflejan nuestras proyecciones. A menudo, calificamos a niños como malos cuando podrían ser, tan sólo, algo inquietos y no lo soportamos; o vemos a otros como excelentes, cuando podrían ser niños


sumisos e inseguros que se doblegan a nuestra autoridad. Por tanto, analizar los sentimientos siempre comienza por la toma de conciencia del observador. Ya lo dijo CONFUCIO: «Si encuentra a cm hombre bueno, imítalo. Si encuentra a alguien malo, mírate a ti mismo». En el aula aprendemos de lo que sentimos reflexionando sobre ello. Y son muchos los sentimientos que afloran diariamente, de los que hablamos y con los que nos educamos. He aquí algunos ejemplos. Emociones y sentimientos nos remiten a componentes básicos del comportamientohumano. A través de ellos conformamos nuestra identidad y nosvinculamos al mundo y a los demás. Constituyen una dimensión esencial en eldesarrollo humano. De su importancia dieron cuenta los filósofos clásicos. Laséticas clásicas subrayaron la idea de felicidad (eudaimonía) y la importancia de la educación en la virtud (Aristóteles) y el autodominio de las pasiones (Séneca) como instrumentos para lograrla. Sobre la base, entre otros, de este legado ha emergido el movimiento de Filosofía Práctica, impulsado por Lou Marinoff (2004, 2006), con la intención de llevar a la práctica los recursos que ofrece la filosofía con fines educativos y terapéuticos, en un intento de hacer realidad la máxima de Epicuro quien sostenía que la filosofía podía ser considerada como la “medicina de la mente”. Las emociones, al igual que cualquier otra dimensión humana, son relevantes para la

educación, en la medida susceptibles de aprendizaje.

en

que

son

Las neurociencias nos informan que disponemos de un cerebro emocional (Le Doux, 1999) que activa los procesos conscientes relacionados con los aspectos cualitativos de la experiencia (Bordes, 2000). Al mismo tiempo, los estudios neurobiológicos han demostrado lo que en su día la Psicología reveló desde el punto de vista teórico: que en el comportamiento humano coexisten tres tendencias: (a) la tendencia al placer; (b) la tendencia al afecto y la solidaridad y c) la tendencia a la destrucción (agresividad). Lejos de posibilismos y determinismos científicos o de explicaciones míticas –Eros y Thánatos- las raíces del comportamiento humano han sido confirmadas por la ciencia. En tanto tendencias, no están predeterminadas, y son, por tanto, susceptibles de aprendizaje. A la pregunta inicial de si es posible educar las emociones la respuesta es afirmativa ya que disponemos de un equipamiento neuronal que lo hace posible y necesitamos de la educación que, en este sentido, hay que entenderla desde el constructo de alteridad, para desarrollar nuestro programa genético y hacer emerger nuestra condición humana (Cyrulnik y Morin, 2005, p. 19). La respuesta a esta pregunta no es nueva en el discurso pedagógico. La educación del carácter, la educación de la virtud, nos remiten a los antecedentes de lo que hoy conocemos como educación emocional. Las propuestas pedagógicas inspiradas en diversas teorías morales aluden a la educación de la dimensión emocional como vía para la educación en valores, dado que las respuestas y los juicios morales poseen indudablemente un componente emocional. En la línea de la


Psicología Positiva, las propuestas pedagógicas humanistas, inspiradas en las teorías psicológicas de Maslow y Rogers, focalizan su atención en la importancia de los afectos y emociones en la educación. Sea como objetivo de aprendizaje propiamente dicho, sea como componente fundamental de la enseñanza a través de la relación educativa. La dimensión educativa de las emociones siempre ha estado presente en la Pedagogía, si bien lo ha hecho desde diferentes paradigmas y tradiciones antropológicas y científicas. La fundamentación teórica del “sentipensar” en base al lenguaje y a las emociones como dinámicas relacionales. El “sentipensar en flujo”, es decir, como energía que fluye e interactúa entre mente, cuerpo y acción para subrayar el papel del medio y de los medios en la construcción del conocimiento y desarrollo personal. La tercera parte explora algunos efectos didácticos del “sentipensar” entre los que cabe destacar los procedimientos inductivos, el impacto, los entornos, ambientes y contextos así como el papel relevante de los “momentos” o situaciones donde el fluir hace que nos resulte fácil lo que hacemos. Formar es desarrollar el ser, saber, saber hacer y querer de la persona. Se defiende una concepción formativa, en la que el conocimiento se integra mucho más fácilmente gracias a la implicación emocional y a la acción de los procesos cognitivos. Aprender, para Maturana, implica transformarse en coherencia con la emoción.

concepto de autopoiesis, a comienzos de la década de 1970. Para entender este concepto, debemos considerar a todo organismo vivo, como un sistema dinámico, o sea, una colección de elementos relacionados entre sí, y que pueden variar sus relaciones con el tiempo. Entonces, un sistema autopoiético es aquél que se reproduce, crea y repara sus propios elementos, y para Maturana y Varela, se trata de la propiedad básica y distintiva de los seres vivos, pues al no existir autopoiesis, o sea, al no poder renovar sus células, limpiar las toxinas, etc., el ser vivo muere. Este concepto ha tenido un profundo impacto en la cibernética, la sociología, la psicología y múltiples otros campos. Respecto a la naturaleza de la realidad, Maturana nos indica que para uno, como organismo, la realidad existe únicamente si la percibimos. Y que además, nuestros cerebros no pueden distinguir en primera instancia la ilusión de la realidad, necesitamos un contexto para darnos cuenta de cuál es cual. Esto tiene interesantes consecuencias para el concepto de “objetividad”, que abarcaremos más adelante.

LA BIOLOGIA DEL AMOR: Maturana es la clave. (en busca de un vacío teórico) Algunos antecedentes: realidad y lenguaje.

autopoiesis,

Humberto Maturana, como biólogo, es reconocido a nivel mundial por establecer una definición del fenómeno de la vida, inexistente anteriormente. Con la ayuda de su estudiante, el recordado Dr. Francisco Varela, definió el

Sobre el lenguaje, Maturana estima que es básicamente una coordinación de coordinaciones y es lo que, además, nos hace humanos. Al relacionarme con otros a través del lenguaje, voy cambiando mi propia forma de entender las cosas y produciendo cambios palpables a nivel físico, al interactuar desde el


lenguaje, pues se establecen nuevas conexiones neuronales. En otras palabras, nuestros cuerpos se van transformando según lo que hacemos desde el lenguaje y, naturalmente, también hacemos en nuestro lenguaje según lo que se transforme en nuestros cuerpos.

En general, tratamos lo racional como si fuera un fundamento universalmente válido para todo lo que hacemos. Y no es así. Porque todo sistema racional está basado en premisas aceptadas a priori, de forma arbitraria, desde las preferencias personales. En el fondo, somos seres emocionales, que buscamos validar racionalmente esas emociones. Esto es Sobre estas bases, Maturana ha ido efectivo incluso en ámbitos tan “fríos” o construyendo un aporte esencial al “abstractos” como la matemática y las ciencias entendimiento de nuestra experiencia como exactas, pues las premisas fundamentales, los seres humanos, y que se manifiesta en sus puntos de partida, uno los acepta porque quiere propuestas sobre la biología del amar y del hacerlo, lo hace por motivos emocionales, no conocer. racionales. (No hace mucho escribí un artículo sobre las premisas de la ciencia que, Las bases biológicas del conocimiento irónicamente, no pueden ser probadas y que, Humberto Maturana, partiendo desde la de demostrarse equivocadas, podrían echar por biología, vincula el lenguaje tierra todo lo que con las emociones, la cultura …sin un sustento biológico, conocemos. Los invito a y el amor. Nos dice que todo es imposible que podamos leerla). el quehacer humano se da dentro del lenguaje, por lo tener experiencia humana que si no hay lenguaje, no alguna…. A partir de esta hay quehacer humano. Y conciencia de nuestra simultáneamente, como todo propia emocionalidad, lo que hacemos se hace nos podemos dar cuenta que hay dos tipos de desde la emoción, entonces todo nuestro desacuerdos. El primero, se centra en cómo quehacer, como seres humanos, ocurre dentro entendemos los procedimientos lógicos: si uno del cruce entre el lenguaje con la emoción. dice, por ejemplo, que 1 más 1 suma tres, o Plantea además que el lenguaje surge desde la bien explico qué quiero decir con eso o aceptación del otro, o sea, desde el amor. debemos ponernos de acuerdo sobre las Pero vamos por partes. El planteamiento básico de Maturana, es que el hecho de conocer, debe tener bases biológicas… porque es claro, sin un sustento biológico, es imposible que podamos tener experiencia humana alguna. Por lo tanto, pensó él, debe haber bases biológicas que determinen la manera en que conocemos las cosas. Algo esencial en esto, es la emoción, que es una respuesta biológica a nuestras necesidades como organismos.

reglas. O sea, si yo pienso que 1+1=3, y todo el resto del mundo piensa que es 2, es un tema de cómo se entienden los procedimientos lógicos, y nadie se siente realmente agredido o amenazado por ello. En cambio, en el segundo tipo de desacuerdos, sí nos sentimos atacados. Cuando estamos en desacuerdo en las premisas fundamentales, esas premisas emocionales que validamos racionalmente, entonces uno siente que el otro es una amenaza para nuestra existencia, pues niega


los fundamentos de nuestro pensamiento y nuestra coherencia interior. Muy mal. Entonces, ahí sí que tenemos reacciones explosivas. Por ejemplo, en el tema del fútbol: si yo soy del equipo A y mi archienemigo del equipo B, dice que el equipo A es de lo peorcillo y que son feítos, si mi identificación con el equipo es muy grande, reaccionaré de forma violenta, pues en el fondo lo que percibo no es que se hable de fútbol… sino que se habla de mí mismo. Y ante esa negación de mi propia existencia, reacciono con muchísimo vigor, con consecuencias que tristemente están a la vista de todos. Situaciones similares ocurren cuando hablamos de nuestra visión política o religiosa, donde es casi imposible mantenerse impasible. Ambas cosas definen, en buena medida, nuestra construcción del mundo. Sobre la objetividad Viendo así las cosas, habría dos formas de entender la realidad. En una de ellas, podemos intentar convencer a alguien de la verdad de nuestras ideas, a través de “argumentos objetivos”. Usando estos argumentos, pretendemos que la realidad es universal y que precisamente esa realidad, la hemos aprehendido de forma racional. Por lo tanto, si la otra persona persiste en sus propios argumentos, la tacharemos de ilógica o de absurda, porque nuestra verdad, sería la verdad absoluta. Aquí lo que debemos pensar, es cómo accedemos a la realidad. Y es donde aparece esta segunda mirada sobre las cosas. Para Maturana, no podemos tener acceso a una realidad objetiva independiente, sino que existe un “Multiverso”, donde hay tantas realidades como experiencias. Por lo tanto, lo que existe son dominios, campos, sistemas de explicaciones para nuestras

distintas experiencias, los que pueden o no coincidir con los de otras personas. Uno podrá decir: “pero entonces, ¿cómo es posible el progreso científico, si no hay una sola realidad?”. Y bien, es posible porque existe coincidencia sobre las premisas básicas a utilizar y la lógica que se aplica a ellas. Y dentro de ese campo, que es uno de los tantos posibles, se puede avanzar. De la misma forma que se puede progresar en otros campos que no sean los científicos, en tanto exista coherencia entre las descripciones de la realidad aceptadas por las personas participantes, o sea, que estén de acuerdo en cómo entienden el mundo. Las bases relaciones

emocionales

de

nuestras

Para Maturana, a medida que crecemos, vamos uniendo las emociones al lenguaje. Al entrelazamiento de emociones y lenguaje, Maturana le llama conversaciones. Y plantea que todo lo que hacemos como seres humanos, lo hacemos en conversaciones. Y en dichas conversaciones, entonces, se expresan las emociones subyacentes. Por ejemplo, a través de la agresión, el otro es negado en forma directa o indirecta como un otro que puede coexistir

legítimamente con uno. En cambio, a través de la indiferencia, sencillamente no vemos al otro como un otro. No tiene presencia y queda fuera de nuestro ámbito de preocupaciones. En cambio, el amor, es la emoción donde el otro tienen una existencia legítima, donde no


se le niega, sino que se le acepta como un otro válido. Y es desde ahí que se puede construir una vida en sociedad, nos dice Maturana. La biología del amar La definición que Maturana da del amor, es desde su perspectiva como biólogo, y considera que es la emoción fundamental que hace posible nuestra evolución como seres humanos. La define de la siguiente forma: "... cuando hablo de amor no hablo de un sentimiento ni hablo de bondad o sugiriendo generosidad. Cuando hablo de amor hablo de un fenómeno biológico, hablo de la emoción que especifica el dominio de acciones en las cuales los sistemas vivientes coordinan sus acciones de un modo que trae como consecuencia la aceptación mutua, y yo sostengo que tal operacion constituye los fenómenos sociales". En ese sentido, los seres humanos somos intrínsecamente amorosos, y podemos comprobarlo fácilmente, observando lo que ocurre cuando a una persona se le priva del amor, o sea, se les niega el derecho a existir o se les quita validez a sus propios fundamentos básicos, emocionales, para la existencia. Esta carencia afectiva produce trastornos, como la ansiedad, la agresividad, desmotivación, inseguridad, tristeza y estrés crónico, etc. Entonces, el amor es una manera de vivir en sociedad. Surge cuando al interactuar con otras personas, no importa quienes sean o su lugar en la comunidad, las consideramos como un legítimo otro, que puede coexistir con nosotros. Esta emoción, entonces, amar, es el fundamento de la vida social, al aceptar la existencia de los demás, sin querer anularlos o negar su propia visión del mundo. Entonces, ¿qué recomienda Maturana?

Maturana nos indica que lo mejor es aceptar nuestra naturaleza, nuestra propia forma de sentir y experimentar la realidad, no negarla, pues eso genera un estrés innecesario y nos hace la vida más difícil e incluso miserable. En otras palabras, nos recomienda aceptar que no existe una realidad objetiva donde se imponga una sola forma de entender las cosas, pues cada ser humano posee su propia realidad, y de esta forma, no excluimos al resto.

…el amor es una manera de vivir en sociedad. Surge cuando al interactuar con otras personas, no importa quienes sean o su lugar en la comunidad, las consideramos como un legítimo otro, que puede coexistir con nosotros…

Asimismo, esto obedece al hecho que nuestra naturaleza biológica está fundada en el amor, por lo que la no exclusión de distintas miradas, responde a ello mismo. Así, nuestros pensamientos o creencias no excluyen o niegan las de los demás y viceversa. Para ello, además, debemos abrirnos al espectro emocional de nuestra existencia y recordar que no constituye una interferencia con el campo intelectual, sino que a la inversa, las emociones entregan sentido y profundidad a nuestro razonamiento. Además, al relacionarnos desde la aceptación del otro y no desde el conflicto, se producen numerosas reacciones en cadena, que efectivamente nos hacen la vida más llevadera con los demás. Resulta sumamente interesante, que una teoría científica tenga una aplicación tan directa en nuestra vida diaria.


Ustedes dirán que todo esto es un poco “soñador”, pero como dijo un gran sabio, el mundo ideal está a sólo un día de distancia... si todos nos pusiéramos de acuerdo en respetar la existencia del otro. REFERENCIAS

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