Taller para escritores: inventando un villano creíble Por Daniel Rost
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Consejos para crear un villano interesante y único. Bases que dotan al anti-héroe de credibilidad para llamar la atención del lector. Toda buena historia que tenga un héroe debe tener un villano. Es el encargado de hacerle la vida imposible y de complicar las cosas para crear tensión, drama, conflicto. También se darán muchos casos en que sea el mismo villano quien protagonice una historia, y que el héroe haga todo lo posible por detenerlo, convirtiéndose en el antagonista de la historia. En este artículo se dan algunos detalles sobre las cosas que hacen a un villano interesante y creíble.
Crear un villano interesante Cuando pensamos en un villano, pensamos en un personaje astuto, un personaje que tiene fines propios los cuales son, para él o ella, lo más importante. Un villano debe tener un objetivo que probablemente sea malvado, pero debe estar tan completamente seguro de que hace lo correcto como lo estará el héroe al intentar detenerlo. Sus motivos deben estar muy bien explicados, a tal punto que algún que otro lector llegue incluso a preguntarse si no será el villano quien esté en lo correcto. Para que un villano sea interesante debe tener una personalidad atrapante, debe ser creíble, un personaje que podría existir en la vida real, al menos en cuanto a su forma de ser y de pensar. Es
importante que el villano sea bueno haciendo cosas malas, pues de esa forma va a presentar retos al héroe. Un personaje demasiado simple y que sea sencillo de vencer no va a ser un reto, lo que causaría que la historia se vuelva aburrida. Debemos hacer que el lector llegue al punto de preguntarse: ¿será el héroe suficientemente fuerte/astuto/hábil para vencer a este villano? Si no creamos esa duda en el lector, no estamos haciendo bien el trabajo.
Bases de todo buen villano Al igual que todos los demás tipos de personajes, un villano depende de ciertas cosas a considerar para que este cumpla con su papel. A continuación resumimos algunas de ellas: 1. Pasado: necesitamos contar qué es lo que pasó con este personaje para que se volviera un villano, pues nadie nace siendo completamente malvado. Cuando era joven, Lord Voldemort era un joven estudioso y amable de nombre Tom Riddle, que se obsesionó con la inmortalidad a tal punto que muchos pagaron con sus vidas por ello. Nuestro personaje debe ser así, debe tener una motivación real, o un amor perdido, o tal vez un trauma, algo que le haya convertido en lo que es. 2. Nivel de maldad: un villano es, en esencia, un personaje malvado, por lo cual tenemos que definir cuán malvado es. Un personaje demasiado malo pierde credibilidad. Si bien podemos crear un villano mentalmente inestable que pueda parecer incluso completamente demente, y aún así ser creíble, eso no lo hace esencialmente pura maldad. Debe ser suficientemente malo para estar seguro de que tiene la razón, pero no lo suficiente para que el lector piense que es injustificado. 3. Visibilidad: si bien necesitamos que en algún punto de la historia se identifique al villano como tal, tampoco queremos que sea demasiado pronto. Un villano muy obvio no es tan intrigante e interesante. Debemos evitar presentar al villano instantáneamente, incluso si es el protagonista, pues esperamos que poco a poco el lector vaya descubriendo de qué lado está el personaje, aunque es normal dar indicios de su existencia para el tercer capítulo como máximo, de forma de atraer más atención. 4. Credibilidad: es vital que un villano sea creíble si buscamos captar la atención del lector. El personaje tiene que tener motivaciones bien justificadas para ser quien es y hacer lo que hace, y esto se logra con una combinación de todo lo dicho hasta ahora. El villano necesita tener su propio lugar en la historia, pero no abarcarla completamente, incluso si la protagoniza, porque un enfrentamiento requiere dar igual importancia a todas las partes enfrentadas.
El villano y el héroe Así como un héroe necesita de un villano, también se da lo opuesto. Es necesario para todo villano tener un héroe que intente detenerlo. ¿Por qué? Es simple, un personaje que no tiene obstáculos no solo resulta aburrido, sino que incluso el mismo personaje se aburre. Si bien un villano busca
cumplir un objetivo, muchas veces tiene otros objetivos que se suman al principal. Y aun si disfruta de poder lograr sus metas, a nadie le gusta una victoria vacía, como la que ocurriría si podemos hacer todo lo que queramos sin que nadie se nos oponga.
Es muy importante encontrar un equilibrio entre el villano y el héroe. Si hacemos que cualquiera de los dos sea fácil de derrotar, el resto de la historia quedará muy vacía, y es sin duda mucho más interesante un gran villano que muchos pequeños villanos que duran un par de capítulos. Eso es tal vez más apropiado para las historietas o las series televisivas, pero no para obras literarias medianamente extensas. Lo mejor es hacer que la batalla entre ambos pueda durar hasta el final, dejando la intriga en la mente del lector acerca de cuál será el resultado, pues seamos francos, los villanos también pueden salir victoriosos, e incluso puede darse que ambos personajes pierdan su vida al final de la historia, o que el héroe acabe convencido por las ideas del villano y terminen como aliados. Pero el villano no es necesario hasta el final. Por ejemplo, si este pusiera un dispositivo explosivo, pero muriera, el héroe todavía tendría que detener la bomba , y eso daría suficiente tensión al final. Las posibilidades a la hora de crear villanos son tan inimaginablemente inmensas como con cualquier otro tipo de personaje. Es importante hallar un correcto equilibrio para dar a un personaje credibilidad a la vez que lo hacemos interesante para el lector. Las opciones solo se ven limitadas por la imaginación del escritor, y en este artículo se han dejado resumidas algunas cosas que se podrían tener en cuenta a la hora de crear un villano digno de ser recordado.
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Escritor de origen Argentino