137 by Bienstar Sanitas

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Contenido

Diciembre de 2014 · Enero de 2015

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4 Editorial

Carta abierta

8 Numeromanía

Por: Julián Estrada Ochoa

10 Producto La Cerveza

60 El ocio, ese espejismo

62 Crónica Saber comer

Belleza y bienestar

Mabel Kremer

Sanitas hoy

Beneficios y convenios para usuarios Colsanitas

42 Testimonio Tiempo de jubilación Juan Fernando Uribe Duque

45 Decoración Tener matas

Iván Hurtado

68 Carta abierta Sanación al galope

Rafael Baena

70 En defensa del marido mantenido

Roberto Palacio

74 Salud pública Estrés y bienestar

Juan José Lopera

76 Celulas madre, para volver a nacer

Katherine Ríos

48 Recomendaciones Mejor en bici Andrés Felipe Vergara

Entrevista Equipo de Tenis Colsanitas

Julio César Londoño

24 Diccionario

Mesa navideña

86 Puericultura Apodos

Antonio García Ángel

Salud pública

María Gabriela Méndez

52 Historia médica La enfermedad desconocida de Rafael Nuñez

Orlando Mejía Rivera

Karem Racines Arévalo

Cambiar la historia del cáncer de mama

55 Carta abierta Navidades paralelas

92 Crónica Secretos que le dan cuerda al mundo

Óscar Domínguez

Carolina Chavarría Olarte

55 20 18

Recomendaciones Cinco lugares para vacaciones

Contraindicaciones Viajar con niños

Abecé Ola de capoeira angola E scríbanos : bienestarsanitas@colsanitas.com

EDITORI A L Carta del presidente

Sanitas Internacional

llevará su modelo de atención a la comunidad latina en los Estados Unidos Brindar servicios con calidez humana, calidad científica y tecnología de punta ha sido siempre una prioridad de la Organización Sanitas Internacional. Por ello, desde su nacimiento hace 34 años en Colombia ha trabajado para desarrollar un modelo de atención en salud que garantice a todas las personas su tranquilidad y la de su familia. Haber implementado ese modelo de manera exitosa en países como Colombia, Venezuela, Perú y Brasil, el cual beneficia a cerca de dos millones y medio de personas, ha hecho que ahora sea visto como referente desde un país como los Estados Unidos, en el que nace un nuevo reto para Sanitas Internacional. En efecto, la Organización ha firmado una alianza histórica con la firma GuideWell Mutual Holding Corporation, para crear una nueva compañía especializada en la atención médica para la comunidad latina de los Estados Unidos. GuideWell Mutual Holding Corporation es un grupo empresarial conformado por organizaciones enfocadas en transformar el sector de la salud en los Estados Unidos, y del cual hace parte la compañía Florida Blue (Blue Cross and Blue Shield of Florida). Es la primera vez que se desarrolla una alianza como esta para implementar un modelo de salud que responda específicamente a las necesidades de la población latina que vive en los Estados Unidos. Esta alianza va a permitir ofrecer un servicio que tendrá en cuenta factores como la cultura, el idioma, el país

de origen de los usuarios, entre otros, y que se desarrollará soportado en centros médicos diseñados para el cuidado de la salud de esta población. El proyecto comenzará con tres centros médicos, que se abrirán en el segundo semestre del 2015 y estarán ubicados en Miami-Dade; continuará creciendo a mediano plazo dentro de la Florida y, posteriormente, llegará a otras comunidades latinas de los Estados Unidos con un ambicioso plan de expansión a otros estados. Los centros médicos brindarán servicios como consulta general, consulta especializada, laboratorio, servicios diagnósticos y farmacia. Igualmente, proveerán educación y ayuda para la comunidad, a través de programas de prevención en salud y gestión de la enfermedad. Por ser el primer proyecto de estas características en el país norteamericano, esta alianza se constituye en un hecho histórico para la prestación de servicios de salud, tanto en los Estados Unidos como en Colombia. La unión de estas dos organizaciones abre una oportunidad única para desarrollar los servicios de cuidado de la salud para las familias latinas en Estados Unidos. Ignacio Correa Sebastián P residente S anitas I nternacional

BIENESTAR SANITAS 137 Consejo editorial Eduardo Arias Enrique Bernal José María del Castillo Camilo Jiménez John Naranjo Diego Quintero José Nelson Rivera Ximena Tapias Director Camilo Jiménez Jefe de redacción Maricielo Acero Rodríguez Asistente editorial María Andrea Muñoz Gómez

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El Mundo de Osi Gisela Bohórquez Sanitas Hoy Diego Fernando Uzeta Diseño y diagramación Rey Naranjo Cra. 4 Nº 54a-10 +57 (1) 212 2579 www.reynaranjo.net Fotografía María Gabriela Méndez Marcela Riomalo Carolina Chavarría Juan Fernando Ospina Jorge Andrade Blanco

Paula Thomas Raúl Zea Andrés Cardona

Dirección comercial Multimedios Plus - PBX 635 4566 - FAX: 520 5121 Calle 100 Nº 17 – 09 Piso 4 Bogotá – Colombia

Ilustración Elizabeth Builes César Garzón Luisa Martinez Randy Mora Raúl Zea Marcela Quiroz

Directora comercial Natalia Montenegro

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Servicio al usuario Central de llamadas de Colsánitas Teléfono (1) 487 1920

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N UMERO M A N Ă? A Tenis

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Información comercial

Que una urgencia no le dañe la celebración de fin de año

P RODUCTO Cerveza

El eslabón perdido Por: Gloria Susana Esquivel* • Fotografía: Benoit B. Aunque parezca difícil de creer, podríamos deberle a la cerveza el desarrollo de la civilización, entre muchos otros hitos. A continuación una breve historia de esta deliciosa bebida de cebada que ha estado acompañando a los hombres desde el principio de los tiempos.

“La cerveza es la prueba de que Dios nos ama y quiere que seamos felices”. Esta frase erróneamente atribuida a Benjamín Franklin, y que suena más a aforismo de Homero Simpson o a cántico de bar irlandés, encierra uno de los hallazgos más importantes a los que han llegado antropólogos, sociólogos y arqueólogos en las últimas décadas. Científicos sociales alrededor del mundo se han dedicado a probar la hipótesis de que el eslabón clave para que las tribus nómadas se asentaran y se transformaran en comunidades agrícolas fue la cerveza. Por increíble que suene, parece que la espumosa y refrescante bebida de cebada fue la causa principal para el establecimiento de los sumerios en la región de Mesopotamia, lo que dio paso a la civilización más antigua del planeta. El hallazgo de jarrones utilizados para fermentar cerveza que datan del año 9000 a.C, resultan ser 3000 años más antiguos que las primeras

* Periodista y escritora colombiana, colabora en diversos medios impresos y digitales. 10

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evidencias sobre el pan. Esto ha llevado a replantear el verdadero propósito de la domesticación y almacenamiento de la cebada y el trigo para los sumerios. Al parecer, el primer trago que la humanidad se tomó fue por accidente. Unos granos de cebada quedaron olvidados dentro de vasijas y fueron fermentados gracias al agua lluvia. Cuando la tribu regresó al lugar en donde estaban los jarrones probó la bebida y encontró que permitía llegar a “un estado de ánimo maravilloso, con alegría en las entrañas y un hígado feliz”, o al menos así es descrito en el épico Poema de Gilgamesh donde hace por primera vez aparición la diosa Nin-kasi, patrona de la cerveza. Investigadores de la Universidad Simon Fraser en Canadá sostienen que este descubrimiento fue fundamental para el desarrollo de la civilización, pues la ebriedad les permitió a nuestros ancestros soltarse socialmente. De ahí en adelante, fue mucho más fácil lograr proyectos colaborativos y creativos como la innovación en las técnicas de arado y riego o el establecimiento de un sistema de escritura. Millones de años antes de que Charles Bukowski escribiera “quédate con la cerveza. La cerveza es sangre continua. Es una amante continua”, los sumerios ya habían consignado más de 160 palabras para hablar de esta bebida. En el antiguo Egipto la cerveza era considerada un regalo de Dios. Su valor era tan alto que se utilizaba como moneda. Tanto así que los esclavos que construyeron las pirámides recibían un galón por día como paga por su trabajo. Además, su alto contenido nutricional hizo que fuera parte fundamental de la dieta y que se utilizara como una especie de antibiótico. Estudios recientes han demostrado que esto no era tan descabellado. Entre los beneficios para la salud que representa tomar una cerveza diaria están la disminución en el riesgo de enfermedades del corazón, la disminución de niveles de colesterol y la estimulación de la memoria. Asimismo, un vaso de cerveza es rico en vitamina B12, que previene la anemia, y en Lactoflavina, que regula el sueño. En Alemania, uno de los remedios caseros más populares contra la gripa consiste en tomar cerveza caliente. Al parecer, la cebada a altas temperaturas estimula la circulación de la sangre y es un excelente descongestionante. En la Edad Media era mucho más salubre tomar cerveza que agua, pues esta última no era apta para el consumo humano. La sopa de cerveza era uno de los platos más apetecidos entre los niños y dentro de las abadías los monjes lograron organizar una industria de fermentación artesanal que pudo dar abasto con la gran demanda. Este proceso era muy sencillo y análogo al que se usa ahora. Primero, mezclaban la cebada con agua caliente hasta lograr una papilla similar a la avena. Luego se le agregaban lúpulos aromatizados y levadura y se esperaba a que la fermentación convirtiera el azúcar en etanol y dióxido de carbono. La aguda observación de este fenómeno dio pie a que Louis Pasteur encontrara fascinante el comportamiento de la levadura y que en el siglo XIX sus estudios sirvieran como fundamento de la microbiología. Esto no sólo llevó al descubrimiento de los gérmenes, lo que significó una revolución para

En el antiguo Egipto la cerveza era considerada un regalo de Dios. Su valor era tan alto que se usaba como moneda.

la medicina, sino que también facilitó otro tipo de técnicas de fermentación que dieron paso a nuevas variedades de cerveza. A lo largo de la historia, esta bebida ha resultado una infalible y refrescante compañera. Ya sea como complemento para una comida o para relajarse después de un mal día en el trabajo, la próxima vez que se tome una cerveza recuerde que a ésta no solo le debemos buenos ratos, sino también el desarrollo de los hitos más importantes que nos han constituido como sociedad. ¡Salud!. ¶

Ale

Color: Cobre Cerveza que utiliza levadura de fermentación alta, realizada a temperatura ambiente.

Lager

Color: Amarillo Cervezas elaboradas por fermentación baja, hechas a menor temperatura. La más conocida es la tipo Pilsen.

Cervezas de trigo Color: Dorado

Ácidas y espumosas, esta cerveza rubia es elaborada con una combinación de trigo y cebada.

Porter

Color: Marrón Ideal para quienes prefieren sabores menos amargos. Es de fermentación baja y cuenta con pocos grados de alcohol.

Stout

Color: Marrón oscuro Oscura, amarga, con alto contenido de fibra. Elaborada con malta de cebada tostada.

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BEL L EZAYYBIBI ENESTAR BELLEZA EN ESTA R Mabel Kremer Catalina Aristizábal

Mabel Kremer Ha sido periodista de radio y televisión, presentadora de noticias y actriz. En la actualidad, pone toda su belleza en el Noticiero del Senado, que presenta cada semana. “No soy de las que gasta dinero en cremas costosas ni en gimnasios”, asegura esta mujer con 40 años tremendamente bien puestos. Está convencida de que la disciplina es la clave de la belleza.

Pelo “Mi truco es el más imple de todos: me lavo el pelo todos los días con champú Johnson & Johnson”.

Piel “Una vez por semana me pongo la babita de la sábila en la cara. Es el mejor cicatrizante y ayuda a cerrar los poros. Me maquillo solo cuando voy a grabar y jamás me acuesto sin lavarme la cara con agua de rosas. No uso jabones y una vez a la semana me hago una exfoliación con sal marina y crema. Me hidrato el cuerpo con Acid Mantle o Lubriderm, que son realmente las mejores cremas”.

Nutrición “Desayuno y almuerzo muy bien, pero en las noches como muy poco. No hago dietas, pero trato de seguir ciertos hábitos, como cocinar con sal marina y aceite de oliva y no comer paquetes ni tomar gaseosa”.

Cuerpo Ya no tengo tiempo de ir al gimnasio, pero sagradamente hago ejercicio tres veces por semana en mi casa. Puedo asegurar que lo importante no son las máquinas sino la disciplina”.

Perfume “Charms de Ferragamo. Es el único que no me marea”.

Fotografía: Paula Thomas Maquillaje: Angie Bejarano Producción: Adriana Restrepo

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VIVIR CON BI EN ESTA R Mal, bien y mejor

Viandas navideñas Por: Redacción Bienestar Sanitas · Ilustración: Luisa Martínez Recogimos los platillos colombianos más populares de estas fiestas y contamos sus calorías, para que usted se haga una idea de lo que come y no se desfase.

Todos los nutricionistas coinciden en que contar calorías no es la mejor alternativa para conservar o adquirir el peso adecuado. Sin embargo, en las épocas navideñas, cuando las más ricas viandas nos acechan en todo momento, conviene saber qué nos comemos y cómo combinar los diferentes alimentos y bebidas. Si el consumo calórico diario de una persona poco activa está entre las 1.500 y 2.000 calorías, se recomienda consumir unas 400 en cada comida principal y las restantes distribuirlas en las meriendas, aclara la nutricionista y dietista Claudia

Leonor Márquez. Pero en Navidad las cuentas se complican porque una sola comida puede contener todas las calorías que se requieren en el día. Entonces, la clave para mantener el peso es una: prudencia. Se puede disfrutar de todos los alimentos con moderación y sin repetir. El siguiente cuadro le ayudará a tener una idea de cuánto come y le permitirá organizar mejor sus menús de estas fechas. A menos que se afirme lo contrario, el tamaño de referencia para los alimentos sólidos (tamal, carnes frías, etc.) es el de un iPhone 5. Para los líquidos es una taza. ¶

Trago de whisky

Copa de champaña

Copa de vino

Calorías: 120

Calorías: 100

Calorías: 140

Tamal tolimense

Pechuga de pavo

Calorías: 1.230

Calorías: 90

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Ajiaco Calorías: 400

Pocillo tintero de arroz con leche

Buñuelo del tamaño de una bola de billar

Calorías: 120

Calorías: 280

2 galletas Caravana

Pan navideño

Cucharada de salsa de ciruela

Calorías: 80

Calorías: 180

Calorías: 55

Empanada de carne

Plato pequeño de ensalada rusa

Pernil de cerdo

Calorías: 300

Calorías: 350

Calorías: 230

Desayuno Mal

Calorías: 600

Bien

Calorías: 400

Mejor

Calorías: 300

Merienda (mañana o tarde)

Mal

Calorías: 450

Bien

Calorías: 250

Mejor

Calorías: 150 - 200

Almuerzo Mal

Calorías: 1.200

Bien

Calorías: 600

Mejor

Calorías: 400 - 500

Natilla Calorías: 110

Cena Mal

Calorías: 1.000

Bien

Calorías: 500

Mejor

Calorías: 300 - 400

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MITOS Y R EA L I DA D ES Calvicie

Mitos y realidades

alrededor de la calvicie Por: Redacción Bienestar Sanitas Pocos asuntos están rodeados de más mitos y falsas verdades que la calvicie. Repasamos algunos de los más conocidos. Tome nota.

Mito: Padre calvo, hijo calvo Realidad: Casi siempre. El factor más importante en la pérdida del cabello es el genético. Algo curioso es que los hombres heredan el cromosoma X de la madre, por lo tanto, el hijo puede heredar el problema del abuelo materno más que del padre. Mito: El pelo largo se cae más Realidad: No. Es normal perder entre 50 y 120 cabellos diarios, lo importante es que vuelvan a nacer. Si el pelo que se cae no es reemplazado se llega a la calvicie, pero eso está relacionado con el estado del folículo piloso y no con la longitud del cabello, explica la dermatóloga Martha Inés Ramírez. Mito: Si se lava mucho, se cae Realidad: No. Se puede lavar tanto como se quiera, lo importante es usar un champú que no irrite el cuero cabelludo, que no lo reseque y que permita peinarlo fácilmente. Hay que buscar el champú indicado para el tipo de cabello. Mito: Cortarse al rape hace salir más pelo Realidad: No. Un determinado corte no cambia las características dadas por la genética. El mito surge porque después de que se pasa la cuchilla el pelo sale más grueso, lo que da una sensación de abundancia al tacto. No obstante, a medida que crece retoma el grosor asignado por la genética. Mito: Los químicos de las tinturas, geles y fijadores debilitan el pelo Realidad: Sí. Ningún agente externo es responsable de la calvicie, pero algunos componentes de las tinturas, como el amonía-

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co y los decolorantes, deterioran la estructura del pelo aunque no afectan el folículo piloso. Mito: El uso de sombreros acelera la calvicie Realidad: No. Estos accesorios acaloran y aumentan la humedad en el cuero cabelludo, pero no conducen a la calvicie. El tipo de peinado, en cambio, sí influye. La costumbre de llevarlo recogido con trenzas, colas o moños acelera la caída por la tracción constante. Mito: El estrés hace que se caiga más pelo Realidad: Sí. El estrés afecta todos los procesos bioquímicos del organismo, incluyendo el ciclo de crecimiento y renovación capilar. La tensión emocional permanente e intensa puede conducir a la calvicie antes de tiempo. Mito: Echarle anticonceptivos al champú evita la caída del pelo Realidad: No se sabe. Existe la creencia de que los estrógenos que contienen estas pastillas pueden contrarrestar la acción de los andrógenos determinantes en la alopecia, pero lo cierto es que no logran alterar los factores hormonales y hereditarios. Mito: La única solución a la calvicie es el trasplante de pelo Realidad: No. La alopecia se trata de acuerdo con la causa. Existen medicamentos que ayudan a detener la caída del cabello y otros que revitalizan el folículo piloso porque actúan en los receptores de las hormonas (andrógenos) que intervienen directamente en el folículo. ¶

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RECOME N DAC I ON ES Vacaciones

Cinco destinos para toda la familia (diferentes a los de siempre) Por: Redacción Bienestar Sanitas · Fotografías: Cortesía Superdestino

Algunas regiones colombianas están renovando su infraestructura turística, gracias a lo cual se abre la posibilidad de ir con la familia a nuevos lugares. Aquí le proponemos cinco destinos novedosos para estas vacaciones.

San Juan Girón Santander

Santuario de Malpelo Valle del Cauca

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En este municipio de Santander se encuentra el Museo La Mansión del Frayle, donde se firmó el Acta de Independencia de Colombia. El pueblo es un buen centro de operaciones para establecerse con la familia y viajar por los alrededores. Por ejemplo, a la Basílica Menor San Juan Bautista, que alberga al Señor de los Milagros, o al Humedal del Pantano y el Parque Gallineral, a orillas del río Fonce, que cuenta con una gigante piscina natural rodeada de tapices de musgos, osos perezosos y loros. A media hora está Piedecuesta, con el imponente Cañón del Chicamocha. Desde Bogotá son siete horas por una carretera en la mayoría de tramos bien cuidada. Avianca, Copa y LAN tienen vuelos diarios desde Bogotá hasta Bucaramanga. El valor de un plan familiar para cuatro personas es de aproximadamente 2 millones 800 mil pesos.

La Unesco lo declaró patrimonio natural en 2006 por la variedad de especies que alberga. Esta interesante formación geográfica es el lugar ideal para quienes practican el buceo o se interesan por la fotografía ambiental. También es uno de los destinos favoritos para los ambientalistas que investigan la diversidad de aves y especies marinas del área. A esta isla del Pacífico colombiano se accede por vía marítima desde Buenaventura; tenga en cuenta que el trayecto tarda día y medio (35 horas aproximadamente), y hay que solicitar un permiso con anticipación a Parques Nacionales Naturales de Colombia, entidad que junto con la Fundación Malpelo ofrece varios paquetes turísticos que van desde los 3 hasta los 5 millones de pesos.

La Dorada

En la orilla izquierda del río Magdalena, en una de las rutas viales más importantes del país se encuentra La Dorada, un destino para los que gustan de la tierra caliente. Dentro del municipio está el parque de las Iguanas, habitado por estos reptiles, y la catedral de Nuestra Señora del Carmen, que es hermosa. En lugares como Los Chorros, La Charca de Guarino y Playas de Bucamba los visitantes y residentes pueden pescar, bañarse y pasear por el río más importante de Colombia. Por carretera, la distancia entre Bogotá y La Dorada es de 199 kilómetros, un recorrido que toma en promedio tres horas y media. El costo de una semana de vacaciones para cuatro personas cuesta poco más de un millón y medio de pesos.

Caldas

Caño Cristales Meta

Esta obra pintoresca de la naturaleza se extiende por la Serranía de la Macarena, en el Departamento del Meta. El turismo solo está autorizado en el segundo semestre del año, justo después de que las lluvias activen el ecosistema que da vida y color al paisaje. Hay vuelos directos desde Bogotá hasta La Macarena los lunes, jueves y viernes. De allí hay que desplazarse al Puerto Inderena, en compañía del guía turístico, para abordar una lancha que navega unos 20 minutos sobre el río Guayabero. Al desembarcar en Cachivera se recorre media hora en camioneta para encontrar el Manantial del Cajuche, donde empieza la mágica travesía de Caño Cristales. El valor de esta aventura para una familia de cuatro personas puede oscilar entre los 4,5 y 5,5 millones de pesos.

Salento parece congelado en el tiempo, porque conserva la arquitectura campesina de la zona cafetera, con sus patios floridos y sus ventanas a todo color. Al lado está el Valle del Cocora, uno de los paisajes más hermosos del país, lo cual es mucho decir. Desde Salento se puede visitar el Parque Nacional de los Nevados, el eco-parque El Mirador y el Alto de la Cruz. Desde Bogotá toma seis horas llegar a Armenia, y desde allí se está a poco más de una hora de Salento por la Doble Calzada del Café. También hay vuelos diarios entre Bogotá y Armenia. Existen planes que van desde los 350 mil pesos por dos noches y tres días hasta los 800 mil pesos por seis días. ¶

Salento Quindío

pa r a l o s i n t e r e sa d o s

Todos los destinos mencionados se pueden reservar en la agencia de viajes Superdestino. Los funcionarios o usuarios de Colsanitas, EPS Sanitas o plan Médico Domiciliario Colsanitas reciben un descuento por persona del 5% en cualquier paquete o destino turístico. La agencia está ubicada en la calle 109 No. 16-65, en Bogotá. PBX (+57 1) 7057090. Fax (+57 1) 6011195 E-mail algomez@colsanitas.com Bienestar Sanitas

CONTRA I N D I C AC I ON ES Vacaciones

Viajar con

Por: Paola Pérez* · Fotoilustración: Rey Naranjo Un viaje de unas horas con niños pequeños puede ser una travesía al infierno. Sin embargo, con un poco de prevención y creatividad resultará más cómodo de lo que usted cree. Conozca algunos de los errores más recurrentes que muchos padres cometen a la hora de emprender un viaje y tome nota de las recomendaciones.

* Periodista bogotana. Ha colaborado con distintos medios nacionales.

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Es un viaje largo, ¡desayunemos muy bien! Huevos, leche chocolatada y, por qué no, algo de pan con mantequilla y mermelada puede ser el menú que muchos padres preparan antes de viajar. Pero es necesario recordar que esta variedad de productos puede resultar en episodios de vómito durante el viaje, que seguramente dañarán la calma en el recorrido. Lo más recomendable es darles a los más pequeños algo suave, como frutas o jugos, y durante el camino desayunar como debe ser. Para llegar más rápido, vámonos de corrido Es indispensable prepararse para atender, de forma oportuna, las necesidades de los más chicos. Será clave entonces identificar previamente al viaje algunas paradas estratégicas, que le permitan a toda la familia hacer uso del baño, comer algo y estirar las piernas. Niños: aprovechen para dormir En medio de las ganas por llegar pronto al destino y la felicidad que ello genera, en lo último que están pensando los más pequeños es en dormir. Para hacer frente a esta ansiedad, se recomienda llevar algo de música infantil en el vehículo o poner a disposición tabletas con juegos y entretenimiento. Así será posible que los niños se distraigan un rato, mientras vuelven a preguntar “¿cuánto falta?”. Descansando sobre las piernas de mamá Mientras el espacio lo permita, descansar sobre las piernas de alguien puede resultar lo más cómodo para los niños. Sin embargo, es indispensable no olvidarse de su seguridad. Por ello, será necesario usar sillas de retención infantil que, de acuerdo con la edad de los pequeños, les brinden comodidad y seguridad. Las recomendaciones Empacar, paso clave para la prevención Implementos de piscina, como protectores solares o tapones para los oídos, ropa apropiada para el destino, entre otros, son elementos usuales a la hora de hacer maletas. Haga siempre una maleta especial (que usualmente es el bolso de mamá) para guardar todos los implementos útiles durante el recorrido, como bebidas, pasabocas, juguetes, música, etc. Involucrar a los menores en esta actividad puede ayudar a identificar esos infaltables que los pequeños agradecerán durante un largo viaje. Tierra caliente: ¿sol permanente? Ir a un destino de clima cálido no significa sol constante, más aún si se viaja a destinos nacionales. No está de más llevar algunos sacos o mantas que permitan proteger a los más pequeños de la brisa o las lluvias intempestivas. De esta manera se previenen posibles resfriados que se pueden acentuar al regresar a casa por los cambios abruptos de temperatura.

Niños sanos, paseo divertido Asegúrese de que los niños viajen en el mejor estado de salud. No sobra, si el viaje es largo, pasar por el médico para una chequeada general del menor. De estar con resfriados o gripas, lo más recomendable es visitar al doctor y preguntar por los cuidados básicos y los medicamentos necesarios para tratar los síntomas. Si se trata de algo un poco más grave, será el especialista quien indique lo apropiado del viaje, según el destino y las condiciones a las que estarán expuestos los chicos. Volar en horas en que los niños duermen Si el viaje es aéreo se sugiere hacerlo en las horas en que los niños duermen; horario que no necesariamente es en la noche: eso solo los padres lo saben. Atención a los audífonos En los vuelos los auriculares disponibles para uso de los pasajeros no necesariamente son especiales para niños. Por ello, lleve consigo audífonos infantiles y controle el volumen de manera permanente. ¡Me duelen los oídos…! No es necesario esperar a que esta queja interrumpa la tranquilidad del viaje. Basta con llevar algunos dulces masticables o golosinas que los niños puedan chupar para que se puedan prevenir esos insoportables dolores. En el caso de los bebés, en el mercado existen elementos que les permiten destapar los oídos de forma segura. Los viajes son para disfrutarlos. Lo mejor es escoger el destino y el medio de transporte más apropiado para toda la familia. Siempre será necesario atender de manera especial los temas relacionados con la alimentación, el alojamiento, el clima, las actividades a realizar y los centros de atención médica. Un poco de sentido común y planeación les ahorrarán a los padres dolores de cabeza y malos momentos ¡Buen viaje! ¶

Los infaltables • Agua. • Almohada de viaje. • Cobijita preferida. ¡Cómo dejarla en casa! • Pañitos húmedos o toallas. • Remedios básicos de atención. • Juegos preferidos de los más pequeños (portátiles). • Comida favorita de los más pequeños. Si es viaje aéreo aún más, ya que no siempre la comida que sirven allí es del agrado de los niños.

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SALUD O RAL STA R Cuidado de las encías

¿Por qué sangran las encías? Tres soluciones Por: Redacción Bienestar Sanitas Si es de las personas a las que les sangran las encías cuando se cepilla, es el momento de prestarle más atención a su salud oral. A continuación se encuentran las tres causas más comunes de problemas en las encías (y las soluciones).

Pobre higiene oral La enfermedad de las encías es más frecuente que la caries, pero no se le presta la misma atención. Ocurre cuando se acumula placa bacteriana en la unión entre el diente y la encía (surco gingival). En ese momento las bacterias empiezan a producir toxinas que irritan e inflaman las encías (gingivitis). En esta etapa el proceso es reversible con una buena higiene profesional. Si no se trata a tiempo, la infección destruye los demás tejidos blandos y el hueso, dando lugar a la periodontitis. Tanto la encía como el hueso sostienen los dientes. Si se debilitan esos cimientos, los dientes se caen. De ahí que la principal causa de pérdida de los dientes después de los 40 años es la periodontitis, señala el doctor Luis Enrique Bernal, gerente de odontología de Colsanitas. Otro riesgo es que las bacterias de la boca se desplacen por el torrente sanguíneo y afecten otros órganos como el corazón. La gingivitis durante el embarazo también aumenta el riesgo de parto pretérmino. La única forma de prevenir esta afección es con una buena rutina de higiene oral que incluya la seda dental y el enjuague bucal. Mal uso del cepillo El trauma repetido durante el cepillado conlleva a la retracción de las encías y deja expuesta parte de la raíz del diente. Esto genera una mayor sensibilidad a los alimentos ácidos, al frío y al calor. Al mismo tiempo, favorece la acumulación de placa bacteriana y la aparición de caries en la zona más próxima a la raíz. No hay que olvidar que en la boca hay una mezcla de microorganismos, residuos de comida y saliva, que si no se eliminan mediante el cepillado, se adhieren a las encías. El tratamiento 22

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consiste en retirar la placa que se encuentra dentro de las encías y alrededor de los dientes, en el consultorio odontológico. Pero, en realidad, el éxito de cualquier opción terapéutica está en cambiar la técnica del cepillado. En los casos severos se hace una microcirugía oral para recubrir y proteger nuevamente las encías. Para evitar este tipo de problema, además del uso de seda dental, es necesario adquirir un cepillo con cerdas suaves; hacer movimientos verticales durante el cepillado, nunca horizontales, y sin demasiada presión. El hábito de fumar El efecto del tabaco en la boca no se limita al notorio mal aliento ni al manchado de los dientes. Los miles de tóxicos que contiene el cigarrillo hacen que se cierren los vasos sanguíneos. Si la sangre no llega a los tejidos, éstos no reciben nutrientes ni se oxigenan. Es como si a un cultivo no llegara agua. El tabaco, a su vez, destruye el colágeno que proporciona elasticidad a la piel, a las mucosas y al resto de los tejidos. Esto reduce los mecanismos de defensa del organismo contra las bacterias que entran a la boca. Por eso, los fumadores son más propensos a la enfermedad periodontal. Del mismo modo, el riesgo de fracaso dental se duplica en una persona que fuma. En estos casos es fundamental extremar la higiene oral y asistir a chequeos odontológicos cada tres meses, ya que los fumadores tienen más bacterias nocivas en todas las estructuras de la boca. Existen alimentos, como la manzana y la zanahoria, que contribuyen a mantener las bacterias a raya debido a que aportan una buena cantidad de fibra y antioxidantes. No obstante, la solución en estos casos es no fumar. ¶

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DEFIN IC I ON ES Referencias

Diccionario Sistema de salud

Autorización de servicios médicos Es el permiso que suministra la EPS para acceder a algunos servicios como exámenes diagnósticos especializados, terapias, consulta médica con especialistas y procedimientos endoscópicos. En cualquiera de estos casos, son procedimientos, productos o servicios que no están incluidos en el POS, por lo cual es necesario que el paciente pida una autorización a su EPS para acceder a ellos. La finalidad de ese trámite es fomentar el uso racional de los servicios de salud y evitar el despilfarro.

Cuotas de recuperación Es el dinero que cobran las Instituciones Prestadoras en Salud (IPS) por la atención médica que brindan a las personas que no están afiliadas al Sistema de Salud, o a quienes requieren un servicio que no esté cubierto en el POS, como una cirugía estética reconstructiva. Sin embargo, si el paciente es una persona con Sisbén nivel I, el hospital solo le cobra el 5% del valor de la atención que le brindó; los usuarios del nivel II del Sisbén pagan el 10% de la cuenta, y los del nivel III, 30%. A la población indigente o indígena los hospitales no les cobran cuota de recuperación.

Defensor del usuario El Sistema de Salud contempla que debe existir un vocero de los afiliados a las EPS que gestione las quejas por prestación de servicios ante las autoridades competentes. Ese defensor del usuario depende de la Superintendencia Nacional de Salud en coordinación con la Defensoría del Pueblo. Hasta la fecha no se ha implementado la función del defensor del usuario a nivel nacional; lo que algunas EPS han dispuesto es una oficina de atención al usuario que funciona como un puente entre la 24

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compañía y los afiliados. Este cargo depende directamente de cada EPS, y es más una oficina de gestión que de control, ya que sus decisiones no tienen efectos legales.

Exclusiones Son los servicios o beneficios que no están amparados en el Plan Obligatorio de Salud. En 2013 el Ministerio de la Protección Social revisó la lista de exclusiones y dejó por fuera del POS las intervenciones en salud consideradas cosméticas, estéticas o suntuarias y la atención de las complicaciones que puedan resultar de este tipo de procedimientos, salvo las que sean una urgencia vital. También se excluyen los tratamientos considerados experimentales o sobre los que no exista evidencia científica de seguridad o efectividad, o que no estén avalados por las autoridades competentes.

Período mínimo de cotización La Ley 1438 de 2011 eliminó los periodos de carencia o las semanas mínimas de cotización que debían cumplir los trabajadores dependientes para poder acceder a los servicios de salud. Por ejemplo, ya no es necesario tener 100 semanas de cotización para tener derecho a una cirugía. Sin embargo, el trabajador tiene derecho a los servicios del POS después de 30 días de su afiliación. Durante ese mes la persona solo puede acceder a la atención de urgencias vitales en cualquier clínica u hospital. Estos períodos mínimos de cotización no se pueden aplicar a un recién nacido si la madre está afiliada a una EPS. Para los trabajadores independientes es diferente, pues desde que pagan su primera cuota tienen derecho a recibir la totalidad de los beneficios del POS.

Salud Curación Es la recuperación de la salud física o mental. En la primera se regeneran las células y los tejidos para que puedan cumplir con sus funciones normales, sin dolor y sin causar limitaciones físicas. En la parte mental se habla de curación cuando la persona recupera la capacidad de adaptarse a la sociedad para asumir los retos que le plantee la vida.

geográfica determinada y en un periodo de tiempo específico. El dato estadístico se usa para medir la frecuencia de una enfermedad en una población determinada. Se emplea especialmente para estudiar enfermedades crónicas, como la diabetes, hipertensión, cáncer, y que evolucionan de forma lenta, ya que permite analizar las características de la población y los factores que están haciendo que esta población enferme.

Recidiva Epidemia Término que se usa cuando una enfermedad afecta a mucha más gente de la esperada en una misma zona geográfica y durante un tiempo determinado. Si la enfermedad se expande a otros países o a zonas geográficas más amplias de las presupuestadas la epidemia cambia su denominación a pandemia. También se usan los términos brote epidémico y brote.

Incidencia Es un término que usan los epidemiólogos para cuantificar la frecuencia de una enfermedad. Se refiere al número de casos nuevos de una enfermedad, muerte o lesión en un tiempo determinado, como un año o una década. Ese dato es muy útil para medir la velocidad con que aparecen casos nuevos y significativos; por ejemplo, en Colombia la incidencia de VIH es 15 casos nuevos por cada 100 mil habitantes al año.

Prevalencia Indica el número de personas que tienen una enfermedad en una zona

Se llama a la reaparición o recurrencia de una enfermedad después de un tiempo en el que la persona se creía curada. Se emplea con frecuencia para referirse a un cáncer que había desaparecido después del debido tratamiento y que vuelve a presentarse. No debe confundirse con recaída, ya que esta última se refiere a la reaparición o agudización de los síntomas durante el curso de la enfermedad. Por ejemplo, una sinusitis que se agrava con una gripa o una depresión que retorna. También es usual hablar de recaídas en casos de adicciones, y de reinfecciones para enfermedades infecciosas.

Remisión Es el tiempo durante el cual desaparecen los síntomas de la enfermedad. No significa que la persona se haya curado, sino que la patología se encuentra inactiva o bajo control. Por eso, en muchos casos se reducen las dosis e incluso se suspende la ingesta de medicamentos. Cuando una enfermedad no sigue el patrón clínico esperado o habitual, y no existe una causa científica que pueda explicar la recuperación, se habla de remisión espontánea.

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Equipo de tenis Colsanitas Por: Eduardo Arias Villa* · Fotografías: Marcela Riomalo

* Periodista y escritor colombiano. Es miembro del comité editorial de Bienestar Sanitas.

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Una a largo

Gusto por lo que se hace, disciplina, trabajo duro y apoyo son los ingredientes que han llevado a los tenistas del Equipo Colsanitas a los destacados lugares que ocupan en la actualidad. Hacemos un balance 18 aĂąos despuĂŠs de comenzar esta aventura.

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En los últimos dos años han sido tantas las buenas noticias que le ha traído el deporte a Colombia, que los logros de sus tenistas de élite no han recibido la atención que merecen. Nunca antes en la historia el país había tenido un grupo tan grande de tenistas entre los 100 mejores del mundo, y ninguno había logrado superar la barrera del puesto 30 del ranking de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP). Detrás de estos resultados está el trabajo del Equipo Colsanitas. La organización le ha apostado al tenis en proyectos de mediano y largo plazo, y hoy los cuatro miembros masculinos de su equipo están entre los 100 mejores del mundo. Son ellos Santiago Giraldo, Alejandro Falla y el equipo de dobles que conforman Juan Sebastián Cabal y Robert Farah. Alejandro González, el otro colombiano que se encuentra en el top 100, ya no pertenece al equipo pero fue uno de sus integrantes hasta el año pasado. Mariana Duque, la principal tenista colombiana en la rama femenina, también forma parte del equipo. En el competidísimo mundo del tenis profesional de nuestros días se codean los cinco integrantes del equipo Colsanitas. Para ellos no ha sido fácil. Porque, además de llegar, es necesario mantenerse, y eso exige dedicación extrema, disciplina y unas ganas enormes de competir y ganar. Pero tiene sus retribuciones. Como señala Santiago Giraldo, “he tenido la suerte de conocer a Djokovic, Federer, Nadal, de compartir con ellos y enfrentarlos a todos. Con Nadal he jugado seis veces, con Federer dos, con Djokovic dos o tres, con Murray también y a Murray le gané. Son carismáticos, muy educados, Federer es todo un caballero. Los recibí en Colombia cuando vinieron a los partidos de exhibición entre Nadal y Djokovic y Federer y Tsonga”. Vivir por una raqueta Todos ellos comenzaron sus carreras muy temprano en la vida. “Desde muy pequeño empecé a jugar torneos departamentales y luego a nivel nacional. Cuando recibí el apoyo de Colsanitas comencé a viajar mucho más”, recuerda Robert Farah. Le empezó a ir bien en torneos juveniles en Colombia y el exterior, así que cuando llegó la hora de decidir analizó la situación y lo habló con sus papás. “El apoyo de Colsanitas facilitó mucho más las cosas”. Mariana Duque se aficionó al tenis desde muy niña. “Yo desde chiquita veía partidos en la televisión”. Le dijo a su papá que la metiera a clases y desde su infancia tuvo claro que quería ser profesional. “Mi primer partido como profesional lo jugué pocos días antes de cumplir 15”. Por su parte, Alejandro Falla vivió rodeado de tenis desde que nació. Su padre, Jorge Falla, fue entrenador y en 1988 representó a Colombia en la Copa Davis. “Nunca me forzaron, y eso fue algo que me encantó, porque cuando uno juega forzado es diferente. Iba con mi papá a los torneos para verlo jugar”. De niño ganaba torneos, llegaba a finales, y eso lo motivaba aún más para entrenar. “Tuve la suerte de que entré al Equipo Colsanitas a los 13 años, y ahí empezó el mundo del tenis y la carrera para mí”.

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Santiago Giraldo también creció en un ambiente rodeado de deportistas. “Mi papá y mi mamá jugaban tenis, y mi hermano jugó muy bien, fue como mi ídolo en ese momento”. Su padre lo impulsó a practicar muchos deportes. Nadaba, jugaba fútbol y básquet, corría, montaba a caballo y jugaba tenis. “Todo eso fue desde los 5 años, y a los 9 me decanté por el tenis. Era el deporte en que me iba mejor y además me apasionaba”. Otro que se amamantó de tenis desde que nació fue Juan Sebastián Cabal. Su padre tenía una academia de tenis. “Él fue mi formador, y desde ahí todo se fue desencadenando. Jugué, gané torneos, fue un proceso muy fluido”. Cuando llegaron a la adolescencia comenzaron los sacrificios. Alejandro Falla dejó a sus padres cuando tenía 16 años. Ellos se fueron a vivir a Estados Unidos y él se quedó para seguir su carrera. “Estar alejado de la familia ha sido de las cosas más duras de la carrera. Pero bueno, es mi estilo de vida, me acostumbré a eso. Lo poquito que estoy con ellos lo trato de disfrutar al máximo. Me casé hace un año, estoy esperando mi primer hijo y va a ser una motivación increíble para mí”, señala Falla. Mariana Duque, por su parte, lo dejó todo: “Sin duda es una vida diferente. Cuando mis amigas me invitaban a salir, yo les decía que no podía, que debía entrenar. Pero para mí no fue un sacrificio. Nunca me dio pereza entrenar. Me gustaba porque tenía muy claras mis metas”. Robert Farah dejó a su familia y sus amigos de Cali y tuvo que armar una nueva vida en Bogotá. “Afortunadamente conté con Alejandro, Santiago y Juan Sebastián, somos como hermanos, vivimos juntos”. La gente lo invita a planes, a salir, y debe decirles que no porque debe entrenar o viajar. “Tienes que ponerle prioridades a tu vida y sabes que si tomaste la decisión del tenis, en él basas tu día a día. Esos son los sacrificios más grandes que toca hacer”, dice. Rutinas exigentes Un día en sus vidas es bastante particular. Santiago Giraldo señala que hay días de entrenamiento, días de competencia y días de vacaciones. “Son tres ámbitos muy diferentes, en especial el de vacaciones si lo comparo con un día de entrenamiento o de torneo. Pero si tenemos que hacer un promedio, es una vida bastante equilibrada, diría yo. Soy muy cuidadoso, muy juicioso en cuanto a hábitos y rituales adecuados para el deporte que practico”. En un día de vacaciones, que es el más parecido al de una persona normal, a Giraldo le gusta mantener sus rutinas. Se levanta no muy tarde, toma un buen desayuno, hace algo de gimnasio por la mañana. “Siento que estoy activo, que mi cuerpo está funcionando, boto con el sudor todas esas cosas malucas, me alimento de cosas buenas, hago que mis pulmones funcionen, que mi corazón funcione, aprovecho para practicar mis hobbies”. Le gusta leer, escuchar música, salir a conversar con sus amigos, estar con su novia, cantar, bailar… “Si estoy en Colombia monto a caballo porque afuera no puedo, y trato de turistear, de ir a lugares que no conozco”. En un día de entrenamiento programa un calentamiento muy extenso, luego una práctica de tenis intensa en la mañana. Almuerza, descansa un

En el competidísimo mundo del tenis profesional de nuestros días se codean los cinco integrantes del Equipo Colsanitas.

poco, y en la tarde combina un entrenamiento físico y calentamiento con otra práctica de tenis. En un día de competencia realiza un muy buen calentamiento físico en la mañana, luego un calentamiento tenístico previo al partido y después se concentra en el juego. “Lo importante es organizar bien los horarios de comida y preparación física para entrar a la cancha de la mejor manera posible”. Cuando Mariana Duque está en Bogotá entrena todo el día. De 9 a 12 y de 3 a 5. Cuando está en un torneo entrena menos y de acuerdo con los horarios de los partidos. Son jornadas bastante extensas y exigentes, por eso señala: “Cada que puedo me tomo dos o tres semanas libres en las que no hago nada”. Alejandro Falla, por su parte, arranca un día normal de entrenamiento a las 9 de la mañana. Juega hasta las 11. Después hace dos horas de gimnasio. En la tarde hace otra sesión de gimnasio y otra de tenis. “Practico servicios, devoluciones, cosas más específicas que uno quiera trabajar con el entrenador”. Es una jornada de seis horas, generalmente de lunes a sábado, y descansa un día a la semana, que es el domingo (cuando no está en competencia). “Cuando estoy en un torneo y pierdo un partido, descanso el día posterior. Además de recobrar fuerzas recupero la parte anímica y mental, y al otro día arranco otra vez a entrenar”. Algo similar hace Juan Sebastián Cabal. “En pretemporada le doy duro al gimnasio para estar en la mejor forma, hago pesas, corro, realizo ejercicios cardiovasculares y de velocidad. Durante el torneo hago más mantenimiento. Es decir, estiramientos, ejercicios para no lesionarme, cuido el manguito rotador, la espalda baja, las caderas”. Robert Farah se levanta, desayuna y luego hace actividad física y calienta. “Si ese día tengo partido, el calentamiento es más corto y planeo el juego”. Si no tiene partido entrena otra vez por la tarde o hace un entrenamiento más fuerte. “Al final de la tarde y la noche busco la manera de distraer la mente, ya sea viendo tenis, o si no salgo a conocer la ciudad en la que esté, veo alguna película, leo”. Cabal complementa esa opinión: “Nuestro año se basa en lograr el equilibrio, entrenar bien para estar a tope en la parte física. Pero es necesario estar bien en la parte mental. Entonces también es importante distraerse un poco. Como viajamos mucho, es bueno conocer las ciudades o ir a restaurantes para no estar siempre en el ámbito del tenis”. Los alimentos de los campeones La dieta también es un tema importante para estos deportistas. Y en ese aspecto cada uno tiene su propia receta. Alejandro Falla tuvo que someterse a un par de operaciones en la rodilla, y a raíz de esas malas experiencias aprendió a cuidarse, sobre todo en las comidas. “Me di cuenta de que muchas de las lesiones musculares y desgarros dependen de la nutrición. A los 20 Bienestar Sanitas

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años tomaba gaseosa, comía dulce, y muy rápidamente aprendí a cuidarme en ese aspecto. Ha sido buenísimo, me ha ayudado mucho”. Falla evita gaseosas, harinas y dulces. No come pastas, pero sí arroz blanco: “Como vivo en Medellín la arepita me hace falta, y de vez en cuando me como una”. Robert Farah come bastante, pero evita las harinas y se inclina por las proteínas, aunque trata de darse gustos “porque es bastante duro estar todo el tiempo centrado en el deporte. Eso genera mucho estrés. De todas maneras toca limitarse para estar en línea”. Mariana, en cambio, confiesa que su metabolismo es un gran aliado, y no ha dejado las harinas ni el azúcar. “Trato de comer sano, pero como de todo. Durante los torneos como mucha pasta”. Con el tiempo, Cabal ha adecuado su dieta. “Trato de alejarme de los postres, del azúcar y de las gaseosas. Tomo mucha agua y consumo muchas proteínas. Como carbohidratos de acuerdo con la hora del día. Los consumo más que todo al almuerzo y antes de los partidos, pero casi nunca por la noche”. A Santiago Giraldo le encanta comer: “Tengo una genética privilegiada en ese aspecto. De todos modos me cuido muchísimo con la comida. Sigo una dieta donde no como carbohidratos procesados, consumo pocos lácteos, no tomo licor, no como azúcares ni tomo gaseosas. Todo lo que esté en un paquetico y que no sea natural trato de no consumirlo”.

Los niños y el deporte Los cinco están de acuerdo en recomendarles a los padres de familia que alienten a sus hijos a que hagan deporte, los apoyen si muestran inclinación por alguno en particular y que no los obliguen a hacerlo. “No tiene que ser un deporte profesional o competitivo. Puede ser recreativo. La práctica deportiva para la salud es espectacular. Además te da valores como sacrificio y disciplina”, dice Santiago Giraldo. “Los papás deben apoyar a los hijos en sus sueños” agrega Mariana Duque. Aunque no existe una receta para llegar a ser tenista profesional, los cinco sí tienen claro cuál camino debe tomarse para intentarlo. Mariana Duque recomienda, ante todo, que el niño lo disfrute, que entrene duro y que tenga claras sus metas. “Lo más importante es el entrenamiento, dar el cien por ciento, y saber llevar los partidos, saber llevar esa presión”, agrega Juan Sebastián Cabal. Santiago Giraldo considera que el jugador debe estar convencido de que le gusta el juego, lo entiende, que tiene ganas y posibilidades. A partir de ahí debe entrenar, mejorar, entender que se trata un medio competitivo que exige sacrificios y dejar de lado muchas cosas. “Un niño desde muy pequeño es capaz de ver eso. Como todo en la vida, si llegas al máximo de tu potencial vas a estar muy satisfecho de tu labor”. ¶

HABLAN LOS ENTRENADORES

Muchas cosas hacen o permiten que un jugador llegue al profesionalismo. Yo lo resumiría en tres palabras: el tenis es cabeza, piernas y corazón, en ese orden. La parte técnica y la fundamentación obviamente son muy importantes. Pero hay que tener buena cabeza, un componente mental muy fuerte.

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El equipo de Colsanitas cuenta con cinco entrenadores, pero dos han estado vinculados desde que nació el equipo. Luis Felipe Berón lleva 18 años: “El equipo ha sido un laboratorio del tenis. Por ensayo y error hemos aprendido, hemos evolucionado hasta llegar donde estamos en este momento”. Con respecto al juego de alta competencia, señala que el tenis no es solo de talento. También requiere de mucho trabajo, y debe tener apoyo. “Es la suma de muchas cosas que hacen o permiten que un jugador llegue al profesionalismo. Yo lo resumiría en tres palabras: el tenis es cabeza, piernas y corazón, en ese orden. La parte técnica y la fundamentación obviamente son muy importantes. Pero hay que tener buena cabeza, un componente mental muy fuerte. Hay que tener garra, saber competir. Nosotros hemos tenido jugadores muy buenos, con mucha técnica, pero que en el momento de la competencia, como se dice vulgarmente, se arru-

gan”. Además tienen que ser atletas. “El tenis moderno es de atletas. Los tenistas deben tener una musculatura muy fuerte, deben ser rápidos y muy ágiles, y no es fácil encontrar todos esos factores en un jugador”. Alejandro Pedraza también fue pionero y ha acumulado una gran experiencia. “Ponerse al día en un medio tan competitivo y en un deporte que evoluciona de manera tan rápida es algo difícil, pero se va aprendiendo”. Detectar un posible campeón no es tarea fácil. “Siempre se mira cómo caminan, cómo le pegan a la pelota, cómo actúan dentro de la cancha. Muchas cosas que se ven ayudan a detectar un posible deportista de alto rendimiento. En nuestro caso tuvimos suerte porque contamos con una generación de jugadores que tenían un gran talento, la técnica y la talla”, agrega. Considera que no es utópico aspirar a que un colombiano esté entre los primeros diez del mundo. “Mientras se trabaje, la posibilidad existe. Santiago ha estado 28 del mundo, y el equipo de dobles está a las puertas de meterse en el top 10”.

Y después del colegio, ¿qué? Si uno se encontrara en la orilla del mar mirando al barquito que enfrenta el mar abierto y las olas grandes que lo tapan y lo descubren, intentando con la vista seguir su imagen que se hace siempre más pequeña, no podría no tener un sentimiento mixto de temor y esperanza, de que el barquito alcance su meta, su destino. Algo parecido es lo que nos pasa, directivas y docentes, cuando nuestros alumnos terminan el proceso en el colegio y cada uno toma su camino, lleno de esperanzas y expectativas, de deseos; con la alegre ingenuidad de quien espera su cumplimiento sin calcular fatigas o sacrificios. Pero nosotros sí sabemos que tendrán que enfrentar las olas de las grandes decisiones, deberán tener la madurez necesaria para superar las dificultades, desenvolverse con inteligencia en un nuevo ambiente, saber elegir maestros y amigos. Así que cuando llaman o pasan por el colegio, rápidamente se riega la voz entre docentes acerca de sus logros: han ganado becas, algunos cursan doble carrera, se han destacado en el exterior, tienen resultados excelentes. Pero es todavía más grato que cuando llegan al colegio, quieran hablar con sus antiguos compañeros más pequeños y contarles de la universidad, de sus experiencias fuera del colegio. Se dirigen a ellos como hermanos mayores, contando que los demás se asombran de la amplitud de su formación académica, recomendándoles aprovechar todo lo que se les brinda; las matemáticas, los idiomas, la informática y sugiriéndoles estudiar mucho, porque vale la pena. Aun así, lo que más nos sorprende es que describen el ambiente que los rodea, cuentan de otros que se dejan engañar por falsas atractivas, de cómo ellos se encuentran con la capacidad

de escoger lo que vale, de saber colaborar con sus nuevos compañeros y de su consistencia humana que les permite vivir la fatiga del estudio y gozar del aprendizaje. Nos quedamos asombrados de que cuando han salido del colegio sean tan agradecidos y que la nostalgia por la experiencia vivida con nosotros no los pare, más bien los abra a todo lo que deben vivir, con gusto y compromiso. Sucede esto y el sentimiento es de cómo todo vale la pena: regresamos a nuestra labor, a nuestro construir día tras día este fenómeno de vida que es la educación, con un deseo todavía más grande de favorecer que en el colegio nuestros estudiantes puedan vivir una experiencia completa de academia y de humanidad. Buscamos que encuentren la misma pasión que nosotros tenemos para nuestras disciplinas, investigando siempre con el fin de encontrar caminos nuevos de enseñanza más favorables a los cambios de las generaciones que vienen; procurando que encuentren hombres grandes, en vivo aquí o lejos online, para que, fascinados por el testimonio de estos hombres, no se contenten nunca con poco y puedan ver que vale la pena comprometerse hasta el fondo; porque la premisa fundamental es que la excelencia es fruto de la educación en la razón y en la afectividad. Agradecemos a nuestros exalumnos, que con su vida nos sostienen en la paciencia educativa que marca cada paso, en la atención a cada uno. Regresamos a nuestras clases de arte y música, de matemáticas y física, de Dante y Shakespeare; y para los más pequeños de lectoescritura, de psicomotricidad y prematemáticas, con una paciencia y una tenacidad posibles porque se renueva en nosotros el gusto de educar y el ideal por el cual se hace siempre más evidente que vale la pena gastar la vida: el barquito está llegando a la meta. Bienestar Sanitas

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UNA APUESTA DE LARGO ALIENTO En 1993 Colsanitas se vinculó al tenis cuando apoyó el torneo profesional femenino que se realizó en Bogotá. Un año más tarde creó el Equipo Colsanitas Femenino y conformó un primer grupo de jugadoras de las categorías 14, 16 y 18 años. En 1998 se estableció el Equipo Colsanitas Masculino con tenistas de las categorías 12, 14 y 16 años, y en ese mismo año se integraron al Equipo Colsanitas Femenino jugadoras profesionales de otros países. El primer gran logro de la organización fue apoyar a Fabiola Zuluaga para que se ubicara entre las 16 mejores tenistas profesionales del mundo. Además, ella fue la primera representante de Colombia que jugó las semifinales de un torneo de Grand Slam en la categoría profesional, hazaña que realizó en el Abierto de Australia de 2004. Un año antes, el entonces juvenil Alejandro 36

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Falla alcanzó la casilla número 3 del mundo en el escalafón de la International Tennis Federation (ITF), que rige a los jugadores menores de 18 años. Colombia también pudo celebrar el primer título obtenido en la historia del tenis en un torneo de Grand Slam cuando Alejandro Falla y Carlos Salamanca se coronaron campeones del Torneo de Dobles del Roland Garros Juvenil de 2001. En ese mismo año Alejandro Falla alcanzó las semifinales del Roland Garros Juvenil; en 2005 Santiago Giraldo llegó a las semifinales del US Open Juvenil y en 2007 Mariana Duque fue subcampeona del Roland Garros Juvenil. El arduo trabajo ha permitido algo muy difícil de lograr: que a partir de un grupo inicial de apenas 36 jugadores, en la actualidad cuatro de ellos estén en el top 100 del mundo. Además,

Alejandro González, que también está entre los 100 mejores del planeta, también perteneció al equipo Colsanitas. Este éxito se le atribuye no sólo al apoyo económico sino también al esquema de trabajo, y eso lo reconoce la Federación Internacional de Tenis. Lo normal es que los jugadores de un país como Estados Unidos, Francia o Suiza vayan cada uno por su lado. En cambio, cuatro de los cinco colombianos escalafonados en el top 100 trabajan en equipo. Falla y Giraldo han convivido juntos 14 años. Estudiaron juntos, tuvieron los mismos profesores y, en las buenas o en las malas, se apoyan mutuamente. A partir de 2015 Colsanitas quiere buscar otra vez el semillero y apostarle a los nuevos prospectos, porque este proyecto busca mantenerse en el tiempo al menos 20 años más.

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Herpes ZÓSTER (Culebrilla) SE PUEDE PREVENIR

Con el paso de los años, puede que se sienta muy bien. Sin embargo, es posible que sus hábitos de salud no sean suficientes para protegerlo contra el Herpes Zóster (culebrilla).

¿Tiene una dieta balanceada?

¿Realiza algún deporte?

¿Duerme lo suficiente?

¿Asiste a controles médicos?

La sensación es tan terrible como la apariencia Estas son alguna fotografías de la erupción cutánea de Herpes Zóster, que puede demorar hasta 30 días en cicatrizar.

Puede que usted siga todos los consejos de su médico. No obstante, sin importar qué tan saludable se sienta, las posibilidades de contraer Herpes Zóster (culebrilla) aumentan con la edad.

INFORMACIÓN ¿Qué es Herpes Zóster? Es una erupción muy dolorosa que forma ampollas y que afecta generalmente un solo lado de la cara o el cuerpo. El dolor ocasionado por el Herpes Zóster puede durar meses o incluso años después que desaparece la erupción. Este dolor puede afectar su diario vivir. ¿Podría sucederme? Si ha tenido varicela, podría contraer la culebrilla. Esto se debe a que el virus permanece latente y puede reaparecer en cualquier momento como Herpes Zóster comunmente llamado culebrilla. Aproximadamente 1 de cada 3 personas contraerá Herpes Zóster durante su vida, después de los 50 años de edad este riesgo aumenta.1 ¿Existe alguna complicación? 1 de cada 5 personas que contrae la culebrilla sufrirá dolor nervioso a largo plazo (neuralgia posherpética). Es un dolor de difícil manejo e incapacitante, afecta su calidad de vida que incluye actividades diarias inclusive el sueño.

La erupción cutánea del Herpes Zóster puede durar hasta 30 días. La erupción cutánea del Herpes Zóster se forma donde los nervios de la médula espinal se unen con la piel. Esta área se denomina dermatoma. Generalmente, la erupción cutánea solo aparece a lo largo de un dermatoma ubicado en un costado del cuerpo, esta es roja, presenta ampollas y puede persistir hasta por 30 días. En muchos casos, causa un dolor que ha sido descrito como agudo, punzante y pulsátil. La erupción cutánea también puede ser extraordinariamente sensible al tacto. En algunos casos, las personas que padecen Herpes Zóster también pueden desarrollar una neuralgia de largo plazo, lo que significa que el dolor persistirá durante meses o años después de que sanó la erupción cutánea. Este dolor se denomina neuralgia posherpética o NPH. A medida que envejece, el riesgo de presentar NPH aumenta.

En el caso de una erupción cutánea de Herpes Zóster leve, aparecen unas ampollas en la piel. La foto muestra manifestación en la mano de un caso leve.

En el caso de una erupción cutánea de Herpes Zóster moderada, se forma un grupo de ampollas, con frecuencia a lo largo de un costado del torso, como se muestra en la imagen.

A continuación le ofrecemos algunos datos sobre el Herpes Zóster: • Aproximadamente 1 de cada 3 personas mayor de 50 años, sufrirá Herpes Zóster en algún momento de su vida.1 • 1 de cada 4 personas que contraen culebrilla, sufrirá algún tipo de complicación.

Es difícil predecir cuál será el nivel de gravedad con el que se manifestará el Herpes Zóster. Referencias: 1. Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Prevention of herpes zoster: recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP). MMWR Recomm Rep. 2008;57(RR-5):1–30.

0516- VACC-1120707-0000

En el caso de una erupción cutánea de Herpes Zóster extensa, pueden aparecer ampollas en un área grande, lo que genera la apariencia de una quemadura. Aquí, el ojo se vió afectado por la erupción cutánea, lo que a veces puede reducir la capacidad de visión.

El dolor que acompaña la erupción cutánea puede variar de leve a intenso.

Consulte pronto con su médico sobreBienestar cómoSanitas protegerse. 37

Un fin de año tranquilo con el uso seguro del gas natural El descanso del fin de año, es una época en la que muchas personas deciden tomarse un merecido descanso y por ello, algunos, deciden viajar, lo que implica dejar sus casas o apartamentos solos por un tiempo. Por esta razón, así como es importante el protector solar, el arreglo de las maletas, la revisión del vehículo y la organización del viaje, también lo es el cuidado y la prevención que se debe tener con el uso seguro del gas natural. En este sentido, Gas Natural Fenosa recomienda a los usuarios de este servicio que tomen medidas de seguridad a la hora de dejar sus inmuebles solos. El gas natural requiere atención en el momento en que se vaya a dejar sola la casa por un período de tiempo. Estas precauciones que se deben tomar serán vitales para proteger su hogar de una posible fuga de gas, la cual podría traer graves consecuencias para todos sus bienes y para las viviendas aledañas. Por ello, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones: • Asegúrese de que todas las perillas de la estufa y el horno estén bien cerradas

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• Cierre las válvulas amarillas de la estufa, el calentador y cualquier otro artefacto a gas que tenga en su vivienda • Cierre la válvula del medidor de gas natural Prevenir es sencillo, así su descanso no se daña por algo que se puede evitar fácilmente: haga mantenimiento periódico, por lo menos una vez al año a los gasodomésticos con técnicos autorizados y revise siempre la ventilación de su hogar, no olvide que la llama siempre esté de color azul (amarilla es señal de peligro). Es importante, también, que en esta época que se presentan temperaturas muy bajas en algunas regiones del país, no se tapen las rejillas de ventilación pues se pueden generar accidentes por monóxido de carbono. Igualmente, en esta época de vacaciones si no va a salir y va a estar en casa, especialmente si los niños van a permanecer en la vivienda, también tenemos que tener cuidados para poder evitar accidentes con el servicio de gas natural y por eso es bueno tener en cuenta los siguientes consejos:

Información comercial de importancia vital

• No deje los quemadores de los artefactos a gas encendidos y cierre las llaves de paso del gas cuando no las esté utilizando. • Si el horno no se utiliza con frecuencia, verifique periódicamente que sus válvulas estén bien cerradas. • No deje alimentos cocinando mientras duerme • Evite que se derramen líquidos sobre los quemadores, pues al apagarse la llama se escapa el gas. • No ponga sustancias ni objetos combustibles (papeles, telas, pinturas, alcohol, etc) cerca de los artefactos a gas o aparatos de medición. • Si detecta una fuga de gas, cierre todas las válvulas y abra las ventanas y puertas, no accione interruptores eléctricos hasta que se disipe el gas, llame a la empresa de gas desde el teléfono de un vecino y evacúe hasta que llegue la cuadrilla de emergencias de la empresa. • Antes de acostarse o cuando salga de la vivienda, verifique que las válvulas de los artefactos a gas estén bien cerradas. • Mantenga sus gasodomésticos limpios. • Asegúrese de que las ollas y fogones estén libres de fósforos usados, grasa, papeles, etc. • Mantenga siempre limpios los fistos/inyectores y cierre completamente las perillas cuando termine de cocinar. • Nunca use su horno o estufa para calentar su casa. • Los artefactos de gas deben recibir mantenimiento y limpieza al menos cada doce meses, esto con el fin de prevenir posibles fugas en las juntas y mangueras que los unen a su red interna y para garantizar que están realizando una adecuada combustión. • No permita la conversión de artefactos eléctricos para que funcionen con gas natural. • Utilice gasodomésticos de buena calidad, fabricados bajo normas técnicas por empresas reconocidas que ofrezcan el mejor servicio y garantía.

El gas natural como todo energético es seguro instalado y mantenido en condiciones seguras, por lo que dentro de nuestra Política de Responsabilidad Corporativa insistimos en el uso seguro del gas natural para mejorar la calidad de vida de las familias y comercios que disfrutan del servicio en condiciones de economía y seguridad.

MANTÉNGASE AL TANTO DE NUESTRAS NOVEDADES E INFORMACIÓN: FACEBOOK: GAS NATURAL FENOSA COLOMBIA – TWITTER: @GNF_CO – YOUTUBE: GAS NATURAL FENOSA COLOMBIA

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CARTA ABI ER TA Terapia de pareja Dolor

Seis preguntas alrededor del

Texto: José Nel Carreño Rodríguez* · Fotoilustración: Rey Naranjo

En 1994, la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP por sus siglas en inglés) estableció que el dolor es “una experiencia sensorial y emocional desagradable con daño tisular actual o potencial o descrito en términos de dicho daño”. Ahora bien, ¿qué significa este galimatías? Primero es importante recalcar que el dolor es una experiencia. Es decir, se aprende a sentir dolor y a anticiparlo. Cuando un niño es llevado por primera vez a vacunación está despierto, mira a su alrededor y generalmente se encuentra calmado. Por supuesto, cuando lo inyectan y siente el dolor empieza a llorar, pues su sistema nervioso le indica que ha habido una lesión de los tejidos. Pero además ya aprendió a sentir dolor. La próxima vez que vea al pediatra empezará a llorar sin que lo hayan inyectado: prevé lo que va a suceder. De ahí que el dolor sea una experiencia individual. Cada uno siente el dolor de manera diferente. Eso es lo que comúnmente denominamos, por error, el umbral del dolor. ¿existe el umbral del dolor? Fisiológicamente el umbral del dolor sí existe pero no en el sentido en el que lo usamos. Todo nervio sensitivo dispara al cerebro un mensaje eléctrico cuando el estímulo alcanza una amplitud suficiente para despolarizar la membrana nerviosa y generar una corriente eléctrica. Eso es lo que en medicina denominamos umbral. Cuando popularmente nos referimos al umbral del dolor estamos hablando de la capacidad que unos individuos tienen de soportar mejor el dolor que otros. Esto no obedece a que los nervios de una persona descarguen el impulso con menos intensidad que los de la otra: hace referencia, precisamente, al concep-

to de experiencia personal: si una persona ha estado sometida a experiencias muy traumáticas alrededor del dolor, si creció en un ambiente que favorece el dolor (por ejemplo, una madre con migrañas o una hermana con cólicos severos), o si se encuentra en una situación muy estresante, en un medio muy hostil, sentirá más dolor que en otra circunstancia. Una inyección intramuscular duele cada vez que nos la aplican, pero duele más si estamos en urgencias, donde el ambiente es muy estresante, que en casa, donde nos sentimos más tranquilos. ¿Qué quiere decir eso de “experiencia sensorial y emocional”? Lo primero hace referencia al fenómeno puramente fisiológico por el cual se transmite la información por los nervios hasta el cerebro. Lo segundo, la experiencia emocional, implica que el dolor siempre produce una respuesta psicológica de mayor o menor ansiedad dependiendo de las características mentales del individuo. Algunos pacientes se tornan irritables, otros se deprimen, otros se angustian y algunos pocos conservan la calma y mantienen una actitud positiva. Estos últimos son los que menos sufren con el dolor, pues si bien el dolor produce un estrés físico y emocional, el sufrimiento es una experiencia vital puramente intelectual que depende muchísimo de las herramientas intelectuales y filosóficas con que se afrontan las dificultades en la vida.

* Neurocirujano, intensivista. Jefe de Cuidado Intensivo de la Clínica de la Universidad de la Sabana y magistrado del Tribunal de Ética Médica de Bogotá. 40

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¿Por qué es tan desagradable? El dolor siempre produce unas reacciones físicas como taquicardia, hipertensión, sudoración, entre otras, que reflejan el daño que se le está haciendo al cuerpo y que se percibe como dolor. Aunque algunas personas logran controlar mentalmente el dolor, no significa que el dolor se haya vuelto para ellos agradable. De hecho, lo que estos individuos hacen es alejar la conciencia del dolor para fijar la atención en una experiencia cómoda y gratificante que les permita olvidar la experiencia desagradable que están sintiendo. ¿Por qué suele decirse que el dolor es un amigo? El dolor agudo, es decir, el que aparece de repente, es un indicativo de que está ocurriendo un daño en alguna parte del cuerpo. Si no sintiéramos dolor la situación que lo produce pasaría inadvertida, y de esta manera podría producir un daño irreparable. Por ejemplo: si no fuera por el dolor, una apendicitis no se notaría y se convertiría en una peritonitis y una septicemia. Los pocos pacientes que sufren de insensibilidad congénita al dolor (una rara enfermedad) suelen morir a edades muy tempranas como consecuencia de enfermedades o lesiones graves que pasan inadvertidas. Así, por incómodo que sea, el dolor es un gran amigo porque nos avisa de problemas en nuestro organismo. ¿Y cuándo se convierte en enemigo? Cuando el dolor deja de ser agudo y se convierte en crónico, es decir, cuando ya la enfermedad que lo produjo desapareció pero queda la sensación desagradable, el síntoma. Si el dolor ya no cumple ninguna función protectora se convierte en un enemigo detestable que deteriora la calidad de vida. Por esta razón gran cantidad de pacientes se ven obligados a ir a las clínicas de dolor para el manejo de sus síntomas. Puede que la causa inicial haya desaparecido o que no haya progresado, pero el tratamiento ahora se enfoca en el síntoma y no en la causa etiológica. Además de clasificar el dolor como agudo o crónico también es importante calificar su intensidad. Dado que no existe ningún instrumento que pueda medir el dolor igual que el termómetro mide la temperatura, las escalas que se usan son subjetivas. Se les llama escala visual análoga o escala verbal relativa. Básicamente lo que se hace es calificar el dolor en una escala que va de 0 a 10, donde 0 es nada de dolor y 10 el peor dolor que uno se imagine que un ser humano pueda llegar a sentir. Si un paciente tiene un dolor abdominal y se le pide que lo califique de 0 a 10, lo más probable es que responda 10. No obstante, cuando el médico lo invita a pensar en otros dolores, le expone situaciones en las que el ser humano siente dolores extremadamente fuertes —un accidente con amputación, por ejemplo—, el paciente puede imaginar que su dolor no es el peor que se pueda sentir sino que está más o menos a la mitad del camino, y ya no lo califica en 10 sino en 5. Con base en esta escala se considera que cualquier dolor de 3 o menos es leve; de 4 a 7 corresponde a moderado y mayor de 7 resulta severo. Los dolores agudos que se clasifiquen como moderados a severos deben motivar una visita urgente al médico, mientras

que los dolores leves se mantienen en observación y se manejan con analgésicos comunes. ¿Qué medicamentos se utilizan para controlar el dolor? Los medicamentos contra el dolor se denominan analgésicos y los hay de muchos tipos: antinflamatorios no esteroideos (Aines), analgésicos de acción central, esteroides, anestésicos locales, opioides, neuromoduladores. Cada uno de ellos tiene una indicación precisa y sirve para cosas diferentes. Como muchos son de venta libre se tiende a abusar irresponsablemente de ellos, y a veces se producen complicaciones. ¿Quién no se ha tomado un acetaminofén autoformulado para un dolor de cabeza? Si es un medicamento que se puede comprar incluso en el supermercado y es tan benigno que hasta se recomienda para controlar la fiebre de los niños. Pues ni tanto: la causa número uno de falla hepática fulminante es la intoxicación con acetaminofén, enfermedad que suele ser mortal. Medicamentos como este y los Aines no pueden ser utilizados por mucho tiempo, debido a los efectos en ciertos órganos que puede tener su uso crónico o en dosis no controladas. Con los opioides la historia es distinta. Los débiles como el tramadol, la codeína o la hidrocodona son muy útiles en el manejo del dolor agudo y, en algunos casos, del dolor crónico. Pero alrededor de los fuertes como la morfina, la hidromorfona, la oxicodona o el fentanyl existen muchos mitos. Se cree, erróneamente, que son exclusivamente para pacientes terminales y que tienen un enorme potencial adictivo. Primero, si bien es cierto que se utilizan constantemente en el dolor por cáncer y otras enfermedades que pueden llegar a ser terminales, esto no es porque sean medicamentos exclusivos para estos pacientes, sino porque son excelentes para el dolor severo.

Una inyección intramuscular duele cada vez que nos la aplican, pero duele más si estamos en urgencias, donde el ambiente es muy estresante, que en casa, donde nos sentimos más tranquilos.

Respecto al temor por la adicción, hay que reconocer que los opioides sí tienen un potencial adictivo. De todos modos, cuando son prescritos por un experto en el manejo del dolor, lo primero que se hace es evaluar el potencial adictivo del paciente, no del medicamento. Esto quiere decir que los opioides per se no son los adictivos. Si un médico detecta un potencial adictivo en el paciente, ya sea porque tiene antecedentes de adicciones, porque es un fumador pesado o tiene problemas de alcohol, no debe prescribir opioides, ni siquiera los débiles, para evitar problemas. Pero si en la historia clínica y los antecedentes no se advierte ningún riesgo, el potencial adictivo del opioide es muy bajo. ¶ Bienestar Sanitas

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Tiempo de jubilación Por: Juan Fernando Uribe Duque* · Fotografías: Juan Fernando Ospina Un médico apasionado por su profesión y por la vida llega a la edad del retiro, y en lugar de la depresión o el aburrimiento encuentra todo el tiempo que siempre quiso para hacer lo que más le gusta. Un reencuentro con los amigos, la música, el arte y la naturaleza.

He sido médico practicamente durante toda mi vida. Desde los ocho años ya tenía muy claro cuál era la profesión que quería: lo mío era la medicina, y por fortuna pude estudiarla y ejercerla por treinta años con una pasión y una dedicación que incluso me llevó a veces a reñir con muchos de mis colegas, para quienes la profesión les estorbaba y, decían, les quitaba horas que añoraban dedicar a otras actividades. “Si van a pensar más en su propio bienestar que en el de los pacientes, mejor conviértanse en ganaderos o estudien otra profesión, pero no medicina”, decía un profesor que tuve. Es que el ejercicio de la profesión implica, además de un profundo amor a la ciencia que nutre el arte maravilloso del diagnóstico y el tratamiento, una profunda vocación y una dedicación casi totales. Pero la medicina no lo era todo para mí, pues paralelo al trabajo médico siempre tuve otros gustos y otros proyectos que a través de la vida, y entre los vericuetos del quehacer médico, fui cultivando con la expectativa de contar alguna vez con más tiempo para concretarlos. Y supe que el momento había llegado cuando me enteré de que por ley debía jubilarme. Les digo francamente que nunca tuve temor ni a deprimirme, como a muchos

les sucede, ni menos a aburrirme sin hacer nada en la casa, como muchos otros refieren, ni menos pensaba buscar refugio en la casa de mi mamá, en el casino o en el salón de billares, donde mascullan el ocio los jubilados sin programa. Por el contrario, cuando supe la fecha de mi jubilación planeé con mi esposa un viaje por el norte de Estados Unidos. La fecha coincidió con el comienzo de las vacaciones de los dos. Al regreso, reuní a mi familia y les hice saber que era un jubilado más. De inmediato todos pegaron el grito en el cielo y se atropellaron a preguntarme qué iba a hacer tan joven y en la casa, que si iba a seguir con la consulta privada, que si iba a tomar a un curso de manejo de tiempo libre, que esto y lo otro, como si pensaran que por el solo hecho de estar retirado del trabajo iría a engrosar el ejército de los desadaptados que ven como un horror y como una maldición el verse solos en la casa rastreando su propio silencio y leyendo libros de autoayuda. Luego de jubilarme, y como queriendo disfrutar de una recién adquirida sensación de libertad, opté por hacer las cosas que más me gustan por fuera de un horario que podríamos llamar normal. Y así, empecé ir al cine a medio día, feliz porque muchas veces yo era el único

* Médico pediatra colombiano. Es el representante de la banda Beatside, que rinde homenaje a The Beatles.

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espectador en la sala. Lo más simpático era que despertaba la compasión de las acomodadoras, quienes se ofrecían a acompañarme para que no me diera susto una vez las luces se apagaran. También quise adentrarme en solares y jardines a degustar del silencio de los árboles y la cercanía con las flores, de ahí que ya tengo la costumbre de caminar por las áreas despobladas cercanas a mi barrio, y me siento largos ratos en la hierba o al lado de los arroyos a escuchar el zumbido de la naturaleza, amenazada casi siempre por la cercanía de los edificios. Me encanta además la fotografía, y me paso ratos largos buscando un buen ángulo para plasmar todas esas imágenes, que luego miro complacido en compañía de mi esposa. Una vez me vi solo en la casa, despedimos a la empleada que teníamos un día a la semana y asumí las labores del hogar. Al fin aprendí a tender una cama con técnica de hotel, a lavar muy bien los baños, y hasta a sacudir como la mejor dentrodera. También perfeccioné mi técnica de trapeo hasta alcanzar el brillo, y a cocinar feliz deliciosos platos para complacer a mi esposa y a mi hijo. Con él, participando de su afición al fútbol, volví al estadio, y cambié la divisa verde de mis ocasionales amores cuando se convertía en campeón, por la del naranja del empate eterno y el dos a uno perdiendo faltando cinco. Muchos de mis amigos se condolieron de mi nuevo estado, y hasta sermoneaban a mi esposa por permitir que estuviera sometido al ultraje de velar por la casa. Lo que ellos no veían era la felicidad que sentía yo al aprender todos estos oficios tan aparentemente simples, pero que nutren la intimidad del hogar y renuevan el amor de la pareja... No se imaginaban ellos la satisfacción que sentía —y siento— al mostrarle a mi esposa la casa reluciente cada vez que llega del trabajo, o la alegría que me da tenerle la comida lista cuando llega en la noche, y lo único que tiene que hacer es descansar mientras la atiendo. En mi juventud toqué guitarra y quise volver a hacerlo, por lo que abrí los viejos cancioneros. También reactivé una banda

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tributo a los Beatles que había formado hacía algún tiempo, y la remocé con la inclusión de varios jóvenes más de treinta años menores que yo. A comienzos de 2014 participamos con mucho éxito en un reality de imitadores en el canal Caracol: Yo me llamo. Avanzamos bastante en el programa, y eso nos ha dado cierta fama, por lo cual ahora estamos recorriendo el país llevando todo ese legado musical que aún enerva los corazones y recoge nuevos admiradores. Ahora tengo más tiempo para darle sentido a mi amor por la literatura y el arte, y me he metido casi de lleno en la pequeña odisea de escribir una novela y terminar otras dos que ya tenía empezadas (de no verles un final, ahí si requeriría tal vez de la ayuda de uno de mis colegas médicos). Avanzo en ello con disciplina, despacio pero constante, y cada vez que escribo se me abren nuevas posibilidades de expresión: es como si una segunda voz hablara por mí y me fuera diciendo que la experiencia es cada vez más edificante. Estoy también muy atento a la programación de exposiciones en Medellín y asisto a varias tertulias, donde he conocido amigos y amigas que escriben cuentos que me encantan, y filósofos y pensadores que me nutren cada semana con sus conferencias programadas en bibliotecas o sedes culturales. No me pierdo festival de teatro, y hasta le he aprendido a coger gusto a las charlas que dictan los jesuitas o sus invitados, aprendiendo a respetar sus recursos de fe cuando se les interpela y no saben cómo debatir los contenidos que con tanto rigor preparan. En estos días me decía un amigo que soy el príncipe del júbilo, por aquello de estar jubilado, y tal vez tiene razón. Lo único que no he podido retomar porque me encantaba, y lo quisiera hacer todos los días, es jugarme uno de aquellos inolvidables partidos de basquetbol. Ahora no puedo, porque varios de mis huesitos dijeron “ey, cuidado que me aplastas”. Los he remplazado, eso sí, por deliciosas caminadas en compañía de mi esposa al término de la tarde, y participando en clubes de caminantes. También soy miembro activo de un curioso grupo de observadores de aves, donde, tras el pretexto de encontrar los más raros ejemplares, hemos logrado renovar nuestra nómina de amigos con lindos encuentros y agradables paseos. Un antiguo compañero del colegio, sicoanalista él, me dice que volví a la adolescencia, pues no concibe que un hombre que ya sobrepasa los sesenta años, y que lleva más de cinco jubilado, siga por ahí bailando, cantando y armando parrandas. Pues sí: convoco a los amigos de siempre, ya muchos de ellos con los achaques propios de quienes nunca supieron soñar y se dedicaron nada más que a conseguir dinero y a brillar, a veces sin mucho éxito, en ciertos pedestales sociales o académicos… Ahí los veo en las reuniones, sumidos por momentos en un ingrato silencio. A veces creo que esa gitana que me leyó la suerte mientras caminaba por Nueva York a los dos días de haberme jubilado, y que me dijo que sería feliz, pudo haber sido una de mis pacientes, o tal vez alguna de las enfermeras que compartió conmigo alguna de esas noches de risas y camaradería entre el dolor de nuestros enfermos y el sueño perdido de una madrugada. ¶

Tener matas Texto: Katherine Ríos * · Fotografías: Raúl Zea Una planta es la mejor decoración. Se alegra, florece, huele, y también se opaca cuando algo la incomoda. Pero revive, y lleva vida al lugar donde está. La autora es jardinera aficionada, y da unos muy sencillos consejos para cuidar las matas o empezar un pequeño jardín en casa.

* Escritora colombiana aficionada a la jardinería. Autora del libro Los abrazos de Alicia (Editorial Robot).

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DECORAC I ÓN Jardinería

Tener matas es como tener mascotas: se trata de asumir todo lo que implica cuidar a un ser vivo. Cualquier otra decoración, por bonita que sea —un cuadro o un cristal, un adorno o un mueble—, se mantiene siempre igual. Por eso, la gracia de tener matas es que la naturaleza siempre sorprende: a las plantas les salen brotes inesperados, flores cambiantes, olores, formas y matices de verde imprevisibles. Cuando se ven sanas y llenas de vida uno siente que recibe un regalo de la naturaleza, y cuando decaen se termina sufriendo y tratando de salvarlas. Para convivir con ellas hay que conocer sus gustos, observarlas para saber si están más cómodas al sol o a la sombra, descubrir si les sienta más el riego abundante un día a la semana o prefieren un poquito de agua cada día. Y hay que aprender, poco a poco, qué las incomoda y qué las enferma, y protegerlas del frío y del calor, de plagas y hongos. Las plantas también necesitan que las acicalen. Hay que quitarles las hojas secas, abonarlas, revolver la tierra de las macetas para que no se apelmace, replantarlas en tierra nueva si parecen agobiadas por unas raíces que ya no caben en la matera. Hay gente que termina hablándoles, y achaca su belleza a las conversaciones que sostiene con ellas. Hablen o no, oigan o no las palabras amables de sus jardineros, las plantas son una buena compañía. Para muchos traen buena suerte y espantan males, por lo que es común que en casas y negocios haya una sábila colgada cerca de la puerta y plantas como “billete”, “centavito” o “saca sal” para cuidar las finanzas del hogar. Aunque se especula mucho sobre los efectos positivos de tener plantas en casa, es cierto que limpian el aire, reducen el ruido y la electricidad estática y aumentan la humedad del aire. No es verdad que tener plantas en las habitaciones sea malo para la salud: sí, ellas también respiran, pero durante la noche usan mucho menos oxígeno del que gastaría un bebé o un gato que compartiera el cuarto con usted. Además, después, en el día, devuelven el poco oxígeno que han consumido. Pero sobre todo, y lo más importante: las matas hacen felices a quienes las cuidan y las ven crecer y florecer.

Se aprende con la experiencia, con el ensayo y el error, moviéndolas de un sitio a otro para encontrar dónde crecen o florecen mejor. Las reglas generales son pocas: hay que hacerse amigo de cada planta y aprender a darle gusto. Pero hay algunas recomendaciones que vale la pena tener en cuenta.

Si usted es nuevo en el mundo de las plantas, si aún no tiene una en su sala o sus cuartos, acá va una sencilla guía para empezar Lo primero es escoger qué matas quiere: si tiene balcones o patios, o espacios cercanos a las ventanas, con buena iluminación, puede escoger matas grandes como chefleras, palmas o azaleas, que crecen más de metro y medio. Para estas plantas hay que tener materas grandes directamente en el piso. En mesas o repisas se pueden poner las medianas o pequeñas: bromelias, geranios, helechos, anturios, suculentas, cactus o poleos. Las más pequeñas, las de ramitas que cuelgan o pequeñas enredaderas pueden colgarse en canastas o dejar que su follaje caiga de las mesas. Las que tienen hojas pero no flores pueden estar en sitios sin mucha luz. En cambio, las que florecen, o las de hojas manchadas (variegadas), los novios o los geranios deben estar donde reciban más luz y ojalá les llegue el sol directo en algunos momentos del día.

¿Cómo combatir plagas y hongos? En sitios cerrados usualmente no hay insectos, pero pueden aparecer los hongos, sobre todo si hay poca ventilación, la temperatura es tibia y la tierra se dejó secar. En estos casos lo mejor es limpiar las hojas afectadas con agua y jabón o simplemente poner una cucharadita de jabón en polvo en un litro de agua y con un atomizador rociar las hojas afectadas. Para la palomilla (unos pequeñísimos insectos blancos, que se amontonan en el reverso de las hojas y salen a volar cuando estas se mueven), lo mejor es licuar un par de dientes de ajo con un ají bien picante en un litro de agua, colar la mezcla y rociar las matas afectadas, especialmente por debajo de las hojas, día de por medio. Pronto aprenderá a distinguir los huevos de la palomilla; si tiene paciencia, limpie esas hojas con un trapo o una esponja húmeda. En general, una buena ventilación disminuye el riego de plagas. ¶

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¿Cómo sembrar? Después de comprarlas déjelas una o dos semanas en la bolsa o matera original, mientras se acostumbran a su nuevo ambiente. Busque una maceta que al menos duplique el tamaño de la original. Primero, ponga una capa delgada de gravilla (máximo de un centímetro) y después llene la matera con una mezcla de tierra negra, humus y cascarilla de arroz, dejando un espacio para poner la mata con sus raíces, ojalá sin que se desmorone la tierra que trae adherida y sin que quede muy apretada en la maceta.

Hay que aprender, poco a poco, qué las incomoda y qué las enferma, y protegerlas del frío y del calor, de plagas y hongos. ¿Cuándo regar? La regla general es regarlas cada tres o cuatro días, sin que se entrapen. Lo ideal es regarlas cuando ya la tierra de encima se ve seca. Pero si se ve que las hojas están alicaídas debe ponerles agua con más frecuencia. ¿Cómo abonar? La tierra nueva no necesita abonos por varias semanas. Después, vale la pena abonar periódicamente. Una cucharada de triple quince o de úrea cada mes puesta a 10 o 15 centímetros del tallo es suficiente. Para evitar excesos, que queman las plantas, es preferible usar abonos orgánicos líquidos.

¿Qué sembrar? Una guía mínima 1 Bromelias

Se alimentan del agua que queda almacenada entre sus hojas. Por eso, al regarlas hay que verificar que quede agua empozada. El sustrato no debe ser de tierra negra sino de algo más ligero y de mejor drenaje, como cortezas de coco y madera mezcladas con cascarilla de arroz y algo de humus. Les conviene tener buena iluminación, pero se dañan si reciben el sol directo. 2 Anturios

Necesitan un sustrato hecho de cortezas de pino, cáscara de coco y materiales que conserven el agua pero que no se encharquen. Un poco de tierra normal sirve, pero con materiales que drenen bien. Bastante luz, pero no sol directo. 3 Aromáticas

En una maceta alargada puede combinar tres o cuatro plantas. El romero, la yerbabuena, el tomillo y la caléndula son fáciles de cuidar. La albahaca huele delicioso y ayuda mucho en la cocina, pero es anual y hay que reemplazarla. Para que dure más, se recomienda cortarle los tallos que empiezan a florecer y hacer pesto con sus hojas.

4 Helechos

Hay muchas variedades y, en general, funcionan muy bien en interiores de clima templado a frío, siempre que tengan mucha luz. Deben tener un sustrato que no se encharque pero que retenga el agua: tierra negra con cascarilla o trozos de cortezas. Hay que regarlos con frecuencia y es bueno rociar las hojas para mantenerlas verdes. Crecen bien en baños, patios y sitios con mucha humedad. 5 Orquídeas

Vaya con mesura, las orquídeas son caras y necesitan más cuidados que las demás plantas. Hay que abonarlas con más frecuencia y con productos especiales, tenerlas a la temperatura justa y dejar reposar el agua con que se riegan para que se le vaya el cloro. Además hay que ser muy paciente: muchas florecen solo una vez al año, aunque la flor puede durar mucho. Las orquídeas son para jardineros un poco más experimentados.

6 Cactus

Los cactus pequeños, muchos de los cuales tienen flores muy llamativas, son muy apropiados para espacios reducidos. Pueden sembrarse en arena y cubrir la superficie con piedrecillas. Es suficiente regarlos con atomizador una vez a la semana.

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CARTA ABI ER TA Actividad física

Mejor en bici Por: Andrés Felipe Vergara* · Ilustración: Elizabeth Builes El uso de la bicicleta va en aumento en todo el mundo. Al parecer, es la alternativa más inteligente a los problemas de movilidad en las ciudades.

Desde hace unos años en Bogotá han nacido iniciativas que buscan promover el uso de la bicicleta como medio de transporte, lo cual ha contribuido a que haya aumentado considerablemente el número de viajes que se hacen en ella. Según la Encuesta de Movilidad de 2005, en ese momento se hacían 281.424 viajes diarios en bicicleta, de los cuales 231.668 correspondía a hombres y 49.755 a mujeres. De acuerdo con la encuesta de 2011, la cifra de viajes aumentó a 441.134, y llama la atención que el número de viajes de mujeres incrementó a 102.818. La Encuesta de Movilidad que se realizará en 2015 dirá cuál es la situación actual. El aumento en el uso de la bicicleta no es algo exclusivo de Bogotá: en casi todas las ciudades del mundo se viene presentando la misma tendencia, así como el surgimiento de movimientos sociales que la promueven y defienden. Pero la capital colombiana ha sido

un caso particular, en tanto la ciudad ha sido pionera en muchas iniciativas alrededor de la bici. Aquí nació la ciclovía dominical, iniciativa ejemplar que ha sido replicada en decenas de ciudades en todos los continentes. En Bogotá nació el concepto de ciclorruta, y éstas se construyeron en un momento en el que nadie pronosticaba el caos de movilidad que inevitablemente tendríamos. La ciclovía nocturna y el día sin carro también son productos bogotanos que han sido adaptados en muchas ciudades. Actualmente la administración lidera varias iniciativas como Al Colegio en Bici, que busca que los niños crezcan conociendo y aplicando valores que se aprenden con el uso frecuente de la bicicleta, como la sostenibilidad y la corresponsabilidad. Pero, ¿por qué personas de diferentes ciudades del mundo están acudiendo a este medio de transporte? ¿Por qué han

* Politólogo y abogado. Fundador del Ciclopaseo de los Miércoles. Miembro del equipo para la promoción de medios alternativos de transporte de la Secretaría Distrital de Movilidad. 48

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surgido tantas iniciativas invitando a que las personas utilicen la bicicleta? ¿Por qué cada vez se hacen más estudios o investigaciones alrededor de este medio de transporte? No tengo una respuesta para cada una de esas preguntas. De lo que sí estoy seguro es de que quienes usamos la bicicleta tenemos una mejor calidad de vida, y no nos basta con ser simples usuarios: nuestra pasión es querer que las demás personas también tengan una buena calidad de vida. Cada vez más personas están descubriendo en la bicicleta un estilo de vida más tranquilo, sencillo, humilde y práctico. La gente que utiliza la bicicleta tiende a disfrutar más del viaje, conocer más su ciudad, aprovechar mejor el tiempo y tener una mejor salud física y mental. Revisemos brevemente tres de los múltiples problemas que se viven en las ciudades, y cómo la bicicleta se convierte en un aporte a su solución. La salud Debido al sedentarismo, cada vez hay más personas obesas que sufren problemas cardiovasculares o diabetes. También están las enfermedades respiratorias derivadas de la mala calidad del aire. La accidentalidad vial se ha convertido en un problema de salud pública, debido al número alto de personas que mueren al año en accidentes de tránsito. En Colombia mueren más personas en accidentes de tránsito que en el conflicto armado. Por eso a veces me da por pensar que quienes deberían estar en mesa de diálogo en La Habana son los representantes de los medios de transporte, a ver si pacificamos las vías y nos dejamos de matar en ellas. Por el lado de la salud mental, la tensión que genera el tráfico nos ha puesto en una situación de agresividad altísima, y ni hablar de la ansiedad y la depresión que están viviendo las personas todos los días en sus desplazamientos. Pues bien, la bicicleta se convierte en una manera sencilla de evitar el sedentarismo y las enfermedades que se derivan de él. La bicicleta es un medio de transporte que no genera emisiones, así que entre más viajes se hagan en ella más contribuimos a mejorar la calidad del aire. Por ser un vehículo lento pero eficiente, la bicicleta contribuye a pacificar el tráfico y a disminuir la ansiedad y la accidentalidad vial. Los invito a hacer un ejercicio simple: miren la cara de un ciclista en hora pico y compárenla con la de un conductor o usuario del transporte público. La movilidad Es el más evidente de los problemas que viven las ciudades. Nos comimos el cuento de que el carro era lo mejor del mundo, y por eso las ciudades se llenaron de vehículos particulares. Sin embargo, muchos carros no significa que haya muchos viajes en ellos, pero sí significa un gran trancón. Para ilustrar este punto, en Bogotá solo el 14% de los viajes se realizan en vehículo particular, pero estos ocupan el 92% del espacio vial. En realidad, el problema de movilidad es un problema de optimización de espacio público. Por eso, lo sostenible es promover medios como el transporte masivo o los viajes a pie o en bicicleta. De manera particular, la bicicleta se ha convertido en el medio de transporte más eficiente sin necesidad de ser rápido.

La autonomía e independencia que significa le evita al usuario pasar tiempo en trancones o filas. Pero además, cada bicicleta que se moviliza puede significar un vehículo menos o un espacio menos en el transporte público, lo que puede llegar a ser un regalo para la ciudad. Es normal que en una ciudad como Bogotá una persona gaste menos tiempo haciendo un viaje en bicicleta que en cualquier otro medio de transporte, sobre todo en hora pico. En ese sentido, hizo bien Bogotá cuando en 1998 comenzó con la construcción de ciclorrutas, la ampliación y construcción de andenes y con la implementación de un sistema de transporte masivo. Esto hay que mantenerlo y continuarlo. La segregación social Aunque silenciosa, la segregación social es uno de los problemas más complejos que tienen las ciudades. Particularmente en América Latina pueden verse brechas sociales dramáticas. Es deber tanto de la administración como de la ciudadanía generar escenarios en los que dichas diferencias disminuyan o se eviten. Una manera simbólica y práctica es a través de la bicicleta. Históricamente las ciudades han destinado recursos para construir y mantener la malla vial pero han dejado de lado hacer lo mismo para quienes se movilizan en bicicleta o a pie, como si se tratara de ciudadanos de segunda o tercera categoría. Por eso, al invertir en aceras o ciclorrutas se invierte en la seguridad de población muy seguramente de escasos recursos. Cuando se construye o se implementa espacio público de excelente calidad, se rompen las brechas. Bogotá sigue siendo una ciudad afortunada pese a que por algunos años se hizo poco desde lo público. A pesar de eso, contamos con la red de ciclorrutas extensa que ya llega a 392 km, y se tiene proyectado en el Plan de Desarrollo Bogotá Humana llegar a más de 500 km. Poco a poco estos planes se integran con Transmilenio, ya que el sistema cuenta con 14 cicloparqueaderos, y se tiene contemplado aumentar esa cifra en los próximos años. La geografía es óptima y el clima es, en contravía de lo que piensan muchas personas, un aliado, ya que el frío bogotano hace más agradable el uso de la bicicleta, y debido a la independencia que genera, la gran mayoría de las veces es posible hacerle el quite a la lluvia programando los horarios de viaje. Por todo esto y por mi experiencia personal, no dudo en decir que un ciudadano que anda bicicleta es más feliz. ¶

Por ser un vehículo lento pero eficiente, la bicicleta contribuye a pacificar el tráfico y a disminuir la ansiedad y la accidentalidad vial. Los invito a hacer un ejercicio simple: miren la cara de un ciclista en hora pico y compárenla con la de un conductor o usuario del transporte público.

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HISTORI AS ASOM BR OSAS D E L A M E DI C I N A Rafael Núñez

l a enfermedad desconocida de

Rafael Núñez Por: Orlando Mejía Rivera* · Ilustración: Raúl Zea

Las ideas políticas de Rafael Núñez quedaron plasmadas en la Constitución de 1886, que rigió los destinos del país durante más de un siglo. Ahora bien, ¿el llamado “Regenerador” era un hipocondríaco, como lo acusaron en su momento, o un enfermo crónico? El autor ensaya una hipótesis absolutamente nueva alrededor de la salud y la muerte del influyente político. *Médico y escritor colombiano. Es profesor de la Universidad de Caldas. 52

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Rafael Núñez (1825-1894) ha sido, al lado de Bolívar, el político colombiano más amado y más odiado. Pero la voz de sus adversarios ha resonado más duro con el paso del tiempo. Al ser el padre intelectual de la Constitución Nacional de 1886, fue acusado por el “Olimpo Radical” de traidor al espíritu liberal del libre cambio económico y la educación laica, además de “tirano liberticida” por entregar el poder al Partido Conservador en su tercera Presidencia, y establecer el Concordato con la Iglesia católica a cambio de legitimar su unión marital con Soledad Román. Su gran enemigo intelectual fue el escritor José María Vargas Vila, quien desde el exilio lo llamó “sátrapa bígamo” y construyó una leyenda sobre la supuesta corrupción de su vida pública y privada. De allí nació el mito de su lujuria desenfrenada, su ambición obsesiva por el poder, sus gustos gastronómicos estrambóticos y la riqueza fabulosa de su hacienda El Cabrero a expensas del erario público. Núñez también fue acusado de hipocondríaco, sátiro, hiperestésico, voluptuoso, feo, enclenque, hipócrita, y algún contemporáneo lo describió, con ironía, como una “sombra de alcatraz desplumado”. Además, fue ridiculizado como poeta, a pesar del respeto que le manifestaron Rubén Darío y José Asunción Silva. ¿Fue Núñez un hombre sano o enfermo? De manera oficial tuvo algunas dolencias ocasionales en su vida, pero no existe ningún documento histórico que argumente de forma detallada si padeció una enfermedad crónica. Incluso la acusación de hipocondríaco, tan repetida en su tiempo, ha llevado a que la mayoría de sus biógrafos desestimen las quejas del mismo Núñez, quien pidió licencias prolongadas durante sus últimos tres periodos presidenciales, sustentadas en “dolencias de salud”. Sin embargo, al escrutar con detalle las biografías existentes, los testimonios de sus contemporáneos conocidos, sus cartas privadas, sus retratos y fotografías, los comentarios de sus amigos, empleados y de su esposa Soledad Román, sus costumbres culinarias y sus intereses en la medicina homeopática, he recogido fragmentos dispersos que me han permitido armar un rompecabezas nosológico y cronológico para postular una hipótesis clínica inédita, que desarrollaré a continuación. II Rafael Núñez fue un niño enfermizo, delgado, con un estrabismo congénito, de brazos largos y desproporcionados, estatura mediana, con un tórax estrecho y en forma de paloma, de nariz aguileña y prominente, con orejas aladas y grandes. Sus compañeros de colegio se burlaban de su figura, por lo cual se refugió en la lectura y fue un precoz escribidor de versos. Su intelecto superior, que Tomás Cipriano de Mosquera denominó

“inteligencia oceánica”, le permitió ser bachiller a los 15 años y graduarse de abogado, con honores, antes de cumplir los 20. En 1848, mientras vivía en David (Panamá) y era juez, tuvo un cuadro grave de diarrea y sintió que le aparecieron “úlceras en la garganta”, pero los médicos no se las encontraron. Lo cuidó una enfermera llamada Dolores Gallegos, con quien terminó casado; aunque tuvieron dos hijos, el matrimonio fue un fracaso desde el principio. Luego de una década y media en Bogotá, en 1865 fue nombrado cónsul en la ciudad francesa de Havre, adonde viajó con su amante Gregoria de Haro. Allí se dedicó, al parecer, a una vida noctámbula y bohemia, que llevó a Gregoria a dejarlo. Por ese entonces se comienza a sentir fatigado, con episodios recurrentes de diarrea, estreñimiento y molestias estomacales, y en enero de 1866 sufre un ataque de “reumatismo” severo que lo obliga a viajar a Génova en busca de reposo. En este tiempo se aficiona a la medicina homeopática y frecuenta en Europa los centros de reposo de orientación naturista. El 8 de septiembre de 1866 Mosquera lo nombra cónsul en Bruselas, pero él rechaza el ofrecimiento debido, entre otros motivos, a que “hoi me encuentro sometido a un tratamiento hidroterápico en un establecimiento cercano del Havre”. El 3 de agosto de 1870, siendo cónsul en Liverpool, es nombrado Secretario de Guerra y Marina por el presidente Salgar, pero de nuevo se excusa argumentando que “me limito a haceros presente que la reposición de mi salud, alterada gravemente no ha muchos días, exije el más completo reposo posible durante algún tiempo según el consejo de los médicos”. Todo indica que su problema gastrointestinal se iba haciendo más frecuente y severo, hasta que a finales de 1871 se le agrega una “enfermedad seria del cerebro” y debe viajar a un centro terapéutico de la población de Vernait-les-Bains, donde vuelve a ser sometido a la hidroterapia. Núñez no da detalles de los síntomas “cerebrales” que tuvo, pero podemos hacer una aproximación clínica si sabemos que las indicaciones para la hidroterapia en esa época eran las siguientes patologías: melancolía, epilepsia, hipocondría, trastornos del sueño y parálisis. Esta última era entendida, en el contexto del siglo XIX, como una pérdida parcial de la sensibilidad o el movimiento de partes del cuerpo, sin trastornos severos de la conciencia, y hoy se equipararía a una isquemia cerebral transitoria o a un trombo-embolismo cerebral leve. Cuando retorna a Colombia en 1874 y es elegido senador por el Estado de Bolívar, es un hombre de 49 años debilitado y agobiado por una enfermedad crónica, que todavía le permitía algunos escasos lapsos de tranquilidad. El lujurioso ya no existía: poco antes de casarse con Soledad Román, en un matrimonio civil en julio de 1877, le escribe a su amigo Luis Carlos Rico: Bienestar Sanitas

HISTORI AS ASOM BR OSAS D E L A M E DI C I N A Rafael Núñez

“la hora de la calma ha sonado para mí”. En 1878, al pronunciar el discurso de posesión del presidente Trujillo, fue cuando expresó la famosa frase que le valió el apodo histórico de Regenerador: “El país se promete de vos, señor, una política diferente, porque hemos llegado a un punto en que estamos confrontando este preciso dilema: regeneración administrativa fundamental o catástrofe”. Mientras su poder político aumentaba y se fortalecía, dando batallas intelectuales memorables contra los liberales radicales, debió sentirse cada vez más enfermo, pues al ser nombrado presidente por primera vez, en 1880, no se posesionó de inmediato y viajó primero a Curazao, en compañía de Soledad, para ser examinado por “un especialista en enfermedades intestinales”. En esta época debió iniciarse o agravarse otro síntoma vergonzoso, que ha sido señalado de manera escueta por dos de sus biógrafos, Estrada Monsalve en 1946 y Santos Molano en 2010: la incontinencia de sus esfínteres. Ahora bien, ninguno de los dos aclara la fuente bibliográfica de este dato ni especifican nada más. Sin embargo, a partir de la pesquisa clínica que he venido realizando me parece coherente proponer que tuvo una incontinencia fecal, y no urinaria, pues este síntoma tiene una relación profunda con sus otras manifestaciones gastrointestinales, reumáticas y emocionales. Logró terminar su mandato en abril de 1882. Volvió a Cartagena, y sus amigos lo convencieron de presentarse a las nuevas elecciones presidenciales. El 23 de octubre de 1882 gana por segunda ocasión la Presidencia. Pero, de nuevo, está tan enfermo que deja encargado al vicepresidente Hurtado y regresa a Curazao, donde su médico de enfermedades digestivas. Al comienzo de la guerra civil de 1885 Núñez colapsa y un grave episodio de disentería lo obliga a ser atendido por médicos colombianos. Durante varias semanas se pensó que moriría. Incluso, los radicales hicieron correr el rumor de que había fallecido envenenado por los conservadores con la complicidad de doña Soledad. Por ello, sin recuperarse lo sacaron al balcón a saludar para desvirtuar el perverso infundio. El sueño de plasmar sus ideas políticas en la Constitución es la causa de que aceptara una tercera Presidencia, pero su deplorable estado de salud lo obliga a solicitar al Congreso, el 31 de marzo de 1886, separarse del cargo por “necesidades de salud”. El 7 de agosto de 1888 deja encargado a Carlos Holguín de la Presidencia y regresa a su refugio cartagenero de El Cabrero, para no volver a salir nunca más, pues cuando es nombrado presidente por cuarta vez, en 1892, desde un principio el encargado fue Miguel Antonio Caro. Que la enfermedad de Núñez fue empeorando se puede demostrar por los retratos y fotos que se le hicieron en esos años. También por los testimonios de quienes lo visitaron en los últimos meses. La fragilidad física de Núñez, la fatiga constante y su deterioro nutricional progresivo y acelerado contrastan con su lucidez intelectual, la cual conservó hasta los últimos días de su vida. Sus artículos de prensa, en El Porvenir, muestran su claridad política y sus lecturas voraces de diversos temas, así 54

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como su interés en las prácticas médicas alternativas: las investigaciones sobre histerismo del neurólogo Charcot, las teorías de Mesmer y el magnetismo animal, el hipnotismo. En parte, estas búsquedas eran las de un enfermo crónico y grave, que se resistía a morir sin saber el origen de sus dolencias, y que había descreído de los médicos, pues meses antes de su deceso le había dicho a Soledad: “yo le tengo miedo a los médicos y a los menjurjes, y como usted sabe, prefiero la homeopatía”. A comienzos de septiembre de 1894 se quejó ante Soledad de que estaba perdiendo la memoria de los nombres de las personas conocidas, y ella notó que el párpado izquierdo se le había caído. El 6 de septiembre su secretario, Julio H. Palacio, refiere que Núñez le dijo que le ayudara a ponerse el saco porque tenía el brazo derecho paralizado, y que sentía “el cerebro como una esponja seca a la que se aprieta y no le sale nada, casi que no puedo escribir mi telegrama”. El 14 de septiembre, luego de fumarse una “calilla de Ambalema”, se levantó del lecho y cayó hacía atrás. No volvió a pronunciar ninguna palabra, aunque su esposa refiere que entendía todo. Cuatro días después, el 18 de septiembre, a las 9 y 30 de la mañana, dejó de respirar y murió. III ¿Existe una enfermedad que explique todos o la mayoría de los síntomas que presentó el enfermo crónico Rafael Núñez? Sí la hay. Mi hipótesis es que tuvo la denominada Enfermedad Inflamatoria Intestinal, EII, que puede cursar con la diarrea crónica intermitente acuosa y sanguinolenta, con la incontinencia fecal, con la fatiga, con los episodios intercalados de estreñimiento, con la perdida de peso, la inapetencia, las molestias epigástricas y abdominales, y está asociada a los ataques de reumatismo, a las úlceras en la boca y la garganta, a los estados depresivos y a un incremento de la posibilidad de complicaciones tromboembólicas. Esta patología tiene un espectro genético, y recordemos que los padres de Núñez eran primos. Además, el cuadro de los últimos cuatro años de Núñez es un evidente síndrome de malabsorción intestinal progresivo, que puede estar causado por la Enfermedad Inflamatoria Intestinal avanzada, y explica su notorio estado caquéctico y su anemia. La angustia de Núñez y sus intentos de convertirse en su propio médico homeópata se debieron a que la medicina científica de su tiempo no conocía la patología que lo agobiaba, y solo hasta comienzos del siglo XX se identificaron la colitis ulcerativa y la enfermedad de Crohn, dolencias asociadas a la EII. Desde que supimos que Núñez murió pobre y renunció a la pensión vitalicia que le ofreció el Congreso quedó claro que las acusaciones de corrupto eran injustas y mentirosas. Ahora, que espero haber demostrado que fue un enfermo crónico y que sufrió mucho, pienso que los epítetos de obsesionado por el poder y ambicioso de los honores deben sepultarse en los discursos de odio del pasado; y reconocer hoy, conmovidos, que este hombre sí pensó siempre en los intereses colectivos de su país, por encima de él mismo, así se haya equivocado en ocasiones. ¶

Navidades paralelas Por: Óscar Domínguez G.* · Ilustración: Marcela Quiroz Bastante ha cambiado la manera de celebrar la Navidad desde hace medio siglo, cuando el autor era un niño. Lo que sigue idéntico es el espíritu festivo y el deseo de compartir en familia.

En Navidad perdíamos la virginidad teológica. Esto ocurría cuando el chinche más listo de la cuadra descubría —Cristóbal Colón de pantalón cortico— quién era el Niño Dios. Contaba por partes el hallazgo para que le durara la dicha de saberlo antes que los demás pobres ignorantes. Los juguetes que había traído el Niño pasaban momentáneamente al cuarto de san Alejo. El papá en paños menores en la madrugada había quedado en evidencia. Quedaba claro que era el suplantador del Niño Dios. El secreto mejor guardado había sido develado por un Sherlock Holmes en miniatura. El hombre de internet aligeró al Niño de la tarea de regalar. Lo dejó para hacer milagros en santuarios como el del 20 de Julio, en el sur bogotano. Claro que la especie humana sigue regalando como nunca pero sin atribuirle la paternidad al que reparte dones. La competencia de papá Noel es cada día más grande. A los bajitos poco les importa el quién sino lo que regalan. Pragmatismo ante todo.

Quienes oíamos hablar de la nueva identidad del Niño simplemente no lo creíamos: el Niño Dios era el Niño Dios, así como el conejo que saca el mago de un sombrero es un conejo. Los inmortales de diciembre El año valía la pena por la llegada de la tierra prometida de diciembre. Tenía —tiene— ese mes el encanto de una mujer fatal. La Navidad nos hace sentir inmortales. En estos días vivimos como en una deliciosa patria boba sentimental en la que está prohibido aburrirse. De la que nadie quisiera salir. Nos aferramos a diciembre como el náufrago a su tabla de salvación. Lo que a nadie se le ocurría era inaugurar diciembre desde agosto, como se estila en estos tiempos. Eso haría perder el encanto. Pocos, ni antes ni ahora, desean pertenecer al club de Ebenezer Schrooge, el gruñón personaje de “Un cuento de Navidad”, de Charles Dickens, quien desde junio empezaba a detestar la Navidad.

*Periodista colombiano. Escribe una columna semanal en los diarios El Tiempo y El Colombiano. Bienestar Sanitas

CARTA ABI ER TA Navidad

Era tan insólito anticipar diciembre como comer buñuelos en enero o febrero. Menos aún en matrimonio con la natilla. Todo buñuelo tiene su tiempo bajo el sol. La modernidad gastronómica nos ofrece buñuelos en cualquier parte, cualquier día. Buitrago era, es, Buitrago, pero en esas fechas. En otro mes, es disonante. Como el pavo que solo llegaba al estómago en Navidad. Si no era el pavo era el pisco, o la proletaria gallina, salvo si la madre tenía otro bebé porque el pato de la recuperación lo pagaban las aves de tacaño vuelo en cualquier época. Las viandas se intercambiaban entre familiares y amigos: “Que mi mamá le manda que estos buñuelos y que por favor devuelva la bandeja…”, recitábamos los mandaderos, que esperábamos alguna propina a cambio. Los reyes del colesterol En diciembre, en las fincas de muchas regiones de Colombia había marranicidios consentidos. Todavía escuchamos los desgarradores lamentos de los reyes del colesterol cuando les entraba la puñalada trapera. La gente, con tragos, aplaudía en esta versión criolla del circo romano. El marrano moderno muere casi que eutanásicamente, con una cierta sonrisa. No le duele una muela. Las más sofisticadas matadas de marrano incluían defensor y acusador. Hice varias defensas en casa de mis abuelos en Santa Bárbara, Antioquia. Siempre perdía el “juicio”. Pero era el primero en entrarle a los chicharrones. Lo “abogado” no quita lo amante del colesterol. La almohada era nuestra confidente —y lo sigue siendo—. Sabíamos que debajo de ella aparecerían los regalos. Ahora, si el regalo era de mayor cuantía —un triciclo, por ejemplo—, era obvio que el Niño, por más Dios que fuera, no lo podía acomodar debajo de la almohada. Siempre se las arreglaba. De algo tenía que servirle ser Dios. En el regalo se reflejaba el estrato de la familia. Lo de estrato es un decir, porque eso de estrato es invento de yupis que a los 33 años, la máxima edad del Niño Dios, ya se las saben todas. En el barrio —y no solo en diciembre— nos conocíamos por los nombres, apellidos y apodos. Es una de las grandes ventajas sobre la urbe de la era del whatsapp, que incluye entre sus costumbres ignorar a los vecinos. Ahora, pareciera que no saludar en el ascensor es parte de buena educación. Cuando había familia nueva en el barrio, el ritual disponía que las vecinas se sumaran o turnaran para dar una mano y garantizar la comida mientras los nuevos se instalaban. Los lazos de amistad que se creaban eran eternos. Los inquilinos de hoy se las tienen que arreglar solos. Los vecinos, de reojo, ajenos a toda solidaridad, adivinan por los corotos que van entrando a la casa la cuenta bancaria del advenedizo. Ricos sin plata No éramos pobres, y menos en diciembre. Éramos ricos sin plata que es todavía mejor. El general Eisenhower, que fue presi-

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dente de Estados Unidos, dejó dicho para la posteridad, hablando de su infancia: “Éramos pobres pero no lo sabíamos”. Claro que ni el Niño Dios escapaba a los comentarios perversos de la población menuda: ¿Por qué al vecino le trajo una bicicleta y a mí solo me trajo un patín? Porque solía suceder que no alcanzara para los dos. Como la envidia nunca prescribe, persiste ese sentimiento de comparación. Éramos optimistas de profesión: despachado el Niño Dios quedaba una segunda opción para recibir regalos: los Reyes Magos, el 6 de enero. Por supuesto que Melchor, Gaspar y Baltazar eran personajes de carne y hueso. Poca prensa tienen hoy los que —dice cierta oposición— no eran ni tres, ni reyes, ni magos. La ceremonia del musgo Había que facilitarles las cosas: para eso se inventaron las puertas, para poner los zapatos detrás de ellas. Allí podían dejar los presentes. Pero los reyes como que se habían gastado las reservas en oro, incienso y mirra, porque solo los que tenían televisor —en blanco y negro— en la cuadra podían aspirar también a regalo el 6 de enero. Los traídos de reyes eran otra humillación para el proletariado, que si no tenía televisor en casa al menos tenía el ladrillo para treparse en él a mirar la televisión en casa del pudiente del sector. Era permitido tener escasos recursos, pero no se perdonaba carecer de imaginación para ver los dos o tres programas desde el Everest del ladrillo. De pronto en diciembre llegaba un televisor a manera de regalo colectivo para toda la familia. Había matada de gallina para celebrar. En este siglo hay un televisor, o incluso más, por cada habitante de la casa. Cometíamos un pecado común: se hacían antiecológicos paseos de día entero a las alturas próximas a coger musgo para el pesebre, otro ícono decembrino, creación del “mínimo y dulce Francisco de Asís” en la Edad Media. La ceremonia de ir por musgo es un impensable en los tiempos que corren. La ley y los ecologistas desguazarían al infractor. Pesebre sin musgo era como un ajiaco de pollo sin pollo, como amar sin amor. Los pesebres actuales parecen hechos en el laboratorio, como algunas presas femeninas. Bueno, hay verdaderas obras de arte (en cuanto a pesebres, que quede claro). Diciembre era un villancico de 31 días. En este campo, el tiempo parece congelado. Seguimos oyendo en las novenas que se niegan a desaparecer las mismas “tutainas” y “zagalillos” de toda la vida. Solo cambia el estado del tiempo y la violencia que se empeña en acompañarnos siempre. Ojalá viviéramos en estado de villancico perpetuo. O de buñuelo corrido: nadie con un buñuelo en la mano es capaz de disparar un arma. Que no falte la pólvora. Nadie la prohibía. Los padres eran los primeros en introducir el desorden. Los quemados los ponía la población menuda. La policía callaba en tan pertinente asunto. Se quemaba pólvora a discreción. Cosas de los tiempos. Las restricciones están a la orden del día en esta época en que nos deseamos feliz Navidad y un 2015 con los astros alineados a favor. ¶

Mesa navideña Por: Julián Estrada Ochoa* · Fotografía: Alberto Pomares

Conocedor como pocos de la cocina colombiana, el autor revisa algunas tradiciones navideñas para luego hacer una razonada y amable recomendación durante estas fechas.

* Investigador y cocinero colombiano, columnista en diversos medios. Está al frente del restaurante Queareparaenamorarte, en las afueras de Medellín.

Influencias culturales y sabores del pasado La esperanzadora y bien llamada Navidad ha tomado los más variados significados, dado que pasó de ser un llamado al recogimiento familiar y una reflexión sobre la alegría de vivir para convertirse en días de ocio, fiesta sonora, rumba y jolgorio. De igual manera, aquella que en un principio era únicamente época de dulces, golosinas y colaciones se ha convertido en un ejercicio culinario de marca mayor, donde se mezclan las

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CA RTA A BI ER TA Mesa navideña

recetas y las costumbres de todas partes, y nadie sabe esto de dónde viene ni aquello para dónde va. Es así como pesebre, árbol navideño, Niño Dios, Papá Noel o Santa Claus, aguinaldos, alumbrado de faroles y neones, alborada de diciembre, juegos pirotécnicos y pólvora criolla, marranada del 24, cena de Año Nuevo el 31 y regalos de Reyes Magos el 6 de enero se ven por toda Colombia, acompañados de un largo listado de manjares, tanto criollos como extranjeros, los cuales se encuentran refundidos en el desconocimiento colectivo de nuestra identidad culinaria, resultado del alboroto navideño que se genera en las cocinas regionales y del cual solo salen beneficiados los sibaritas, golosos y glotones. Porque esta es la época en donde proliferan tamales, hojuelas, buñuelos, mogollas, panetones, empanadas, piononos, turrones, bizcochos, natillas, almíbares, cocadas, bollos, perniles, lomitos, cañones de cerdo, marranos enteros, pavos, pudines y chocolates… además de una cantidad infinita de rones y aguardientes. una costumbre de comida criolla venida a menos Hasta finales de los años cuarenta del siglo pasado, cuando la población colombiana era mucho más campesina que urbana, el tamal era la comida navideña por antonomasia, tanto en Bogotá como en todas las capitales de los departamentos. Sin lugar a dudas, era la verdadera cena de Navidad en la mayoría de los pueblos y en las más recónditas veredas de Colombia. En aquel país provinciano de esa década, tanto en las casas de los ricos como en aquellas de pobres, el 24 y el 31 de diciembre la preparación de los tamales era todo un acontecimiento. Llegada la media noche los vapores de la gran olla invadían no solo comedor y cocina, sino que también se esparcían por callejones y potreros. Imposible imaginar en aquel tiempo una cena de final de año en Santafé de Bogotá, o en cualquier municipio cundiboyacense, sin los aromáticos tamales, y algo similar pasaba en algunas regiones de la costa sabanera o del litoral Caribe, donde los tamales de costilla de puerco y gallina liberta se ponían a la mesa desde la media noche hasta las horas del desayuno, para que cada comensal decidiera si lo acompañaba con tragos de ron blanco o con tragos de café cerrero. Algo similar pasaba en Tolima Grande, ya que lechona y tamales de arroz con huevo duro nunca faltaban, y la costumbre se extendía a los dos Santanderes y por todo el Valle del Cauca hasta la aristocrática Popayán y el amable Pasto. Regiones y ciudades todas donde el tamal aún goza de especial y característica receta. Sin embargo, en la Colombia del siglo XXI, donde existen 32 capitales de departamento y más de una veintena de ciudades intermedias con más rasgos culturales de modernidad que de ruralidad, los tamales navideños en tan pantagruélicas fechas… ¡desaparecieron! Así las cosas, aquellas navidades que hasta los años sesenta del siglo pasado en lo culinario fueron fundamentalmente

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El tamal es una de las más creativas y deliciosas recetas de nuestra cocina popular, cuya variedad y versatilidad debería de estar más divulgada entre nosotros. Su calidad gastronómica ha sido elogiada por los más reconocidos críticos culinarios del mundo.

celebradas alrededor del marrano y los tamales, actualmente han derivado al consumo de recetas extranjeras donde pavos y perniles mandan la parada. Un manjar criollo para una navidad a la colombiana Es un hecho: el tamal es una de las recetas más importantes del legado culinario indígena para todas las cocinas regionales y populares del país. Se trata de un proceso de preparación universal donde las hojas de bijao o platanillo cumplen un papel de cámara de vapor, otorgándole a los ingredientes un calor que los amalgama de muy particular manera. Existen muchos tipos de masa: de maíz, de arroz, de plátano verde, de arracacha; y en cuanto a sus presas y verduras los hay con pato, pescado, camarones, guatinaja, conejo, pavo y muchos más. Precisemos: existen los tamales costeños, mejor llamados pasteles y preparados con presas de pavo y arroz; en los Santanderes se lucen con tamales que llevan garbanzos, aceitunas, gallina, cerdo y huevo duro; los boyacos van con arvejas, costilla y suave masa de maíz; los del Gran Tolima (Huila incluida) se hacen con masa de arroz y van con arveja amarilla y lechona; el tamal antioqueño se prepara con costilla, gallina y tocino, rodajas de papa, discreta arveja y un dulce toque de zanahoria para su color y su sabor. El tamal es una de las más creativas y deliciosas recetas de nuestra cocina popular, cuya variedad y versatilidad debería de estar más divulgada entre nosotros. Su calidad gastronómica ha sido elogiada por los más reconocidos críticos culinarios del mundo; sin embargo, nuestra enquistada manía de creer más en lo extranjero y subestimar lo propio nos ha llevado a reemplazar este manjar por viandas y recetas de otras latitudes, lográndose así la desaparición de esta tradición navideña. Durante la Navidad el espíritu familiar se crece, los niños se ilusionan, los viejos se enternecen, las casas se decoran, las ciudades se iluminan, los pesebres surgen, los villancicos arrullan, los aguinaldos se cruzan. Pero de manera muy especial la cocina se alborota, y el disfrute de bocados dulces y salados se convierte en un auténtico entretenimiento cotidiano. En otras palabras, Navidad es época de sana glotonería y del disfrute sibarita sin remordimientos. ¶

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CA RTA A BI ER TA Tiempo libre

El ocio, ese espejismo Por: Julio César Londoño* · Fotografía: Taffi ¿Es el ocio el enemigo eterno del trabajo, como suele considerarse? Reflexiones para no sentir culpa la próxima vez que, en un ataque de honestidad, no quiera volver a su oficina.

Definir el ocio no es fácil. Conversar, picar piedra, cocinar, tomar vino y asesinar cristianos pueden ser profesiones y aficiones a la vez. Casos se han visto. Sin ignorar el peso de la profesión, quizá nada defina mejor a una persona que sus pasatiempos, porque con frecuencia las profesiones son accidentales. La gente termina haciendo "lo que resulte", o sacrificando su vocación para hacer oficios más lucrativos. Incluso los que tienen la suerte de unir profesión y vocación, y trabajan en lo que les gusta, pueden terminar hartos de su trabajo —así como la pasión del romance puede terminar en el hastío del matrimonio— y tienen que buscar los alimentos del espíritu en un pasatiempo... o en el jardín vecino.

Quizá fue por esto que Epicuro dijo que los pasatiempos definen mejor a las personas que su profesión. El pasatiempo se hace por gusto. La profesión, con frecuencia, se desempeña por necesidad. O por fatalidad. Un parpadeo, un desliz, y terminamos atrapados en un empleo de por vida. Yo creo que José Luis Perales piensa igual. Por eso pregunta, con el corazón en la mano, "Y... ¿cómo es él? ¿A qué dedica el tiempo libre?". El cornudo sabe perfectamente que esa respuesta retratará de cuerpo entero al galante ladrón. Cuando veo tantos rostros jóvenes en las cajas de los bancos, siento picazón en todo el cuerpo y me pregunto cuántos soñaron ser cantantes o futbolistas, o estudiaron otra cosa, biología marina, literatura o aviación, o acariciaron un día la

* Escritor colombiano. Premio de Periodismo Simón Bolívar 2014 por su columna "Las agonías del estilo", publicada en El Espectador. 60

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idea de ser asaltantes de bancos, y finalmente eligieron, en un arranque de sensatez, carreras como ingeniería industrial, economía o administración. ¿Cuántas horas-hombre-felicidad ha perdido el mundo por estas decisiones que toman los jóvenes acosados por las presiones sociales? ¿Cuántos billones de horas-hombre-felicidad se van cada año por los agujeros negros de la banca y otras profesiones de alta demanda? No quiero ni pensarlo. Sea cual sea la cifra, la conclusión es una: el infierno está aquí y consiste en desempeñar por el resto de tus días un oficio que detestas. Claro que hay consuelos cínicos, como este de Mae West que leí en un libro sobre gente del cine: "Te humillan, te obligan a rodar en jornadas extenuantes, te revuelcas con desconocidos, los periodistas se te meten en la alcoba, los productores te manosean, los directores te gritan y ¿qué obtienes a cambio? ¡Miles de dólares!". Si me apuran, diré que un empleo perfecto debe reunir por lo menos tres condiciones: a) lo primero es que te guste, que sientas placer manipulando tu "materia prima": palabras, arcillas, cosméticos, vegetales, personas, tasas de interés... b) que te lo paguen muy bien, como a la cínica de arriba; c) que tenga un corolario trascendente, una función social, como sucede con los trabajos del médico, el profesor, el sacerdote o el ecólogo. Si tu trabajo reúne dos de estas variables, estás salvado. Si reúne las tres, eres un mimado de los dioses. Más humilde, Confucio se conformaba con una sola: "Consigue un trabajo que te guste, y no trabajarás un solo día de tu vida". Los romanos, sabios en las alcobas y fieros en las batallas, definieron el trabajo como la negación del ocio. Nec octium. Negocio. Es una buena fórmula para decidir cuándo una actividad es pasatiempo o trabajo. Pero veamos algunos casos ambivalentes. Una mujer lee una novela. ¿Trabaja o está dejando pasar el tiempo? Depende. Si es lectora de una editorial, está trabajando. Si es médica y está de turno, pasa el tiempo. Otro ejemplo. Una muchacha hace el amor con un tipo. ¿Trabaja o se divierte? Otra vez, depende. Si es una prostituta, está trabajando. "Sudándola". Si no, está mirando a Dios a los ojos ("por qué será que uno toca el cielo cuando está pecando", blasfema otra balada). Pero la amante no está libre de aburrirse (hasta el cielo cansa) y también es probable que la prostituta se divierta, como le pasó a una profesional española.

Al principio era embarazoso pero luego aprendí a disfrutarlo. La primera vez que me corrí haciéndole una felación a un cliente, sentí mucha vergüenza. ¡Ahora con qué cara le cobro a este señor, pensé! Pero él fue muy lindo. Eres una verdadera perra –me dijo y me sentí súper. Fue como si me hubieran dado un título. Tomado de Una mala mujer, la autobiografía de Monserrat Neira, una golfa ilustrada, que viene con esta perla en la fajilla: "Nadie puede humillarte sin tu permiso" (Eleanor Roosevelt).

Una conclusión que se me ocurre es que el ocio no consiste en la práctica de actividades necesariamente lúdicas, sino en la posibilidad de hacer cosas por fuera de los horarios y los compromisos laborales: conversar, oír música, jugar billar, preocuparse, aburrirse, rascarse el ombligo, cualquier ocupación puede ser sujeto de ocio siempre y cuando no haga parte de tu trabajo y no recibas plata por él. Si te diviertes conversando y tomando cocteles y te pagan por ello, no eres un tipo ocioso; quizá suertudo, pero no ocioso. La conversación, paradigma del ocio, es hija de un vaivén entre el rigor y la especulación, entre el humor y la erudición, entre la cortesía y la rivalidad, y es pródiga en hallazgos, en asociaciones insospechadas, en “chispazos”, en revelaciones... y hasta en negocios. Ambivalente, como todo, el ocio es una actitud contemplativa que oscila entre el vicio y la virtud, entre el juego y lo trascendente; es un vértigo magnético que igual puede llevarnos al infierno o al paraíso. Paul Valéry desconfiaba de palabras tales como creación, genio, inspiración. Para él, todo se reducía a una cosa simple, trabajo. Pensaba que un profesional (poeta, médico o zapatero) debería ser dueño de su oficio y de sus instrumentos en todo momento; de manera que si se le encargaba la composición de un soneto, digamos, un poeta no tenía por qué supeditar el éxito de la tarea al caprichoso concurso de las musas, ni decir: "Si los astros me son favorables, en ocho días le tengo el soneto", así como no nos haría gracia que el cirujano nos dijera en la víspera del procedimiento quirúrgico, "Confío en que mañana mis manos tengan uno de esos raros días de inspiración". Todo el mundo maldice el trabajo, hasta Jehová: "Maldita sea la tierra por tu causa, Adán. Espinas y abrojos te producirá, y sólo con grandes fatigas sacarás de ella el alimento. Ganarás el pan con el sudor de tu frente hasta que vuelvas a confundirte con la tierra de que fuiste formado, puesto que polvo eres y al polvo tornarás". Sin embargo, la gente ama el trabajo. Adonde miremos, no hay sino muestras de laboriosidad humana: ciencias, artes, guerras, oficios, monumentos, encajes, taraceados, engranajes, inventos, artesanías, puñales, poemas, vasijas, perfumes, agujas, dedales, intrigas, primores, romances, anales... La gente trabaja entre semana, y los fines de semana arregla una chapa o un electrodoméstico, cuida el jardín, lava el carro, cocina, ordena papeles, hace ejercicio, practica un pasatiempo, cumple compromisos sociales y revisa las tareas del agregado o de los hijos; es decir, sigue trabajando. Es probable que la división de las actividades humanas entre ocio y trabajo solo sea un espejismo, otra falsa dicotomía. Quizá la diferencia solo esté en el ritmo y en la actitud que ponemos en los quehaceres, y el ocio no sea otra cosa que un trabajo lento, una parsimonia amorosa. Quizá el sueño de la gente no es dejar de trabajar sino hacerlo a otro ritmo, a mano, sin prisas y mucho mejor: leer más despacio, cocinar para menos personas, cultivar un jardín más pequeño... Quizá nuestro sistema nervioso no está diseñado para la inacción. ¶ Bienestar Sanitas

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comer Por: Iván Hurtado* · Fotografías: Jorge Andrade Blanco

* Periodista colombiano. Colabora en publicaciones como Don Juan, Bocas y Bacánika, entre otras.

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Cada vez hay más personas en el mundo que se preocupan por lo que ponen en sus platos. Cocina de mercado, buenas prácticas de cultivo, poca distancia entre la granja y la mesa y comida lenta constituyen, entre otros, una suerte de ética de la alimentación.

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principios de septiembre reabrió sus puertas en París, después de una remodelación, el restaurante Alain Ducasse au Plaza Athenée. La reinauguración llamó la atención por una particularidad: su propietario —una de las estrellas de la cocina francesa, dueño entre otros restaurantes del Julio Verne, ubicado en la Torre Eiffel— decidió excluir una gran cantidad de carnes del menú. “La cocina estará basada en un trío de productos excepcionales: pescado, cereal y vegetales”, se lee en la página web del sitio. Ducasse resumió así la razón para AFP: “El planeta tiene cada vez menos recursos, entonces tenemos que consumir más éticamente, más justamente”. Las palabras del chef francés reproducen uno de varios términos que por estos días andan en boca de periodistas, cocineros, gurús de la alimentación, escritores, agricultores, gourmands, productores, campesinos, distribuidores y todo el que, en suma, se preocupa por saber cómo llega la comida a su plato. Responsabilidad, sostenibilidad, ética, buenas prácticas: los términos son varios pero apuntan a lo mismo. El tema está tomando cada vez más fuerza, y no se limita al ámbito doméstico o privado: actrices como Margarita Ortega abren tiendas de comida sana, cantantes como Alanis Morrisette hacen pública su dieta vegana y escritores como Jonathan Safran Foer escriben libros sobre la industria de la carne. Las distintas opciones demuestran la complejidad del tema. Tomar una decisión informada no es fácil, pero si de algo se trata la ética es de eso: ¿qué hay en mi plato? ¿Cómo llegó hasta ahí la comida? ¿Quiénes intervinieron en la cadena de producción? ¿Cómo lo hicieron? Y las variables también pueden ser muchas. ¿Es mejor una verdura orgánica traída de lejos que una local no orgánica? ¿Es responsable usar plástico en los empaques de productos orgánicos? ¿A quién beneficia lo que me estoy comiendo? ¿A quién afecta? En últimas, más que preguntarse por lo que hay en el plato, la ética alimentaria se trata de escoger lo que uno quiere que haya en él: de decidir el impacto que se quiere causar con lo que se come. Impacto tanto hacia uno mismo como hacia el entorno. La cocina de mercado, la comida orgánica, los animales felices, el vegetarianismo, la slow food, la pesca sostenible y el trato justo a todos los implicados en la cadena de producción, distribución y venta de alimentos son algunas de las opciones que

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buscan causar un menor daño y mejorar la calidad y las condiciones de la alimentación. En Colombia no faltan las iniciativas que implementan estas prácticas. Hay tiendas que ofrecen productos locales y orgánicos, hay chefs que investigan y proponen a partir de sus descubrimientos en sostenibilidad, hay mercados campesinos que llegan a la puerta de la casa. En fin: hay alternativas a la compra de afán en un almacén de cadena o en la tienda de la esquina. Para tratar de entender mejor el asunto me propongo hablar con algunas personas involucradas, cada una a su manera, en esta tendencia. Del mercado a la cocina Cuando inauguró el restaurante Donostia, hace doce años, el chef Tomás Rueda tomó como referente la tradición del País Vasco de ofrecer cocina de mercado. Me encuentro con él en la barra del restaurante, que queda cerca al Museo Nacional, mientras termina un medregal con quinua después del servicio del almuerzo. Tomás es bajo, flaco; bajo sus mangas recogidas asoman fragmentos de los tatuajes que lleva en cada brazo. Todavía no ha pedido el cortado de después del almuerzo, pero desde que empieza nuestra conversación habla con la electricidad de quien se ha tomado ya varias tazas de café. Empieza por decirme que la palabra ética le parece incómoda; él prefiere términos como responsabilidad o reflexión. “Estar en reflexión, no tragar del totazo sino tratar de masticar, pensar”, explica. Su propuesta ha girado en torno a la cocina de mercado, que es una apuesta por lo local. Cuando ha terminado su plato, me dice: “Creo que la cocina de un país solamente se puede hacer en su lugar. O sea, incluye mercado: eso es cocina de mercado. Es más, la cocina peruana de acá para mí no es cocina peruana. Es un gran intento de la cocina peruana y hay muy buenas cosas, claro, pero no es cocina peruana, no está vinculado su suelo, no está vinculada su actividad económica, no está involucrada su historia geográfica, su historia social, su historia cultural”. Reflexión de territorio, dice en un momento en que le pregunto qué es la cocina de mercado, juntando dos palabras que parecen clave en su cocina. El territorio, para él, es Colombia. Esto plantea un problema: si se tiene en cuenta la contaminación que produce un avión, optar por traer comida del Pacífico no parece una buena opción. Pero Tomás admite que,

aunque su pesca es de Bahía Solano y Bahía Cupica, nunca compra, por ejemplo, salmón de Chile, que causaría un mayor daño ambiental. Los pescados que ofrece Donostia provienen de la pesca artesanal de nylon. “La pesca industrial arrasa, sin importar qué —explica—. La pesca artesanal lo que genera es que la actividad se vuelva sostenible y los recursos del mar no se nos acaben”. En Donostia, el contacto con las comunidades es indispensable para la consecución de los insumos. Tomás pone los codos sobre la barra y junta las puntas de los dedos para formar un triángulo con ambos brazos y la mesa. “Si hablamos de una ética, el cocinero ahora está acá en la pirámide —dice, señalando la punta—. El cocinero es la diva, es el rockstar; lo que hay que hacer es esto —baja los dedos hasta que quedan paralelos a la mesa— y ponernos en la mitad, como un eslabón en el puente que une el mundo rural con el mundo urbano”. Después pasa a explicar que mucha gente no entiende por qué a veces no es posible ofrecer ciertos productos: porque hay sequías, porque hay lluvias, porque en el pueblo de origen están de fiesta. Lo que Tomás está diciendo es que hay una gran distancia entre la ciudad y el campo. Recuperar el contacto con el campo, y valorar y respetar a los campesinos, los animales

y la tierra, es uno de los puntos fundamentales de la ética de la comida. Orgánico y local: saludable y benéfico Para conocer una alternativa de consumo ético en contacto con las comunidades locales voy a Ázimos, en La Macarena, una panadería orgánica que también vende productos naturales para llevar. Apenas uno entra, sobre la pared de la derecha se ve un tablero de tiza donde aparecen los precios de las verduras en un orden casi alfabético: acelga, apio, brócoli, calabacín, puerro, cilantro, espinaca… La lista termina con una efusiva expresión que puede hacer las veces de declaración de principios: ¡¡¡Mercado orgánico!!! Me siento en una mesa junto a una ventana con Enzo Ippoliti, administrador, y Marcela Velásquez, gerente.

Recuperar el contacto con el campo, y valorar y respetar a los campesinos, los animales y la tierra, son algunos puntos fundamentales de la ética de la comida.

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Ázimos abrió sus puertas en 2004 con la idea de reivindicar los panes integrales. Hoy, además del mercado y la tienda, tiene unas pocas mesas donde los clientes pueden acompañar los productos de pastelería y panadería con una variedad de bebidas saludables. Su filosofía es la comida como alimento. “Queremos que la gente no coma para llenarse sino para alimentarse realmente de la mejor forma”, dice Marcela. Sus proveedores son productores de Bogotá y sus alrededores. “Esto es parte de los principios, porque intentamos ser sostenibles como negocio. Y el impacto que tienen los productos que vienen de lejos, por el transporte, por muchas otras cosas, hacen que sean menos sostenibles, sean más impactantes sobre el planeta”, señala por su parte Enzo. Cuando le pregunto sobre la ética, Marcela contesta: “para mí la ética de la comida es que lo te que comes te lo comes porque te alimenta y no te puede hacer daño ni le estás haciendo daño a nadie”. Luego me da un ejemplo de una práctica que le parece poco ética en panadería: el pan de queso. Cuando uno piensa en pan de queso hace una suma sencilla de las partes y espera encontrarse un pan relleno de queso. Pero en muchos sitios, explica, se solía utilizar una esencia de queso química en lugar del ingrediente natural, y los consumidores pensaban que estaban comiendo queso real. Además de que sus proveedores no utilizan químicos, Enzo me explica que buscan productores con un fuerte arraigo, que trabajen la tierra de forma tradicional: eso, para ellos, le da un

valor social, económico y medioambiental a su negocio. Enzo es italiano y su estadía de doce años en España fortaleció su conocimiento del medioambiente y le dejó un acento ibérico; el tiempo que Marcela pasó en España le despertó el interés por trabajar los productos orgánicos, que resultó en la inauguración de la panadería. Durante la conversación ambos destacan que la cultura en España e Italia gira alrededor de la comida. El lento regreso a las raíces Precisamente en Italia, en 1986, una manifestación en contra de la inauguración de un McDonald’s cerca de la Plaza España y la muerte por intoxicación de diecinueve personas con vino adulterado fueron el detonante de la slow food. Carlo Petrini, habitante de Bra, en el Piamonte, ha encabezado desde entonces un movimiento que en 1989 firmó su manifiesto en París. “Para escapar al tedio de la comida rápida, permitámonos redescubrir la rica variedad y aromas de las cocinas locales. En el nombre de la productividad, la ‘vida rápida’ ha cambiado nuestro estilo de vida y ahora amenaza nuestro medioambiente y los paisajes de nuestra tierra (y ciudades). Slow food es la alternativa, la respuesta de vanguardia”, se lee en el manifiesto. El movimiento slow, que se ha expandido a otras áreas como los viajes y el diseño, engloba varios de los aspectos mencionados hasta ahora. Sus principios son lo limpio, lo bueno y lo justo; su filosofía es que la comida está vinculada a la cultura, la política, el medioambiente y la agricultura. Se

D p M M

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Se trata de preguntarse: ¿Qué hay en mi plato? ¿Cómo llegó hasta ahí la comida? ¿Quiénes intervinieron en la cadena de producción?

trata de ser responsables con las decisiones alimentarias, claro, pero también del disfrute: el término slow food, después de todo, no es más que lo contrario de fast food. Petrini estuvo en Colombia a principios de abril de 2014 con dos de sus colegas, dictando talleres y reuniéndose con personas que trabajan según sus principios. Los cocineros del restaurante Mini-Mal, en Chapinero Alto, estuvieron con ellos. Antonuela Ariza, la chef del lugar, me manda algunas respuestas a vuelta de correo. “Para nosotros sería imposible cocinar sin un sentido ético —escribe—. No queremos usar la palabra responsable como una etiqueta de marketing; nuestro eslogan es ‘cocina contemporánea, sorprendentemente colombiana’, y el nombre Mini-Mal habla de ‘hacer haciendo el menor mal posible’. Ese es nuestro lema. Entonces (la ética) podría ser cocina responsable que promueve la sostenibilidad desde el productor hasta el comensal”. En su respuesta, cuando menciona el marketing, Antonuela da a entender que, en estos tiempos, hablar de responsabilidad vende. Que varios restaurantes, mercados y tiendas empleen ese u otros términos relacionados no es gratuito: cada vez hay más personas que se preocupan por causar el menor daño posible con sus hábitos de consumo, y es normal que el mercado responda a ese interés. Parece que la ecuación fuera

simple: si todos se preocupan por comer responsablemente, todos ganan. Pero si, como en el caso de Mini-Mal, se rechaza la etiqueta como una estrategia comercial, es porque algo más está pasando. Dice Enzo Ippoliti: “aquí probablemente estamos viviendo también una moda de ciertas cosas, de lo orgánico, del consumo responsable. Creo que quienes trabajamos en eso tenemos que procurar que se consolide, que no sea simplemente la tendencia sino un nuevo hábito alimenticio, una nueva conciencia: eso ya sería un gran cambio”. Puede que Enzo tenga razón. Si estamos cambiando nuestra forma de pensar la comida, el cambio será lento, continuo. Paso a paso, le gusta decir a Tomás Rueda, señalando que cada uno aporta lo que puede y a su turno. Y tiene que ser más que una moda: el mismo Tomás Rueda apostó por cocina de mercado en un momento en que lo que estaba en boga era la cocina vietnamita, que hoy es sólo una más de varias opciones. Si se trata de comer éticamente, las opciones también son muchas. Algunas de ellas podrán ir y venir; lo importante es el consumo informado. “A todos nos gusta ser fluidos en temas de moda como la ética —escribió el crítico Alan Richman—. Es menos exigente que tener conocimiento al respecto. La ética de la comida es más que los ítems de un menú. Es sobre la vida y la muerte”. Nada más y nada menos.¶

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Sanación al galope Por: Rafael Baena * · Fotografía: Kathy Dewar Al parecer no se trata de un embuste ni de otro cuento de la tan manoseada “Nueva Era”: la equinoterapia ha venido estandarizando unos parámetros desde la década del cincuenta del siglo pasado, y con ello ha establecido su eficacia para tratar ciertas dolencias. El autor de esta nota, un amante de los caballos, explora los orígenes y alcances esta práctica.

Aunque sus raíces más profundas están afianzadas muy atrás en el tiempo, dado que la relación hombre-caballo ajusta ya milenios, la historia de la moderna terapia con caballos empezó gracias a la tenacidad de Lis Hartel, una equitadora danesa que se negó a rendirse frente a una poliomielitis que limitó severamente los movimientos de sus piernas, brazos y manos. Deportista de alta competencia, desde el comienzo de su enfermedad tuvo claro que la manera más consecuente de enfrentar-

la tendría que estar relacionada con su pasión por el adiestramiento de caballos. Ella tenía 23 años cuando la atacó el virus, y a pesar de los consejos médicos en contrario decidió que volvería a cabalgar como complemento a los ejercicios de terapia física y a las ayudas de ortopedia. Poco a poco éstos fueron quedando en un segundo plano porque en 1947, tres años después de haber enfermado, su férrea disciplina de levantarse a entrenar cada día

*Escritor colombiano. En novelas como Tanta sangre vista y ¡Vuelvan caras, carajo! los caballos son protagonistas. Su último libro es una declaración de amor y respeto por estos animales, y se titula Ciertas personas de cuatro patas (Luna Libros). 68

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con su caballo le valió recuperar la tonicidad muscular en las extremidades superiores y en los muslos, aunque no en las piernas, que eran las más afectadas por la enfermedad. Lis necesitaba ayuda para subir y bajar del galápago, pero una vez establecía comunicación con el animal nadie notaba nada raro en aquella excepcional amazona de adiestramiento ecuestre, la disciplina que practicó toda la vida y que también se conoce como dressage. Poco a poco, a medida que recuperaba el control de las diferentes partes del cuerpo, fue ascendiendo en el nivel competitivo hasta que, tras ganar un buen número de campeonatos en su país y en Escandinavia, fue seleccionada para integrar el equipo olímpico de Dinamarca en los juegos de Helsinki de 1952. Ganó medalla de plata y repitió cuatro años después en Estocolmo, donde tuvieron lugar las competencias ecuestres de los juegos de Melbourne, porque en Australia había una epidemia de fiebre equina. En ambas ocasiones subió al segundo escalón del podio apoyada en sus muletas y ayudada por sus competidores masculinos, y el mundo supo entonces que la hazaña de Lis había sido posible gracias a su persistencia sobre el lomo de Jubilee. Ella continuó compitiendo muchos años más, pero su labor se concentró sobre todo en una fundación de lucha contra la polio y en la difusión de las técnicas de rehabilitación física descubiertas por ella y los terapeutas que la acompañaron en su proceso. La explicación del milagro de recuperación de Lis está en el vigoroso masaje físico y mental que ocurre cuando se monta a caballo. En cualquier persona produce una sensación de bienestar y confianza en sí misma muy difícil de describir, pero desde la Grecia antigua hasta el presente una variedad de filósofos y médicos han descrito el fenómeno en diferentes términos que pueden resumirse en una sola idea: montar a caballo estimula el cuerpo, los sentidos en general y la mente, que adquiere gran fortaleza al saberse capaz de establecer comunicación con un animal noble y poderoso. Los fundamentos científicos de la equinoterapia aún son objeto de debate, pese a que los primeros centros dedicados a ella se esparcieron por toda Europa desde la década de 1950. Al doctor alemán Max Reichenbach se le considera el pionero de la disciplina, porque desde 1953 la implementó en su clínica y publicó los primeros estudios que presentaban de manera sistemática los resultados en pacientes aquejados por diversas dolencias. Desde entonces algunos especialistas le otorgan toda su importancia como técnica auxiliar en diversos tratamientos, pues la ciencia ha logrado establecer que el bienestar producido por la monta tiene fundamentos sólidos. Parece que al ir ahorcajado sobre el lomo del caballo la espina dorsal del jinete queda perpendicular a la columna vertebral del animal, de modo que cuando éste inicia la marcha sus movimientos tridimensionales estimulan piernas, muslos y caderas para transmitir directamente al cerebro, a través de la médula espinal, sensaciones que constituyen una forma diferente de relacionarse con el entorno. Por eso la hipoterapia, como también se la conoce, se constituye en ayuda invaluable para el tratamiento de traumas y enfermedades relacionadas con el sistema nervioso central.

Montar a caballo estimula el cuerpo, los sentidos en general y la mente, que adquiere gran fortaleza al saberse capaz de establecer comunicación con un animal noble y poderoso.

El andar del caballo, al actuar sobre la pelvis de quien monta, reproduce los mismos movimientos que ejecuta cualquier persona cuando camina. Ello ocurre porque mientras se eleva la grupa de un lado desciende el dorso contrario, en una alternancia que mece las caderas del jinete cuatro veces cuando el caballo anda al paso y dos cuando trota, razón por la cual lo que más se recomienda es ir al paso, con toda la tranquilidad del mundo, igual que se hace durante una caminata recreativa. Otra de las explicaciones a la forma en que opera la hipoterapia es el calor emanado por un caballo, superior a los 38˚, pues esos dos grados de diferencia respecto al cuerpo humano actúan como relajantes que logran distender la rigidez muscular de los miembros. Se trata de una reacción corporal que no es extraña para cualquier jinete experimentado, pero que cuando ocurre en alguien que tiene la musculatura endurecida puede llegar a ser balsámica. En resumen, el dorso de un caballo trasmite cada minuto a quien lo monta un centenar de impulsos que lo obligan a reaccionar para mantener el equilibrio, lo cual se traduce en bienestar físico y emocional. A partir de esos conocimientos las maneras de practicar la terapia son infinitas, en la medida en que cada paciente tiene sus particularidades, pero en términos generales puede decirse que se requieren caballos de temperamento apacible, por lo general con una edad cercana a los diez años. Médico y terapeuta son los que definen si se utiliza silla o se monta a pelo, o si el paciente debe limitarse a estar en contacto con el animal, por ejemplo acariciándolo sin montarlo; o si lo hace al trote, de cabestro o en solitario. Existe incluso una modalidad de ejercicios gimnásticos sobre un caballo controlado por un instructor, que busca fomentar la confianza y autoestima del paciente, así como el trabajo en equipo cuando se practica en grupo. De ese punto algunos pacientes pasan a practicar una suerte de equitación tradicional, pero adaptada de tal modo que reduzca los riesgos de accidente y permita al jinete desarrollar las habilidades requeridas por la monta. Se han documentado casos de rehabilitación en personas ciegas, o que han sufrido lesiones de médula o amputaciones de miembros. No soy médico ni terapeuta, apenas un amante de los caballos. Y por haber estado cerca de ellos toda la vida he visto la forma en que la equinoterapia obra en las personas aquejadas por algún mal físico, y puedo dar fe de sus beneficios, que van desde sorprendentes recuperaciones en casos de amputación hasta un sutil cambio de actitud en algún niño aquejado por síndrome de Down, que resultó reconfortante y esperanzador para su familia y para él. Sobre todo para él, que en últimas es de lo que se trata. ¶ Bienestar Sanitas

CARTA ABI ER TA A favor

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Un argumento a favor del marido mantenido Por: Roberto Palacio * · Ilustración: Randy Mora Los roles de los hombres y las mujeres están cambiando en Colombia y en el mundo. Al parecer, el mito de la masculinidad no es el mismo de hace un par de décadas, y tanto hombres como mujeres se están reacomodando, con las consecuentes molestias que entraña todo cambio de postura. No se trata de reactivar el machismo ni de dar argumentos a las feministas para sus legendarios ataques al patriarcado; se trata de pensar de otra manera quiénes somos y adaptarnos a los nuevos tiempos.

Déjeme plantearle un dilema ético sobre las relaciones entre hombres y mujeres. Está basado en una historia real. Cada lector se podrá formar una posición; a lo largo de este artículo yo expondré la mía. Lo llamaremos la historia de Antonio. Conocí a Antonio hace dos años en un proyecto editorial; somos colegas, ambos vivimos de escribir (si es que a la incertidumbre laboral permanente, al pseudo-sub-empleo, se le puede considerar “tener una forma de vida”). Antonio apenas da los primeros pasos en su carrera, que es auto-impulsada y lenta, en la cual uno se debe recordar a diario por qué diablos está haciendo esto sin ser millonario. Pero Antonio es riguroso, hace trabajo de esclavo editorial durante gran parte del día, incluyendo los sábados y domingos, para pagar las cuentas. Para quienes no están familiarizados con esta vida, lo primero que suele hacer un escritor es corrección de estilo, la tediosa y mal paga revisión de escritos de otros a la caza de los deslices ortográficos y gramaticales, en la cual a veces se gana tan poco como tres mil pesos por página corregida. Antonio lo desarrolla con rigor, y aunque este menester es una máquina de consumir tiempo, le dedica tres horas al día a sus propios escritos. A pesar de sus dificultades, Antonio no ha puesto su vida en pausa. Hace cinco años se casó con una joven de una edad similar a la suya, 23 años. Para entonces ganaba bien; trabajaba en un proyecto de unos extranjeros sobre Colombia. Pudo subvencionar parte de los costos de su boda. Para su esposa, parte del encanto de Antonio eran sus afinidades por la escritura. Ella sin embargo tomó un camino laboral distinto: se enroló en una

corporación multinacional como abogada. Poco a poco, pero en un estrecho margen de tiempo, fue ascendiendo. Para cuando conocí a Antonio ella podía estarse ganando el equivalente a unos 30 a 40 salarios mínimos mensuales. Las carreras corporativas van a la velocidad de mercado; las literarias, a la velocidad en que progresa la literatura. Pero no hay nada que distancie más en un matrimonio que el hecho de que uno vaya embarcándose en un tren de vida que el otro no tiene. El que Antonio ganara a veces un mínimo o menos estaba malogrando la convivencia. Ella comenzó a instigarlo por el dinero: hay que aportar por igual, y claro, esto era de alguna manera culpa de Antonio: “Antonio, es que tú no te haces valer, regalas tu trabajo”. Yo lo puedo decir con conocimiento de causa: pararse en el punto a pedir más por una corrección de estilo simplemente va a lograr que una editorial se la dé a otro, porque como en tantas otras cosas en Colombia, hay un ejército de personas dispuestas a hacer a pérdida lo que uno desecha. Ya lo decía el escritor Ricardo Silva, la clase media colombiana tiene la mala maña de salir a trabajar cuando está mal de dinero. Antonio debía levantarse antes que su esposa y acostarse luego de que ella se durmiera, porque verlo descansar desencadenaba la acusación de que era un holgazán. Antonio no se equivocaba cuando me confesaba que ella ya no sentía lo mismo por él; ella buscaba la separación. Pero los conflictos no hicieron que él la dejara de amar: de hecho, deseaba con tanto ahínco conservar su matrimonio que le propuso encargarse de la casa. El problema, sin embargo, no era de dinero: el sueldo que ella ganaba

* Escritor y profesor universitario colombiano. Bienestar Sanitas

TEN DENC I AS Igualdad de género

bastaba para los dos. El problema es que ella no estaba dispuesta a mantenerlo: no podía admirar a un hombre que ganara poco o que se ocupara de las labores del hogar. Una de las colombianas más adineradas, en este momento la mujer mejor pagada de la televisión estadounidense, Sofía Vergara, coincidía con esa perspectiva en una entrevista publicada por El Tiempo hace dos años: “¿Por qué la billetera es tan importante para usted? ¿Cree que amor sin plata no dura? La billetera es más importante para las mujeres que no tienen una propia. He querido a hombres con menos plata que yo; los que no me gustan son los pobres... de espíritu”. El dilema que le planteo al lector es este: ¿la esposa debía mantener a Antonio? Y si así es, dado que había un matrimonio de por medio, ¿por cuánto tiempo? ¿Hasta que despegara su carrera literaria? ¿Y si eso nunca sucedía? ¿Estaba en lo correcto buscar una separación solo por lo económico así no necesitara el dinero y todo lo demás fuera funcional? No se vale acusar a Antonio por haber escogido una carrera poco lucrativa pero que lo llenaba. Considere el lector que si se nos pagara menos en proporción al hecho de que disfrutamos nuestro trabajo, creo que muchos de nosotros simplemente no recibiríamos sueldo. ¿Quizá haya que llegar a la conclusión de que estas obligaciones de proveedor son primordialmente de los hombres según una especie de designio escrito en el cielo? El lector ya habrá inferido que no me cabe duda de que ella debía mantener a su esposo, incluso si lo abordamos con ese verbo deshonroso. Pero quiero hacer clara mi posición. No defiendo a esa estirpe de hombres que pretenden vivir de los sueldos de sus esposas sin mover un dedo, ni a los beodos que exprimen los centavos que sus compañeras han trabajado duramente. Mi caso se refiere exactamente a condiciones como las de Antonio. Mis razones no son sólo la convicción subjetiva de que con la falta de solidaridad de ella se perpetúan justamente los esquemas hombre-proveedor, mujer-subordinada que han sido tan caros en Colombia. Mi punto tiene que ver con los puros y duros hechos. Considérese esto: ¿qué ha posibilitado que la esposa de Antonio tenga tanto éxito laboral? No es un accidente fortuito, no son sólo sus habilidades legales. Pero el de Antonio y su esposa no es un caso excepcional; se replica cada vez con mayor frecuencia en Colombia y en países donde las relaciones entre hombres y mujeres se han modificado en las tres últimas décadas. La cadena NPR de Estados Unidos ha estudiado con cuidado cómo han salido librados los hombres en esa dinámica… y los resultados son asombrosos. En Estados Unidos, desde comienzos de la década del ochenta, las universidades gradúan más mujeres que hombres; de hecho, muchas más: mientras que en la década del sesenta el 60% de los graduados eran hombres y el 40% eran mujeres, para 2013

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las proporciones se invirtieron totalmente: 40% hombres, 60% mujeres. ¿Qué están haciendo los hombres? Trabajos técnicos y en la rama militar, que son significativamente peor pagos y que de paso han acortado su expectativa de vida. De la misma manera, el número de hombres que se quedan en casa para cuidar a los hijos como principal ocupación se ha triplicado en ese mismo período. Al parecer, algunas mujeres sí han aceptado la propuesta de su Antonio: el número de hombres que se dedican a las labores del hogar se ha multiplicado por 2,5. ¿Y qué tiene todo esto que ver con una pareja que vive en Colombia? No hemos reparado en el hecho de que nuestros indicadores siguen al pie de la letra la media de los americanos. Según los datos del Observatorio Laboral para la Educación, de los 1’381.761 títulos otorgados entre 2001 y 2009, el 54,9% corresponde a mujeres y el 45,1% a hombres. De hecho, la brecha se ha venido ampliando desde el 2009. Dado que el dato incluye todo tipo de educación superior, hay que señalar que en lo referido a educación universitaria de pregrado las mujeres superan con creces a los hombres: un total de 488.263 mujeres recibieron un título universitario entre 2001 y 2009, mientras que 362.257 hombres obtuvieron este mismo título en dicho periodo. Las universidades cuentan con una mayor presencia femenina casi en todas las carreras. Los hombres sólo superan a las mujeres en formación técnica: obtuvieron título 43.904 hombres y 30.911 mujeres. En la formación militar o policial la brecha es dramática, 92% hombres vs. un magro 8% femenino. Las mujeres llevan la delantera en administración: 59% frente a 41% masculino, y en derecho, donde 53% son abogadas. De esta manera, los datos globales concuerdan con el promedio americano —ignoro si con una media mundial—. Los hombres han migrado a oficios técnicos o militares, menos lucrativos, mientras que las mujeres han escogido carreras más rentables. No hay que llevar los datos a extremos cínicos y desmedidos; claro que los ingresos de las mujeres siguen siendo menores a los de los hombres. Pero, al mismo tiempo, en los escasos tres años que van del 2005 al 2008 la brecha salarial entre hombres y mujeres en Colombia se redujo tan considerablemente que si la tendencia continúa, en menos de 20 años no solo no habrá tal brecha sino que los ingresos de las mujeres profesionales superarán a los de los hombres. Y ojalá así sea: vivimos en un país donde el trabajo femenino es el soporte de la familia en muchos sectores. Pero ojalá las cifras vengan aunadas a un cambio de perspectiva que nos permita pensar que si el amor lleva la delantera, no tiene nada de malo que la abogada se meta la mano al bolsillo para mantener a su marido el escritor. Ahí va mi punto. Es tiempo de volver a hablar también de los temas de los hombres, porque sin duda el mundo ya no

es el mismo que hace treinta años. Conscientes de que los sufrimientos de los hombres son tan acuciantes como los de las mujeres, ha surgido una red de sitios web —como A Voice for Men— y un movimiento global que les ayudan a los hombres a enfrentar sus dificultades. Si un dato no mencionamos arriba es que los índices de suicidio de los hombres y de abandono de sus carreras universitarias en el mismo período sobrepasa significativamente al de las mujeres. En junio de 2013 se organizó la primera conferencia internacional de temas masculinos en Detroit. ¿Sólo más sexismo contrarrestando el sexismo feminista? No lo sé, hay acusaciones de misoginia en el movimiento; habrá que esperar a ver qué tan efectivo es en cumplir su misión principal, a saber, ayudar a los hombres en estado de depresión, desempleo o con tendencias suicidas. Lo que es claro es que ha tenido el acierto de describirse como humanista y de evitar convertir su causa en una lucha de géneros. El solo hablar de temas masculinos ya hará que algunos salten. Dice Paul Elam, fundador del sitio web referido: “Una vez podamos establecer que los hombres son seres humanos —como los niños— será admisible que tomemos una iniciativa y hablemos de sus temas, incluso que, Dios no lo quiera, adoptemos soluciones que no provengan del enfoque feminista”. Es fácil desechar como insignificantes la reivindicación de los derechos de los hombres y de los niños varones, pero está en el mismo espíritu de la ley no discriminar el peso de un derecho

por la condición de la persona que lo ostenta. La política internacional también ha tomado parte. Una noticia que pasamos por alto por estar pendientes de los tweets del doctor Uribe es que el pasado 29 de septiembre, el ministro de Relaciones Exteriores de Islandia, Gunnar Bragi, propuso una conferencia en la cual se invitaba a Surinam a discutir la igualdad de género en el marco de la celebración de los 20 años de la declaración mundial de los derechos de la mujer como derechos universales en la ONU… Solo que en este caso, el ministro convocaba exclusivamente a hombres. Con respecto a los que acusaron a dicha reunión de ocultar una misoginia que pronto nos estallará en la cara, vale la pena recordar cuál es el país más respetuoso de los derechos de las mujeres en el mundo: que a nadie le sorprenda el nombre de Islandia. En los dos últimos años no he vuelto a saber nada de Antonio. Recuerdo haber tenido la clara sensación de que no había forma en que pudiera salvar su matrimonio. También recuerdo cómo me golpeó de frente el deseo de quererlo ayudar. Si no son los amigos, ojalá una red de otros que viven lo mismo lo pudieran llevar a medir su situación… y el posible dolor de una separación. Porque no me cabe duda de que lejos de ser un misógino temeroso del poder de la mujer, Antonio era un tipo común y corriente que lo único que quería salvar era el afecto de la persona de la que se enamoró y con la que se había casado. ¶

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(1) Klingman D, et al., Gauging the treatment gap in dyslipidemia: ﬁndings from the 1999-2000 National Health and Nutrition Examination Survey. Am Heart J 2005; 150: 595-601.

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SALUD PÚ BL I C A Ansiedad Estrés

Estrés

bienestar:

¿Cuánto depende de nosotros?

Por: Juan José Lopera* · Fotoilustración: Rey Naranjo En el mundo de hoy no hay ambientes libres de estrés. Lo que conviene es aprender a reconocer las situaciones que lo generan y la manera en que reaccionamos, y a partir de ahí, gestionarlo. Esta nota propone unos primeros pasos.

El nombre de esta publicación es muy sugerente: Bienestar. Bienestar es una palabra bien compleja. Generalmente pensamos que el bienestar es algo que conseguiremos cuando obtengamos ciertas cosas, cuando nos ganemos la lotería, cuando nos suban el sueldo, cuando cambie el gobierno, en fin, cuando “las cosas marchen bien…”. ¡Como si las cosas marcharan bien por sí solas! La misma definición de la Real Academia Española de la Lengua nos lleva a entender que el bienestar depende de la satisfacción a partir de cosas y objetos. “Bienestar: Conjunto de cosas necesarias para vivir bien. Vida holgada o abastecida…”. Y si bien es cierto que nuestro nivel de bienestar depende, en una cierta medida, de tener satisfechas nuestras necesidades humanas fundamentales, la mayor parte de las veces el bienestar no

tiene que ver con lo que tenemos sino con lo que esperamos y deseamos, con lo que somos, con algunas de nuestras creencias, opiniones y actitudes esenciales. Si el bienestar dependiera exclusivamente de la satisfacción de las necesidades y los deseos materiales, los alarmantes índices de depresión, desmotivación y suicidio de muchas sociedades ricas y desarrolladas de nuestro planeta no tendrían sentido. En un mundo que va hacia el “bienestar” se convierte en una incómoda confrontación la advertencia de la Organización Mundial de la Salud, que vaticina que en pocos años, hacia 2020, la segunda causa de incapacidad será la depresión. La OMS también nos dice que uno de los factores cotidianos más importantes y determinantes del nivel de bienestar o malestar es el estrés.

* Médico colombiano con formación en neurociencias del comportamiento. Conferencista y tallerista, tiene una columna en la revista Misión Pyme. 74

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Estrés es tensión, presión, exigencia que sobrepasa nuestra capacidad de control y es percibida como amenaza (American Psychological Asociation). Puede ser agudo o crónico. El agudo nos hace saltar esquivando una moto en la calle y nos salva la vida, resolviéndose en pocos minutos; el crónico nos agota y afecta nuestra salud. El cerebro no distingue entre las amenazas reales (la moto) y las imaginadas (pensar que nos van a despedir), y en ambas circunstancias libera las mismas sustancias que generan la respuesta del estrés.

La clave es aprender a gestionar adecuadamente el estrés y convertirlo en una fuerza productiva. Eso no es fácil. El estrés no gestionado impacta negativamente la salud, las relaciones interpersonales, el desempeño laboral, y se ha convertido en verdadera pandemia (epidemia mundial). En países desarrollados, los estudios revelan que entre el 45 y el 75% de los adultos dicen estar entre moderada y altamente estresados, y atribuyen al estrés la pérdida de su bienestar emocional y relacional. En países como el nuestro aún no existen estudios confiables; sin embargo, las cifras rondan entre el 40 y el 65% de la población adulta. El estrés es responsable de un aumento del riesgo cardiovascular, aumenta la presión arterial, los niveles de colesterol y las arritmias. El estrés es responsable de dolores musculares a veces incapacitantes (espalda, nuca, hombros), de migrañas y dolores de cabeza, de problemas odontológicos (bruxismo), de gastritis, reflujo, colitis, diarrea, estreñimiento y diferentes trastornos de la digestión. El estrés no gestionado disminuye la concentración, aumenta la ansiedad y puede desembocar en episodios de pánico o depresión que necesiten hospitalización. Sabemos que en 2013 el estrés le costó a la economía de Estados Unidos 300 mil millones de dólares: un empleado que no gestiona adecuadamente el estrés rinde menos (incumple metas), comete más errores (provoca reprocesos), es más reactivo con sus compañeros de trabajo (genera mal clima laboral), se siente menos motivado (presenta bajo rendimiento, poca pertenencia), se enferma más (mayor ausentismo, gastos médicos), dura menos en su cargo (más rotación, capacitación) y es menos confiable (accidentes, retrasos). Sin embargo, el estrés no es el problema. No existe la posibilidad de un entorno de estrés cero, menos aún en los ámbitos urbanos y laborales modernos. La clave es aprender a gestionar adecuadamente el estrés y convertirlo en una fuerza productiva. Eso no es fácil. Uno de los principales problemas es que el estrés se vuelve invisible, terminamos por no darnos cuenta de él y terminamos por creer que es necesario. El estrés genera un estado emocional que rápidamente es considerado normal por el organismo, se convierte en un hábito y como tal necesita reeducación. No responde a pañitos de agua tibia. Una cosa es abrir la válvula de escape y liberar tensiones con un fin de semana en la finca,

con un sauna, con un masaje, con una relajación dirigida. Otra, muy distinta, es aprender a gestionar activamente los estados internos en medio de los retos cotidianos, saberse capaz de manejar y cambiar los patrones del estrés crónico y sus efectos en el organismo, en la manera de operar mental y emocionalmente, en las relaciones y en la vida laboral. ¿Cómo podemos aprender a gestionar el estrés y a aumentar nuestro bienestar? En primer lugar, debemos comenzar por identificar nuestros estados emocionales, los momentos en los que se activa en nosotros la ansiedad y los factores que desencadenan esos estados. Hacer un mapa de factores generadores de estrés en nuestras vidas es muy útil. Es fundamental identificar los factores relacionados con nuestra propia personalidad (actitudes, carácter, creencias, juicios) y que nos hacen reaccionar de una manera específica ante situaciones externas (por ejemplo, en un trancón). Conocernos y transformarnos desde ese nivel de profundidad, aunque desafiante y arduo, nos dará las mayores satisfacciones a largo plazo y nos hará realmente proactivos frente al estrés y el bienestar. Según el neurólogo Viktor Frankl, siempre habrá cosas que nos afecten que no podremos controlar, pero siempre podremos controlar la manera de reaccionar ante ellas. También debemos identificar los factores generadores de estrés y malestar en nuestros espacios laborales, relacionales, en las condiciones de nuestra vivienda, en la movilidad. Hacerlo puede revelar líneas de acción específicas con resultados a veces sorprendentes. Acciones tan sencillas como salir 15 minutos antes para el trabajo puede marcar la diferencia entre llegar agitado, con retraso, malhumorado y que se “dañe el día”, y llegar tranquilo y con buena disposición. El ejercicio y las prácticas de autocuidado son esenciales y están comprobadas científicamente. La higiene del sueño, una alimentación sana y equilibrada, baja en cafeína, y actividades como el yoga, el chi kung, la respiración consciente y el estar alerta (mindfulness), cuando se incorporan en la vida cotidiana aumentan sensiblemente el grado de bienestar y de felicidad que podemos experimentar. Cuando comenzamos a ocuparnos activamente de construir nuestro bienestar y gestionar el estrés, es muy recomendable contar con una revisión médica de base en la que determinemos nuestro nivel de ansiedad y exploremos cómo se encuentran nuestro colesterol (perfil lipídico), el azúcar (glicemia), la presión arterial y el ritmo cardíaco, entre otros. Un acompañamiento médico alternativo y en casos severos, psicológico, pueden ser también de gran ayuda. En muchos casos, definir el propósito, el sentido de utilidad personal, el legado vital, también nos ayuda muchísimo a renovar nuestra motivación y a disminuir el malestar y el desgano producidos por la falta de sentido. Y, aunque uno siempre puede culpar del propio malestar, del estrés, al jefe, al trancón, a la fila que no se mueve, ¡el principal actor en la generación de bienestar es siempre uno mismo! Y… vale la pena vivir más feliz. ¶ Bienestar Sanitas

SALUD PÚ BL I C A Células madre

Celulas madre, para volver a nacer Texto: Karem Racines Arévalo* · Fotografías: Maria Gabriela Méndez

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En Colombia se puede preservar la sangre de cordón umbilical en seis bancos. Pero hay muchas dudas con respecto a los usos que pueden dársele a las células que de ahí se extraen, conocidas como “células madre”.

En el mundo hay más de 330 bancos para guardar la sangre que queda entre la placenta y el cordón umbilical inmediatamente después del parto. Las células madre ahí contenidas sirven para tratar 80 enfermedades asociadas, principalmente, con trastornos de la sangre. Pero el potencial de lo que fuera considerado hasta hace poco un “desecho biológico” es infinito. Estas células madre tienen la capacidad de auto-renovarse para dar origen a más células madre, así como la posibilidad de dar paso a células especializadas. Así, pueden renovar, reparar o reemplazar el tejido dañado o desgastado en cualquier parte del cuerpo, y por eso están siendo vistas por los científicos y médicos como el “posible gran remedio” para las enfermedades crónicas que aquejan al ser humano. Sin embargo, no todo está probado, y su efectividad en tratamientos para patologías como la diabetes, el alzheimer, el autismo, la cirrosis hepática o el VIH está aún en fase de estudio. La primera célula madre fue descubierta y nombrada en 1908 por el científico ruso Alexander Maksimov. En 1963, los investigadores canadienses Ernest McCullough y James Till probaron la naturaleza de auto-renovación de células de ratón trasplantadas. Y 25 años después el doctor James Thomson y su equipo de la Universidad de Wisconsin-Madison anunciaron la exitosa extracción de células madre de embriones humanos en el laboratorio. Matthew Farrow fue el primer beneficiario de estos avances científicos. En 1988, cuando tenía 5 años, padecía anemia de Fanconi y fue trasplantado con células provenientes del cordón umbilical de su recién nacida hermana. Desde entonces, más de 20.000 pacientes en todo el mundo han recibido trasplantes de sangre de cordón umbilical, de acuerdo con información de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos). Keith Wonnacott, jefe de la Subdivisión de Terapias Celulares de la Oficina de Terapias Celulares, de Tejidos y Genéticas, a través de la página web oficial de la institución (www.fda.gov), explica que esta sangre que se extrae del cordón umbilical es útil porque es una fuente de células madre que se trasforman en glóbulos sanguíneos. Sin embargo, aclara que no es una cura para todo. El uso comprobado y autorizado por la FDA para las células madre provenientes de cordón umbilical se limita por ahora a tratamientos de leucemia y otros trastornos de la sangre como

linfomas de Hodking, algunas enfermedades hereditarias del sistema inmunológico y unas pocas también hereditarias del sistema metabólico. Todo lo demás está en fase de ensayos clínicos, y para llegar a estar autorizados tendrán que pasar por cuatro fases de estudio. Esto indica que las posibilidades de que puedan ser el “remedio milagroso” para trastornos neurológicos, autoinmunes, cardiovasculares y ortopédicos son muy altas. El problema es que van a pasar varios años antes de que sean usadas en estas enfermedades. No obstante, numerosos hospitales e institutos han creado bancos donde las madres pueden depositar la sangre de sus hijos. Parent’s Guide to Cord Blood Fundation es la única fundación que mantiene una base de datos con información de los bancos públicos y y privados que almacenan sangre de cordón umbilical en el mundo desde 1998. De acuerdo con la información publicada por esta organización, actualmente hay 158 bancos públicos en 36 países y 172 privados en 52 países. Las células madre en Colombia En la base de datos mencionada aparecen cuatro bancos privados en Colombia: Células Madre Colombia, Cordón de Vida, Redcord y Stem Medicina Regenerativa. También hay otras compañías pequeñas que ofrecen el servicio apoyándose en la experiencia y los equipos de bancos con sede en el exterior. Además, en el país hay un ambicioso proyecto que llevan adelante los doctores Bernardo Camacho y Ana María Perdomo, director del Hemocentro Distrital y coordinadora del Banco de Sangre de Cordón Umbilical de Bogotá, respectivamente. Se trata del primer banco público del país y de la región Andina, y el cuarto que se crea en Latinoamérica. Fue inaugurado en marzo de 2012 con el objetivo de obtener, procesar, almacenar y distribuir células madre hematopoyéticas de sangre de cordón umbilical, para uso clínico en trasplantes, sin costo para los beneficiarios. —Lo que queremos es almacenar unas células que se pueden usar para resolver problemas de salud de la población. Estas células que se vuelven infinitas porque se auto-reproducen. Tenemos el compromiso de aprovechar esa sabiduría de la naturaleza que le da al ser humano alternativas para auto-regenerarse —dice Camacho. Agrega que en los bancos públicos el proceso de recolección se hace con donantes seleccionadas que tienen bajo riesgo

*Periodista venezolana radicada en Bogotá, también es profesora de la Universidad del Rosario.

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SALUD PÚ BL I C A Células madre

de infección y reportan un excelente estado de salud. Por razones de tipo étnico, es más probable que se encuentren células compatibles entre personas de una misma población que entre un enfermo colombiano y un donante caucásico, por ejemplo. La riqueza del banco público es que lo que colecta está a disposición de quien lo necesite, mientras que en los bancos privados —también llamados bancos de familia— esas células madre serán de uso exclusivo de los descendientes del donante y de su grupo familiar. —Ese uso exclusivo crea discriminación entre quienes pueden pagar y quienes no. Por eso resulta tan útil que cada país tenga su banco de sangre de cordón umbilical gratuito a disposición de sus habitantes —agrega Ana María Perdomo. Una segunda oportunidad Karina Alú y Jonathan Wierman son padres de dos niños, una nena de 5 años y un varón de 3, y están esperando su tercer hijo. En el presupuesto que calculan cada vez que ella está en estado de embarazo incluyen los costos del almacenamiento de la sangre de cordón umbilical, a modo de medida preventiva. —Cuando nos enteramos de que seríamos padres por primera vez, junto con la emoción llegó un susto de sentirse como un libro en blanco, ignorantes de cómo hacer mejor las cosas por el bienestar de ese bebé que venía en camino. En la búsqueda de información supimos de los avances científicos con las células madre y pedimos asesoría a nuestro médico para escoger una buena compañía que prestara el servicio. Vimos esta posibilidad como una segunda oportunidad para nuestros hijos, porque si esto sigue como va, serán muchos los problemas que

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se podrán resolver con ese poquito de sangre que guardamos —dice Karina. La verdad es que las células madre también se pueden obtener en el adulto, del cerebro, la sangre o la médula ósea, para que den lugar a células adultas del lugar donde se encuentran. Pero las células que se obtienen del cordón umbilical tienen la particularidad de que son células jóvenes que pueden originar otras de cualquier tipo. Por eso se les dice pluripotentes. José Ignacio Madero, director médico de Stem, uno de los bancos de familia de Colombia, dice que las células madre que se obtienen inmediatamente después del alumbramiento tienen la ventaja de que no han estado en contacto con el medio ambiente, y por lo tanto, no han estado expuestas a agentes patógenos (virus, bacterias u hongos). Además, cuando se extraen a nadie le duele nada, y si no se guardan irán a parar a la caneca. La recolección se efectúa a partir de una punción de la vena umbilical, que permite llenar una bolsa totalmente sellada. Después, la muestra pasa por un proceso de conteo celular, porque la porción mínima a guardar debe contener el equivalente a 400 millones de células para garantizar que sea suficiente en el momento de utilizarla en un tratamiento. Luego del conteo se realiza un análisis de laboratorio para confirmar que no exista ningún tipo de contaminación o de problemas con la muestra. Enseguida se lleva a un proceso de criopreservación en nitrógeno líquido, que conserva las unidades a una temperatura de -196°. En los bancos colombianos consultados no le dejan el trabajo de la colecta de la sangre de cordón al gineco-obstetra, que está ocupándose del parto, su trabajo principal. Para ello, ca-

pacitan enfermeras en los centros asistenciales, o envían su propio personal, de tal manera que sean éstos quienes recojan las unidades de sangre y las guarden de la manera adecuada. Perdomo asegura que en el banco público de Bogotá, desde comienzos de 2012 hasta ahora, han logrado preservar cerca de 150 unidades de sangre de cordón, porque son muy exigentes en lo que colectan y, en promedio, descartan entre 8 y 9 de cada 10 cordones que recogen. En los bancos de familia se colectan más de 50 unidades en promedio cada mes. El director de Redcord Colombia, Alejandro Montoya Mejía, dice que lo que pretende este banco privado es tener el mejor producto posible para que sea trasplantable en caso de que ocurra una catástrofe familiar. Por eso, además del servicio privado cumplen una función de responsabilidad social atendiendo gratuitamente casos cuyo trasplante es vital y con altas posibilidades de éxito, específicamente para tratamiento de un niño con leucemia cuya madre está a punto de dar a luz un segundo hijo y esa sangre de cordón que se recoja puede significar la diferencia en que el enfermo sobreviva o no. Así han atendido 65 casos. —Esto no es un asunto exclusivo de gente con dinero, es para gente inteligente, para personas informadas. Crioperservar las células madre de su hijo vale lo mismo que un buen coche de bebé —dice Montoya. Los costos del servicio en Colombia, por lo general, rondan los tres millones de pesos, y en Estados Unidos alrededor de 1.500 dólares. Hay bancos que cobran esta cantidad por criopreservar una unidad de células madres durante 40 años y otras piden un pago anual adicional muy moderado para conservarlas por tiempo indefinido. Montoya opina que desde que entró en vigencia —en 2012— la Ley de Habeas Data es más difícil hacer llegar la información sobre los servicios de almacenamiento de células madre a las maternas. Advierte que la mayoría de los integrantes de los servicios de salud no han entendido que es una responsabilidad social y un acto ético orientar a las parturientas sobre la idoneidad de colectar la sangre de cordón umbilical, sea para guardarla en un banco privado o para donarla a uno público. —La difusión de esta información debería ser obligatoria y parte fundamental de la política de Estado. Pero al parecer en Colombia no se ha entendido la trascendencia que puede tener para una familia la preservación de estas células —enfatiza Montoya. Al ritmo al que avanzan las investigaciones sobre las células madre, hoy en día es posible vaticinar una total transformación de la medicina, a mediano plazo, en el caso de que se vuelva realidad todo el potencial que se dice que tienen. Las jóvenes generaciones quizá sean testigos de ese milagro. ¶

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A BECĂ&#x2030; Capoeira angola

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Ola de capoeira angola Por: John Galán Casanova* · Fotografías: Jorge Andrade Blanco

Mezcla de lucha, danza, música, historia y poesía, la capoeira ha sido considerada como “el único deporte genuinamente brasilero”. El autor de esta nota, un escritor colombiano practicante de la capoeira angola, nos habla acerca de los orígenes, las características y los beneficios de esta poderosa herramienta de emancipación y resistencia cultural.

* Poeta y ensayista colombiano, Premio Internacional de Poesía Villa de Cox en 2009. Su más reciente libro se titula LI poemas para Li (Eafit).

A BECÉ Capoeira angola

H istoria cantada

La historia de la capoeira se canta, vibra en las letras de sus canciones. Es la herencia de lucha de millares de negros, esclavizados en África por los portugueses para forzarlos a trabajar en las plantaciones de caña, café, algodón y cacao del Brasil colonial:

En la rueda de capoeira ocurre lo que Antonio Machado veía en la poesía: “Se canta una viva historia/ contando su melodía”. Para el capoeirista es de suma importancia mantener presente el testimonio vital de sus antecesores, de modo que pueda preservar y transmitir toda la fuerza cultural de su legado. Así lo pregona una estrofa del mestre baiano Jogo de Dentro:

Qué navio es ese que llegó ahora, es el navío negrero con los esclavos de Angola.

Quien no rescata su pasado no protege su futuro. Cabe la historia respetar, es un espacio seguro.

Treinta mil viajes hicieron los navíos negreros entre los siglos XVI y XIX, secuestrando a unas 4’650.000 personas en condiciones deplorables de alimentación, hacinamiento y salubridad. Una cuarta parte no soportaba la travesía, otro tanto sucumbía en África, al resistirse a la captura. Un 10 % de quienes lograban cruzar el Atlántico moría cada año debido al maltrato y la sobreexplotación. Fundiendo tradiciones guerreras de distintas naciones, sintetizándolas en danza y canto para que los portugueses no les prohibieran practicarlas, angolas, bantúes, nagós, aruandas, ketos y luandas, entre otros pueblos, crearon lo que hoy conocemos como capoeira. Lo hicieron para fortalecerse, recrearse, conservar el contacto con sus ancestros, resistir el cautiverio y, eventualmente, recobrar la libertad.

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L a rueda de capoeira

A un dramaturgo y libretista, Alfredo Dias Gomes, le debemos una de las más perspicaces y sugestivas descripciones del arte de la capoeira. El texto, escrito para acompañar un disco de los mestres Traíra y Cobrinha Verde grabado en Rio de Janeiro en 1963, empieza declarando: “Capoeira es lucha de bailarines. Es danza de gladiadores. Es duelo de camaradas. Es juego, es ballet, es disputa —simbiosis perfecta de fuerza y ritmo, poesía y agilidad. (…) En la capoeira los contendores no son adversarios, son ‘camaradas’. No luchan, fingen luchar. Procuran —genialmente— dar la visión artística de un combate. Por encima del espíritu de competición, hay en ellos un sentido de belleza. El capoeira es un artista y un atleta, un jugador y un poeta”.

La rueda de capoeira es una celebración, un rito festivo que integra música, lírica, historia, danza y lucha, fibras esenciales de esta rica matriz cultural afrobrasilera. Encadenados, sometidos, imposibilitados para enfrentar directamente las armas de capataces y hacendados, los capoeiras refinaron un estilo de lucha basado en la mandinga —malicia—, la paciencia, la astucia y ágiles y súbitos contraataques. Para no despertar sospechas, cifraron los golpes y las defensas en movimientos de baile que podían practicar en sus ratos de holganza sin ser reprimidos. De ahí proviene la naturaleza dual de la rueda de capoeira, que es a la vez juego y combate, risa y peligro, tradición y espontaneidad, entrenamiento, descanso, jolgorio, lamento, ceremonia solemne y rotundo relajo. Al momento de comenzar una rueda de capoeira angola, los jogadores se sientan en círculo en torno a los instrumentistas. Tres berimbaus: gunga, médio y viola —cada cual con una tonalidad distinta—, dos pandeiros, el atabaque, el reco-reco y el agogô conforman la batería. Quien comanda la roda entona primero una ladainha, un canto de entrada que suele desplegar una plegaria, una historia o una reflexión. Sigue luego la louvação, una serie de invocaciones a las que los presentes responden en coro y que sirve para que la pareja encargada de abrir la rueda se apreste a jogar. Cuando se da inicio a los cantos llamados corridos, ambos capoeiristas se estrechan la mano y empieza el jogo. A medida que la rueda transcurre los encargados de tocar los instrumentos se van rotando. Lo ideal es que todos los asistentes tengan ocasión de jugar, lo cual, según el número, puede abarcar entre una, dos, y hasta tres o cuatro horas de duración. Capoeira angola y capoeira regional A lo largo del siglo XX la capoeira experimentó drásticas transformaciones. De ser estigmatizada y perseguida —el Código Penal brasilero de 1890 establecía penas de dos a seis meses de prisión para quienes fueran sorprendidos practicándola en las calles y plazas públicas— pasó a ser aceptada socialmente —fue declarada en 1953 por el presidente Getúlio Vargas como el único deporte “genuinamente” brasilero. El precursor de este reconocimiento fue un capoeirista de Bahía, el mestre Bimba, al formalizar un método de enseñanza de la capoeira bajo el nombre de Lucha Regional Baiana, que posteriormente pasó a denominarse capoeira regional. Para facilitar su proceso de legitimación, Bimba llevó la capoeira callejera al aula de clase y la adecuó a parámetros deportivos, dándole un carácter competitivo y añadiendo elementos de luchas como el batuque nordestino, que había aprendido de su padre. Como reacción ante el auge de esta tendencia, recelosos por la pérdida de aspectos ancestrales, otros maestros se propusieron rescatar la práctica de la capoeira en su esencia más tradicional. Fue el caso de Vi-

La rueda de capoeira es una celebración, un rito festivo que integra música, lírica, historia, danza y lucha, fibras esenciales de esta rica matriz cultural afrobrasilera.

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cente Joaquim Ferreira, el célebre mestre Pastinha, que en 1941 fundó en Salvador de Bahía el Centro Deportivo de Capoeira Angola, consolidando la vertiente que en lo sucesivo adoptaría el nombre de capoeira angola. Pastinha definió la capoeira en los siguientes términos: “Capoeira, mandinga de esclavo en ansia de libertad. Su principio no tiene método. Su fin es inconcebible aun para el más sabio de los mestres”. La evolución de estas ramas de la capoeira ha generado diferencias que son evidentes en la actualidad. La regional es el estilo de capoeira más difundido en Brasil, Colombia y el resto del mundo: por cada grupo de capoeira angola existen, en promedio, treinta de capoeira regional. Su gran popularidad entre los jóvenes y los niños se explica porque tiende a ser más veloz, de ritmo por momentos frenético, acrobática, aérea, espectacular. Sus practicantes juegan descalzos, usan prendas ceñidas al cuerpo y baten palmas durante la rueda. En contraste, la capoeira angola fascina por ser más contenida, sutil, con movimientos relajados y de repente prestos y certeros que suelen darse de pie y a ras del suelo. El protocolo entre los angoleros es formal: se utilizan zapatos, pantalones holgados, y los faldones de la camisa deben ir por dentro de la pretina. La rueda de angola permite que cada juego dure mucho más, no se acostumbra aplaudir para marcar el ritmo, y tanto la plasticidad como la elegancia y la gracia de los movimientos de defensa y ataque aumentan en la medida en que los jugadores logran mantenerse más cerca uno del otro, ocupando el menor espacio posible, en una modalidad de juego conocida bajo el nombre de jogo de dentro. Arriesgando un paralelo con la salsa, podría decirse que si la capoeira regional en su velocidad se acerca al vértigo de las descargas y el bugalú, lo sutil de la capoeira angola se corresponde más con la cadencia de un son o un danzón. Capoeira angola en Bogotá La semilla de la capoeira angola germinó en Bogotá gracias al encuentro de un músico colombiano y una capoeirista brasilera. Deborah Miranda y Juan Manuel Vergara se conocieron en Porto Alegre y luego decidieron vivir juntos en Colombia. En 1996, a partir de un curso libre dictado por Deborah en la Universidad Nacional, se conformó el núcleo fundador del grupo Volta do Mundo. Con el propósito de establecer un vínculo directo con las fuentes originales de la capoeira angola, y de abrir un espacio para proyectar esas enseñanzas a otros capoeiristas de la ciudad, desde 2001 Volta do Mundo ha organizado trece veces el evento “Colombia Ginga”, que ha contado siempre con la presencia del mestre Jogo de Dentro, formado por el mestre João Pequeno, discípulo a su vez del mestre Pastinha en la ciudad de Salvador. En 2007, bajo la coordinación de Fabricio Apolo, alumno de los mestres Cobra Mansa y Valmir, surgió el Grupo de Capoeira Angola FICA Bogotá, asociado a la Federación Internacional de Capoeira Angola. Este grupo también ha logrado convocar

eventos anuales con la presencia de sus mestres, enriqueciendo el panorama angolero de la ciudad. Otros colectivos que se vienen conformando en la capital son el grupo de Capoeira Angola Ubuntu, y Kaya, un parche de angoleros rastas que realiza sus ruedas a las afueras del Planetario Distrital. En Medellín funciona desde 2009 una filial del grupo Semente do Jogo de Angola, del mestre Jogo de Dentro, y desde 2011 fructifica vigoroso en Cali el grupo AngolaCali Capoeira. Beneficios de la práctica Por utilizar la cabeza, los pies y las manos como puntos de apoyo y desplazamiento, el entrenamiento constante de la capoeira involucra todas las aptitudes físicas del cuerpo. Además de trabajar a fondo el sistema cardiorespiratorio, permite desarrollar fuerza, agilidad, resistencia muscular, flexibilidad y equilibrio. Al ser una práctica tan compleja, trasciende el plano meramente marcial y brinda una formación que comprende fundamentos históricos, lingüísticos, musicales y dancísticos. Para quienes provenimos de otros países, el aprendizaje de la capoeira representa además una vía de acceso apasionante para descubrir un universo tan próximo y desconocido como el brasilero. Personalmente, a la capoeira le agradezco el hecho de haberme obsequiado, entre tantas cosas, una lengua, una cultura, un país. Pero tal vez más aún que en el ámbito individual, la importancia de los beneficios que aporta la capoeira debe ponderarse en el ámbito colectivo. Para los negros esclavizados, la capoeira representó una herramienta poderosa de resistencia, cohesión y preservación cultural. Por ello muchos mestres y grupos la asumen como un instrumento eficaz de educación popular, para reafirmar valores ancestrales y construir identidad. Paradójicamente, esta práctica de origen guerrero genera una interrelación basada en la solidaridad, el autocontrol y el respeto por el oponente. Las palabras que en su momento formulara Dias Gomes conservan plena vigencia en ese sentido: “La transformación de una contienda en un motivo para cantar y danzar es muy propio de nuestra gente. La capoeira es una manifestación auténtica de la índole, el espíritu y el genio de nuestro pueblo, en su capacidad de asimilación y recreación. A través de ella nosotros enviamos al mundo un mensaje: qué bueno sería que todo conflicto, todo litigio, por violento que fuera, pudiera ser resuelto con música y poesía”. ¶

Por usar la cabeza, los pies y las manos como puntos de apoyo y desplazamiento, el entrenamiento constante de la capoeira involucra todas las aptitudes físicas del cuerpo.

P UERICU LT U R A Apodos

Llevar un apodo Texto: Antonio García Ángel * · Fotografía: Stephen Edwards ¿Qué tanto marca un apodo? ¿Se puede considerar matoneo, o es una práctica infantil con siglos de uso? El autor, un premiado escritor colombiano, ha llevado un apodo por más de treinta años, y reflexiona sobre esos y otros hechos conexos en esta nota. En el colegio, y particularmente en mi curso, pululaban los apodos. Había unos verdaderamente infames: Aborto e’ chulo (porque tenía la piel más oscura), Axila (porque le crecía una seudobarba con pelos de ídem) y Care pene (no requiere explicación). El origen de tanto sobrenombre, según argumenta mi amigo El Pulpo, es que el Negro Otálvaro, a quien luego La Rata

bautizó La Cachama, venía del colegio Santa Librada, escuela caleña cuyos alumnos tenían fama de truhanes. Llegó al Berchmans y fue repartiéndonos alias a todos. Yo también puse algunos, el más célebre de ellos se lo clavé a De Francisco, que antes era El Gato pero a quien un día le dije que parecía empacador del supermercado La 14, y desde entonces quedó El Empacador.

* Escritor y profesor universitario colombiano. Autor de las novelas Su casa es mi casa y Recursos humanos, y del libro de cuentos Animales domésticos.

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Los parches de amigos también fueron enchapados: yo pertenecía a Las Joyas, pero estaban Las Avispas, Los Churrascos, Los Locos y Las Almejas, entre otros. Entre los apodos que más me gustan están aquellos que parecen casar a la perfección. Yo sé que apodarse El Perro no es de gran originalidad, pero tendrían ustedes que conocer a Rafael Suárez, verle los mofletes caninos, la forma de la cara, para entender que ese mote por antonomasia era el suyo. Otro ejemplo era el pelirrojo Santiago Domínguez, a quien con precisión cromática llamaban Óxido. Los alias que tienen una explicación humorística también tienen su encanto: recuerdo que en Bahía Solano una vez me mostraron a un tal Caja Negra, pues era el único que había sobrevivido a un accidente aéreo; puse un personaje homónimo en mi primera novela. Hace tiempos conocí a una chica toda ruda, La Juli; asumí durante años que se llamaba Juliana, pero un día ella me explicó que La Juli era apócope de La Hooligan. También recuerdo a un personaje de Mempo Giardinelli a quien decían Cebolla porque era gordo, calvo y lampiño, con excepción de los pelos del culo. Mi apodo es menos ad hoc y menos ingenioso. En 1984 me corté el capul con unas tijeras y se me erizó el pelo, por lo que el Paisa Castaño, mi vecino y compañero de colegio, me bautizó Erizo. Desde entonces han pasado ya más o menos treinta años. A mí me gustó o de alguna forma me identifiqué con él porque no quería llamarme igual a mi papá, con quien tenía serias diferencias. No fue un apodo por el cual irme a los puños, como un compañero gay de apellido Salom al que gritaban Saloca; o El Chusco, que tenía un remoquete bastante irónico. El mío no ofendía, y los profesores, los compañeros, los amigos, los papás de mis amigos, todos me empezaron a decir Erizo. Ser el Erizo me permitió una segunda identidad. Era diferente de ser Antonio, más interesante tal vez o menos común. No sé qué tanto me he terminado pareciendo a mi apodo, pero sí estoy convencido de que existe cierta influencia onomástica en la personalidad: el portero del edificio Valtierra, en la Javeriana, se llamaba don Custodio, y conozco dos personas diferentes apodadas La Vaca que no lo parecían pero fueron adquiriendo con el paso de los años un rostro cada vez más bovino. Sin ir más lejos, el ya mencionado Chusco fue mejorando su aspecto cuando dejó de emberracarle el apodo y lo adoptó sin reyertas. Me pregunto qué tan Erizo soy yo y no sé responder, aunque sospecho alguna forja en mi carácter o quizá mi escritura, pues la columna que tuve en SoHo se llamaba El Erizo, otra que tuve en la revista El Librero se llamó La elegancia del Erizo, y ahora tengo un programa en radio titulado La noche del Erizo. Además mi cuenta en Twitter es @erizodemar, de manera que se ha vuelto una etiqueta recurrente para lo que hago. No me considero particularmente espinoso, en eso soy una decepción. Arquíloco dijo: “Muchas cosas sabe la zorra, pero el erizo sabe una sola, y grande”. Si atendemos esa clasificación, yo sería mucho más zorro: no me siento muy conocedor de un solo tema. Ni siquiera me considero un gran conocedor de nada. Digamos que soy un zorro que sabe poquitas cosas, y pequeñas.

Los alias que tienen una explicación humorística también tienen su encanto: recuerdo que en Bahía Solano una vez me mostraron a un tal Caja Negra, pues era el único que había sobrevivido a un accidente aéreo.

Las relaciones, empero, sí varían de acuerdo a cómo te digan. Hay gente para la que jamás seré Antonio y quizá tengan alguna dificultad para recordar mi nombre. No falta quien luego de años de amistad me ha preguntado “Ve, Erizo, ¿vos cómo es que te llamás?”. Con esa gente me porto muy Erizo. Tuve una novia para la que siempre fui Erizo, y no lo sé explicar bien pero fui menos Antonio y menos Toño con ella que con las demás. La adultez te obliga a cierta compostura. Me quedaría difícil decirle Gusano a Simón Ríos con la misma desfachatez con que lo hacía en el colegio; si me encontrara al Baba ahora seguro que le diría “Hola, Carlos Enrique”. Precisaría de unos aguardientes y el ambiente apropiado para volver a esas confianzas. Sin embargo, me molesta cuando alguien que siempre me dijo Erizo venga con formalidades. A ellos les siento la nota falsa si lo hacen. Sería raro también que alguien que me dijera Antonio o Toño comenzara a decirme Erizo. A diferencia de cualquier Tavo, Pacho, Fercho, Negro, Gordo, Flaco y similares, no conozco personalmente a otros Erizos. Alguna vez supe que había un Erizo en el fútbol alemán, merced a las transmisiones de Transtel que hacía Andrés Salcedo. También es el apodo del héroe nacional costarricense Juan Santamaría, quien en el episodio conocido como la Batalla de Rivas, el 27 de junio de 1855, antes de perecer a manos de los filibusteros estadounidenses comandados por William Walker, prendió fuego al fortín donde éstos se guarecían. El Erizo Santamaría fue el mártir que posibilitó la victoria de las huestes ticas sobre el yanqui invasor. En el crimen organizado hay incontables Erizos. Encontré, por ejemplo, a un mafioso llamado Leonard Alfonso Ortiz Ruiz, hijo de un exgobernador del departamento del Meta, que tenía una flotilla de aviones para transportar cocaína desde Venezuela hacia Centroamérica y Haití. Podemos sumar el Erizo mexicano Eduardo Sulub Cohuo, quien fue apresado en Cancún hace dos años por el asesinato y descuartizamiento de José Pérez Hernández, alias La Mosca. Pero no ahondemos más en el hampa, que es vasta y macabra. Para finalizar este somero recorrido, el porno tiene su Erizo: Ron Jeremy, el gordo hirsuto, viejo, desagradable y carismático a quien de cariño llaman Hedgehog. Este Erizo tiene el Guinness Record de mayor número de apariciones en películas porno, su perfil dice que se le considera “el padre de la industria del anal”. Podría seguir haciendo la lista pero temo deprimirme. Habrá quien lleve su apodo como quien se pone una chaqueta, otros ya lo tienen integrado al pellejo. No sé qué tan Erizo soy yo, pero supongo que bastante. ¶

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SA LUD P ร BL I C A Cรกncer

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Cambiar la historia del cáncer de mama Por: María Gabriela Méndez * · Fotografía: María Gabriela Méndez y Dawn + Poland En ciertas enfermedades es tan importante el tratamiento médico como los cuidados paliativos. La Asociación Ámese brinda apoyo a mujeres diagnosticadas con cáncer de seno. Los visitamos.

Mientras recibía la segunda sesión de quimioterapia, Clarena Rodríguez veía caer su pelo; con él caían también sus lágrimas. Esa pérdida, efecto secundario del tratamiento por cáncer de seno, parecía entonces irreparable. Cinco años después de ese episodio, dice sin ánimo de exagerar que fue más duro para ella perder el pelo que aceptar la mastectomía: “La falta de un seno puede taparse y no se nota; pero si te falta el cabello es tétrico, porque la gente te mira como una cosa rara. Por eso es lo que más nos duele”. Hoy, Clarena sonríe cuando recibe a una paciente que pronto también perderá su pelo. Ella le explica las muchas formas que hay de ponerse un pañuelo con gracia; le enseña a usar la peluca y comparte algunos trucos para disimular la calvicie temporal, así como lo hicieron con ella cuando acudió por primera vez a la Asociación Ámese (sus siglas significan Apoyo a mujeres con enfermedades de seno). Clarena habla desde la experiencia de haber pasado por ese doloroso proceso, y así transmite seguridad a quien la escucha. Esa es, según dice, su herramienta más valiosa. Hace dos años y medio dejó su trabajo como enfermera para formar parte del equipo de voluntarias en Ámese.

En la entrada de la oficina de la asociación, ubicada en el norte de Bogotá, lo primero que se ve es un par de repisas ocupadas de un extremo a otro por una docena de maniquíes con las pelucas que Ámese alquila por un precio muy bajo (50 mil pesos, más otros 50 mil de depósito que se devuelven cuando se entrega la peluca, sin importar el tiempo que dure el tratamiento). Una suma económica, si se tiene en cuenta que una peluca de esta calidad, es decir, hecha de cabello natural, puede superar el millón y medio de pesos. Estas pelucas se hacen con las donaciones que reciben en la asociación. Los donantes entregan su pelo en mechones atados con un caucho (debe medir como mínimo 20 centímetros). Luego Ámese los envía a un especialista que confecciona las pelucas. De esta forma, la vida útil de estos postizos es mucho mayor porque los pueden usar muchas mujeres. Aunque la asociación no tiene una campaña especial para promover la donación de cabello, mensualmente recibe entre 15 y 25 de personas que se cortan el pelo para regalarlo y contribuir con la causa. La gente se entera a través de amigos y familiares que transmiten la información boca a boca.

* Periodista venezolana radicada en Colombia, colabora en medios de ambos países.

SA LUD P Ú BL I C A Cáncer

Una noticia buena y otra mala Victoria Saa dirige Ámese, la asociación que fundó su hermana Claudia en 2006 junto a otros 57 pacientes y dos médicos mastólogos. Victoria, que tuvo cáncer, asegura que las mujeres que padecen esta enfermedad se enfrentan a temores y sentimientos parecidos: tienen miedo a dejar a sus hijos; les preocupa mortificar a sus familiares y, sobre todo, sufren por la pérdida del pelo. Por eso, el apoyo a las pacientes incluye el alquiler de pelucas. Para Clarena, estar calva fue un castigo. Así lo sintió. Y no es exagerado si se piensa que los franceses, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, rapaban a las mujeres sospechosas o acusadas de colaborar con los alemanes con la única finalidad de humillarlas. Sabían que ese acto sencillo, indoloro físicamente, podía derrumbarle la moral a cualquier mujer. Culturalmente el pelo es una parte muy importante de la apariencia femenina. Y no es difícil relacionar su ausencia con enfermedades, con infertilidad, o incluso con la locura. Por eso la reticencia de muchas mujeres a aceptar verse sin pelo. Clarena se había resistido a ir al salón de belleza a cortárselo, aunque le doliera el cuero cabelludo. Mientras más largo está el pelo, cuenta, más duele la cabeza. Una voluntaria de Ámese, que también había tenido cáncer, la convenció de que lo cortara un poco para que cuando se cayera, el impacto fuera menor. Así lo hizo y ahora es ella la que aconseja a otras que hagan lo mismo. Tiempo después, ya sana, su mejor amiga tuvo cáncer y se negaba a cortarse el pelo; sentía aquello como una amputación. Clarena se rapó la cabeza para infundirle ánimo: “Quería demostrarle que el pelo era lo de menos. El pelo crece”, recuerda. Ese es uno de sus roles: inyectarles valor a quienes acuden. “Llegan tristes y se van felices”, dice orgullosa. Las pacientes deben asimilar dos noticias, una mala y otra buena: la mala es que en el 99,9 por ciento de los casos de tratamiento con quimioterapia el pelo se cae; la buena es que, en el 100 por ciento de los casos, vuelve a crecer. Más que pelucas Además del alquiler de pelucas, Ámese brinda apoyo psicológico a pacientes diagnosticadas con cáncer de seno; vigila que reciban tratamiento oportunamente; promueve el autocuidado de la mama y la prevención y detección temprana de la enfermedad, para ayudar a reducir la tasa de mortalidad y el alto porcentaje de casos con diagnóstico tardío. Desde 2006 han pasado por la asociación unas cuatro mil mujeres. Solo este año han atendido a 752. Clarena se negaba a ir a los grupos de apoyo porque pensaba que allí iba gente a llorar. Sin embargo, la experiencia fue muy distinta: “El día que fui, estaban festejando el día de la madre. Bailamos, cantamos. Me di cuenta de que no se reunían para llorar sino para compartir esas angustias que no podemos compartir con las familias. También me sirvió para despejar dudas que tenía acerca de la enfermedad y que normalmente un médico no tiene tiempo para responder”. 90

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31/10/14

NALIZAR Cada día, 26 mujeres volverán a casa con la noticia de que padecen cáncer de seno. Lo más dramático es que un 75% de ellas se entera cuando la enfermedad está en un estadio avanzado. Mensualmente se organizan reuniones, conferencias y actividades que les permiten distraerse en algo distinto a la enfermedad. Hablar, intercambiar experiencias, sentirse acompañados en el proceso sirve para enfrentar el cáncer con mayor fortaleza. En eso pensaba Claudia Saa Cabal (1956-2009) cuando se dio cuenta de que compartir con otros pacientes le daba aliento y ahuyentaba la desesperanza y la soledad. Así fue como junto a los mastólogos José Joaquín Caicedo y José Fernando Robledo dieron forma a la asociación. Victoria Saa resume el objetivo de Ámese en una frase: “Queremos cambiar la historia del cáncer de mama en Colombia”. Eso se traduce en poner todo su esfuerzo en bajar las cifras de muertes causadas por esta enfermedad. En los últimos 15 años Colombia ha visto aumentar los casos mortales en un 93 por ciento: de 1.327 muertes en 1998, se pasó a 2.566 en 2013. Según la Liga Colombiana contra el Cáncer, en el país se diagnostican cada año, aproximadamente, 7.000 nuevos casos de cáncer de seno. El pronóstico para 2015 no es alentador: prevén que aumente a 9.500. Eso quiere decir que cada día, 26 mujeres volverán a casa con la noticia de que padecen cáncer de seno. Lo más dramático es que un 75% se entera cuando la enfermedad está en un estadio avanzado y es menos probable el éxito del tratamiento y, en consecuencia, más corta la expectativa de vida. La asociación dirige sus mayores esfuerzos a la población más vulnerable: es decir, a los estratos 1, 2 y 3, donde está concentrado el 91% de los colombianos. Las evidencias son demoledoras: las pacientes afiliadas a los regímenes contributivo y subsidiado deben esperar, en promedio, de seis a nueve meses para obtener la primera intervención. Mientras que quienes cuentan con medicina prepagada esperan un mes. Estas demoras excesivas afectan sobre todo a las mujeres de bajos recursos o bajo nivel educativo. El tiempo de espera marca la diferencia entre una atención oportuna y una tardía o, para decirlo sin maquillaje, entre la vida y la muerte. Alarmadas por estas diferencias, y por las consecuencias que eso tiene en el avance de la enfermedad, en Ámese se propusieron realizar un estudio que les ayude a identificar los factores asociados a la demora en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama en mujeres del régimen subsidiado en Bogotá y Soacha, en un período de doce meses. Buscan financiamiento para empezar y así lograr el objetivo del estudio: minimizar el diagnóstico y el tratamiento tardíos; disminuir las barreras de acceso al sistema de salud. El reto no es poca cosa. Pero el equipo de Ámese es el testimonio de mujeres que superaron el cáncer de seno. Después de eso, para ellas no hay metas difíciles. ¶

LABORATORIO CLÍNICO

NALIZAR LABORATORIO CLÍNICO

Estamos aquí

para enseñarte a reconocer los síntomas de alerta del cáncer de cuello uterino e infección por VPH.

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En algunos casos, los síntomas más comunes pueden ser: • Verrugas genitales. • Cambios pre-cancerosos en el cuello uterino, vulva y áreas cercanas.

¿Cómo se diagnostica? El médico ordena las siguientes pruebas de tamizaje:

• Citología cervicouterina convencional: Tomando células del cuello uterino en una laminilla para observación al microscopio. • Pruebas de detección del Virus: en una muestra tomada del cuello uterino o vagina.

Analizar te recomienda consultar a tu médico.

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11:47

CRÓNICA Viajes

LOS SECRETOS QUE LE DAN

CUERDA AL MUNDO Texto y fotografías: Carolina Chavarría Olarte* “Sembrar el campo de libros” es la consigna de la Fundación Secretos para Contar, que lleva libros e historias a las veredas de Antioquia. La autora trabaja en la fundación, y en este relato comparte los instantes de asombro que le han regalado los paisajes del campo, los niños y el viaje.

Abogada diplomada en Periodismo literario y escritora colombiana. Comparte relatos y fotografías de sus viajes en el blog Esperando el Bus y en sus redes sociales como @carolinachavate

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La población rural colombiana, guardiana de los bosques y las selvas, las aguas y los animales, vive lejos de los centros de desarrollo urbano. Para llegar a ella, es necesario seguir el curso de los ríos y remontar las cimas, siguiendo los caminos del campo. Fundación Secretos para Contar

Hoy he caminado durante dos horas con mis botas pantaneras y una capa impermeable enorme y pesada que me ha servido para cubrirme de la lluvia. Hace frío y la niebla es espesa, de hecho ha habido tanta niebla que estoy a punto de creer que es de este lado de las montañas donde se origina la lluvia. Lo cierto es que los vientos del norte soplan tanto que es aquí donde se acumulan las nubes —me ha dicho mi compañero de ruta—, y por eso al sur del Valle de Aburrá lo llaman “Cielo Roto”. Durante toda la semana ha llovido, en cada trayecto, en cada camino. Hacia adelante siempre es niebla. Me encuentro en el filo de una montaña del suroeste antioqueño, en lo alto de la vereda Promisión en el municipio de Angelópolis. Ha terminado mi jornada laboral y antes de regresar al hotel, ubicado en el casco urbano, me tomo mi tiempo para contemplar el paisaje. “Qué montañera soy”, pienso. Miro mis pies empantanados, la geometría de las montañas y los cultivos de café que se extienden ante mí como símbolo contundente de las distintas formas que han tomado las satisfacciones en mi vida. Hace varios meses estoy trabajando para la Fundación Secretos para Contar, ejerciendo dos de mis pasiones: el viaje y la lectura. Mi misión: llevar libros hasta las escuelas rurales y promover educación y lectura en las familias campesinas, o como la fundación diría, “sembrar el campo de libros”. En encuentros directos con estudiantes, familias y maestros rurales brindamos espacios de entretenimiento y diversión, y estimulamos actividades para compartir en la escuela y en familia. La clave de Secretos para Contar ha sido llegar hasta las familias rurales y entregar personalmente los libros, acompañados talleres y actividades para promover, por medio del juego y el arte, la lectoescritura y las bases del aprendizaje en la escuela primaria rural. Ni las inclemencias del tiempo, ni la distancia de las comunidades, ni los caminos casi imposibles de cruzar son im-

pedimento para que los libros y nosotros lleguemos a nuestro destino final: las escuelas rurales y los niños que les dan vida. Las familias y las bibliotecas que han ido construyendo en sus hogares con los libros de Secretos para Contar. Los libros están diseñados para que sean buenos y bellos. Cada colección está compuesta por un libro de literatura que estimula el placer de leer, uno de manualidades que invita a hacer, y uno de ciencias, juegos, acertijos o de interés general, que invita a pensar. Uno de mis favoritos es Lecturas fantásticas, una antología de cuentos de literatura fantástica universal, con una selección de pinturas e ilustraciones de artistas de varias épocas. Actualmente entregamos Los secretos de las plantas, un libro en edición especial que invita a volver a las huertas y recuperar el conocimiento sobre el valor medicinal de 50 plantas importantes en Colombia. La Fundación ha llegado a más de 2.400.000 habitantes del campo colombiano, y hoy más de 206.000 familias de los 125 municipios de Antioquia tienen una biblioteca con 16 libros de Secretos para Contar. De hecho, son los únicos libros que tienen todas las familias de una vereda al mismo tiempo. Quienes amamos los libros sabemos que cuando dos personas leen la misma obra se genera un hilo invisible que vincula mucho más que cualquier otro tema de conversación. Una de las cosas que pasan una vez y para siempre en la infancia son los primeros encuentros con esos objetos que a través de imágenes y letras nos llevan a otros mundos. De ahí la importancia de la calidad de esos primeros encuentros, de esos primeros libros. En mediciones de impacto que la fundación ha hecho de sus programas se ha confirmado que el 74% de los jóvenes y niños del campo tienen un hábito de lectura diario en el hogar motivados por los libros de Secretos para Contar; muchos de ellos han aprendido a leer con esta biblioteca. Valdría la

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Ni las inclemencias del tiempo, ni la distancia de las comunidades, ni los caminos casi imposibles de cruzar son impedimento para que los libros y nosotros lleguemos a nuestro destino final: las escuelas rurales y los niños que les dan vida. Las familias y las bibliotecas que han ido construyendo en sus hogares con los libros de Secretos para Contar.

pena indagar por cuántos de estos libros, a su vez, le han enseñado a leer a los padres de esos niños. La biblioteca en el hogar es el principio de la alfabetización. Cada dos años la fundación produce, edita y entrega una nueva colección de libros por familia, pues es ese el tiempo que el equipo de talleristas se demora en planificar y ejecutar las rutas que le dan la vuelta a Antioquia solo para transmitir el placer de leer las historias de otros, que en el fondo son un espejo de las propias. Las familias se desplazan a las entregas que semanalmente abarcan todas las veredas de algún municipio, cada semana un paisaje geográfico y humano distinto, como la página de un libro de aventuras. RUTAS Viajar, para mí, es casi siempre un deseo hecho realidad. Trabajar viajando, la mayoría de las veces, se siente como un privilegio. Sin embargo no ha sido fácil. Ponerse en ruta significa desprenderse. Abandonar la casa, la compañía de la familia, pareja y amigos, la ciudad y los rincones que uno ha hecho predilectos y los hábitos para los cuales uno ha elegido horarios y lugar. Significa también emprender una ruta diaria, que comienza a las 6 de la mañana sin hora de finalización estipulada, hacia tres veredas distintas, con horas de camino entre sí, para llevar

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decenas de cajas que contienen 42 libros cada una. Ponerse en ruta también significa emprender camino con mente y sentidos despiertos. Los viajeros talleristas somos jóvenes. Hay antropólogos, artistas, comunicadores sociales, biólogos, ingenieros y abogados. Cada equipo es diverso con algo en común: muchísima actitud. El que viaja es un ser que está dispuesto a dejarse atravesar por la experiencia del camino, es decir, por aquello que decide observar. La desconexión y precariedad que ofrece el campo colombiano está representada en la escasez de esos vínculos que hacemos con lo moderno, lo inmediato y, por qué no, lo fácil. En medio de la rapidez y la virtualidad que acontece en las ciudades hacemos elecciones cotidianas sin darnos cuenta: elegimos no mirar. De alguna manera renunciamos a ver lo que pasa en el camino y, como se sabe, en el camino el viajero piensa, siente y se transforma mientras está en tránsito. Las veredas son las zonas más alejadas de un municipio y, como tales, son olvidadas, vulnerables, están detenidas en el tiempo. Las veredas son las cicatrices del mapa nacional, y cada cicatriz cuenta una historia. Nuestra tragedia más actual es tal vez la guerra a la naturaleza. Los mineros durante siglos han buscado el oro alojado en las venas de la montaña. Especialmente en los caminos del

nordeste antioqueño es fácil ver cómo la montaña tiene tajos arrancados que permiten ver la edad de la tierra. A veces siento que contemplar la naturaleza es una forma de defenderla. Las veredas de Valdivia y Puerto Valdivia son los lugares que recuerdo más duros de recorrer. Hasta ahora. La llegada a las veredas Emilio Vasco, La Alemania y La Llana comienza atravesando el río Cauca, en lo que los pobladores llaman La Barca Cautiva. A bordo van cinco hombres vestidos con uniforme de empresas de servicios públicos, quienes de manera mecánica y lenta descargan un transformador cuyo peso excede sus fuerzas. En la cubierta yace una vaca con las patas amarradas y los ojos brotados como queriendo hablar. Mis compañeros de ruta y yo observamos con cierto asco un costal de pescados que revolotean aún vivos cerca de la cola de la vaca. Llevamos 15 cajas con libros para 210 familias de seis veredas. Un cable atraviesa el río de orilla a orilla. Atado a él hay otro cable sujeto a la proa de la barca. Esta navega sin motor, pues atraviesa el río con la fuerza de la corriente; el estar amarrada le asegura que se desplace en línea recta hacia el otro lado. La barca se posiciona de manera que quede apuntando hacía a un lado especifico de la corriente y mientras la enfrenta obtiene la energía necesaria para moverse. Al descender nos esperan siete motos para llevar las cajas por caminos que un carro no podría recorrer. La moto-aventura dura una hora. Voy con un chico que aparenta no tener cédula aún, su moto está llena de calcomanías del Che Guevara. Me aferro a él con vértigo en el estómago y sin creerlo capaz de llevarme sana y salva a la escuela de la vereda. El trayecto transcurre entre patinadas y saltos rápidos que tengo que hacer para no caerme con la moto. —Ellos saben que ustedes están aquí —me dice, refiriéndose claramente a la guerrilla—. Pero tranquila, ustedes son “los de los libros” y aquí siempre van a poder entrar. Al día siguiente recorro la vereda Las Camelias. Dos mulas nos transportan durante dos horas hasta la escuela. El guía, un niño de 10 años. Con su agilidad y a pie parece burlarse de nuestras torpezas. Comprendo lo que es un camino de herradura, el caos vegetal del trópico, el vértigo al ver culebras y tarántulas esconderse tras los arbustos a mi paso, la tierra hinchada por los aguaceros. Me siento perdida por no ver hacia adelante un sendero definido. En ese viaje supe qué es eso de hacer camino al andar, la misión de los arrieros. Soy de las personas que no adquieren conciencia clara de las cosas si no las viven en carne propia, si no se ensucia los zapatos y las manos. Es a base de someter el propio cuerpo y las emociones a cargas reales que vamos consiguiendo que suba la aguja del indicador de nuestro grado de comprensión. Guerrilla, paramilitares, cultivos de coca, desplazamientos, masacres, abandono son, ahora, cosas visibles para mí. Las consignas y amenazas de otros tiempos aún chorrean en los muros de las casas abandonadas al lado del camino, y la imaginación vuela hasta ese lugar común: la guerra.

IRSE MUCHAS VECES

En el campo, los caminos son indiferentes y cínicos a las prisas de quienes los recorren. Con derrumbes y pantano de por medio, las escuelas de las veredas son un punto lejano en el horizonte. —La selva no deja ver la selva —me dice John, uno de mis compañeros nacido en la Amazonía—. Cuando hay que recorrer tramos muy largos en la selva tienes que escoger siempre un árbol lejano para guiarte hasta allá. Tiene que ser el más grande, si no te pierdes. De los viajes la peor parte son los hoteles. La dosis de melancolía. Los cuartos son así: cama, ventilador, la mesa, el baño. Ese mundo ajeno, en el que en el mejor de los casos encuentras una franja de papel en el sanitario que dice: esterilizado. Tener que adoptar un espacio tan ajeno para simular el hogar. Aceptar el olor impuesto y ascéptico de la limpieza; el detergente neutro y barato que el dueño eligió y no el de pino o lavanda que uno hubiera elegido. Las almohadas de consistencia irregular formadas en su interior por motas montañosas y forradas en una tela caliente. Tan soñadas por tantas personas más. Los muebles impersonales acomodados por la dictadura del estrecho espacio. Los ruidos del pasillo y de la ducha del extraño habitante de al lado. Justo cuando empiezas a acomodarte, a habituarte, llega el checkout. Hay que emprender otro viaje. Irse para volver. TODAS LAS MUJERES, SILVIA

Cada vez que visito una escuela me voy con la misma sensación: cada vereda tiene su propia personalidad. Tímidas, frías, caóticas, sencillas, fraternas, extrovertidas, emocionales, reacias. Cada fragmento de la idiosincrasia antioqueña tan diversa. Hay una manera de poder capturarla al menos superficialmente, y es contemplar a las mujeres que viven en ellas. La piel manchada en el rostro de una mujer hermosa que sonríe por naturaleza, manos que develan el trabajo en la tierra por años bajo el sol. La timidez exagerada con que se dejan intimidar por personas más jóvenes que ellas, el aplauso y gratitud con que reciben nuestros libros y talleres, la fuerza con que recorren horas de camino diariamente. Son ellas, los seres solitarios que uno suele ver por la carretera, con mochila y bebés terciados. La incondicionalidad con que atienden al forastero

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con una taza de café campesino en agua panela, los fiambres en hoja de plátano con que nos sorprenden, la complicidad con la que ayudan en el comedor o la huerta escolar y el azucarado jugo de guayaba en leche fresca. Hay una solidaridad innata en la mujer del campo que vive en comunidad. Tengo tanto de ellas como de mi propia madre. Al llegar a los municipios contamos siempre con la ayuda de hombres jóvenes que trabajan con nosotros como personal de apoyo. En Venecia, para mi sorpresa, era ella, Silvia. Tiene el hablar cantado y camina como bailando. Chocoana, desplazada, profesora de baile y casada con un maestro. Silvia es muchas mujeres al tiempo. Alza cajas como cualquier hombre del campo y no para de hablar. Es una palabrera. Llegó al suroeste antioqueño huyendo para salvar a los dos hombres de su vida. Su esposo y su hijo. Su esposo, como a tantos maestros en Colombia, lo extorsionaron y amenazaron los grupos armados del Urabá chocoano, y como medida extrema solicitó traslado. Su hijo, en cambio, dejó de estudiar el día en que un paramilitar degolló en el salón de clases y frente a todos los niños a uno de sus compañeros, por haber sido obligado a llevar un paquete de un lugar a otro. Silvia encontró a su hijo sentado en el pupitre, mudo y salpicado de sangre. Su contento por la vida en medio del tumulto del temor y del horror, me inspira. Antes de despedirnos ella me regala un secreto. —Qué hermosas tus trenzas —le digo, y ella me cuenta que lo que tiene en su cabeza no son trenzas sino mapas. Una herencia que viene de la época de la esclavitud para recordar el camino hacia los palenques en la huida, los sitios de encuentro, o para esconder semillas y granos. Me habla de su abuela, de las marcas de esclava en su rostro y de los códigos ocultos en el canto y en el baile. “No sé nada de nada” pienso, y me siento contenta de estar vacía de tantas cosas. Solo hay que estar vacío y todo ocurre. MIRAR, ADMIRAR

—El primer hombre que voló al espacio debió sentirse muy estúpido… Y también muy solo. ¡No había nada!… Tanto esfuer-

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zo, tanta tecnología, tantos preparativos, ¡para nada! ¿No les parece? —¡Nooo! —gritan en coro los niños de una escuela rural mientras les cuento la historia de Yuri Gagarin, el primer hombre en ver la Tierra moverse en el espacio. Esa historia está en el libro Los viajes del viejo Jacobo, de la última colección de Secretos para Contar, y cada vez que entrego ese libro les cuento la misma historia. Los niños se me quedan mirando como si yo les trajera noticias del mundo o como si fuera un extraterrestre. Cuando comencé a trabajar para la fundación descubrí que le tenía una especie de miedo al hecho de relacionarme con niños. Me intimidaban. Ahora los respeto con esa mezcla de admiración y desconcierto que provocaría mirar a un oso de cerca. Lo cierto es que la gente del campo mira distinto, no sólo los niños. Conceden al otro una atención sin prejuicios, su mirada se basa en la confianza y en el simple deseo de mirar. A diferencia de un colegio privado en la ciudad, las escuelas rurales siempre tienen mascotas. Perros, gatos, gallinas, marranos, monos y chigüiros. En el trato que les dan concluyo que los niños aman de manera innata. Siento en ellos una pureza diferente, como si el no tener acceso a tanta información conservara su dulzura. Muchas veces me pregunto: “¿Irán a ser ellos como todos los demás?”. Al mirarlos he experimentado un sentimiento de felicidad. En cada escuela rural he conocido seres cuyo destino no me resulta predecible, niños para quienes los caminos de la vida siguen abiertos, seres humanos llenos de posibilidades. No sé si alguien alguna vez me miró de esa manera, con la curiosidad con que se espera ver la mariposa salir de su crisálida. Ignoro los dibujos que hará el aleteo de sus alas, pero confío en que serán buenos. Si hay una esperanza, los niños tienen gran parte. ¶ Todos los libros editados y producidos por Secretos para Contar, juegos interactivos, programas de radio y las guías de maestros se pueden descargar, con libre acceso, en www.secretosparacontar.org

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Médico psiquiatra de la Universidad El Bosque. Especialista en psiquiatría infantil de la Universidad de Barcelona.

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