CAPÍTULO I
Diego tenía 5 años. Estaba aprendiendo a leer en la escuela, pero todavía no era tan fluido como para hacerlo frente a otras personas. Le encantaba. Era algo que para él tenía mucho significado. Sabía que aprender a leer le permitiría entender muchas cosas que por ser chico la gente veía normal que no entendiera. Diego no era un niño común. Parecía, eso sí, porque pasaba horas jugando con Majine, su gata, se colaba en el cuarto de su hermano mayor para ´registrar experiencias´ y amaba los sábados en la tarde porque su mamá lo llevaba a comer helado de yogur de maracuyá y vainilla con chocolate. Diego tenía una amiga en la escuela. Era un poco mayor que él, pero se entendían muy bien porque ambos parecían disfrutar de las mismas cosas. Anita tenía 6 años. Ya estaba empezando la primaria. Amaba la biología y decía que cuando grande quería ser