Revista oct nº 062 jun dcccxciv

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Contenido c  PORTADA

 LAS CATEDRALES DEL MUNDO. (Seu Vella de Lérida I).  CONQUISTADORES ESPAÑOLES. (Diego de Mazariegos y Porres S)  LOS REYES GODOS. (Eurico, Alarico II y Gesaleico)  ANDREA VERROQUIO.  NUESTRA COMPRENSIÓN DEL ALMA.  LOS PAPAS DE LA HISTORIA. (San Cayo).

Editorial c  Federico Leiva Paredes Director.  Miguel A. Gómez Moleón Editor. c

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Colaboradores c

 Joaquín Salleras Clarió (Historiador de Fraga).  Albert Coll Vilá  Josep Ricard Vento  Juan A. Portales  Frey Jesús  Fredy H. Wompner c

Envio de artículos c

 El RINCON DE JOAQUÍN SALLERAS.  REYES DE ESPAÑA, DE 1474 A 1873. (2ª Casa de Austria). (Carlos I).

 Email: revista@oct.org.es Contacto c www.oct.org.es c

 JOYAS DEL ROMÁNICO ESPAÑOL. (Santa María de Poblet II).  LA BATALLA DE MILVIO.  LEYENDAS Y TRADICIONES POPULARES. (La venganza de Nalvillos).  CONTRAPORTADA.

EDITA: OCT (Orden Católica del Templo) La OCT no se responsabiliza de las opiniones o doctrinas de los autores, ni de la posible violación de autoría y originalidad de los trabajos, colaboraciones o artículos enviados a esta redacción. Los autores serán los únicos responsables de todas las cargas pecuniarias que pudieran derivarse frente a terceros de acciones, reclamaciones o conflictos derivados del incumplimiento de estas obligaciones previstas por la Ley. Reservados todos los derechos de edición, publicación y difusión.


La Seu Vella de Lérida 1ª Parte

La Catedral de la Seu Vella o catedral antigua de Lérida, es el monumento más emblemático de la ciudad, se construyó en estilo románico, aunque sus bóvedas son de crucería ojival góticas. Se alza en el cerro conocido como Turó de Lleida que domina la ciudad y la comarca del Segrià. En Cataluña la persistencia del arte románico hasta el siglo XIII produjo estructuras arquitectónicas como la catedral de Lérida. Su estilo tardo románico, o de transición, posee las formas románicas y la monumentalidad del gótico. Sus portadas y capiteles generaron un importante taller escultórico románico conocido como la Escuela de Lérida. El magnífico claustro, uno de los mayores de Europa con su galería mirador sobre la ciudad, se realizó entre los siglos XIII y XIV. La catedral fue terminada en el siglo XV con la construcción del campanario y la puerta de los Apóstoles. En el año 1707 y dada su importante posición estratégica, la Seu Vella se convirtió en cuartel militar, no volviendo a desempeñar funciones religiosas. Aunque ha pasado por momentos de gran abandono, el traslado de los oficios religiosos ha permitido que se conserve el estilo original sin añadidos posteriores de otros estilos. HISTORIA En el mismo lugar se asentaba la catedral paleocristiana y visigótica, que luego fue utilizada como mezquita mayor en tiempos de la ocupación musulmana y que había sido construida en el año 832. Los condes Ramón Berenguer IV de Barcelona y Ermengol VI de Urgel conquistaron la ciudad de Lérida a los sarracenos en los años 1149, y fue el obispo Guillem Pere de Ravidats, trasladado desde la diócesis de Roda de Isábena, quien consagró la mezquita como catedral cristiana bajo la advocación de Santa María la Antigua, rigiéndose la canónica por la regla de San Agustín. El obispo Gombau de Camporrells, después de realizar numerosas compras de terrenos y casas contiguas al templo, comenzó una nueva catedral para atender al incremento de población en aquellos años. CATEDRAL ROMÁNICA El año 1193 el Cabildo catedralicio de Lérida encargó el diseño de la nueva catedral al maestro constructor Pere de Coma.


Éste diseñó una catedral bajo los cánones románicos (planta y alzados articulados “ad quadratum” con rectángulos. El esquema de planta del templo se relaciona con el tipo benedictino que imperaba en Europa en los edificios religiosos de los siglos XI y XII. El 22 de julio de 1203 el obispo Gombau de Camporrells, el rey Pedro el Católico y el conde Ermengol VII de Urgel colocaron la primera piedra, según consta en una lápida, situada en el pilar del presbiterio del lado izquierdo, en la que también se menciona al primer maestro de obras Pere de Coma como “Magister Operis Sedis Ilerdensis”, el cual trabajó durante veinte años hasta su muerte. La nueva obra se construyó sobre la antigua, comenzándose por el transepto izquierdo y la puerta de san Berenguer, siguiendo por el ábside hasta llegar al brazo derecho y la puerta de la Anunciata en el año 1215. Se cree que el maestro Pere de Coma ejecutó hasta el segundo tramo de la nave y la puerta dels Fillols. Fue consagrada el 31 de octubre de 1278 por el obispo Guillem de Montcada. Así constaba en una lápida, hoy desaparecida, colocada sobre la puerta principal de los pies de la nave. El maestro de obras Pere de Pennafreita, fallecido en 1286, se cree que construyó el cimborio del crucero y cubrió las naves del templo con bóvedas de crucería. En esta fase de finales del siglo XIII se utilizaron elementos del nuevo estilo gótico. El conjunto del edificio no se resiente por ello y presenta una unidad equilibrada y armónica. Según Puig i Cadafalch, los planos de las catedrales de Lérida y Tarragona responden a un tipo extendido en la Francia septentrional (Normandía) y ligado a los monjes benedictinos, caracterizado por grandes ábsides y un crucero de grandes dimensiones. El Císter dio a conocer soluciones tecnológicas empleadas en el final del románico borgoñés como la sustentación del edificio mediante el arco ojival o la bóveda de crucería. Así en estas dos catedrales se incorporaron elementos del final del románico o protogótico. OBRAS EN LOS SIGLOS XIV Y XV A finales del siglo XIII estaban prácticamente concluidas las obras mayores de la catedral y se continuó por las capillas, el claustro, el retablo del altar mayor, obras funerarias, la puerta de los Apóstoles y el campanario, participando sucesivos maestros de obras. La construcción del claustro se realizó entre la segunda mitad del siglo XIII y el siglo XV. Guillem d’Enill en 1330 habría trabajado en el claustro y en 1337 terminó la capilla de Hugo de Cardona. Pere Piquer, documentado entre 1340 y 1345, construyó las capillas del obispo Ferrer Colom, de los Montcada y del obispo Arnau Sescomes. Guillem Seguer fue el maestro que trabajó a mediados del siglo XIV y el realizador del primer proyecto de la puerta de los Apóstoles. Hasta el año 1378 estuvo Bartomeu de Robió coincidiendo con Jaime Cascalls, que dirigía la puerta de los Apóstoles y que también trabajaba en el monasterio de Poblet. Robió realizó el gran retablo del altar mayor en piedra y el coro. Su sucesor, Guillem Solivella, construyó la torre del campanario y el pórtico de la puerta del Fillols. En el siglo XV trabajaron el francés Carles Galtés de Ruan en la puerta de los Apóstoles y en el coronamiento del campanario. El maestro Mateu Alemany que construyó en el año 1406 el primer reloj que albergó la torre mayor.


En 1441 fue nombrado maestro mayor Marc Safont aunque nunca trabajó en ella y si lo hizo su esclavo Jordi Safont, que cuando quedo aforado fue nombrado maestro mayor de la seu en 1443, siendo sucedido por los maestros Bertran de la Borda entre 1462 y 1485 y por Francesc Gomar para finalizar la bóveda de crucería de la puerta dels Fillols. El último maestro mayor fue Antoni Queralt, que realizó acabados de obra, principalmente en el claustro, entre los años 1494 y 1513. En los siglos siguientes se modificaron y sustituyeron algunas capillas o piezas escultóricas. En el año 1707, la ciudad fue conquistada por las tropas de Felipe V y la Seu Vella se convirtió en cuartel militar, trasladándose las funciones religiosas a la iglesia de san Lorenzo. La mayor parte de los bienes que los canónigos no se habían llevado, se perdieron o destruyeron. La Seu Vella estuvo a punto de ser destruida por orden del rey, pues había contribuido decisivamente en la defensa de la ciudad. La orden finalmente no se produjo, por la defunción del monarca. Una nueva catedral barroca se construyó entre los años 1761 y 1781 en la parte baja de la ciudad, por lo que este edificio no volvió a ser sede catedralicia. Durante la segunda mitad del siglo XIX, en la Renaixença catalana se inició la revalorización de la antigua catedral, hasta llegar al 12 de junio de 1918 que se declaró a la Seu Vella monumento nacional. En 1948 el ejército la cedió y en 1950 se inició su restauración. En el año 2003 se conmemoró los ochocientos años de la colocación de la primera piedra, con una gran exposición de obras artísticas de la catedral que se hallaban dispersas. ARQUITECTURA La estructura de la cabecera es muy similar a la de la Catedral de Tarragona. El corto espacio de tiempo en que se construyó la Seu Vella, hace pensar en un programa unitario y con pocas modificaciones. Con las innovaciones estructurales que el gótico introdujo como el arco apuntado y la bóveda de crucería junto con el contrafuerte se incrementó la altura de las naves, realizándose readaptaciones de la estructura románica en los pilares para el sostenimiento de las bóvedas góticas sin alteraciones profundas consiguiéndose un equilibrio proporcionado y armónico. La construcción arquitectónica de la catedral de Lérida, desarrolló unos talleres muy activos, conocidos como “escuela de Lérida”, que tuvieron influencia en otras iglesias de la ciudad y en el entorno, como las de San Martín o San Lorenzo y la de Santa María la Mayor de Tamarite de Litera. La catedral y el contiguo castillo de la Suda están protegidos por un mismo recinto amurallado, accediéndose al mismo por la Puerta del León.


EL EDIFICIO INTERIOR La catedral presenta una planta basilical de cruz latina con tres naves longitudinales siendo más ancha y alta la central. En la parte superior de esta, se abren ventanales de arcos de medio punto. La unión de las naves laterales con la central está resuelta por seis grandes columnas (tres por costado) Las proporciones de la planta de la iglesia debieron estar condicionadas por la topografía de su terreno. Las medidas de la nave central son de setenta metros de longitud, trece de anchura y diecinueve de altura, las naves laterales tienen treinta de longitud, ocho de anchura y diez y medio de altura, el transepto tiene la misma altura que la nave central por diez de anchura y cincuenta y tres de largo. Las naves están formadas por tres tramos con arcadas cubiertas con bóvedas de crucería. El encuentro de la nave central y el transepto se solucionó con un gran cimborio octogonal sobre trompas, cubierta con una bóveda de crucería con galería superior transitable y grandes ventanales que iluminan el centro de la catedral. La cabecera está compuesta por un gran ábside central y cuatro más pequeños semicirculares con bóveda de cuarto de esfera, reconvertidos en capillas por las familias ilustres de la ciudad en época medieval. El primer ábside de la parte norte ha desaparecido por la explosión del polvorín del castillo de la Suda en el año 1812 y el segundo de ese lado se convirtió en sacristía durante el siglo XV. El ábside central se conserva en su construcción primitiva. El siguiente hacia el lado sur únicamente conserva parte de sus muros y el último ábside también se encuentra prácticamente desaparecido. Los gruesos pilares cruciformes que contienen dieciséis columnas cada uno de ellos, son los que sostienen los arcos fajones y formeros que a su vez sostienen los nervios de las bóvedas de crucería. La sección de estos pilares ha estado justificada por su adaptación de la estructura románica al cubrimiento de las naves, ya con influencia gótica, que hicieron alargar las columnas hasta los nervios de la crucería. Los capiteles interiores de las columnas que sostienen las ojivas y los arcos torales así como la separación entre las naves y los de la entrada a la cabecera, están profusamente esculpidos con representaciones variadas: vegetales, geométricos, zoomórficos e historiados con temas del Antiguo y Nuevo Testamento. Con dos estilos diferenciados, los de la parte de la cabecera son occitanos y el resto de la escuela leridana. La primera actividad escultórica en unos capiteles historiados presentan un estilo paralelo al norte de Italia, inspirado en los trabajos que Benedetto Antelami había desarrollado en el baptisterio de Parma, y relacionados con la figura de Ramón de Bianya, son unos relieves con gran sentido descriptivo y figuras con gran energía, donde se puede ver en sus fondos la señal del trabajo con trépano, la iconografía que representa son escenas bíblicas junto con animales fantásticos y motivos vegetales y se encuentran principalmente en los capiteles que comunican el transepto con las naves laterales. A partir del año 1215, los trabajos escultóricos muestran una técnica menos preciosista y con unos valores volumétricos más planos y predomina la representación ornamental sobre el figurativo, se relacionan estos temas de composición y técnica con los capiteles del claustro tolosano de La Dorada, se encuentran estos trabajos en la catedral de Lérida, en los capiteles del nivel superior del crucero y la nave central así como en los capiteles de la galería del claustro más cercana a la fachada. La obra más importante dentro de la catedral de este taller escultórico fue principalmente las puertas de la Anunciata, dels Fillols y la principal del templo. En su interior conserva importantes restos de pinturas murales y de escultura monumental, aunque gran parte de las obras de arte que contenía fueron expoliadas, después de la Guerra de Sucesión.


Situado en los pies de la nave se encuentra el claustro con sus dependencias y la torre del campanario. RETABLO MAYOR Realizado entre los años 1360 y 1362 por Bartomeu Robió, maestro de obras de la catedral, fue ejecutado en alabastro de las canteras de Sarral. El retablo dividía el espacio absidial, dejando la parte posterior para servicio de sacristía. El retablo sufrió una modificación durante el siglo XV (1439), con la incorporación de un nuevo bancal con relieves realizado por Carles Galtés de Ruan y Jordi Safont. Se realizó en este tiempo también, la policromía de los relieves. Durante el siglo XVIII se desmontó, y de sus relieves solo se conocen cinco: * El Pentecostés en el Museo Diocesano de Lérida. * El grupo de cuatro Profetas sentados con libros en las manos, también en el Museo Diocesano de Lérida. * Reprobación de Adán y Eva en el Fine Art Museum of San Francisco. * Rey mago de la Epifanía en el Museo Goya de Castres. * Existe una fotografía de un quinto relieve, representando cuatro personajes sentados, como réplica de los profetas del Museo Diocesano de Lérida. Se sabe que éste relieve había pertenecido a un coleccionista italiano, que lo vendió el año 1932 en los Estados Unidos. El primer coro fue construido en el siglo XIV por Benet Martorell, pero fue cambiado por otro más grande bajo la dirección de Climent Carbonell entre los años 1497 y 1501, siguiendo el modelo del de la Catedral de Zaragoza. Participaron en su realización Antoni Barber, Antoni Queralt y Joan de Gainça. Del coro y la sillería sólo se conserva un pequeño fragmento. Repartidos en el interior de la Seu, hay en exposición permanente, una gran colección de quince tapices flamencos del siglo XVI, representando pasajes bíblicos, composiciones mitológicas y cortesanas. CAPILLAS En las capillas de la época del siglo XIV ya se ven la complejidad decorativa en sus bóvedas de crucería. El arte gótico entró tímidamente al final del siglo XII en las catedrales de Lérida, Tarragona y Ávila entre otras. Importante era la decoración interior a base de las pinturas murales, de las que aún quedan algunas muestras en sus capillas. CAPILLA DE SAN PEDRO. Primera capilla del lado de la epístola de la época románica dedicada a santa Petronila en el siglo XIII. Fue enterrado en esta capilla el obispo Guillem de Montcada. Reconstruida en el año 1328 por la familia Montcada fue transformada por el maestro de obras Pere Piquer al estilo gótico para dedicarla a panteón bajo la advocación de san Pedro en el altar mayor y en los laterales a san Pablo y san Juan. Su decoración escultórica se concentra en las bóvedas de crucería de muy buena calidad, aunque de diferentes autores, en el tramo pre absidial con una bóveda estrellada su clave representa la entrega a san Pedro de las llaves de manos de Jesús, esta composición está rodeada por una cenefa de pámpanos y racimos de vid. En el tramo absidial se representa en la clave de bóveda a Cristo mostrando las llagas de la Pasión con las figuras de Sant Juan y la Virgen.


CAPILLA DE LA CONCEPCIÓN. Reconstruida por la familia del obispo Ferrer Colom en el siglo XIV según la clave de bóveda. Muerto el obispo en 1340 de su sarcófago se conserva la parte de un friso representando una procesión funeraria atribuido al maestro de Anglesola por la similitud con el frontal de Anglesola. Se trasladaron aquí los restos de las tumbas de Ot de Montcada y su mujer Teresa con estatuas yacentes en posición frontal y lujosamente vestidas. Como consecuencia de la conversión de la catedral en cuartel, el espacio de la capilla se dividió la altura en dos pisos como en el resto del edificio. En el nivel superior se alojó el regimiento de Navarra y en la parte baja se utilizó como almacén de artillería. Esto comportó la mutilación de gran parte de la escultura. En el año 1925 el comandante Combelles al derribar la pared que cerraba la capilla, se encontró: …24 fragmentos de figuras, sentadas, unas con las cabezas rotas, otras con las cabezas encontradas y pegadas. De estas veinticuatro figuras sólo se conservan una quincena, todas decapitadas. La escultura que hoy se puede ver en la capilla es la que muestran las ménsulas de la terminación de los nervios de las bóvedas de carácter vegetal y la de sus claves de bóveda figurativas, destacando la de la parte absidal que representa la Virgen María en avanzado estado de gestación, enmarcada con unas arcuaciones trilobuladas. SEPULCRO DE BERENGUER DE BARUTELL. En el muro del presbiterio en el lado de la epístola y en su lugar original se encuentra el sepulcro del Ardiaca mayor de la catedral Berenguer de Baturell, debajo de un arcosolio con un arco conopial y muy decorado. Consta de tres cuerpos horizontales representando en el superior escenas del enterramiento, en el central la imagen del difunto y en el inferior una cartela sostenida por ángeles y en ambos lados el escudo del Ardiaca. Fue realizado en 1437 por Rotllí Gautier CAPILLA DE LA EPIFANÍA O REQUESENS. Realizada a finales del siglo XIV con función de panteón funerario. Construida por Bartomeu de Robió por encargo del obispo Guerau de Requesens junto con la cripta dedicada a la Natividad. Está situada a la izquierda de la Puerta del Fillols saliendo de la catedral. La capilla tiene una estructura de tres tramos con las claves esculturadas y policromadas, en una de ellas hay la representación del obispo rezando delante la Virgen. Los nervios que componen la bóveda estrellada están todos profusamente decorados con motivos florales y heráldicos. El mausoleo fue realizado por los escultores Pedro de Sarabia y Juan de Palacios en 1510 para Lluís de Requesens, gobernador de Cataluña. Se encuentran en esta capilla dos imágenes de apóstoles reconstruidos de la puerta del mismo nombre. En el exterior se aprecian sus contrafuertes y los amplios vitrales que posee. Su reciente restauración la ha realizado el Museo Nacional de Arte de Cataluña, mostrando una espléndida escultura arquitectónica con restos de policromía original. CONTINUARÁ…

Por F.L.P.


D. Diego de Mazariegos y Porres Diego de Mazariegos y Porres (Ciudad Real? – 1536), hijo de Juan de Cárdenas Rengel y Doña Inés de Mazariegos; fue un conquistador español fundador de la actual ciudad de San Cristóbal de las Casas y de Chiapa de Corzo en Chiapas. Tuvo un hijo varón, Luis de Mazariegos, y se casó con Inés Márquez. Descendiente de la alta nobleza castellana, fue enviado a Nueva España a sofocar numerosas revueltas indígenas. Las autoridades virreinales, al no tener éxito en sus intentos previos de conquistar de la región de Chiapas, envían al capitán Diego de Mazariegos y con el apoyo de Alonso de Estrada, gobernador de la Nueva España, ataca a los indígenas en la célebre batalla de Tepechtía, en la que los chiapanecos prefirieron arrojarse al Cañón del Sumidero antes de sucumbir ante los españoles. Por tanto, los conquistadores hispanos van sometiendo uno a uno a los diversos grupos étnicos hasta dominarlos completamente. En tal virtud, el capitán Diego de Mazariegos funda el día primero de marzo de 1528, alrededor de una vetusta ceiba, la Villa Real de Chiapa (Chiapa de los Indios), hoy Chiapa de Corzo. Días después, los españoles atraviesan las partes más altas de Chiapas, con motivo de la llegada de Pedro de Portocarrero a la región de Comitán, para extender los territorios conquistados por Pedro de Alvarado, Adelantado, Gobernador y Capitán General de Guatemala. Arreglado el conflicto, Diego Mazariegos regresa por el valle de Jovel (llamado Hueyzacatlán por los aztecas) y observa que el clima es más benigno, en tanto que en la margen derecha del río Grande de Chiapa, lugar donde había fundado el primer pueblo, no les era del todo favorable. Fue así, como el 31 de marzo de ese mismo año funda otro pueblo con el mismo nombre de Villa Real de Chiapa de los Españoles, (hoy San Cristóbal de Las Casas) en recuerdo de Ciudad Real (España), cuna del conquistador manchego Diego de Mazariegos. Posteriormente, en 1531 la provincia de Chiapas pasa a depender, por real orden, al gobierno de Guatemala. La conquista se había consumado. El día12 de octubre de 1992, las agrupaciones campesindias habían fundado el Frente de Organizaciones Sociales de Chiapas (FOSCH) y, al menos, 15 mil indígenas - hombres y mujeres - marcharon por las calles de San Cristóbal de Las Casas. En la coyuntura, el EZLN había "abierto" parte de sus fuerzas en la Alianza Nacional Campesina Independiente Emiliano Zapata (ANCIEZ). (Al parecer, también fue un dispositivo táctico para la "acumulación de fuerzas").


Los campesindios se citaron en el monumento a Las Casas, allá por el Teatro de la Ciudad. Las agrupaciones indígenas formaron una columna que se desplazó por la Diagonal Centenario, la Diego de Mazariegos hasta llegar a la Plaza 31 de Marzo. Se dirigieron hacia el mercado Castillo Tielemans y regresaron por Lázaro Cárdenas. El contingente de la ANCIEZ - que marchaba con una formación de "cinco en fondo" -, se detuvo frente al ex convento de Santo Domingo. Allí, una brigada con atuendo zinacanteco -, se desprendió del contingente y derribó a golpe de marro la estatua de Mazariegos, el conquistador y fundador natural de Ciudad Real. En varios pedazos quedó exhibida en la Plaza Central mientras se realizaba el mitin. "Ese día yo los filmé a todos", confió Marcos en 1994. Efectivamente, el hombre vestido de civil y con una gorra roja de beisbolista filmaba el evento. Al concluir el acto indígena, de la masa reunida frente al Palacio Municipal se desprendió la columna de la ANCIEZ para abordar sus unidades de transporte y retornar a sus pueblos. El derribo de Diego de Mazariegos provocó la enorme indignación de los Coletos que, encabezados por el presidente municipal Mario Lescieur Talavera, fundaron el Comité Cívico San Cristobalense que se sumó a los comités de los ganaderos de Palenque y Ocosingo. Agrupaciones que van a jugar el papel de contra (civil y armada), antes y después del levantamiento. Rafael Nieto Cortadellos fue la primera persona en decir que “El Gobernador Mazariegos no fue el Conquistador de Chiapas”. Esta afirmación es cierta: Don Diego de Mazariegos y Porres, gobernador de La Habana, aparece en el libro Catálogo de Pasajeros a Indias, escrito por don Cristóbal Barmúdez Plata. Allí se da la fecha de 1555 como la de su salida de España hacia América. En cuanto al don Diego del mismo apellido, Conquistador de Chiapas, también se encuentra en el mismo catálogo del siguiente modo: “Inés Márquez, mujer de Diego de Mazariegos, difunto, y Luis de Mazariegos… (Su hijo)”. Ambos pasaron por Nueva España el 26 de abril de 1536. Por lo tanto la diferenciación de dos personas diferentes es clara. Además, el mismo conquistador murió en 1536, mientras que el gobernador llegó a Cuba en 1555. Don Rafael Nieto, quien ya había aclarado este tema, manifiesta que muchos autores los habían confundido llegando a mezclar sus biografías de uno y otro. Nieto cita a Enrique Prieto Domínguez Losada, quien escribió sobre la familia Mazariegos, y confundió al conquistador, que dice pasó con Hernán Cortés a Nueva España, con el gobernador de La Habana. Por su parte, Manuel de Orozco y Berra afirma categóricamente que el conquistador no pasó por muchas tierras con Hernán Cortés, pero lo incluye, basado en el fray Antonio Remesal, entre los conquistadores de Chiapas, así como a su hijo Luis Alonso.


Mazariegos es el 7947º apellido más común de España, en todo el territorio español nos encontramos que hay censados 484 con como primer apellido, 440 con como segundo apellido y un total de 0 con ambos apellidos. Mazariegos es el 10665º apellido más común de EUA, en todo el territorio de Estados Unidos hay 2753 personas, esto es 1.02 entre 100.000 Las provincias donde es más común son: Escudo heráldico de la familia Mazariegos • En Asturias, siendo el 4445º apellido más común, con 13 habitantes que lo poseen como primer apellido y 11 como segundo apellido • En Córdoba, siendo el 2679º apellido más común, con 15 habitantes que lo poseen como primer apellido y... como segundo apellido • En León, siendo el 1980º apellido más común, con 16 habitantes que lo poseen como primer apellido y 23 como segundo apellido • En Palencia, siendo el 941º apellido más común, con 22 habitantes que lo poseen como primer apellido y 31 como segundo apellido • En Vizcaya, siendo el 3422º apellido más común, con 46 habitantes que lo poseen como primer apellido y 33 como segundo apellido • En Zamora, siendo el 554º apellido más común, con 49 habitantes que lo poseen como primer apellido y 26 como segundo apellido • En Salamanca, siendo el 2702º apellido más común, con 6 habitantes que lo poseen como primer apellido y 6 como segundo apellido • En Huesca, siendo el 4206º apellido más común, con 6 habitantes que lo poseen como primer apellido y 6 como segundo apellido • En Cantabria, siendo el 4367º apellido más común, con 9 habitantes que lo poseen como primer apellido y 16 como segundo apellido • En Valladolid, siendo el 781º apellido más común, con 91 habitantes que lo poseen como primer apellido y 83 como segundo apellido Tal vez el origen de este apellido de encuentra en un pequeño pueblo de Palencia, llamado Mazariegos.

Por F.L.P.


Eurico (c. 440 – 484) fue rey de los visigodos (después de asesinar a su hermano Teodorico II) desde 466 al 484. Era hijo de Teodorico I y le sucedería a su muerte, su hijo Alarico II. Se casó con Ragnagilda, una supuesta hija de Meroveo, rey de los francos. El reinado de Eurico coincidió con la disolución del Imperio romano de Occidente, al ser destronado el último emperador Rómulo Augústulo en 476. Los visigodos habían firmado un foedus con Roma en el 418, en virtud del cual se habían convertido en federados del Imperio y se les había permitido asentarse en el sur de las Galias. Este rey no reconoció a Odoacro, rey de los hérulos e independizó definitivamente el reino visigodo y abolió la dependencia anterior. Se apoderó de diversos territorios de las Galias e Hispania. Guerreó en las Galias contra los francos y sajones. Fue su reino, en su tiempo, el más poderoso e influyente de Europa. Su corte residía en Tolosa, aunque nominalmente en Arlés. Pero fue sobre todo Tolosa la ciudad que tuvo la categoría de lo que ahora consideramos como capital del reino. La historiografía española lo menciona como Reino de Tolosa y abarcaba una gran extensión de la península Ibérica (salvo la región de Galicia y el norte de Portugal, controlada por los suevos, y el norte, donde aún se mantenían independientes los astures y los vascones) y gran parte de la Galia al oeste del Rin y al sur del Loira. Según la Historia Gothorum y la Chronica Caesaraugustana, envió en el año 472 al comes Gauterico a tomar Pamplona y Zaragoza y algunas ciudades cercanas, conquistando Tarraco en el año 474. Según la Historia General de España del Padre Juan de Mariana, mantuvo unas creencias arrianistas beligerantes con acciones anticatólicas que llevaron al desamparo de los templos. Fue un rey que demostró un gran talento político. Publicó un cuerpo legal de derecho visigodo, el Codex Euricianus o Código de Eurico. ALARICO II Alarico II (¿? – 507) fue rey de los visigodos desde el año 484 hasta el 507. Hijo de Eurico. Se casó con Teodegonda, una hija ilegítima de Teodorico el Grande, rey de los ostrogodos. En 486 Alarico II negó refugio a Afranio Siagrio, gobernante romano del llamado Reino de Siagrio (último reducto del Imperio Romano de Occidente) derrotado por Clodoveo I. Alarmado por las intimidaciones de Clodoveo, Alarico le remitió al noble romano, que fue decapitado.


Murió en la batalla de Vouillé en 507, que enfrentó a los visigodos con las tropas del rey franco Clodoveo I. La derrota de los visigodos en esta batalla marca la desaparición del Reino de Tolosa, pues las posesiones galas, excepto la Narbonense, se perdieron. Le sucede su hijo Gesaleico, el cual emprende el repliegue de los restos del reino de Tolosa hacia Hispania. Alarico II elaboró un código de leyes, conocido como Breviario de Alarico (506), para sus súbditos «romanos», según la teoría tradicional, aplicándose a los godos el derecho consuetudinario del pueblo visigodo (recopilado en el año 475 por el rey Eurico en el Codex Euricianus o Código de Eurico). Según teorías más recientes, dicho código de inspiración romana no sería aplicado exclusivamente a los súbditos romanos, sino a todos, en un intento integrador para la sociedad y no excluyente. El mismo año permitió a los obispos católicos de la Galia que se reunieran en un Concilio en Agatha (Agde) en la Narbonense. El Breviario de Alarico, o Lex Romana Visigothorum es la más importante obra recopilatoria de Derecho romano postclásico y vulgar, realizada en un reino germánico. GESALEICO Gesaleico (¿? – 511) fue rey de los visigodos entre 507 y 511. Protagoniza la retirada a Hispania tras la derrota frente a los francos en Vouillé, monarca bastardo que conduce a su pueblo hacia un nuevo reino. De Gesaleico dice San Isidoro que era de lo más vil por su origen, y de una incapacidad y desacierto extremos. Los nobles supervivientes de la batalla de Vouillé queman el cadáver del rey Alarico II y eligen a Gesaleico, hijo ilegítimo de Alarico II, como rey a pesar de que existía un pretendiente legítimo, el pequeño Amalarico, nieto de Teodorico el Grande, rey ostrogodo de Italia. Por ello tuvo la oposición de los ostrogodos, que deseaba el reinado para Amalarico, hijo legítimo de Alarico II y por tanto nieto suyo. La elección entre un guerrero joven y valiente que había demostrado su valor en Vouillé y la posible regencia del ostrogodo, se resuelve a favor del bastardo, buscando las tropas visigodas paliar el desastre:


"...Los soldados que habían luchado al servicio de Alarico II desenvainaron sus espadas haciéndolas chocar contra sus escudos; de esa forma, siguiendo el ritual ancestral de la tribu, fue entronizado por aclamación guerrera Gesaleico. Su primera y fundamental misión como rey fue la de poner a salvo los restos del ejército, lo que consiguió gracias al repliegue táctico sobre Hispania... (La rosa de los vientos, Pasajes de la historia). No debe considerarse a Gesaleico como usurpador ya que entonces la monarquía no era hereditaria y según expone Ramon Menéndez Pidal, las discrepancias interiores debieron contribuir en la derrota del campo Vogladense diese por resultado la pérdida de toda la Galia, salvo la pequeña región de la Septimania y la Provenza. Los francos y borgoñones se apoderaron entre los años 507 y 508 de todo el reino galo visigótico. Teodorico, hijo de Clodoveo, apoyado por el rey borgoñón somete la Auvernia; Clodoveo I conquista Burdeos, y en el 508 ocupa Tolosa que había sido abandonada por Gesaleico que traslada su tesoro a Carcasona. Acosado por Clodoveo I, tuvo que abandonar Gallia huye a Narbona y posteriormente a Barcelona. Tolosa es tomada e incendiada por los francos. Los borgoñones, aliados de Clodoveo, conquistan Narbona. Rodez, Beziers y Carcasona caen en poder de los francos. Gracias a la ayuda ostrogoda pudo frenar el avance de Borgoñones y francos recuperando toda la Septimania y organizando su reino en la ciudad de Narbona. Pero Teodorico también se preparaba en Italia para lograr sentar en el trono a su nieto y salvar el reino visigodo que conservaba aún en las Galias las regiones de la narbonense que formaron la Septimania y la Provenza, cuyas ciudades más importantes eran Narbona, Arlés y Marsella, respectivamente. Gundebaldo el Borgoñón sitió a Narbona, en donde estaba Gesaleico con la corte visigoda. Pérdida la capital, tal como nos dice San Isidoro, con gran vergüenza para Gesaleico y gran matanza de sus hombres, el rey visigodo se trasladó a Barcelona donde establece la capital eventual de su reino. El ejército franco borgoñón se dirige después al Ródano sitiando Arlés, ciudad que resiste sin auxilio visigodo y a pesar de la traición del obispo católico San Cesáreo. El ostrogodo Teodorico acude en socorro de la ciudad considerada propiedad de su nieto Amalrico. Teodorico otorga el mando del ejército ostrogodo al duque Ibbas, católico, quien consigue liberar a Arlés. Como consecuencia de esta campaña Clodoveo I levantó el sitio de Carcasona. Lograda la paz con francos y Borgoñones, Ibbas se dirigió hacia Barcelona donde estaba Gesaleico, es allí donde había asesinado al conde Goiarico, tal vez un defensor de los derechos de Amalarico. El año 507 fue el del asentamiento definitivo de los visigodos en Hispania, unos 200 000 conquistadores frente a unos 7 millones de hispano-romanos. El choque de culturas y formas de vida era inevitable ya que los hispano-romanos van a ser gobernados por una política y religión distintas.


La distribución de tierras se realiza conforme a lo establecido por el Imperio Romano cuando los visigodos eran hospitalitas: Los consors o división en tres del terreno. Los visigodos recibían dos tercios no pudiendo adquirir el tercio restante salvo por concesión real. El mestizaje estaba prohibido bajo pena de muerte. Tachado de cobarde y cruel tras las pérdidas de Tolosa y Narbona ve como el ostrogodo Teodorico exige el trono para su nieto a la vez que persiste la amenaza de los francos. En el año 510 el duque Ibbas, enviado por Todorico, le derrota cerca de Barcelona, en la plana del actual municipio de Tordera, siendo depuesto. A pesar de las circunstancias adversas consigue huir al norte de África donde se refugia pidiendo ayuda al rey vándalo Trasamundo. Entonces el reino queda bajo el gobierno de Teodorico a nombre de su nieto, y los partidarios de Gesaleico intentaron su reposición en el trono. En este contexto podemos situar el asesinato del conde llamado Veila en Barcelona, de que nos da noticia la Chronica Caesaraugusta en el año510. Regresa a Hispana el año 511 y según San Isidoro pretendió el gobierno de Aquitania, donde permaneció oculto durante un año no completo intentando con el eventual apoyo de Clodoveo, recuperar su trono. Con escasas fuerzas vuelve a enfrentarse a Ibbas en un batalla librada a 12 millas de Barcelona, y puesto en fuga y capturado, y, al fin muerto junto al río Drucucio en las Galias por las tropas ostrogodas. Falleció algunos meses antes de la de Clodoveo I, acaecida el 27 de noviembre del 511. San Isidoro le dedica un triste epitafio: sicque prius honorem, postea vitam amisit, perdió primero el honor y después la vida. Teodorico el Grande se hace cargo de la regencia ya que su nieto Amalarico era menor de edad, iniciándose un período de dominación ostrogoda, época de pacífica convivencia para las dos familias godas.

Por P. López M.


(Andrea di Michele Cioni; Florencia, 1435 - Venecia, 1488) Orfebre, escultor y pintor italiano. La celebridad del artista florentino Andrea del Verrocchio se debe fundamentalmente a su obra escultórica, que prosiguió la tradición naturalista iniciada por Donatello dentro de un mayor interés por la gracilidad y ligereza de la pose. Andrea Cioni, verdadero nombre de Verrocchio, nació en Florencia en 1435. Aunque su vida es poco conocida, se sabe con certeza que estudió orfebrería y pintura con Giuliano Verrocchi (de quien tomó su nombre) y Alesso Baldovinetti, respectivamente, y escultura con Antonio Rossellino y, según algunos autores, Donatello. Aunque no se conservan obras de sus primeros años, debió de poseer notable prestigio, pues en 1665 creó un taller de escultura que aceptaba también encargos de pintura y orfebrería, y un año más tarde, a raíz de la muerte de Donatello, se convirtió en el artista preferido de la familia Médicis. Su primer trabajo importante fue de hecho la construcción del mausoleo de Juan y Pedro de Médicis en la iglesia de San Lorenzo, que realizó en 1472 con una lujosa ornamentación de mármol y bronce. Durante los últimos años de su vida Verrocchio desarrolló una intensa actividad escultórica, entre cuyos logros más notables cabe citar el monumento al cardenal Niccolò Forteguerri de la catedral de Pistoia, la delicada Dama del ramillete en mármol y el grupo conocido como Cristo y Santo Tomás. DAMA DEL RAMILLETE (c.1478)>>> Mención aparte merecen dos obras inspiradas en modelos de Donatello: un David en bronce de apariencia soñadora ejecutado antes de 1476 y la monumental estatua broncínea del condottiere veneciano Bartolomeo Colleoni a caballo, terminada tras su muerte por Alessandro Leopardi y erigida en Venecia en 1496, que, si no posee la intensidad trágica del Gattamelata de Donatello, constituye con éste, por su extraordinaria sensación de vitalidad y movimiento, el principal monumento ecuestre del Renacimiento italiano. Menor interés posee su pintura, si bien tuvo discípulos de la talla de Perugino, Lorenzo di Credi y Leonardo da Vinci; su cuadro más conocido, el Bautismo de Cristo (1474-1475), debe en buena medida su fama a dos figuras de ángeles que se atribuyen a la mano de Leonardo. Obra escultórica Como Antonio Pollaiuolo, Andrea del Verrocchio se formó como orfebre pero, a diferencia de aquél, cambió pronto de oficio para dedicarse de lleno a la escultura. Según los autores se le sitúa de aprendiz en el taller de Donatello o como socio de Desiderio da Settignano en el monumento Marsuppini, aunque lo más probable es que frecuentara a los hermanos Rossellino. En todo caso, se reveló pronto como un artista de extraordinaria versatilidad técnica, que pudo desarrollar gracias a la protección de los Médicis.


Figuraba a la cabeza de un taller en el cual se acometían trabajos tanto de escultura y pintura como se realizaban armaduras o retablos. Durante varios años los obradores de Pollaiuolo y Verrocchio mantuvieron una rivalidad que fue en alto grado fructífera para la Florencia del último tercio del siglo. La primera gran obra en la producción de Verrocchio, y una de las de mayor audacia por su sencillez, es la tumba de Juan y Pedro de Médicis en San Lorenzo (1472). En vez de seguir los modelos monumentales de sus antecesores, reservados para los miembros de las ricas familias patricias, escogió como prototipo los modestos sarcófagos sin figuras destinados a las gentes menos acaudaladas. En ausencia de ostentosas estructuras arquitectónicas o grandes grupos escultóricos, son los materiales sabiamente combinados los que consiguen bellos efectos ornamentales: el sarcófago de mármol con follaje de bronce en las esquinas y con laterales de pórfido rojo (verde para los medallones) se apoya sobre una plataforma de mármol que descansa sobre dos pequeñas tortugas, y el conjunto queda enmarcado por una reja de bronce. Por el contrario, en el cenotafio Forteguerri, comenzado en 1477 para la catedral de Pistoia, Verrocchio concibió un amplio despliegue de figuras que desgraciadamente no pudo terminar, y fue maltratado con torpes añadidos en los siglos XVI y XVIII. DAVID (c. 1473-75)>>> Es célebre su David de bronce (Museo del Bargello, Florencia), realizado entre 1473 y 1475, de tamaño ligeramente menor que el de Donatello. La representación de David como un joven héroe triunfante sobre el gigante filisteo Goliat es un motivo recurrente en el arte del Renacimiento, quizás porque su figura fue considerada por los artistas muy adecuada para encarnar los nuevos valores humanistas. El joven pastor aparece representado con unos rasgos finos, elegantes y un tanto andróginos, al tiempo que muestra una expresión altanera y desdeñosa, como si se sintiera orgulloso de haber dado muerte a Goliat, cuya cabeza cortada yace a sus pies. Anteriormente (1470) había fundido el Amorcillo con delfín (1478-1479, Palazzo Vecchio, Florencia), pensado para coronar una fuente en la villa medicea de Careggi; es un delicioso niño que presenta un movimiento espiral con numerosos perfiles, precedente de la figura serpentinata (que gira sobre su propio eje y que se impondrá en el siglo XVII). Dieciocho años, desde 1465 hasta 1483, tardó en acabar el grupo de Cristo y Santo Tomás, también llamado Incredulidad de Santo Tomás, para uno de los tabernáculos exteriores de Orsanmichele, un impresionante bronce lleno de contrastes, con drapeado claroscuro y líneas oblicuas, que es una de sus obras maestras. No sería difícil encontrar en el repertorio de Donatello las esculturas que han inspirado estos trabajos, pues Verrocchio se propuso siempre adaptar los más célebres temas del maestro, para lo cual siguió un camino intermedio entre el trazo marcado y a veces duro de éste y la tersura plana y sutil de Desiderio da Settignano.


La frontalidad y la centralidad que habían dominado hasta entonces el retrato en busto fueron transformadas por Verrocchio en un continuo escultórico en el que se multiplican los planos de la figura y surge una significación nueva a partir de inusitados rasgos de carácter. La Dama con ramillete (h. 1478, Museo del Bargello, Florencia), de ricas transparencias, incluye por primera vez las manos en una escultura de estas características, y en el retrato de Giuliano de Médicis (National Gallery of Art, Washington) contrasta el enérgico relieve de la armadura con el rostro del personaje, que dirige vivazmente su atención hacia un punto situado fuera del alcance del espectador. A partir de 1481-1488 se le encargó en Venecia la realización del monumento al condottiere Bartolomeo Colleoni, grandiosa estatua ecuestre para cuya concepción partió, como Donatello para su Gattamelata, del Marco Aurelio (siglo II d.C.) del Museo Capitolino. Verrocchio, como es habitual, da otra vuelta de tuerca al ejercicio donatelliano aumentando el tamaño del jinete e imprimiéndole su característico giro en el torso, al tiempo que trata de reproducir el movimiento del corcel por medio del insuperable plasticismo de la musculatura y la posición más activa de las patas, con lo que supera la apariencia, un tanto estática, del Gattamelata. <<<CRISTO Y SANTO TOMÁS, DE VERROCCHIO Como al morir el autor en 1488 aún no se había fundido el monumento, se propuso la tarea a su alumno y heredero el pintor Lorenzo di Credi, que la rechazó; se encargó de ello Alessandro Leopardi en 1490. El acabado final en frío de esta magna estatua ecuestre no se debe, por tanto, a Verrocchio, lo que no impide apreciar la magnitud de su concepción. Es comprensible que su más destacado discípulo, Leonardo da Vinci, la tomase como modelo para el monumento Sforza, que desgraciadamente nunca se realizó. Andrea del Verrocchio adquirió su formación pictórica a través de Alesso Baldovinetti, del que heredó la preocupación por las gradaciones tonales del paisaje, aunque sus preocupaciones pictóricas eran más acordes con las de Antonio Pollaiuolo en lo que se refiere al estudio de anatomías y a la ejecución mediante un dibujo duro e incisivo. Bien es cierto que Verrocchio aportó algunas soluciones técnicas y consiguió nuevos efectos lumínicos procurando dar mayor relieve plástico a sus figuras, lo que se derivaba ciertamente de su experiencia como escultor. <<<BAUTISMO DE CRISTO (c.1475) Su actividad pictórica se desarrolló durante diez años, entre 1470 y 1480. Como obra más significativa debe señalarse el Bautismo de Cristo (Galería de los Uffizi, Florencia), realizado hacia 1475. Al parecer Verrocchio completó un cuadro sin terminar, y uno de sus discípulos más aventajados, Leonardo da Vinci, pintó las dos figuras infantiles de la izquierda.


Los cuerpos y ropajes de los protagonistas principales están poderosamente trabajados, con un modelado seco y casi metálico apenas atenuado por algún refinado claroscuro. No obstante, en el dulcísimo ángel de la izquierda que sostiene la túnica de Cristo y en el luminoso y mórbido paisaje del fondo parece detectarse, efectivamente, la intervención del joven Leonardo. <<<VIRGEN CON SAN JUAN BAUTISTA Y SAN DONATO (c.1478) Más explícito es el estilo de Verrocchio en la Virgen con San Juan Bautista y San Donato (catedral de Pistoia), retablo realizado hacia 1478 que presenta una composición de una sencilla amplitud, un delicado paisaje y figuras de espléndido modelado. En esta obra colaboró Lorenzo di Credi (1459-1537), uno de sus alumnos y principal ayudante para los encargos pictóricos. En este sentido, no es fácil dilucidar qué partes corresponden a su mano de las dos madonas que se le atribuyen (National Gallery, Londres; Staatliche Museen, Berlín), ya que el fino modelado, que imita el brillo del bronce y acentúa el efecto de relieve, fue perfectamente asimilado por su discípulo. Lorenzo di Credi pintó en su juventud obras importantes como Venus y una Anunciación (h. 1485, Galería de los Uffizi, Florencia) o la Virgen con el Niño y San Juan Niño (h. 1485, Galería Borghese, Roma), basándose en el estilo de su maestro pero fundiendo eclécticamente características de Perugino o Botticelli. También se interesó por el refinamiento del arte flamenco y por el naturalismo leonardesco, y a partir de 1500 realizó casi exclusivamente impecables y minuciosas tablas de tema sacro. También los mencionados Botticelli, Perugino y Leonardo fueron alumnos de Verrocchio, lo cual da idea de su trascendencia como personalidad dinamizadora y aglutinante de fermentos pictóricos en la etapa postrera del Renacimiento temprano, tendencias que se consolidarán y conformarán las líneas maestras del Cinquecento.

Por G. Pavanelli


Cuando le preguntamos a alguien ¿qué es el alma? Rara vez obtenemos una respuesta clara respecto a esto. Las personas en su gran mayoría tienen un concepto vago y superficial de su alma, no pasa esto cuando hay que referirse a su sistema digestivo o a su misma sexualidad, donde habitualmente demuestran saber muchísimo más. Esta aparente desinformación y desinterés por el tema trae consecuencias negativas para nuestra vida ya que prácticamente hemos relegado a nuestra alma al último rincón de nuestra existencia y la tenemos ahogada, asfixiada y moribunda (en el sentido metafórico) sin poder expresarse con toda su belleza y plenitud en nuestro ser. Una primera pista viene al analizar el origen etimológico del término alma, ya que viene del latín ánima que se refiere a un principio o entidad inmaterial e invisible que poseen los seres vivos y antiguamente se usaba para designar el principio por el cual los seres animados estaban dotados de movimiento propio. De lo anterior se desprende que la concepción del alma incorpora el principio vital o esencia interna de cada uno de esos seres vivos gracias a la cual estos tienen una determinada identidad, no explicable supuestamente a partir de la realidad material de su propia biología. Además es necesario mencionar que desde tiempos remotos, nuestros antepasados, de todas las culturas, han tenido distintas concepciones respecto al alma del hombre y han creído y respetado la idea de que después de la muerte el alma abandona su cuerpo. Así en la cultura védica el alma es “El Ser”, que por naturaleza es eterno (sin nacimiento ni muerte o sin principio ni fin) de substancia diferente a la del cuerpo físico y que posee conciencia propia. En el antiguo Egipto el ser humano tiene siete grados en su personalidad, donde el “Ba”, lo que hace de un ser individual lo que es y el "Ka", la fuerza de vida son sus acepciones más cercanas. En el Hinduismo se conoce como Atman que es el alma interior, la esencia inalterable de un individuo, la cual se debe unir con brahmán que es la energía que sostiene el universo, una realidad eterna y absoluta. Para la religión cristiana, el hombre consta de dos partes, que son el cuerpo (lo físico) y el alma (lo relacionado con lo espiritual). De acuerdo a la religión cristiana, el alma es la parte de su ser, que lo hace trascender a actividades que van más allá de lo material. Gracias al alma el hombre es capaz de poseer instintos, sentimientos, emociones, pensamientos y decisiones libres, así como de tener conciencia de su existencia. Como se puede observar cada cultura, tiene su propio concepto del alma, y aunque se identifiquen con diferentes palabras, coinciden en que hay una energía pura y divina en el cuerpo físico que nos da el aliento de vida. La filosofía también ha tratado de profundizar en el estudio del alma y ya desde los antiguos sabios griegos se conoce que Platón, por ejemplo consideraba al alma como la dimensión más importante del ser humano. Para Platón el alma era eterna, es decir increada e inmortal, a veces habla de ella como si estuviese encarcelada en un cuerpo, si bien tal idea la toma prestada del orfismo. Por su parte Aristóteles la definió como la "forma específica de un cuerpo natural que en potencia tiene vida"1 o también se refiere a ella como "la esencia de tal tipo de cuerpo". Esto significa que 1

Véase el tratado Eudemo o Sobre el alma escrito por el mismo Aristóteles alrededor del 368 A.C.


la forma o esencia es lo que hace que un ente sea lo que es. En este caso, el alma configura la materia en un cuerpo natural organizado y así se forma una unidad sustancial (compuesta de materia y forma), por lo que para Aristóteles, alma y cuerpo son inseparables en el ser viviente. La Biblia cristiana se refiere al tema innumerables veces y hace su primera referencia cuando señala “Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra”. (Génesis 1:7), donde la referida semejanza es claramente una alusión al aspecto espiritual, pues Dios es espíritu2 y el alma del hombre es semejanza espiritual de Dios. Más adelante en el libro de Génesis se señala también “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2:7). Posteriormente San Pablo en su carta a los Corintios lo explica de la siguiente forma “Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual” (1 Corintios 15:45,46). Por lo que podemos concluir que la biblia reconoce en el hombre una triple naturaleza; física o carnal, atómica o correspondiente a su alma y espiritual. Los primeros cristianos pensaban que la inmortalidad del alma era un don de Dios. El cristianismo corrige al platonismo en lo que se refiere al cuerpo, que en Platón es la cárcel del alma, pero para el cristianismo el mundo es bueno por ser creado por Dios, y también está la resurrección de Cristo donde la plenitud es encontrarse con Dios en cuerpo y alma. Por ello se rechaza este dualismo tan marcado entre cuerpo y alma y el considerar el cuerpo como cárcel del alma (teoría de la transmigración de las almas3). De esta forma la doctrina cristiana es enfática en afirmar que el alma no prexiste, no “ha caído” en un cuerpo; y resucitará, no transmigrará. Por su parte la escuela de Alejandría4 vio en el alma lo que es propiamente humano, y en ella está la imagen de Dios. El cuerpo no sería imagen de Dios, pues eso equivaldría a considerar a Dios corpóreo. Mucho más tarde el célebre teólogo de la iglesia cristiana Tomás de Aquino toma un giro más realista, ya que basándose en Aristóteles más que en Platón, habla de principios y describe al ser humano como material por una parte (su cuerpo) y no material por otra (su alma espiritual). Para él, el ser humano está inmerso en lo material y obedece a sus leyes básicas de espacio y tiempo. A la vez, muestra que no es material del todo pudiendo ir más allá del espacio y del tiempo con su raciocinio al planificar el futuro o disponer de su tiempo en su vida diaria. Por su parte la divinización del alma es obra del Espíritu Santo5 ya que nos permite la vida espiritual, la contemplación de Dios y la comunión con él. La alegoría “Hombre conócete a ti mismo”, inscripción puesta en el pórtico del templo de Delfos, clásica en el pensamiento griego, que en todos los tiempos ha llevado a muchos pensadores a reflexionar sobre ella, es aceptada por los Padres de la Iglesia y también está presente en varios escritos bíblicos (Por ejemplo en Cantares 1, 8: “si tú no te conoces, seguirás el camino del rebaño” y Deuteronomio 15, 9: “estate atento a ti mismo”). Lo anterior San Agustín lo eleva también a Dios diciendo que el fin de la vida es noverim te, noverim me, “conocerte y conocerme”, por lo que muchos teólogos y humanistas creen que el hombre se conoce cuando va al fondo de sí mismo y ahí encuentra la imagen de Dios. 2

Juan 4:24 La teoría de la transmigración de las almas sostiene que las almas evolucionan, pasando de una existencia terrenal a otra, durante muchas vidas hasta alcanzar un estado de perfección y de unión con Dios. 4 Una de las primeras comunidades cristianas donde se observan las figuras de Clemente y Orígenes como notables teólogos de la época. 5 2 Pedro 1, 4 3


En consecuencia no queda nada más que señalar que el hombre es el culmen de la obra de la creación, imagen de Dios (capaz de conocer y amar a Dios), la única criatura a la que Dios le ha dado potestad de enseñorearse sobre toda criatura viviente. Inclusive tanto fue el amor de Dios que se ha hecho hombre para que el hombre se haga Dios, es así como el misterio del hombre no se aclara verdaderamente sino en el misterio del Verbo Encarnado. El hombre por tanto es sustancia corporal y espiritual, tiene el don de la libertad (signo eminente de la imagen divina) que implica el uso de su conciencia, pero la voz de la conciencia va unida a la aspiración a ser feliz con sus actos, a buscar la felicidad (aquí importa mucho el sentido de recibir con agradecimiento los talentos que Dios da a cada uno, el sentido del amor y la generosidad, el sentido de la verdad y el compromiso). La cultura actual habla mucho del hombre y sabe muchas cosas sobre él, pero con frecuencia da la impresión de ignorar quién es verdaderamente, de no conocer su propia naturaleza divina y de haberse olvidado de su propia alma, lo cual constituye una conducta autodestructiva pues el hombre sólo se puede comprender plenamente a sí mismo a la luz de Dios. No me cansare de reiterar que el hombre es “imagen de Dios”, creado por amor y destinado a vivir en la eternidad en comunión con Dios. De ahí deriva su gran dignidad, y la igualdad fundamental de todos los hombres. En esto Cristo nos revela la plenitud del hombre y la esperanza del género humano, considerando que toda ruptura con Dios es, al mismo tiempo, un desgarramiento de la unidad humana: es una ruptura no solo personal sino cósmica. De tal forma que la redención es la obra de la restauración, del restablecimiento, de esa unidad perdida. «De todas las criaturas visibles sólo el hombre es "capaz de conocer y amar a su Creador" (Génesis 12, 3); es la "única criatura sobre la tierra que Dios ha querido por sí misma" (Génesis 24, 3); él sólo es llamado a participar, por el conocimiento y el amor, en la vida de Dios. Para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad». en contradicción con la creencia hinduista de la transmigración de las almas. Por otro lado, los esfuerzos por encontrar en el plano de la ciencia, la explicación física o científica de lo que es el alma, han llevado a una gran variedad de pensadores a considerar al alma desde distintos enfoques. Por ejemplo para Leibnitz; el alma es “la mónada cerrada en sí misma”, Nietzsche la define como “voluntad de poder”, Jaspers la define como "la existencialidad", por su parte Freud establece una diferencia entre el "yo" y el "super-yo" (alma y espíritu), mientras que Schelling habla de ella como “potencia mística” y Heidegger se refiere a ella como "ser-ahí". Todos ellos han tratado de llegar a elaborar razonamientos y explicaciones que den cuenta de lo que es verdaderamente nuestra alma sin lograr mayor consenso al respecto. En este contexto, es también un contrasentido decir que del alma propiamente conocemos sólo su existencia, no su naturaleza. Según los gnósticos el alma utiliza distintos vehículos y formas de manifestación y ciertamente también, el Catecismo habla de la espiritualidad y la inmortalidad como dimensiones naturales del alma. Efectivamente, en la redacción del Catecismo leemos lo siguiente: «con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios. En estas aperturas, percibe signos de su alma espiritual. "Semilla de eternidad que en sí lleva, irreductible a la sola materia", su alma no puede tener origen más que en Dios». Este párrafo es de una importancia incalculable ya que con él se refuta categóricamente los postulados más materialistas de Kant o Nietzsche, para llegar a Dios. Por Freddy H. Wompner

Por


San Cayo (283-296) Nació en Dalmacia y era sobrino del emperador Diocleciano. Y fue precisamente Diocleciano quien ordenara la más sangrienta persecución contra los cristianos, tal vez porque entendiera el alcance revolucionario de la nueva religión y su fuerza disgregadora para el poder absoluto del Estado. Ante sus ojos pues, la persecución fue como un gesto que él debía en defensa de la sociedad romana, amenazada por el peligro cristiano que atacaba los principios básicos. Era una lucha por la supervivencia. Cayo se ocupó del nuevo orden de la jerarquía eclesiástica, estableciendo que podían ser ordenados obispos sólo quienes ya hubiesen recibido las demás órdenes. Murió mártir, pero no por orden de su tío, sino de Maxirniano. Está enterrado en la iglesia de S. Silvestre in capite en Roma. Sobrino del emperador romano Diocleciano, este parentesco le permitió trasladarse a Roma bajo la protección imperial, donde la tradición dice que residió en una casa lindante con la de su hermano San Gabino y la hija de este, la virgen romana Santa Susana. Aprovechando que su pontificado se desarrolló en un período libre de persecuciones, Cayo dedicó sus esfuerzos a delimitar las instituciones de la Iglesia y así apoyó el desarrollo de las escuelas de Alejandría y Antioquia. Asimismo estableció que nadie podía ser nombrado obispo sin antes haber pasado por los grados de ostiario, lector, acólito, exorcista, subdiácono, diácono y sacerdote. Murió poco antes de desatarse la última y más terrible persecución que habría de abatirse contra los cristianos. Aunque San Cayo no murió como mártir, si parece ser que sufrió grandes hostilidades por parte de los oficiales romanos, posiblemente dado su parentesco con el emperador. LAS CATACUMBAS DE SAN CALIXTO Yendo adelante, a lo largo de la galería Q1 y más allá de la escalera de salida Z, se encuentran en seguida dos importantes criptas históricas: a la derecha la cripta del papa Cayo y a la izquierda la del papa mártir San Eusebio. LA CRIPTA DE SAN CAYO Esta cripta ocupa un lugar especial en las Catacumbas de San Calixto por sus proporciones verdaderamente excepcionales. Podía contener a más de sesenta personas. Desde su mismo origen fue proyectada tan vasta para favorecer las reuniones comunitarias. A través del amplio lucernario, situado en la galería, se aseguraban para la cripta la luz y la suficiente ventilación. La decoración es muy sobria; las paredes fueron revestidas de una simple capa de estuco blanco.


En las paredes laterales se encuentran muchos lóculos, pero solo tres en la pared del fondo. El lóculo del medio, de notables dimensiones, es la tumba principal y más importante de toda la cripta. En ella se conservan los fragmentos de la inscripción griega del papa Cayo: "DEPOSICIÓN DEL OBISPO CAYO, 22 DE ABRIL" (AÑO 296). La memoria del papa San Cayo (283-296) va unida generalmente en la tradición a la de San Sotero, y por lo mismo se celebra el mismo día. Sin embargo, sus vidas no tienen de común más que el hecho de ser ambos obispos de Roma. La tumba de San Cayo es, ciertamente, una de las más veneradas en la catacumba de San Calixto de Roma. Más, por otra parte, su recuerdo está rodeado de multitud de tradiciones y leyendas que impiden tener una idea clara y segura sobre su vida y su verdadera actuación durante su pontificado. Algunos documentos antiguos atestiguan que Cayo era originario de Dalmacia. Por otra parte, se le supone pariente de Diocleciano y de los Santos Gabino y Susana. Por esto esa misma tradición afirma que vivía en Roma en una casa contigua a la de Gabino y Susana. De esta misma tradición o leyenda se hace eco el llamado Titulus Suzannae, en Roma, que ha llevado siempre el subtítulo de ad duas domos (junto a las dos casas). Algunas de estas leyendas o tradiciones fueron transmitidas por las Actas de Santa Susana, y sobre estas Actas, según parece, están fundadas las noticias que nos transmite el Liber Pontificalis. Así, pues, no podemos tener ninguna seguridad sobre el origen de San Cayo y demás circunstancias indicadas. En terreno seguro entramos con la noticia de la elección de Cayo en 283 para suceder en la Sede Romana al papa San Eutiquiano. Además consta que, transcurrida la persecución de Valeriano, la Iglesia atravesaba entonces un período bonancible. Gracias a esta paz, de que gozó el cristianismo durante casi todo el siglo III, sólo interrumpida por los breves chispazos de algunas persecuciones, se había ido robusteciendo extraordinariamente, y a fines del siglo III constituía ya una fuerza arrolladora, imposible de dominar. De esta paz se aprovechó el Romano Pontífice San Cayo para fomentar todas las instituciones de la Iglesia. Bajo su protección se desarrollaron las dos escuelas de Oriente, la de Alejandría y la de Antioquía, que por este tiempo habían llegado a un notable esplendor. Asimismo las Iglesias del África, después de San Cipriano († 258), de las Galias y de España, que presenta figuras de primer orden y celebra poco después el concilio de Elvira. En realidad, aunque tenemos pocas noticias concretas, podemos afirmar que los trece años de pontificado de San Cayo fueron tranquilos y prósperos para la Iglesia. Una noticia, sin embargo, se nos comunica, que da a entender que, no obstante esta paz general, debió haber algún chispazo o conato de persecución. Porque, de hecho, sabemos que Cayo pasó algún tiempo escondido en la catacumba de San Calixto. Precisamente entonces se encontraba esta catacumba en su mayor esplendor. Después de los trabajos realizados en ella por el papa San Calixto, quedó ésta convertida en uno de los lugares más venerados de los cristianos. La cripta de los papas y la contigua de Santa Cecilia, los cubículos de los sacramentos y las antiguas criptas de Lucina, Liberio y Eusebio ofrecían a los cristianos los más vivos y palpitantes recuerdos.


Por eso, ante los sepulcros de los papas y de los mártires, se reunían para celebrar los aniversarios de sus martirios y tal vez alguna de sus solemnidades litúrgicas. De este modo, con la lectura de las Actas o Pasiones de los mártires, que era la manera más corriente de celebrar sus aniversarios, se alentaban sus espíritus, para las batallas que ellos mismos tenían que sostener. Allí, pues, en el interior de la catacumba de San Calixto, atestiguan antiguos documentos, pasó escondido algún tiempo el papa Cayo, sea porque amenazara alguna persecución, sea porque sintiera especial devoción en permanecer al lado de los mártires. Esto último pudo tener lugar, o bien al principio de su pontificado, en que el emperador Caro (282-283) inició una especie de persecución, o bien al principio del gobierno de Diocleciano, en que se siguió todavía algún tiempo en este estado de inseguridad. Sobre esta base también de la persecución, iniciada por Caro en 283 y continuada algún tiempo con más o menos intensidad durante los años siguientes, adquieren especial consistencia los testimonios de la tradición, que nos presentan a San Cayo como el sostén más firme y el alentador de los cristianos, amenazados constantemente por la espada de la persecución. Según estos mismos documentos, tuvo que sufrir mucho en su constante trabajo de confirmar a los fieles en la defensa de su fe. En particular ponderan cómo aconsejó e indujo al patricio Cromacio para que acogiera a todos los cristianos en su casa de campo con el fin de protegerlos contra la persecución. Se refiere que un domingo entró él en la casa de Cromacio y dijo a los fieles allí reunidos: "Dios Nuestro Señor, conociendo la debilidad humana, ha establecido dos grados entre los que creen en Él: la confesión y el martirio, para que los que no se crean con fuerzas para poder sufrir los rigores de los tormentos al menos conserven la gracia para su confesión. Así, pues —continuó—, los que prefieran permanecer en la casa de Cromacio queden aquí con Tiburcio, y los que quieran venir conmigo a la ciudad síganme. Con esta ocasión, según se refiere, ordenó diáconos a Marco y Marcelino, y presbítero a su padre Tranquilino; entonces nombró a Sebastián defensor de la Iglesia y de los fieles y dio pruebas de la mayor ternura hacia todos ellos. El Liber Pontificalis, por su parte, atribuye a San Cayo el decreto por el que establecía los diversos grados de la jerarquía anteriores al episcopado, es decir, de ostiario, lector, acólito, exorcista, subdiácono, diácono y presbítero, y asimismo la división de Roma en distritos. Sin embargo, no pueden admitirse estas noticias, pues ya en 250, según atestigua Eusebio en su Historia Eclesiástica (VI, c. 43), son enumerados todos estos grados de la jerarquía. Tal vez no hizo él otra cosa que conmemorarlos de nuevo expresamente. Respecto de su muerte, no se sabe con certeza si fue mártir. Consta con toda evidencia que, después de su muerte, su memoria fue rodeada de gran veneración. Pero la primera redacción del Liber Pontificalis le designa expresamente como confesor. Posteriormente, en una nueva redacción, se añadió la expresión fue coronado con el martirio; pero esto no está conforme con los hechos. Además, el nombre del papa San Cayo está en la Deposición de los obispos, o Catálogo de los obispos, y no en la Deposición de los mártires. Para explicar estas divergencias el cardenal Orsi escribió: "El título de mártir no parece que se le pueda aplicar a Cayo, sino a causa de los malos tratos sufridos por él en los primeros años de Diocleciano, cuando este emperador permitió continuara en Roma la persecución iniciada por Caro". De hecho, a partir del siglo IV, todos los calendarios romanos señalan el 22 de abril como el día de su muerte y de su fiesta. Lo mismo repiten los calendarios medievales y Beda el Venerable.

Por Frey Jesús


1196: Una fecha histórica para el Temple Antes de hablar de esa fecha, debo confesar que sin el compromiso contraído con esta revista, y en concreto con su Maestre Federico Leiva, nunca hubiera dedicado tanto tiempo a la lectura y transcripción de documentos de contenido Templario. Estaba claro que debía empezar por el Cinca, cuya presencia había pasado inadvertida para los investigadores. A Fraga (Huesca) llegaron los Templarios con anterioridad a su conquista de la mano del rey Alfonso I el Batallador entre 1130-1134; y más tarde, desde 1149 en adelante, de la mano del conde de Barcelona y Príncipe de Aragón Ramón Berenguer IV, heredero y sucesor del citado rey Alfonso y su hermano Ramiro II el Monje. Por otro lado, quisiera recordar, que en el reparto de tierras conquistadas, la milenaria villa de Fraga fue repartida entre diversos señores. Modelo que el mismo conde había ensayado en Tortosa el año anterior. Así, fueron repartidas y concedidas unas heredades a los Templarios, otras a la Orden de Montgay o Alfambra, y otros derechos y tierras a los Hospitalarios. En los demás lugares de conquista que intervino el conde catalán y principal gobernante de Aragón, -nada menos que con el título de Príncipe de Aragón en vida del rey monje- había de conceder numerosas donaciones a la Orden del Temple. De igual manera actuó su hijo Alfonso (anteriormente llamado Ramón como el padre) a la hora de compensar a las órdenes militares que les habían ayudado. Desde 1134 a 1196, fecha del gobierno de ambos gobernantes, las donaciones fueron múltiples. Eso es lo que se desprende del documento que aportamos en estas páginas, transcrito directamente del registro número dos de la Real Cancillería de la Corona de Aragón. Ofrecemos su transcripción en lengua castellana, con una peculiaridad: los nombres y topónimos los copiamos en su forma original. La mayoría de ellos son fácilmente deducibles; por eso, dejamos al lector que los lea en catalán (o provenzal) o en castellano, a su gusto. Recordamos que en el año 1196, momento que se redactó el siguiente documento, la lengua castellana era una lengua desconocida para la Cancillería de Barcelona, para los territorios de la Corona de Aragón, o para los Templarios de la Provenza o de Hispania. El original y copia se conserva en lengua latina.


Se trata de la donación que la Orden de Alfambra hizo de sus posesiones y bienes a la Orden del Temple en la primavera de 1196. También las donaciones que disfrutaron en Fraga, como el llamado castillo, pasaron de la Orden de Montgay, Santo Redentor o Alfambra, a los Templarios. Los lugares, villas, encomiendas, iglesias y heredades que traspasó dicha orden a la Orden Templaria -según se citan en este documento- nos dan una idea más que perfecta de su expansión alcanzada en el año de la muerte del citado rey Alfonso y año de la coronación del rey Pedro, padre del Conquistador: "En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Sea notorio a todos los presentes y futuros que yo fr. Fralmus de Lucho, de la Orden de la piedad de Santa María de Montegaudio de Jherusalem, y el Hospital del Santo Redentor de Turol, y de la casa de la Alfambra, como hombre humilde, y con el consentimiento, acuerdo y concordia de fr. Michaelis, sacerdote; fr. Lupi, sacerdote; fr. Bartholome Drachoni; fr. Petri Somic comendador de Alfambra; fr. Petri Martini comendador de Vilell; fr. Martini de Sogonça comendador de Castellots; fr. Garcie comendador de Montis; fr. Sanchii comendador de Camanie; fr. Francii comendador de Orrios; fr. Bernardi ecónomo del señor rey; fr. Petri Garssot; fr. Bernardi Vasconis; fr. Eneti de Lenda; fr. Juliani de Montanos; fr. Garcie de Lesun; fr. Fortuny Xemeniz comendador de Libros; fr. Lupi de Uno Castro; fr. Johanis Onecam; fr. Vilelmi de Jacca comendador de Mediano; y todos el capítulo y convento de la misma casa. Por consejo y voluntad del rey de Aragón, Aldefonsus, doy y concedo a Dios y a la casa de la Milicia del Temple, y a Gisberto Eracleo, Maestre de la dicha casa, y a Poncio de Rigaldo Maestre de allá los mares; y a Arnaldo Clarimontis Maestre de la Provincia y todas las parte de Ispanie; y a fr. Villelmo de Petra Alta comendador de Novellis; y a fr. Petro de Barbastro comendador de Ripa Forata; y a fr. Raymundo de Gurb; y a fr. Poncio Menescalco comendador de Montsó; y a fr. Villelmo de Sero comendador de Oscha; y a fr. Raymundo de Lagaris; y a fr. Egidio de María comendador de Ricla; y a fr. Petro de Galiner comendador de Cesarauguste; y todos los demás frailes presentes y futuros, a saber:

Territorios de la Corona de Aragón Mapa de Robert Vaugondi, 1780 >>> El castro de Alfambra. El castro de Vilell. El castro de Libros y Penan (que está entre Vilell y Libros, al lado del río Godalamia) La localidad de Castellots. La casa del Santo Redentor de Teruel. Y Orrios, Y Fuentes, Y Vilalonga; La iglesia y casa de Camanie, La iglesia y casa de Perale, La iglesia y casa de Samola, La iglesia y casa de Mentar, La iglesia y casa de Celadas, La iglesia y casa de Fontibus Garcie, La iglesia y casa de Roca y el castillo, La iglesia y casa de Villaris Plani, La iglesia de Villar de Melgrià,


Viñas y casa de Burbaguena, Casas y heredades de Ossa, Casas y heredades de Martino, Casa de Catalaiub, Casas y heredades de Pina, La iglesia de Mots, Heredades del Valle Ancho y Mediano, La casa de Osce, Castillo Templario de Villel>>> Las aldeas con sus hornos y molinos y todos los derechos, heredades y posesiones, y términos, y pertenencias suyas, y todos los hombres pertenecientes al Santo Redentor que tenemos y debamos tener en todo el reino de Aragonis y en Cathalonia, y en toda tierra del Señor rey, y todo derecho y posesión en las partes de "Cismarinis et transmaris", con el dominio y propiedad de ellos, según se ha dicho y dado a conocer arriba. Yo Maestre Fralmus de Lucha, fraile ya nombrado, nos unimos y nos conferimos en unión y conformidad de la Milicia del Temple, y renunciamos a actuar por nuestra cuenta. Hecho fue esto en honor a Dios y en defensa de la Santa Trinidad; y con esto unidos, podamos repeler a los enemigos de la Cruz de Cristo. Presentes a estas cosas como testigos fueron: fr. Martinus, cellerario de la abadía de Petra, de la Orden del Císter, fr. Poncius, monje de la misma casa, Raymundo de Santi Petri, Ximenus, notario, Sancio Sancti Salvatoris, Petrus de Segarra, el señor Ferrandus Roderici de Açagra, Petrus Cesse, Lupus de Barca, Johannes de Lefori, Sancius de Vallterra, Petrus Manao, y Fortunio Gallindeç. Hecha esta carta en Terol en la iglesia del Santo Redentor, en el mes de abril a 3 de las calendas mayo (29 de abril), en la Era de 1234, año de la Encarnación del Señor M.C.XC.VI. Yo, Petro Sancti Salvatoris, diácono, por mandato del Maestre Fralmi de Lucha, y demás hermanos, esto escribí, y sellé.

Joaquín Salleras Clarió


Carlos de Austria o Habsburgo (Gante, 24 febrero de 1500–Monasterio de Yuste, 21 septiembre de 1558) reinó junto con su madre todos los reinos y territorios de España con nombre de Carlos I (1516a -1556) y unió en persona por primera vez las coronas Castilla (incluida Navarra) y Aragón.

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También fue Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V (1520-1558), llamado César, el César Carlos o Su Majestad Cesárea. Hijo de Juana I de Castilla y Felipe I el Hermoso, y nieto por vía paterna de Maximiliano I de Austria o Habsburgo y de María de Borgoña (de quienes heredó los Países Bajos, los territorios austriacos y el derecho al trono imperial) y por vía materna de los Reyes Católicos, de quienes heredó Castilla, Navarra, las Islas Canarias, las Indias, Nápoles, Sicilia y Aragón. Durante la celebración de un baile en el palacio Casa del Príncipe (Prinsenhof) de Gante, Flandes, la embarazada archiduquesa Juana I de Castilla comenzó a sentir fuertes dolores en el vientre. Creyendo que se debían a una mala digestión, acudió al baño y allí, sin ayuda de nadie, dio a luz a su primer hijo a las 3:30 de la madrugada del martes 24 de febrero de 1500. Ella quería ponerle el nombre de Juan en recuerdo de su fallecido hermano, pero finalmente fue bautizado como Carlos por deseo de su padre y en recuerdo de su bisabuelo, Carlos el Temerario, quien murió en la Batalla de Nancy en 1477.4 El bautizo, celebrado el 7 de marzo, fue oficiado por el obispo de Tournai, Pierre Quick, en la Catedral de San Bavón. A él acudieron como madrinas Margarita de Austria, esposa del fallecido príncipe Juan, y Margarita de York, esposa de Carlos el Temerario, y como padrinos Carlos de Croy, príncipe de Chimay, y el señor de Vergás. Antes de que cumpliera un año, Felipe nombró a Carlos Duque de Luxemburgo y Caballero de la Orden borgoñona del Toisón de Oro. El 16 de noviembre de 1501 Felipe y Juana partieron hacia España para ser jurados en las Cortes como sucesores de los Reyes Católicos y dejaron a Carlos al cuidado de Margarita de York. Durante su paso por Francia, Felipe se reunió con el rey Luis XII y acordó el matrimonio entre su hija Claudia y Carlos, trato que se renovó con la firma del Tratado de Blois años después. Tras el regreso de Felipe a Flandes y debido a la avanzada edad de Margarita de York, dejó a Carlos al cuidado de la señora de Ravenstein, Ana de Borgoña; además nombró gentilhombre de la cámara de Carlos a su padrino, Carlos de Croy, y encomendó su educación a maestros borgoñones que le enseñaron la historia del ducado. Fernando el Católico, consciente de que Carlos podría ocupar algún día su trono, envió a Luis Cabeza de Vaca a Flandes para que le enseñara castellano y las costumbres españolas, aunque cuando el príncipe llegó a España años después aún no dominaba esta lengua.


A principios de 1506 Felipe y Juana partieron de nuevo hacia España para reclamar la corona de Castilla tras la muerte de Isabel la Católica, pero su reinado duró poco, ya que él murió de forma prematura en septiembre y ella, presa de la locura, fue encerrada por Fernando en un convento de Tordesillas. Debido a la minoría de edad de Carlos, su abuelo Maximiliano I de Habsburgo asumió la regencia de los Países Bajos, aunque poco después le cedió el puesto a su hija Margarita de Austria, junto con la tutela de Carlos y sus hermanos. Toda la educación del joven príncipe se desarrolló en Flandes y fue colmada de cultura flamenca. En 1509 el emperador dispuso que Guillermo de Croy, señor de Chiévres, sustituyese a su primo Carlos de Croy como gentilhombre de cámara del príncipe y Adriano de Utrecht, deán de la Universidad de Lovaina y futuro papa Adriano VI, fue nombrado su maestro. El 5 de enero de 1515, después de que Guillermo de Croy consiguiera que el emperador declarara la mayoría de edad de Carlos, los Estados Generales nombraron a éste Señor de los Países Bajos. De esta forma finalizó la regencia de su tía Margarita, pero el joven soberano aún no tenía voluntad propia para gobernar y el señor de Chiévres, al ser de su total confianza, manejaba todo el poder. Ese mismo año, Adriano de Utrech viajó a España para asegurarse de que Fernando el Católico no quitara a Carlos la herencia de Castilla y Aragón en favor de su hermano Fernando I de Habsburgo, quien se había criado junto a él y era su nieto favorito.


Si bien se comprometió a nombrar a Carlos como sucesor, los consejeros del rey tuvieron que convencerle poco antes de su muerte para que no designara a Fernando. El 22 de enero de 1516, su abuelo Fernando II de Aragón redactaba su último testamento. En él, nombraba a Carlos Gobernador y Administrador de los Reinos de Castilla y León, en nombre de la reina Juana I, incapacitada por su enfermedad. En lo concerniente a la Corona de Aragón, el rey Fernando dejaba todos sus estados a su hija Juana, nombrando, también en este caso, Gobernador General a Carlos en nombre de su madre. Hasta que Carlos llegara, en Castilla gobernaría el cardenal Cisneros y en Aragón el arzobispo Alonso de Aragón. El 23 de enero moría el rey Fernando en Madrigalejo (actual provincia de Cáceres). A partir de entonces, Carlos comenzó a pensar en tomar el título de "Rey", aconsejado por sus consejeros flamencos. Esta decisión no era bien vista en la Península. El Consejo de Castilla le envió una carta el 4 de marzo en la que le pedía que respetase los títulos de su madre, ya que «aquello sería quitar el hijo al padre en vida el honor». Pero, diez días después las honras fúnebres por el rey Fernando terminaron con gritos de: Vivan los católicos reyes doña Juana y don Carlos su hijo. Vivo es el rey, vivo es el rey, vivo es el rey El 21 de marzo Carlos envió una carta a Castilla en la que informaba de su decisión de titularse Rey. Tras largas deliberaciones del Consejo, el 3 de abril el cardenal Cisneros informó al reino de la decisión de Carlos. El 13 del mismo mes se informó de la nueva intitulación real: Doña Juana y don Carlos su hijo, reina y rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las islas de Canaria, de las Islas, Indias y Tierra Firme del mar Océano, condes de Barcelona, señores de Vizcaya y de Molina, duques de Atenas y Neopatria, condes de Rosellón y de Cerdaña, marqueses de Oristán y de Gociano, archiduques de Austria, duques de Borgoña y de Brabante, condes de Flandes, de Tirol, etc. En mayo, los tres estamentos del Reino de Navarra, reunidos a petición del virrey Antonio Manrique de Lara, juraron fidelidad a Carlos como su rey y señor natural. Mientras tanto, en la Corona de Aragón la situación era caótica. El Justicia de Aragón impidió gobernar al arzobispo Alonso de Aragón alegando que, según las leyes aragonesas, el cargo de gobernador sólo podía ser ejercido por el heredero al Trono.


La Audiencia Real de Aragón dio la razón al Justicia, pero sentenció que el arzobispo podía gobernar en calidad de curador de la reina Juana. Pero el Justicia tampoco lo permitió entonces, alegando que Juana ya no era la heredera, ya que cuando se la juró como tal, se incluyó que si el rey tenía un hijo varón, éste pasaría a convertirse en el heredero. Y, por tanto, como en 1509 Fernando había tenido un hijo con Germana de Foix, el juramento de Juana quedaba anulado (a pesar de que el niño había muerto a las pocas horas). El 13 de mayo Carlos reconoció los poderes del arzobispo, como curador de la reina Juana, pero, aun así, se rechazó prestarle juramento. Por otro lado, la Diputación del Reino de Aragón reconoció a Juana como heredera de la Corona, pero como por su enfermedad no podía reinar, debía ser apartada del gobierno para que reinara su hijo. A todo ello se añadía el que ninguna institución de la Corona de Aragón le reconocía a Carlos el título de Rey hasta que no jurara los fueros y libertades de los Reinos. En el reino de Nápoles, el virrey Ramón de Cardona, recibió la noticia del fallecimiento del rey Fernando a través del arzobispo de Zaragoza, fue confirmado como virrey por el príncipe Carlos desde Bruselas, el 11 de febrero, e hizo proclamar a Juana y al príncipe Carlos como reyes el 20 de febrero. En cuanto al reino de Sicilia, ante la muerte de Fernando el Católico, el virrey de Sicilia, Hugo de Moncada disolvió un Parlamento hostil a un nuevo donativo para mantenerse en el puesto hasta la confirmación del nuevo rey Carlos, pero una parte importante se negó a disolverse, no reconociendo a Carlos como el sucesor de Fernando sino su madre Juana. El 5 de marzo tras celebrarse las exequias del monarca difunto, se produjo la sublevación, consideraron que una vez muerto el rey, el virrey cesaba automáticamente, alzaron pendones por la reina Juana y constituyeron una regencia. Un nuevo Parlamento encargó la regencia del reino al marqués de Geraci, Simone Ventimiglia, y al marqués de Licodia, Matteo Santapau, y solo la ciudad de Mesina se mantuvo fiel al virrey y al rey Carlos. Ante esta situación el virrey de Nápoles, Ramón de Cardona intervino obteniendo un acuerdo entre las partes para que fueran a viajar a la corte de Carlos, mientras el gobierno de Sicilia quedaba a cargo de Diego del Águila. Finalmente el nuevo virrey designado fue Ettore Pignatelli, conde de Monteleone. Sin embargo, la posición de la Corona estaba debilitada, y en julio de 1517, una conjura que pretendía cambiar la situación política del reino fracasó al no llevarse a cabo el asesinato del virrey, lo cual produjo una revuelta más amplia conocida como la rebelión de Squarcialuppo para reclamar orden y justicia. Finalmente, la situación fue encauzada, y en el Parlamento de 1518, Carlos fue reconocido como rey de Sicilia. Respecto al reino de Cerdeña, una reunión extraordinaria de los estamentos reconoció a los nuevos soberanos Carlos y Juana, y en junio de 1518 una delegación del estamento real en las Cortes de Zaragoza juró fidelidad al nuevo monarca, aunque no se puede constatar si junto a ellos estuvieron representantes de los otros dos estamentos; en octubre el rey concedió poderes a su virrey en Cerdeña, Ángel de Vilanova para convocar el Parlamento y recoger el juramento de fidelidad y formalizar así el acto parcialmente formulado en Zaragoza. En los Países Bajos, el 19 de febrero de 1516, antes de la muerte de Fernando el Católico, Guillermo de Croy, señor de Chiévres solicitó 400 000 florines de oro para el futuro viaje a España, lo que fue aprobado por los Estados Generales de los Países Bajos, pero a cambio Carlos debía dejar el territorio pacificado. De este modo acordó el Tratado de Noyón con Francisco I de Francia, y dado que la adquisición de los derechos sobre Frisia dejó un frente abierto con Carlos de Egmond, duque de Güeldres, fue acordado un tratado de paz el 17 de septiembre de 1517. En junio de 1517, Carlos informó a los Estados Generales reunidos en Gante, que el gobierno en su ausencia estaría a cargo de un Consejo Privado presidido por su tía la archiduquesa Margarita de Austria.


Su abuelo el emperador Maximiliano como supervisor del mismo en caso de que la comunicación con España no pudiera llevarse a cabo. Y en julio nombró a Filiberto de Chalôns como Gobernador y Lugarteniente General en los condados de Borgoña y de Charolais. Carlos aseguró su posición como rey gracias al reconocimiento como rey por parte del papa León X en la bula Pacificus et aeternum de 1 de abril de 1517. Y el 8 de septiembre de 1517 Carlos embarcó hacia España. Aunque estaba previsto que desembarcara en Santander, la armada llegó a Tazones, en Asturias, por el mal tiempo, lo que retrasó aún más el viaje. La siguiente etapa del viaje siguió en Tordesillas, donde visitó el 4 de noviembre de 1517 y muy brevemente a su madre, la reina Juana la Loca, allí recluida, en donde Chiévres obtuvo de la reina Juana el acta por el que reconocía a su hijo Carlos que gobernara en su nombre, por lo que de este modo se daba la apariencia de legitimidad a la toma del poder por Carlos.27 Ya en Valladolid, recibió la noticia del fallecimiento del cardenal Cisneros, lo que le dejaba completamente allanado el gobierno de Castilla. El 9 de febrero de 1518 las Cortes de Castilla, reunidas en Valladolid, juraron como rey a Carlos junto con su madre Juana. También le concedieron 600.000 ducados. Además, las Cortes hicieron una serie de peticiones al rey, entre ellas: Aprender a hablar castellano. El cese de nombramientos a extranjeros. La prohibición de la salida de metales preciosos y caballos de Castilla. Trato más respetuoso a su madre Juana, recluida en Tordesillas. En Aragón la situación seguía siendo complicada. Carlos llegó a Zaragoza el 9 de mayo. Las sesiones de las Cortes de Aragón comenzaron el 20 de mayo y tras largas discusiones, el 29 de julio Carlos era jurado como Rey de Aragón. Juana era reconocida como Reina, pero por su incapacidad para gobernar, sus títulos quedaban sólo como "nominales". Además le fueron entregadas 200.000 libras. El 15 de febrero de 1519 Carlos entraba en Barcelona, convocando a las Cortes catalanas el día siguiente. Tras un discurso muy parecido al que dio en Aragón, y las correspondientes deliberaciones, Carlos fue jurado junto a Juana el 16 de abril. La cuestión del dinero que debían aportar las Cortes se alargó hasta principios de enero de 1520, cuando finalmente le otorgaron 300.000 libras. Mientras, el emperador Maximiliano I moría el 12 de enero de 1519. El 28 de junio Carlos era elegido en Fráncfort del Meno como rey de Romanos lo que le convertía en el nuevo soberano del Sacro Imperio Romano Germánico, y por ello decidió suspender el viaje hacia Valencia para ir a Alemania, convocando previamente Cortes castellanas en Santiago de Compostela para el 20 de marzo de 1520. De esta manera, Carlos envió a Adriano de Utrecht para que a través de él le juraran como rey y pudiera convocar Cortes en Valencia, pese a la ilegalidad, lo que provocó malestar entre los estamentos privilegiados; sin embargo debido a la querellas entre el brazo nobiliario (militar) y eclesiástico contra las Germanías, las Cortes no llegaron a celebrarse, y ante los disturbios, el rey envió un documento el 30 de abril de 1520 ofreciéndose guardar sus fueros y privilegios. Finalmente, el rey cumplió la legalidad foral y antes de ir a las Cortes Generales de Monzón, convocadas el 1 de junio de1528, pasó por Valencia y juró sus fueros el 16 de mayo de dicho año. Tras este largo proceso que duró cuatro años (sin contar la jura en Valencia), Carlos se convertía en el primer monarca en ostentar las Coronas de Castilla, Aragón y Navarra. CONTINUARÁ…


Real Monasterio de Sta. María de Poblet (2ª Parte) …CONTINUACIÓN PRIMER RECINTO Se llama Puerta de Prades a la entrada a este recinto; es de arco de medio punto con grandes dovelas en la parte exterior, y de arco apuntado por su cara interior. Sobre la puerta se encuentra un nicho con una imagen de la Virgen María como advocación del monasterio. Muestra también el escudete del abad Fernando de Lerín (1531-1545), la jarra con azucenas o lirios (símbolo de pureza) y las iniciales PO que se refieren a Poblet. En este primer recinto había un espacio donde estaban las habitaciones de los labradores, obreros, legos y demás “familia” del monasterio. El abad Guimerá (15641583) había mandado construir un pozo, un abrevadero y unas conducciones de agua y para constancia de su mandato se imprimió su escudo en piedra: dos fajas rojas en campo de oro. Todavía subsiste la casa del monje portero que fue edificada en tiempos del abad Fernando Lerín, cuyo escudo también se conserva. Después de pasar una alameda se llega a la puerta de acceso al 2ª recinto. Se llama Puerta Dorada haciendo alusión al chapeado de planchas de bronce que la recubrían y que fueron doradas por voluntad de Felipe II en 1564 cuando pasó la Semana Santa en este monasterio. Se construyó esta puerta bajo los prioratos de los abades Delgado y Juan Payo Coello (1480-1499) y es un ejemplo de puerta castrense. Los escudetes de estos dos abades están situados en la fachada bajo los otros escudos de mayor tamaño con las divisas de la Corona de Aragón, Sicilia y Castilla, que hacen alusión a los reyes Juan II y Fernando el Católico. La construcción de la puerta debió terminarse en 1493 para recibir en ella a los Reyes Católicos que en ese año visitaron el monasterio acompañados de sus hijos el infante Juan y las infantas Juana, Isabel y Catalina. Ante esta puerta tenía lugar la ceremonia de bienvenida a los reyes que visitaban Poblet. Se preparaban ricos reclinatorios y una vez arrodillados, el abad les daba a besar el Lignum Crucis. A continuación marchaban en procesión bajo palio, entonando el Te Deum y acompañados de su séquito y de los monjes de la comunidad. Entraban en el 2º recinto a través de la Puerta Dorada y en la capilla de Santa Catalina volvían a pararse para orar antes de entrar definitivamente en el recinto de la clausura.


Junto a la puerta citada se halla la capilla de San Jorge mandada construir por Alfonso V de Aragón el Magnánimo, en acción de gracias por la victoria obtenida en la conquista de Nápoles en 1442, en tiempos del abad Conill. Se llama capilla de San Jorge pero en realidad está consagrada a la Virgen del Rosario, San Miguel Arcángel y San Jorge porque se supone que los tres fueron protectores del rey en la conquista de Nápoles. Las tres representaciones escultóricas de estos protectores estaban situadas en el desaparecido retablo de la capilla. La capilla de San Jorge es de planta cuadrada, con puerta gótica flanqueada por columnas que terminan en pináculos. La fachada ostenta los escudos reales de Alfonso V de Aragón, y de Nápoles más el escudete del abad Conill (con un conejo labrado como símbolo de su nombre) sostenido por dos tenantes. Tiene bóveda de crucería en estrella. ATRAVESANDO LA PUERTA DORADA SE LLEGA AL 2º RECINTO. 2º RECINTO. Una vez traspasada la Puerta Dorada se llega a una gran plaza Mayor de planta irregular donde se conservan algunos vestigios de edificios antiguos. En línea recta con la puerta y al fondo, se ve la puerta de acceso al atrio de la iglesia del monasterio, abierta en la muralla que rodea el 3º recinto. Es una puerta barroca del siglo XVII que mandó edificar el duque de Cardona en 1670. Da entrada al atrio o galilea que era desde donde se entraba a la iglesia cuando la clausura era estricta. A ambos lados de la puerta están colocadas las estatuas de San Benito y San Bernardo, más la imagen de la Virgen en una hornacina. A ambos lados se abrieron unos óculos con mucha ornamentación barroca y columnas salomónicas. En medio de la plaza y frente a esta puerta se alza la gran cruz en piedra del abad Guimerá del siglo XVI sobre un podio de cuatro escalones. Al norte de la plaza se ve una capilla muy austera que en 1251 se dedicó a Santa Catalina. La mandó construir Ramón Berenguer IV y era el lugar donde oraban los visitantes de honor antes de acceder a la clausura. Durante muchos años guardó la imagen de la Virgen de los Cipreses. Se accede al interior por una puerta románica muy sencilla; está cubierta por bóveda de cañón apuntada. Otras edificaciones dentro de la gran plaza que en su día fueron importantes, son: Hospedería, hacia el sur (quedan sólo vestigios). Palacio moderno abacial, edificio comenzado por el abad Francisco Oliver de Boteller en 1583. El corredor o galería (obra de Genover, 1732) daba directamente a la iglesia. Cuando se construyó este palacio estaba todavía en zona de huertas, fuera del recinto de clausura. Hospital de pobres, construido en 1207 gracias a los donativos de Bernardo de Granyena. Palacio antiguo abacial, donde se alojaron las damas que iban en el séquito de Isabel la Católica cuando visitó el monasterio con su familia. 3er RECINTO. A unos metros de la puerta barroca de acceso a la iglesia se encuentra la Puerta Real (P.R. en el plano) encajonada entre dos torres, cuyo aspecto recuerda las Torres de Serranos de Valencia.


Este último recinto comprende todas las estancias del monasterio propiamente dicho, es decir, lo que fue la verdadera clausura. Está rodeado por una muralla de fortificación mandada construir por Pedro IV como protección, a raíz de haber ordenado que se dedicase en la iglesia un espacio a panteón real. Su mandato dice así: «Para custodia de las osamentas de los más gloriosos reyes que jamás fueron de la Casa de Aragón» Dirigió las obras su lugarteniente fray Guillén de Agulló (1367-1382). La muralla tiene un perímetro de 608 m por 11 de alto y 2 de espesor; consta de almenas y aspilleras, más el camino de ronda propio de una muralla. La fortificación está defendida por 12 torres de planta poligonal. Dos de ellas son las que flanquean la Puerta Real; las dos que están en las esquinas a ambos lados de esta puerta fueron torres-cárceles. La torre que está pegada a la sacristía nueva lleva el nombre de torre de las Hostias y la siguiente hacia el nordeste, delos Locos. Otras son conocidas como del Prior, del Aceite, del Rincón, de las Armas, de San Esteban, del Zapatero y del Cardenal. La Puerta Real es una construcción militar del siglo XIV. El hueco de la puerta es de arco de medio punto con grandes dovelas en cuya clave un ángel tenante presenta el escudo de la Corona con dos leones rampantes. A ambos lados se ven dos timbres del rey Pedro IV; en uno de ellos puede leerse en latín y con caracteres pequeños «Esta obra comenzó en tiempo de Pedro, rey de Aragón. » Por encima de la puerta están labrados los escudetes reales alternando con el del abad Guillermo Agulló (1361-1393), que fue su constructor. Una vez traspasada la puerta, el visitante se encuentra a su izquierda con los vestigios de lo que fueron en su día las habitaciones de conversos y donados. Hacia la derecha unas escaleras en piedra conducen al palacio del rey Martín el Humano, de principios del siglo XV (destinado a museo en la actualidad). Frente a la Puerta Real se ve el atrio o vestíbulo del claustro, obra del abad Copons. A la izquierda del atrio están las bodegas, edificio que anteriormente fue comedor del legos o conversos. Sobre esta estancia se construyó en el siglo XIV el dormitorio de monjes jubilados. En 1983 se ubicó aquí el museo de la restauración del monasterio. A la derecha de este atrio están los lagares del siglo XIII que fueron en su origen el dormitorio de legos. El muro sur está pegado al muro norte de la iglesia. Dentro del atrio o vestíbulo se accede a la esquina de confluencia con la panda norte-oeste del claustro. Al este del recinto amurallado se encuentran las instalaciones más antiguas del siglo XII: capilla de San Esteban. También se encuentran en esta zona las Cámaras Reales construidas en el siglo XIV sobre la muralla. En el ángulo nordeste se construyeron las habitaciones modernas de monjes jubilados. Desde la puerta barroca abierta en el muro oeste de la muralla se accede al atrio o galilea de la iglesia que debió construirse a finales del siglo XIII lo mismo que el rosetón abierto en el muro oeste, que proporciona luz a la nave central. El atrio se cubre con bóvedas de crucería. Tenía dos altares, uno del siglo XVI dedicado al Santo Sepulcro que se conserva restaurado y otro ofrecido a la Virgen de los Ángeles del que no queda ningún vestigio; en su lugar hay un Calvario gótico. Se proyectó la construcción de la iglesia durante los reinados de Ramón Berenguer IV y Alfonso II de Aragón, en estilo románico, en tiempos del abad Hugo, hacia 1166.


Tiene planta basilical con tres naves y crucero; las dos laterales son bastante más estrechas que la central. La nave norte (adosada al claustro) es románica con bóveda de crucería; la nave central es también románica pero su bóveda es de cañón apuntado; la nave sur es gótica, reconstruida por el abad Copons hacia 1330, al mismo tiempo que mandó abrir las siete capillas; también es de tiempo de este abad el gran cimborrio gótico, octogonal y de grandes ventanales, que fue restaurado entre 1979 y 1981. Alrededor del presbiterio discurre la girola a la que se abren cinco capillas radiales. Las dos absidales de las esquinas tienen comunicación con el crucero. Se conserva en el presbiterio la mesa de altar antigua que consiste en una gran piedra apoyada en cuatro pares de columnas románicas. El edificio actual guarda en su interior dos grandes tesoros: el retablo renacentista de Damián Forment y los sepulcros reales. Retablo en alabastro de traza arquitectónica, obra de Damián Forment que lo ejecutó entre 1527-1529 a instancias del abad Pedro Caixal durante el reinado de Carlos I. Se estipuló un precio de 4.060 ducados de oro, más los gastos de manutención y alojamiento para el escultor y su equipo. Primeramente trajo Forment una talla de la Virgen con Niño y San José, como modelo de lo que iba a hacer, ejecutada en alabastro de Aragón, materia muy apreciada. El retablo fue colocado antes de la fecha prevista en el contrato. El escultor fue cobrando sin problemas los plazos contratados hasta que llegó el mes de mayo de 1530 en que aún se le debían 960 ducados. Nunca los pudo cobrar pues en junio de ese año el abad se vio envuelto en un escándalo de tipo económico y en un proceso que se le abrió. La comunidad se negó a seguir pagando los plazos que parecían excesivos, acusando al escultor de haber engañado al abad en el precio y de haberle sobornado con algunos regalos escultóricos. Forment presentó una demanda judicial pero todavía en el año 1570 su nieta Úrsula García reclamaba la deuda sin éxito. En 1835, después de la exclaustración, el retablo sufrió destrozos y desperfectos. En 1940 se procedió a su restauración. Se trata del segundo retablo de Forment que se conserva realizado a lo romano, de traza arquitectónica renacentista con grutescos. Está organizado en banco, sotabanco y tres cuerpos con tres calles distribuidas en superposición de órdenes, con un nuevo lenguaje clásico y con temas decorativos de frutas y guirnaldas en los extremos que sustituyen las antiguas polseras góticas. Esta obra supuso en el arte catalán la introducción de las formas renacentistas. Sotabanco: Altorrelieves con escenas de la Oración en el Prendimiento, Flagelación, Jesús ante Pilatos y Caída camino del Calvario.

Huerto,

Primer cuerpo: La Virgen con el Niño preside en el centro, con un tamaño mayor que las colaterales. A un lado y a otro, en hornacinas más pequeñas están las santas Colombina, Úrsula y Florentina y los santos Matías, Bernardo y Guillén. Segundo cuerpo: Altorrelieves con los Gozos de María. Tercer cuerpo: En el centro está la imagen de Jesús, a mayor tamaño que las otras de los Apóstoles. Se corona con el ático que lleva la representación del Calvario.


La primitiva sacristía se ubicó en el emplazamiento de la capilla que durante un tiempo sirvió a los monjes mientras se construía la primera parte del gran templo. Es del siglo XII hecha en piedra de sillería cubierta con bóveda de cañón apuntada. La sacristía nueva es un edificio levantado en el extremo sur del crucero que sobresale de la muralla tomando parte de ella. Se construyó durante el mandato del abad Baltasar Sayol (1732-1736). Está cubierta por una amplia cúpula con su linterna. Estuvo bien decorada con obra de Flaugier y su discípulo Gutiérrez. Una gran cajonería se extendía a lo largo de las paredes, donde se guardaban valiosos ornamentos litúrgicos. Se restauró en 1984. El claustro está situado al norte de la iglesia con la que se comunica por medio de una puerta románica. Fue construido en fases sucesivas, reemplazando incluso estancias anteriores como en el caso de la sala capitular. Se supone que hacia 1162-1163 estaría ya planteado a juzgar por la estructura de las bóvedas lisas y apuntadas, propias del primer Císter. Su emplazamiento al norte de la iglesia, aunque no está fuera de normas, no es lo más habitual pues suelen colocarse junto al muro sur del templo. La sala capitular es de proporciones bastante considerables, cubierta con una magnífica bóveda de crucería. El refectorio lo tienen los monjes en uso mientras que la cocina (restaurada y amueblada) es un lugar que se visita y que sirve como ejemplo para conocer y aprender cómo eran estas piezas cistercienses. En el patio y frente al refectorio puede verse el templete del lavabo, cuya arquitectura es ya del siglo XIV, utilizando unos arcos bellos y proporcionados. Tras los avatares y desdichas sufridas por el monasterio durante el siglo XIX y primeros años del XX, el claustro, debidamente restaurado, pone de manifiesto sus arquerías sencillas y bien proporcionadas de finales del siglo XII y principios del XIII. El claustro o claustrillo de San Esteban o de la enfermería, se encuentra dentro del recinto monástico, en el extremo este. Es de planta casi regular; en sus lados cortos tiene 4 y 5 arcos de medio punto y en los largos 8 y 9 pilares que carecen de capiteles. La ornamentación es muy simple con una imposta de motivos vegetales. El claustro ya existía en 1228 y fue reconstruido en el siglo XV. El claustro del locutorio está pegando con la pared este de la sala capitular. Tiene capiteles de tradición románica pero las molduras de los arcos son ya góticas. PALACIO DE MARTÍN EL HUMANO. Se encuentra dentro del tercer recinto, integrado entre las edificaciones anteriores del monasterio, ocupando las plantas superiores del atrio del claustro, lagares, paso al priorato y galilea o vestíbulo de la iglesia. Desde el punto de vista arquitectónico se le considera como una de las joyas del arte gótico civil en Cataluña. Fue mandado construir por el rey Martín I el Humano, comenzando las obras en 1397 y quedando sin concluir desde 1406. El maestro arquitecto fue Arnau Bargués, autor de la Casa del Consejo de Ciento de Barcelona. En 1966 se reanudaron las obras inconclusas además de llevar a cabo una buena restauración. En la actualidad (año 2007) sirve de sede al museo del monasterio.


Sepulcros reales. El monasterio de Santes Creus y el de Poblet son los poseedores de los panteones reales de los reyes de la Corona de Aragón. Fue Pedro IV el Ceremonioso, junto con el abad Copons en el año 1340, el que decidió hacer realidad los deseos de Alfonso II de convertir el monasterio en un panteón real. Se encargaron las obras al maestro Aloi, a Jaime Cascalls y también Jordi de Déu en el año 1380. Tanto en la iglesia como en el claustro y en el exterior (siempre dentro de la clausura) existe una serie de enterramientos de personajes de la realeza, nobleza, magnates y abades. En la iglesia: Edmundo de la Croix, abad general, muerto en el priorato de Nazaret de Barcelona en 1604. Está enterrado al pie de la escalinata del presbiterio. Alfonso V de Aragón que fue depositado en una tumba con gran pedestal junto a los sepulcros reales, en el crucero, en el lado del Evangelio. Sólo queda la base o pedestal restaurado. Enrique de Trastámara, hermano del Magnánimo, conde de Alburquerque y duque de Villena. Su tumba, hoy desaparecida, estaba enfrente del anterior. Martín I de Aragón, enterrado en el extremo del crucero junto a la capilla de San Benito. Es obra nueva de Federico Marés, costeada por el Ayuntamiento de Barcelona. Hijos de Pedro IV, cuyos restos descansaron en los sepulcros situados en los muros laterales de la capilla de San Benito. Francisco Roures, obispo auxiliar del arzobispado de Tarragona, muerto en 1558, sepultado bajo una lápida sepulcral en el pavimento del crucero, en la parte norte. Juana de Aragón, condesa de Ampurias, hija de Pedro IV, muerta en 1384, enterrada en un sarcófago de piedra gótico policromado (quedan restos de policromía). Está situado simétrico al sepulcro de Martín el Humano, al otro lado del crucero, sobre una fuente o lavabo. Infantes hijos de Juan I de Aragón en pequeños sarcófagos sobre la puerta de la sacristía vieja. En el claustro: Antiguos abades perpetuos fueron enterrados en el suelo de la sala capitular, bajo once grandes laudas de piedra. Llevan esculpida la heráldica de cada uno y algunos su nombre. Existen en Poblet una serie de sencillas cajas de piedra, algunas con la heráldica correspondiente labrada, otras sin ninguna inscripción, colocadas en el suelo junto al muro exterior de la iglesia, o en el cementerio de monjes y legos (situado alrededor del ábside, en el exterior). Son los enterramientos de nobles y magnates que pertenecían a la Hermandad o que profesaban como monjes, eligiendo el monasterio como lugar apropiado para su enterramiento. Así lo hicieron las casas de Cabrera, Montcada, Alcaraz, Boixadors, Granyena, Puigvert Montpahó, y alguna más. Otras eligieron la tierra llana en las capillas de la iglesia o las paredes de la galilea y del claustro, como las casas de Anglesola, Pons de Ribelles, Urgel, Cervera, Jorba, Timor, Guimerà y Copons. También está enterrado en el monasterio, el archiduque Carlos Pío, hijo (y heredero de una de las ramas del carlismo) de la infanta carlista Blanca de Borbón, primogénita a su vez de Carlos, duque de Madrid. Por JMS


Se conoce como la batalla del Puente Milvio al enfrentamiento militar que tuvo lugar el 28 de octubre de 312 entre los ejércitos de los emperadores Constantino I y Majencio. La victoria del primero derivó en el fin de la tetrarquía (forma de gobierno en la que el poder lo ejercen cuatro personas conocidas como tetrarcas) y lo llevó a convertirse en la máxima autoridad de los territorios occidentales del Imperio, mientras su cuñado Licinio reinaba en las provincias orientales. Esta batalla constituye un importante punto de inflexión en la historia del cristianismo, ya que los historiadores cristianos de esta época y posteriores, influidos por la narración de Eusebio de Cesarea, atribuyeron la victoria de Constantino a una intervención divina. La causa subyacente del enfrentamiento residía en las rivalidades inherentes al sistema de gobierno instituido por Diocleciano, la tetrarquía. Casi de inmediato tras la renuncia al trono de Diocleciano y Maximiano, los administradores provinciales comenzaron a disputarse el control del Imperio, por lo que se necesitaba un líder joven y fuerte para restablecer el orden. Uno de los candidatos era Constantino, quien, aunque tenía derechos dinásticos al trono por ser heredero del emperador occidental Constancio Cloro, se veía afectado por el hecho de que la tetrarquía obviaba dichos derechos al considerar que el linaje imperial no era un requisito indispensable en los emperadores. Cuando Constancio murió, el 25 de julio de 306, sus tropas proclamaron Augusto a Constantino en Eboracum (York). En Roma, el favorito a la sucesión era el heredero de Maximiano, Majencio, quien se autoproclamó emperador el 28 de octubre de ese mismo año. C. de 312 estos dos hombres mantenían una pésima relación conocida por los ciudadanos romanos, a pesar de que eran cuñados a través del matrimonio de Constantino con Fausta, la hermana de su rival. Los escritos de Lactancio (De mortibus persecutorum) constituyen la más importante de las fuentes contemporáneas a este acontecimiento que documentan la batalla. En la primavera del año 312, Constantino reunió a sus tropas y decidió que sus diferencias con Majencio debían resolverse por la fuerza. Invadió fácilmente el norte de Italia y llegó a la capital a través de la Vía Flaminia a finales de octubre de ese mismo año. Sus hombres establecieron una base en la Malborghetto, cerca de la Prima Porta; en este lugar se localizan los restos de un monumento construido durante el reinado de Constantino en honor a su victoria.


Constantino esperaba que su enemigo permaneciera en la capital y se dispusiera a resistir un asedio, una estrategia que este emperador había empleado ya en dos ocasiones durante las invasiones de Flavio Valerio Severo (307) y Galerio (308); asimismo, la ciudad contaba con una considerable reserva de alimentos, por lo que rendirla por hambre supondría prolongar el sitio demasiado tiempo, poniendo a Constantino en una difícil situación. Sorprendentemente, Majencio optó por salir de Roma y enfrentarse a Constantino en batalla. Las fuentes contemporáneas atribuyen esta decisión a la intervención divina (Eusebio de Cesárea y Lactancio) o a la superstición (Zósimo). Estos escritores hacen hincapié en el hecho de que el día de la batalla fue también el día del nombramiento de Majencio como emperador, lo que se consideraba un buen augurio. Por su parte, Lactancio afirma que los ciudadanos romanos apoyaban a Constantino, aunque la fiabilidad de sus escritos ha sido puesta en tela de juicio. Majencio ordenó levantar su campamento en frente del Puente Milvio, un puente de piedra que atravesaba el Tíber conectando la Via Flaminia con la capital imperial (este puente permanece hoy en día en este mismo emplazamiento, aunque ha sido remodelado y rebautizado con los nombres de Ponte Milvo o Ponte Molle, cuya traducción es «puente suave»). La defensa de esta zona era imprescindible si Majencio pretendía mantener a su rival alejado de Roma, donde el Senado se apresuraría a votar entregar la ciudad a su adversario. Ya que había destruido parte de la estructura del puente mientras se preparaba para resistir un asedio en la capital, el emperador se vio forzado a reparar el puente y a construir otro a fin de trasladar sus tropas al otro lado del Tíber. Al día siguiente los dos ejércitos se enfrentaron en la batalla, de la que salió victorioso el emperador Constantino I. Reconocido como un hábil comandante, forzó a las tropas de su rival a retirarse hacia el Tíber, tras lo que Majencio ordenó volver a la capital decidido a resistir allí. No obstante, la única vía de escape era cruzando el puente, donde los hombres de Constantino infligieron enormes pérdidas a sus enemigos. Mientras esto ocurría, se derrumbó el puente provisional creado al lado del Milvio, a través del cual muchos soldados estaban tratando de escapar. Muchos de los hombres que habían permanecido en las orillas del Tíber fueron capturados o asesinados. El propio Majencio falleció tras ahogarse en el río en un desesperado intento por escapar. Cuando se encontró su cuerpo, Constantino ordenó que le precediera en su entrada triunfal a la capital como prueba de que él era el único soberano de Occidente. Parte de la importancia de esta batalla reside en que los escritos que la relatan se ven afectados por la leyenda. Una de estas leyendas cuenta que la noche del 27 de octubre, cuando los soldados se preparaban para la inminente batalla, Constantino tuvo una visión que lo llevó a combatir bajo la protección del Dios cristiano. No obstante, la descripción de esta visión varía en función de la fuente que la relate. Los historiadores cristianos afirmaron que esta visión consistía en la aparición de la señal de la cruz acompañada por una voz que le decía a Constantino «en este signo, conquistarás» en griego.


Lactancio afirma que la visión que tuvo Constantino la noche antes de la batalla decía que debía «delinear la marca celestial en los escudos de sus soldados». El futuro emperador obedeció y marcó los escudos con el símbolo de Cristo; Lactancio describe este signo como un «staurogram», una cruz latina con su extremo superior redondeado en forma de P. A pesar de ello, no existen pruebas de que Constantino utilizara alguna vez el staurogram; de hecho, ciertos historiadores defienden que empleó la famosa chi-rho. De Eusebio han sobrevivido dos escritos que describen la batalla. El primero de ellos consiste en un pequeño extracto de su Historia Eclesiástica, que afirma que Constantino recibió ayuda divina durante la batalla, aunque no hace mención de la visión. No obstante, en su "Vida de Constantino", ofrece una descripción detallada acerca de esta visión, y hace hincapié en que la había escuchado de boca del propio emperador. Conforme a este relato, Constantino y sus hombres se encontraban marchando (el historiador cristiano no especifica cuál era el objetivo de los constantinianos, aunque afirma que no se encontraban en la capital) cuando el emperador levantó la vista y observó que, por encima del Sol, se alzaba una cruz luminosa con estas palabras: «Εν Τούτῳ Νίκα», cuya traducción al latín es in hoc signo vinces - «en este signo, vencerás». En ese momento Constantino no tenía claro cuál era el mensaje que trataba de transmitirle esta revelación, no obstante, esa noche soñó con Cristo, que le decía que debía emplear ese signo contra sus adversarios. En este relato Eusebio describe el lábaro, el estandarte militar que usó Constantino durante el conflicto que le enfrentó a Licinio. Estos dos escritos difícilmente pueden conciliarse con el resto de obras que hablan acerca de la batalla, aunque se han visto incluidos en aquellos que afirman que Constantino vio el chi-rho la noche anterior al combate. Lactancio y Eusebio coinciden en que este símbolo no estaba destinado a representar a Cristo, ya que no existen evidencias que prueben que el chi-rho era considerado una marca cristiana antes de su reinado. Este símbolo apareció por primera vez en una moneda de oro de la era constantiniana (c. 315), lo que viene a demostrar que Constantino había empezado a emplearlo por esta época, aunque no de una forma destacada. Sólo hizo un uso extensivo del chi-rho y del lábaro durante el conflicto con Licinio. Como el Sol Invictus - el Sol Invicto, empleado frecuentemente en el labrado de monedas y monumentos constantinianos años después de esta victoria - esta visión ha sido interpretada como un fenómeno meteorológico (p. e. un halo) que podría haber sido modificada con el fin de encajar con las creencias de los seguidores cristianos del emperador.

Por F.L.P.


La Venganza de Nalvillos La venganza de Nalvillos es una leyenda castellana de la Edad Media, en un contexto histórico que comprende la relación de Alfonso VI de Leóncon Al-Mamún, rey de Toledo a mediados del siglo XI, la conquista por parte del primero de la ciudad de Toledo en 1085 y la posterior toma de la ciudad de Talavera (conquistada por los cristianos en primera instancia en 1083) debido al empuje almorávide. Narra una historia de adulterio en un triángulo amoroso entre una joven mora, Ajá Galiana, su marido cristiano Nalvillos y el antiguo prometido de la primera, Jezmín Yahía. A finales del siglo XII era conocida la cordial de amistad que mantuvieron Alfonso VI y Al-Mamún, penúltimo rey musulmán de Toledo. Mientras Alfonso VI permaneció desterrado de León en Toledo Al Mamún le trató con muchas atenciones. Llegó hasta el punto de asignarle una escolta de musulmanes cuando regresó a Castilla a la muerte de su hermano Sancho II de Castilla. En contrapartida, sintiéndose agradecido, Alfonso no invadió la ciudad de Toledo hasta que Al Mamún falleció, además de tomar como pupila a su pariente (hija o sobrina) Ajá Galiana. El relato difundido por la tradición cuenta que la joven doncella mora, hermosa y de porte distinguido, — traída hasta Ávila desde Toledo por Fernando de Lago y una caballería de jinetes cristianos y musulmanes— había sido puesta por el rey bajo tutela de Urraca I de León y Raimundo de Borgoña. La joven fue conducida a Galicia por estos últimos y fue bautizada adquiriendo el nombre de Urraca. Se tramitó su matrimonio con Nalvillos Blázquez, hijo del gobernador de Ávila, locamente enamorado de Ajá Galiana, pese a estar prometido a una noble, Arias Galindo. El rey aceptó el casamiento a regañadientes, puesto que tenía planeado casarla con otro pariente de Al Mamún, Jezmín Yahía, sirviente suyo al que había concedido tierras en la orilla del Tajo cerca de Talavera. Éste último, indignado por el desplante, juró en secreto matar al hijo del Gobernador. A raíz de este cambio de planes se concertó la boda del hermano de Nalvillos, Blasco Jimeno, con Arias Galindo para solventar la afrenta a los padres de ésta última.


Durante un viaje por Talavera de Nalvillos éste fue recibido por Jezmín, que le agasajó con multitud de atenciones, sin dar a entender su malestar e inquina hacia Nalvillos. Tan agraciado se sintió por las atenciones recibidas que invitó al moro a la boda de su hermano, que se celebraría en Ávila. En las justas del evento, celebradas en una explanada fuera de la muralla, Nalvillos descabalgó a Jezmín Yahía. Ajá Galiana sintió revivir los sentimientos que tenía hacia el musulmán, que lejos de haber quedado maltrecho de la justa sólo resultó herido en el orgullo y volvió a jurar que daría muerte a Nalvillos. Esa misma noche Galiana dejó un mensaje a Jezmín instándole a que se reuniera con ella en su ventana y la reclamara con el silbido que solían usar entre ellos de niños. En sus aposentos le confesó su amor hacia él y su matrimonio desdichado y acordó con él que hasta que el momento de escapar juntos fuese propicio únicamente se reunirían durante las ausencias de Nalvillos cuando éste marchaba a la guerra. Nalvillos al regresar victorioso de sus batallas con los musulmanes descubrió que Ajá Galiana le había abandonado para reunirse con Yahía, y partió en su búsqueda. A partir de ahí unas versiones relatan que Nalvillos atacó Talavera y en el lecho de la pareja de adúlteros del palacio de Jezmín ambos fueron pasados a cuchillo por el castellano. Otra versión recogida en un manuscrito de 1517, con un final más florido y poético cuenta que Nalvillos se introdujo de incógnito en la ciudad de Talavera, donde vivía la pareja, vestido de mercader de hierbas, y cuando llegó hasta Galiana, la perdonó y le suplicó que volviera con él, a lo que la mora respondió haciéndole prender por los guardias y llamando a Yahía. Fue condenado por el musulmán a ser quemado a la hoguera. En la pira Nalvillos solicitó como último deseo hacer sonar el cuerno de guerra que siempre le acompañaba. La petición fue atendida y ese fue el momento cuando los servidores de Nalvillos, emboscados cerca del palacio, salieron a rescatar a su señor, que finalmente decretó que ambos amantes fueran arrojados a la hoguera. Nalvillos pasó a la leyenda como un gran guerrero.

De Leyendas Castellanas.


Robert de Sable 1191-1193 o 11 . Maestre


Edita:

Orden Cat贸lica del Templo

Maestrazgo Templario Cat贸lico Internacional www.ocet.org.es

Registrada en el Ministerio del Interior (RNA) Gpo.1 N潞 604098


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