Características y marcas lingüísticas de los textos expositivo-explicativos1 Después de este recorrido por los cinco subtipos, mediante alguno de los cuales Meyer sostiene que cualquier texto expositivo estaría organizado y teniendo en cuenta, claro está, que en todo texto puede haber una heterogeneidad de secuencias, si bien una de ellas predomina o, lo que es lo mismo, contiene la mayor parte de la información textual, pasamos a exponer las características, propiedades o marcas lingüísticas de esta tipología. En primer lugar, mencionaremos los géneros discursivos relacionados con la tipología textual expositivo-explicativa: §
Científico y técnico: proyectos de investigación, inversión (licitaciones) y gestión, diarios
de
campo,
informes,
encuestas,
artículos,
monografías,
tratados,
exposiciones y cursos. §
Didáctico: libros de texto, manuales, bosquejos, reseñas, síntesis, documentos oficiales (hojas de vida, memorandos, cartas), tipos de fichas (bibliográfica, temática).
§
De divulgación: temas de enciclopedia, entradas del diccionario, conferencias, ponencias, artículos de revista, guías, itinerarios, recetas, prospectos, modos de empleo, etc. En segundo lugar, nos referiremos a los mecanismos lingüísticos y textuales
particulares del tipo de texto expositivo-explicativo que demandan un análisis detallado, desde el punto de vista textual, ya que revelan tanto la organización microestructural como la macroestructural y la superestructural. De los profesores B. Combettes (1986, 1988), C. Regidor (1994) y T. Álvarez (1996), tomamos estos elementos: §
Organizadores meta, intra e intertextuales. Corresponden a recursos tipográficos que permiten la organización interna del texto y de las relaciones intertextuales.
§
Algunos procedimientos lingüísticos
1
Contenido adaptado del libro Didáctica de la comprensión y producción de textos académicos. Zahyra Camargo, Graciela Uribe y Miguel Ángel Caro. Universidad del Quindío, 2011.
1
o Nominalización. Da nombre a determinado concepto o fenómeno. Por ejemplo, la fotosíntesis se define como el proceso a través del cual la planta convierte el dióxido de carbono en oxígeno con ayuda de la luz solar. o Deixis. Reemplaza personas, lugares o tiempos mediante pronombres, adverbios o adjetivos demostrativos (yo, ellos, éstos, aquí, allí, ahora, mañana, este libro). Gracias a ella, se evitan las repeticiones innecesarias de palabras. o Aposición. Explica o especifica mediante un sustantivo que le sigue a otro, prácticamente como si fuera un adjetivo. A este segundo se le llama apósito. Por ejemplo: Bolívar, el libertador de cinco repúblicas, murió profundamente decepcionado de sus amigos. La fotosíntesis, proceso vital para la renovación del aire, ocurre durante las horas diurnas. o Conectores. Garantizan la cohesión del texto, facilitan la ilación de las ideas y tejen las microestructuras. Los más usados son los aditivos: además…, y…, también…, asimismo…, más aún…, todavía más…, incluso…, por otra parte…, encima…, de igual forma…; adversativos: pero…, mas…, no obstante…, a pesar de…, sin embargo…, aunque…; comparativos: de la misma manera…, de forma similar…, así mismo…, en relación…, de acuerdo con…, igualmente…; de ampliación e
ilustración: por ejemplo…, en otras palabras…, es decir…, o lo que es lo mismo…, en mi opinión…, en todo caso…, es así como…, precisa advertir que…, de la misma manera debo agregar…, cuando se dice que…; consecutivos: por eso…, por tanto…, por consiguiente…, por ende…, por dicha razón…, así pues…, de ahí que…, entonces…, por ello…; de progresión lógica: por lo tanto…, como resultado…, lo siguiente… así que…, puesto que…, porque…, por consiguiente…, por esta razón…, de modo que…, es por ello que…; de contraste: por otro lado…, a la inversa…, lo contrario…, pero…, sin embargo…, aunque…, no obstante…, a pesar de…, en sentido contrario…; de orden: números ordinales, primeramente…, y por último…, a continuación…, para empezar diré que…, en este orden de ideas…, tomemos como punto de partida…, lo más importante…; de orden temporal: inmediatamente…, posteriormente…,
después…,
antes…,
en
últimas…,
entre
tanto…,
simultáneamente…, al mismo tiempo…, en adelante..., luego…, más adelante…, acto seguido…, a continuación…, en segundo lugar.
2
§
Nominalizaciones
anafóricas
y
catafóricas
y
aposiciones
explicativas.
Corresponden, generalmente, a informaciones nuevas. §
Marcas de modalización. Expresan la subjetividad. Si bien en el texto expositivo se evitan las opiniones personales, la objetividad absoluta es imposible, se filtra así, a través de pequeñas expresiones llamadas modalizadores. Algunos de los tipos más usados en el texto expositivo son: o Asertivos. Revelan el grado de verdad o falsedad de algo (siempre, en la mayoría de los casos, por lo regular, a menudo, ordinariamente, algunas veces, en raras ocasiones, nunca, etc.) o Apreciativos. Indican ciertos juicios de valor que se le escapan al autor (lamentablemente, felizmente, a buena hora, etc.) o Deónticos. Se relacionan con el deber ser o deber hacer (hay que, se tiene que, se debe, sería necesario, resulta conveniente, etc.).
§
Aspectos gramaticales y pragmáticos o Orden de palabras estable, con preferencia por construcciones lógicas (sujetoverbo-modificadores). Predominio de construcciones sintácticas simples. o Dominio de las formas verbales no personales o impersonales. Construcciones de infinitivo, gerundio y participio. Abundancia de verbos estativos, así como la cópula ser. El tiempo verbal propio del texto expositivo-explicativo es el presente de indicativo. Este tiempo permite vincular el enunciado al momento de la
enunciación,
pero
también
sirve
para
darle
carácter
intemporal
(perdurabilidad). Otros tiempos verbales, generalmente en pasado, aparecen como demostración de hechos o sucesos que ocurrieron en un tiempo anterior al de la enunciación. o Tendencia a la precisión léxica –significación unívoca– con profusión de tecnicismos y cultismos. o Repetición de conceptos. Por lo regular, al final de cada apartado se ofrece un párrafo de resumen. o Adjetivación específica, pospuesta y valorativa. Es frecuente el uso de adjetivos especificativos o clasificativos y de adverbios que buscan precisar el objeto para facilitar su identificación y comprensión.
3
o Reformulaciones intradiscursivas y ejemplificaciones. o Escaso empleo de valores estilísticos; ausencia de matices. §
Elementos no verbales. Abundancia de paratextos visuales (ilustraciones, recuadros de resumen, tablas, mapas, etc.). El soporte de la comunicación escrita se materializa en códigos semióticos que pueden aparecer conexos con el texto escrito. Genette (1989: 11) les llama “Paratextos: […] ilustraciones, fajas, sobrecubierta, y muchos otros tipos de señales accesorias, autógrafas o alógrafas, que procuran un entorno (variable) al texto”. Estas características –posibles pero no establecidas en el texto expositivo-explicativo– son, sin embargo, primordiales, especialmente en estos tiempos, cuando la mayoría de los signos que se ofrecen son visuales. Los signos visuales (fotografías, representaciones con diagramas, listados, palabras o frases en bastardilla o subrayadas con el objeto de dar énfasis, mapas, gráficos, señales, iconos gestuales, colores, detalles gráficos) hacen que la explicación sea más fácil para el receptor y le dan oportunidades de asimilar la información por medio de su presentación. Ahora, para poder enfrentarse a la lectura y a la escritura de un texto expositivo, el
aprendiz, además de saber sobre el tema, debe conocer la forma como se organiza dicho texto. Para mayor ilustración, después de esta exposición, presentamos un esquema gráfico que recoge las propuestas de autores como Bajtín (1982/1985), Combettes (1986), Combettes y Tomassone (1988), Adam (1992), Regidor (1994) y Álvarez (1996, 2000):
4
En síntesis, la elección de la tipología expositiva-explicativa, sin olvidar las otras, se debe a que su conocimiento resulta de especial importancia en el contexto educativo. De hecho, la gran mayoría de las actividades en el ámbito escolar y universitario están orientadas a leer y a escribir para aprender.
5