Revista oct nº 053 oct dcccxcv

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+Contenido:  PORTADA  LAS CATEDRALES DEL MUNDO. (Sta. María del Romeral - Monzón).  CONQUISTADORES ESPAÑOLES. (Gonzalo de Alvarado).  EL ARTE MUDÉJAR EN ANDALUCÍA. (Mezquita de Córdoba).  LA PRIMERA CRUZADA.  LOS PAPAS DE LA HISTORIA. (San Fabián).  El RINCON DE JOAQUÍN SALLERAS.  NOTICIAS OCT  LUGARES MÁS MÁGICOS DE ESCOCIA. (Skara Brae)  HUGO DE PINÓS O DE BAGÁ  LEYENDAS Y TRADICIONES POPULARES. (Leyenda del Lago Ness).  CONTRAPORTADA.

+Editorial:

 Federico Leiva i Paredes. Editor y Director.

+Colaboradores:  Joaquín Salleras Clarió (Historiador de Fraga).  Albert Coll Vilá.  Josep Ricard Vento Belda.  Juan A. Portales.  Frey Jesús.  Fredy H. Wompner

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Non Nobis Domine Non Nobis

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Sed Nomine Tuo Da Gloriam


A la ribera del Cinca estratégicamente situada en vías de comunicación desde época ibero-romana, se sitúa la industriosa ciudad de Monzón cabecera de su comarca. Su paisaje lo domina desde la altura el castillo, emblema local y paradigma templario de Aragón. A sus pies se apelotona el caserío ocupando la ladera hasta el río Sosa y aun más allá por el crecimiento de la etapa moderna de la localidad. La Colegiata de Santa María del Romeral, Concatedral junto con Barbastro, se halla en medio de la población, y al parecer asienta sobre la antigua mezquita. Sucesivas reformas han desvirtuado bastante su fisonomía exterior, que no hace presagiar su grandiosidad interior. Tiene planta basilical de tres naves acabadas en sendos ábsides (el situado al norte fue sustituido por capilla gótica). Otra nave transversal forma el transepto, sobre el cual se elevaba bóveda, sustituida en 1614 por elegante torre de estilo mudéjar. La orientación del templo se desvía unos 40 grados hacia el norte. Las medidas aproximadas del templo original son de 36x22 metros, más el añadido a los pies de unos 10 metros correspondiente a dos capillas laterales y el coro. El enclave musulmán de Monzón fue reconquistado en 1089 bajo el reinado de Sancho Ramírez, siendo su hijo, el príncipe Pedro (futuro Pedro I) quien lo tomó. Cambió de mano a favor de los musulmanes hasta que en 1114 fue definitivamente reconquistado para Aragón. La iglesia de Santa María fue consagrada durante el reinado de Pedro I (1094 - 1104) quien asistió al acto oficiado por el obispo Poncio de Roda de Isábena (1094 - 1096). Se apunta como fecha probable de la consagración a 1095 a juzgar por la donación a Santa María del Castillo e iglesia de Conchel precisando en el acta de donación "qui quid habebam in die consecrationis predictae ecclesiae" (Documentos reales del antiguo archivo de Roda, citado por F. Castillón). En este templo se celebraron Cortes del Reino en 40 ocasiones. Las enumera en Padre Huesca, desde 1289 (Alfonso III) hasta 1585 (Felipe II)


La primitiva advocación a la Virgen de este templo (era habitual dedicarlos a Nuestra Señora, o a la Virgen, y celebrarlo el día de la Asunción) fue matizada en época posterior dedicándola a Nuestra Señora del Romeral, en recuerdo de una imagen de la Virgen hallada bajo un romero en la ladera del castillo. Según el P. Huesca era de marfil, de palmo y medio de altura y desapareció en 1642 en las guerras con los franceses. El edificio no señala al exterior la majestuosidad que al interior hallaremos. Los añadidos a poniente y al lado norte, capillas y pequeño atrio de acceso, así como la plaza elevada al sur, donde estuvo el desaparecido claustro, amén de la apariencia descuidada del exterior de sus paramentos enmascaran tanto la historia tan solo esbozada más arriba, como la grandeza de formas al interior. Las sucesivas reformas le han privado de la mayor parte de la iluminación natural de modo tal que sin la ayuda de medios artificiales el templo es absolutamente oscuro. La iluminación artificial es un quebradero de cabeza para tomar imágenes en especial por la diversidad de fuentes de luz y de su dispar temperatura de color. La disposición del mismo se compone de una nave transepto a la que abren los tres ábsides y que se sigue a poniente por un espacio prácticamente cuadrado compuesto de tres naves articuladas por tres pares de pilastras cruciformes exentas con semicolumnas adosadas, dividiéndolo en nueve espacios rectangulares. La cabecera se compone de tres ábsides, más amplio, elevado y profundo el central en el que destaca un prolongado presbiterio cubierto por medio cañón. El cilindro absidal posee tres alargados vanos derramados carentes de decoración. Tampoco la poseen las pilastras de los arcos torales correspondientes al lado de la cabecera del templo, a diferencia de los situados del lado de las naves, que ya tienen semicolumnas y capiteles decorados. El ábside sur abre a la nave transepto a continuación del central. Su presbiterio es más discreto y al cilindro absidal abre un solo vano derramado y sin decoración. Tiene imposta biselada que separa bóvedas de paramentos, y sobre su arco de acceso, tangente, otra que es continuación de la imposta del ábside central. El ábside norte fue demolido para edificar una capilla poligonal gótica, con bóveda de nervaduras. Solo persiste el arco de acceso al mismo. La nave transepto es de notable altura, pura de líneas. Bóveda de medio cañón y torales doblados que en su centro soportaron desaparecida bóveda. Restan las trompas por medio de las que se pasó del cuadrado al octógono para su sustento. Hoy en altura hay bóveda de crucería sobre la que alza la torre mudéjar. Bajo ella, se sitúa el altar, ocupando un lugar adelantado al ábside central en pleno transepto.


El cuerpo del templo se estructura en tres naves. La central es de mayor amplitud y cubre con bóveda de medio cañón apuntado. Las laterales son más estrechas y su bóveda es de estricto medio canon. La altura de las tres naves es semejante. Acaso algo mayor la de la central, por la forma apuntada de su bóveda; pero las impostas se sitúan a la misma altura en ambas. Ello hace que la unión de las naves laterales con la nave transepto se efectúa a través de un arco que aparenta angosto, y con amplio muro sobre el mismo hasta alcanzar el arranque de la bóveda. Tres parejas de pilastras de sección cruciforme con semicolumnas adosadas articulan sus espacios. Sobre ellas voltean fajones y formeros doblados componiendo una bella estructura de puras líneas románicas. Cada uno de los tres tramos de las naves laterales contó con un vano para permitir su iluminación. Las modificaciones descritas los han dejado sin función propiciando la oscuridad ya mencionada. La sensación de claridad en la cabecera del templo se logra a base de luz fluorescente que contrasta con la cálida y rojiza de las naves. Luz fluorescente que suple a la natural para orientar la oración según postula Santo Tomás de Aquino.

"Es conveniente que adoremos con el rostro vuelto hacia el oriente: primeramente para mostrar la majestad de Dios, que nos es manifiesta por el movimiento del cielo, que parte del oriente; en segundo lugar, porque el Paraíso Terrenal existió en oriente y nosotros tratamos de volver a él; en tercer lugar, porque Cristo, que es la luz del mundo, es llamado Oriente por el profeta Zacarías, y porque según Daniel, ´subió al cielo del cielo al Oriente´; y en cuarto lugar, por último, porque en el oriente es donde aparecerá en el último día, conforma a las palabras del Evangelio de San Mateo: ´Como el relámpago que sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre" (El simbolismo del templo cristiano. Jean Hani. 2000. Pag,.42) Otro detalle es la modernidad que se nos ha colado de golpe en el espacio románico. Quizá por el relativo aislamiento de las naves laterales. Lo cierto es que desde una videocámara situada en una de las pilastras del lado norte, se envía la señal visual del altar a tres parejas de monitores colocados a media altura en el lado interior de las naves laterales permitiendo que vean los fieles "en directo" al celebrante.

Por F.L.P.


D. Gonzalo de Alvarado

Gonzalo de Alvarado y Contreras, conquistador español hijo de Gómez de Alvarado y Mexía de Sandoval (Comendador de Lobon, Puebla, Montijo y Cubillana Alcalde de Montánchez - 13 de Santiago - Sr. de Castellanos, Maestresala de Enrique IV, General de la Frontera de Portugal) y de Leonor de Contreras. Fue uno de los hermanos de Pedro de Alvarado. En 1510 pasa a Indias junto a su tío Diego de Alvarado y Mexía, corregidor de la capital de La Española. Participó junto a sus hermanos en campañas militares en México, Guatemala y El Salvador fundando en este último, la villa de San Salvador actual capital de El Salvador. Según el historiador Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán en su famosa obra Recordación Florida, la descendencia de Gonzalo quedó representada en la familia Vides de Alvarado, quienes también fueron fundadores de la villa San Vicente de Austria en El Salvador, según el historiador padre Domingo Juarros y Montúfar en su obra Compendio de la historia de la ciudad de Guatemala. Participó en la conquista de Cuba (1511), junto a su hermano Pedro que recibió una capitanía y quedó de encomendero, a las órdenes de Diego Velázquez. En 1518 participa junto a sus hermanos en la expedición de Grijalva, recorriendo el litoral del Yucatán y luego el de México. En junio de 1518, peleó en Campeche y penetraron en el río Papaloapán. Una vez que Hernán Cortés hubo partido hacia Trinidad, allí se unieron los Alvarado a la expedición. De aquí en adelante, la actuación de todos ellos resultaría muy destacada en todas las batallas que sostuvieron los españoles contra los indígenas. Tabasco, Centla y Ulúa, fueron lugares donde comenzó a admirarse sobre todo el valor de su hermano Pedro de Alvarado. Cuando se firmó la paz con los tlaxcaltecas, estos reforzaron las filas de las tropas que mandaría su hermano en las subsiguientes campañas. Tras participar en la conquista de Tenochtitlán, se dedicaron a someter el resto de México y de los territorios de sus alrededores en que se había fijado Cortés, y por orden de este y bajo el mando de su hermano Pedro se dirigen hacia el sur partiendo de capital de Nueva España el 13 de diciembre de1523, a la conquista de las tierras de Guatemala "...e diole al tal Alvarado para aquel viaje sobre trescientos soldados, y entre ellos ciento y veinte escopeteros y ballesteros; y más le dio cienta y treinta y cinco de a caballo, cuatro tiros y mucha pólvora, y un artillero que se decía fulano de Usagre, y sobre doscientos tlascaltecas y cholultecas, y cien mexicanos, que iban sobresalientes...".


Los intérpretes indígenas que les acompañaban llamaban a aquellos territorios Quauhtlemallan (aunque esta palabra es en lengua nahuatl, la traducción es la misma que en lengua Maya Quiché i quiere decir “lugar donde abundan los árboles”). A la conquista de Cuzcatlán, Gonzalo de Alvarado acompañó a su hermano Pedro de Alvarado, que partió con un ejército compuesto de doscientos cincuenta españoles y seis mil “indios amigos” como tropas auxiliares, a quienes se le sumaron varios cientos de guerreros cakchiqueles. De acuerdo con la cronología del historiador Jorge Lardé y Larín, entraron en lo que es hoy territorio de El Salvador el 6 de junio de 1524, cruzando el río Paz en la costa de Ahuachapán. Tras pasar por un par de poblaciones, que hayaron desiertas, continuaron hacia el sur y se adentraron en el territorio del señorío de Izalco. Los expedicionarios tuvieron su primer encuentro en las inmediaciones de Acaxual (actual Acajutla) el 8 de junio, donde se libró una de las más feroces batallas de la conquista. El ejército pipil presentó batalla en campo abierto y fue aniquilado casi por completo. Sin embargo, no fue fácil la victoria para los españoles y sus aliados, pues perecieron también muchos auxiliares, algunos soldados españoles, e incluso su hermano y capitán de las tropas Pedro de Alvarado recibió un flechazo en la pierna izquierda, lanzada presuntamente por el príncipe Atonal (Sol de agua), aunque actualmente la existencia de este personaje está discutida (sin embargo aparece en las crónicas españolas de la época), que lo mantuvo durante ocho meses entre la vida y la muerte y lo dejó cojo de por vida. El propio Don Pedro de Alvarado describe en los siguientes términos la batalla: "...nos persiguieron todos gritando, hasta llegar a las colas de nuestros caballos y sus flechas que lanzaban caían adelante de nuestros delanteros y cada momento avanzábamos todos ganando el llano, ya todo era llano para ellos y para nosotros. Y cuando habíamos retraído un cuarto de legua y ellos siguiéndonos, y estábamos adonde a cada uno le habrían de valer solo las manos y no el huir de vuelta sobre ellos con toda la gente y rompimos por ellos, y fue tan grande el destrozo que en ellos hicimos que en poco tiempo no había ninguno vivo, porque venían tan armados que el que se caía al suelo no se podía levantar por sus corseletas de algodón de tres dedos hasta los pies y sus flechas y lanzas muy largas. En cuanto se caían nuestra gente de a pie los mataban a todos. En este encuentro me hirieron muchos españoles y yo con ellos. Me dieron un flechazo que me pasó la pierna y entró la flecha en la silla de montar, quedando yo clavado al caballo, y de la cual herida quedé lisiado, que me quedó una pierna más corta que la otra bien cuatro dedos" Las crónicas españolas explican que Atonal y algunos guerreros consiguen huir y sobreviven a la carnicería. Tras la batalla, los conquistadores se repliegan y permanecieron cinco días en Acaxual, recuperándose del combate. Finalmente el 13 de junio de 1524 avanzaron sobre Tacuzcalco, donde los pipiles presentaron un poderoso ejército de aproximadamente 5000 guerreros que esperaba a los invasores en formación y armados en su mayoría con largas "...lanzas de treinta palmos todas enarboladas...", de nuevo al mando del príncipe Atonal. Aunque Pedro de Alvarado pudo penosamente desplazarse a caballo para dar órdenes en la batalla, finalmente confía la dirección del combate a Gonzalo. Las tropas españolas se organizan con Gómez de Alvarado por el flanco izquierdo, con treinta caballos; por el flanco derecho, el mismo Gonzalo de Alvarado, con veinte hombres a caballo; y por el centro, Jorge de Alvarado, con el grueso de la tropa. De nuevo barren del campo de batalla a los guerreros pipiles -“Aquí se hizo muy grande matanza y castigo”narró el conquistador. Tras la batalla, el mismo Gonzalo de Alvarado persigue y mata al rebelde Atonal de dos disparos cuando intenta huir del lugar.


Dos días más tarde se marcharon a Mihuatlán; luego a Ateos, donde recibieron mensajeros de los señores de Cuzcatlán, y finalmente entraron en esta ciudad el 17 de junio de 1524. Allí los conquistadores fueron recibidos pacíficamente por el rey Atágat, conocido como Atlacatl “El Viejo” (aunque actualmente la existencia de este personaje está discutida, sin embargo aparece en las crónicas españolas de la época). Esto no evitó actos de pillaje, lo que precipitó la huida de casi todos sus habitantes hacia los montes aledaños, según palabras de Pedro de Alvarado, “halló todo el pueblo alzado, y mientras nos aposentábamos no quedó hombre de ellos en el pueblo, que todos se fueron a las sierras”. Los españoles creyeron que se trataba de un acto de rebeldía y esa misma noche, Pedro de Alvarado giró la orden de matar a la nobleza de Cuzcatlán, ahorcando al rey y a su corte. Este acto despertó las iras del pueblo cuscatleco. El cacique Atacatl “El Joven” (su existencia también está discutida en la actualidad y es posible que se trate de un cargo más que de un personaje) y sus soldados estaban dispuestos a vengarse o a morir. Ante la incapacidad de llamar a sumisión a los rebeldes, Pedro de Alvarado convocó al hijo del rey asesinado. La respuesta del noble cuscatleco es histórica: “Si queréis las armas, venid a traerlas a las montañas”. Iracundo, Pedro de Alvarado mandó atacar a los pipiles infructuosamente en las serranías: perdió once caballos, algunos soldados españoles, gran número de nativos de las tropas auxiliares y su calidad de capitán invicto. Don Pedro confiesa así su derrota en la capital de los pipiles: “Sobre estos indios de Cuzcatlán, que estuve diecisiete días, que nunca por entradas que mandé hacer, ni por mensajes que les hice, como he dicho, los pude atraer por la mucha espesura de los montes y grandes sierras y quebradas y otras muchas tierras que tenían”. En la segunda semana de febrero de 1525 ocurrieron dos sucesos importantes: Pedro de Alvarado sanó de la herida que lo tenía postrado y recibió un refuerzo de 200 soldados españoles procedentes de México. El Adelantado preparó una expedición fundadora hacia Cuzcatlán y puso al frente de ella a su hermano el capitán Gonzalo de Alvarado. En esta campaña figuraban también: Diego de Holguín, Francisco Díaz, Alonso de Oliveiros y muchos colonizadores españoles. La empresa fue coronada con éxito: alrededor del 11 de abril de 1525 y en las inmediaciones del fuerte indiano de Cuzcatlin (actual municipio de Antiguo Cuzcatlán), Gonzalo de Alvarado fundó una colonia, con el título de villa y el nombre de San Salvador, bajo deseos de su hermano Pedro por haber salvado su vida en las batallas del año precedente. Conforme a la usanza de la época, en nombre y representación de su hermano el capitán Pedro de Alvarado, Gonzalo eligió como alcalde de esta nueva villa a Diego Holguin. Esta primera villa fue destruida por los Cuzcatlecos un año después, obligando a sus pobladores a salir del lugar. No fue hasta el año 1528, que definitivamente se fundó la nueva Villa de San Salvador en el lugar conocido como La Bermuda en las cercanías de Suchitoto, esta vez por Diego de Alvarado, primo de Pedro de Alvarado, bajo la advocación de la Santísima Trinidad.. Durante la época prehispánica, el señorío de los mam era de los más vastos territorialmente, pues comprendía los actuales departamentos guatemaltecos de Huehuetenango, Totonicapán, Quetzaltenango, San Marcos y la provincia de Soconusco (ahora territorio mexicano); pero debido a las cruentas luchas entre las diferentes tribus, este territorio fue desmembrado, especialmente por la invasión de los quichés al mando del rey Quicab, conocido como Quicab el grande, y sus aliados los cakchiqueles, obligando a los mames a abandonar parte de sus extensos dominios, replegándose a la zona montañosa.


En el mes de julio del año 1525, Gonzalo de Alvarado parte hacia el noroeste del territorio junto a un pequeño grupo de ochenta soldados españoles (cuarenta de ellos a caballo) y dos mil guerreros, la mayoría tlaxcaltecas y algunos mexicas (Aztecas), aliados de los españoles, a los que añadió trescientos naturales para que realizaran el trabajo de hacheros, macheteros y azadoneros, y además un gran número de cargadores tamemes. Partieron en busca de la capital del señorío de los Mames que en época pre hispana se conocía por Shinabajul o Xinabajul, (significa "entre barrancos" en lengua mam). Xinabajul fue conquistada por el rey quiché Quicab el grande en el siglo XV de nuestra era, y cambió el nombre de la capital por Zakuleauab o Zaculeu (que significa "Tierra Blanca"). En cambio, los indígenas tlaxcaltecas que les acompañaban utilizaban el término ahuehuetles para referirse a la capital de los mames (en idioma nahuatl algunos interpretan como "lugar de los viejos" ó "lugar de los sabios", aunque posiblemente la llamaron así por la abundancia del árbol llamado sabino, que crece en grandes cantidades en los márgenes del río Selegua y que en la zona del actual México de donde provenían se conoce como ahuehuetle, por lo que los intérpretes de estas etnias lo llamaron ahuehuetles, o sea Ahuehuetlenango, que posteriormente se cambió por Ueuetenango, Vevetenango, Güegüetenango, hasta llegar a lo que hoy se conoce como Huehuetenango). El viaje fue largo y accidentado. Al llegar a una llanura divisaron el pueblo de Mezatenango, defendido por un numeroso contingente de guerreros que se habían hecho fuertes en una fortaleza fabricada de gruesos troncos. Los indígenas recibieron con gran griterío, flechas, lanzas y piedras a los extranjeros. Los soldados se lanzaron al asalto de la trinchera sin conseguir tomarla. Entonces Alonso de Luarca embistió al mando de la caballería y consiguió hacer una brecha en la empalizada, por donde se introdujo con los suyos. Los indígenas son entonces reducidos y su pueblo tomado. Más adelante les salieron al encuentro cinco mil guerreros de Malacatán, un cacicazgo sujeto al señorío Mam de Zaculeu. Nada más comenzar la batalla, Luarca avanzó con la caballería y rompió la primera línea formada por arqueros. Los soldados españoles de infantería y las tropas auxiliares que venían detrás se encargaron de rematar la acción de la caballería. El segundo frente de los malacatanes lo formaba un contingente de guerreros portadores de largas lanzas, con las cuales mataron algunos caballos e hirieron a varios soldados. Animados por su cacique Ca-Ilocab, los mames peleaban bravamente y ya casi tenían ganada una elevación del terreno con clara intención de dejarse luego caer por la espalda del ejército español, cuando Alonso de Luarca se percató del hecho y tras advertir a grandes voces del peligro a Gonzalo de Alvarado, se lanzó a proteger aquel frente. Enseguida se trabó una sangrienta pelea que terminó cuando Gonzalo de Alvarado pudo matar de un lanzado a Ca-Ilocab. La muerte de su jefe propició una desbandada general de los guerreros malacatanes. Luarca y demás soldados les persiguen hasta Malacatán (ahora conocido como Malacatancito), población en que solamente encontraron a viejos y enfermos, ya que los demás habían huido a los montes. Al día siguiente varios caciques de la comarca vinieron a visitar a los españoles, ofreciéndoles su sumisión. Mientras tanto, Gonzalo de Alvarado dejó al cuidado de Malacatán a Bernardino de Oviedo al frente de un contingente de diez soldados y doscientos guerreros mexicanos. Finalmente se dirige Gonzalo de Alvarado hacia la capital del territorio de los mames. Al llegar a las proximidades de la actual Huehuetenango, los expedicionarios recelaron de la gran quietud que reinaba en el lugar. Por orden de Alvarado, Alonso de Luarca se adelanta a inspeccionar la ciudad, que encuentra desierta, sin provisiones y con muchas de sus casas destruidas por los propios pobladores. Caibil Balam, cacique del lugar, se había retirado con la mayoría de sus fuerzas a la casi inexpugnable fortaleza de Zaculeu, próxima al lugar.


Fuera del recinto amurallado estaba apostado un ejército de unos seis mil guerreros, originarios de Cuilco, Ixtahuacán y Zaculeu, dispuestos a rechazar a los invasores. Gonzalo de Alvarado envía contra ellos a la infantería, que pronto se encontró en grave aprieto por la lluvia de saetas, piedras y lanzas que les arrojaban los defensores. Los guerreros mames lograron matar cuarenta hombres de las tropas auxiliares, e hirieron a ocho infantes españoles. Avanza entonces Alonso de Luarca con la caballería por el ala izquierda del ejército enemigo y «lo rompió por muchas parte atropellándoles al choque con espantosa furia; haciendo cada jinete muy ancho campo por donde acometía, y todos juntos estrago lamentable con las lanzas» (Fuentes y Guzmán). Durante la carga, mueren tres caballos, que los capitanes castellanos valoraban más que a sus mismos infantes. Gonzalo de Alvarado ataca entonces con la infantería y los "indios amigos", y aunque resulta herido, termina por desbaratar por completo a los mames, que dejando a más de trescientos de los suyos muertos en el campo de batalla se tienen que replegar a la fortaleza. En esta batalla los castellanos hicieron un rico botín con las piezas de oro (patenillas) que arrancaron de los cuellos y vestimentas de los naturales muertos. Fue entonces cuando Gonzalo de Alvarado decide establecer un campamento a 5 kilómetros de la fortaleza y así se funda la ciudad de Huehuetenango. Los españoles inician el asedio del recinto, cortando todos sus suministros. Varias semanas después, Caibil Balam, carente de víveres —los sitiados habían llegado a comer los cadáveres de sus compañeros muertos—, solicitó la paz y se entregó con los suyos a Gonzalo de Alvarado, quien los trató con gran miramiento. En octubre de 1525, después de cuatro meses de campaña, expedicionarios españoles regresaron a su base de Santiago de los Caballeros.

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A raíz de la sublevación del pueblo Cakchiquel, la incipiente ciudad colonial de Santiago de los Caballeros, tuvo que trasladarse provisionalmente a Xepauu Olintepeque, cerca de Quezaltenango. Los españoles se ven forzados a la sofocación de la revuelta, al parecer ocasionada por los abusivos tributos impuestos por Pedro de Alvarado. En una de estas acciones punitivas, algunos soldados españoles son heridos durante el asalto de Xalpatagua, fortaleza edificada en un inaccesible peñol protegido por fosos y barrancos. Al final, luego de tres días de sangrientos combates, se logró tomar el lugar a costa de la pérdida de numerosas vidas de cakchiqueles y españoles. En el año 1527 el capitán Alonso de Luarca, al mando de una compañía de españoles e indígenas auxiliares, acompaña a Pedro de Portocarrero (lugarteniente de Pedro de Alvarado y casado con Leonor Alvarado Xicotencatl, hija de Pedro de Alvarado) a sofocar el levantamiento de los cakchiqueles del valle de Sacatepéquez. Después de fuertes enfrentamientos se logró pacificar la zona. A pesar de ello, la ciudad capital de Santiago de Guatemala (en el Valle de Almolonga), de la que fue primer alcalde Gonzalo de Alvarado, sería definitivamente trasladada en 1542 al valle de Panechoy. Finalmente, Gonzalo de Alvarado falleció en México, donde testó el 11 de enero de 1541.

Por F.L.P.


Catedral de Ntra. Señora de Córdoba

La Catedral de la Asunción de Nuestra Señora antes «Santa María Madre de Dios», es el nombre eclesiástico de la Catedral de Córdoba, o antigua Mezquita de Córdoba. El edificio, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad junto con el centro histórico de Córdoba se comenzó a construir en el 786 en el lugar que ocupaba la basílica visigótica de San Vicente Mártir. La mezquita fue objeto de ampliaciones durante el Emirato de Córdoba y el Califato de Córdoba. En 1238, tras la Reconquista, se llevó a cabo la reconversión de la mezquita en una catedral católica con la ordenación episcopal de su primer obispo, Lope de Fitero.5En 1523 se empezó la construcción de una basílica renacentista de estilo plateresco en el centro del edificio musulmán. Hoy constituye el monumento más importante de Córdoba, y también de toda la arquitectura andalusí, junto con la Alhambra. Con 23.400 metros cuadrados, fue la segunda mezquita más grande del mundo en superficie, por detrás de la Mezquita de la Meca, siendo sólo alcanzada posteriormente por la Mezquita Azul (Estambul, 1588). Una de sus principales características es que su muro de la qibla no fue orientado hacia La Meca, sino 51º grados más hacia el sur, algo habitual en las mezquitas de Al-Ándalus. El edificio alberga el cabildo catedralicio de la Diócesis de Córdoba y es propiedad de ésta, además está prohibido cualquier culto colectivo o rezo organizado no católico. Está declarado Bien de interés cultural en la categoría de monumento. A la catedral se accede por la Puerta del Perdón (lado norte), de estilo mudéjar (1477), donde se observan las hileras de naranjos y palmeras, y las fuentes y arcos de herradura que lo rodean. Junto a la puerta se levanta la mezquita que se compone de tres partes: "El Patio de los Naranjos", que en tiempos del Califato era el "Patio de las Abluciones" (conserva buena parte de su aspecto original), el alminar desmochado parcialmente y rodeado, a principios del siglo XVII, de un «encofrado» de estilo herreriano. La puerta de Las Palmas da acceso a la mezquita: hay un bosque de 1.300 columnas de mármol, jaspe y granito sobre las que se apoyan trescientos sesenta y cinco arcos de herradura bicolores. El mihrab, lugar santo que señala la dirección Sur y no la de La Meca, de acuerdo con la voluntad de Abderramán (hacia el río porque le llevaba hasta su Damasco natal). Ésta es una de las hipótesis, pero hoy en día está más aceptada la teoría de que la nave principal de la mezquita sigue la orientación de la calle principal (cardo) de la antigua Córdoba Romana (Colonia Patricia), como se ha atestiguado en las excavaciones arqueológicas realizadas en la ciudad. El mihrab es un joyel de mármol, estuco y mosaicos bizantinos brillantemente coloreados sobre fondo de oro y bronce, además de cobre y plata.


En el Lucernario se conservan los arcos lobulados de los muros y la cúpula. En la cabecera destacan los arcos, los mosaicos del muro y la estructura y decoración de las cúpulas a base de arcos cruzados. Tras la conquista de Córdoba por los cristianos, éstos utilizaron la mezquita para celebrar su culto, pero en el siglo XVI, cuando el Islam fue definitivamente expulsado de la península Ibérica, los vencedores quisieron adecuarla a sus creencias: construyeron una catedral renacentista en sus naves centrales, a cargo de Hernán Ruiz, llamado "el viejo", y luego, de su hijo, en pleno corazón de la mezquita, alterando la perspectiva original. De la antigua iglesia cristiana, destruida para construir en su solar la mezquita, apenas quedó rastro y solo a raíz de algunos trabajos iniciados en la década de 1940 se lograron recuperar algunos de sus restos en el subsuelo de la Catedral, fundamentalmente mosaicos y los pilares. Tras la llegada del Islam a Córdoba, la basílica visigótica de San Vicente, que había sido el templo cristiano más importante de la ciudad desde el siglo V, pasó a compartirse entre cristianos y musulmanes. Según una versión sucinta del relato tradicional, la mezquita de Córdoba habría sido iniciada bajo el reinado del primer emir omeya Abderramán I entre el 780 y el 785, (que compró su parte de la basílica a los cristianos) sobre la planta de la iglesia cristiana, cambiando la orientación de su eje. Sufrió sucesivas ampliaciones en los siglos IX y X y fue concluida bajo mandato de Almanzor. La más importante de las ampliaciones es la de Alhakén II a la que pertenecen los arcos del mihrab. En estos arcos se puede ver la evolución de la construcción: las columnas visigodas con sus arcos de herradura les resultaron demasiado bajos a los musulmanes por lo que decidieron añadir pilares sobre las columnas y disponer arcos más altos sin derribar los anteriores y policromando en rojo y blanco todos con lo que se construyó la célebre y más conocida imagen de la Mezquita de Córdoba. Fue lugar de reuniones a la vez religiosas y políticas pues podía albergar hasta veinte mil personas. Las excavaciones arqueológicas dirigidas por el arquitecto Félix Hernández en 1930 demostraron la existencia en el subsuelo de la actual Catedral de todo un complejo episcopal que puede datarse entre los siglos IV y VI. Allí se encuentran los restos arqueológicos de la basílica visigótica dedicada a San Vicente Mártir, la domus episcopalis, y la escuela clerical y los servicios de caridad del Obispo. El inicio de su construcción se debe al primer emir rey de Córdoba, haciéndose sobre el emplazamiento de la Basílica visigoda de San Vicente Mártir, iglesia construida en el siglo VI, en cuyo solar se inicia la edificación del oratorio oharam en el año 786. Ignacio Olagüe Videla, en su célebre La Revolución islámica en Occidente (1974), supone por la arqueología que Abderramán I no habría construido nada, y que el templo primitivo ya contaba con el famoso bosque de columnas. Como, por su ordenación interior, éste no parece concebido para el culto católico o musulmán, puede que fuera edificado para el culto arriano. Este primer edificio consta, en cualquier caso, de once naves longitudinales orientadas hacia el río Guadalquivir, cuya anchura es idéntica, a excepción de la central, que conduce al mihrab y las dos de los extremos. La central ligeramente más ancha que el resto y las laterales ligeramente más estrechas, aunque estas leves diferencias solo son apreciables en un plano. Estas naves constan de doce tramos o crujías que corren en dirección al muro de la quibla.


Los materiales utilizados son de acarreo: fustes de columnas y capiteles procedentes de construcciones y épocas anteriores (romanos y visigodos), sobre los cuales se elevan pilares rectangulares de sillería que dotan de más altura al conjunto. Para darle estabilidad a este alzado se recurre a dobles arcos, de los cuales el inferior, de herradura, hace funciones de entibo, mientras que el superior, de medio punto, es el que soporta la cubierta. Este sistema, además de la alternancia cromática y material de las dovelas, rojas de ladrillo, amarillentas las de caliza, parece estar inspirado en el acueducto romano de El resultado es un inmenso bosque de columnas coronado de doble arquería que recuerda a un palmeral. El conjunto se cierra con el muro de la quibla, que a diferencia de la mayoría de mezquitas no está orientado hacia La Meca sino hacia el sur, hecho éste cuyo motivo está en duda, y que van desde la inexperiencia y el error en el cálculo, hasta la pura intencionalidad política tras la proclamación de la independencia política del emirato cordobés, todo apunta a que quisieron imitar a la Mezquita de Damasco, también de los Omeya, y orientada al sur. Las obras terminaron en el 788. Terminó el patio o sahn y erigió el primer alminar. Este primitivo alminar, de planta cuadrada, fue más tarde derribado por Abderramán III quien construyó otro, luego parcialmente desmochado, y cuyos restos se cree que se encuentran actualmente embutidos en el campanario cristiano de la catedral. La cimentación del alminar de Hisham I fue hallada en el Patio de los Naranjos por el arqueólogo Félix Hernández en el siglo XX, quién dejó marcada su ubicación en el pavimento y es hoy día visible. Según la historiografía clásica, el crecimiento de la ciudad habría determinado la necesidad de un oratorio (haram) con un aforo mayor para poder albergar más fieles durante la celebración de los viernes, por lo que este emir decidió la primera ampliación de la mezquita. Ignacio Olagüe Videla supone, además, que es a Abderramán II a quien debemos las obras que convertirían al templo arriano en mezquita. En cualquier caso, éstas se iniciaron en el 833, acabándose en el 855, bajo mandato ya del hijo de Abderramán II. La intervención del primer califa cordobés no afectó al oratorio. Pero agrandó el patio, derribó el primer alminar y erigió uno nuevo que sería modelo para los alminares almohades y los campanarios mudéjares. Este alminar se conserva actualmente desmochado y embutido en el campanario cristiano, aunque se conoce su alzado gracias a los dibujos conservados. El único testimonio gráfico que nos ha llegado es un relieve que se encuentra en una de las enjutas de la Puerta de Santa Catalina. Coincidiendo con el esplendor del califato, durante el siglo X se llevarán a cabo las más extensas intervenciones en la mezquita. Pero será la de Alhakén II la ampliación más bella y rica. El segundo día de su reinado encarga a su chambelán Chafar (o Yafar) las obras. Se derriba el muro de la qibla de Abderramán II, del que también quedan restos visibles en la actualidad, y se amplía el oratorio en doce crujías más en el sentido sur seguido hasta entonces. Para mejorar la iluminación se construyen cuatro lucernarios con bellas cúpulas nervadas. El primero de ellos, previo a la macsura, lo ocupa actualmente la Capilla de Villaviciosa. Los otros tres se elevan delante del nuevo muro de qibla; uno delante del mihrab y los otros dos flanqueándolo.


Previos a la macsura aparecen nuevos arcos polilobulados y entrecruzados, y en las columnas se alternan fustes rosas y azules. Los materiales ya no son de acarreo, sino labrados ex profeso, con presencia de capiteles de pencas, una abstracción y esquematización de los corintios y compuestos del mundo romano y que derivarán en los de avispero que se pueden observar en Medinat Al-Zahra. Todo esto configura la unidad estilística del arte califal ya presente en Medina Azahara. Otras novedades son el doble muro de la qibla, que facilita la conexión con el sabat y que permite que el mihrab no se limite a un simple nicho, sino que se abra como una pequeña habitación octogonal cubierta con una cúpula con forma de concha. La portada del mihrab y las cúpulas que lo preceden van recubiertas de mosaicos ejecutados por artesanos bizantinos enviados por el basileus cargados con trescientos veinte quintales de teselas. Dado el gran continuo crecimiento demográfico de Córdoba, este hayib decide llevar a cabo la tercera y última de las intervenciones en la mezquita a fines del siglo X. Su ampliación, la más extensa de todas, afecta tanto al oratorio como al patio. Pero esta ampliación no se hará hacia el sur como las anteriores, puesto que la cercanía del Guadalquivir lo impide. La expansión será hacia el este, para lo que Almanzor debió expropiar el caserío que ocupaba la zona. Se construyen ocho nuevas naves que dejan descentrado el mihrab y el extendido muro de la qibla ya no es doble, sino simple. En los arcos la alternancia de dovelas es solo cromática y no de materiales puesto que todas son de piedra caliza, aunque pintadas de almagra las rojas. Tras la reconquista cristiana de Córdoba en 1236, San Fernando convirtió la mezquita en catedral, sufriendo diversas alteraciones que acabarán configurando la actual Catedral de Córdoba. Durante toda la Baja Edad Media prevaleció ya convertida en Catedral, adaptándose el culto y la liturgia cristiana a la espacialidad islámica con algunos acomodos. En 1371 fue terminada la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba, donde estuvieron sepultados los reyes Fernando IV y Alfonso XI hasta que, en 1736, los restos mortales de ambos monarcas fueron trasladados a la iglesia de San Hipólito de Córdoba, donde reposan en la actualidad. La Capilla Mayor fue situada bajo uno de los lucernarios de Alhakén II, en el ámbito rico de la Mezquita del siglo X, pero sin provocar destrucciones arquitectónicas; asimismo, la magnificencia del edificio determinó que el ámbito de mayor esplendor, la Macsura y el Mihrab, no fueran tocados ni destruidos, quedando indeleble su construcción. Sin embargo, con el paso de los siglos la Catedral precisaba mayores acomodos y una mayor dignificación en la Capilla Mayor, realizándose a finales del siglo XV (1489) una capilla cristiana donde estaba la antigua capilla del siglo XIII. Esta nueva capilla catedralicia (dentro de la antigua mezquita) será promovida por el obispo D. Íñigo Manrique (1486-1496), quien promueve la construcción de una nave con formulación arquitectónica gótica y algunas modificaciones en los accesos, que también prosiguieron los prelados siguientes: Juan Rodríguez de Fonseca (1499-1505.) D. Juan Daza (1505-1510), D. Martín (1510-1516). Sin embargo, la mayor quiebra del edificio islámico se va a producir a lo largo del siglo XVI, pues en medio de la antigua mezquita se levantará una gran nave cristiana bajo los auspicios artísticos y arquitectónicos de los aires renacentistas; esto supuso una ruptura grave para los postulados espaciales islámicos. No en vano la propuesta fue polémica y estuvo sujeta a duros enfrentamientos entre diferentes próceres (a favor y en contra).


La obra se comenzó en 1523 por iniciativa del obispo D. Alonso Manrique (1518-1523, hijo del gran comendador de la Orden de Santiago), que supo atraer hacia Córdoba los principios planimétricos de las catedrales castellanas, pues había sido obispo de Badajoz y Salamanca. La nueva nave de la Catedral de Córdoba estuvo al cargo del arquitecto Hernán Ruiz, el Viejo, que aunque desarrolla sus primeras actuaciones bajo postulados góticos con ciertos arcaísmos, también es verdad que muestra ya claramente los postulados del Renacimiento. Su hijo Hernán Ruiz el Joven, el gran arquitecto de la saga de los Ruiz, manifiesta ya claramente la formulación clasicista en la nueva nave, que hará evolucionar el estilo, y es el artífice de las más notables magnificencias de esta nave. También de muchas de las capillas y rejería. Después de cien años de obras la nueva nave de la Catedral serán concluida con principios estéticos manieristas, como puede verse en la cúpula del crucero del maestro Juan de Ochoa, o la formulación de la bóveda con lunetos del Coro que anuncia los prolegómenos del arte barroco, donde los criterios estéticos ya van claramente por otros derroteros a los del Renacimiento (yeserías, luces y sombras, escenografías, etc.). Tras esta gran reforma del siglo XVI, la antigua mezquita solamente recibirá aditamentos menores y complementos de liturgia. A pesar de los avatares de la Historia, la antigua mezquita pervive en su esencia islámica, con la singularidad de los elementos básicos. No obstante, superado el empeño decimonónico por subrayar el elemento islámico, se trata de un híbrido arquitectónico que sintetiza una buena parte de los valores artísticos de Oriente y Occidente. Desde esa perspectiva, la Mezquita-Catedral representa una síntesis de los vaivenes de la historia de España. La capilla Mayor, el coro y el trascoro, forman el núcleo de la Mezquita-Catedral. Saliendo del coro pueden verse las capillas que rodean a la nave; girando a la derecha se encuentra en primer lugar la lauda sepulcral de los Cinco Obispos, ejecutada en 1554 y realizada en mármol según el deseo del obispo Leopoldo de Austria. Le sigue la capilla del Dulce Nombre de Jesús, separada del resto del templo por una magnífica reja. A ésta le siguen la capilla de San Pelagio, la capilla de Santo Tomás y la capilla de Jesús, María y José, llamada popularmente la «capilla del Niño Perdido». Pasado el crucero, se llega al transepto, cubierto por tracería gótica decorada en su parte izquierda con bustos de profetas, y en su parte derecha con figuras femeninas, que posiblemente representen a las virtudes. El trasaltar tiene cinco arcos, cuatro destinados a capillas, constituyendo el quinto la portada de ingreso a la sacristía. Por encima de los arcos hay una cornisa con grutescos y tondos con bustos, y en los cinco tímpanos hay relieves que representan el Prendimiento, el Camino del Calvario, la Crucifixión, el Descendimiento y la Resurrección, todos ellos obras anónimas de un taller local de comienzos del siglo XVI, influenciado fuertemente por los flamencos. Junto a la puerta de la sacristía se sitúa la capilla de San Bernabé, seguida por la capilla del Ángel de la Guarda, a la que sigue la capilla de la Presentación. El Eje de Villaviciosa está compuesto por la capilla de Villaviciosa; la Capilla Real, contigua a la capilla de Villaviciosa; y la capilla de San Pablo, que está situada a espaldas de la Capilla Real. Todas estas construcciones se hallan encastradas en las naves islámicas. Exterior. Puertas fachada oeste. De norte a sur: Postigo de la leche: Es una de las puertas de acceso al patio de los Naranjos. Su aspecto actual data de la primera década del siglo XVI, diseñada por el arquitecto Hernán Ruiz I. Puerta de los Deanes: Es una de las puertas de acceso al patio de los Naranjos. Fue construida en el siglo VIII por Abderramán I. De la puerta original solo se conserva parte del frontal interior. Puerta de San Esteban.


Fue construida en el siglo VIII por Abderramán I y reformada posteriormente por Muhammad I en el año 855. Es también conocida como puerta de San Sebastián, puerta de los Visires o puerta de Bab alWuzara. Puerta de San Miguel: Fue construida en la ampliación realizada por Abderramán II. En el siglo siglo XVI se le añadió el escudo del obispo Juan Daza. Es también conocida como puerta de los Obispos. Puerta del Espíritu Santo: Fue construida en la ampliación realizada por Alhakén II. Postigo del Palacio: Fue construida en la ampliación realizada por Alhakén II. También conocida como puerta de San Pedro, puerta de San Lorenzo o puerta de la Paloma. Puerta de San Ildefonso: Fue construida en la ampliación realizada por Alhakén II. Puerta del Sabat: Fue construida en la ampliación realizada por Alhakén II. Esta puerta comunicaba la mezquita con el antiguo alcázar andalusí a través de un puente que fue derribado en el siglo XVI. Fachada este. De norte a sur: Puerta de la Grada Redonda: Es una de las puertas de acceso al patio de los Naranjos. Su aspecto actual, de estilo churrigueresco, data del año1738. Puerta de Santa Catalina: Es una de las puertas de acceso al patio de los Naranjos. Recibe su nombre por su cercanía al antiguo convento de Santa Catalina. De estilo renacentista, fue construida en el siglo XVI por el arquitecto Hernán Ruiz II. Puerta de San Juan: Recibe su nombre de la capilla de San Juan Bautista, que se encuentra al otro lado de dicha puerta. Fue restaurada en 1913por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. Puerta del Baptisterio: Recibe su nombre de la capilla del Baptisterio, que se encuentra al otro lado de dicha puerta. Fue restaurada en 1913 por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. Puerta de San Nicolás: Recibe su nombre de la capilla de San Nicolás de Bari, que se encuentra al otro lado de dicha puerta Fue restaurada en 1913 por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. Puerta de la Concepción Antigua: Recibe su nombre de la desaparecida capilla de Nuestra Señora de la Concepción, que se encontraba al otro lado de dicha puerta. Fue restaurada en 1913 por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. Puerta de San José: Recibe su nombre de la capilla de San José, que se encuentra al otro lado de dicha puerta. Fue restaurada en 1913 por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. Puerta del Sagrario: Recibe su nombre por su cercanía a la capilla del Sagrario. Fachada norte. De este a oeste: Puerta del Perdón: Fue construida en el siglo XIV y posteriormente reformada en el siglo XVII.18 Consta de dos arcos de herradura, uno dando a la calle y el otro al patio de los Naranjos, entre los cuales se halla un espacio cuadrangular con techo en forma de cúpula. Puerta del Caño Gordo: Fue construida en el siglo XVI y reformada en el siglo XVIII. Recibe su nombre por su cercanía a la fuente del Caño Gordo. El tesoro de la catedral se encuentra en la capilla de Santa Teresa y estancias adjuntas. Como uno de sus tesoros principales, guarda la catedral la Custodia de Arfe, labrada por Enrique de Arfe. Mide 2,63 metros de altura y pesa más de 200 kilos. Representa una catedral gótica de planta dodecagonal, se compone de dos cuerpos que alojan en un interior al viril y una imagen de la Virgen de la Asunción. Sufrió una restauración en el año1735, donde Damián de Castro le añadió un basamento y elementos decorativos barrocos, y en el año 1966 el viril fue aureolado con brillantes. Hay una colección de portapaces, cálices y copones de oro y plata así como grandes cruces de materiales preciosos, una de ellas donada a la catedral por el obispo Diego de Mardones en el año 1620. Posee el tesoro unos magníficos crucifijos de marfil, siendo el que más sobresale uno del siglo XVII realizado por Alonso Cano. Por F.L.P.


La Primera Cruzada inició el complejo fenómeno histórico de campañas militares, peregrinaciones armadas y expansión colonial en Oriente Próximo que convulsionó esta región entre los siglos XI y XIII y que es denominado por la historiografía como las Cruzadas. Aprovechando la llamada de auxilio del Emperador bizantino Alejo I Comneno, enfrentado con los turcos selyúcidas, el papa Urbano II predicó en 1095 a los diferentes estados cristiano-romanos de Europa Occidental la conquista de la llamada Tierra Santa. Al intento de Pedro el Ermitaño, siguió la movilización de un ejército organizado, inspirado por el ideal de la guerra santa y liderado por nobles principalmente provenientes del reino de Francia y del Sacro Imperio Germánico, que fue nutriéndose en su avance de caballeros, soldados y numerosa población, hasta transformarse en un fenómeno de migración masiva. Los cruzados penetraron en el llamado Sultanato de Rüm y avanzando hacia el sur, fueron apoderándose de diversas ciudades y rechazando las fuerzas enviadas en su contra por los gobernadores divididos en sus disputas internas, hasta que adentrándose en los territorios de la dinastía Fatimí, conquistaron en el 1099 la ciudad de Jerusalén. La Primera Cruzada supuso políticamente la constitución de los Estados Latinos de Oriente y la recuperación para el Imperio bizantino de algunos territorios, a la vez que significó un punto de inflexión en la historia de las relaciones entre las sociedades del área mediterránea, marcado por un periodo de expansión del poder del mundo occidental y por el uso del fanatismo religioso para la guerra. También permitieron aumentar el prestigio del papado, y el resurgir, tras la caída del Imperio romano, del comercio internacional y del incremento de los intercambios que favorecieron la revitalización económica y cultural del mundo medieval. La idea de Guerra Santa surgió del Papa Gregorio VII tras la derrota del Imperio Bizantino a manos de los turcos Selyúcidas en la batalla de Manzikert en el 1071. Esta batalla significó la ocupación turca de la península de Anatolia y el corte de la vía terrestre de peregrinación a los Santos Lugares de Palestina, los peregrinos serán atacados, robados y asesinados por los nuevos ocupantes turcos. Los orígenes de las Cruzadas en general, especialmente la Primera Cruzada, provienen de los acontecimientos más tempranos de la Edad Media. La consolidación del sistema feudal en Europa occidental tras la caída del Imperio carolingio, combinada con la relativa estabilidad de las fronteras europeas tras la cristianización de los vikingos y magiares, había supuesto el nacimiento de una nueva clase de guerreros (la caballería feudal) que se encontraban en continuas luchas internas, suscitadas por la violencia estructural inherente al propio sistema económico, social y político. Por otra parte, a comienzos del siglo VIII, el califato de los Omeyas había logrado conquistar de forma muy rápida Egipto y Siria de manos del cristiano Imperio bizantino, así como el norte de África. Las conquistas se habían extendido hasta la península ibérica, acabando con el reino visigodo.


Desde el mismo siglo VIII se pone freno en Occidente a esa expansión, con las batallas de Covadonga (722) y de Poitiers (732), y el establecimiento de los reinos cristianos del norte peninsular y del Imperio carolingio, en lo que supusieron los primeros esfuerzos de los caudillos cristianos por capturar territorios perdidos frente a los gobernantes musulmanes, y que se expresarían ideológicamente a partir del corpus cronístico astur-leonés en lo que más tarde se denominó Reconquista Española. A partir del siglo XII tuvo factores comunes con las cruzadas orientales (bulas papales, órdenes militares, presencia de cruzados europeos). El factor desencadenante más visible que contribuyó al cambio de la actitud occidental frente a los musulmanes de oriente ocurrió en el año 1009, cuando el califa fatimí Husein al-Hakim Bi-Amrillah ordenó destruir la Iglesia del Santo Sepulcro. Otros reinos musulmanes que emergieron tras el colapso de los Omeya, como la dinastía aglabí, habían invadido Italia en el siglo IX. El estado que surgió en esa región, debilitado por las luchas dinásticas internas, se convirtió en una presa fácil para los normandos que capturaron Sicilia en 1091. Pisa, Génova y el Reino de Aragón comenzaron a luchar contra los reinos musulmanes en la búsqueda del control del mar Mediterráneo, ejemplos de lo cual podemos encontrar en la campaña Mahdia y en las batallas que tuvieron lugar en Mallorca y en Cerdeña. La idea de la Guerra Santa contra los musulmanes finalmente caló en la población y resultó una idea atractiva para los poderes tanto religiosos como seculares de la Edad Media europea, así como para el público en general. En parte, esta situación se vio favorecida por los éxitos militares de los reinos europeos en el Mediterráneo. A la vez, surgió una nueva concepción política que englobaba a la Cristiandad en su conjunto, lo cual suponía la unión de los distintos reinos cristianos por primera vez y bajo la guía espiritual del papado y la creación de un ejército cristiano que luchase contra los musulmanes. Muchas de las tierras islámicas habían sido anteriormente cristianas, y sobre todo aquellas que habían formado parte del Imperio romano tanto de oriente como de occidente: Siria, Egipto, el resto del Norte de África, Hispania, Chipre y Judea. Por último, la ciudad de Jerusalén, junto con el resto de tierras que la rodeaban y que incluían los lugares en los cuales Cristo había vivido y muerto, eran especialmente sagradas para los cristianos. En cualquier caso, es importante aclarar que la Primera Cruzada no supuso el primer caso de Guerra Santa entre cristianos y musulmanes inspirada por el papado. Ya durante el papado de Alejandro II, éste predicó la guerra contra el infiel musulmán en dos ocasiones. La primera ocasión fue durante la guerra de los normandos en su conquista de Sicilia, en 1061, y el segundo caso se enmarcó dentro de las guerras de la Reconquista española, en la batalla de Barbastro de 1064. En ambos casos el papa ofreció la Indulgencia a los cristianos que participaran. En 1074, el papa Gregorio VII llamó a los milites Christi ("soldados de Cristo") para que fuesen en ayuda del Imperio bizantino. Éste había sufrido una dura derrota en la batalla de Manzikert (1071) a manos de los turcos selyúcidas4 que abrió las puertas de Anatolia a los turcos, que establecieron varios sultanatos en la península. La conquista de Anatolia había cerrado las rutas terrestres a los peregrinos que se dirigían a Jerusalén. Su llamada, si bien fue ampliamente ignorada e incluso recibió bastante oposición, junto con el gran número de peregrinos que viajaban a Tierra Santa durante el siglo XI, sirvió para enfocar gran parte de la atención de occidente en los acontecimientos de oriente. Algunos monjes como Pedro de Amiens el Ermitaño o Walter el indigente, que se dedicaron a predicar los abusos musulmanes frente a los peregrinos que viajaban a Jerusalén y otros lugares sagrados de oriente, azuzaron todavía más el fuego de las cruzadas.


Alejo Comneno, que ya había empleado anteriormente a mercenarios normandos y de otros países de occidente, escribió una carta al papa Urbano II, solicitándole su apoyo y el envío de nuevos mercenarios que lucharan por Bizancio contra los turcos. Finalmente sería el propio Urbano II quien extendió entre el público la primera idea de una Cruzada para capturar la Tierra Santa. Tras su famoso discurso, en el concilio de Clermont (1095), en el que predicó la Primera Cruzada, los nobles y el clero presente comenzaron a gritar las famosas palabras, Deus vult! (en latín, "¡Dios lo quiere!"). La predicación de Urbano II provocó un estallido de fervor religioso tanto en el pueblo llano como en la pequeña nobleza (no así en los reyes, que no participaron en esta primera expedición). Hacia el este, el vecino más cercano de la cristiandad occidental era la cristiandad oriental: el Imperio bizantino, un imperio cristiano que desde el Cisma de Oriente de1054 había roto explícitamente sus vínculos con el papa de Roma, cuya autoridad dejó de reconocerse (de hecho, nunca se había aceptado más que como la de una primum inter pares junto a los patriarcas). Sutiles diferencias dogmáticas (la cláusula filio que y la eucaristía acimita o procimita) permitieron definir la oposición entre la Iglesia Católica occidental y la Iglesia Ortodoxa oriental. Las últimas derrotas militares del Imperio bizantino frente a sus vecinos habían provocado una profunda inestabilidad que sólo se solucionaría con el ascenso al poder del general Alejo I Comneno como basileus (emperador). Bajo su reinado, el imperio estaba confinado en Europa y la costa oeste de Anatolia y se enfrentaba a muchos enemigos, con los normandos al oeste y los selyúcidas al este. Más hacia el este, Anatolia, Siria, Palestina y Egipto se encontraban bajo el control musulmán, aunque hasta cierto punto fragmentadas por cuestiones culturales en la época de la Primera Cruzada. Este hecho contribuyó al éxito de esta campaña. Anatolia y Siria se encontraban bajo el control de los selyúcidas suníes, que antiguamente habían formado un gran imperio, pero que en ese momento estaban divididos en estados más pequeños. El sultán Alp Arslan había derrotado al Imperio bizantino en la Batalla de Manzikert, en 1071, y había logrado incorporar gran parte de Anatolia al imperio. Sin embargo, el imperio se dividió tras su muerte al año siguiente. Malik Shah I sucedió a Alp Arslan y continuaría reinando hasta 1092, periodo en el que el imperio Selyúcida se enfrentaría a la rebelión interna. En el Sultanato de Rüm, en Anatolia, Malik Shah I sería sucedido por Kilij Arslan I, y en Siria por su hermano Tutush I, que murió en 1095. Los hijos de este último, Radwan y Duqaq, heredaron Alepo y Damasco respectivamente, dividiendo Siria todavía más entre distintos emires enfrentados entre ellos y enfrentados también con Kerbogha, el atabegde Mosul. Todos estos estados estaban más preocupados en mantener sus propios territorios y en controlar los de sus vecinos que en cooperar entre ellos para hacer frente a la amenaza cruzada. En otros lugares de lo que nominalmente era territorio Selyúcida se había consolidado también la dinastía artúquida. En particular, esta nueva dinastía controlaba el noroeste de Siria y el norte de Mesopotamia, y también controló Jerusalén hasta 1098. Al este de Anatolia y al norte de Siria se fundó un nuevo estado, gobernado por la que se conocería como la dinastía de los danisméndidas por haber sido fundada por un mercenario Selyúcida conocido como Danishmend.


Los cruzados no llegaron a tener ningún contacto significativo con estos grupos hasta después de la Cruzada. Por último, también hay que tener en cuenta a los nizaríes, que por entonces estaban comenzando a tener cierta relevancia en los asuntos sirios. Mientras que la región de Palestina estuvo bajo dominio persa y durante la primera época islamista, los peregrinos cristianos fueron, en general, tratados correctamente. Uno de los primeros gobernantes islámicos, el califa Umar ibn al-Jattab, permitía a los cristianos llevar a cabo todos sus rituales salvo cualquier tipo de celebración en público. Sin embargo, a comienzos del siglo XI, el califa fatimí Husein al-Hakim BiAmrillah comenzó a perseguir a los cristianos en Palestina, persecución que llevaría, en 1009, a la destrucción del templo más sagrado para ellos, la Iglesia del Santo Sepulcro. Más adelante suavizó las medidas contra los cristianos y, en lugar de perseguirles, creó un impuesto para todos los peregrinos de esa confesión que quisiesen entrar en Jerusalén. Sin embargo, lo peor estaba todavía por llegar: Un grupo de musulmanes turcos, los selyúcidas, muy poderosos, agresivos y fundamentalistas en cuanto a la interpretación y cumplimiento de los preceptos del Islam, comenzó su ascenso al poder. Los selyúcidas veían a los peregrinos cristianos como contaminadores de la fe, por lo que decidieron terminar con ellos. En ese momento comenzaron a surgir historias llenas de barbarie sobre el trato a los peregrinos, que fueron pasando de boca en boca hasta la cristiandad occidental. Estas historias, no obstante, en lugar de disuadir a los peregrinos, hicieron que el viaje a Tierra Santa se tiñese de un aura mucho más sagrada de la que ya tenía con anterioridad. Egipto y buena parte de Palestina se encontraban bajo el control del califato fatimí, de origen árabe y de la rama chií del Islam. Su imperio era significativamente más pequeño desde la llegada de los selyúcidas, y Alejo I llegó incluso a aconsejar a los cruzados que trabajasen conjuntamente con los fatimíes para enfrentarse a su enemigo común, los selyúcidas. Por entonces, el califato fatimí era gobernado por el califa al-Musta'li (aunque el poder real estaba en manos del visir al-Afdal Shahanshah), y tras haber perdido la ciudad de Jerusalén frente a los selyúcidas en 1076, la habían recapturado de manos de los artúquidas en 1098, cuando los cruzados ya estaban en marcha. Los fatimíes, en un principio, no consideraron a los cruzados como una amenaza, puesto que pensaron que habían sido enviados por los bizantinos, y que se contentarían con la captura de Siria, y dejarían Palestina tranquila. No enviaron un ejército contra los cruzados hasta que éstos no llegaron a Jerusalén. Bien como ya hemos visto la Primera Cruzada se dividió en dos partes, de las que hablaremos por separado en los próximos números, las llamadas Cruzada de los Pobres o de Pedro El Ermitaño y La Cruzada de los Nobles o de los Barones.

Por JSS


San Fabián Sucedió en el papado a San Antero y gobernó la Iglesia unos quince años (236-250), hasta la persecución de Decio, durante la cual sufrió el martirio. Fue sepultado en el cementerio de San Calixto, donde se lee su epitafio. — Fiesta: el 20 de enero, junto con la de San Sebastián. Misa propia. Sabemos muy poca cosa de este pontífice. Pero figura en el Catálogo Liberiano y en el Liber Pontificalis, y nos hablan de él San Cipriano de África, San Jerónimo y el historiador Eusebio de Cesarea. Este último refiere que en una ocasión en que Fabián regresaba del campo con algunos amigos, la multitud de los cristianos se hallaba congregada para la elección de nuevo Papa. Nadie pensaba en él, cuando una paloma vino a posarse sobre su cabeza. Lo muchedumbre, conmovida por el hermoso espectáculo, empezó a gritar y repetir: «¡Fabián, pontífice!». Y él no tuvo más remedio que acceder. El Liber Pontificalis lo hace natural de Roma, aunque alguna leyenda le atribuye procedencia extranjera. Es también legendaria la atribución que se le adjudica de tres cartas de la colección llamada del Seudo-Isidoro y del decreto 21 del Código de Graciano. De su pontificado, pueden reseñarse varias cosas hermosas y notables. Mencionarse algunos edificios mandados erigir por él encima de los cementerios o catacumbas, aprovechando, por cierto, un período de tranquilidad que gozó la Iglesia después de la persecución de Maximino Tracio. Distribuyó los distritos urbanos a los siete diáconos, para que fuese mejor atendida la beneficencia y estuviesen bien administrados los fondos de la Iglesia. Medida que estuvo en vigor durante muchos siglos y que señala los comienzos de las regiones eclesiásticas y de la administración religiosa. Instituyó también siete subdiáconos, para que recogiesen y archivasen las actas y gestas de los mártires, redactadas asimismo por siete notarios. En toda esa organización podemos ver un esquema oficial del clero, necesario para el ordenado ejercicio del culto y de la caridad cristiana. Fue el suyo un tiempo de controversias teológicas, especialmente en Roma. Uno de los efectos que las ocasionaron fue el cisma llamado de Novaciano, que estalló en el pontificado siguiente (el de San Cornelio), pero se había incubado durante el del Papa Fabián, gracias tal vez a la bondad y dulzura del Pontífice. En efecto, Novaciano, de Roma, y Novato, de Cartago, íntimos amigos, defendieron un error de tipo puritanista, enfrentándose con el criterio del Papa Cornelio. Sus numerosos adeptos eligieron Papa a Novaciano.


Duró el cisma poco tiempo. Consistía el error en acusar de indulgente al Papa con respecto a los lapsos, es decir, a los caídos en apostasía u otro pecado enorme, y en propugnar que la Iglesia no había de estar integrada más que por personas puras (cátaros), no debiendo ni pudiendo ser readmitidos en su seno los que pecaban después del Bautismo, pues el poder de perdonar no pertenecía más que a Dios. Ahora bien: la rebelión de Novaciano no obedecía a una razón doctrinal, sino a una razón moral y síquica. Novaciano era un escritor brillante, que en tiempo de San Fabián había dado a luz un tratado sobre la Trinidad —no de gran valor teológico, por cierto—, con el cual quiso refutar doctrinas heréticas gnósticas; pero, a pesar de su magnífico estilo y de su buena intención en este caso, se caracterizaba por su índole altanera. El Papa Fabián, prendado de su ingenio, dejó que fuese ordenado presbítero, confiando en los buenos servicios que podía prestar a la Iglesia. No pensó que sus defectos pudieran hacer de él un antipapa. Así fue, sin embargo. Su espíritu soberbio y ambicioso le convirtió en tal, cuando, en 251, en vez de su propia elección, vio que era elevado al solio pontificio San Cornelio. Fuera del ámbito de Roma, intervino Fabián en la deposición del obispo africano Privato, y mantuvo correspondencia con Orígenes, el gran pensador y exegeta de Alejandría, que quería justificar algunos puntos controvertidos de su doctrina. Se le atribuye asimismo el primer envío de misioneros a las Galias. En el orden litúrgico-sacramental, fue Fabián el pontífice que mandó fuese quemado y renovado todos los años, en Jueves Santo, el santo crisma. Además, hizo cinco ordenaciones, todas en el mes de diciembre, en las cuales creó veintidós presbíteros, siete diáconos y once obispos para diversas diócesis. La efigie de San Fabián aparece en los plafones pictóricos de la Capilla Sixtina, y la antigua cristiandad le tributó una veneración saturada de simpatía.

Por Frey Jesús


Resistencia del Temple en las Riberas del CincaSegre, 1310-1314 (VII) Las noticias que presentamos en este artículo corresponden especialmente al año 1313. La Orden del Templo había sido disuelta, pero quedaban por solucionar muchos flecos en unas Riberas donde su presencia fue decisiva en su repoblación y consolidación. RENOVACIÓN DE FUNCIONARIOS Por ejemplo, en 5 de enero se procedió a renovación de funcionarios en los lugares de Pallars, pertenecientes a la castellanía de Monzón, donde ya actuaba de baile don Guillermo de Moledro, vecino de Almenar. Sin embargo, protestó por intromisión en el cargo Guillermo de Santamaría, hijo del difunto Guillermo de Santamaría, a quien se la había adjudicado también dicho oficio. Considerando que el dicho Guillermo era menor de edad, el administrador general de la castellanía, Domingo de la Sosa, recibía instrucciones para que permitiera actuar al dicho Moledro hasta que el citado Santamaría cumpliera la mayoría. (ACA, C. reg. 291, fol. 333). Unos meses más tarde, el rey obligará a mantener en el oficio a aquél, aunque el administrador de Monzón lo hubiera adjudicado al dicho Santamaría. (ACA, C. reg. 291, fol. 330v.) Otro ejemplo, el 21 de enero se intentaba solucionar el traspaso de la bailía de Monzón, que los Templarios concedieron a don Bernardo Comes, tras la muerte de su antecesor don Pedro de Montanyana. El rey Jaime II, atendiendo a la disposición del fallecido fr. Berenguer de Cardona, Maestre de las casas de Temple en Aragón y Cataluña, al que acompañaban las firmas de “fr. Ramon de Foces castellán de Monzón, fr. Berenguer de Santjust, comendador de Gebut (Ajebut) y de Torres, fr. Bernardo de Foces, comendador de Corbins, fr. Bertrán de Ribes Altes comendador de […] y otros muchos frailes de la desaparecida Orden del Temple”, aceptaba su conformidad en dicho cargo a favor del dicho Comes. (ACA, C, reg. 291, fol. 326v). Muestra clarísima del respeto del rey a las últimas voluntades de los Templarios de la Corona. Lo mismo ocurría con la bailía de Santa Lecina (Lecinia), perteneciente esta a la castellanía de Monzón, encomendada a don Guillermo de Urriols, a ruego del noble Felip de Saluça. El dicho rey Jaime, concedía dicha bailía en 26 de febrero. (ACA, C, reg. 291, fol. 326v) De igual forma, fue dotada la bailía de Castejón del Puente en 25 de junio de dicho año, -la antigua Benahut [de Abin Hud?]-, en la misma castellanía de Monzón fue dotada con el salario acostumbrado a favor de don Pedro Jordán, en sustitución de don Domingo de Coscoyolo, a petición del administrador general de la castellanía. A petición del administrador de la castellanía de Monzón, Domingo de La Sosa, el rey nombre en el oficio de bayle de Castejón del Puente -la antigua Benahud- a Pedro Jordán, vecino de Monzón, percibiendo por ello el salario acostumbrado. Le había precedido en dicho oficio Domingo de Coscoyolo. (ACA, C. reg. 291, fol. 328.)


Algo semejante ocurrió con los oficiales en los lugares de Miravet, en el que fue nominado tenente del castillo Acardo de Muro, y como baile del mismo a don Pedro de Sinya. A finales del año 1313 las bailías o encomiendas de Torres, Ajebut, Corbins y Gardeny disponían de un administrador único en la persona de don Pedro de Espallarges, a quien hallamos haciendo cumplir la deuda que Pedro Gilera contrajo con el fallecido fr. Ramón de Anglesola, exTemplario. (ACA, C. reg. 251, fol. 91v.). Este funcionario fue renovado, al parecer, por don Pedro Cirera. (ACA, C. reg. 291, fol. 331-338.)

VENTA DEL MOLINO DE ALMERGE De gran interés histórico y económico para la ribera del Cinca fue la venta del molino de Almerge [cercano a Alcolea de Cinca], que había sido de la castellanía de Monzón, y pasó a manos de la castellanía de Amposta. El documento, del 16 de febrero está dirigido al administrador de los bienes de la Castellanía de Monzón, el ya conocido don Domingo de la Sosa. Ese molino Templario estaba sufriendo dificultades de mantenimiento y organización. El documento siguiente hace mención a ello y a su posible arriendo o venta para poder recoger anualmente el impuesto real del cequiaje o cequiatge: Señor, suplicando a la vuestra real majestad, Johan Ximenez, procurador de don Pero Pomar, demanda por los cristianos, a los Moros de Pueyo, e de Ripol, e d’Alfándiga, que, como el molino d’Almerge, que es en la castellanía de Monçó, seya treudado por mil sólidos, en cinco años; y que repararon el molino de paredes y de muelas, e ellos en el tiempo que lo han tenido, (h)aya valido el molino más de dos mil sueldos, o creo que bien tres mil, segunt a mí han dado entender; e sobre los sobredichos lugares paguen cequiatge, que monta bien tres mil sueldos cada anyo, e no haya agua por a regar, e menos Ripil, porque es más fondonero. E en el tiempo que eren del Temple havian cumplimiento d’agua, e encara que cuando en el verano las aguas se escurrían, yva el comendador de la Ribera, e calava el agua al molino, e regava Ripol, porque es más fondonera, e después los otros lugares; e assí havían cumplimiento de agua. E por esto Señor, la Ribera [del Cinca] recive muy gran daño, que pague cequiatge e no pueda regar como solían. El dito treudo no vale a vos cadaño sino doscientos sólidos, encara que cuando dan alguna pocha d’agua que riega la Ribera, contra los días que no muele el molino, que aquellos días dizen que los devedes vos emendar, e en estas emendas bien entraran los dozientos sólidos que vos en havedes cada un año. Por haver Señor suplicando a la vuestra mercé, quedares de a perpetuo remedio provenir que, Señor, más gran danyo es de los frutos ques perden en toda la Ribera, a las gentes que (h)y viven, e que no monta el río de Cinqua hombres que treunderen el molino, que, Señor, si la venda del molino fuesse vuestra mercé que se fiziesse, que así como los Templeros bastavan la Ribera d’agua, que fues hasta agora, pus aquell derrito fazen a vos agora, que fazien en lur tiempo a ellos.


E si por ventura, Señor, los rendadores del molino se esquivan desto, bien rrebederes del molino cincientos sólidos cadaño, e quedaran gastamiento d’agua a la Ribera; tornando vos el agua al molino, así como agora tornaderas. E Señor, seya vuestra mercé [lo] que vos en esto querades veyer que la Ribera no seya desfeyta. (Firman como escribanos Per Boyl y Guillem Lope. ACA, C. reg. 241, fol. 120v-121.) IMPUESTOS EN EL SEGRE Y CINCA A mediados de julio de 1313 el administrador de la encomienda de Gardeny, Pere de Cirera, concedía en enfiteusis a un campesino de Lleida un trozo de tierra con la obligación de pagar anualmente un censo de 8 s.j. y también se le concedía una almusara (o espacio abierto fuera de las murallas con valor de plaza, que seguramente quería convertir en heredad agrícola), por cuya tenencia debía librar el décimo de los frutos. (Miret y Sans. Les casses dels Templers…, p. 381, nota 1.)

Durante aquel verano, la corona continuó con los cobros del impuesto llamado de Cena de Ausencia en los lugares que fueron del Temple, y que recogían los nuevo funcionarios o la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, heredera del Temple: Corbins satisfacía 133 sueldos (s.) 4 dineros (d.); la casa Antigua del Temple de Lleida 166 s. 8 d.; la encomienda de Gardeny dos entregas de 133 s. 4. d. También se nos ofrece información de la bailía hospitalaria de Torrent de Cinca con 66 s. 8 d. y del monasterio del Císter en Escarp, en ese caso por cena de presencia, con 300 s. jaqueses. (ACA, RP. MR, reg. 235, año 1313)

Pleitos entre vecinos con fricciones de Fueros y Justicias de administraciones distintas. Uno de los pleitos más prolongados entre los hombres del Cinca fue el de las localidades de Belver/Bellver y los de Osso de Cinca. Ambos localidades bajo la dependencia del castellán de Monzón. La intervención del jurisperito Domingo de Magaix en dicha causa en 15 de agosto suponemos que fue por la acequia y reparto de aguas. Temas que ya hemos constatado en otros documentos. (ACA, C. reg. 153, fol. 175.) El tema de Fueros y fronteras continuó latente en 1313. Podemos ver un nuevo ejemplo de la provocación que hizo en las personas la organización de territorios por justicias distintos (Sobre junteros para Aragón, vegueres para Cataluña), y por los fueros diferenciados para Aragón y para los pueblos en territorios catalanes: Al ser demandados los hombres de Fraga -y de todos los demás lugares de Cataluña- un donativo que aprobó el Concilio de Tarragona a favor del rey Jaime para su proyectada campaña a Almería, surgió de nuevo la cuestión de la ambivalencia de fueros y justicias. Los hombres de Fraga que tenían propiedades en Massalcoreig o en tierras del monasterio de Escarp, o sea, el Escarp y en la Granja, se negaron a pagar dicho impuesto alegando en su defensa que podían acogerse a los Fueros de Aragón, -por los cuales no estaban obligados a contribuir al rey en su campañas militares. El fuero “Princep Namque” no afectaba a territorios no sujetos a los Usos y Fueros de Barcelona. El rey encomendó la causa, como no podía de otra manera en esa fecha, al veguer de Lleida, don Bernardo de Ponte, de ascendencia fragatina. (ACA, C. reg. 153, fol. 180v.) Las intervenciones reales en la encomiendas de Gardeny y de Monzón se entrecruzan. El 18 de agosto, y ante la reclamación de los hombres de Ajebut, (la posterior localidad de Gebut), el rey Jaime II mandaba la intervención del veguer de Lleida, don Bernardo de Ponte, para que interviniera colocando y reponiendo mojones en los límites del término de Torres de Segre. Ambos lugares que fueron de la extinta Orden del Temple, también se hallaban en disputa por el disfrute de tierras de sus vecinos. Los mojones para restablecer el orden que habían disfrutado bajo la administración de los Templarios fueron colocados por el nuevo administrador de aquellos lugares, don Pedro de Espallargas. ( ACA, C. reg. 153, fol. 178r-v.)


NOTICIAS DEL MONASTERIO DE FONTCLARA Una noticia del segundo monasterio del Císter en aguas del Cinca, el monasterio albalatense de Fontclara, -actualmente desaparecido-, rechazaba también satisfacer el impuesto que le reclamaba el bayle de Albalate/Albalat de Cinca. Dicho impuesto había sido asignado por doña Sibila de Montcada, señora de Serós y Albalat, al convento de Fontclara, y que, sin embargo, su procurador y manumisor don Guillermo de Biure, no había reconocido en los últimos siete años. Por dicho motivo, los reclamaba el funcionario real. (ACA, C. reg. 153, fol. 204.) Las necesidades económicas de la corona eran satisfechas por ventas hechas a los súbditos que quisieran comprar señoríos reales, por donaciones de nobles que querían seguir contando con el favor del rey, o por innumerables impuestos. Es el caso de los 20.000 s.j. que demandaba el rey al veguer de Lleida, don Bernardo de Ponte, en nombre de la sola ciudad, en concepto de matrimonio de sus hijas las infantas doña María de Aragón y doña Constanza de Aragón. ( ACA, C. reg. 153, fol. 233v-234.). Por otro lado, el rey mandaba intervenir a don Guillermo de Castellnou, sobrejuntero de la Ribagorza, Sobrarbe y Valles, así como el bayle general de Aragón, o sea, funcionarios de administración aragonesa, en los sucesos ocurridos en los lugares de Montbru y en las viñas de la partida de Fontclara, extrañado el monarca de que no hubiera intervenido en las desavenencias con los hombres de Albalate/Albalat de Cinca. (ACA, C. reg. 153, fol. 248.) NOTICIAS DE UN HOSPITAL DE ALCOLEA DE CINCA Son escasas las noticias referentes a centros de atención de salud en las riberas del Cinca y Segre. Además de los hospitales de Lleida y de Fraga, podemos traer aquí el contenido de una carta del rey Jaime II de la Casa Aragón, dirigida al justicia de Alcolea de Cinca, mandándole que intervenga en la reclamación hecha por Johan de Puigroig, vecino de Lleida. Se nos informa que, habiendo estado albergado el dicho Puigroig en el hospital de Alcolea (dice Alcoleya), hospital que regentaba doña Na Toda, esposa de Domingo de Calasanç, el hospitalizado le encomendó a dicha señora la custodia de un pequeño órgano de percusión, que se hallaba cerrado con candado. Dentro del órgano tenía guardada cierta cantidad de dinero, de la que, cuando se lo devolvieron, habían sustraído 90 s. 11 d. jaqueses. El justicia de Alcoleya debía obligar a dicha hospitalera –por orden del cinco de septiembre- a restituir aquella cantidad por sentencia condenatoria, que debía dictar dicho justicia. (ACA, C. reg. 153, fol. 225r-v.) Pero el año más emblemático sobre cuestiones de ocupación de los lugares que fueron del Temple en el Cinca y en el Segre, o el mantenimiento de las fricciones, inclusive con segregaciones de fronteras o términos, será el año 1314, como veremos.

Por Joaquín Salleras Clarió


La OCT celebrará los días del 9 al 13 de octubre el I Congreso Templario de la Orden, en la localidad de Castelnou, en la Comarca del Bajo Martín, en Teruel. El I Congreso Templario OCT comenzará con una exposición Templaria en los locales del ayuntamiento de Castelnou. Posteriormente se irán sucediendo una serie de ponencias ofrecidas por especialistas que nos hablarán desde la razón del Temple en nuestros días, hasta la importancia de la Semana Santa. Los técnicos de Cáritas nos hablaran de la concienciación de la labor social. El historiador y colaborador de esta revista D. Joaquín Salleras Clarió nos trae una ponencia muy interesante, “El Temple en tierras de Aragón”. Dña. Isabel Arnás, economista, nos mostrará el impacto socioeconómico de la Semana Santa. También se realizarán dos visitas guiadas, una al Real Monasterio Cisterciense de Rueda, en la localidad de Escatrón y la segunda a la Cripta Gótica de de la localidad de Jatiel. Conoceremos el Patrimonio del Monasterio de Rueda de la mano de D. Bautista Antorán. El viernes 11 de octubre a las 20’00h. las cuadrillas de la Ruta del Tambor y del Bombo de Samper de Calanda realizarán un desfile por las calles de Castelnou. Los actos culminarán el sábado 12 con una misa de campaña en la Plaza de la Villa dedicada a Ntra. Sra. del Pilar en su día. Posteriormente se procederá al disparo de 24 salvas de honor en memoria de nuestros hermanos caídos en el 706 aniversario de la disolución de la Orden y el izado del Bausán Templario en el cabezo de San Bernardo, donde se colocará una corona de laurel como homenaje. El domingo la OCT celebrará su convento anual para todos los hermanos de la Orden. Tras finalizar el convento se realizarán dos paellas con un total de unas 30 plazas para el que quiera acercarse a degustar.

¡¡¡UN…PASO…ADELANTEEEE!!! Muchos recordareis esta frase, sobre todo los que ya tenemos una edad, es una canción de lo setenta y que solamente decía eso. Hoy nos viene bien para describir el hecho que tuvo lugar el viernes y sábado 27 y 28 respectivamente, de septiembre en Montblanc y Poblet, pues realmente creemos que ese hecho supone un gran paso para el devenir de la Orden del Temple en general.


Hablamos del acuerdo de fraternidad y colaboración que se firmó conjuntamente entre la Orden Soberana y Militar del Templo de Jerusalén y la Orden Católica del Templo, el día 28 en el comedor de la hospedería del Monasterio de Poblet durante la cena de gala de investidura a la que fuimos invitados. Ciertamente fue un fin de semana inolvidable compartido con hermanos fabulosos en plena harmonía, fuimos acogidos muy bien sintiéndonos integrados en todo momento. Este acuerdo no ha ocurrido por casualidad, más bien por causalidad, los caminos del señor se unen cuando Él lo cree oportuno y este era ese momento. Todo empezó con un café frente a un grandísimo hermano, que un día hiciera su noviciado con un servidor, y que un día por cuestiones de la vida se separaron los caminos. Él, mi amigo y hermano, continuo su vida Templaría en la OSMTJ, un servidor lo hizo en la OCT. Bien en un momento de la conversación frente a dos cafés surgió el propósito de crear un acuerdo de colaboración entre ambas ramas. Tanto el hermano Fr. Fernando Barceló, como yo siempre hemos abogado por la unidad Templaría y creímos que era un momento idóneo para llevarlo a cabo, y así empezó a fraguarse este gran paso adelante.

Hermano en general olvidemos todo lo pasado y aquellos que estemos decididos a ganar la batalla solo tienen que hacer lo mismo, si nos unimos aunque solo sea en una firma seria de colaboración la batalla será nuestra. Eso sí, tiene que ser con todas las virtudes de la caballería, pero sobre todo con mucha HUMILDAD. Queremos agradecer a Fr. Josep de Joan i Buixeda, Gran Prior de España y Legado Magistral, al hermano Mariscal y a Fr. Fernando Barceló, el que compartieran con nosotros este evento tan importante, así como su acogida y sincera fraternidad. También a los hermanos de la OCT que hasta allí se acercaron con el esfuerzo que eso supone en gastos y demás. Gracias a todos.


Skara Brae Skara Brae (pronunciado /ˈskɑrə breɪ/) es un extenso asentamiento neolítico, situado en la Bahía de Skaill, en la más grande de las Islas Orcadas. Consta de diez casas agrupadas, y debió estar habitado, aproximadamente, entre el 3100 y el 2500 a. C. Su importancia y su buen estado de conservación han hecho que sea declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Está considerado como el poblado neolítico mejor conservado y más completo de Europa. Hasta 1850, Skara Brae estaba oculto bajo capas de sedimentos acumuladas durante siglos. Entre1928 y 1930 fue excavado por completo por Vere Gordon Childe, revelando su contenido. Aparentemente, los habitantes primitivos de Skara Brae fabricaban y usaban vasijas estriadas similares a las de otros pueblos británicos. Las casas fueron construidas empleando la técnica de la arquitectura subterránea, utilizando para ello montículos preexistentes de desechos conocidos como Køkkenmødding (en inglés, middens). Aunque estos montículos también proporcionaban cierta estabilidad a la casa, su función principal era la de ofrecer aislamiento contra el duro clima de las Órcadas. Estas edificaciones medían unos 40 m2, y constaban de una gran habitación cuadrada con una gran chimenea, que se emplearía para cocinar y como calefacción. Dado que en esta zona apenas crecen árboles, los habitantes de Skara Brae empleaban maderas traídas por la marea y huesos de ballena, recubiertos con paja y hierba, para cubrir sus viviendas.


Las casas también contenían algunos muebles hechos de piedra, tales como armarios, sillas o cajas para almacenamiento. Además el poblado disponía de un sofisticado sistema de canalización que permitía que existiera una variante primitiva de cuarto de baño en cada vivienda. Siete de las diez viviendas tienen una distribución similar con camas y vestidores situados en situados en lugares casi idénticos. El vestidor quedaba directamente frente a la puerta principal, por lo que sería lo primero que se vería al entrar en la casa. Una octava casa aparece desnuda de todo mobiliario, y dividida en pequeños cubículos. Es posible que esta casa fuese empleada como taller para la fabricación de herramientas sencillas, como agujas o hachas, ya que durante su excavación se descubrieron restos de piedra, hueso y cuerno. Curiosamente, este asentamiento también ofrece el primer testimonio de la existencia de la pulga Pulex Irritans en Europa. Estudios realizados con carbono-14 hacen pensar que Skara Brae estuvo ocupado desde aproximadamente el año 3100 a. C. Hacia el 2500 a. C., el clima cambió, volviéndose más húmedo y frío, y el asentamiento fue abandonado. Hay diversas teorías que intentan explicar esta desaparición de los habitantes de Skara Brae, pero ninguna ha podido aportar pruebas concluyentes. The Heart of Neolithic Orkney ("el corazón del neolítico de las Orcadas") fue inscrito como Patrimonio de la Humanidad en diciembre de 1999. Esta calificación incluye, además del asentamiento de Skara Brae, Maeshowe, el Anillo de Brodgar, las Rocas de Stenness y a otros lugares similares de la misma zona.

Por F.L.P.


¿Fue el español Hugo de Pinós fundador de la Orden del Temple? Pues realmente no lo sabemos ciertamente, pero si sería un orgullo que así fuese y un disgusto para nuestros vecinos franceses. Por lo que se puede saber, un grupo de al menos una treintena de caballeros hispanos partieron hacía Tierra Santa, para participar en la conquista de Jerusalén. Entre ellos se encontraban dos de los miembros de la dinastía Pinós, los hermanos Hugo y Galcerán, hijos del Almirante de Cataluña, viajaron como decimos a Tierra Santa durante la I Cruzada donde participaron en la toma de Jerusalén para acompañar a nobles de los condados de la Cerdaña y el Rosellón. De allí Hugo se trajo, al parecer, una extraña y milagrosa cruz patriarcal bizantina. Dicha cruz, fabricada en madera repujada en plata, es única en Cataluña por su forma y se creía que guardaba en su interior un trozo del sagrado Lignum Crucis. Bien, la hipótesis de que Hugo de Pinós fuese el primer Maestre de la Orden del Templo de Salomón, nace por un documento encontrado en la Biblioteca Nacional de Madrid y que se puede consultar en dicha biblioteca como manuscrito sign. 7.377, pág. 8191 v. El manuscrito en cuestión es del siglo XVIII y dedicado al Conde de Guimerá, entre otras cosas dice lo siguiente: “DECLARACIÓN DE LA INSCRIPCIÓN GRIEGA DE LA CRUZ DE LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN DE BAGÁ, CABEZA DE LAS BARONIAS DE PINÓS, GUIÓN DE LA ARMADA QUE TOMÓ TIERRRA SANTA, AÑO DE 1.110. DON HUGO DE BAGÁ PRIMER MAESTRE DEL TEMPLE”. Uno de los primeros historiadores que tuvieron acceso a estos documentos fue el primer secretario de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales D. Justo A. Navarro, para el cual la documentación y las pruebas existentes le llevan a la conclusión de que el primer Maestre de los Templarios fue el catalán, Hugo de Pinós. Justo A. Navarro, profesional periodista en TVE decide iniciar una segunda carrera vocacional: historia y especializarse en edad media y órdenes militares. Leída en Atienza la cita al libro (inencontrable) de J. Mª Bererciatúa Olarra, donde se mencionaba por primera vez el manuscrito 7377 de la Biblioteca Nacional y su referencia a Hugo de Pinós -que ni Atienza ni los que le siguieron casi literal y textualmente después, consultaron jamás- le llamó tan poderosamente la atención la posibilidad de la fundación de la Orden del Templo por un hispano que desde entonces -el año próximo serán 30 años- dedicados a la tarea de investigar a fondo la cuestión.


Provisto de la Tarjeta Nacional de Investigador consultó documentos y códices originales, en el Archivo Histórico Nacional y en la Biblioteca Nacional. En ellos además de seis manuscritos sobre los Pinós. Pero dejemos que sean sus mismas palabras las que nos describan sus investigaciones. Constaté, (nos dice), tres cuestiones fundamentales para la historia de la Orden del Templo: 1º) La verosimilitud de la existencia de Hugo de Bagá y la coherencia de la documentación al respecto, 2º) La presencia de la Orden en Hispania en diciembre de 1128 (es decir antes de la fecha admitida de 1134 para hacerse cargo de la herencia del Batallador), confirmada en tres escrituras y no una como ha afirmado mi maestro Martínez Díaz 3º) La presencia de hermanas en la Orden no como pertenecientes a cofradías, que las hubo y están documentadas en cartularios de hacia 1150, sino confirmado por la existencia de un documento de 1201 en el que Urraca Vermudez "Soror Militie Templi" adquiere para la Orden del Temple unas tierras en Loureiro compradas a Pedro Rodríguez y su esposa Guntroda Peláez. La teoría mencionada del fundador de la Orden no solo no está descartada por mí, sino que avanzó mucho más y casi (casi) podría asegurar a fecha presente que Hugo de Pinós = Hugo de Bagá es el inconsistente Hugues de Payns. Sobre esto tengo escrito bastante y fue lo que confirmé en la conferencia que di y a la que fui invitado en las III Jornadas Templarías de Bagá (19 marzo 2010) promovidas por la Asociación "Templers" de Bagá. Lo del Sr. Travé es de chiste, pues osó afirmar que la documentación existente sobre Hugo de Pinós en la Biblioteca Nacional era una falsificación, en base a.... ¡¡no haberla consultado, ni leído!! Y estos son los llamados historiadores. Todos hablan de un manuscrito de la Biblioteca Nacional y se citan y recitan unos a otros calcándose como loritos, pero yo soy el ÚNICO que lo ha consultado, leído, copiado, transcrito y obtenido fotocopias en la Biblioteca Nacional y no solo de este sino de otros ¡¡SEIS!! Que los indocumentados comentantes (Lamy, Atienza, Alarcón etc...) ignoran porque nunca han accedido a las fuentes directas. (Manuscrito 7377 de la Biblioteca Nacional). Para mí son la misma persona, por muchos motivos que son de amplio desarrollo y por tanto prolijos para escribir en este breve medio. Pero intentaré apuntar en diversas tandas algunos argumentos a favor de la identidad de Hugo de Bagá (Baganis) alias Hugo de Pinós (Payns) que se fundamentan en las leyes de la evolución fonética, en la onomástica y otros de índole puramente histórica. Yo creo sinceramente que la documentación ha estado bastante perdida y "camuflada". Conviene recordar que los franceses ocuparon el norte de Cataluña en varias ocasiones (guerras del XVII y XVIII) y pudieron apoderarse de mucha documentación. A la vista de los documentos existentes y consultados, a falta de otros estudios y argumentos y de la aparición de nuevos documentos que vengan en el futuro a aclarar las dudas y lagunas, creemos que el caballero catalán Hugo de Bagá ES efectivamente el fundador de la Caballería del Temple. La evolución de su nombre, en una época en la que la lengua escrita no estaba fijada aún por no existir una normalización lingüística, habría sido la siguiente: De Bagá = Baganis > Paganis > Payenis > De Payens (o Payns) = De Paynes


Primeramente, el gentilicio “De Bagá”, siguiendo la tradición culta de la época, fue latinizado como Baganis (lo que tratándose de un genitivo latino le confiere idéntico significado, es decir : de Bagá). Ambas bilabiales, B y P, tienden generalmente a confundirse (en aquélla época más aún, tal vez por influencias arábigas). Así pues debido a influencias que habrá que analizar en su momento, los hablantes prefieren (o entienden o asimilan) la forma “Hugo Paganis”. Por otra parte, al otro lado de los pirineos prefirieron asimilar la oclusiva oral, linguo-velar sonora "g" por la fricativa linguo-palatal sonora "y", lo cual es bastante común en muchos intercambios lingüísticos. De modo que transcribieron el Paganis escrito por su forma pronunciada Payenis (como en gitan, gentile, etc...) y así de este modo aparecería en la escena histórica Hugues de Paynes como ente propio. Tambien hemos de tener muy presente la enorme y más que coincidente similitud existente entre las formas Payns y Pinós, pudiendo haber derivado aquélla de ésta. Ahora bien, no hay que olvidar las relaciones de las Coronas hispánicas y en especial la de Aragón y el Principado de Cataluña (al igual que Navarra) con el sur de la Francia actual (Provenza, Languedoc, etc.). En el año 1083 el Conde Ramón Berenguer III adquirió por vía matrimonial la totalidad de la Provenza, que permaneció primero bajo dominio de los condes catalanes, y después de 1162 bajo la soberanía de los reyes de Aragón. Ese mediodía “francés” no se convirtió en posesión territorial de los Capeto hasta después de la Cruzada contra los albigenses, a mediados del siglo XIII en que los francos se anexionaron militar y definitivamente los territorios transpirenaicos catalanoaragoneses, con excepción del Rosellón, la Cerdaña y el Conflent. Las relaciones políticas y de todo tipo, los lazos y vínculos se extendían hasta la Borgoña pues realmente podemos decir que no había una frontera consistente. De modo y manera que como en la Champaña hay un Paynes, próximo además a Troyes, y, si como parece, existió un notable caballero borgoñón llamado Hugues de Paynes, las similitudes, el paso del tiempo y la debilidad en la fijación de la memoria escrita, forzaron tal vez a la asimilación entre ambos. Tal vez Hugo de Bagá, el caballero catalán, tuvo por diversas razones que desconocemos, relaciones con aquél lugar y sean los mismo Hugo Baganis que Hugo Payenis. Esto no es nada raro. Un simple ejemplo ilustrativo que he podido documentar: para referirse a un mismo, único y singular personaje, se pueden encontrar formas tan diversas como Navarro, Nauarro, Narro, Naarro y Naharro. En cualquier caso hay una tendencia generalizada entre los historiadores de la Caballería del Templo a “afrancesar” los nombres y dar como una especie de hecho probado y lugar común que se trató de una orden “francesa” de caballeros “franceses”. Vemos aparecer sutilmente las formas “francesas” en nombres flamencos, borgoñones, italianos, provenzales, etc. La siguiente imagen es una miniatura medieval que representa al Príncipe de Antioquía, Bohemundo II, me consta fehacientemente que representa a Gotfried de Sant Omer, cofundador como sabemos de la Orden del Templo, fíjense el caballero que hay detrás en último término y en el escudo de armas que porta. Vemos en él "como" (pues el miniaturista no lo detalla) tres formas circulares dispuestos como los vértices de un triángulo equilátero invertido. Algunos comentaristas antiguos dieron por armas a Hugues de "Payns" en la misma disposición tres cabezas de "moro". Iban encaminados pero no acertaron. Pues bien, las armas de los Pinós fueron tres piñas sinople (verdes) con la misma disposición sobre campo de oro.


Y uno de los manuscritos de la Biblioteca Nacional que menciona a cuatro personajes de la Casa de Pinós que fueron, uno el mencionado Hugo y los otros tres fueron Maestres del Hospital. Hablando de uno de ellos, Othon de Pinós (1297-1300), nos recuerda su redactor que los franceses le llaman Othon de Pins para excusar (distraernos) de la idea de que era un Pinós, pero da la casualidad de que en francés Pyns es exactamente el plural de "pino" es decir: pinos”. Realmente hay tanta información sobre Hugo de Pinós, que no existe sobre Hugo de Pains, que hace que esto sea algo más que una hipótesis. Y, ¿Por qué la hipótesis no es Hugo de Pains entonces? Para finalizar este tema de Hugo de Pinós o de Bagá, que parece ser el más extenso hasta la fecha publicado, les dejo con la traducción completa del famoso Manuscrito 7377 y que tampoco había sido publicado hasta hoy, traducción ofrecida por el único historiador que ha realizado una investigación exhaustiva de dicho manuscrito, Justo A. Navarro Martínez y que muy amablemente me cedió una copia. [Fol 81-V] DECLARACIÓN DE LA INSCRIPCIÓN GRIEGA DE LA CRUZ DE LA IGLESIA DE SAN ESTEVAN DE BAGÁ CABEÇA DE LAS VARO NÍAS DE PINÓS GUIÓN DE LA ARMADA QUE TO MÓ LA TIERRA SANCTA EL AÑO DE 1000 DON HUGO DE BAGÁ PRIMER MAESTRE DEL TEMPLE Dexó tan lastimados los coraçones de los christianos la pérdida de la tierra sancta, y ardían de manera en ellos los fervorosos desseos de recobrarla, que fomentándolos Urbano Papa en el Concilio que por los años de Mil noventa y cinco se tuvo en Claramonte propuso a los Príncipes, Prelados y Personas que en él assistían el servicio grande que a Dios se haría en su recuperación y la obligación que a la Iglesia toda corría y en su nombre a aquél ajuntamiento de procurarla. Siguióse a la persuasión sancta del pontífice una general aclamación alentándose unos a otros a tan deuida empresa: para cuya prosecución quedó assentada y concertada una liga de que fue Capitán General Godofre de Bullón acompañado de un legado apostólico. Dió Urbano para guión del exército una Joya inestimable, una gran porción de la Cruz soberana en que murió Cristo divino autor de nuestra salud, la cual era llevada por un Obispo, costumbre perpétua de aquéllos tiempos y más en esta occasión, que como la Jornada se encaminara a conquistar la tierra donde esse señor murió puesto en la Cruz, era muy a propósito darles por Guión la misma Cruz en quien están libradas nuestras victorias. [81-R] Entre otros Príncipes y Señores que passaron en la Jornada de España fueron los Condes de Rossellón y Cerdaña y Guillén de Canete y en su compañía llevaron a don Galcerán de Pinós y a don Hugo de Pinós hermanos hijos de don Pedro Galcerán de Pinós y de doña Berenguera de Moncada. Era don Pedro Almirante de Cataluña y el primero que tomó tierra en la Isla de Mallorca en su conquista: confinaron sus estados con los condados de Cerdaña y essa razón de vezindad y otra mayor del mucho deudo que entre sí tenía por Alda muger que fue de don Ramón Galcerán de Pinós hija de Oliva Cabreta Conde de Bessalú y Cerdaña ocassionaría a estos mancebos a acompañar en viaje tan pío al Conde.


Tuvo la Jornada tan dichoso fin que quedó por los nuestros la Sancta Ciudad de Gerusalem, y la entraron guiados de aquél sagrado Guión por la puerta en que fue apedreado el primer hijo de la Cruz el glorioso Protomartir San Esteuan, llamado por essa razón del nombre del sancto. Esta victoria despertó en los ánimos de algunos Cristianos caualleros un generoso affecto de servir, acompañar y amparar a los que acudiessen a visitar el Sancto Sepulcro y lugares sagrados de nuestra Redempción y los que de este empleo se encargaron tomaron por apellido Templarios, ora porque tenían casa junto al Templo, ora lo más cierto, porque acompañauan a los Peregrinos en sus Estaciones de Templo en Templo. A esta militar Religión dieron principio Hugo de Pinós, o Bagá y Jofre de Adimaro con otros siete compañeros, los quales dedicándose al servicio de Dios bajo el instituto de defender a los Peregrinos en los passos y caminos de la Inclemencia y furia con que eran tratados en ellos de los Bárbaros. Hizieron solemne Professión en manos del Patriarcha de Gerusalem prometiendo perpétua [82-V] Castidad Obediencia y Pobreza. Dioles habitación Balduino Rey de Gerusalem en su palacio junto al Templo de Salomón: vivían de limosna, y vestían lo que los otros dexauan, hasta que en el Concilio que se celebró en Troya ciudad de Campaña por los años de Mil ciento y veinte y ocho presidiendo en él el obispo de Albano legado del Papa Honorio segundo les fueron dado guardar la regla que les compuso el padre San Bernardo, el qual les señaló hábito propio que fue Un Manto blanco anchuroso grande y muy autorizado sobre el qual en tiempo del Papa Eugenio Tercero que era año mil ciento y quarenta y siete cosieron una Cruz de paño roxo desta forma ques la misma que hoy trahen los Canónigos del Sepulcro Sancto de la Ciudad de Calatayud reyno de Aragón reliquias desta religión, la qual creció de modo en número de personas [XXXX] que el Arzobispo de Tiro dize eran en su tiempo estos caualleros sin el crecido número de sirvientes más de trezientos, los quales a más del ordinario exercicio de hospedar y acompañar Peregrinos acudían ayudando a la guerra de los Príncipes de Siria y Reyes de Gerusalem. Llevauan en las batallas estandarte blanco y negro denotando con la blancura la benignidad para con los fieles y con lo negro la saña y enojo para con los infieles sus enemigos; si que no dezimos que lo blanco misteriosamente significó los felices principios desta religión y lo negro sus tristes y desastrados fines. Trayan en el estandarte en lengua Francesa por Mote VAVCENT que es dezir en la nuestra VALE CIENTO. (Siguen 22 líneas repitiendo lo dicho en folios anteriores) (línea 29) …………..Llamóse Hugo dexando el apellido de Pinós de Bagá o Baganis, no de Paganis como algunos corrompidamente quieren buscando en esse nombre misteriosos excusados, de la Villa de Bagá cabeça de las varonías de su Padre donde él hauía nacido ora esto lo hiziesse en honra de su patria ora lleuado de la religiosa humildad que hoy se practica en las más reformadas religiones de dexar los honrosos apellidos de sus padres y tomar el de sus tierras y patrias; y en el número de sus nueve compañeros [88-R] con que dio Hugo principio a su religión si bien en quanto a la divina disposición fue por conformar esse número con el de los choros de los Ángeles cuyos oficios imitaban guiando, guardando y acompañando los Christianos: pero quanto a lo humano me parece séalo Hugo [¿?] de ssu numero a remembranza de aquellos nueve varones que vinieron a la conquista que [entraron] en Cataluña de uno de los quales el era descendiente por sus padres Pinos(sus) y de muchos otros por su madre Moncada y otras aguelas suyas. Esta bereda emprendió el segundo hermano Hugo de Pinós de la Jornada de Gerusalén…………. … (siguen 82-R y 83-V, sin transcribir. Faltan en esta copia del 83-R al 85-V) [86-R] Vida de quatro Maestres del Temple y de Sanct Juan de la ilma familia de pinós y declaración de la Inscriptión Griega de la Cruz de Vagá guión de la armada que gano la tierra sancta en el año de 1000


Al Ilmo. Conde de Guimerá Quatro famosos caualleros religiosos militares del Temple el uno y de San Juan los tres a tenido la cassa de V. S. Illma. dignamente merecedores de que su piedad y proezas sean entendidas del mundo pues conocidas de sus religiones las obligaron a hacerles sus Maestres. Mándame V. S. Illma. yo manifieste esta noticia sacada de sus trabajos y papeles y que a bueltas desto como en su lugar proprio declare la Inscription Griega de la antiquísima cruz que está en la Iglesia del protomartir San Esteuan en la Villa de Vagá caueça de las Varonías de Pinós en el principado de Catalumnia de las quales es oi V. S. Illma. el verdadero e indubitado Señor y por consiguiente Venturoso conservador de esse Thesoro. Y si en su declaración me aparto en todo de las muchas que otros an echo no con ánimo de contradecirlos sino obligado a decir lo que siento amparada mi osadía V. S. Illma. a quien obedezco diziéndolo a cuia prudente censura ba todo subordenado pues siendo lo más suio sólo son míos los deseos de su servicio en el qual V. S. Illma. me emplehe y onrre muchos y felices años.

Relación histórica de los Condes de Ribagorza Anónimo. Siglo XVIII. Biblioteca Nacional (Madrid). Manuscrito ms-7377, folio 81-v y siguientes Transcripción: Justo A. Navarro Martínez © 1984-2011


El Monstruo del Lago Ness El monstruo del lago Ness, familiarmente llamado Nessie, es el nombre de una criatura legendaria que se dice que habita en el lago Ness, un profundo lago de agua dulce (conocido en Escocia comoloch Ness en ingles) cerca de la ciudad de Inverness. Junto con Pie Grande y el Yeti, Nessie es quizá el "misterio" más difundido de la criptozoología. La mayoría de los científicos y otros expertos afirman que las pruebas que apoyan la existencia de Nessie no son convincentes, y consideran dichos informes fraudes o identificaciones erróneas de criaturas reales. Los rumores de un presunto gran animal o monstruo que mora en el lago han circulado durante siglos desde hace 1.500 años, aunque la precisión, credibilidad y veracidad de tales historias siempre se ha cuestionado. Muchos habitantes locales argumentan a favor de su existencia, sin embargo algunos escépticos sugieren que estos rumores de Nessie existen en su gran mayoría para favorecer a la industria del turismo y al folclore local. La historia de los supuestos avistamientos y la creación del mito del monstruo del lago Ness, sería la siguiente: La más antigua referencia conocida sobre una misteriosa criatura presente en el río y el lago Ness, se encontraría en la Vida de san Columba, donde se describe que en el año 565 San Columba (521-597) habría salvado a alguien que supuestamente estaba siendo atacado por un animal en el lago. Sin embargo, muchos críticos han cuestionado la credibilidad de esta historia, pues existe otra historia con características fantásticas, donde se dice que Columba habría matado a un hombre salvaje tan sólo con el poder de su propia voz. Igualmente algunas personas han asociado como primeras referencias, a antiguas leyendas locales sobre unos míticos caballos acuáticos llamados kelpies; que se dicen habitarían en las profundidades de este lago. En ambas referencias se destaca que a estas criaturas no se les atribuyen las mismas características anatómicas que actualmente son atribuidas al monstruo del lago Ness. La primera descripción moderna sucedió en 1868. Un artículo publicado ese año en el Inverness Courier, es el primero en referirse sobre rumores acerca de la existencia de un "pez enorme u otra criatura" en la profundidad de las aguas. * En 1930, el periódico Northern Chronicle publicó una noticia titulada "Una extraña experiencia en el lago Ness" en la que contó la historia de dos pescadores que decían haber visto un animal que produjo un gran remolino cerca de Tore Point. En 1932, K. McDonald afirmó que había visto a una criatura similar a un cocodrilo remontando el río Ness.


El artículo definitivo sobre la hipótesis del monstruo del lago Ness, fue el avistamiento que habría tenido lugar el 2 de mayo de 1933. El periódico Inverness Courier publicó la noticia de una pareja local que dijo haber visto "un enorme animal rodando y hundiéndose en la superficie". El informe del "monstruo" (título elegido por el editor del Courier) se convirtió en una sensación entre los medios. Las editoriales de Londres comenzaron a enviar reporteros a Escocia, e incluso un circo ofrecía una recompensa de 20.000 libras esterlinas por la captura del monstruo. Más tarde ese mismo año, A. H. Palmer, quien atestiguó un avistamiento de Nessie el 11 de agosto de 1933, a las 7:00 de la mañana, describió a la criatura como teniendo su cabeza ―a la que consideró como estando de frente― al ras del agua. Su boca, que tenía una anchura de entre 30 y 45 centímetros (doce y dieciocho pulgadas), se abría y cerraba; la abertura máxima de su boca era estimada en cerca de seis pulgadas (15 centímetros). Hasta este momento los periódicos hablaban simplemente de un pez misterioso o extraña criatura, y no se referían a la criatura como un ser prehistórico. Siendo descrito por primera vez como un monstruo prehistórico, por una pareja de turistas (los Spicer), poco después del estreno de la mundialmente famosa película King Kong, que en esos años sumergió al público en una auténtica "monstruomanía" a través de todo el mundo. La preocupación moderna por la criatura, ya conocida como un monstruo prehistórico del lago Ness, fue despertada por la fotografía presuntamente tomada por el cirujano R. K. Wilson el 19 de abril de 1934, que parecía mostrar a una enorme criatura de cuello largo que se asomaba en el agua. Décadas más tarde, el 12 de marzo de 1994, Marmaduke Wetherell afirmó haber falsificado esa fotografía tras ser empleado por el periódico Daly Mail para encontrar a Nessie; indicando también que Wilson no habría tomado la foto, y que su nombre fue utilizado solamente para darle más credibilidad a la misma. Sin embargo y a pesar de la confesión, esta foto ya había sido difundida por todo el mundo como una "evidencia absoluta"; lo cual colocó definitivamente en la cultura popular, la leyenda del monstruo del lago Ness de Escocia. HIPÓTESIS SOBRE SU ORIGEN La mayoría de las descripciones modernas sobre el aspecto del monstruo, indican que existiría una criatura que se asemejaría a los extintos plesiosauros, unas criaturas acuáticas prehistóricas. Así, la descripción moderna que se le da normalmente sería similar a la que presentan los fósiles de plesiosauros pertenecientes a la era mesozoica; que indican que este animal prehistórico debió ser un animal físicamente enorme, con un cuello alargado, una cabeza pequeña y dos pares de aletas de propulsión bajo el agua. La debatida hipótesis de la conexión de plesiosauro con el monstruo del lago Ness, hizo que se convirtiera en un asunto popular en el inicio del campo de la criptozoología. Sin embargo, los científicos, e incluso actualmente también la gran mayoría de los criptozoólogos; sugieren que la hipótesis de que el monstruo del lago Ness sea un remanente de la especie plesiosauro, es algo que se presenta altamente inverosímil. Entre las razones dadas destacan: Se necesitaría tener una colonia de crianza de tales criaturas para que pudiesen experimentar una supervivencia a largo plazo, y junto con el hecho de que los plesiosauros necesitaban emerger a la superficie para respirar, esto daría lugar a avistamientos más frecuentes de los que se han divulgado en la actualidad.


Muchos biólogos también señalan que el lago Ness no es lo bastante grande o productivo para tener una biomasa que pueda mantener incluso a una familia pequeña de estas criaturas. Por otra parte, el lago fue originado como el resultado de una glaciación geológica reciente y estuvo en estado sólido y congelado durante la era del hielo. A pesar de todo lo anterior, muchos criptozoólogos argumentan que el lago Ness es un lago con salida al mar durante cierta época del año y que quizás la criatura no sea nativa del lago mismo. Por otra parte, otros avistamientos no concuerdan con la descripción del plesiosauro o incluso con ninguna otra criatura acuática: en abril de 1923, Alfred Cruickshank afirmó haber visto una criatura de 3 a 3,5 m de largo con un lomo arqueado, similar a un elefante, que cruzaba la carretera frente a él mientras conducía su coche. Otros avistamientos reportan criaturas más similares a los camellos o caballos. Esta hipótesis sobre la naturaleza exacta de los avistamientos de Nessie es variada: se le atribuye a la pareidolia, a la identificación errónea de focas o leones marinos, peces, troncos, o grupos de animales formando filas, o al producto de un espejismo o distorsiones de luz, a efectos en el agua como olas u ondulaciones provocadas por embarcaciones. Esta hipótesis obtiene más fuerza, ya que la mayoría de los relatos y todas las fotografías que son dudosas y no se han podido descartar como falsificaciones, muestran o indican a la criatura desde una gran distancia; lo cual puede alterar la real interpretación de la figura. Entre las posibles causas de equivocadas interpretaciones, destacan: La presencia de un enorme esturión, el cual fue encontrado en las corrientes marinas cercanas al lago Ness. Debido al tamaño del esturión y su apariencia inusual; estos animales pueden ser fácilmente confundidos como un monstruo por alguna persona no familiarizada con estos animales. Un científico escocés lanzó la más reciente hipótesis sobre la posible existencia del "monstruo del lago Ness". Sostiene que las vistas que se fotografiaron en más de una oportunidad, pudieron haber sido elefantes de circo que visitaban la zona de Inverness en los años treinta. Visto según el dibujo que acompañó a la presentación de sus resultados, la trompa y la joroba del elefante corresponderían a esas imágenes del pasado que dieron vida a la leyenda del monstruo. Sin embargo, como cualquier mito contemporáneo o antiguo, la existencia de Nessie se contrapone con la simple lógica. Para que pueda sobrevivir una especie en un ambiente de dimensiones finitas como un lago, se necesita un número mínimo de individuos para reproducirse y mantener la especie. En el lago Ness, no hay suficiente alimento para mantener los 10 o 15 animales de esas dimensiones necesarios. Más aún, como todo animal, los "Nessies" deben crecer y morir. Sin importar su número, los cadáveres deben aparecer tarde o temprano en la orilla, aunque sea un solo hueso. Recordemos que algunos dinosaurios han sido identificados sólo por un fragmento óseo pequeño. Ningún resto orgánico ha aparecido, nada que arroje un ADN desconocido. Recordemos que criaturas en ambientes aún más remotos que un lago (como el fondo oceánico) han dado pruebas de su existencia mediante sus restos, conocido es el caso del calamar gigante. Algunos argumentan que la historia de los avistamientos del "monstruo" en el lago son evidencia circunstancial que afirma la existencia de esta criatura, incluso muchos han señalado que existen pruebas que apoyan la existencia del Monstruo del lago Ness; sin embargo con el paso del tiempo estas pruebas han sido descartadas. Ejemplo de ello ha sido:


La afamada fotografía de esta criatura obtenida por Wetherell y que durante mucho tiempo se consideró como la prueba del Monstruo del lago Ness; fue confirmada como un engaño por las confesiones de Chris Spurling, yerno de Marmaduke Wetherell, en su lecho de muerte. Spurling afirmó que dicha fotografía, la cual inspiró un gran interés popular por el monstruo, era en realidad un montaje de arcilla pegada a un submarino de juguete. Wetherell, uno de los grandes cazadores, había sido convencido falsamente para buscar a un monstruo imaginario en los alrededores que resultó ser una broma de niños, lo que provocó que fuese ridiculizado públicamente por Daly Mail, el diario que lo empleó. Por consiguiente, Marmaduke Wetherell realizó una broma para tomar venganza, y trabajó en ésta con Chris Spurling (su yerno según lo mencionado) quien era un especialista en la escultura, Ian Marmaduke (su hijo) quien compró el material para el Nessie falso, Maurice Chambers (un agente de seguros) quien llamaría a Robert Wilson (un cirujano) para que publicara las fotografías. Mucho antes de las afirmaciones de Spurling, otros ya habían declarado verdaderas las fotografías, y habían sugerido confesiones de Chris Spurling, algunas personas todavía creen que las fotografías son reales, argumentando el hecho de mostrarse dos fotografías que representan dos poses ligeramente diferentes. Los defensores, entre ellos personas dedicadas al análisis de fotografías, indican que este hecho es válido para decir que Nessie existe y que puede ser que exista más de un plesiosauro. La criatura extraña vive realmente en el lago, el monstruo del lago Ness tiene cierta significación para la economía local. Docenas de hoteles, operadores de tours en bote, y comerciantes de baratijas relacionadas al fenómeno, deben la parte de su sustento a este monstruo, aunque la gente también visita el lago por muchas otras razones diferentes a la de ver al monstruo. Por lo tanto, es probable que la leyenda perdure mucho tiempo.

Por F.L.P.



Edita:

Orden Cat贸lica Espa帽ola del Temple Maestrazgo Templario Cat贸lico Internacional www.ocet.org.es


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