Pensar las Ciencias Sociales: Ayer, Hoy, Mañana

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Pensar las Ciencias Sociales: Ayer, Hoy, Ma単ana


Créditos

Comité Editorial Jorge Iván Guzmán Espinosa César Augusto Duque Sánchez Andrés Felipe Vargas Herreño José Alexis Blanco Rodríguez Javier Fernando Galindo Bohórquez Claudia Milena León Arango Emmanuel Quiroga

Comité Digramación Claudia Milena León Arango Alejandro Colmenares Espinosa

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Revista Malatesta Correo: revistamalatesta@gmail.com Facebook: Revista Malatesta o Editorial Malatesta Twitter: MalatestaUR Blog: revistamalatesta.wordpress.com


Editorial Para ubicar el propósito del presente número resulta indispensable partir del panorama que ofrecen actualmente las ciencias sociales. Estamos ante una ¤ONB@ PTD L@MHƥDRS@ ONBN HMSDQ¤R ONQ K@R CHRBHOKHM@R PTD DRSTCH@M BNLOQDMCDM X QDƦDWHNM@M RNAQD los problemas y fenómenos de la sociedad. Esto, sin duda alguna, es consecuencia de la presión económica, la historia socio-política de las cienBH@R RNBH@KDR @K HFT@K PTD CD K@ CDƥMHBH®M CD K@R DRtrategias de exogamia y exteriorización institucional que las han afectado transversalmente en el mundo desde su nacimiento hace ya dos siglos. Estos fenómenos son inmanentes a su naturaleza intelectual inscrita en la estructura ideológico-cognitiva de la sociedad; fenómenos puestos a disposición de los circuitos estatales de producción nacional e internacional que los intervienen. No obstante, una novedad de los últimos cincuenS@ N RDSDMS@ @¬NR PTD RD OTDCD HCDMSHƥB@Q DM KNR LNdos de producción del conocimiento de las ciencias sociales en particular y las áreas del conocimiento en general, es la dependencia cada vez más cruda del campo académico respecto al campo económico en la escena internacional. Producto de una relación bidireccional que adoptó una forma des-balanceada en la mitad de siglo más reciente, las ciencias sociales han disminuido su estatuto de sabiduría colectiva y, con ello, la independencia que habían ganado quienes las ejercían, al igual que el nivel de impacto y resonancia sobre las decisiones asumidas por el conjunto de escalas que componen la sociedad. Es labor de este editorial reivindicar un grado estimable de independencia y apertura para el conocimiento producido por las ciencias sociales, labor que siempre ha estado en el itinerario de búsqueda de los profesionales que las ejercen. De esa manera, encontramos que las aproximaciones históricas nos invitan a revisar, en la historia de las ciencias sociales, la historia de la universidad y las coyunturas que hicieron posible que hoy en día


nos preguntemos por temas como la sobre-especialización de los saberes, la negociación CDK CHRBTQRN CD KNR BHDMS¨ƥBNR sociales y la limitación del impacto de las ciencias sociales circunscriptas al ámbito institucional. Así la literatura y el material potencial que nos ofrece este número, invita a que nos interroguemos por alternativas, que en ocasiones, se encuentran lejanas al canon actual del conocimiento elaborado por el campo –o el proto-campo- académico. En ese orden de ideas, preguntarnos por la solución, el camino más adecuado o la verdad última para enfrentar problemas concretos y en ocasiones tan disímiles como la especialización del trabajo y la investigación “transdisciplinar”, pone de presente lo que Freud denomina como un “acto fallido”. Éste consiste en “no lograr encontrar un objeto que se había colocado en algún lugar”. Así, desubicados, estamos frente a una operación cortada, interrumpida o fallida. La presencia de esta ausencia en nuestra experiencia profesional nos invita, en esta edició,n a manifestar una inmensa gratitud a las disci-

plinas que producen y reproducen conocimiento sobre la sociedad. Aquí se combinan las voces de las nuevas generaciones que nos formamos en ellas, acompañadas por las generaciones que apenas inician su proceso como formadores de la investigación, más jóvenes que quienes ya se consagran en la producción del conocimiento, la enseñanza y el ejercicio de las disciplinas que estudian al ser humano y a la sociedad. Todos y Todas, sin excepción, somos estudiantes y estudiosos permanentes provocados por los fenómenos de la humanidad. Producto de la gratitud que sentimos por las ciencias sociales, ofrecemos en el presente número una gama muy variada de artículos cobijados, con cierta laxitud, por el rótulo “Abrir impensar y redimensionar las ciencias sociales”. Decidimos abrir el contenido de este número para artículos que, si bien no están ligados directamente con el tema central de la convocaSNQH@ R¨ QDƦDI@M K@ HMSDMBH®M de discutir y problematizar, desde diferentes disciplinas y campos de estudio, el panorama general de las ciencias sociales, las formas de dominación y resistencia, y el siempre vigente problema de


la reivindicación y la acogida de los grupos indígenas en las sociedades Latinoamericanas. Para la sección Dossier consideramos oportuno invitar al lector a explorar cinco inestimables textos que abordan el rótulo de la convocatoria para esta edición. Esta sección contiene textos que promueven una discusión sobre varios puntos centrales en las Ciencias Sociales: la vigencia del marxismo, la categoría de Estado y su relación con la organización de las comunidades indígenas, la historia de las Ciencias Sociales y de la gestión que alrededor de estas se ha llevado a cabo; la inter y la transdisciplinariedad y, por último, el cambio en los intereses @B@C¤LHBNR CD KNR BHDMS¨ƥBNR RNciales en Colombia. El segundo apartado de esta revista, titulado Investigación, ofrece escritos que se centran en discutir problemas vigentes para la academia contemporánea. Es así que el primer texto trata de hacer una conexión entre el concepto de heterotopía (propuesto por Michel Foucault) y el carácter mitológico de La Iliada, en especial, de algunos de sus apartes. Esta sección continúa con un tex-

to que aborda las tensiones de la juventud actual y la forma de dar solución a estas a través de las Organizaciones de la Sociedad Civil. Para terminar presentamos un artículo que propone una mirada sobre el cambio, ante todo conceptual, que hay al pasar de las sociedades disciplinarias a las sociedades de control. El espacio de la revista dedicado a presentar artículos de InUDRSHF@BH®M NOHMH®M X QDƦDWH®M ƥM@KHY@ BNM CNR FQTONR CD SDWSNR El primero, enmarcado bajo el tíSTKN CD #DRS@B@CNR QDƥDQD @ TM@ pequeña selección de valiosos trabajos de clase presentados por estudiantes de la Escuela de Ciencias Humanasen el “Foro Interno CD 1DƦDWH®M #DA@SD X "NMRSQTBción académica” de la Universidad CDK 1NR@QHN $K RDFTMCN 1DƦDWH®M es una sección que examina la actualidad de los movimientos sociales, los derechos de las comunidades indígenas y la posibilidad de construir “otra” vida. Por último, logramos reunir y reproducir unas pequeñas pero portentosas piezas de arte y literatura. Juntas podrán ser vistas en la sección “Artes” de la revista.


Agradecimientos Agradecemos a todo el equipo de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario que nos ha apoyado. A la Decana Stéphanie Lavaux, a los profesores y las profesoras Adriana Alzate, Stephan Pohl, Jorge Salazar, Jorge Acuña, Claudia Mónica García y Leticia Naranjo. A Wanda Perozzo, Helen García, Clara Belén Sánchez, Diana Navarrete, Lida “Coni” Molano, Lucila Rojas y Clara Liliana Sánchez. A los estudiantes Cristian Dussán, Ximena Arias, Diego López, Diego Gamboa, Carolina Camelo y Jessica Gaona. A los cineclubes Contra Plano y Qué Corra el Rollo, a la Coordinadora Estudiantil Uniandina, a La Peluquería por invitarnos a participar en la “Publicatoria 2012” y a la FLIA de la Universidad Nacional. A Victor Mahecha, Iñaki Zárate y Alejandro Colmenares, los artistas que dieron color a nuestra construcción. Por último, a Jaime Eduardo Jaramillo, Nicólas Boris Esguerra y Felipe Neira, amigos que en el camino nos han brindado el consejo y el apoyo para continuar en la difícil empresa de creer en unas ciencias sociales críticas, intergeneracionales, serias y sobretodo, independientes ante ese presente abrumador que se les impone.


Índice Dossier - Carlos Antonio Aguirre:

“Carlos Marx y el aporte todavía vigente del marxismo para las ciencias sociales del siglo XXI”.

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- Beltrán Roca.

Pag.32

“Introducción a la vida y obra de Pierre Clastres”.

- Renán Silva.

Pag.40

“Materiales para una historia de las ciencias sociales en Colombia”.

- Jaime Eduardo Jaramillo.

“La investigación inter y transdisciplinaria en las ciencias humanas hoy: retos y debates, convergencias y divergencias”.

- Gabriel Restrepo.

“Colombia, de la academia marxista a la academia plural: el riesgo y la aventura del pensar propio”.

Pag.54

Pag.62

Investigación - David Mejía Solanilla:

“Una aproximación a las heterotopías míticas al interior de la ilíada. Canto V: Diomedes y Afrodita”

Pag.68

- Diana del Consuelo Caldera & Miguel Agustín Caldera:

Pag.76

- Camilo Enrique Rios:

Pag.86

“En Busca de la Identidad pérdida. Acción Juvenil Organizada

“Algunas notas a propósito de las sociedades de control”.


Destacados Pag.106

- Juan Sebastián Gómez:

Pag.114

- Yesit Ramirez:

Pag.126

“Confunde et Impera”.

“Identidad/Alteridad Nacional: La Aparición de lo ‘indigena’ en el museo”.

- Daniela Avendaño:

“El Cuerpo cyborg, la búsqueda de la neutralidad y el nuevo juego de la seducción”.

Reflexión - Sebastian Alejandro Gonzáles Montero: “Hipótesis radical sobre el cambio social”.

- Rosely A. Stefanes Pacheco

“Demandas indígenas e identidades: algunas referencias para (re) pensar un ‘nuevo’ derecho”.

Pag.144 Pag.162

Artes Cuentos Pag.178

- Christian Alfredo Rubiano Suza: “El Asesinato de Aurora”

Pag.182

- Oscar Mauricio Delgado López: “La vida con Roberta”.

Pag.186

- Andrés Aldana Hernández: “Un boceto inexplicable”. Caricatura

Pag.190

- German Bula: “La Máquina de la prosperidad”. Poemas

Pag.196 Pag.199

- Ricardo García: “Noche”, “Estaciones” y “Desvanecido” - Anónimo: Poema en Francés.


Convocatoria/Dossier Carlos Marx y el Aporte todavía vigente del Marxismo para las Ciencias Sociales del Siglo XXI1 Carlos Antonio Aguirre Rojas2 “Por primera vez se erigía la historia sobre su verdadera base; el hecho palpable, pero totalmente desapercibido hasta entonces, de que el hombre necesita en primer término comer, beber, tener un techo y vestirse, y por lo tanto, trabajar...” Federico Engels. “Carlos Marx”, 1877. Más allá de los reiterados discursos, siempre renovados y siempre falsos, sobre la muerte del marxismo, o sobre la crisis del pensamiento crítiBN N DM SNQMN CDK ƥM CDK RNcialismo y de las utopías, que han vuelto a ser relanzados con cierta fuerza después de la caída del Muro del Berlín en 1989, sigue siendo un hecho incontestable la necesaria y cada vez más urgente presencia, actualización y desarrollo de perspectivas críticas, en el plano de la teoría y de los diversos análisis sobre las sociedades contemporáneas de

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todo el mundo, que sean capaces de abrir caminos y de proponer salidas alternativas a este mundo capitalista que continua aun desarrollándose, y que cada día que pasa se presenta más y más evidentemente como un mundo explotador, opresivo, injusto y discriminador en una escala cada vez más insoportable e intolerable para toda la gente. Además, y al revisar el paisaje general de las ciencias sociales mas contemporáneas, siempre resulta claro que, más allá de estas repetidas declaQ@BHNMDR RNAQD DK ƥM CDK L@Q-


xismo –que ha sido enterrado decenas de veces para reaparecer y resucitar con más fuerza otras tantas ocasiones--, dicho paisaje se encuentra totalmenSD HMƦTDMBH@CN DM KN PTD RD QDƥDQD @ DRS@R L@MHEDRS@BHNMDR del pensamiento crítico, y a las posiciones siempre más innovadoras y de vanguardia en todos los campos de este análisis múltiple de lo social, por dicha herencia e impronta del marxismo original, y después de las diversas tradiciones de los múl-

tiples marxismos del siglo XX3. Algo que siendo evidente en todas las ciencias sociales actuales, se halla igualmente presente dentro del campo de la historiografía contemporánea, es decir de la historiografía que, en sus muy diversas modalidades, se practica hoy en día a lo largo y ancho de todo el planeta. Porque cuando intentamos, de una manera consiente, llevar a cabo un análisis histórico que RD@ QD@KLDMSD BHDMS¨ƥBN X UDQdaderamente explicativo y com

1 El presente texto hace parte del libro Retratos para la historia: ensayos de contrahistoria intelectual México : Editorial Contrahistorias, 2006, del profesor Carlos Antonio Aguirre Rojas quien muy amablemente nos ha permitido la reproducción total de este ensayo. 1DBNMNBHCN D HMƦTXDMSD BHDMS¨ƥBN RNBH@K LDWHB@MN #HQDBSNQ X ETMC@CNQ CD K@ revista Contrahistorias. Actualmente se desempeña como miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autónoma de México. Contacto: aguirrec@unam.mx 3 Una corriente que ha subrayado con especial énfasis esta dimensión del marxismo como horizonte general del pensamiento crítico contemporáneo, tratando de aplicarlo además de una manera muy creativa y muy radical, ha sido la importante Escuela de Frankfurt. Por ello, la extraordinaria actualidad y vigencia de muchos de sus planteamientos principales. Al respecto, y por mencionar sólo algunos de los textos más importantes, cfr. Theodor Adorno, Minima Moralia, Ed. Taurus, Madrid, 1987, y Dialéctica negativa, Ed. Taurus, Madrid, 1975. También el texto de Theodor Adorno y Max Horkheimer, Dialéctica del iluminismo, Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1969, y de Max Horkheimer, Crítica de la razón instrumental, Ed. Sur, Buenos Aires, 1969, Teoría crítica, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1974, Historia, Metafísica y esceptisimo, Ed. Alianza editorial, Madrid, 1982, Ocaso, Ed. Anthropos, Barcelona, 1986, y Teoría tradicional y teoría crítica, Ed. Paidos, Barcelona, 2000. Finalmente, también los brillantes trabajos de Walter Benjamin, El concepto de crítica de arte en el Romanticismo alemán, Ed. Península, Barcelona, 1988, El origen del drama barroco alemán, Ed. Taurus, Madrid, 1990, Tesis sobre la historia y otros fragmentos, Ed. Contrahistorias, México, 2005, e Iluminaciones, vols. I, II, III, IV, Ed. Taurus, Madrid, 1998. Pag.11


Convocatoria/Dossier prehensivo de las realidades que investigamos, nos vemos entonces obligados a inscribirnos dentro del horizonte global del pensamiento crítico actual, y con ello dentro de una línea CD ƥKH@BH®M HMSDKDBST@K PTD DR simplemente incomprensible sin esa raíz fundadora y estructurante que es la perspectiva crítica del marxismo original. Porque cuando rechazamos también abiertamente, volver a hacer la historia aburrida, complaciente, cómoda y estéril que todavía hoy practican los historiadores positivistas de todo el planeta, entonces se nos impone de inmediato la necesidad de intentar construir y elaborar una historia nueva y diferente, que será también sin duda una historiografía crítica. Una historia genuinamente crítica, que, en consecuencia, nos remite directamente a lo que han sido los fundamentos mismos de la historiografía contemporánea actual, es decir, de la historiografía todavía hoy vigente que arranca su periodo de existencia precisamente con esas versiones primeras del marxismo original, las que, al romper con KNR CHRBTQRNR GHRSNQHNFQ ƥBNR que fueron dominantes durante los tres primeros siglos de la historia de la modernidad capitalista, sentaron las bases de toda historia crítica posible en

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la actualidad. Ya que la historia crítica no es un proyecto reciente, ni una preocupación que haya aparecido sólo en los últimos tiempos, sino que es, en las modalidades HVSHF®ƲFDV TXH KR\ SUHVHQWD, un proyecto que prácticamente acompaña, desde su propio nacimiento, a los discursos y a las formas de hacer historia que hoy podemos llamar estrictamente contemporáneas. Formas que habiendo comenzado su desarrollo singular, como ya lo hemos apuntado, desde la segunda mitad del siglo XIX cronológico, se han desarrollado y complejizado de diferentes maneras, para mantenerse hasta el día de hoy como las DRODB¨ƥB@R ENQL@R UHFDMSDR CD hacer historia en la actualidad. Pues cuando remontamos hacia atrás el hilo del tiempo, a la búsqueda de los orígenes históricos de los tipos de historia que hoy son todavía vigentes en el mundo entero, resulta claro que dichos orígenes se encuentran en esa segunda mitad del siglo XIX cronológico. Ya que es en estas últimas décaC@R CD DRD RHFKN 7(7 PTD RD @ƥQma, como es bien sabido, por un lado el modelo de la historia positivista que antes mencionamos, y que intenta “copiar” la “exactitud” de las ciencias naturales, promoviendo una


historia puramente descriptiva, fáctica, empirista, especializada y reducida a “narrar los hechos tal y como han acontecido”, mientras que del otro lado se U@ BNMƥFTQ@MCN X CHETMCHDMdo, también progresivamente, la primera versión de la historia crítica contemporánea, que es justamente la historia que se encuentra incluida dentro del complejo y más vasto proyecto crítico de Carlos Marx. Así, es claro que ha sido Marx el que ha sentado los fundamentos de la historia crítica, tal y como ahora es posible concebir a esta última, y tal y como ella se ha ido desarrollando a lo largo de los últimos ciento cincuenta años. Ya que no existe duda respecto al hecho de que, después de Marx y apoyándose en mayor o menor medida en el tipo de historia crítica y BHDMS¨ƥB@ PTD ¤K G@ OQNLNUHCN X DRS@AKDBHCN RD G@M HCN @ƥQmando, a lo largo de todo el siglo XX y hasta hoy, distintas corrientes, autores y trabajos que, reclamándose abiertamente ‘marxistas’, han alimentado de manera considerable el acervo de los progresos y de los desarrollos de toda la historiografía del siglo XX. Y entonces, lo mismo los autores de la Escuela de Frankfurt que los del llamado austromarxismo, y hasta los autores de la actual historia so-

cialista británica o de la historiografía crítica neomarxista del “world-system analysis” (del análisis de los sistemas-mundo), y pasando por los trabajos históricos de las escuelas marxistas polaca, o alemana, o italiana, pero también latinoamericana, entre muchas otras, son todas distintas manifestaciones y proyectos intelectuales que es necesario inscribir dentro de esa vasta presencia global y dentro de esa herencia todavía viva y poderosa, de esa primera versión de la historiografía crítica que ha sido la historia defendida y propuesta por el propio Carlos Marx. Y si bien la caída del Muro de !DQK¨M DM G@ RHFMHƥB@CN sin duda la muerte de todos esos proyectos de construir mundos “socialistas” dentro de sociedades esencialmente escasas --es decir, de sociedades que carecían de las condiciones y del grado de desarrollo necesarios, en lo económico, en lo social, en lo político, y en lo BTKSTQ@K O@Q@ HMSDMS@Q DCHƥB@Q sociedades no capitalistas--, también es claro que eso no RHFMHƥB@ O@Q@ M@C@ DK ƥM CDK discurso crítico y de la historiografía -también crítica- marxistas, que encuentran en cambio su fundamento, no en esas sociedades del que fue llamado el ‘socialismo realmente existen Los Invictos || Cagatintas, Deviantart.com Pag.13


Convocatoria/Dossier te’ y que hoy están en proceso de cambios profundos, sino en las contradicciones esenciales mismas del capitalismo, hoy más vivas y apremiantes que nunca, así como en la necesidad todavía vigente y urgente de la necesaria superación histórica de ese mismo capitalismo4. Puesto que si es claro que, en donde hay explotación habrá lucha en contra de esa misma explotación, y si donde hay opresión habrá siempre resistencia, y si es una experiencia reiterada de la historia, que la injusticia y la discriminación sociales engendran también ineludiblemente la rebeldía y la sublevación contra dicha discriminación e injusticia, entonces también es evidente que mientras exista capitalismo habrá un pensamiento crítico, destinado a explicar su naturaleza destructiva y despótica, y a orienS@Q K@ QDƦDWH®M PTD HKTLHMD K@ lucha contra ese capitalismo y la búsqueda de las vías concretas de su superación real. Por eso, y en contra de las visiones simplistas y siempre apresuradas de ciertos periodistas y de ciertos politólogos actuales, el pensamiento crítico sigue más vigente que nunca, junto a la necesidad y posibilidad de una historia igualmente crítica. ¿Cuáles son, entonces, las

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lecciones todavía vigentes para una historia, aún crítica, derivadas de su versión marxista fundadora y originaria? ¿Y cuáles las implicaciones que podemos derivar de estas mismas lecciones para todo el conjunto de las actuales ciencias sociales contemporáneas? La primera de ellas, en nuestra opinión, RD QDƥDQD @K DRS@STSN LHRLN CD la historia, es decir, a la necesidad de concebir que toda la actividad que desarrollamos, y todos los resultados que vamos concretando, están claramente encaminados hacia la consolidación de un proyecto de construcción de una ciencia de la historia. Una ciencia de la historia que, de acuerdo a la noción del mismo Marx, debería abarcar absolutamente a todos los territorios que hoy están ocupados por las llamadas “ciencias sociales”, y que en la medida en que hacen referencia a los distintos aspectos, actividades, manifestaciones o relaciones sociales construidas por los hombres, en el pasado o en el presente, se engloban igualmente dentro de esa “historia de los hombres” cuyo estudio corresponde justamente a dicha ciencia histórica. Ciencia de la historia que entonces, y concebida en esta vasta dimensión, es para Marx una historia necesariamente

2NAQD DRS@ M@STQ@KDY@ DRODB¨ƥca del fundamento del discurso de Marx, cfr. el libro de Bolívar Echeverría, El discurso crítico de Marx, Ed. $Q@ ,¤WHBN X S@LAH¤M #DƥMHción de la cultura, Ed. Itaca - UNAM, México, 2001. Sobre la vigencia del marxismo en el pensamiento actual, cfr. nuestro libro, Carlos Antonio Aguirre Rojas, Para comprender el mundo actual. Una gramática de larga duración, Ed. Centro Juan Marinello, La Habana, 2003.


global, una historia que posee la amplitud misma de lo socialhumano en el tiempo, considerado en todas sus expresiones y manifestaciones posibles5. $RS@STSN BHDMS¨ƥBN CD MTDRSQ@ disciplina, concebida en esta U@RS@ X DMFKNA@MSD CDƥMHBH®M que se hace necesario reiterar ahora de nueva cuenta, tanto frente a las minoritarias posiciones postmodernas que quieren reducir a la historia a la condición de simple juego estético, de arte, o de mero ejercicio discursivo, como también frente a las posiciones que pretendiendo “defender” una fantasmal “identidad” dura de la historia, distinta de las “identidades” de la sociología, la antropología, la economía, la psicología, etc., terminan reduciéndola también al simple trabajo del coleccionista de antigüedades y del anticuario, del amante de las “cosas del pasado”, erudito y positivista.

Pero si, como Marc Bloch lo ha repetido, la historia es la ciencia que estudia “la obra de los hombres en el tiempo”, sólo puede hacerlo dentro de esta declarada vocación de constituirse en un determinado y claQN OQNXDBSN BHDMS¨ƥBN 8 ONQ KN tanto, asumiendo todo lo que este concepto de “ciencia” implica. Porque una simple descripción o relato no es todavía ciencia, como no lo es tampoco cualquier tipo de discurso, o cualquier actividad de mera reBNKDBBH®M X BK@RHƥB@BH®M CD CNcumentos, de datos y de fechas. En cambio, la idea de ciencia conlleva necesariamente a la de la existencia de todo un aparato categorial y conceptual esODB¨ƥBN NQF@MHY@CN CD TM@ CDterminada manera, a través de modelos y de teorías

,@QW RDQ LTX DME SHBN DM @ƥQL@Q PTD MN BNMNBD L R PTD ŖTM@ RNK@ BHDMBH@ŗ X PTD DR@ ciencia única es la ciencia de la historia. Cfr. su libro La Ideología Alemana, Ed. Pueblos Unidos, Buenos Aires, 1973. De ahí, el importantísimo papel que ocupa en su formación el estudio de la historia y de las obras de los historiadores, que hemos tratado de desarrollar en nuestro ensayo, Carlos Antonio Aguirre Rojas, “El problema de la historia en la concepción de Marx y Engels” en Revista Mexicana de Sociología, vol. 45, num. 3, 1983. Y no es por casualidad que, por ejemplo Marc Bloch, coincida en este punto con Marx, al CDƥMHQ @ K@ GHRSNQH@ BNLN ŖK@ BHDMBH@ PTD DRSTCH@ K@ NAQ@ CD KNR GNLAQDR DM DK SHDLONŗ DM RT B¤KDAQD KHAQN ONKNF¨@ O@Q@ K@ 'HRSNQH@ N DK .ƥBHN CD 'HRSNQH@CNQ $C %NMCN CD "TKSTQ@ Económica, México, 1996. Sobre estas coincidencias, puede verse también nuestro ensayo, Carlos Antonio Aguirre Rojas, “Entre Marx y Braudel: hacer la historia, saber la historia” en la revista Cuadernos Políticos, num. 48, México, 1986.

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Convocatoria/Dossier

6. Y vale la pena insistir en el hecho de que una de las tareas esenciales de la rama de la historia que es la historia de la historiografía, es precisamente la de estudiar, analizar y reconstruir esas múltiples tradiciones intelectuales, junto a esos debates, teorías, conceptos, paradigmas y modelos utilizados por los distintos historiadores en el ejercicio cotidiano CD RT NƥBHN 3@QD@ PTD EQDBTDMSDmente olvidan quienes sólo conciben a esta historiografía como simple recuento de autores y de obras. Sobre este punto cfr. Massimo Mastrogregori, “I problemi CDKK@ RSNQH@ CDKK@ RSNQHNFQ@ƥ@Ś DM 1HUHRS@ CH RSNQH@ CDKK@ RSNQHNFQ@ƥ@ moderna, año 8, num. 2 –3, 1987, ř2SNQHNFQ@ƥ@ D SQ@CHYHNMD RSNQHB@Ś en Passato e Presente, año 12, MTL ř2SNQHNFQ@ƥ@ # 2062” en Belfagor, año 54, num. 323, 1999 y “Liberation from the Past”, en The European Legacy, vol. 6, num. 1, 2001.

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de orden general, y que busca y recolecta dichos hechos y acontecimientos históricos, para ensamblarlos e insertarlos dentro de explicaciones cientíƥB@R BNLOQDGDMRHU@R X CDMSQN de modelos de distinto orden CD FDMDQ@KHC@C PTD CDƥMDM tendencias de comportamiento de los procesos sociales, y regularidades de las líneas evolutivas de las sociedades, a la vez que dotan de sentido y de RHFMHƥB@BH®M @ DRNR LHRLNR RTcesos y fenómenos históricos particulares. Noción fuerte de la historia como verdadera ciencia, que implica entonces que la historia, como cualquier ciencia, se G@X@ HCN BNMƥFTQ@MCN @ O@QSHQ de diferentes y complejas tradiciones intelectuales, estando atravesada por debates teóricos, epistemológicos y metodológicos, y apoyada en un amplio conjunto de teorías, de paradigmas, de modelos teóricos y de armazones conceptuales diversas6. Lo que desmiente entonces, la repetida frase de que “el buen historiador se hace en los archivos”. Porque nunca será dentro de los archivos en donde el historiador se pondrá al tanto de esas tradiciones, debates y teorías que conforL@M DK UDQC@CDQN DCHƥBHN CD RT ciencia. Y de la misma manera en que el físico va al laborato-

rio, o el biólogo a la práctica de campo, solo después de haber aprendido lo que es, lo que investiga, lo que quiere comprender y resolver la física o la biología, así el buen historiador solo va al archivo después de que ha asimilado lo que es y lo que debe ser la historia, y luego CD G@ADQ CDƥMHCN BNM BK@QHC@C una problemática historiográƥB@ CDSDQLHM@C@ CDRCD X BNM las teorías, la metodología y los conceptos y categorías de su OQNOHN NƥBHN Y también es claro que, aunque la historia incluye sin duda una cierta dimensión artística, y otra dimensión narrativo-discursiva, dimensiones que cuando son conocidas y bien manejadas enriquecen enormemente el trabajo y los resultados del historiador, sin embargo la historia no se reduce a ninguna de esas dos dimensiones, las que si bien están siempre presentes, no son nunca el elemento o momento determinante de la disciplina o ciencia de la historia en su conjunto7. Y si la historia no se reduce ni a arte, ni a discurso, ni tampoco a la práctica del erudito en los archivos, entonces la investigación histórica misma debería también ajustarse a su condición de verdadera ciencia, remontándose más allá de la mera búsqueda y del establecimiento de cro-


nologías y de series de datos, y superando su condición de simple crónica de fechas, lugares y sucesos, que es a lo que la han reducido sistemáticamente esas visiones de la historia positivista que todavía hace falta criticar y superar. Por lo demás, es también claro que si Marx concebía a la historia como la única ciencia de lo social humano en el tiempo, entonces hubiese estado en contra de la actual organización del episteme hoy vigente dentro de las llamadas ciencias sociales actuales, episteme que R®KN RD @ƥQL@ @ ƥM@KDR CDK RHFKN XIX y principios del siglo XX, y que cuadricula y fragmenta la unidad de esa totalidad humana social, en los supuestamente autónomos e independientes campos de lo económico, KN FDNFQ ƥBN KN RNBH@K KN GHRtórico, lo político, lo cultural, lo

antropológico, etc. Campos arSHƥBH@KLDMSD DRS@AKDBHCNR ONQ la actividad humana del conocimiento, que no se corresponden con el funcionamiento real de lo social, y que al haber establecido sus supuestamente diversos ‘objetos’ de estudio, con sus métodos diferentes y sus técnicas, teorías y conceptos RHDLOQD DRODB¨ƥBNR X CHRSHMSNR han terminado por provocar las LµKSHOKDR HMƥMHS@R X O@Q@KHY@Mtes ‘especializaciones’ en que hoy se fragmenta ese mismo estudio de las realidades humanas sociales en general. Pero, si para Marx sólo existe esa única ciencia de la historia, eso nos proporciona hoy una salida viable y muy sugerente frente a la crisis actual de ese episteme parcelado aún vigente, crisis que no se resolverá con las limitadas y solo cosméticas salidas de la ‘interdiscipli

7. Sobre esta dimensión narrativa del trabajo del historiador vale la pena revisar el trabajo de Paul Ricœur, Tiempo y narración, 3 tomos, Ed. Siglo XXI, México, 1995 – 1996. Sin embargo, es claro que estamos en contra de las derivaciones e interpretaciones posmodernas de este libro, y mas en general de la exageración desmesurada y de la hipostatización de esa dimensión narrativa del trabajo histórico llevada a cabo por esas mismas posturas del posmodernismo en historia. Para una crítica muy aguda de estos puntos de vista posmodernos, cfr. la obra de Carlo Ginzburg, por ejemplo Tentativas, Ed. Universidad Michoacana, Morelia, 2003, A microhistória e outros ensaios, Ed. Difel, Lisboa, 1989, Ninguna Isla es una Isla, Ed. Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, Villahermosa, 2003 y Rapporti di forza. Storia, retorica e prova, Ed. Feltrinelli, Milan, 2000. Véase también el ensayo de Immanuel Wallerstein, “La escritura de la historia” en la revista Contrahistorias, num. 2, México, 2004. Pag.17


Convocatoria/Dossier nariedad’, la ‘multidisciplinariedad’, la ‘pluridisciplinariedad’ o la ‘transdisciplinariedad’,

SNC@R DKK@R HMUH@AKDR D HMDƥB@ces- en virtud de que continúan respetando como legítima esa división del conocimiento de lo social en diferentes ‘disciplinas’, cuando de lo que se trata es de negar radicalmente dicha división y de suprimirla— sino solamente mediante el retorno a esa visión genuinamente unidisciplinaria sobre lo social que es la que ha defendido y asumido justamente el gran autor de El Capital.En consecuencia, esa noción fuerte de ciencia que Marx aplica para la historia, y que nos permite distanciarnos tanto del posmodernismo en historia como del limitado poRHSHUHRLN GHRSNQHNFQ ƥBN U@KD igualmente para todas las ciencias sociales actuales, acosadas también por el irracionalismo de los discursos logocéntricos posmodernos, como por las múltiples versiones renovadas del empirismo y del funcionalismo actuales, puramente descriptivos y puramente apegaCNR @K SQ@A@IN LNMNFQ ƥBN L R limitado. Una segunda lección imporS@MSD CD DRS@ GHRSNQH@ BHDMS¨ƥca promovida por Marx, y que sigue manteniendo toda su vigencia hasta el día de hoy, es el de concebir a la historia,

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en todas sus dimensiones, temáticas y problemas abordados, como una historia profundamente social. Es decir, que además de estudiar a los individuos, a los grandes personajes de todo tipo y a las élites y clases dominantes, la historia debe investigar también a los grandes grupos sociales, a las masas populares, a las clases sociales mayoritarias y a todo el conjunto de los protagonistas hasta hace muy poco “anónimos”; protagonistas y clases y grupos, que sin embargo son las verdaderas fuerzas sociales, los verdaderos actores colectivos, que hacen y construyen la mayor parte del entramado de lo que constituye precisamente la historia8. Ya que es justamente a Marx a quien debemos la incorporación sistemática de las clases populares como verdaderos protagonistas de la historia, al habernos ilustrado cómo han sido los esclavos y las comunidades arcaicas, lo mismo que los siervos, los obreros, los campesinos y los grupos sociales explotados y sometidos, los que en gran medida “han hecho la historia”. Clases sociales sometidas que, involucradas CDMSQN CD TM BNMƦHBSN RNBH@K N lucha de clases que atraviesa una gran parte de la historia humana-y en particular, aque-


lla que ha comenzado luego de los múltiples procesos de disolución de las muy diversas y variadas formas de la comunidad que están en el punto de partida de todas las sociedades humanas9--, han ido tejiendo con su trabajo cotidiano y con su actividad social permanente, pero también con sus luchas y con sus acciones de resistencia y de transformación, el especíƥBN SDIHCN CD KN PTD DM S¤QLHnos concretos ha sido y es justamente la historia humana. Y es claro que no hay historia BHDMS¨ƥB@ N BQ¨SHB@ ONRHAKD ODQN tampoco una sociología o economía serias, ni una antropolo-

gía o psicología realmente cienS¨ƥB@R PTD MN SNLDM DM BTDMS@ por ejemplo, a las formas de la cultura popular, o a los grandes movimientos sociales; a las expresiones de la lucha de clases o a los grandes intereses económicos colectivos, lo mismo que a las grandes corrientes de las creencias colectivas o a los diversos contextos y condicionamientos sociales generales de cualquier proceso, fenómeno o hecho social e histórico analizado. Lo que no implica, ni mucho menos, que dejemos de estudiar a los individuos, a los grandes personajes, o a las élites;

8. Vale la pena insistir en el hecho de que prácticamente todas las corrientes GHRSNQHNFQ ƥB@R HLONQS@MSDR CDK RHFKN 77 BQNMNK®FHBN BNM K@ µMHB@ DWBDOBH®M del anacrónico positivismo y de su variante historicista, podrían muy bien ser BK@RHƥB@C@R BNLN CHUDQR@R UDQSHDMSDR N B@LHMNR CD DWOKNQ@BH®M CD DRSD U@RSN TMHUDQRN CD K@ GHRSNQH@ RNBH@K 'HRSNQH@ RNBH@K PTD RD G@ OKTQ@KHY@CN X CHUDQRHƥcado tanto en los últimos cien años, que el término mismo ha terminado por perder un sentido mínimamente preciso. Con lo cual, el problema no está en R@ADQ PTD S@K BNQQHDMSD OQNLTDUD N CDƥDMCD K@ GHRSNQH@ RNBH@K ŔKN PTD G@BDM KN mismo los Annales, que la historiografía socialista británica, que la microhistoria italiana, o casi cualquier historiografía seria del planeta--, sino en saber cómo concibe cada autor o corriente o tendencia dicho térrmino de esa historia social. A título de meros ejemplos de esta problemática, cfr. Rapahel Samuel, (Editor) Historia popular y teoría socialista, Ed. Crítica, Barcelona, 1984, Lucien Febvre, Combates por la historia, Ed. Ariel, Barcelona, Edoardo Grendi, “Microanalisi e storia sociale” en Quaderni Storici, num. 35, 1975 y todo el número especial de la revista Historia Social, num. 10, Valencia, 1991, titulado ‘Dos décadas de historia social’. 9. Sobre este problema cfr. el texto de Carlos Marx, Formas que preceden a la producción capitalista, Ed. Pasado y Presente, México, 1976 y El porvenir de la comuna rural rusa, Ed. Pasado y Presente, México, 1980. También Carlos Antonio Aguirre Rojas, “La comuna rural de tipo germánico” en Boletín de Antropología Americana, num. 17, México, 1988. Pag.19


Convocatoria/Dossier

10. Lo que nos remite al complejo problema de la biografía histórica y del papel de los individuos dentro de la historia. Sobre este problema, cfr. Jorge Plejanov, El papel del individuo en la historia, Ed. Roca, México, 1978, Maximilien Rubel, Karl Marx. Ensayo de biografía intelectual, Ed. Paidos, Buenos Aires, 1970, y Carlos Antonio Aguirre Rojas, “La biografía BNLN F¤MDQN GHRSNQHNFQ ƥBNŚ DM el libro Itinerarios de la historiografía del siglo XX, Ed. Centro Juan Marinello, La Habana, 1999.

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ODQN R¨ DM B@LAHN LNCHƥB@ de raíz el enfoque tradicional desde el cual han sido, y son aún a veces abordados, estos grupos o clases minoritarias y estos individuos. Porque todo individuo es fruto de sus condiciones sociales, y son estas últimas las que determinan siempre los límites generales de sus diversas acciones. Y si bien su propia acción, es un vector que OTDCD HMƦTHQ DM DK B@LAHN CD estas mismas circunstancias, lo es sólo dentro de los márgenes PTD ƥI@M K@R SDMCDMBH@R TM@ vez más sociales, de la evoluBH®M DRODB¨ƥB@ PTD UHUD DR@ sociedad determinada en esa época o momento también particular10. Con lo cual, la historia o la ciencia social críticas son sociales en un doble sentido: en primer lugar en cuanto a que, para la explicación de cualquier hecho o fenómeno social e histórico, tienen que involucrar y hacer intervenir a los grandes actores colectivos que antes eran omitidos e ignorados, y que son siempre el entorno inmediato obligado, tanto de la formación como de las acciones de cualquier personaje individual. Y en segundo lugar, en el sentido de que también cualquier suceso o situación histórica o social se desenvuelve dentro de un determinado y múltiple contexto

social general, que lo condicioM@ X DMUTDKUD ƥI MCNKD S@MSN sus límites como sus posibilidades de repercusión determinada. Y parece ser claro que, una de las tendencias más marcadas de prácticamente todas las BNQQHDMSDR GHRSNQHNFQ ƥB@R PTD se han desarrollado durante el siglo XX, con la única y obvia excepción de la tendencia positivista de los historiadores, ha sido ésta de incorporar a los grandes grupos sociales, a las sensibilidades colectivas, a las masas populares, a las formas de conciencia mayoritarias, y a las clases y movimientos sociales en todas sus expresiones, dentro de los terrenos y de las perspectivas habituales de la historia. Lo que, necesariamente, ha sido acompañado también de esa introducción sistemática de los diversos contextos sociales --políticos, intelectuales, económicos, civilizatorios, etc.-- dentro de las explicaciones históricas cotidianas. Otra lección importante de la historia y de la ciencia y el análisis social que Marx ha construido, la tercera, es su dimensión como historia, ciencia y análisis materialistas. Y no en el sentido vulgar, aunque muchas veces repetido, de que lo “espiritual” RD@ TM RHLOKD řQDƦDINŚ CHQDBSN o dependiente de lo material,


11. Es claro que esta relación que existe entre los productos y los fenómenos culturales y las condiciones materiales en que dichos fenómenos o productos se gestan, se encuentra en el centro mismo de todo posible proyecto de una historia cultural seria y genuinamente crítica. Lo que explica los límites y la pobreza enorme de la historia francesa de las mentalidades, la que nunca fue capaz de resolver adecuadamente este problema crucial. Frente a esto, véase en cambio el interesante proyecto de una historia cultural, naturalmente materialista y también crítica, desarrollado en general por Carlo Ginzburg en obras como El queso y los gusanos o Historia Nocturna, entre otras. Sobre este punto, cfr. Carlos Antonio Aguirre Rojas, “El queso y los gusanos: un modelo de historia crítica para el análisis de las culturas subalternas” en Prohistoria, num. 6, Rosario, 2002.

sino más bien en la línea de que, en general, resulta imposible explicar adecuadamente los procesos culturales, las formas de conciencia, los elementos CDK HL@FHM@QHN RNBH@K K@R ƥFTras de la sensibilidad colectiva, etc., sin considerar también las condiciones materiales en que se desenvuelven y apoyan todos esos productos, y todas esas manifestaciones diversas de los fenómenos intelectuales, y de la sensibilidad humana en general. /NQPTD K@R HCD@R MN ƦNS@M DM el aire, separadas de los hombres y de los grupos sociales que las producen, y los productos de la cultura, de la conciencia o de la sensibilidad, sólo se hacen vigentes en la medida en que se encarnan y “materializan” en determinadas prácticas, en instituciones, en comportamientos y en realidades totalmente materiales. Lo que, sin embargo, no elimina el hecho de que el tipo de relación DRODB¨ƥB@ X BNMBQDS@ PTD RD establece, entre esa dimensión intelectual y sus condiciones materiales de producción y de efectivización, sea un problema abierto y por establecer, y que puede abarcar desde la forma de la condensación o la transposición sublimada que a veces se expresa en el arte, hasta K@ ENQL@ CDK řQDƦDIN HMUDQSHCNŚ

que en ocasiones descubrimos en la religión, y pasando por diversas y complejas variantes como la de la “traducción”, la negación, la simbolización, la construcción de fetiches o las LµKSHOKDR ƥFTQ@R CD TM@ BHDQS@ reconstrucción diferente de ese mundo material en el nivel cultural11. /NQ KN S@MSN @ƥQL@Q PTD K@ historia crítica o la sociología BHDMS¨ƥB@ N K@ @MSQNONKNF¨@ N la ciencia política actuales, deben de ser también materialistas, sólo lo implica que no es posible hacer, por ejemplo, una historia de las llamadas “mentalidades”, sin considerar los contextos sociales, políticos, económicos y generales de esas mismas “mentalidades”. Es decir, que debemos evitar una historia o un análisis social idealista de los fenómenos políticos o culturales o jurídicos o intelectuales, como la que ha escrito por ejemplo Philippe Aries, pero también como la que nos entregan con frecuencia connotados politólogos o juristas modernos. O también una historia puramente logocéntrica, y puramente ocupada del plano discursivo o conceptual, como la que proponen Hyden White y KNR CDL R @TSNQDR PTD CDƥDMden el posmodernismo dentro de los estudios históricos actuales.

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Convocatoria/Dossier En cambio, la verdadera his SNQH@ BHDMS¨ƥB@ X DK @M KHRHR RNcial pertinente deben estar siempre atentos, cuando se ocupan de esos hechos, fenómenos y procesos del llamado “espíritu humano” --y que nosotros llamaríamos más bien fenómenos de la conciencia y de la sensibilidad sociales--, de las condiciones materiales que acompañan y se imbrican con dichos fenómenos intelectuales, conscientes de que el tipo de relación que se establece entre ambas esferas, la material y la “espiritual”, es un problema abierto y por investigar y QDCDƥMHQ DM B@C@ B@RN BNMBQDSN pero seguros a la vez de que sin esas condiciones materiales, no es realmente comprehensible la naturaleza profunda y el sentido esencial de todos esos fenómenos de la mente y de la economía psíquica de los individuos y de las sociedades. Y es precisamente este error, de ignorar la importancia de esa base material y de ese conjunto de condiciones reales, el que rencontramos no sólo en muchas de las versiones de la historia de las “mentalidades” antes referida, sino también en múltiples historias o estudios contemporáneos sobre los fenómenos de la religión, del arte, de la literatura, de la cultura y de las ideas, que prospe-

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ran lo mismo dentro del gremio de los seguidores de Clío, que en todas las restantes ciencias sociales contemporáneas. E incluso, y muy frecuentemente, en muchas de las historias predominantemente políticas que han escrito los historiadores positivistas de América Latina y de Europa, historias donde también ese nivel de lo político parece “cerrarse sobre sí mismo” y RDQ SNS@KLDMSD @TSNRTƥBHDMSD X en donde se ignoran por completo también las condiciones sociales reales y las condiciones materiales de esos procesos políticos que se estudian. La cuarta posible lección derivada de los trabajos de Carlos Marx, para una historia genuinamente crítica y para un análisis de lo social que sea realmente comprehensivo y explicativo, es la relevancia fundamental que tienen, dentro de los procesos sociales globales, los hechos económicos. Una lección marxista que quizá sea la más vulgarizada y la más malinterpretada de todas, por parte tanto de los historiadores, como incluso de una gran mayoría de KNR BHDMS¨ƥBNR RNBH@KDR 8 DKKN debido a la amplia difusión e HMƦTDMBH@ HLONQS@MSD CDK L@Qxismo vulgar en prácticamente todo el mundo, y a lo largo de casi todo el siglo XX cronológico. Porque esta lección no


implica, ni mucho menos, que todos los fenómenos sociales deben de “reducirse” a la base económica, ni que la economía es la “esencia” oculta o el “espíritu profundo” escondido de todo lo social, sino simplemente --¡simplemente!-- que, en la historia que los hombres han recorrido y construido desde su origen como especie y hasta el día de hoy, los hechos y las estructuras económicas han ocupado y ocupan todavía un rol que posee una centralidad y una relevancia fundamentales HMMDF@AKDR +N PTD RHFMHƥB@ PTD dichos procesos sociales globales son incomprensibles sin la consideración de las evoluciones y la naturaleza determinada de esa dimensión económiB@ ODQN MN RHFMHƥB@ DM B@LAHN que debamos buscar cuál es, por ejemplo, “la base económi-

ca de la pintura de Picasso”, o la “estructura económica en que se apoya esa ‘superestructura’ que ha sido el arte surrealista”, lo que es a todas luces una empresa ridícula y sin sentido, a pesar de haber sido alguna vez planteada por los marxistas vulgares de Francia en la primera mitad del siglo XX12. Reconociendo entonces esta centralidad de lo económico para la interpretación de los procesos sociales históricos globales, el buen analista social y el buen historiador crítico saben también que la relación DRODB¨ƥB@ PTD DRNR EDM®LDMNR económicos pueden tener, o pueden no tener con otros hechos y realidades sociales, es igualmente un problema abierSN X ONQ CDƥMHQ DM B@C@ B@RN concreto, y cuyo abanico de

%DKHYLDMSD X DM BNMSQ@ CD DR@R RHLOKHƥB@BHNMDR CD DRSD @ONQSD HLONQtante de Marx, siempre ha habido autores inteligentes que, manteniendo su perspectiva marxista crítica, han desarrollado muy interesantes análisis de los muy diversos problemas de la cultura humana y del arte, del fenómeno de la ciudad, del estudio de la vida cotidiana, del papel de la tradiciones o del rol de la religión, entre muchos otros. Nos referimos, por ejemplo, y sólo para aludir a aquellos marxistas pertenecientes a las tradiciones del mejor marxismo crítico del siglo XX que han abordado estos temas enlistados, a las obras y trabajos de Georg Lukacs en el campo de la estética y de la historia literaria; de Henri Lefebvre sobre lo rural y lo urbano o sobre la cotidianeidad; o de Edward Palmer Thompson sobre la formación de la clase obrera inglesa. Un ensayo de reconstrucción de la compleja visión de Marx sobre, por ejemplo, la sociedad europea medieval, que está lejos de reducir todo a esas visiones economicistas mencionadas, lo hemos intentado en nuestro artículo, Carlos Antonio Aguirre Rojas, “El modo de producción feudal” en Revista Mexicana de Sociología, vol. 48, num. 1, 1986. Pag.23


Convocatoria/Dossier respuestas abarca, lo mismo la opción de que no existe ningún vínculo, o de que no existe un vínculo directo, y por lo tanto la conexión se da sólo a través de complejas e indirectas mediaciones de otros niveles y relaciones, hasta la posibilidad de relaciones claras y evidentes de determinación directa de ese mismo nivel económico, y pasando nuevamente por vínculos de dependencia, o de condicionamiento sólo general, de encuadramiento, de limitación indirecta, o de muy diverRNR L@SHBDR CD HMƦTDMBH@R CD mayor o de menor peso espeB¨ƥBN Y puesto que ha sido Marx el primero en rescatar de manera sistemática esta centralidad de lo económico dentro del proceso histórico global, es lógico que sea también él, el fundador de la rama de los estudios de

historia económica dentro del tronco mayor de la historiografía contemporánea. Rama que, desde el autor de El capital y hasta hoy, ha tenido una buena parte de sus más importantes representantes precisamente dentro de las distintas corrientes y expresiones de los múltiples “marxismos” que llenan la historia y también la historiografía del siglo XX, y que una UDY L R @A@QB@M CDRCD K@R ƥnas y elaboradas versiones del marxismo de Marx y de algunos de los marxismos críticos posteriores --como es el caso de algunos de los trabajos que, con BHDQS@ ƦDWHAHKHC@C ONCQ¨@LNR B@KHƥB@Q CD NAQ@R CD řGHRSNQH@ económica”, escritos por Lenin, por Rosa Luxemburgo o por Henry Grossman, entre otros13- G@RS@ K@R U@QH@MSDR RHLOKHƥB@das del marxismo vulgar o del marxismo reducido a ideología

13. Nos referimos a los trabajos de Vladimir Ilich Lenin, El desarrollo del capitalismo en Rusia, Ed. Estudio, Buenos Aires, 1973, Rosa Luxemburgo, Introducción a la historia económica, Ed. Pasado y Presente, México, 1976, y Henryk Grossman, La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista, Ed. Siglo XXI, México, 1979. Para un planteamiento adecuado de esta compleja relación entre los hechos económicos y otras dimensiones de la vida social, cfr. Bolívar Echeverría, “La forma natural de la reproducción social” en Cuadernos Políticos, num. 41, 1984, y Carlos Antonio Aguirre Rojas, “Economía, escasez y sesgo productivista. Desde los epigramas de Marx hasta los apotegmas marxistas” en Boletín de Antropología Americana, num. 21, México, 1990. Para un desarrollo más amplio del punto del papel de Carlos Marx como fundador de la moderna rama de los estudios de historia económica, cfr. nuestro ensayo, Carlos Antonio Aguirre Rojas, “La corriente de los Annales y su contribución al desarrollo de la historia económica en Francia”, en el libro Corrientes, temas y autores de la historiografía contemporánea, Ed. Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, Villahermosa, 2002. Pag.24


NƥBH@K DM LTBGNR ,@MT@KDR CD la antigua Unión Soviética o de los países del llamado “bloque socialista”. Una quinta lección importanSD O@Q@ SNCNR KNR BHDMS¨ƥBNR RNciales genuinamente críticos, y por ende también para todo historiador serio, es la exigencia de Marx de ser capaces de observar, y luego de explicar, todos los fenómenos investigados “desde el punto de vista de la totalidad”. Lo que quiere decir que debemos de cultivar y desarrollar la capacidad de detectar y de descubrir, sistemáticamente y en todo examen de los problemas sociales e históricos que abordamos, los diversos vínculos y conexiones que existen entre dicho problema y las sucesivas “totalidades” que lo enmarcan, y que de diferentes modos lo condicionan y hasta sobredeterminan. Porque no existe problema social o histórico que esté aislado y encerrado entre ciertos muros infranqueables, sino que, por el contrario, todo problema histórico y social está siempre inserto en determinadas coordenadas espaciales, temporales y contextuales, PTD HMƦTXDM RNAQD ¤K DM CHRtintos grados y medidas, pero RHDLOQD CD LNCN DƥB@Y X ETMdamental. Y entonces, al cientíƥBN RNBH@K KD BNQQDRONMCD HQ QDconstruyendo cuidadosamente

y de modo articulado esa inserción de su tema de estudio dentro de las sucesivas totalidades espaciales, temporales y contextuales que lo envuelven y que lo sobredeterminan. Ya que es siempre una pregunta pertinente y esclarecedora, la que plantea porque tal fenómeno ocurrió en el lugar y en DK SHDLON DRODB¨ƥBN DM DK PTD aconteció y no en ningún otro, desarrollándose además dentro de las particulares circunstancias en que ha acontecido, y en ningunas otras, lo que nos abre justamente al análisis de K@R CHUDQR@R HMƦTDMBH@R X CD K@R BNMDWHNMDR DRODB¨ƥB@R PTD RD establecen entre esas dimensiones del espacio, del contexto y de la época sobre el singular fenómeno del cual tratamos de dar cuenta. Pues aunque parezca y quizá sea una obviedad --que frecuentemente olvidan no obsS@MSD KNR BHDMS¨ƥBNR RNBH@KDR empiristas y funcionalistas, lo mismo que los historiadores positivistas--, es claro que no es lo mismo una sociedad capitalista del siglo XX que una del siglo XVI, o que la sociedad china del siglo XIII y la sociedad europea de esa misma época, como tampoco es lo mismo un hecho social o histórico que aconteció en América Latina, que otro que sucede en “Once” CMC Asturies || Flickr.com Pag.25


Convocatoria/Dossier Europa, o en Rusia, o en el sur de África, por mencionar sólo algunos ejemplos posibles. Y si estas coordenadas o “totalidades” más generales que son las del tiempo y el espacio correspondientes a un cierto hecho histórico cualquiera, son siempre relevantes y fundamentales para su adecuada comprensión, también lo son las “totalidades” diversas que constituyen los diferentes conSDWSNR PTD DML@QB@M D HMƦTXDM sobre ese hecho histórico y social. Pues es claro que dichos BNMSDWSNR FDNFQ ƥBNR DBNM®micos, tecnológicos, étnicos, sociales, políticos, culturales, artísticos, psicológicos, etc., @CDL R CD DRODBHƥB@Q X UNKUDQ más concretas a esas totalidades o coordenadas espaciales y temporales, -acotando al espacio como área, región, lugar, O@¨R N DMSNQMN FDNFQ ƥBN CDterminado, y al tiempo como una época, momento, coyuntura, era o periodo igualmente particularizado- van también a establecer, de manera igualmente concreta, todo el nudo CD DRODB¨ƥB@R BNMDWHNMDR PTD tendrá ese hecho social o fenómeno histórico investigado con esos diferentes y sucesivos medios contextuales en los que él se despliega. Por lo cual, como lo ha expli-

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cado Jean-Paul Sartre, se impone siempre un proceso de “totalización progresiva” del problema que abordamos, proceso que reconstruye esa inserción dada del tema en esas múltiples y diversas totalidades, que son las que le otorgan RT RHFMHƥB@BH®M X RT RDMSHCN globales. Reconstruyendo así, un análisis social y una historia “desde el punto de vista de la totalidad”, el historiador o DK BHDMS¨ƥBN RNBH@K PTD @CNOS@ esta lección central de la perspectiva crítica de Marx se instala entonces dentro del terreno de un examen social global de los hechos sociales investigados, o también en el espacio claro de una historia global o globalizante, tal y como la han defendido y promovido también, después del propio Marx, los autores de la primera y la segunda generación de la mal llamada ‘Escuela de los Annales’14.

)D@M /@TK 2@QSQD G@ CDƥMHCN DRS@ DRSQ@SDFH@ BNLN TM OQNBDRN CD ‘totalización progresiva’ en su libro Crítica de la razón dialéctica, Ed. Losada, Buenos Aires, 1963. La tesis que postula ser capaz de analizar los distintos problemas que abordamos ‘desde el punto de vista de la totalidad’ fue desarrollada por Carlos Marx en su célebre texto de la Introducción general a la crítica de la economía política. 1857, Ed. Pasado y Presente, México, 1980. Para un desarrollo agudo de las implicaciones de esta tesis, cfr. Georg Lukács, Historia y conciencia de clase, Ed. Grijalbo, 1969. Y para la conexión entre esta historia asumida desde el punto de vista de la totalidad y la perspectiva de la historia global de la escuela de Annales, cfr. nuestros libros, Carlos Antonio Aguirre Rojas, La escuela de los Annales. Ayer, Hoy, Mañana, Ed. Montesinos, Barcelona, 1999 y Fernand Braudel y las ciencias humanas, Ed. Montesinos, Barcelona, 1996.


15. Sobre este punto, cfr. el ensaXN CD +DN *NƦDQ 'HRSNQH@ X CH@K¤Btica, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1974 y Karl Korsch, La concepción materialista de la historia y otros ensayos, Ed. Ariel, Barcelona, 1980, por mencionar solo dos ejemplos de entre muchos otros posibles.

La lección número seis que es posible extraer del pensamiento social e histórico de Marx, es la necesidad de enfocar los problemas de la historia y de la sociedad desde una perspectiva dialéctica. Una perspectiva que los historiadores y los cientistas sociales del siglo XX han cultivado muy poco en general, a pesar de las ricas y profundas contribuciones que podrían implicar el desarrollo, el ejercicio sistemático y la aplicación creativa de este pensamiento y de esta visión dialécticas de la historia y de la totalidad social. Visión dialéctica que nos invita a dejar de ver los hechos sociales y también los fenómenos y situaciones históricas como “cosas”, y a la historia misma o a la sociedad actual como un conjunto de realidades muertas, terminadas y disecadas; realidades que, además, estarían determinadas en un sólo sentido, siempre claro y siempre bien establecido. En lugar de esta última visión, tan extendida entre los sociólogos funcionalistas, los antropólogos tradicionales, los politólogos contemporáneos o los historiadores positivistas, entre otros, esta perspectiva dialectizante @ƥQL@ ONQ DK BNMSQ@QHN PTD SNdos los hechos históricos y sociales son realidades vivas y en devenir, a la vez que elementos

de procesos dinámicos y dialécticos en los que el resultado DRS RHDLOQD @AHDQSN X DM QDCHƥnición constante, a partir de las contradicciones inherentes y esenciales que se encuentran, tanto en esos mismos procesos, como en el conjunto de los hechos antes mencionados15. Así, junto a la positividad de cualquier situación o fenómeno de la sociedad y de la historia, es necesario también captar su correlativa negatividad mostrando, por ejemplo, junto al carácter hoy dominante del capitalismo, su naturaleza irremediablemente efímera, y junto a la modernidad burguesa que hoy se enseñorea todavía en el planeta entero, a las múltiples modernidades alternativas que la combaten y que se le resisten, negándola permanentemente. Porque para este enfoque dialéctico, la realidad social e histórica es como una manzana que sólo existe si lleva adentro el gusano que la corroe, o como un dulce que al chuparlo tuviese también un sabor amargo y agrio. Lo que explica entonces que, para este punto de vista, todo progreso es al mismo tiempo un cierto retroceso histórico, y todo “documento de cultura es al mismo tiempo un documento de barbarie”, como KN G@ @ƥQL@CN X DWOKHB@CN S@M brillantemente Walter Benja

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Convocatoria/Dossier

16. En su agudo ensayo, ‘Sobre el concepto de historia’ incluido en el libro, Walter Benjamin, Tesis sobre la historia y otros fragmentos, citado anteriormente. 17. Sobre este punto cfr. el ensayo CD !NK¨U@Q $BGDUDQQ¨@ ř#DƥMHBH®M del discurso crítico” en el libro El discurso crítico de Marx, antes citado.

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min16. Y si, por ejemplo, a historia o la sociología son ciencias que se interesan de manera especial en el estudio del cambio histórico, es claro que no pueden captar adecuadamente a este último si no lo “atrapan” y lo perciben desde su misma cuna, desde las contradicciones y tensiones esenciales que caracterizan a cualquier sociedad histórica de las que han existido hasta hoy, tensiones y contradicciones que se reproducen y proyectan de distintas maneras en los diferentes hechos, situaciones y acontecimientos que se suceden en esas mismas sociedades. Por eso, en la historia humana que hasta hoy conocemos, los hechos no son nunca de un solo sentido, y entonces es la derrota la que es la madre del triunfo, y es la guerra la que engendra la paz y a la inversa, y es por eso que “el triunfo de una idea crea siempre a la institución que habrá de darle muerte”, y también es esta la razón que explica que las sociedades perecen no por no haber tenido éxito, sino más bien por haberlo tenido en demasía. Por ello, sin ninguna duda, frente a la explotación, la opresión, el despotismo y la discriminación, que han estado siempre tan presentes dentro de los procesos de la historia de las sociedades hu-

manas, han existido también, con la misma persistencia y regularidad, la rebeldía, la insubordinación, la resistencia y la lucha de las clases y de los grupos sometidos y explotados, en un acontecer que nos demuestra, con la fuerza de casi una ley, que los vencedores de hoy son sin fallo los derrotados del mañana. Lo que por lo demás, es una lección importante y también muy útil, para alimentar las esperanzas de cambio que GNX RD @ƥ@MY@M X CHETMCDM BNM tanta fuerza en todo el planeta. Porque es sólo al más genuino pensamiento dialéctico al que se le revelan, de manera clara y necesaria, la obligada caducidad de todo lo existente y los límites y la naturaleza siempre efímera de cualquier realidad por él analizada. Finalmente, una séptima lección del marxismo para la historiografía y para las ciencias sociales contemporáneas es la de la necesidad de construir siempre una historia y un análisis social profundamente críticos17. Una historia o un examen de los hechos y fenómenos sociales actuales que, como lo ha desarrollado por ejemplo también Walter Benjamin, se construyen siempre “a contrapelo” de los discursos dominantes, a contracorriente de los lugares comunes aceptados y de


las interpretaciones simplistas, interpretaciones consagradas sólo a fuerza de repetirse y machacarse tenazmente por todas las vías de las que dispone ese mismo pensamiento dominante. Una “contrahistoria” y una “contramemoria”, como las llamó Michel Foucault que, descolocándose de los emplazamientos habituales de la historia positivista, rescate todo el haz de los pasados vencidos y silenciados de la historia, desechando las explicaciones lineales y simplistas, y elaborando una historia que sea realmente una historia profunda, compleja y sutil. Una perspectiva críticohistórica, que sea también capaz de dar cuenta de todos esos fenómenos históricos desde explicaciones multicausales y combinadas, que sumando y articulando los varios elementos y dimensiones de dichos fenómenos, terminen por dar cuenta de ellos en toda su esODB¨ƥB@ BNLOKDIHC@C18. Historia realmente crítica, pero también análisis realLDMSD BHDMS¨ƥBN D HFT@KLDMSD crítico de los hechos sociales que, por lo demás, sólo pueden construirse desde los criterios que antes hemos enumerado y esbozado. Ya que sólo desde una noción fuerte de ciencia social o de ciencia de la histo-

ria y de sus implicaciones, es que pueden constituirse estos CHRBTQRNR BQ¨SHBNR GHRSNQHNFQ ƥcos y de ciencias sociales, los que tampoco podrán ser otra cosa que las ya referidas formas de la historia o del análisis radicalmente social, en la doble acepción tanto de historia o estudio de los fenómenos y procesos colectivos y sociales en sentido estricto, como también de análisis e historia siempre contextuados socialmente, aún cuando se ocupen de las élites, los individuos o los personajes singulares. Además, serán también, necesariamente, una ciencia social y una historia materialista, que reconozcan las condiciones materiales de todo fenómeno intelectual, de conciencia o de la sensibilidad, y a las que no escapará nunca la centralidad general de los hechos económicos dentro de la sociedad y dentro de la historia. Y serán por último, también una ciencia social y una historia vistas desde el punto de vista de la totalidad, y con perspectiva dialéctica, que recorrerán ágilmente los niveles de la totalización sucesiva del tema investigado, a la vez que disuelven toda positividad o @ƥQL@BH®M RNBH@K D GHRS®QHB@ DM su caducidad negativa y en su “lado malo”, para hacer saltar siempre el carácter contradic

18. Hemos intentado desarrollar el modo en que esta tradición de la historia genuinamente crítica se hace presente en varios autores de la historiografía francesa del siglo XX, como Marc Bloch, Fernand Braudel y Michel Foucault, en los ensayos incluidos en nuestro libro, Carlos Antonio Aguirre Rojas, Los Annales y la historiografía francesa, Ed. Quinto Sol, México, 1996. Pag.29


Convocatoria/Dossier

Manuel Álvarez Bravo. México.

torio y dialéctico de los problemas que abordan. Una ciencia social y una historia cuyos resultados habrán de oponerse, necesariamente, a los de la ciencia social y a la historia hoy dominantes, las que promovidas y divulgadas desde el poder, se regodean todo el tiempo en análisis puramente LNMNFQ ƥBNR CDRBQHOSHUNR X aburridos, pero igualmente legitimadores del statu quo actual. Ciencias sociales genuinamente críticas, que, sin duda alguna, deben todavía hoy muchos de sus fundamentos esenciales y de sus herramientas más importantes a ese proyecto teórico del marxismo original, cuyos ecos principales continúan resonando, a pesar de todo, más de un siglo y medio después de que fuesen formulados por el más importante intelectual de

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todo el siglo XIX: Carlos Marx. Marx, fundador del más moderno y contemporáneo pensamiento crítico y radical, bajo cuya sombra intelectual seguimos todavía viviendo, y cuya herencia teórica seguirá vigente, necesariamente, mientras continúe con vida este injusto e irracional capitalismo contemporáneo que él mismo ayudo con tanta agudeza y claridad a diagnosticar y a entender, siempre en el ánimo de ayudarnos a superarlo para construir sobre sus ruinas un futuro realmente diferente y mejor. /NQPTD RH BNLN @ƥQL® @KFTna vez Michelet, hemos todavía de creer en el futuro, será sólo en la medida en que estemos radicalmente dispuestos a participar en el proceso complejo de su propia construcción.


Convocatoria/Dossier Introducción a la vida y obra de Pierre Clastres1 Beltrán Roca Martinez2

No es casual que en este momento histórico, en el que movimientos sociales radicales y basados en la horizontalidad cobran fuerza en diversas partes del planeta, renazca el interés por trabajos como La Sociedad contra el Estado, de Pierre Clastres, que estudian el poder en las sociedades primitivas. Al ƥM X @K B@AN ETDQNM KNR HMCHNR norteamericanos, junto a ciertos grupos religiosos, los que inspiraron a los movimientos sociales americanos a coordinar grandes números de activistas y organizaciones usando la democracia directa y el consenso (Graber, David: 2008). En los últimos años parece estarse fraguando una especie de antropología anarquista que está atrayendo la atención tanto de investigadores como de militantes. Sin duda alguna, la obra

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de Clastres es una de las principales fuentes de la que bebe esta nueva perspectiva. Antropólogo y anarquista, Clastres nació en Paris en 1934. Fue director de investigaciones del CNRS (Centre National de K@ 1DBGDQBGD 2BHDMSHƥPTD CD París, y miembro del Laboratoire d‘ Anthropologie Sociale del Collège de France (Abensour, Miguel: 1987). Durante más de diez años, entre 1963 y 1974, realizó trabajo de campo etnoFQ ƥBN DMSQD U@QHNR OTDAKNR HMdios de Sudamérica. Entre 1963 y 1964 convivió con los indios guayaquis, cazadores nómadas del este de Paraguay. A partir de esta experiencia elaboraría su tesis en 1965, La vie sociale d’une tribu nomade: les Indiens Guayaki du Paraguay, y la monografía posterior Crónica de los indios guayaquis (Clastres,


1. El presente texto constituye un capitulo del libro Pierre Clastres, La Sociedad contra el Estado. Barcelona: Virus Editorial, del profesor Beltrán Roca Martinez quien muy amablemente nos ha permitido la reproducción de este texto. Contacto: 2. Licenciado en Antropología Social por la Universidad de Sevilla, donde está terminando sus estudios de doctorado. Actualmente es profesor de la Escuela de Relaciones de Jerez (adscrita a la Universidad de Cádiz) y miembro del grupo de investigación GEISA de la Universidad de Sevilla.

Pierre: 1986). En 1965 protagoniza una misión con los indios guaraníes de Paraguay. Entre 1966 y 1968 hace trabajo de campo entre los chulupi de ese mismo país y prosigue su proCTBBH®M BHDMS¨ƥB@ D HMSDKDBST@K Entre 1970 y 1971 realiza una nueva misión con los yanomami de Venezuela, que en la revista Temps modernes describe como “la última sociedad primitiva libre, seguro en América del Sur, y sin duda también de todo el mundo”. Su última expedición tuvo lugar en 1974, con los yanomami en el estado de Sao Paolo de Brasil. En la década de los setenta es cuando publica la mayor parte de sus trabajos. En 1974 salían a la luz CNR KHAQNR LTX HMƦTXDMSDR +@ sociedad contra el Estado, y La palabra luminosa: mitos y cantos sagrados de los guaraníes. En 1977 un accidente de coche OTRN ƥM @ RT UHC@ Cuatro años después de su muerte, en 1981, la editorial Gedisa publicó en castellano varios artículos inéditos bajo el título Investigaciones en antropología política. Unos años más tarde, en 1987, varios autores rindieron homenaje al antropólogo bajo la dirección de Miguel Abensour en un libro colectivo titulado L’esprit des lois sauvages. Pierre Clastres ou une nouvelle anthropologie politique

(El espíritu de los salvajes. Pierre Clastres o una nueva antropología política). Uno de los rasgos distintivos del autor es que es un excelente escritor—algo muy poco común en los antropólogos. Era capaz de trasladarte en un UTDKN L FHBN CD ST NƥBHM@ @K poblado yanomami o al guayaquí, describiendo cuidadosamente cómo todo un poblado se levantaba por la noche para curar el cólico de una mujer, o las bromas que le gastaban, o el cambio de género de un cazador que pasaba a ser mujer. Además, narraba con una honestidad inusitada, sin secretos ni silencios, los aspectos más oscuros para nuestras mentalidades de la vida de los pueblos con los que convivía, como el canibalismo o el infanticidio femenino. Los describió y los explicó con rigor. Como se espera CDK ATDM BHDMS¨ƥBN Repasando la trayectoria de Clastres se observa que fue ante todo un antropólogo de campo. Sus trabajos se basan principalmente en información DSMNFQ ƥB@ CD CHUDQRNR OTDAKNR indios. Pero no por ello dejó de plantear cuestiones teóricas y políticas de gran trascendencia. $MSQD RTR HMƦTDMBH@R ƥKNR®ƥB@R CDRS@B@ DK ƥK®RNEN SHDMMD CD La Boétie. Su Discurso sobre la servidumbre voluntaria, publi

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Convocatoria/Dossier cado en 1576, es considerado como una de las obras precursoras del anarquismo, pues invitaba a cuestionar la legitimidad de cualquier autoridad e indagaba en las razones de la dominación y la servidumbre. Los escritos del antropólogo contienen innumerables referencias a La Boétie. En el campo de la antropología se UHN DMNQLDLDMSD HMƦTHCN ONQ

Claude Lévi-Strauss, Marshall Sahlins y Jacques Lizot. Del primero admiraba su análisis del parentesco y los mitos; de los dos segundos aprendió a estudiar las sociedades primitivas despojándose del etnocentrismo, además de la utilización de la etnología como arma para esbozar un cuestionamiento radical de las sociedades contemporáneas.

Crítica a la Antropología Marxista Fue precisamente el etnocentrismo el aspecto que Clastres más criticó de aquellos etnólogos que aplicaron el análisis marxista al campo de la antropología. En 1978 publicaba en la revista Libre el artículo “Los marxistas y su antropología”, escrito poco antes de su muerte. Este texto contiene posiblemente la crítica más fehaciente y mordaz que jamás se haya hecho a la antropología marxistas. Clastres comienza el ensayo DWOKHB@MCN PTD CDRCD ƥM@KDR de los sesenta esta corriente se ha hecho dominante en antropología, desplazando al estructuralismo de Lévi–Strauss. Esto fue posible, según él, debido a que el discurso estructuralista “no habla de la sociedad”. Se encuentra tan enredado en el análisis de las estructuras de,

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por ejemplo, mitos o sistemas de parentesco, que lo social queda anulado en su discurso. Ahí es cuando el marxismo, que sí habla de la sociedad, entra en escena. El problema, a su modo de ver, surge cuando esta doctrina trata de extender su discurso a la sociedad primitiva. Comienza el artículo lanzando críticas a la obra de Meillassoux, pero posteriormente se extiende con la de Godelier. Ambos autores aplicaron sin pudor las categorías elaboradas por Marx para la sociedad de su tiempo (la Europa del siglo XIX, con el nacimiento del capitalismo) al estudio del desarrollo todo tipo de sociedades. Godelier, por ejemplo, escribió que en las sociedades primitivas “las relaciones de parentesco son también las relaciones


de producción”. Clastres resONMCD PTD DRS@ @ƥQL@BH®M DR una banalidad: en la sociedad primitiva fuera de la guerra no hay ninguna relación que no sea entre parientes. Su esfuerzo—prosigue—por ensamblar el enfoque marxista (relaciones de producción, fuerzas productivas, etc.) y el enfoque estructuralista (relaciones de parentesco) resultaba ridículo. Etnólogos como Sahlins o Lizot, por el contrario, han demostrado que en las sociedades primitivas no hay producción, “funcionan precisamente como máquinas anti-producción”. El concepto de sociedades precapitalistas, con el que los marxistas hacen referencia a las socieC@CDR OQHLHSHU@R CDƥMD @ DRS@R sociedades en relación a un modelo particular de sociedad: K@ RNBHDC@C CD ƥM@KDR CDK RHFKN XVIII, el capitalismo. Mide la sociedad primitiva en función de la capitalista, arrastrando los mismos prejuicios etnocéntricos que los primeros etnólogos y viajeros que consideraban a los indios inferiores, atrasados e inmorales. Más adelante en el texto introduce otra cita de Godelier: “han existido y aun existen numerosas sociedades divididas en órdenes, castas o clases, en explotadores y explotados que, sin embargo, no conocen el EsO Arco o Cesto Artelibre || Deviantart.com

tado”. Quiere decir, según Clastres, que la división entre dominantes y dominados no implica la presencia del Estado. Olvida que “el Estado es el ejercicio del poder político. No se puede pensar el poder sin Estado y el estado sin poder”. Allí donde hay poder, hay una sociedad dividida, hay Estado. Finalmente argumenta que la economía proviene de lo político, y no al revés, como quieren hacernos creer los marxistas: “las relaciones de producción provienen de las relaciones de poder, el Estado origina las clases”. $M CDƥMHSHU@ K@ E@KS@ CD BHDMSHƥBHC@C CDK CNFL@ L@QWHRS@ está al servicio de la política. “El marxismo posterior a Marx, en vez de convertirse en la ideología dominante del movimiento obrero, se ha convertido en su enemigo principal”. El trabajo de los marxistas, para Clastres, no era más que la “difusión de una ideología de conquista del poder” en el ámbito universitario. Búsqueda de hegemonía, imposición de su ideología política. Los estalinistas pretendían conquistar el poder total sobre la sociedad, incluyendo la Academia. Parafraseando a Marx escribió: “La historia de los pueblos que tienen una Historia es la historia de la lucha de clases. La historia de los pueblos sin His

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Convocatoria/Dossier toria es, diremos con la misma verdad, la historia de su lucha contra el Estado”. Se trataba de una contestación el etnoBDMSQHRLN CD ,@QW PTD CDƥM¨@ la lucha de clases como el motor de la Historia. Marx trató de descubrir las leyes universales de la evolución de las sociedades, ignorando que en las sociedades primitivas lo que ocurría no era una lucha de clases, sino una lucha contra el Estado. Y no es que Clastres no hubiera compartido trinchera con los marxistas. Al igual que muchos otros pensadores franceses de la época, participó en los acontecimientos de mayo del 68. David Graeber y Stevphen Shukaitis diferencian dos tipos de autores vinculados al 68 francés: aquellos cuya obra se desarrolló en el periodo pre-

rrevolucionario, como Guy Debord y los Vaneigem, y aquellos, como Deleuze, Foucault o Baudrillard, que elaboraron sus teorías en el periodo posrevolucionario. Mientras los primeros anticipaban y se preparaban para la revolución, los segundos explicaban, básicamente por qué las revoluciones fracasan. Los segundos, en su mayoría, salieron desencantados de K@R ƥK@R CDK /@QSHCN "NLTMHRS@ Francés, cuya intervención fue crucial par apaciguar la revuelta (Graeber, David y Shukaitis, Stephen: 2007). Lo extraordinario de Clastres es que no encajaba en ninguna de estas dos categorías. Se refugió en el estudio aquellas sociedades que vivían su propia revolución, las sociedades primitivas, sociedades sin Estado.

Antropología contra el Estado En la obra de Clastres subyace una preocupación de fondo: la cuestión del poder. Para él, la aparición del Estado es el mayor accidente histórico. En el Estado reside el origen de la dominación y la desigualdad. Es por ello que analiza principalmente el poder entre las sociedades primitivas. En primer lugar denunció el carácter etnocéntrico de la anMundo Esposado Quim Paneque - México Pag.36

tropología al presentar a las sociedades primitivas como sociedades incompletas, menos evolucionadas, por carecer de Estado. Los indios de América del Sur se consideraron “menos civilizados” por carecer de esta división entre dominantes y dominados. En el esquema de Occidente, lo político— entendido como el ejercicio del poder—es la esencia de lo social. Según


este pensamiento, sólo en el terreno de lo infrasocial, lo nosocial no encontramos una división entre los que mandan y los que obedecen. Así eran percibidas las sociedades primitivas, que eran situadas en las escalas más bajas de la jerarquía de sociedades humanas en el pensamiento evolucionista. En segundo lugar, señaló que este carácter etnocéntrico de la antropología también se maniEDRS@A@ DM RT HCDMSHƥB@BH®M CDK poder con la coerción, la subordinación y la violencia. Ignoraba, de esta manera, la existencia de sociedades sin explotadores ni explotados, donde el poder MN RHFMHƥB@ BNDQBH®M +@ BK@UD según Clastres, reside en el esfuerzo de las sociedades aestatales por impedir, a través de múltiples mecanismos, que el poder se separe de la sociedad. Evitar la formación de un centro de poder independiente. El jefe primitivo tiene el poder de la palabra, una palabra, añade, carente de poder, pues no puede dictar órdenes. Numerosos ejemplos muestran que sólo en tiempo de guerra les es posible mandar. En tiempo de paz, o bien eran sustituidos por otros

líderes o bien sencillamente nadie acataba sus órdenes. El jefe primitivo tiene la palabra porque carece de poder, está, DM CDƥMHSHU@ @K RDQUHBHN CD K@ comunidad. Clastres no era ajeno a las implicaciones políticas de su trabajo. En un artículo posterior a La Sociedad contra el Estado, un año antes de su muerte, escribió: “Y quizá la solución del misterio sobre el nacimiento del Estado permita esclarecer también las condiciones de posibilidad (realizables o no) de su muerte”. Seguramente por eso John Gledhill ha criticado parte de su teoría. Desde su punto de vista, su obra constituye una versión política de las propuestas de Marshall Sahlins: la versión antropológica del “mito del buen salvaje”, la ingenuidad rousseauniana encarnada en la nueva teoría social. Construye la sociedad primitiva por oposición a la “civilización”. Interpretaba, según Gledhill, la historia de la humanidad como un viaje hacia la alienación y la desigualdad (Gledhill, John, 2000: 33).

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Convocatoria/Dossier Out Of Society Naexill || Deviantart.com

La Herencia de Pierre Clastres Hoy Treinta años después de su muerte, la obra de Clastres sigue siendo de total actualidad. Prueba de ello es que la editorial Virus se haya decidido por reeditar La Sociedad contra el Estado. Angel Capelletti escribió que Pierre Clastres fue el continuador de la obra de Kropotkin (Capalletti, Angel, 1989: 14). Hoy, sin lugar a dudas, es Harold B. Barclay el continuador del espíritu de Clastres. En People without Government: An Anthropology of Anarchy (Pueblos sin gobierno: Una antropología de la anarquía) de 1982, el antropólogo nos mostraba algunos ejemplos de la gran diversidad de pueblos que viven en la actualidad sin Estado. En sus propias palabras, “era un intento de demostrar que la anarquía no es ni caos ni un sueño completamente utópico. Resalté que en cierto modo—por vivir en ausencia de

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gobierno—todos los seres humanos fueron anarquistas hace diez mil años” (Barclay Harold, 2005: 265-266). Añadía, contestando a aquellos que argumentaban que los ejemplos de sociedades anarquistas de su libro eran irrelevantes para las grandes sociedades industrializadas, que la idea de la interacción cara a cara es directamente aplicable a las sociedades de mayor escala. Precisamente la solidaridad, la satisfacción personal y la dedicación al grupo son reforzadas por la participación directa en los asuntos de la comunidad. No es Barclay, por fortuna, el único antropólogo contemporáMDN HMƦTHCN ONQ DK @M@QPTHRLN Los más veteranos son, posiblemente, James C. Scott y Brian Morris. El primero ha estudiado las relaciones de dominación y resistencia en el Sudeste Asiático, y más recientemente el


EQ@B@RN CD K@R HMSDQUDMBHNMDR OK@MHĆĽB@C@R CDRCD arriba. Actualmente estĂĄ a punto de publicar otro libro sobre los pueblos que han estado evadiendo el Estado desde hace dos mil aĂąos. El segundo combina sus estudios sobre religiĂłn, etnobotĂĄnica y etnozoologĂ­a con la colaboraciĂłn en revistas y grupos libertarios. Cabe destacar tambiĂŠn la obra David Graeber, Fragments of an Anarchist Anthropology (2004), en la que sugiere cĂłmo el anarquismo puede contribuir a desarrollar una ciencia social no vanguardista. Un nĂşmero cada vez mayor de estudiantes, doctorandos y jĂłvenes investigadores estĂĄn optando por estudiar la realidad utilizando perspectivas similares. Como puede comprobarse, las obras de Clastres continĂşan siendo una pieza clave de la antropologĂ­a polĂ­tica; pero sobre todo, su espĂ­ritu sigue presente en un gran nĂşmero de antropĂłlogos. BeltrĂĄn Roca MartĂ­nez Sevilla, 16 de noviembre de 2008

Capelletti, Angel. “IntroducciĂłn a la tercera ediciĂłn en espaĂąolâ€?. En: Piotr Kropotkin, El Apoyo Mutuo. MĂłstoles: Madre Tierra, 1989 Clastres, Pierre. CrĂłnica de los indios guayaquis. Lo que saben los achĂŠ, cazadores nĂłmadas del Paraguay. Barcelona: Editorial Alta Fulla, 1986 Graeber, David. Ethnography of Direct Action. Oakland: AK Press, 2008. Graeber, David y Shukaitis, Stephen. Constituent Imagination: Militant Investigation, Collective Theorization. Oakland: Ak Press, 2007. Harold B. Barclay. Longing for Arcadia. Memoirs of an Anarcho-cynicalist Anthropologist. 5HBSNQH@ 3Q@ƤNQC Abensour, Miguel L’esprit des lois sauvages. Pierre Clastres ou une nouvelle anthropologie politique. Paris: Seuil, 1987 Pag.39


Convocatoria/Dossier Materiales para una Historia de las Ciencias Sociales en Colombia1

Renán Silva Olarte2

Presentamos a nuestros lectores una muy breve muestra de algunos materiales importantes para la elaboración de una nueva historia de las Ciencias Sociales en Colombia en el siglo XX. Como se sabe, el contexto mayor de constitución de tales disciplinas en Colombia, en una primera fase, está constituido por los gobiernos liberales de la llamada República Liberal (1930-1946). Tanto en el primer gobierno de López Pumarejo (1934-1938) como en el de Eduardo Santos (19381942) se ejecutaron acciones clave para hacer una realidad lo PTD @ ƥM@KDR CDK RHFKN 7(7 ONQ

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ejemplo en la obra de Camacho Roldán o en el trabajo de Ezequiel Uricoechea) no eran más que consideraciones especulativas acerca de la “ciencia social” o interpretaciones del pasado (aborigen o lingüístico) que no superaban lo que había sido el umbral del problema en el siglo XIX. La llegada de sabios extranjeros que huían del fascismo, como en el caso del destacado BHDMS¨ƥBN EQ@MB¤R /@TK 1HUDS X de un grupo pequeño pero sigMHƥB@SHUN CD řSQ@RSDQQ@CNR DRO@ñoles” que habían buscado refugio en Colombia a raíz de los sucesos de 1936 (la guerra civil


1. Reproducción del texto “Nuevos materiales para una Historia de las Ciencias Sociales en Colombia. Cartas de José de Recasens para Paul Rivet, 1943-1944”, publicado en el núm. 13 de la revista Sociedad y Economía, publicada en diciembre de 2007, pp. 179-190. Universidad del Valle. Cali, Colombia. 2. Docente del departamento de historia de la Universidad de los Andes. Su interés investigativo principal ha sido el problema de las relaciones entre Saber, Cultura y Sociedad –título de uno de sus primeros libros-, en las sociedades hispanoamericanas, en un amplio espacio cronológico que va del siglo XVI al siglo XX. Contacto: rj.silva33@uniandes.edu.co

y la victoria del General Francisco Franco) fue esencial para DK @QQ@MPTD RNAQD A@RDR ƥQLDR de una ciencia social alejada de especulaciones abstractas y que intentaba los caminos de la investigación empírica y experimental. Paul Rivet fue el encargado de poner en marcha el recién creado Instituto Etnológico Nacional en 1941 y a su partida del país en junio de 1943 era ya una realidad el trabajo de un primer contingente de investigadores especializados, dotados de una buena formación BHDMS¨ƥB@ X CD TM@ UNKTMS@C CD trabajo intelectual no muy conocida en el país. El informe que más adelante copiamos comprueba de manera excelente la integración entre el trabajo de investigación, el de publicación de resultados y el de docencia, y deja ver bien como un programa de formación corto, pero conducido sobre sólidos criterios de una investigación ligada al terreno (al trabajo práctico, a la experimentación, al análisis de datos...) es capaz de ofrecer resultados que una larga formación puramente abstracta y dedicada a la repetición libresca de teorías no puede producir. El Informe que presentamos a nuestros lectores, escrito por José Recasens –un investigador catalán, que decidió que-

darse el resto de su vida entre nosotros- para el profesor Paul Rivet, que en junio de 1943 había partido para México, recrea tanto problemas de funcionamiento y de organización, como problemas de teoría y de trabajo de terreno, aunque estos últimos aparecen apenas insinuados entre líneas. Así por ejemplo los que tienen que ver con las relaciones entre antropología y arqueología, o la idea de “antropología urgente”, que tendrá cierto eco luego de los años 1960 en parte de las orientaciones de Gerardo ReiBGDK #NKL@SNƤ X K@ CDMNLHnación misma de “etnología” –muy francesa- que poco después se verá trocada por la de antropología, tal como la tradición anglosajona lo instituyó. En el plano organizativo y de funcionamiento el Informe que incluimos pone de presente nuevamente las eternas penurias de dinero de los investigadores que trabajan en Colombia, lo mismo que las viejas disputas entre defensores de la docencia y defensores de la investigación, consideradas (con muy poca razón) como dos alternativas excluyentes, las que en los años 1940 se concretaban en el país en la alternativa entre el apoyo a la Escuela Normal Superior y el apoyo al Instituto Etnológico Nacional

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Convocatoria/Dossier (puesto bajo la tutoría directa de la Normal Superior). El informe deja entrever también algo acerca de las relaciones iniciales entre las instituciones de educación superior, el gobierno nacional y las fundaciones extranjeras (en este caso la RockeEDKKDQ QDK@BHNMDR PTD @ ƥM@KDR de los años 1970 serán sometidas a una crítica virulenta por parte de los estudiantes colombianos, bajo la orientación de los partidos comunistas y de todos los grupos de izquierda radical, lo mismo bajo la orientación de los defensores de la “ciencia propia”, que luchaban contra el “colonialismo intelectual” (en cuyo marco se habían académicamente formado), un problema muy interesante en el campo de la sociología de las instituciones educativas y las relaciones sociales de conocimiento , que espera aun por un trabajo de análisis que supere la situación de pugna y de insulto como tal fenómeno fue vivido en los años sesenta. Paul Rivet estuvo muy poco tiempo entre nosotros (cerca de dos años) y eso habrá que lamentarlo siempre, como siempre lamentamos la corta estadía en el Virreinato de la Nueva Granada del Varón de Humboldt y su amigo Bonpland. Pero a Rivet, socialista convencido y decidido luchador anti-

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facista, el general Charles de Gualle lo llamó para que en México representara los intereses de la Francia que luchaba por su liberación y tras la derrota Nazi regresó a París para contiMT@Q BNM RT NAQ@ CD BHDMS¨ƥBN X de político. En el momento de su partida, José de Recasens se hizo cargo de la dirección del Instituto y con algunos altibajos, relacionados más con diƥBTKS@CDR X CHROTS@R HMSDQM@R que con el papel de Recasens, el trabajo se mantuvo sobre las mismas bases, por lo menos por un lustro más. El Informe sobre la marcha del Instituto Etnológico Nacional que publicamos, lo acompañamos de una carta –tal vez la primera que escribió Recasens a Rivet, luego de la partida del sabio francés- que habla sobre la marcha del Instituto, pero que recrea también algunos aspectos de la actividad de antropólogos que luego tendrán gran ƥFTQ@BH®M DM K@ HMUDRSHF@BH®M colombiana en ciencias sociales, por fuera de que traslucen la amistad que unía al francés y al catalán, dos sabios europeos que vivieron por fortuna entre nosotros, un hecho que hay que subrayar, antes que la deriva “identitaria” termine por regresarnos a la “ciencia propia”, pero ahora por razas y por etnias – y ello a pesar de que


Fotografía por: Claudia León

el propio Recasens (reconocido nacionalista catalán) clamaba ONQPTD KNR BHDMS¨ƥBNR RNBH@KDR que trabajan en los institutos de investigación colombianos, deberían ser colombianos. El Informe que va a leerse y la carta que lo acompaña forman parte de la correspondencia de Paul Rivet, que se encuentra en el Museo del Hombre en París

(una de las instituciones de cultura que bajo su inspiración se creó) y hemos podido acceder a estos materiales por particular deferencia de Alicia Dussán de 1DHBGDK #NKL@SNƤ TM@ CD K@R pioneras de la antropología en Colombia, a quien no sólo agradecemos su gesto, sino a quien dedicamos esta presentación.

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Convocatoria/Dossier

Carta de José Recasens para Paul Rivet3 Bogotá, 28 de Junio de 1943 Apreciado profesor y amigo:

Como de costumbre sigo sin noticias de Padre [José de] Castellví. Supe por Pablo Vila que un fraile del convento de Bogotá piensa venir a verme, pero no ha venido aun. El domingo de su salida de Bogotá, la Radio Nacional leyó su artículo, prólogo de la Revista [del Instituto Etnológico Nacional], hizo un FQ@M DKNFHN RTXN X KN CDROHCH® B@RH NƥBH@KLDMSD Fue en la emisión de la 1 y 30 pm., que supongo usted no tuvo ocasión de escuchar. El mismo día PTD XN ƥQL¤ BNMSQ@SN :CD SQ@A@IN< KN ƥQL@QNM KHcia y [Gerardo] Reichel, quienes han logrado una subvención para trabajar durante dos meses estudiando [a] los Pijaos –supongo que ellos le escribirán dándole más detalles-. [Francisco] Socarrás logró una subvención para Inés Solano y para [Milciades] Chávez (ambos pasados alumnos del curso del Instituto), quienes acompañarán durante un mes al matrimonio Reichel. Agradecería que cuando tenga ocasión me proporcione algunas noticias sobre los resultados del último Congreso Arqueológico de México, pues por los detalles que se han publicado en “Cuadernos Americanos” y por lo que usted me dijo, me interesaría conocer.

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3. Agradecemos a María del Carmen Castrillón V. –editora de la revista Sociedad y Economíapor interceder ante los autores del texto y la transcripción para que el artículo apareciera en esta edición de la Revista Malatesta. La copia de esta carta es propiedad de Alicia DusR@M CD 1DHBGDK #NKL@SNƤ PTHDM K@ E@BHKHS® O@Q@ la realización del artículo.


Creo que se ha publicado una memoria de este Congreso. Estamos comenzando a reparar la colección que usted dejó en mis manos. Ya le mandaré fotos cuando las piezas estén completas. Por ahora no he logrado dato alguno sobre piezas siLHK@QDR MH RT QD@ FDNFQ ƥB@ ODQN ONMFN DLOD¬N en ello, y voy a escribir a Lehmann, para que me BNLOKDLDMSD K@ ƥBG@ RH TRSDC KN BQDD BNMUDMHDMte. Durante estos últimos días el maestro [Guillermo] Valencia se halla gravísimo, esperándose la noticia de su muerte de un momento a otro. No he distribuido aun los ejemplares de tiraje aparte de los artículos de la Revista. Indíqueme si quiere que le envíe los suyos y si necesita números completos. María Rosa [de Recasens] protesta pues dice que no le queda papel a ella. Escribiré de nuevo así que haya algo interesante, aunque no haya recibido su contestación, pues no sé lo que puede tardar el correo. Agradeceré que salude en nuestro nombre y los de casa a su señora, ya que los recordamos especialmente las noches que teM¨@LNR ƥI@C@R O@Q@ HQ @ RT B@R@ Incondicionalmente suyo, José de Recasens. Nota del lado izquierdo del borde izquierdo de la página: En la próxima carta me reservaré toda una hoja para mí pues José Siempre hace igual, lo cuenta todo y no me deja ningún comentario. Dentro de pocos días escribiremos de nuevo y entonces le contaré todo lo que hoy no puedo. Muchos abrazos a usted y a su esposa. María Rosa.

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Convocatoria/Dossier Informa del Director del Instituto Etnológico Nacional Profesor José de Recasens al Señor Ministro de Educación Nacional.Bogota, 31 de Diciembre de 1944

El contrato que por un año me vinculaba con el Gobierno de Colombia, para encargarme de la dirección del Instituto Etnológico Nacional, que he desempeñado desde la ausencia del Profesor Paul Rivet, ha vencido el 31 de diciembre de 1944. Creo necesario dar a Ud.

un amplio informe de las actividades desarrolladas siguiendo la pauta señalada desde un principio por su fundador Profesor Paul Rivet a quien he tratado de seguir en todos los momentos, hasta donde personalmente me ha sido posible.

El Instituto Etnológico Nacional Creado por Decreto del Presidente Dr. Eduardo Santos en fecha de 21 de junio de 1941, fue encargada la dirección al Prof. Paul Rivet, cuya espléndida labor hizo posible la creación en cuatro años de un personal colombiano especializado que, LD ODQLHSN @ƥQL@Q RD G@KK@ DM condiciones superiores a la mayoría de otros personales formados en centros de igual carácter de los demás países americanos. Al verse obligado el Prof. Rivet a desempeñar el cargo de Adicto [sic] Cultural del Gobierno Provisional de la República Francesa en México, y más tarde trasladarse a Francia llamado por el Gobierno de su país, había dejado entre nosotros

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TM@ ƥQLD DRSQTBSTQ@ PTD ODQLHtió obtener resultados que me atrevo a considerar como insuperables. Los años escolares de 1941 y 1942, bajo la dirección suya, dieron como resultado la formación y aprobación de exámenes de 18 alumnos, que en su mayoría han seguido conectados a nuestra institución en labores de investigación etnológica, antropológica, lingüística y arqueológica. El curso de 1943, comenzado también bajo la dirección del Prof. Paul Rivet, fue continuado bajo mi dirección siguiendo en todo momento la pauta establecida por mi predecesor y amigo. En este curso se formaron y recibieron su título de licenciados


cinco alumnos más. Durante el pasado año escolar de 1944 se matricularon 23 alumnos y lograron su título de Licenciados en Etnología, 7 de ellos. El porcentaje reducido que obtuvo cada año su título es una valor que ha podido contrastarse en la labor realizada por nuestros alumnos, hoy capacitados O@Q@ DIDQBDQ DƥBHDMSDLDMSD sus especialidades. Teniendo DM BTDMS@ K@R CHƥBTKS@CDR L@teriales de investigación que

se presentan en el campo de las ciencias etnológicas, tan recientemente estructuradas en Colombia, el criterio para la aceptación personal ha sido siempre rígido, y ha dado como consecuencia, que solo aquellas personas vocacionalmente interesadas hayan soportado la intensidad de unos cursos que en la mayoría de países se desarrollan durante un plan escolar de dos o tres años.

'LƩFXOWDGHV GHO ,QVWLWXWR En los informes anteriores, tanto los redactados por el Profesor Paul Rivet como en los míos, se repetía que la falta de un presupuesto propio era el obstáculo insuperable para TM@ K@ANQ DƥBHDMSD $K OQHLDQ año los alumnos se vieron obligados a dictar clase fuera de nuestra Institución para poder subsistir como investigadores, con merma de horas y posibilidades de trabajo. Durante el año 1943, se obtuvo gracias a esfuerzos personales del Profesor Paul Rivet, una subvención de siete mil quinientos dólares de la Fundación Rockefeller. Esta subvención parecía ser prorrogable en el caso de que se cumpliese una condición exigida por la Fundación

Rockefeller, la cual verbalmente se había comprometido con el Profesor Rivet de seguir sus subvenciones, dando una cantidad de dólares equivalente a la cantidad de pesos colombianos suministrada por el Gobierno colombiano al Instituto EtnoK®FHBN O@Q@ ƥMDR CD (MUDRSHF@ción. No habiéndose obtenido subvención ni partida alguna, la Fundación Rockefeller clausuró con esta primera todas las posibles ayudas futuras. Viendo el profesor Rivet la crítica situación que se plantea para la continuidad de las investigaciones del Instituto Etnológico, de nuevo personalmente recurrió a ayudarnos logrando en su viaje a Argel, durante el año 1943, que el Gobierno Provisional de

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Convocatoria/Dossier la República Francesa donase al Instituto Etnológico Nacional la suma de $ 13.087, 55 (trece mil ochenta y siete pesos con cincuenta y cinco centavos) moneda colombiana, gracias a lo cual hemos podido seguir y aumentar el ritmo de investigaciones y trabajos de campo. Hasta el momento sólo se ha logrado publicar una quinta parte del material recogido, formando éste más de 600 páginas de nuestra Revista. Se ha cubierto con investigaciones más de un

décimo del territorio nacional, dedicándonos especialmente a aquellas zonas que eran total o prácticamente desconocidas. A pesar de las ventajas descritas, seguimos aun lamentándonos de la falta de instrumental que actualmente queda limitado al que personalmente trajo el Profesor Rivet del Museo de L’Homme de París, y que benévolamente me dejó en calidad de depósito, para poder continuar nuestras investigaciones.

Resultados Alcanzados: Formación del personal especializado: Durante los cursos de 1941, 1942, 1943 Y 1944, han obtenido su título 30 alumnos, de los cuales 17 han seguido continuamente interesados en la investigación, si bien creo que otros no lo han hecho por causa CD K@ CHƥBTKS@C PTD RTONMD MN poder contar con una base material que permita un trabajo de exhaustiva investigación. El esfuerzo realizado este año por el Gobierno de Colombia dotando al Instituto de una partida destinada a permitir una

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continuidad de trabajo estoy seguro que se vera de sobras recompensada por el trabajo futuro de nuestros investigadores, que si tan buenos frutos dio DM SHDLON CD CHƥBTKS@CDR MN OTDCD RDQ LDMNR ADMDƥBHNRN desde el momento que empieBD @ BNMS@Q BNM DK @ONXN NƥBH@K Quiero nuevamente repetir que existe en Colombia la posibilidad de superar en el terreno etnológico a los demás países de América Latina y conste que esto no se funda en suposiciones, sino en el material ya publicado o preparado para su publicación.


Investigaciones y trabajos Impresos: La lista a continuación de los trabajos elaborados y en parte publicados, expresa en forma elocuente la labor que hemos logrado realizar: Trabajos producidos en el Volúmen 1, entrega primera de 1943. Arcila Vélez (O). «Grupos sanguíneos de los Indios Páez». Duque Gómel (L). «Excavación de un sitio de habitación en Supía». Duque (L), Lehman (H) y Fornaguera (M). «Grupos sanguíneos entre los grupos Guambiano- Kokonuko». Recasens (J). «Notas de Museología. Conservación de las cerámicas». Reichel#NKL@SNƤ & i OTMSDR @QPTDNK®FHBNR CD 2N@BG@y 1DHBGDK #NKL@SNƤ & X #TRR M CD 1DHBGDK i+@R TQM@R ETMDQ@QH@R DM K@ BTDMca del río Magdalena». 1HUDS /@TK i+@ DSMNKNF¨@ "HDMBH@ CDK 'NLAQDy 1HUDS /@TK i+@ HMƦTDMBH@ *@QHA DM "NKNLAH@y 1HUDS /@TK i+@ KDMFT@ "GNB®y 1HUDS /@TK i+@ HMƦTDMBH@ *@QHA en Colombia. II. El caracolí». Rivet Paul Y Oppenheim Victor. «La lengua Tunebo». Silva Celis (E). «La arqueología de Tierradentro». Los siguientes trabajos ya están impresos y corresponden al Volumen I, entrega segunda de la Revista del Instituto Etnológico Nacional. Jiménez (E) Y Ochoa (B). «Cerámica panche». Lehmann (H). «Arqueología de Moscopan». Paez Perez [¿?] y Freudenthal (K). «Grupos sanguíneos de los Indios Sibundoy, santiagueños, e indios y mestizos de los alrededores de Pasto». Recasens y Oppenheim (V). «Análisis tipológico de materiales cerámicos y líticos procedentes del Chocó». 1DHBGDK #NKL@SNƤ & i+@ BTKSTQ@ L@SDQH@K CD KNR (MCHNR &T@GHANy 1DHBGDK #NKL@SNƤ 8 & i&QTONR R@MFT¨MDNR DMSQD KNR (MCHNR /HI@N CDK 3NKHma». Rivet Paul. «La lengua Chocó. Continuación». Silva Celis (E). «Arqueología de Tierradentro. Continuación».

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Convocatoria/Dossier La lista de los siguientes trabajos representa el material ya elaborado y cuya publicación no ha sido posible por falta de fondos de publicaciones. Al margen de estos trabajos esperamos que se vean publicados los que sean resultado de los trabajos contratados por el Ministerio de Educación y cuyas investigaciones han sido llevadas a cabo por personal formado en el Instituto Etnológico Nacional, debiendo referirme especialmente a las investigaciones llevadas a cabo en San Agustín, Tierradentro y Sogamoso. 21 trabajos impresos, 57 trabajos por imprimir, y todo el material que se recoja durante el año 1945 cuyas expediciones ya G@M RHCN OQNXDBS@C@R BNM K@ ƥM@KHC@C CD QDBNFDQ C@SNR CD YNM@R completamente desconocidas y de zonas en vía de desaparición. Una serie de trabajos sobre bio-antropología y metabolismo que se ha llevado a cabo en la zona sur Vaupés-Amazonas por parte del profesor Lothar-Petersen, no la incluimos en la lista pues forzosamente tendrá que formar parte de volúmenes especiales dada la cantidad de páginas. Estos trabajos son producto de una investigación que empezó el mes de enero de 1943 y que todavía continúa en el terreno.

Misiones de Estudio La lista de los trabajos anteriores corresponde a misiones de estudio que en su mayoría se han llevado a cabo durante los años 1943 y 1944 gracias a la subvención de la Fundación Rockefeller y del Gobierno Provisional de la República Francesa, siendo este último donativo el que ha permitido la publicación de los trabajos impresos en el Volumen 1, entrega segunda, seiscientas páginas, de la revista del Instituto Etnológico Nacional. Queremos consignar también el esfuerzo de parte de nuestros colaboradores, que personalmente y

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RHM @XTC@ NƥBH@K N DWSQ@NƥBH@K alguna han realizado trabajos cuyos resultados nos han sido entregados para la publicación. Para el próximo año de 1945 he previsto investigaciones de urgencia en determinadas zonas en las cuales se halla en vía de desaparición el material KHMF·¨RSHBN X DSMNFQ ƥBN "HSDmos como caso la expedición al Carare, que logro recuperar un vocabulario y ciertos documentos de cultura material y espiritual de tres indígenas, últimos supervivientes de un grupo Indio Carare-Oponero, ya prácticamente desparecido.


Con este criterio he preparado O@Q@ ƥM@KDR CD DMDQN CDK una expedición tendiente a localizar los últimos elementos Yurumangui, que suponiéndose extintos hace más de un siglo, han podido ser localizados últimamente. Con este criterio fueron organizadas todas nuestras anteriores expediciones, como la llevada a cabo entre los Indios Chimila, y a veces se ha cubierto un terreno que nos era prácticamente desconocido, como la pasada expedición entre los Indios Motilones sobre los cuales se había escrito una literatura falsa y fantástica. Creo que el Instituto Etnológico deberá dedicarse en un futuro a recoger especialmente aquellos materiales de cultura o lingüísticos de pueblos en vías de desaparición (por desgracia numerosos), materiales estos que hoy día es aún posible recuperar, pero que en un plazo de cinco a diez años estarán completamente perdidos para la ciencia. Fue en este estudio que tanto el Profesor Paul Rivet como yo anulamos la mayor parte de investigaciones arqueológicas, que por otra parte siempre serán posibles en un futuro, y solo en aquellos casos que eran de necesidad imperiosa para poder complementar o aclarar nuestros conocimientos decidimos las misiones de exca-

vación. Hemos hecho arqueología solo en aquellos casos que nos faltaba el criterio guía arqueológico de nuestras investigaciones que estaban en curso de estudio. los aspectos menos vistos en los cursos normales del Instituto, seminarios que correspondiesen especialmente al segundo ciclo de enseñanza previsto por el Profesor Paul Rivet. Es por ello que propongo a su criterio, la apertura para el año 1945, de unos cursos de información destinados a los que han sido alumnos licenciados, tuviesen la oportunidad de realizar trabajos de campo, ya que la experiencia nos ha demostrado que sólo con un dominio completo de los trabajos de terreno se obtienen investigadores capacitados para su labor. Debo añadir que las opiniones hasta aquí expresadas son compartidas por nuestro cuerpo de investigadores y por todos nuestros exalumnos. El Profesor Paul Rivet, con interés ejemplar sigue en todo momento manteniendo íntimo contacto con nuestras actividades, ofrece la ayuda de la Revista de la Sociedad de Americanistas de París, X RD L@MHƥDRS@ NQFTKKNRN CD cuanto pudo crear en Colombia, así como de los resultados obtenidos y gestiona personalmente la continuidad de la ayuda dada por el Gobierno Provi

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Convocatoria/Dossier sional de la República Francesa. Por mi parte solo he tratado de suplir su falta y de mantener vivo el método por el estableciCN K ƥM@KHY@Q LH BNMSQ@SN y con ello mi cargo de Director y Profesor del Instituto Etnológico Nacional, me permito encomendar encarecidamente al señor Ministro de Educación Nacional, la necesidad absoluta de una continuidad de método

y de una colaboración total con KNR RDQUHBHNR @ƥMDR CDK ,HMHRSDrio de Educación. Personalmente me siento íntimamente vinculado con la obra de nuestro Instituto y con el Profesor Paul Rivet, y ofrezco mi colaboración para cuanto representa algo a favor de los trabajos de la primera Institución de Etnología en Colombia. Del Señor Ministro atentamente, José de Recasens, enero 1 de 1945.

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Convocatoria/Dossier La Investigación Inter y Transdiciplinaria en las Ciencias Humanas hoy: Retos y Debates Convergecias y Divergencias1

Jaime Eduardo Jaramillo Jiménez2

Universidad y saberes disciplinarios La Universidad, en el sentido en que hoy la entendemos surgió en la Europa del medio tardío como un espacio físico y cultural alternativo que expresaba una modernidad germinal. Luchaban sus gestores por crear un campo intelectual relativamente autónomo, sustraído, hasta donde fuera posible en la época, a los intereses y a la lógica de la vida mercantil o militar. (...) Allí comenzaba a desarrollarse, en varios casos fuera de los conventos, la enseñanza sistemática y la investigación en diversos campos del saber, que buscaban recuperar el legado grecorromano, pero también plantearse nuevos problemas propios de una nueva época. Se empezaron así a crear protocomunidades académicas

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cuyos representantes eran portadores de diversas áreas del BNMNBHLHDMSN CDƥMHC@R CDMtro de la cosmovisión cristiana, susceptibles –en estos nuevos centros de producción y difusión de bienes simbólicos– de diversas lecturas, lo cual suponía un cierto pluralismo, necesario para el surgimiento del pensamiento moderno. (...) Con todo, la universidad como institución depositaria y creadora de múltiples saberes, no pudo superar, a la larga, la tutela de la Iglesia católica romana, especialmente tras la Contrarreforma, la cual estableció rígidas jerarquías; ortodoxias religiosas impuestas por la violencia simbólica y física; herejías perseguidas en largas guerras de religión. Se desa-


rrolló así un pensamiento dogmático, en muchos aspectos antimoderno, basado en el principio de autoridad y en formas de argumentación y validación opuestas al carácter deductivo- inductivo, racional y experimental, propio de las nacientes BHDMBH@R X ƥKNRNE¨@R PTD U@M surgiendo a la par de las expresiones económicas y políticas de un orden socioeconómico nuevo. Estas formas emergentes del saber, marginales, transgresoras, encontraron otros nichos institucionales, nuevos representantes y un público afín a su racionalidad y a su capacidad de intervención sobre su realidad inmediata. Este nuevo público, y los mecenas y auspiciadores interesados en el tipo de razón expresado con la eclosión de la ciencia y de las modernas humanidades, se ADMDƥBH@A@M CD K@ BQDBHDMSD KDgitimidad de estos conocimientos, sistemáticos y experimenS@KDR R¨ CDRCD ƥM@KDR CDK siglo XVIII, a partir de las denominadas Ciencias Naturales, se desarrollaron procesos de institucionalización, profesionalización, legitimación y proyección tecnoeconómica y sociocultural de los conocimientos propios de las ciencias modernas. Para el siglo XIX, en los centros en que se hallaban más avanzados los procesos de se-

cularización, urbanización y diferenciación social, la universidad resurgió para constituirse, de acuerdo a los imperativos de un nuevo periodo histórico, como espacio institucional privilegiado para la transmisión X BNMƥFTQ@BH®M CD MTDUNR R@beres, propios de las ciencias sociales y las humanidades. Su desarrollo y su transmisión DQ@M MDBDR@QHNR O@Q@ @ƥQL@Q DK poder de los nuevos Estados nacionales y para auspiciar el CDR@QQNKKN SDBMNBHDMS¨ƥBN ONRHbilitado por el impetuoso sistema capitalista, así como en esODBH@K O@Q@ KNR R@ADQDR @ƥMDR PTD RD CDƥMHQ¨@M DM DK RHFKN 7(7 como las “ciencias del espíritu” y en el siglo XX como las “ciencias humanas” y las “ciencias sociales”. (...) Las nacientes ciencias humanas han sido decisivas para constituir emergentes narrativas de origen y desarrollo de Estados nacionales que comenzaban a expresar un designio de dominación planetaria, así como para legitimar nuevas instituciones, valores y formas de organización social. Correlativamente han sido construcciones epistemológicas, a veces transgresoras, que han sometido a crítica anteriores narrativas, interpretaciones tradicionales, BTDRSHNM@C@R BK@RHƥB@BHNMDR R@ADQDR @ƥMDR @ ENQ

1. El presente texto es una síntesis de la introducción del libro Cultura, identidades y saberes fronterizos Editorial: Universidad Nacional de Colombia (Sede Bogotá) Facultad de Ciencias Humanas y Centro de Estudios Sociales, CES., 2005. Memorias del Congreso Internacional Nuevos Paradigmas Transdisciplinarios en las Ciencias Humanas (Bogotá: 2003) Universidad Nacional de Colombia. 2. Director Académico del Congreso Internacional Nuevos paradigmas Transdisciplinarios en las Ciencias Humanas. Profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia. Pag.55


Convocatoria/Dossier mas sociales que se negaban a morir. Se desarrollaron entonces, en las academias y luego en las universidades, saberes que adoptaron la denominación de ciencia, revolucionarios en su época, que buscaban desarrollar, en palabras de Immanuel Wallerstein (2001:62): “un conocimiento secular sistemático sobre la realidad, con algún tipo de validación empírica”. Ellos eran efecto y, a la vez, causa del proceso de diferenciación social y cultural propio de la modernidad. (...) Se buscaba lograr de este modo, para ciertos sectores sociales, una predictibilidad aproximada y un poder de manipulación sobre los fenómenos sociales y naturales, dentro de los procesos crecientes de objetivación, racionalización y autocomprensión de la vida social que Marx y Weber, hijos incómodos de la universidad europea, contribuyeron decisivamente a analizar (...) En Europa, estos nuevos campos del saber se desgajaron especialmente de las facultades de Filosofía. En América Latina, CNMCD K@ ƥKNRNE¨@ RDBTK@Q Q@BHNnalista o empirista, registró una lenta consolidación por el peso determinante de la Iglesia católica y de una mentalidad premoderna, adecuada a sistemas

Fotografía por: Alexei Kouprianov Pag.56

productivos y ordenamientos socioculturales que proyectaban la impronta de la sociedad hispanocolonial, las ciencias humanas se fueron diferenciando también de las facultades de Derecho. (...) Muchas de [estas ciencias humanas] desempeñaron el papel de “pensadores sociales” que conjugaban con sus análisis, por una parte, ricas y detalladas descripciones de sus sociedades nacionales, su geografía física y cultural y sus tipos humanos, su idiosincrasia y costumbres y, por otra, planteaban un deber ser para estas sociedades, de acuerdo con sus personales elecciones ideológicas-políticas. Se asistía entonces, en cada centro universitario, a luchas entre las diversas facultades y áreas del saber por alcanzar reconocimiento institucional, recursos materiales y simbólicos, legitimidad y prestigio social. Las ciencias naturales reivindicaban su primacía académica en razón de su estatuto epistemológico, concebido como el modelo del saber, dotadas de una tradición mayor y de un peso institucional adquirido y provisto de métodos con mayor sistematización y complejidad, con incidencia decisiva y palpable en la economía y en la vida social.


América Latina y Colombia: la inter y la transdisciplinariedad En Latinoamérica, por efecto CD K@R @RHMBQNM¨@R X DRODBHƥBHdades propias de una modernidad periférica, el proceso de institucionalización, profesionalización, legitimación y proyección sociocultural de las CHRBHOKHM@R BHDMS¨ƥB@R X CD K@R humanidades es más tardío que en Europa y los Estados Unidos, llevándose a cabo en la segunda parte del siglo XIX y, para las denominadas ciencias humanas, en el siglo XX, con diversos ritmos y secuencias según el grado de modernización logrado por cada país. (...) [Esto demuestra] que existe una historia particular de las disciplinas académicas en nuestros países, que no constituye un simple reƦDIN N OQNXDBBH®M CHQDBS@ RHM mediaciones socioculturales, de los procesos metropolitanos, como lo postularía cierto dependentismo. (...) Ya desde el siglo XIX, en Latinoamérica había quienes, de manera visionaria, reclamaban desde la Universidad la colaboración de las ciencias (naturales y sociales) y de las humanidades, ostentando en su propia obra investigativa una dimensión interdisciplinaria. Esta actitud epistemológica de

muchos de nuestros pensadores y pensadoras sociales se va difuminando, con la posterior especialización en campos y subcampos disciplinarios profesionales. (...) Para la cuarta década del siFKN MCQ¤R !DKKN ƥFTQ@ @QPTDtípica en la construcción de los nuevos Estados nacionales hispanoamericanos, historiador, ƥK®KNFN ITQHRS@ BNLN RD R@AD uno de los maestros de Simón Bolívar, postulaba que en la universidad tuvieran asiento, al mismo tiempo, las disciplinas KHSDQ@QH@R X BHDMS¨ƥB@R @RHFM Mdoles una función de animación y proyección sobre la educación escolar. Era consciente de que la modernización y la incorporación activa de los países hispanoamericanos a la historia universal suponía la asimilación recreativa de las ciencias y las letras (para utilizar sus palabras), gestadas en Europa, siempre en la función de las necesidades y requerimientos de los países de nuestro subcontinente. En su alocución inaugural de la Universidad de Chile, en @ƥQL@A@ ř3NC@R K@R facultades humanas forman un sistema en que no puede haber regularidad y armonía sin el

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Convocatoria/Dossier concurso de cada una” [...] “Las letras y las ciencias, al mismo tiempo que dan un ejercicio delicioso al entendimiento y a la imaginación, elevan el carácter moral” (Bello, 1946:162). Para remitirnos a Colombia, recordemos que la fundación de la Universidad Nacional, 1867, fue concebida como una institución laica y pluralista, cuyos gestores luchaban por sustraerla al imperio de la poderosa Iglesia católica y a las luchas políticas y partidistas que impidieron el surgimiento de un campo intelectual autónomo en la época, en este país. La creación de este centro académico pionero, por la élite intelectual y política del liberalismo radical, estuvo también presidida por un afán integrativo de las ciencias y las humanidades, que puede llamarse con toda propiedad, dentro del universo epistemológico de su época, universalista e interdisciplinario. Manuel Ancízar, su primer rector, había participado en la "NLHRH®M "NQNFQ ƥB@ K@ DLOQDsa intelectual colectiva de más RHFMHƥB@BH®M DM DK RHFKN 7(7 DM Colombia, la cual buscó conjugar en la descripción sistemática del país, el estudio de la geología, la orografía y el clima, de los productos naturales y la fauna. En forma complementaria, se postuló la indignación,

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realizada básicamente por su primer rector, el ya mencionado polígrafo Ancízar, de la población regionalmente muy variada que habitaba su territorio, describiendo sus costumbres, UDRSHCNR UHUHDMC@R ƥDRS@R X expresiones musicales, sus danzas y sus juegos, así como la religiosidad y las formas políticas, en una de las primeras manifestaciones de una mirada antropológica y sociológica de nuestro país. (...) En la primera parte del siglo XX en América Latina (en especial, en sus países más desarrollados) surgieron nuevas elites intelectuales, cuyos miembros estudiaron en centros de punta académicos en Europa Occidental y los Estados Unidos, quienes comienzan a superar la asistematicidad, el impresionismo y el autodidactismo de sus directos antecesores, los denominados “pensadores sociales”. Aparecen entonces, en los años 1930 de 1940, instituciones universitarias renovadoras en el sentido cultural, como la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de Sao Paulo, en Brasil, el Colegio de México y la Escuela Normal Superior, en Colombia. Son centros universitarios que albergan nuevas disciplinas, en especial de las ciencias humanas, y son pioneros en el subcontinente

Fotografía tomada de: gettyimages.com Archivo libre


en la recepción y asimilación crítica de las diversas ciencias humanas (economía, sociología, tropología, historia, psicología, geografía, lingßística) que se gestan como disciplinas autónomas entre 1850 y 1914 en los centros mås desarrollados del mundo industrializado. Dotados estos centros acadÊmicos pluridisciplinarios de una espíritu secularizados y tolerante, ajeno a los dogmatismos y exclusiones propios de muchos miembros de la Iglesia católica y de partidos políticos en la Êpoca, se hallan abiertos a los saberes y experiencias gestados fuera de la región, pero con un interÊs de contribuir con ellos a la construcción de procesos de autonomía y desarrollo nacional y macro regional. En ellos BNDWHRSDM BHDMS¨ƼBNR X S@LAH¤M K@R OQHLDQ@R LTIDQDR BHDMS¨Ƽcas en la región) emigrados de Europa, huyendo de los totalitarismos de la Êpoca, así como KNR OQHLDQNR BHDMS¨ƼBNR X K@R OQHLDQ@R BHDMS¨ƼB@R RNBH@KDR DM el sentido moderno del tÊrmino, nacidos en LatinoamÊrica. El trabajo de muchos y muchas de ellos y ellas se lleva a cabo en una óptica interdisciplinaria que rompe, de ipso, los límites convencionales de las diversas CHRBHOKHM@R BHDMS¨ƼB@R Al tiempo que se institucionalizan nuevas disciplinas, mu-

chos de sus gestores trabajan una óptica interdisciplinaria, dejando obras pioneras de una expresión latinoamericana de las ciencias humanas. Situados en un nuevo siglo, para abordar experiencias que tambiÊn tienen expresión en nuestro medio, en campos diferentes a las ciencias humanas, aludamos al arte visual contemporåneo, el cual ha roto con las clåsicas divisiones entre gÊneros artísticos, para asistir así, en intervenciones urbanas, en instalaciones y performances, a nuevas expresiones que ya son transdiciplinarias, verdaderamente híbridas. Mestizaje que se registra no sólo en el interior de los campos artísticos, sino en el establecimiento de una interfecundación cada día mås rica entre las artes visuales y las ciencias sociales, como lo muestran, en nuestro país, recientes exposiciones colectivas. A su vez, estas expresiones se hallan enriquecidas por una TSHKHY@BHŽM K¾CHB@ X QDƼFTQ@SHU@ provista de fascinante creatividad, de novísimas tecnologías de la información y de la comunicación. (...) Con todo, la transdisciplinariedad, concebida no como simple sumatoria de GLVFLSOLQDV \ PLUDGDV FLHQWŽƲFDV sino como nuevas síntesis de conocimientos que trasciendan las fronteras de las disciplinas

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Convocatoria/Dossier convencionales, sigue siendo en nuestro medio más una declaración de intenciones, un objetivo por realizar, o la palabra mágica que debe legitimar una investigación determinada. Desde un teoría de la recepción cultural, cabría señalar cómo en nuestros países con frecuencia importamos rótulos y una jerga de moda, pero no somos capaces siempre de asimilar críticamente y de recrear las teorías y los métodos que has sido genuinas herramientas para la producción de nuevos conocimientos. Sucede esto en muchos casos, en lo que pudiéramos denominar paradigmas transdisciplinarios contemporáneos. La dialéctica, la hermenéutica, el constructivismo, el pensamiento complejo, han tenido -y continúan teniendo- representantes en nuestro país, que han hecho de ellos una utilización recreativa y fecunda. Sin embargo, en muchas ocasiones, en revistas universitarias, en libros, en cursos y en conferencias, se obvia el paciente trabajo de investigación, en el interior de diversas disciOKHM@R BHDMS¨ƥB@R K@ LHMTBHNR@ QDBNKDBBH®M X BK@RHƥB@BH®M CD material empírico, la lenta y difícil constitución de conceptos nuevos y su posterior validación, que han culminado en estas u otras grandes orientacioFotografía tomada de: gettyimages.com Archivo de Sean Gallup Pag.60

nes paradigmáticas. En nuestro medio, en una vía inversa, por así decirlo unilateralmente deductiva, con frecuencia se parte de los resultados, de las síntesis conclusivas, repitiendo lo expresado por otros, sin aportar conocimientos realmente nuevos. (...) Las modas también son propias del campo académico, como lo señala la sociología de la ciencia. Estas grandes orientaciones transdisciplinares se han convertido en modas intelectuales que refuerzan un prestigio académico. En palabras de Pierre Bourdieu, diríamos que son medios intelectuales de distinción. Con frecuencia se expresa hacia ellas TM@ @CGDRH®M ƥCD¨RS@ LHKHS@Mte, dogmática, asunto entre nosotros de un proceso de secularización inconcluso, también en la vida intelectual. Cada nueva orientación académica, cada paradigma emergente, cuando es así asumido, supone el olvido de los anteriores, con una pretensión de adanismo intelectual que niega la riqueza y el poder de la tradición, que debemos conocer e interiorizar para superarla dialécticamente. Creemos inventar, nombrar por primera vez lo que, en muchos casos, ha sido dicho ya, con otras palabras. Quien desconoce la historia, se ha reiterado


muchas veces, está condenado a repetirla. (...) La construcción de un conocimiento transdisciplinario también es un imperativo de la actual revolución en las formas de producción, difusión y aplicación del saber, DM K@R PTD RD QDCDƥMDM BNM Q@pidez vertiginosa, las fronteras históricas de disciplinas y conocimientos seculares, al tiempo que surgen nuevos campos híbridos, para referirnos a las ciencias humanas, como la economía neoinstitucionalista, la sociobiología, la sociolingüística, las neurociencias o la antropología urbana (...). Dogman y Phare, en una documentada in-

Fotografía tomada de: gettyimages.com Archivo de Hulton

vestigación sobre desarrollo de las ciencias contemporáneas, postulan la tesis de “marginalidad creadora” (1991), esto es, que las expresiones más dinámicas del conocimiento actual suelen desarrollarse en los márgenes de las diversas disciOKHM@R BHDMS¨ƥB@R X ONCQ¨@LNR agregar, en muchas ocasiones, al margen o en la periferia de las instituciones académicas), en un indetenible proceso de fragmentación y recomposición que está gestando numerosas disciplinas que crean nuevas teorías y métodos, a partir de los aportes de disciplinas académicas consolidadas.

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Convocatoria/Dossier

Colombia, de la Academia Marxista a al academia plural: El riesgo y la aventura de pensar propio1 Gabriel Restrepo2 Es de celebrar el cambio en nuestras estrategias de conocimiento. Hace cuarenta años, cuando me iniciaba en la docencia, los debates giraban en torno al modo de producción: si asiático, si comunismo primitivo, si feudal o semi-feudal, si capitalista o neo- capitalista, si colonialista o neocolonialista y hoy hasta post-colonial. Incluso un pensador para nada tonto RD @QQHDRF® @ ONMDQ EDBG@ @K ƥM del capitalismo, cerca de 1973, así como hoy se sitúa un límite al mundo con la visión apocalíptica de la profecía maya del 2012. Antes del terrible episodio del asesinato de su mujer, Althusser era leído en los se-

sentas como el pensador más agudo de su tiempo. En Colombia por mayo de 1968 se recibían cartas suyas de saludo a la publicación del Diario de un Guerrillero de Arturo Alape. Todo aquello desembocaba en KNR L R Q@CHB@KDR DM DK HMƥDQMN de las guerrillas y en muchos otros en el acomodo cínico en un sistema político que se demostró invulnerable a tantas retorsiones del pensamiento y a tantas locuras de la acción. Saber tanático, saber necrofílico, las violencias internas nos obligan a pensar en el otro polo del eros. La modernidad se inició en el renacimiento con el vaticinio en el cuadro de Durero, Melan-

1. Este texto es la reproducción de un capítulo del borrador de un libro llamado “Póngame a bailar ese trompo en la uña: entre tenidos y relajientos”. El autor ha autorizado a la Revista Malatesta para publicar este pasaje de un libro en curso titulado Teoría Dramática de la Sociedad.

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2 Intelectual colombiano destacado en áreas tales como la sociología y la poesía. Para cualquier comentario dirigirse al siguiente correo: garestre@gmail.com


colía, del apocalipsis de la Iglesia Católica y del cisma europeo, tres años antes de que Lutero clavara sus tesis en la puerta del palacio de Wittenberg, en uno de los actos más valientes de arrojo que inician la modernidad y con ella actualizan la parrhesía griega. Y sin embargo, se comprueba que la cultura como caja negra de la sociedad es tan persistente como las duraciones geológicas, porque la Iglesia Católica subsiste más allá del ascenso del protestantismo, de las críticas de los iluministas, de las prédicas marxistas en torno a la religión como opio del pueblo y de los discursos en torno a la secularización de la vida. Esta constatación abre mi camino de indagación del estudio de imaginarios sociales como fundadores del orden social y, como se verá, en mi insistencia en situar el Catecismo de Astete en la portada de nuestros imaginarios y creencias, junto a la Urbanidad de Carreño, pero aún más, en hallar en la fundamentación mitológica de nuestra existencia como pueblos mundos el gran mito del amor o del eros relatado por Diotima en El Banquete y, más allá, el entronque de mito, teología y derecho de gentes como razón de ser de nuestra soteriología, es decir, de nuestras esperanzas profundas y, si se quiere, de nuestra utopía con minúscula. . Se trata de una perspectiva seguida con terquedad que alía las metáforas de la arqueología y del psicoanálisis: excavación profunda en el inconsciente colectivo, partiendo de un análisis a fondo del propio yo emprendido desde hace ya casi medio siglo en los diarios que llevo, la mitad de mis Cien Años de Soledad NƥBH@C@ BNLN DWGTmación de lo que llamo la caja negra de mi subjetividad y como se expondrá en mi novela Anima Excripta que es la forma de curar muchos duelos no curados de tres generaciones. Establezco un diálogo continuo con las artes y las letras, porFood for Thought Sidd 19 || Deviantart.com Pag.63


Convocatoria/Dossier

que al estar situadas cerca del humus de la nación son creaciones menos alquiladas. Hoy el pensamiento social se ha tornado por fortuna más ƦDWHAKD X L R OKTQ@K en Colombia, con mucha imaginación. En mi caso, el paso por excentricidades que podemos llamar márgenes, límites, fondos, antes tomadas como síntomas de locura o extravío, rinde sus frutos. Emerge también en la generación que llega a su plenitud, es decir: a su caída, al cadere, de donde proviene cadáver, algo propio, a medio siglo de la constitución de las ciencias sociales. Ya existe un panteón de las ciencias sociales. Cuando un saber cuenta con tótems, difuntos y fantasmas, puede atisbar con mayor visión el futuro, como ya se sabía desde Platón en El Cratilo, asimilando esa ingestión totémica del padre muerto, Sócrates:

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el sema, el cuerpo, es la tumba donde se encierra el sema, el sigMHƥB@CN %HFTQ@R BNLN 1DHBGDK#NKL@SNƤ )@Hme Jaramillo Uribe, María Cristina Salazar, Virginia Gutiérrez de Pineda y Orlando Fals Borda, para mencionar a unos pocos, abrieron caminos para un pensamiento menos colonizado, más pertinente y a la vez relevante. Un arquetipo de la pedagogía, Darío Mesa, tuvo el valor de encomendar la apropiación del pensamiento universal de las ciencias sociales, en un acto para hacernos dignos de nuestra condición, y a la vez enseñó, como Simón Rodríguez, el valor de no considerar más honor que el abrazar el poder del saber, aún teniendo él, Don Simón, encarnación del dios raizal de los vencidos aymaras, Tunupa, tan cerca de sí al arquetipo del poder, su discípulo Simón Bolívar, como réplica de Viracocha. El uno encarnó el po-


der del saber, el otro el saber del poder. Par impar, símiles disímiles, cuando se alían el poder del saber y el saber del poder en instantes fulgurantes, como en el juramento del Monte Aventino o en el Discurso de instalación del Congreso de Angostura, se produce una energía de corriente voltaica que cambia el curso de la historia en pensamiento y en acción; pero cuando

se separan en caminos opuestos, engendran la soledad, el abandono y la noria. En lo propio y a partir de estos precedentes, he seguido el imperativo de humillar el pensamiento, es decir: situarlo en el humus, en el humedal de donde deriva la noción de Humus Erectus, barro erguido. Como cuando 2@M FTRS¨M @ƥQL@

Con todo, permíteme que hable en presencia de tu misericordia, a mí, tierra y ceniza (San Agustín. Las confesiones. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos: 1974, 78).

Es justamente el camino, el del humus de la Nación, al que apuntara Simón Rodríguez para encarnar su máximo imperativo: “O inventamos o erramos”. El primero en la sociología en aplicar esta suerte de meta-método, un método más allá de los métodos, fue Orlando Fals Borda, con su Retorno a la Tie-

rra, pero por supuesto también desde la opción por el estudio del campo desde sus primeros escritos. Este meta-método implica no sólo, como se dice, aprender a aprender, el denominado deuteroaprendizaje, sino algo más grave: aprender a desaprender, y aún aprender a dejar de estar y ser aprendi-

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Convocatoria/Dossier

do. Es algo equivalente este movimiento o giro al enunciado por Heidegger en su libro formidable Gelassenheitque mal traducen por Serenidad cuando es El Abandono. Un rozar con la nada para que renazca un pensamiento que madure en el pensar de la existencia, lo que el mismo @TSNQ G@A¨@ RHFMHƥB@CN en la centralidad del abyecto da- sein. Y si bien se mira, el abandono o el abandonarse es consubstancial a la vía místicoQDKHFHNR@ X ƥKNR®ƥB@ en dos ejemplos de cultura diferentes: la expresión de Cristo en la cruz exclamando a su Dios con la pregunta: “¿Por qué me has abandonado?”.Pero el mismo Cristo sabía que la entrega al abandono formaba parte del plan de encarnación y redención. Y la misma actitud de abandono es la que predica con el ejemplo Sócrates en el máximo acto de valor de la parrhesía, al negarse al acomodo

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propuesto para salvar la vida y entregarse a la condena en aras del coraje de pensar. La parrhesía griega, el decir veraz, implica correr muchos riesgos, no sólo los propios de fama, estima y posición social, sino en muchas ocasiones los del juego supremo de vida y muerte, como en los casos de Cristo y de Sócrates. Pero también en el Tao de Lao-Tsé se encuentra esta sabiduría que indica que en lo bajo se halla lo alto. La obligación de cerrar muchos duelos no curados y de develar múltiples enigmas a través de tres generaciones, me ha llevado a una suerte de introspección extrospectiva que, junto con muchos otros oxímoron que me constituyen (dispersión concentrada, concentración dispersa, rapidez y lentitud, masculino-femenino, niño-anciano, fortaleza y sensibilidad y ante todo, pensamiento convergente y divergente), ha sido la dína-


mo de un pensamiento que, si fue torturado por estos y muchos otros dilemas hoy los reconcilia en la gracia de una dialéctica no hegeliana, es decir, irónica y paradójica. Un pensar que si en principio se asombra y aqueja por el vértigo, es decir por la oscilación entre atracción y repulsión por polos contrarios, luego se mueve con sorpresa y gracia entre los extremos para hallar en la misma vacilación y ambigüedad el placer de comprender o, para expresarlo con otro giro, el don de la inteligencia, concebida aquí como la más profunda de todas que es el intuslegere, el leer muy adentro, el leerse. Seguí la orientación de mi gran maestro, Darío Mesa, cuando proONM¨@ TM@ RNBHNKNF¨@ BHDMS¨ƥB@ PTD apropiara los paradigmas universales de las ciencias sociales, una sociología que además quería nacional, por referirlos a nuestras latitudes y longitudes, y política, por su incidencia en la transformación del Estado Nacional. Y aún más, pasé diez años encarnando, como

él decía, con algunos rezagos del estalinismo no removidos por su pasión por la teoría de Max Weber, como “un cuadro para el estado”, en cargos de alta responsabilidad técnica que rozaban con la política en su sentido más racional, aunque nunca dejé de ser independiente. No obstante, por muchos giros de la vida, predeterminados por el destino, emprendí un giro de 180 grados para dedicarme a ser más bien “un círculo para la nación”, como he dicho en broma, iniciando esa circulación por sus contornos con el estudio y la práctica del carnaval, BNLN DRBDMHƥB@BH®M DM DK SD@SQN CD la calle de toda la sabiduría, de todas las artes y letras y todos los estilos propios del mundo de la vida, por ejemplo, comensalidad, cohabitación y copulación, a los que se QDƥDQD ,@W 6DADQ X PTD G@M RHCN decisivos como horizonte de mi indagación.

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Investigación Una aproximación a las heterotopías míticas al interior de la ilíada. Canto V: Diomedes y Afrodita.

David Mejía Solanilla1 Resumen:

Este artículo es una aproximación al pasaje de la irrupción de los dioses, en especial Afrodita, al plano humano de Diomedes en el Canto V de la Ilíada, desde el concepto de heterotopía de Michel Foucault hacia una explicación del mito

Abstract:

This article is an approach to the passage of the arrival of the gods, especially Aphrodite, to the human level of Diomedes in Book V of the Iliad, from the concept of heterotopy of Michel Foucault towards an explanation of myth as empowering ex-

como experiencia potenciadora de signos, y enriquecida por el armazón conceptual de Mircea $KH@CD ODQLHSD K@ HCDMSHƥB@BH®M y explicación de “otro lugar” de carácter mítico que se circunscribe al tránsito de la Grecia Arcaica a la Grecia Clásica. perience of signs, and enriched by the conceptual framework of Mircea Eliade; allows the identiƥB@SHNM @MC DWOK@M@SHNM NE řDKsewhere” of mythical character which is limited to the transition from Archaic Greece to the Clasical Greece.

1 Estudiante del programa Letras: Filología Hispánica de la Universidad de Antioquia. Contacto: davidmes@hotmail.com 2 Traducida al español por Rodrigo García y publicada en la revista Fractal en el 2008. Pag.68

Palabras Clave/ Key Words: Heterotopía, Mito, Maestro de Verdad, Ilíada, Michael Foucault, Mircea Eliade. Heterotopy, Myth, Master of Truth, Iliad, Michel Foucault, Mircea Eliade.


El presente artículo pretende ofrecer una aproximación al episodio de Diomedes y Afrodita en la Ilíada desde su potencial sígnico dada por su ser mítico. En este sentido, se desarrollarán aquí las características principales del mito. Estas características fundamentales organizan la sociedad Griega Arcaica a través de la Ilíada de Homero. Posteriormente, se propondrá un elemento diferenciador al interior del mito, un eje primordial que encierra éste en su potencial sígnico y

permite construir una espacialidad/temporalidad diferente: una heterotopía mítica. Cuestión que para ser explanada –en la medida de lo posible-, necesitará el armazón conceptual que ofrece Michael Foucault en su conferencia proferida en 19662 y la concepción de mito que ofrece Mircea Eliade en su libro Mito y Realidad. En este libro, Eliade propone K@ RHFTHDMSD CDƥMHBH®M ETMBHNnal de mito:

“El mito es una realidad cultural extremadamente compleja, que puede abordarse e interpretarse en perspectivas múltiples y complementarias. (…) El mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los <<comienzos>>.” (Eliade, 1983: 12). Así, el mito arcaico no es de ningún modo entonces “lo que no puede existir en la realidad”; y al existir como un acontecimiento primigenio esboza el origen a través de la palabra. Entonces, la palabra da existencia. En la Grecia Arcaica el mythos y el logos no se habían dividido. De modo que, lo esencial del mundo se organiza solidariamente no con una ontología del mundo sino con una historia primigenia dentro de la cual todo tiene sentido: el mito vivo. Ese mito que “proporciona modelos de conducta

GTL@M@ X BNMƥDQD ONQ R¨ LHRLN RHFMHƥB@BH®M X U@KNQ @ K@ DWHRtencia” (Eliade, 1983: 8). Este tipo de mitos vivos no tienen un tiempo que pueda inscribirse en el tiempo cotidiano; es un tiempo que guarda toda su funcionalidad simbólica en el hecho de que estos “relatan no sólo el origen del Mundo, de los animales, de las plantas, y del hombre, sino también todos los acontecimientos primordiales a consecuencia de los cuales el hombre ha llegado a ser lo que es hoy, es decir, un ser mortal, sexuado, organizado en socie Pag.69


InvestigaciĂłn dad, obligado a trabajar para vivir y que trabaja segĂşn ciertas reglasâ€? (Eliade, 1983: 17). Es asĂ­ como este tiempo es un tiempo absoluto, unitario; que funde el pasado, presente y futuro; lo que fue, lo que es y lo que serĂĄ en la capacidad creadora de dicha palabra; sus acontecimientos acaecen in illo tĂŠmporey3 su repercusiĂłn simbĂłlica sobrevive hasta nuestros dĂ­as. En este orden de ideas, el mito es una experiencia epistemolĂłgica (en tanto organiza lo cognoscible por el hombre) y una experiencia ontolĂłgica (en tanto es “identitarioâ€? a travĂŠs de su naturaleza “aletheicaâ€?4).

Asimismo, el mito escapa a una experiencia sensorial y por eso es una experiencia en sĂ­ misma. Si bien no niego que el acceder a dicha experiencia (a travĂŠs del rito y la transmisiĂłn, recepciĂłn o divulgaciĂłn de ĂŠl) es una manera de “experienciarâ€? el mito, ĂŠste Ăşltimo es una experiencia que ingiere profundamente en las fuentes de modelizaciĂłn, representaciĂłn y categorizaciĂłn que posee la epistemĂŠ humana y, por ende la sociedad arcaica5. De lo anterior, se desprende que Mircea Eliade elabore estos 5 puntos acerca de la naturaleza del mito:

“De una manera general se puede decir que el mito, tal como es vivido por las sociedades arcaicas, 1.°, constituye la historia de los actos de los Seres Sobrenaturales; 2.°, que esta Historia se considera absolutamente verGDGHUD SRUTXH VH UHƲHUH D UHDOLGDGHV \ VDJUDGD SRUque es obra de los Seres Sobrenaturales); 3.°, que el mito VH UHƲHUH VLHPSUH D XQD lFUHDFL´Q| FXHQWD &´PR DOJR ha llegado a la existencia o cĂłmo un comportamiento, una instituciĂłn, una manera de trabajar, se han fundado; es ĂŠsta la razĂłn de que los mitos constituyan los paUDGLJPDV GH WRGR DFWR KXPDQR VLJQLƲFDWLYR q TXH DO FRQRFHU HO PLWR VH FRQRFH HO lRULJHQ| GH ODV FRVDV \ por consiguiente, se llega a dominarlas y manipularlas D YROXQWDG QR VH WUDWD GH XQ FRQRFLPLHQWR lH[WHULRU| lDEVWUDFWR| VLQR GH XQ FRQRFLPLHQWR TXH VH lYLYH| ULtualmente, ya al narrar ceremonialmente el mito, ya al HIHFWXDU HO ULWXDO SDUD HO TXH VLUYH GH MXVWLƲFDFL´Q q TXH GH XQD PDQHUD R GH RWUD VH lYLYH| HO PLWR HQ HO sentido de que se estĂĄ dominado por la potencia sagrada, que exalta los acontecimientos que se rememoran y VH UHDFWXDOL]DQ Ĺž (OLDGH

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3 Esta locución latina tiene por sigMHƼB@CN řDM @PTDK SHDLONŚ X ETD usada por Mircea Eliade para referirse a los comienzos legendarios y lejanos que fundan modelos de comportamiento en las sociedades arcaicas. En este sentido, podría establecerse una profunda relación con el concepto de arquetipo junguiano asociado a la posibilidad de representación que posee el mito y su vigencia en los tiempos modernos. 4 A este respecto cabe aclarar que se debe entender en este artículo aletheia como verdad. No obstante, esta verdad se encuentra en el litoral entre la Grecia Arcaica y la Grecia Clåsica; los principios de la separación entre el Mithos y el Logos; entre adivino y poeta; y el cambio funcional del rey de justicia. Precisamente por lo anterior, sería objeto de otro trabajo desarrollar un acercamiento mås preciso a este etÊreo concepto. 5 Al respecto de este tema Joseph Campbell en su libro El hÊroe de las mil måscaras establece una interesante relación entre el concepto de arquetipo de C. G. Jung y el mito del hÊroe en la Grecia Arcaica.


Baste entonces con lo anterior para ofrecer un claroscuro aproximado acerca de lo que es el mito y cuál es su estructura; además de brindar una localización del mito en la Grecia Arcaica: el mito lo es todo. No obstante, ¿cómo se consolida este tiempo absoluto, esta manera de hacer historia?,¿cuál es la manipulación que ausculta este “salir de la cotidianidad” en el manejo del espacio y el tiempo? Subyacen a esta explanación cada vez más avanzada acerca del mito oqueda-

des explicativas que al parecer pueden ser esclarecidas con el concepto foucaultiano de Heterotopía. Para Foucault existen lugares que se oponen de una manera mítica a la construcción de otros espacios; espacio/tiempo diferentes que se rigen por reglas distintas a los lugares comunes, utopías situadas por su potencia simbólica y de resigniƥB@BH®M K QDRODBSN @RDUDQ@

“Es muy probable que todo grupo humano, cualquiera que éste sea, delimite en el espacio que ocupa, en el que vive realmente, en el que trabaja, lugares utópicos, y en el tiempo en el que se afana, momentos ucrónicos” (Foucault, 2008) De este modo, el acto ritual trasgrede el tiempo y espacio cotidiano para dar origen al mito: a DR@ SNS@KHC@C UHU@ PTD LNCHƥB@ la conciencia, da razón de existir y modela una identidad. Es este momento ucrónico el que 6 Se ha empleado este término de acuerdo al acercamiento que propone Marcel Detienne en su libro Los Maestros de Verdad en la Grecia Arcaica, de cara a la cualidad que posee la voz del poeta de traspasar los planos entre el Mithos y el Logos y a su misma vez de situar un acontecimiento en el espacio/tiempo para dar nacimiento a una heterotopía mítica.

instaura el mito y lo sitúa en la experiencia real: el Maestro de Verdad6 ha hablado. Así, el espacio se vuelve incomprensible en su unidad; de aquí lo que Foucault conjetura:

“(…) no vivimos en un espacio neutro y blanco; no vivimos, no morimos, no amamos dentro del rectángulo de una hoja de papel. Vivimos, morimos, amamos en un espacio cuadriculado, recortado, abigarrado, con zonas claras y zonas de sombra, diferencias de nivel, escalones, huecos, relieves, regiones duras y otras desmenuzables, penetrables, porosas” (Foucault, 2008) Pag.71


Investigación Y de repente, nos encontramos en esos otros lugares, en esos lugares que “se oponen a todo lo demás”; cuando el rito está siendo es cuando el rito ha desplegado toda una potencia simbólica: ha nacido un contraespacio. Algunos contraespacios son lo que Foucault llama heterotopías: “Esos espacios diferentes, esos otros lugares, esas impugnaciones míticas y reales del espacio en el que vivimos” (Foucault, 2008) que en el caso de la Ilíada -como mito QDRHFMHƥB@CN @ SQ@U¤R CDK QHSN de su lectura-ya son producto de una ruptura con la cotidianidad; a todas luces, ya son otrosespacios míticos: heterotopías míticas. Esas heterotopías míticas no sólo evidencian una ruptura con la cotidianidad sino más aún, evidencian una desviación (desde su fuerza simbólica)de espacios lógicos que son producto de una temporalidad cotidiana. Esas heterotopías míticas también se organizan y

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reabsorben unas con otras; ayudan a yuxtaponer lugares normalmente incompatibles. De modo que accedemos a ellas a través de un sistema de apertura y cierres determinados, en el caso de la Ilíada: la ira del Pélida Aquiles y la celebración de las honras de Héctor respectivamente. Estos otros-espacios míticos son, entonces, el eje/ centro de la temporalidad circular que escapa a la linealidad trifásica (pasado, presente, futuro) de la cotidianidad. Estas heterotopías míticas son los elementos que constituyen entonces esa fuerza simbólica, siempre dinámica en las enseñanzas ab origine que se rememoran y reactualizan a través del rito. Sin embargo, acerquémonos al episodio que trataremos con más detenimiento para evidenciar estos ejes en la construcción mítica de la Ilíada: El altercado entre Diomedes y Afrodita. En el Canto V de este mito originario, Pándaro hiere a Dio-


medes en su hombro derecho con una saeta al ver que provocaba tanto dolor a las falanges SQNX@M@R #HBG@ ƦDBG@ K@ R@B® de su hombro Esténalo, hijo de Capaneo. Pándaro, exhorta entonces a los troyanos a que no posean miedo. Vemos aquí K@ ƥDQDY@ CD K@ FTDQQ@ DM EQDMte de los muros de Troya. Es en este punto de la lectura donde el poeta nos ofrece una visión fragmentaria en medio del caos de la guerra: el poeta recrea la historia muerte por muerte que merece ser recordada. Empero, desde el verso 111 hasta parte del 133 asistimos a una impugnación del espacio, en las palabras sagradas de Diomedes que traen a la diosa Palas Atenea al campo de guerra (yuxtaposición de otros-espacios), que se prestan también, a interpelarla. Entramos pues, a una de las muchas heterotopías míticas que situamos: hemos obedecido entonces a un sistema de apertura: la plegaria. Diomedes exclama: “<< ¡Óyeme, hija de

Zeus, que lleva el ágida! ¡Indómita deidad! Si alguna vez amparaste a mi padre en la cruel guerra, seme ahora propicia, ¡oh Atenea!, y haz que se ponga a tiro de lanza y reciba la muerte de mi mano quien me hirió y se gloria diciendo que pronto dejaré de ver la brillante luz del sol>> (Homero, 1999: 79)”. Aquí, asumiendo que la palabra da existencia, se funden dos espacios que parecen ineludiblemente separados y establecen una relación en la que una organización del espacio se hace visible e interpretable. De esta manera, se ha desplegado toda la fuerza simbólica del mito, se ha dinamizado el mito en la reactualización del poeta a través del rito; así, se ha creado el tiempo cíclico que cuenta los orígenes, no el origen. La yuxtaposición continúa. Atenea agiliza al hijo de Tideo y luego da existencia a otra realidad: “<<Cobra ánimos Diomedes, y pelea con los teucros, pues ya infundí en tu pecho el paterno intrépido valor del jinete Tideo, agitador del escudo, y aparté la niebla que cubría tus ojos para que en la batalla conozcas a los dioses y a los hombres. Si alguno de aquéllos viene a tentarte, no quieras combatir con los inmortales; pero si se presenta en la lid Afrodita, la hija de Zeus, hiérela con el agudo bronce>> (Homero, 1999: 79)”. Pag.73


InvestigaciĂłn No obstante, esto no queda aquĂ­, este elemento dinamizador del mito en su potencia simbĂłlica debe ser cerrado, debe cerrar sus puertas para poderse desplegar. Atenea, la de los ojos brillantes, se ha ido. De esta manera, esta heterotopĂ­a mĂ­tica que ya ha sido unidad, que ya ha sido cerrada y concretada; condiciona el mito, condiciona el campo de batalla, condiciona una historia. Entonces, Diomedes quita el dulzor de la vida a Astinoo, HipirĂłn, Abante, Poliido, Janto y ToĂłn arremetiendo contra ellos con su broncĂ­nea lanza. La batalla continĂşa. MĂĄs adelante, en los versos del 297 al 310, se desata la lucha entre Eneas y Diomedes, en donde “la noche oscura cubre los ojos de Eneasâ€? gracias al Tideo. “Y allĂ­ pereciera el rey de hombres Eneas, si no lo hubiese advertido su madre Afrodita,

hija de Zeus, que lo habĂ­a concebido de Anquises, pastor de bueyesâ€? (sistema de apertura). Y sĂşbitamente, de una manera heterotĂłpicamente trasgresora de espacios: “La diosa tendiĂł sus nĂ­veos brazos al hijo amado y le cubriĂł con un doblez del refulgente manto, para defenderle de los tiros; no fuera que alguno de los dĂĄnaos, de ĂĄgiles corceles, clavĂĄndole el bronce en el pecho, le quitara la vidaâ€? (heterotopĂ­a mĂ­tica). Seguidamente, “Mientras Afrodita sacaba a Eneas de la liza, el hijo de Capaneo no echĂł en olvido las Ăłrdenes que le diera Diomedes (‌) (Homero, 1999: 83)â€? (sistema de cierre). Dichos sĂşbitos sistemas de entradas y salidas de las heterotopĂ­as mĂ­ticas debilitan entonces la frontera entre humanos y Seres Sobrenaturales, al punto en que:

“El hĂŠroe [Diomedes] perseguĂ­a con el cruel bronce a Cipris, conociendo que era una deidad dĂŠbil, no de aquĂŠllas que imperan en el combate de los hombres, como Atenea o Enio, asoladora de ciudades. Tan pronto como llegĂł a alcanzarla por entre la multitud, el hijo del magnĂĄnimo 7LGHR FDODQGR OD DƲODGD SLFD UDVJX²´ OD WLHUQD PDQR GH la diosa: la punta atravesĂł el peplo divino, obra de las mismas Gracias, y rompiĂł la piel de la palma. BrotĂł la sangre divina, o por mejor decir, el icor; que tal es lo que tienen los bienaventurados dioses, pues no comen pan ni beben el negro vino, y por esto carecen de sangre y son llamados

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inmortales. La diosa, dando una gran voz, apartĂł a su hijo, que Febo Apolo recibiĂł en sus brazos y envolviĂł en espesa nube; no fuera que alguno de los dĂĄnaos, de ĂĄgiles corceles, clavĂĄndole el bronce en el pecho, le quitara la vida. Y Diomedes, valiente en el combate, dijo a voz en cuello: Ę™ b+LMD GH =HXV UHWÂŽUDWH GHO FRPEDWH \ OD SHOHD €1R WH EDVWD engaĂąar a las dĂŠbiles mujeres? Creo que, si intervienes en la batalla, te darĂĄ horror la guerra, aunque te encuentres a gran distancia de donde la haya. Ę™ $VÂŽ GLMR /D GLRVD UHWURFHGL´ WXUEDGD \ PX\ DĆłLJLGD ,ULV de pies veloces como el viento, asiĂŠndola por la mano, la sacĂł del tumulto cuando ya el dolor la abrumaba y el hermoso cutis se ennegrecĂ­a; y como aquĂŠlla encontrara al furibundo Ares sentado a la izquierda de la batalla, con la lanza y los veloces caballos envueltos en una nube, se hincĂł de rodillas y pidiĂłle con instancia los corceles de ĂĄureas bridas: Ę™ b4XHULGR KHUPDQR &RPSDGÂŞFHWH GH PÂŽ \ GDPH ORV FDEDllos para que pueda volver al Olimpo, a la mansiĂłn de los LQPRUWDOHV 0H GXHOH PXFKR OD KHULGD TXH PH LQƲUL´ XQ hombre, el Tidida, quien serĂ­a capaz de pelear con el padre =HXV Ę™'LMR \ $UHV OH FHGL´ ORV FRUFHOHV GH ¢XUHDV EULGDV $IURGLWD VXEL´ DO FDUUR FRQ HO FRUD]´Q DĆłLJLGR ,ULV VH SXVR D VX ODGR y tomando las riendas avispĂł con el lĂĄtigo a aquĂŠllos, que JR]RVRV DO]DURQ HO YXHOR +RPHUR Ĺž Dicho lo anterior de otro modo, dichos sistemas de apertura y cerrazĂłn del mito, posibilitan la yuxtaposiciĂłn de espacios que normalmente no se encontrarĂ­an; permite que las barreras se vuelvan difusas, se

reactualicen y se re-memoren de acuerdo con la potencialidad simbĂłlica del mito. Gracias a las heterotopĂ­as mĂ­ticas, el mito es mito a travĂŠs de la voz del Maestro de Verdad o aedo.

BIbliografĂ­a Homero. La IlĂ­ada, TraducciĂłn de Luis SegalĂĄ y Estalella. EspaĂąa: EdicomunicaciĂłn, S. A., 1999. Eliade, Mircea. Mito y Realidad. Barcelona: Editorial Labor, 1983. Foucault, Michel. “TopologĂ­as (dos conferencias radiofĂłnicas)â€?. En: Revista Fractal 2008, No49. [En lĂ­nea] [Revisado por Ăşltima vez el 20 de Agosto de 2011]. Disponible en la Web: http://www.mxfractal.org/RevistaFractal48MichelFoucault.html. Detienne, Marcel. Los maestros de la verdad en la Grecia Arcaica. EspaĂąa: Taurus Ediciones S. A, 1983. Pag.75


Investigación En busca de la identidad pérdida.

Acción juvenil organizada

Diana del Consuelo Caldera González1 Miguel Agustín Ortega Carrillo2 Resumen:

Palabras Clave/ Key Words: Organizaciones de la Sociedad Civil, Jóvenes e Identidad. Civil Society Organizations, Youth and Identity.

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En los últimos años, se ha hablado de la pérdida de valores y del desgaste que ha tenido el tejido social en todos los niveles y estratos de la sociedad mexicana. Uno de los sectores más impactados por esto es, sin duda, el que está constituido por los jóvenes, quienes actualmente tienen pocas expectativas respecto a su futuro, ya que la sociedad en su conjunto no ha sido capaz de crear las condiciones necesarias para que éstos se desarrollen. En este trabajo se abordará la importancia de visualizar a los

jóvenes como actores sociales estratégicos para transformar la realidad y se propone que una de las maneras para que ello sea posible es mediante su participación en Organizaciones de la Sociedad Civil, ya que éstas se han convertido en espacios en los cuales los jóvenes han tomado consciencia respecto de sus derechos y sobre todo, en los que descubren su capacidad de actuación, logrando con DRSN QD BNMƥFTQ@Q RT HCDMSHC@C tanto de manera personal como de manera social.

1 Doctora en Estudios Organizacionales. Actualmente trabaja en el departamento de estudios organizacionales de la Universidad de Guanajuato, Campus Guanajuato. Contacto: dccaldera@ugto.mx 2 Maestro en Estudios Organizacionales. Actualmente trabaja en el departamento de economía de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa. Contacto: maoc347@gmail.com


Abstract:

In recent years, it emerges a concern about the loss of vaKTDR @MC GNV HS @ƤDBSR SGD E@bric of the society at all levels and strata at the Mexican society. Doubtless, one of the most impacted social sectors is the youth, which currently have low expectations about their future because the society as a whole has not been able to create the necessary conditions for their development. In this paper, we address the importance of understand the young people as strategic stakeholders to transform the

reality, and suggests that one way to make this possible is through their participation in Organizations of the Civil Society, as they have become the spaces in which young people have become aware of their rights and especially in those who discover their capacity for @BSHNM SGTR @BGHDUHMF QDBNMĆĽgure their identity both personally and in a social manner.

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InvestigaciĂłn

l(Q HO FRPLHQ]R GH HVWH $²R ,QWHUQDFLRQDO UHFRQR]FDPRV \ FHlebremos todo lo que los jóvenes pueden hacer para construir un mundo mås seguro y mås justo y redoblemos nuestros esfuerzos por incluir a los jóvenes en las políticas, programas y procesos GHFLVRULRV TXH EHQHƲFLDQ VX IXWXUR \ HO QXHVWUR| %DQ .L PRRQ 6HFUHWDULR *HQHUDO GH ODV 1DFLRQHV 8QLGDV

IntroducciĂłn

Al hablar de la juventud a grosso modo, pareciera que nos sumergimos en un mundo desolado y sin sentido. Actualmente la juventud a nivel internacional se encuentra ante una doble encrucijada. Por un lado, existe una gran desestimaciĂłn respecto del presente de los IÂŽUDMDR KN BT@K RD QDĆŚDI@ DM K@ constante estigmatizaciĂłn que sufren; y por otro lado, se les ve como la soluciĂłn para un futuro mejor, ya que en muchos casos, se les considera el elemento clave para el desarrollo. En estos dos extremos es donde los jĂłvenes coexisten, ellos viven una gran tensiĂłn a nivel individual y a nivel social, buscando aquellos espacios en

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los cuales puedan expresarse, sentirse libres y sobre todo, ejercer sus derechos. Uno de los principales problemas a los cuales se enfrentan, lo constituye sin lugar a dudas el tema de la identidad individual y de la identidad social; por esta razĂłn es que manifestamos en este trabajo la preocupaciĂłn en torno al tema de los jĂłvenes y de su identidad. AsĂ­ pues, este trabajo se divide en cuatro apartados. En el primero abordamos el tema de la juventud retomando alFTM@R CD K@R CDĆĽMHBHNMDR LÂœR tradicionales, esbozando a la vez la problemĂĄtica que a nivel internacional enfrenta; en

el segundo, retomamos el tema de la identidad, planteando quĂŠ entendemos por ĂŠsta y cĂłmo es que se habla de la “identidad de los jĂłvenesâ€?; en el tercer apartado discutimos acerca de un tipo caracterĂ­stico de organizaciĂłn: el de la sociedad civil; O@Q@ ĆĽM@KLDMSD DM DK ÂľKSHLN apartado concluir con algunas QDĆŚDWHNMDR DM SNQMN @ KNR QDSNR que tenemos como investigadores y como ciudadanos para apoyar a los jĂłvenes en su bĂşsqueda de sentido, es decir, para que recuperen la identidad perdida.


La Juventud

De acuerdo con la Organización Iberoamericana de la Juventud (OIJ), la juventud puede ser concebida como una fase de transición entre dos etapas: la niñez y la adultez. En este sentido, puede ser comprendida como un proceso de transición en el que los niños se van transformando en personas autónomas. Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) G@ CDƥMHCN @ K@ ITUDMSTC CD acuerdo a un rango de edad, el cual internacionalmente va de los 15 a los 24 años; sin embargo cada país tiene su proOH@ BK@RHƥB@BH®M $M ,¤WHBN RD habla de un rango de 12 a 29 años. En este rango de edad es cuando la persona realmente forja gran parte de su identidad, ya que se forma en las distintas instituciones de su entorno de referencia, socializa, se vuelve autónomo y consciente de sus derechos; sin embargo ¿qué sucede cuando los jóvenes lejos de encontrar la posibilidad del ejercicio de sus derechos humanos fundamentales, se encuentran ante una situación desoladora marcada por la pobreza, la marginación, la exclusión, la falta de oportunidades y la estigmatización?

Precisamente este pareciera ser el ambiente que describe la existencia de muchos de los jóvenes, por lo cual resulta indispensable tener consciencia y actuar en busca de solucionar esta situación. Debido a que actualmente un importante porcentaje de la población se encuentra entre estos rangos de edad, existe una gran necesidad de invertir en los jóvenes para impactarlos positivamente CD L@MDQ@ CDƥMHSHU@ X BNM DRSN propiciar el desarrollo a nivel global. El hablar de juventud como una etapa de desarrollo de los seres humanos, conlleva necesariamente a un mundo complejo y diverso, porque la juventud es heterogénea en cuanto a raza, edad, religión, cultura, etc.; sin embargo a partir de diversos diagnósticos hechos por organismos internacionales (ONU, .() !, RD G@M KKDF@CN @ ƥI@Q determinadas problemáticas BNLTMDR PTD @PTDI@M DRODB¨ƥcamente a los jóvenes, entre las que destacan: a) el estudio; b) el trabajo; c) el estilo de vida; d) la familia; y e) los derechos humanos y cívicos.

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Investigación Para actuar ante estas problemáticas a escala nacional e internacional, se ha apostado a la incidencia en políticas públicas para que se creen marcos legales que protejan y procuren el bienestar de la juventud; sin embargo, al menos en México, se ha logrado poco impacto en la práctica. De acuerdo con el Informe de Naciones Unidas del 2010, las difíciles condiciones sociales y económicas que estamos viviendo jusSHƥB@M PTD OQDRSDLNR DRODBH@K @SDMBH®M @ K@ juventud. Actualmente los jóvenes representan el 18% de la población mundial, es decir, 1200 millones de personas; más del 80% de estos jóvenes vive en países en desarrollo y se han visto impactados por las grandes crisis de los últimos años, viendo mermadas sus oportunidades en cuanto a recursos y serviBHNR CD DCTB@BH®M R@KTC X DLOKDN RD QDƥDQD aunado a la falta de espacios de expresión, ocio y esparcimiento. Es importante hacer mención de lo anterior, ya que además del aspecto de la necesidad, se observa que hay oportunidades de que los jóvenes incidan en el cambio para su mejor desarrollo, en aras de una sociedad más equitativa y justa. En comparación con otros sectores sociales, los jóvenes poseen mayor energía y dinamismo, tienen menores miedos preconcebidos, son idealistas y más dispuestos a aprovechar sus talentos; todos estos atributos hay que aprovecharlos y no desestimarlos. De acuerdo con un estudio de la CEPAL y la OIJ (2007), existen 10 tensiones que los jóvenes sufren que los diferencian de generaciones pasadas. Estas tensiones son sumamente interesantes y dan pie para esbozar cuáles son los principales elementos de su identidad (Ver Figura 1).

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Fotografía por: Claudia León


Justamente estas diez tensiones representan un gran reto para todos los países, por lo cual desde los tres sectores (Estado, Mercado y Sociedad Civil), se debiesen estar creando estrategias para que la juventud diseñe su rumbo a seguir, reconstruyendo su sentido y su identidad. 1DRTKS@ CDRS@B@AKD PTD RD G@ BNMƥFTQ@CN una preocupación generalizada al respecto de la juventud desde hace más de 25 años, muestra de esto es la declaración del primer año internacional de la juventud instaurado por la ONU en 1985, y que en fechas recientes ha vuelto a celebrarse (del 12 de agosto de 2010 al 11 de agosto de 2011). En esta última celebración se hizo un llamado a una mayor inversión y compromiso a favor del reconocimiento del papel importante que juega la juventud en el desarrollo, lo cual no distó mucho de los objetivos de la celebración en 1985, de ahí que se hace necesaria la QDƦDWH®M CD PT¤ S@MSNR @U@MBDR @K QDRODBSN se han consolidado en los últimos años. $RSN PTD RD L@MHƥDRS@ @ MHUDK HMSDQM@BHNM@K RD UD QDƦDI@CN DM KN PTD PT¤ RTBDCD DM México. Aparentemente no estamos tan lejos de atender adecuadamente esta situación, puesto que desde hace varios sexenios se han realizado esfuerzos para sostener programas de atención a la juventud. Actualmente, el organismo público que opera en aras de propiciar el desarrollo del país a través de la juventud es El Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE). La intención fundamental que dio origen a este Instituto fue el fortalecimiento y la continuidad a las políticas federales hacia los jóvenes, con el objetivo de incorporarlos plenamente al desarrollo del país, en actividades

Los jóvenes tienen más acceso a educación y menos acceso a empleo. Los jóvenes gozan de más acceso a información y menos acceso a poder La juventud cuenta hoy con más expectativas de autonomía y menos opciones para materializarla Los jóvenes se hallan mejor provistos de salud pero menos reconocidos en su morAHLNQS@KHC@C DRODB¨ƥB@ Los jóvenes son más dúctiles y móviles, pero al mismo tiempo más afectados por trayectorias migratorias inciertas Los jóvenes son más cohesionados hacia adentro, pero con mayor impermeabilidad hacia afuera Los jóvenes parecen ser más aptos para el cambio productivo, pero más excluidos de este La juventud ostenta un lugar ambiguo entre receptores de políticas y protagonistas del cambio. Existe la expansión del consumo simbólico y la restricción en el consumo material Existe autodeterminación y protagonismo, por una parte, y precariedad y desmovilización, por otra. Fuente: Elaboración propia con base en CEPAL y OIJ (2007)

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Investigación

tales como organización, salud, empleo y capacitación, prevención de adicciones y otras. Sin embargo para el grueso de la población, pareciera ser que K@R @BBHNMDR G@RS@ @GNQ@ DLOQDMCHC@R G@M RHCN HMRTƥBHDMSDR Q@zón por la cual se han creado otras organizaciones independientes que en esencia buscan el mismo objetivo que este Instituto. Muchas de estas organizaciones o colectivos son creados por los mismos jóvenes, quienes buscan impactar en su propio desarrollo y bienestar. Un ejemplo de este tipo de organizaciones se describirá más adelante.

Cuestiones de Identidad De acuerdo con el diccionario de la Real Academia, identidad RHFMHƥB@ DK řBNMITMSN CD Q@Rgos propios de un individuo o de una colectividad que lo caracterizan frente a los demás; la conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás”. Uno de los autores que se ha preocupado por explicar la importancia de la identidad es Taylor (1996), quien señala que los ideales y las prescripcioMDR CD K@ HCDMSHC@C BNMƥFTQ@M MTDRSQN ODMR@LHDMSN ƥKNR®ƥBN nuestra epistemología y nuesSQ@ ƥKNRNE¨@ CDK KDMFT@ID ONQ QDgla general aun cuando no nos percatemos de ello. Al igual que Taylor, muchos autores desde diversas disciplinas han abordado el tema de la identidad en distintos niveles: Fotografía por: Juan Carlos Suárez Pag.82

lo individual, lo grupal, lo social, lo organizacional, lo nacional, etc. En el caso que nos atañe, hablaremos de la identidad social, ya que hablar de la juventud es hablar de un grupo que si bien es heterogéneo, al compartir las manifestaciones propias de una etapa de desarrollo biológico puede ser considerado analíticamente como homogéneo en la medida que tiene determinadas características que lo distinguen del resto de universo de personas. Tajfel (1982), fue uno de los primeros estudiosos en incorporar la “dimensión social” a la temática de la identidad en contraposición a las posturas esencialistas que apuntaban al B@Q BSDQ HMM@SN HMLTS@AKD X ƥIN de la identidad en las personas. /@Q@ ¤K K@ HCDMSHC@C RHFMHƥB@


“aquella parte del autoconcepto de un individuo que deriva del conocimiento de su pertenencia a un grupo (o grupos) social(es) MXQWR FRQ HO VLJQLƲFDGR YDORUDWLvo y emocional asociado a dicha pertenencia” (Tajfel, 1982: 292). En otras palabras, al intentar CDƥMHQ HCDMSHC@C DR MDBDR@QHN tomar en cuenta que para diferenciar lo propio es necesario el reconocimiento de la otredad, por lo cual la identidad crea un sentido de pertenencia y de diferencia respecto a lo otro, y en DK OQNBDRN K@ HMƦTDMBH@ CD KNR valores y prácticas del grupo social, es indudable. Otro autor que aporta elementos importantes para el tema de identidad, es Turner (1990), quien propone la Teoría de la identidad social del grupo, donde conceptualiza al grupo social como aquel conjunto de individuos que se perciben a sí mismos como miembros de una determinada categoría social y

que, por lo tanto, son capaces de diferenciarse de otros conjuntos de individuos con base en las dimensiones asociadas a esta categorización. SiguienCN DRS@ K®FHB@ K@ BNMƥFTQ@ción de la identidad social del grupo viene dada tanto por la percepción de semejanzas en el endogrupo, o el grupo que RD HCDMSHƥB@ BNLN @PTDK @K BT@K se pertenece, así como por la percepción de las diferencias del endogrupo con el exogrupo, es decir, todo aquel grupo en el que no se genera la consciencia de pertenecer. Para poder hablar de la identidad de la juventud, necesitamos categorizar sus características esenciales, sus problemáticas y sus expectativas. Por ejemplo, al hablar de tribus urbanas de jóvenes se comprende que existe una gran diversidad de gustos, preferencias y modas. A su interior cada tribu urbana posee intereses y

búsquedas diferentes, lo cual crea que para los jóvenes exista toda una gama de ofertas de sentido de pertenencia que son muy distintas entre sí. Esta constituye sin lugar a dudas una de las grandes tensiones de las que hablábamos en el apartado anterior, ya que hablamos de un gran parte de la sociedad que en su interior está marcada por la diversidad.

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Investigación

Organizaciones de la Sociedad Civil

Dos de los principales atributos de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) son, en primer lugar, que son no lucrativas, segundo, que buscan dar solución a una problemática DRODB¨ƥB@ K@ BT@K RD BNMRHCDQ@ relevante dado que la mayoría de las veces es considerada por generar condiciones injustas para la sociedad. Themudo y Natal (1996) las GHƲQHQ FRPR ŝJUXSRV IRUPDOmente organizados, fuera de la esfera pública que trabajan en actividades no-lucrativas. Su inWHUªV QR HV V´OR HO EHQHƲFLR GH los miembros de la asociación, sino un interés público, que -en general- se organiza a través de acciones dirigidas desde arriba”. De acuerdo con Villalobos K@R .2" SHDMDM BNLN ƥM único el servicio a las causas y necesidades de la comunidad, constituyéndose como un factor de equilibrio entre el poder político y el poder económico (Estado y Mercado), siendo capaces de devolver su sentido original y más propio a la misión del Gobierno, la búsqueda de un bien común; y sirven a la empresa como punto de referencia para que en su misión de ofrecer bienes y servicios

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promueva el bienestar comunitario. Relacionando la labor de las OSC con el tema de Juventud, nos encontramos ante organizaciones que se dedican a atender problemas determinados de distinto índole (salud, educación, derechos humanos, participación cívica., etc.), para TM@ ONAK@BH®M DRODB¨ƥB@ K@ CD los jóvenes. Pero además, las OSC son un espacio propicio para encausar las necesidades de formación de identidad de los jóvenes, al insertarlos cómo partícipes en la solución de problemas comunitarios. Dada su naturaleza, estas organizaciones son propicias para que un joven lleve a cabo el diálogo entre el yo y el otro, porque en ellas se hace más evidente que la interacción entre quienes integran la sociedad es ineludible y necesaria.


Conclusiones

Con este trabajo hemos traS@CN CD QDƦDWHNM@Q DM SNQMN @ la problemática que enfrentan hoy los jóvenes y su re-construcción identitaria, argumentando que las acciones que emprenden actualmente las OSC son una alternativa fundamenS@KDR O@Q@ NQHDMS@Q S@K ƥM Algunas de estas organizaciones han logrado ubicar la problemática en la cual la juventud está siendo vulnerada en sus derechos fundamentales, por lo cual han creado estrategias para atenderla, concientizarla y educarla; dotándola de conocimientos para que pueda ejercer y exigir sus derechos en pos de construir un entorno más sano para su desenvolvimiento en cualquier ámbito de acción y con esto darle sentido a su pro-

pia vida y a su actuación. No es resultado del azar el haber subtitulado a este trabajo “en busca de la identidad perdida”. El concepto de juventud es clave del momento cultural e histórico en que vivimos. Podemos apreciar a nivel internacional manifestaciones de jóvenes que buscan un reconocimiento dentro de la sociedad, además de que buscan las mismas oportunidades para todos. Esto es una muestra de que dicha población está buscando tener un papel protagónico en el curso de la historia, lo cual es válido; sin embargo, desde nuestro contexto especíƥBN zPT¤ DRS@LNR G@BHDMCN @ nivel local en México ¿qué pasa con los jóvenes?, ¿existen políticas públicas efectivas que los

procuren?; ¿son adecuados los programas de orientación y de apoyo para ellos? En este trabajo hemos tratado de problematizar en torno a la juventud, la identidad y las OSC. Consideramos relevante y pertinente esta combinación, ya que dichas organizaciones están logrando impactar positivamente en el desarrollo de algunos jóvenes, a partir de la incidencia en su educación, salud, formación y orientación; hasta cuestiones de trascendencia, al aprehender modos nuevos de ser y de vivir, todo lo BT@K QDBNMƥFTQ@ MDBDR@QH@LDMte su razón de ser, y su búsqueda de sentido propio, es decir, su identidad.

BIbliografía Banco Mundial. Informe sobre el desarrollo mundial. 2010. Washington: Banco Mundial, 2010. Caldera, Diana. “La identidad de las Organizaciones de la Sociedad Civil. Aproximación a las Organizaciones humano-solidarias”, Tesis de doctorado, Posgrado en Estudios Organizacionales, UAM-I, México, 2008. CEPAL y OIJ. “Juventud y Cohesión Social en Iberoamérica. Un modelo para armar”. [Online]. [Revisado el 10 de junio de 2012]. Disponible en: http://www.oij.org/documentos/Juventud_ Cohesion_Social_CEPAL_OIJ.pdf. CEPAL y OIJ. “La Juventud en Iberoamérica. Tendencias y urgencias”. [Online]. [Revisado el 10 de junio de 2012]. Disponible en: http://www.oij.org/documentos/doc1202813603.pdf. IMJUVE. “Perspectiva de la Juventud en México”. [Online]. [Revisado el 10 de junio de 2012]. Disponible en: http://cendoc.imjuventud.gob.mx/investigacion/docs/Perspectiva%20de%20 la%20juventud%20en%20M%C3%A9xico.pdf. Pag.85


Investigación Algunas notas a propósito de la FRQƩJXUDFL²Q GH VXEMHWLYLGDGHV en las sociedades de control1

Camilo Enrique Rios Rozo2 Resumen:

Las sociedades de control han sido estudiadas por varios @TSNQDR PTD G@M HCDMSHƥB@CN diferentes tipos de relaciones (entre las formas de poder, el papel del cuerpo, el tiempo y el espacio) que han servido para pensar las continuidades y rupturas entre ésta y la socie-

Abstract:

The control society has been studied by several authors that G@UD HCDMSHƥDC CHƤDQDMS SXpes of relations (between the power forms, the body role, the time and space) that have been useful in order to think the continuities and ruptures between this one and the disciplinary

dad disciplinaria. Sin embargo, el sujeto y la subjetivación son escenarios de quiebre para el análisis del presente; y la categoría de ‘sociedad de control’ exige desde su interior evaluar las nociones con las que consideramos lo social, así como su QD BNMƥFTQ@BH®M one. However, the subject and the subjectivity are both breaking scenarios to analyze the present; and the ‘control society’ category demands from inside to evaluate the notions that we use to consider the social phenomena, as well as its reBNMƥFTQ@SHNM

Palabras Clave/ Key Words: Sociedad de Control, Sujeto, Subjetivación, Sociedad Disciplinaria. Control Society, Subject, Subjectivity, Disciplinary Society.

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“Parece que en las relaciones humanas, en la vida cotidiana y en la comunicación afectiva se encontrase menos placer y cada vez menos garantías (…) El efecto que se produjo en la vida cotidiana durante las últimas tres décadas es el de una des-solidarización generalizada.” (Berardi, 2010: 86-87) 1 Este artículo es fruto de la investigación que, bajo el nombre CD ŖBNMƥFTQ@BH®M CD RTAIDSHUHdades en las sociedades de control’, constituye los avances más recientes respecto de mi tesis de Maestría en Sociología de la Cultura y el Análisis Cultural en el Instituto de Altos Estudios Sociales IDAES, de la Universidad Nacional de San Martín UNSAM, en Buenos Aires Argentina. Al mismo tiempo, este artículo presenta de manera más o menos esquemática y de manera revisada, la presentación que bajo el mismo título hice de este mismo avance en el X Congreso Nacional de Sociología, durante el mes de Noviembre de 2011 en la ciudad de Cali. 2 Sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia y candidato a Magister del Instituto de Altos Estudios Sociales IDAES, de la Universidad Nacional de San Martín UNSAM. Grupo de Investigación “Gobierno, Subjetividades y Prácticas de Sí” (Centro de Estudios Sociales CES, Universidad Nacional de Colombia). Contacto: cerrsociologicus@gmail.com.

Pre-texto: a modo de introducción

La pregunta que orienta este trabajo ha sido más o menos ¿qué es lo que sucede (si es que algo sucede) con las subjetividades, con el sujeto, en las sociedades de control? Y esa pregunta, evidentemente, ha venido desde el principio con el supuesto de que existe algo como la ‘sociedad de control’. A su vez, esta existencia que se da por sentada, supone también la existencia de algo que le sería ajeno y frente a lo cual se diferencia. Según la literatura existente, esto se podría condensar bajo la idea de la ‘sociedad disciplinaria’. Sin duda, esta noción de ‘sociedad disciplinaria’ nos resulta mucho más familiar y jusSHƥB@AKD @K LDMNR CDRCD TM@

perspectiva analítica, que la de ‘sociedad de control’ (al menos como la intentaré entender aquí). Textos como la Historia de la locura en la época clásica, El nacimiento de la clínica, Vigilar y castigar e incluso el primer tomo de Historia de la sexualidad de Michel Foucault podrían dar clara cuenta de lo que puede ser entendido como ‘sociedad disciplinar’. De igual forma, y del mismo autor, las lecciones del Colegio de Francia posteriormente tituladas Defender la sociedad, Seguridad, territorio, población y el Nacimiento de la biopolítica completarían este panorama desde una perspectiva genealógica mucho más rica.

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Investigación La sociedad disciplinaria y las sociedades de control De este modo, a vuelo de pájaro, la noción de ‘sociedad disciplinar’ implicaría, al menos, dos cosas: por un lado, un esquema como el que presento a continuación3 y, por otro, una serie de rasgos asociados a la producción4 de subjetividades: se trata de producción de sujetos, de un ejercicio que pone el

cuerpo en función del espacio que ocupa, de un ejercicio que se preocupa por los diferentes niveles del ‘adentro’, y es un escenario fundamentalmente normativo, que producirá sujetos fundamentalmente dúctiles, útiles, dóciles, obedientes y frágiles a partir de una idea bastante robusta de visibilidad.

Disciplina

Vigilancia

Castigo

En ese sentido, es posible hacer reaparecer la pregunta por la sociedad de control: ¿qué es? Desde la construcción conceptual que he intentado rastrear desde 2007, me parece que hay, en primer lugar, un par de nociones que desde los plan-

teamientos del mismo Foucault se han tomado erróneamente como idénticos a la idea de ‘sociedad de control’. Por un lado, el concepto de ‘seguridad’ que DK ƥK®RNEN BNMƥFTQ@ DMSQD y 19795 y, por otro, los de ‘biopolítica’ y ‘biopoder’ que desa-

3 El esquema acá presentado fue construido y descrito detalladamente a partir de la conceptualización propia que hice de las sociedades disciplinarias en mi tesis de grado en la Universidad Nacional de Colombia para optar @K S¨STKN CD 2NBH®KNFN SHSTK@C@ ř+@ BNMƥFTQ@BH®M BNMSDLONQ MD@ CD RTAIDSHUHC@CDR $K SQ MRHSN CD K@ RNBHDC@C disciplinar a la sociedad de control”, y presentada en agosto de 2008. 4 Este término será especialmente importante a la hora de trazar el tránsito de una sociedad a otra, debido al cambio que se marca también en la relación que se establece entre el sujeto y sí mismo en la sociedad de control X PTD K@ RNBHDC@C CHRBHOKHM@Q MN ODQLHSHQ $M K@ CD BNMSQNK G@AK@QDLNR CD ŖBNMƥFTQ@BH®Mŗ DRSD DR TM SDL@ PTD OK@MSDN X PTD CDRBQHAN @ OQNETMCHC@C DM LH SQ@A@IN CD FQ@CN ř+@ BNMƥFTQ@BH®M Ś 5 Fundamentalmente en los cursos en el Colegio de Francia, luego editados (en castellano por el Fondo de Cultura Económica) bajo los nombres de Defender la sociedad (1976), Seguridad, territorio, población (1978), y Nacimiento de la biopolítica (1979). 6 Vale la pena recordar que en su obra, aparecen ‘biopolítica’ y ‘biopoder’ como conceptos sin mucho vuelo teórico. Tal vez, siguiendo a algunos autores, sea posible pensar que el mismo Foucault no se encontraba lo suPag.88


ĆĽBHDMSDLDMSD BNMUDMBHCN CD DRSNR conceptos y por eso no les da mayor desarrollo. Sin embargo, otros autores como Agamben, Deleuze, Hardt, Negri, Lazzarato, y el mismo Berardi, harĂĄn posteriormente uso extensivo y recurrente de estos conceptos. AcĂĄ, nos referimos al uso que le dio Foucault a estos conceptos que, BNLN R@ADLNR CHĆĽDQD CD BT@KPTHDQ otro enfoque posterior. Tanto lo relacionado con la biopolĂ­tica como lo relacionado con el biopoder, que el mismo Foucault no desarrolla mĂĄs allĂĄ de algunos pasajes aislados en el curso de 1978, son temas que han sido apropiados y desarrollados por autores como los ya mencionados, y que se han incluso ‘institucionalizado’ en un campo de investigaciĂłn relativamente independiente. Por esto, creemos que el debate no es objeto del presente texto. 7 MĂĄs adelante veremos cĂłmo esto se engancha con el trĂĄnsito metodolĂłgico que implicĂł en Foucault la emergencia de la nociĂłn de ‘gubernamentalidad’. 8 Es necesario acĂĄ aclarar que se trata de una serie de diferencias de orden analĂ­tico, ya que en todos los B@RNR LD QDĆĽDQN BNM KNR @TSNQDR @ constructos conceptuales que no se corresponden con el mundo empĂ­rico en forma ‘pura’ nunca.

rrolla el mismo autor principalmente en el curso de 1978 y 1979. El primero de ellos se engancha a modo de ‘dispositivo’ con los otros dos, que ademĂĄs usa Foucault de manera mĂĄs o menos indistinta6 en su obra. Brevemente, para argumentar por quĂŠ creo que son nociones que no corresponden a la de ‘sociedad de control’, valga decir que en las sociedades disciplinarias se trataba de ejercer un poder sobre el cuerpo, en el biopoder sobre la poblaciĂłn, pero en las sociedades de control el interĂŠs estĂĄ puesto sobre la acciĂłn7. La biopolĂ­tica, que desde mi lectura se correspon-

de con lo que Foucault llama apenas un par de veces la sociedad de seguridad, es apenas un momento todavĂ­a cercano pero diferente a la sociedad disciplinar, y al mismo tiempo todavĂ­a lejano pero ya similar a la sociedad de control8. Es Deleuze quien inaugura la caracterizaciĂłn de la sociedad de control en un corto y bello texto intitulado Posdata sobre las sociedades de control. Del mismo, me gustarĂ­a rescatar a continuaciĂłn algunos fragmentos que me resultan singularmente dicientes respecto de este primer acercamiento:

‌[el] control al aire libre, que reemplaza a las viejas disciplinas (‌) Los encierros son moldes, mĂłdulos distintos, pero los controles son modulaciones (‌) En las sociedades de disciplina siempre se estaba empezando de nuevo (‌), mientras que en las sociedades de control nunca se termina nada (‌) El hombre de las disciplinas era un productor discontinuo de energĂ­a, pero el hombre del control es mĂĄs bien ondulatorio (‌). El control es a corto plazo y de rotaciĂłn rĂĄpida, pero tambiĂŠn continuo e ilimitado, PLHQWUDV TXH OD GLVFLSOLQD HUD GH ODUJD GXUDFL´Q LQƲQLWD y discontinua. El hombre ya no es el hombre encerrado, VLQR HO KRPEUH HQGHXGDGR 'HOHX]H

De esta imagen, de este primer esbozo, es posible empezar a rescatar rasgos que harĂĄn parte de la sociedad de control desde una perspectiva de conĆĽFTQ@BHÂŽM CD RTAIDSHUHC@CDR Se trata de un escenario abierto (que en otros textos Deleuze caracteriza como el juego dialĂłgico del afuera del adentro y

del adentro del afuera), donde se ejercitan nuevos y diferentes juegos de dominaciĂłn y sometimiento que se caracterizan ONQ RT ĆŚDWHAHKHC@C X RTSHKDY@ DR TM OQNBDRN HM@B@A@CN HMĆĽMHSN X perpetuo que se da en forma de ondulaciĂłn (que acompaĂąa los movimientos de subjetivaciĂłn), es de corto plazo y ĂĄgil, pero al Pag.89


Investigación mismo tiempo es continuo D HM@B@A@CN X BNMƥFTQ@ RTAjetividades fundamentalmente endeudadas9. Este rasgo, que se pondrá en el dispositivo de control en función de una concepción amplia y extensa de la economía política de la vida cotidiana, se desprende y sobrepasa por lo

mismo el carácter puramente mercantilista que la ‘deuda’ ha tenido hasta el momento. Sin embargo, no se trata tampoco de una extensión antropológica que considere la deuda como motor de la reciprocidad, como ha sido entendida por los estudiosos del don y el contradon.

Pero inmediatamente hay una imagen que se articula a esta primera intempestiva de Deleuze; desde un rincón epistemológico absolutamente otro, Paul Virilio, arquitecto italiano, entiende la sociedad de control como un aparato que hace operar la dominación…

…no sólo del espacio de la imagen sino sobre todo del tiempo de su percepción inmediata, ese tiempo real de la contemplación donde se asocian y se integran estrechamente la imagen ‘actual’ disimulada por la máscara, la mirilla y la imagen ‘virtual’ de la interpretación diferida, que completa y agrega lo que le falta a la forma percibida por la forma de los ojos en una ‘percepción visual’ indispensable en la contemplación visual. (Virilio, 1997: 98)

KK¨ RD BNMƥFTQ@ TM@ RHST@ción permanente de persecución, frente a lo que el mismo Virilio dice: “Indiquemos que DRS@ ŖODQRDBTBH®Mŗ DR NSQ@ ƥgura de la ocultación” (Virilio, 1997: 99), porque los dispositivos de monitoreo de la sociedad de control están siempre ocultos, lo que contribuye al desarrollo de una técnica de defensa que apela a una suerte de complejo paranoide por parte de la población, y que pudiera, en algún momento, levantar la cabeza y saludar a la cámara. “Con la estrategia de la imagen, todo

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lo que escapa a la vigilancia de los protagonistas o simplemente no aparece todavía constituye una reserva estratégica, un logro de primera importancia. Por el contrario, todo lo que es visto está perdido, perdido para el sabio juego de las combinaciones geopolíticas o geoestratégicas.” (Virilio, 1997: 187) De Virilio, quedan algunos otros rastros, referentes principalmente a la función que en este tipo de sociedades empiezan a jugar la imagen (lo que nos abriría además un campo enorme en el estudio

de los medios de comunicación), las tensiones emergentes entre persecución-ocultación frente a ese ejercicio de visibilidad de las sociedades disciplinarias, y un sinfín de QDƦDWHNMDR @ OQNO®RHSN CD K@ construcción social ya no de espacios, sino de lugares. Sin embargo, será Lazzarato el que, rescatando esa máxima deleuziana que reza ‘lo que está encerrado es el @ETDQ@ŗ HCDMSHƥB@Q TM HLportante rasgo de la sociedad disciplinaria que nos ayudará a entender un aspecto importante del modo en que opera


el dispositivo de control. Se trata de que aquella (la sociedad disciplinaria) se encarga, bĂĄsicamente, de coartar e imposibilitar el cambio, el devenir. La sociedad disciplinar, desde esta lectura de Lazzarato, es la sociedad de la reproducciĂłn. La apuesta de Lazzarato en este aspecto tiene que ver con el hecho de que, posteriormente, el modo de funcionamiento de las sociedades de control posibilitarĂĄ estratĂŠgicamente lo que ya con Deleuze podemos lla-

mar las ‘modulaciones’ en tĂŠrminos de subjetivaciĂłn, y que no son otra cosa que ejercicios de transformaciĂłn y de cambio. Esto explica por quĂŠ Lazzarato vuelve sobre aquellas premisas foucaultianas bĂĄsicas para poder dar cuenta de la emergencia de una nueva forma de tecnologĂ­a de poder.

‌el poder es una acciĂłn sobre acciones posibles, pero ahora ya no se actĂşa sobre el cuerpo del individuo, sino sobre la acciĂłn del individuo, y sin duda esto es muy diferente; porque cuando se trata de la acciĂłn, el individuo no es el origen absoluto de la acciĂłn; por consiguiente, se interviene sobre toda una serie de elementos que determinan la acciĂłn.â€? (Lazzarato, 2007: 90) “Mientras las tĂŠcnicas disciplinarias se estructuran fundamentalmente en el espacio, las tĂŠcnicas de control (‌) ponen en primer plano el tiempo y VXV YLUWXDOLGDGHV /D]]DUDWR

BST@KLDMSD LD DMBTDMSQN CDR@QQNKK@MCN TM@ QDĆŚDWHÂŽM @ @OQNOÂŽRHSN CD K@ CDTC@ BNLN CHRONRHSHUN CD BNMSQNK PTD OTDCD DIDLOKHĆĽB@Q BK@Q@LDMSD DK LNCN CD ETMBHNM@LHDMSN CDK ONCDQ DM K@R RNBHDC@CDR CD BNMSQNK $RS@ QDĆŚDWHÂŽM RD basa, principalmente, en la conferencia que Maurizio Lazzarato dictĂł en Buenos Aires, durante el primer semestre de 2010, en la Facultad de PsicologĂ­a de la Universidad de Buenos Aires, UBA. 10 De hecho, Virilio en varios pasajes hace referencia explĂ­cita a ‘la sociedad CD BNMSQNKĹ— BNLN BNMBDOSN DWOKHB@SHUN CD LTBG@R CD RTR QDĆŚDWHNMDR @ OQNOÂŽsito de la inseguridad y de la construcciĂłn contemporĂĄnea de la concepciĂłn de espacio-lugar pĂşblico (Ver, por ejemplo La inseguridad del territorio. La marca. Buenos Aires. 1999). En ese sentido, es vĂĄlido y considero que legĂ­timo entablar un juego conceptual de apropiaciĂłn y articulaciĂłn de nociones en funciĂłn de la propuesta conceptual que acĂĄ intento construir. 11 A propĂłsito, vale la pena recordar el trabajo del artista visual Denis Beabuois, PTD @KFTM@ UDY CHIDQ@ Ĺ™RHDLOQD GD BNMĆĽ@CN DM K@ @L@AHKHC@C CD KNR DWSQ@ÂŹNRĹš

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InvestigaciĂłn

Inicia Lazzarato rescatando esa primicia foucaultiana a propĂłsito del poder. Y desde allĂ­, HCDMSHĆĽB@ LTBGN LÂœR QDBHDMtemente, y de manera concreta y clara, algunas de las lĂ­neas de poder que caracterizan en funcionamiento de las sociedades de control. Desde esta perspectiva hay ya una cons-

12 Este matiz, que establece una diferencia entre las formas en las que el poder y sus tecnologĂ­as se articulan en TM MHUDK ĆĽKNRÂŽĆĽBN ONK¨SHBN y la manera en que en tanto sujetos nos relacionamos con nuestras cotidianidades desde esquemas cognitivos y pragmĂĄticos que de alguna forma responden a otras formas de articulaciĂłn ĆĽKNRÂŽĆĽBN ONK¨SHB@ CDK ONCDQ serĂĄ un aspecto muy importante para entender sobre todo la concepciĂłn de ‘conĆĽFTQ@BHÂŽM CD RTAIDSHUHC@CDRĹ— en el trĂĄnsito de un modelo al otro. Al respecto, debo de nuevo referir a mi trabajo “La BNMĆĽFTQ@BHÂŽM Ĺš

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trucciĂłn, una emergencia de la sociedad de control como categorĂ­a analĂ­tica que se robustece poco a poco. Pero ademĂĄs, Lazzarato va a construir a partir de allĂ­ una crĂ­tica respecto de la forma en que, segĂşn ĂŠl, nos seguimos relacionando con el mundo empĂ­rico12:

“TodavĂ­a tenemos una concepciĂłn disciplinaria de la sociedad, pensamos el presente a partir de los sujetos que se constituyen en la sociedad disciplinaria, mientras que en este segundo tipo de sociedades es mĂĄs difĂ­cil comprender y determinar el proceso de subjetivaciĂłn. Todas las formas de organizaciĂłn social y polĂ­tica con las que hoy se combate este tipo de control emergen de las sociedades disciplinarias (‌) Por eso WHQHPRV WDQWD GLƲFXOWDG SDUD HQWHQGHU OD I´UPXOD GH la acciĂłn sobre acciones posibles, y es que tenemos la impresiĂłn de ser mĂĄs libres en la sociedad de seguridad [de control] que en la sociedad disciplinaria.â€? (Lazzarato, 2007: 91) “En la sociedad disciplinaria se tenĂ­a un control, pero un control limitado al espacio y al tiempo, y el margen de libertad era enorme: habĂ­a partes de la sociedad que no estaban controladas. Ahora, por el contrario, ya no hay ningĂşn margen de libertad, la sociedad estĂĄ controlada por completo en su interior, estamos en el mecanismo desde la maĂąana hasta la noche, desde el nacimiento hasta la PXHUWHĹŁ /D]]DUDWR


Sociedad de control: Un (primer) intento de conceptualización En la sociedad de control, entonces, el ejercicio del poder se ha trasladado del cuerpo a la acción y la importancia del espacio está en función del tiempo que toma un cuerpo en transitarlo. En Lazzarato surgen tres temas principales que me gustaría poder desarrollar (así fuera de manera un poco desordenada): 1. La relación entre el hacer en el mundo y el pensar el mundo (la relación accióncognitividad), 2. La libertad; y 3. El poder. En primer lugar, respecto de la relación acción-cognitividad K@ SDMRH®M HCDMSHƥB@C@ DMSQD DK ‘hacer en el mundo’ y el ‘pensar el mundo’), es preciso señalar que incluso Lazzarato entenderá en un momento preciso la sociedad de control como igual a la sociedad de seguridad o de regulación (como la bautiza posteriormente Burchell), lo que implicaría también un ejerBHBHN @M@K¨SHBN LTBGN L R ƥMN y profundo (que por diferentes razones no es posible dar en este espacio). Pero además, quisiera decir que un poco más adelante, cuando presente brevemente los aportes de ‘Bifo’, este punto encontrará su cierre (o al menos el que yo, desde la

lectura que hago, le propongo). Más adelante, cuando retome algunas lecturas de ‘Bifo’, abordaré de manera un poco más detallada esta tensión. Antes de pasar al tema de la libertad (que además en la cita anterior ya quedaría parcialmente resuelto) y al del poder, es necesario o al menos útil entender, de manera sintética, que la sociedad de control puede entenderse desde el siguiente esquema, y que se trataría de TM DRPTDL@ CD BNMƥFTQ@BH®M de subjetividades, en el que los lugares están en función de la relación entre el movimiento y el tiempo, relación que es establecida fundamentalmente en el ‘afuera’, y cuyo ejercicio de poder establece una relación directa con el ‘comportamiento’. Esto para completar la otra cara del esquema que presenté abriendo el artículo respecto de la sociedad disciplinaria. Ahora podemos avanzar respecto del asunto de la libertad. Es necesario recordar que en la cita anterior el mismo Lazzarato G@A¨@ OQNOTDRSN TM L@QFDM HMƥnitamente menor de libertad en la sociedad de control respecto del mismo en la sociedad disciplinaria. Sin embargo, un año

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Investigación después, recibe una pregunta muy interesante en un seminario que realiza en Bogotá, que podría discutir con ese planteamiento: Pero entonces no se es más libre en una o en otra. Deleuze da un buen ejemplo: los sujetos ya no están HQFHUUDGRV VLQR HQGHXGDGRV 6H HV P¢V OLEUH HQ OD GHXGD TXH HQ HO HQFHUUDPLHQWR" 1R 8QR WLHQH OD LPpresión de ser más libre, pero lo que hay es una diferencia entre dominación disciplinaria y control. Tanto la libertad como la dominación en uno y en otro tipo de sociedad son diferentes. (Lazzarato, 2007: 92)

Control

Monitoreo Y para entender esto, que es otro de los llamados que hacía el mismo Lazzarato en la cita de más arriba, es necesario recordar que él mismo se está basando en la premisa que en 1982 aparecería en El sujeto y el poder, donde Foucault, por primera vez diría que ‘el poder es una acción sobre la acción’. Y es necesario entender que esta premisa implica un viraje importante en términos de entender el ‘dispositivo’ de poder en cada uno de los tipos de sociedad. Por esto, es necesario avanzar hacia el tema del poder (desde una perspectiva metodológicamente foucaultiana, los tres

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Regulación aspectos que estoy intentando desarrollar o rastrear y caracterizar se comportan como elementos que sin poder ser equiparables son al mismos tiempo interdependientes, como los hilos de una trenza). Recordemos que Foucault, en su interés por la relación poder-saber, elaboró fundamentalmente dos perspectivas acerca del poder: 1. La llamada ‘perspectiva bélica’, en la que se entiende el poder como un ejercicio vertical al que sólo podría contraponerse un contrapoder que, por tanto, no cambiaría la estructura de poder misma –la voluntad de saber, el régimen de verdad–, sino sólo el actor que ejerce


13 Según Castro-Gómez, este tránsito está demarcaCN RHFMHƥB@SHU@LDMSD ONQ DK ‘silencio editorial’ que tuvo Foucault entre 1976 y 1982. 14 Por esto recibió fuertes críticas, muchas de las cuales aún permanecen vigentes, respecto de un cierto espíritu paranoide que atraviesa su obra al ver al poder ‘en todos lados’.

este poder; y 2. El llamado ‘modelo gubernamental’, del que autores como Santiago CastroGómez (2010) hacen un excelente rastreo y análisis13. Desde esta segunda perspectiva, que queda vigente a la muerte de Foucault, pueden reconocerse tres rasgos fundamentales que implican una ruptura importante con el modelo bélico del poder: a) se concibe el poder como una acción sobre la acción; b) el poder se pluraliza, es necesario hablar de diferentes poderes; y c) esta perspectiva implica la posibilidad de reconocer, seguir y hacer emerger líneas de fuga de los poderes constitutivos. Foucault nunca entendió el poder como un objeto de posesión (rasgo fundamental de la sociedad de soberanía, previa a la disciplinaria), como una posición que algún actor del mundo social pudiera ostentar o como un derecho otorgable. Aun en su modelo bélico, Foucault entendía el poder como una acción en progreso, y concebía que esta acción era un rasgo característico de toda relación social14. Por eso, y esta es una hipótesis de desarrollo de manera más amplia en mi tesis de maestría, es posible decir que el tránsito analítico-conceptual del modelo bélico a la gubernamentalidad en Foucault cons-

tituye uno de los gérmenes importantes y constitutivos de la posibilidad de concebir el SQ MRHSN ƥKNR®ƥBN ONK¨SHBN CDK modelo disciplinar al de control que hemos intentado rastrear en varios autores. Es decir, el paso metodológico y epistemológico foucaultiano de un modelo bélico a la gubernamentalidad es lo que posibilita pensar en la sociedad de control como modelo íntegramente diferente y radicalmente distanciado del expuesto en la sociedad disciplinaria. Por lo anterior, y para complementar la exposición del asunto del poder en las sociedades de control, debe quedar claro que desde mi perspectiva no resulta adecuado abordar, como otros autores, la sociedad de control a partir de eventos socio-políticos como el 11 de septiembre. Desde mi perspectiva, o desde la perspectiva que he intentado asumir para dar cuenta de la sociedad de control, considero que analizar eventos como el 9-11 corresponde más bien a un esfuerzo por rastrear fenomenológicamente la lógica de operación del poder que creo opera desde la sociedad de control, y que posibilita un acontecimiento como ese. Por lo tanto, lo que intento hacer, más acá de dar cuenta del funcionamiento de esta lógica en

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InvestigaciĂłn cristalizaciones sociales como el 9-11, es intentar caracSDQHY@Q CDRCD TM@ KÂŽFHB@ ĆĽKNRÂŽĆĽBN ONK¨SHB@ K@ KÂŽFHB@ CD ONCDQ que moviliza y articula acontecimientos como ese. Ahora bien, desde la perspectiva de la relaciĂłn acciĂłncognitividad que fue presentada muy brevemente algunas lĂ­neas arriba, es importante seĂąalar que en Lazzarato existe un interĂŠs por la categorĂ­a de ‘acontecimiento’, que se va a entender como la forma de

la acciĂłn social (posiblemente) predominante de/en las sociedades de control. Esto estĂĄ relacionado con el interĂŠs primordial que hay sobre el tiempo en las sociedades de control. Pero serĂĄ Ăşnicamente en ‘Bifo’ (Franco Berardi), donde hay ademĂĄs un llamado de atenciĂłn epistĂŠmico que de alguna forma recoge de nuevo los tres puntos que aparecen en Lazzarato]; y que ademĂĄs de recogerlos, o tal vez por lo mismo, hace emerger uno nuevo:

Cambia, por tanto, el referente subjetivo, pero cambia parale-lamente el anålisis de la sociedad capitalista, de sus modalidades de funcionamiento. Deleuze propone interpretar la gran transición que se dibuja como la transición de las sociedades disciplinarias a las sociedades de control. Las sociedades disciplinarias son las modernas descritas por Michel Foucault. Son sociedades en las que se disciplinan los cuerpos y las mentes, se construyen cajas como la fåbrica, la cårcel, el hospital, el manicomio, la ciudad monocÊntrica. En estas sociedades tiene un caråcter institucional y centralizado, y consiste en la imposición de reglas y estructuras estables. La sociedad que va tomando forma en los últimos decenios del siglo XX tiene un caråcter completamente diferente de las que, con Foucault, podemos llamar sociedades disciplinarias. Funcionan sobre la base de controles insertos en el propio genoma de las relaciones sociales: automatismos informåticos, tecnológicos, automatismos linJ½ŽVWLFRV \ ƲQDQFLHURV %HUDUGL

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15 La nociĂłn de ‘acontecimiento’ en Lazzarato deja entrever claramente K@ HMĆŚTDMBH@ CD KNR OQ@FL@SHRS@R DTQNODNR DM RT ODMR@LHDMSN 16 Entendido como un llamado de atenciĂłn respecto del lugar desde donde se construye y se sostiene el argumento respecto de algo en particular, el saber desde el que se habla en nombre de una verdad, o el discurso desde el que se constituye un saber en lugar de argumento.


Desde esta perspectiva, que motiva ‘Bifo’ desde la articulación de saberes BNLN K@ RDLH®SHB@ X K@ ƥKNRNE¨@ CD K@ S¤Bnica, se hacen evidentes varios elementos de análisis que desde mi lectura resultan tremendamente contundentes en función del argumento que intento presentar en este texto: por un lado, la necesidad de una ruptura cognitiva y práctica a propósito de cómo es asumido el presente; por otro, la potencia que implica el paso de la relación entre apariencia y libertad en términos de visibilidad, y a la de experiencia e incidencia en términos de transformaBH®M X ƥM@KLDMSD K@ TQFDMBH@ ENTB@TKSH@M@ ONQ CDL R CD HCDMSHƥB@Q X B@Q@Bterizar las rutas o las líneas de/del poder hoy. Pero además de estos elementos de análisis para la lectura de la contemporaneidad, ‘Bifo’ añade el problema de la socialidad y la sociabilidad en el mundo contemporáneo, y lo pone al mismo nivel que los otros tres ejes del análisis del presente. La gubernamentalidad en Foucault implica (y esto es algo que me interesa sobremanera) una relación posible con el poder, posibilidad que ‘Bifo’ establece al decir que “…es necesario comprender las nuevas formas y deconstruir cognoscitivamente su funcionamiento; [y] por lo tanto, encontrar su punto de debilidad, y actuar sobre él.” (Berardi, 2010: 10). Tal es la tarea arqueo-genealógica en la que Fou-

17 Este proyecto, es especialmente claro en los cursos de 1982, 1983 y 1984, publicados después (en castellano por el Fondo de Cultura Económica) como la Hermenéutica del sujeto, El gobierno de sí y de los otros, y El coraje de la verdad, respectivamente.

cault enmarca su constante y dispersa QDƦDWH®M @ OQNO®RHSN CD K@ ETMBH®M CDK intelectual17, debido a que, como lo vimos arriba, el poder ahora es plural y el trabajo consiste, según Foucault, en reconocer y actuar sobre las líneas de fuerza (o de poder) que me sujetan y LD DRSQ@SHƥB@M LD DRSQTBSTQ@M $RSD trabajo consistirá en el reconocimiento de esas líneas, en la de-sujeción de DR@R K¨MD@R X DM K@ QD BNMƥFTQ@BH®M CD la subjetividad desde otro ángulo (estética de la existencia).

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InvestigaciĂłn Posibilidades en las sociedades de control: Foucault desde ‘Bifo’ Por lo tanto, esa ruptura cognitiva a la que hace referencia Ĺ–!HENĹ— HLOKHB@ HCDMSHĆĽB@Q QDconocer y caracterizar) que el cambio (el trĂĄnsito de la sociedad disciplinaria a la de control) ya no es, simplemente, formal: “Lo que cambia (‌) no son los contenidos, los valores de referencia, las opciones polĂ­ticas, sino el formato de la mente colectiva, el paradigma tĂŠcnico de elaboraciones mentales‌â€? (Berardi, 2010: 80). Esta vez, el cambio, segĂşn ‘Bifo’, estĂĄ en la manera de construcciĂłn cognitiva, en los formatos mediante los cuales se estĂĄ en y se percibe la realidad, los esquemas y estrategias que usa el poder para penetrar dimensiones nuevas de la subjetividad. Por

eso no se puede seguir hablando, segĂşn ĂŠl, de ‘clase social’, no se puede seguir aspirando a una ‘revoluciĂłn’, no se puede hablar en tĂŠrminos de ‘trabajo’ ni de lo ‘social’. Y por ese efecto de costumbrismo y por la fuerza misma de penetraciĂłn de las formas de poder vigentes hasta ese momento de trĂĄnsito y QDBNMĆĽFTQ@BHÂŽM BNFMHSHU@ CD K@ historia, es que seguimos sintiĂŠndonos y asumiĂŠndonos en tĂŠrminos de ‘trabajo’, de ‘clase social’ y de relaciones ‘sociales’. ‘Bifo’ nos llama a re-hacerlo todo desde el lenguaje mismo, desde la forma mĂĄs bĂĄsica de apropiarnos y de estar en la vida social. Y en ese marco, reĆŚDWHNM@ S@LAH¤M RNAQD DK @RTMto de la libertad:

En apariencia, esta sociedad garantiza el måximo de libertad a sus componentes. Cada uno puede hacer lo que OH SDUHFH 1R KD\ \D LPSRVLFL´Q GH QRUPDV 1R VH SUHtende ya disciplinar los comportamientos individuales ni los itinerarios colectivos. Pero el control estå inserto en el dispositivo del cerebro humano, en los dispositivos que hacen posibles las relaciones, el lenguaje, la comunicación, el intercambio. El control estå en todas partes, no HVW¢ SROŽWLFDPHQWH FHQWUDOL]DGR %HUDUGL

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Y claro, si ya no vemos al padre de familia, al cura/pastor, al policía, al médico, al maestro, al jefe, al coronel, castigándonos el cuerpo a cada paso, si la ley se vuelve laxa y permisiva, si la represión corre ahora por no poder acceder al videojuego, entonces creemos y sentimos como real el hecho de ser más libres. No hay desviación posible en el mundo que ha interiorizado e internalizado K@R ƥFTQ@R CD B@RSHFN DM KN L R

profundo de su mente y de su alma. Esa es la sociedad de control que ve ‘Bifo’. Es desde ese escenario desde donde hace el llamado a hacer algo diferente, porque algo diferente está sucediendo. Pero, ¿qué hacer? Es una pregunta que tiene que ver con el poder y con los nuevos modos de funcionamiento que esta sociedad de control pone en funcionamiento. En las sociedades de control:

…el poder es inaprensible, porque no está en ninguna parte y está en todas al mismo tiempo. Pero esto posibilita, también, transformar todo el cuadro a partir de un nuevo elemento, un signo, un virus. (…) En esta situación, las estrategias totalizantes están destinadas al fracaso, a OD LQHƲFDFLD P¢V DEVROXWD /D DFFL´Q GHEH VHU GH FDU¢FWHU puntual, viral, contagioso. (Berardi, 2010: 8-9) Así, la desorbitada e inaprensible estructura de poder, que ya no distingue entre clases sociales, sino que se mueve transversalmente entre las generaciones, que ya no hace distinción de minorías sino que desde los procesos de apropiación afecS@ CD L@MDQ@ RTƥBHDMSDLDMte homogénea a la comunidad global, desde allí también es posible una suerte de posición que haga frente. Por eso hay en el texto de Bifo un aire de imposibilidad esperanzadora, o si resulta menos torturante, de

posibilidad incierta (poco clara, casi imposible de claridad). En el marco de esta discusión, de la discusión del micropoder, de la microfísica del poder, de la molecularidad del poder, como la han llamado otros, es que ‘Bifo’ enmarca su propuesta. Pero este deslizamiento, que también hizo Foucault, recordemos, no implica que el poder centralizado ya no exista o que ‘antes’ no existiera el micropoder o el poder molecular. Más AHDM U@ @ RHFMHƥB@Q DM Ŗ!HENŗ como en Foucault, que su pre

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InvestigaciĂłn ponderancia analĂ­tica ha cambiado (se podrĂ­a decir incluso que se ha invertido); y esto explica en parte el llamado al cambio, a la ruptura cognitiva. Ahora bien, respecto del cuarto eje que introduce ‘Bifo’, el de la socialidad y la sociabilidad, parece que este cambio, esta ruptura cognitiva y epistĂŠmica ha empezado a afectar la forma en que nos relacionamos

con nosotros mismos y con los demĂĄs, frente a lo que pareciera haber dos propuestas que se cruzan constantemente. Por un lado, desde la perspectiva de la gubernamentalidad, el llamado DR BK@QN RD SQ@S@ CD HCDMSHĆĽB@Q (hallar y seguir) ‘lĂ­neas de fuga’ de modo que se adelante un proceso simultĂĄneo de de-suIDBHÂŽM X CD CDR DRSQ@SHĆĽB@BHÂŽM y por otro lado, la propuesta de ‘Bifo’ que implica que‌

La nociĂłn de sujeto es sustituida por la de subjetivaciĂłn, para indicar que el sujeto no es algo dado, socialmente determinado e ideolĂłgicamente consistente. En su lugar, debemos ver procesos de atracciĂłn y de imaginaciĂłn que modelan los cuerpos sociales, haciendo que actĂşen como sujetos dinĂĄmicos, mutaEOHV SUROLIHUDQWHV %HUDUGL

Y acĂĄ encuentro la forma mĂĄs clara de entender y expresar lo que sucede: “En lugar del sujeto histĂłrico, el pensamiento composicionista comienza a pensar en tĂŠrminos de subjetiv/acciĂłn.â€?(Berardi, 2010: 58). Es ahora la acciĂłn de y en la subjetividad lo que servirĂĄ de factor comĂşn, de aglutinador de grupos ‘sociales’ por fuera de la sociedad, en red. Este factor, causa y consecuencia de la virtualidad y la mediatizaciĂłn de los vĂ­nculos humanos, es el trampolĂ­n desde el cual es-

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tamos llamados a tomar vuelo hacia el nuevo paradigma conceptual para entender lo que nos sucede aquĂ­ y ahora. Porque ademĂĄs, y en esto sigo a Lazzarato, es un espacio teĂłrico que propicia y propende la diferencia, el acontecimiento, la fuga de la inmanencia hacia lo que siempre cambia, para que siempre cambie, porque estar en red es actualizar siempre. Porque cuando el poder es una acciĂłn sobre la acciĂłn (mandamiento primero de los estudios contemporĂĄneos de


subjetividades), pero la acciĂłn sobre la que actĂşa es la de la BNMĆĽFTQ@BHÂŽM CD RTAIDSHUHC@des, estamos llamados a hacer de ese asidero, el asidero de la potencia, del acontecimiento, y poder observar y describir desde lo profundo, el modus operandi del acaecer actual, antes de querer cambiarlo o si quiera criticarlo.

En consecuencia, parecería que lo social y la solidaridad se rompen para recomponerse tambiÊn; y el mundo, primero el conceptual, pero tambiÊn el inter-activo, el de lo social propiamente dicho, adquiere un tono diferente, cuando la pregunta que emerge es común: Pero, ¿cómo hacerlo en un mundo en el que rige‌

‌un verdadero disturbio de las relaciones sociales, una suerte de creciente incompetencia para la socializaciĂłn, para el contacto con el otro (donde)‌la VROHGDG DSDUHFH HQ SULQFLSLR FRPR XQD GLƲFXOWDG para abrirse al otro, para sentir al otro, pero, luego, se transforma en una frustrante incapacidad para construir formas colectivas capaces de durar en el tiempo. (Berardi, 2010: 89)? La agenda de una sociologĂ­a de la soledad queda posibilitada a partir de este cuarto eje de anĂĄlisis que plantea ‘Bifo’ para el anĂĄlisis de lo contemporĂĄneo, de lo que he llamado sociedad de control. Una agenda, que desde hace varios aĂąos se ha empezado a demarcar desde literatura sociolĂłgica y antropolĂłgica de autores como Marc TF¤ ,HBGDK ,@ƤDRNKH 9XFmunt Bauman, especialmente desde ese bello texto de Pere Saborit titulado Vidas adosadas, pero ahora tambiĂŠn desde ‘Bifo’, que nos invita ferozmente a des-hacer-nos y re-hacer-

nos hoy, acĂĄ. Al parecer, la potencia de lo que somos, la potencialidad de las sociedades de control y de sus formas de poder, puede cristalizarse en una expresiĂłn que el maestro Santiago Castro-GĂłmez usĂł para referirse a algunas tĂŠcnicas de sĂ­ a partir de la lectura de los Ăşltimos cursos de Foucault, y que parafraseĂĄndolo un poco escribirĂ­a asĂ­: en la sociedad disciplinaria se puede resistir, mientras que en las sociedades de control se debe re-existir.

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InvestigaciĂłn ponderancia analĂ­tica ha cambiado (se podrĂ­a decir incluso que se ha invertido); y esto explica en parte el llamado al cambio, a la ruptura cognitiva. Ahora bien, respecto del cuarto eje que introduce ‘Bifo’, el de la socialidad y la sociabilidad, parece que este cambio, esta ruptura cognitiva y epistĂŠmica ha empezado a afectar la forma en que nos relacionamos

con nosotros mismos y con los demĂĄs, frente a lo que pareciera haber dos propuestas que se cruzan constantemente. Por un lado, desde la perspectiva de la gubernamentalidad, el llamado DR BK@QN RD SQ@S@ CD HCDMSHĆĽB@Q (hallar y seguir) ‘lĂ­neas de fuga’ de modo que se adelante un proceso simultĂĄneo de de-suIDBHÂŽM X CD CDR DRSQ@SHĆĽB@BHÂŽM y por otro lado, la propuesta de ‘Bifo’ que implica que‌

La nociĂłn de sujeto es sustituida por la de subjetivaciĂłn, para indicar que el sujeto no es algo dado, socialmente determinado e ideolĂłgicamente consistente. En su lugar, debemos ver procesos de atracciĂłn y de imaginaciĂłn que modelan los cuerpos sociales, haciendo que actĂşen como sujetos dinĂĄmicos, mutaEOHV SUROLIHUDQWHV %HUDUGL

Y acĂĄ encuentro la forma mĂĄs clara de entender y expresar lo que sucede: “En lugar del sujeto histĂłrico, el pensamiento composicionista comienza a pensar en tĂŠrminos de subjetiv/acciĂłn.â€?(Berardi, 2010: 58). Es ahora la acciĂłn de y en la subjetividad lo que servirĂĄ de factor comĂşn, de aglutinador de grupos ‘sociales’ por fuera de la sociedad, en red. Este factor, causa y consecuencia de la virtualidad y la mediatizaciĂłn de los vĂ­nculos humanos, es el trampolĂ­n desde el cual es-

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tamos llamados a tomar vuelo hacia el nuevo paradigma conceptual para entender lo que nos sucede aquĂ­ y ahora. Porque ademĂĄs, y en esto sigo a Lazzarato, es un espacio teĂłrico que propicia y propende la diferencia, el acontecimiento, la fuga de la inmanencia hacia lo que siempre cambia, para que siempre cambie, porque estar en red es actualizar siempre. Porque cuando el poder es una acciĂłn sobre la acciĂłn (mandamiento primero de los estudios contemporĂĄneos de


subjetividades), pero la acciĂłn sobre la que actĂşa es la de la BNMĆĽFTQ@BHÂŽM CD RTAIDSHUHC@des, estamos llamados a hacer de ese asidero, el asidero de la potencia, del acontecimiento, y poder observar y describir desde lo profundo, el modus operandi del acaecer actual, antes de querer cambiarlo o si quiera criticarlo.

En consecuencia, parecería que lo social y la solidaridad se rompen para recomponerse tambiÊn; y el mundo, primero el conceptual, pero tambiÊn el inter-activo, el de lo social propiamente dicho, adquiere un tono diferente, cuando la pregunta que emerge es común: Pero, ¿cómo hacerlo en un mundo en el que rige‌

‌un verdadero disturbio de las relaciones sociales, una suerte de creciente incompetencia para la socializaciĂłn, para el contacto con el otro (donde)‌la VROHGDG DSDUHFH HQ SULQFLSLR FRPR XQD GLƲFXOWDG para abrirse al otro, para sentir al otro, pero, luego, se transforma en una frustrante incapacidad para construir formas colectivas capaces de durar en el tiempo. (Berardi, 2010: 89)? La agenda de una sociologĂ­a de la soledad queda posibilitada a partir de este cuarto eje de anĂĄlisis que plantea ‘Bifo’ para el anĂĄlisis de lo contemporĂĄneo, de lo que he llamado sociedad de control. Una agenda, que desde hace varios aĂąos se ha empezado a demarcar desde literatura sociolĂłgica y antropolĂłgica de autores como Marc TF¤ ,HBGDK ,@ƤDRNKH 9XFmunt Bauman, especialmente desde ese bello texto de Pere Saborit titulado Vidas adosadas, pero ahora tambiĂŠn desde ‘Bifo’, que nos invita ferozmente a des-hacer-nos y re-hacer-

nos hoy, acĂĄ. Al parecer, la potencia de lo que somos, la potencialidad de las sociedades de control y de sus formas de poder, puede cristalizarse en una expresiĂłn que el maestro Santiago Castro-GĂłmez usĂł para referirse a algunas tĂŠcnicas de sĂ­ a partir de la lectura de los Ăşltimos cursos de Foucault, y que parafraseĂĄndolo un poco escribirĂ­a asĂ­: en la sociedad disciplinaria se puede resistir, mientras que en las sociedades de control se debe re-existir.

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InvestigaciĂłn Este planteamiento no persigue ni postula una perspectiva literal ni lineal, sino que se constituye mĂĄs bien como un “tirĂłnâ€? epistemolĂłgico (tirĂłn, como desplazamiento necesario e inevitable). AsĂ­, BT@MCN LD QDĆĽDQN @ Ĺ–BNMCHBHÂŽM CD ONRHAHKHC@CĹ— PTHDQN CDBHQ PTD DK GDBGN CD ONCDQ ODMR@Q TM@ ĆĽFTQ@ como la deleuziana, permite y tira (exige) conceptualizar la subjetiv-acciĂłn; y cuando hablo de ‘posible OQNCTBSNĹ— LD QDĆĽDQN @ PTD @RTLHQ una perspectiva metodolĂłgica y epistĂŠmica que permita pensar (mediante este tirĂłn) la subjetiv-acciĂłn como campo (categorĂ­a articuladora de estudio), da paso ‘lĂłgico’ a la posibilidad de pensar el sujeto como lo hace Deleuze acĂĄ. Sin embargo, y he aquĂ­ la paradoxa, estas dos (condiciĂłn de posibilidad / posible producto) no son posibilidades entre las que se tenga que escoger, sino que son complementarieC@CDR CDODMCDMBH@R PTD SDMRHNM@M X BNMĆĽFTQ@M precisamente, este tirĂłn epistemolĂłgico.

BibliografĂ­a Berardi ‘Bifo’, F. GeneraciĂłn post-alfa. PatologĂ­as e imaginarios en el semiocapitalismo. Buenos Aires, Argentina: Tinta LimĂłn, 2010. Castro-GĂłmez, S. Historia de la gubernamentalidad. RazĂłn de estado, liberalismo y neoliberalismo en Michel Foucault. BogotĂĄ, Colombia: Siglo del Hombre Editores, 2010. Deleuze, G. “Posdata sobre las sociedades de controlâ€?. En: C. Ferrer (Comp.). El lenguaje libertario. AntologĂ­a del pensamiento anarquista contemporĂĄneo. La Plata, Argentina: Terramar Ediciones, 2005. Deleuze, G. “Respuesta a una pregunta sobre el sujetoâ€?. En: G. Deleuze. Dos regĂ­menes de locos. Textos y entrevistas (1975-1995). Valencia, EspaĂąa: Pre-textos, 2007. +@YY@Q@SN , +@ ĆĽKNRNE¨@ CD K@ CHEDQDMBH@ X DK ODMR@LHDMSN LDMNQ !NFNSÂœ "NKNLAH@ 4MHUDQRHC@C Central, FundaciĂłn Comunidad, 2007. Lazzarato, M. Por una polĂ­tica menor. Acontecimiento y polĂ­tica en las sociedades de control. Madrid, $RO@ÂŹ@ 3Q@ĆĽB@MSDR CD 2TDÂŹNR 1HNR 1NYN " Ĺ™+@ BNMĆĽFTQ@BHÂŽM BNMSDLONQÂœMD@ CD RTAIDSHUHC@CDR $K SQÂœMRHSN CD K@ RNBHDC@C CHRBHOKHnar a la sociedad de controlâ€?. Tesis de pregrado, Universidad Nacional de Colombia, 2008. Virilio, P. Un paisaje de acontecimientos. Buenos Aires, Argentina: PaidĂłs, 1997. Pag.104


Destacados

Confunde Et Impera Juan Sebastián Gómez Vega1

“De modo que no queda más que prolongar la conversación ininterrumpidamente. Tal vez el interlocutor termine por cansarse y continuar su camino, aunque es también muy probable que su resistencia no tenga límite conocido, y decida esperar a que cerremos el pico.”

Jaime Jaramillo Escobar – Proverbios de los charlatanes

1 Estudiante de Jurisprudencia y Sociología de la Universidad del Rosario. Contacto: todoenotraparte@hotmail.com 2 Citado por Monroy Cabra, Gerardo. Introducción al derecho. Editorial Temis, decimocuarta edición. 2006. Pág. 76. 3 Juan Carlos Palau. “La extradición de “gafas” y el idealismo del Estado social de Derecho”. Febrero 11 del 2009. Recurso web: http://www.semana.com/ noticias-opinion-on-line/extradicion-gafas-idealismo-del-estadoderecho/120621.aspx

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Acaso desde el inicio de la humanidad el Derecho ha estado íntimamente ligado a la realización de la justicia. Lo decía ya el sabio Cicerón: “Es claro que DM K@ LHRL@ CDƥMHBH®M CDK S¤Qmino ley (jurídica) está implícita la idea del principio de elegir lo que es justo y verdadero...”2. $RS@ HCD@ RD G@ QDƥM@CN @ KN K@Qgo de los años, pero su esencia persiste. Ahora que vivimos en un Estado liberal democrático, la visión de justicia no debe caer sólo en el Rey –como lo @ƥQL@A@ /K@S®M RHMN DM SNC@ K@ sociedad, teniendo en cuenta

de la importancia que cobra la participación y la aprehensión de los derechos y obligaciones para la subsistencia de un Estado como el nuestro. Veo con preocupación la actitud con la que es tomado el argumento jurídico en un ambiente de discusión política. Todo argumento de tinte jurídico es tomado por “leguleyada” y descartado automáticamente por su procedencia; esta situación es Grave porque la ciencia jurídica tiene importantes argumentos para ofrecer, junto con otra perspectiva de lo que


debería ser un debate público en una sociedad democrática como la nuestra. En una columna del 11 de febrero del 2009 en Semana.com, Juan Carlos Palou da una clave sobre en lo que podría radicar el problema: “Los tribunales de justicia tienen por lo general CHƥBTKS@CDR O@Q@ BNLTMHB@Q DK fundamento de sus decisiones. El lenguaje jurídico es abstruso y los razonamientos jurisprudenciales son complejos de por sí. Eso los coloca en situación de desventaja cuando otros poderes o actores recurren a la RHLOKHƥB@BH®M CD KNR LNSHUNR de sus decisiones, distorsionando así los argumentos.”3 En pos de disminuir ese problema con la concepción del Derecho que se ve hoy en día

haré un análisis de la técnica jurídica que se ha venido usando, para así encontrar el problema e intentar resolverlo. Hacer esto es importante para hacer más asequible el derecho a la gente del común, enriquecer la discusión pública propia de una sociedad democrática; y generar apropiación de sus derechos y obligaciones por parte de los ciudadanos y quitar el estigma que cae sobre los abogados. Primero estudiaré cómo funciona el derecho en una sociedad moderna, luego analizaré la técnica jurídica y luego intentaré describir los principales problemas de la técnica y de los círculos académicos clásicos, de los cuáles haré recomendaciones.

Derecho y Organización Política Social. El derecho, como institución social, tiene un carácter especial que la distingue de otras instituciones: es mucho más amplia y se trasluce en muy diversas esferas de la vida de una persona. Casi se puede conocer una sociedad extraña leyendo sus normas jurídicas, por eso no es raro que existan diversas ciencias desde las humanidades especializadas en estos fenómenos: sociología jurídica, sociología del derecho, antropología jurídica, e incluso psicología jurídica. Ahora que hablamos de un Estado moderno, con un poderoso sistema racional-burocrático a su alrededor el derecho es mucho más importante: es la forma como el ciudadano se relaciona con su Estado y hace valer su ciudadanía (sus derechos políticos y civi

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Destacados les), Si a este Estado agregamos el elemento “democrático”, tenemos que pensar que las relaciones tienen que ser lo más amigables; el ciudadano debería tener claro cuáles son sus derechos y obligaciones. Constituye un problema político que las personas no sepan cómo comportarse, piénsese en todo el gasto económico que se tiene que destinar a la corrección de gente que no sabe cómo comportarse; piénsese también en el costo político de la mala imagen que tiene el sistema burocrático que no es amigable y al que sólo se puede acceder por medio de abogados, subiendo así los gastos de transacción para los ciuda-

danos. Pero el Derecho no es sólo el conjunto de normas obligatorias dentro de una sociedad, ha sido siempre una forma de realización de la justicia. Y esto no es sólo un buen sueño, la cultura realmente se transforma en pro de la justicia por medio del derecho; la reivindicación de los derechos civiles en los 60 en los Estados Unidos no habría sido posible sin el fallo de la corte suprema de ese país prohibiendo la segregación. Ni en Colombia habría tanta conciencia sobre los derechos sexuales de las personas sin los reconocidos fallos de nuestra corte constitucional.

De la Técnica Jurídica En 1804 nació el famoso código de Napoleón, a la sombra de una serie de ideales de la Revolución Francesa. El racionalismo y el individualismo son doctrinas muy importantes; de tales ideas nacieron el famoso silogismo lógico deductivo y la creencia de un derecho completo perfecto y sin lagunas. Ya sabemos que ese formalismo fracasó y que el derecho sí

Themis Kasper Gustavsson | Deviantart Pag.108

tiene lagunas, pero pueden ser completadas. Digo que ha fracasado, sin embargo, Diego López ya ha advertido que en Colombia hay todavía una fuerte tendencia legocentrista. La exégesis francesa, el conceptualismo alemán y Hans Kelsen se juntaron de una particular forma en nuestro país, donde en úlSHL@R BT@KPTHDQ SDNQ¨@ RHFMHƥB@


un culto por el inciso. Tanto las sentencias de nuestra corte suprema de justicia como los más reconocidos académicos tienen esta costumbre, sus argumentaciones suelen ir de la mano de aclaraciones gramáticas sobre O@K@AQ@R DRODBHƥB@R N CD CHsertaciones muy técnicas sobre los hechos que provocaron el litigio o la hipótesis. Todo esto a pesar que se declaren antiformalistas. En Colombia existe además un extraño culto por lo clásico, Es común que se recuerden sentencias de la corte francesa, que se recuerde el digesto, o las instituciones de Gayo. Es bastante común que se utilicen aforismos en latín capaces de despistar al lector no culto en los temas jurídicos y al estu-

diante de primer y de segundo año de derecho. Esta tendencia suele constituir un problema para los juristas que pretenden dar sus argumentos en un ambiente de discusión política donde no todos son abogados. Los argumentos que dan están pegados a la ley. Es preocupante que muchas de las razones que dan son “porque la ley lo dice” o el escalofriante “durest lex est lex”, dura es la ley, pero es la ley. El jurista debe ser capaz de argumentar porqué determinada ley debe ser respetada, o porqué debería ser derogada o LNCHƥB@C@ DM ONR CDK CDR@QQNllo de los valores de la justicia y el bien.

Problemas de la Técnica Jurídica A continuación destaco los tres problemas que a mi modo de ver hacen más difícil el acceso al derecho y devalúa además los argumentos jurídicos. Con esto pretendo hacer el derecho más democrático, en el sentido que ya he expuesto antes. 1. La extensión innecesaria: Los Textos increíblemente largos tienen dos desventajas: se vuelven tediosos, y el cansancio hace que los argumentos allí expuestos pierdan peso. Además, para las personas que no están dedicadas al derecho, que el jurista se ponga como

reto expresar sus ideas en el menor espacio y tiempo posible tiene varias ventajas importantes: primero, obliga a pensar bien la estructura de las leyes, lo que a la larga termina por fortalecerlas y a hacerlas más entendibles; segundo, se elimina

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Destacados la tentación de extenderse con argumentos irrelevantes que distraigan la atención el punto central de la argumentación. Todo esto tendrá que redundar en una discusión pública –y jurídica- de mejor calidad, en donde, de paso, habrá más gente que esté en capacidad de argumentar. La extensión terriblemente larga ha tenido gran acogida en la discusión jurídica. Bastaría recordar

la sentencia sobre el aborto (C355/06), tiene unas cuatrocientas hojas de extensión. Otro grandioso ejemplo es el capítulo sobre las obligaciones de objeto divisibles indivisibles del libro teoría general de las obligaciones del profesor Ospina Fernández; sobre este tema tan sencillo, Ospina Fernández dedica algo más de cincuenta páginas.

2. Uso constante de latinazgos y tecnicismos: Hay numerosas sentencias y libros jurídicos en los que de repente uno se encuentra sumergido en medio de tecnicismos. Esto conlleva a varios problemas a la hora de leer el texto; primero, la línea del texto se puede perder más fácilmente, lo que trae también la sensación de tedio, junto con la pérdida de peso de los argumentos allí expuestos (algo que en el ambiente de estudiante se suele llamar “ladrilludo” o “ladrillo”). El segundo problema que conlleva el uso abusivo de latinazgos y de tecnicismos consiste en el efecto que tienen sobre personas no especializadas en el derecho, simplemente los despista, alejándolos del conocimiento del derecho y su importancia en la discusión pública. No niego que su uso sea necesario, pero deben evitarse siempre

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que sea posible, o su nombre debe ser remplazado por uno de más fácil recordación (por ejemplo, un profesor nos decía en clase que el derecho no protege sapos). Pensando en los usuales latinazgos, pienso que todos ellos pueden y deben ser fácilmente eliminados de los textos jurídicos, tanto doctrina como jurisprudencia; ellos tienen el inconveniente especial que son más difíciles de memorizar y más aún de recordar su relaBH®M X RHFMHƥB@CN Si un jurista se propone reducir al mínimo el uso de tecnicismos y latinazgos, debería ser capaz de repensar la redacción de sus ideas BNM DK ƥM CD G@BDQK@R KN RTƥBHDMtemente claras tanto para lectores especializados como para lectores no especializados.


3. Legocentrismo: Entiendo por legocentrismo la costumbre de reducir toda conversación jurídica la interpretación clásica de la ley, en el entendido de que la ley es completa clara y no hay nada fuera CD DKK@ "T@MCN LD QDƥDQN @K legocentrismo como problema, lucho por la desconcertante respuesta “porque la ley así lo dice” o “la ley dura también es la ley. El jurista debería ser capaz de hacer una discusión jurídica y política más allá del sentido gramatical (o histórico o lógico o sistemático) de la ley y empezar a pensar porqué determinada normatividad contribuye o no a la realización del bien común y de la justicia. También es preciso que acojan la interpretación más amplía no ya desde la voluntad del legislador, sino desde los principios jurídicos. Como alternativa al legocentrismo propongo la institución

de un juez –y un académico del derecho- al mejor estilo de Hércules, el juez que se inventó Dworkin: un sujeto con la RTƥBHDMSD RDMRHAHKHC@C ¤SHB@ X política capaz de hacer un fallo mejor a los demás, donde los principios se encuentren en el mayor desarrollo. Que los argumentos Se alineen más hacía la importancia ética y política del derecho hará que sean tomados más seriamente. Sobre este punto quiero hacer una salvedad: no todos los temas en derecho pueden ser tratados de este modo, pero es importante que siempre que sea posible y deseable, sean tomados desde esta perspectiva. Por otro lado, es importante PTD RHDLOQD RD ITRSHƥPTD ONQqué las conclusiones que se tomen jurídicamente redundarán en más justicia en la esfera pública y privada de la sociedad.

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Destacados Conclusiones: Con estas recomendaciones espero que el derecho sea más asequible a la gente no especializada, que contribuya al ambiente democrático, tanto a la aprehensión de derechos y obligaciones como a la discusión pública, dando una nueva clase de argumentos fuertes que no serán ya desechados. Además, junto con la democratización del derecho llegará una mejor mirada frente a esta ciencia; recordemos que unos argumentos más fáciles de entender y de asimilar llegarán más rápido a la discusión política, muy bueno esto para nuestro gremio de juristas y también para la sociedad, pues habría más miradas sobre un tema de discusión. En este punto es importante aclarar los alcances de mi propuesta: no estoy pretendiendo que se logre la perfecta utopía democrática al estilo platónico ni que la ciencia jurídica se convierta en el centro de la discusión pública, sólo espero que sea más asequible a las personas no especializadas. También soy consciente que los alcances de las reformas que yo pretendo son limitados: hay toda una tradición que es preciso cambiar. Precisamente los elementos que yo quiero transformar en el derecho son los más comúnmente usados para aparentar poder: latinazgos, tecnicismos, argumentos pegados a la ley son usados para dejar anonadado de información a la contraparte, en uso de la premisa apócrifa “confunde et impera”, confunde y reinarás. Con todo, es todavía más deseable formar una técnica jurídica capaz de lanzar argumentos entendibles a todo el mundo, argumentos con más fuerza y no perdidos dentro de sus mismos círculos doctrinarios.

Bibliografía: Carbonnier, Jean. Sociología jurídica. Madrid: Tecnos, Segunda Edición, 1982. Dworkin, Ronald. Los derechos en serio. Barcelona: Ariel, 1984. López, Diego. “La conciencia jurídica clásica: Escuela de la Exégesis y jurisprudencia de Conceptos en el derecho civil colombiano”. En: Teoría impura del derecho. Bogotá: Legis, 2004. Monroy Cabra, Marco Gerardo. Introducción al Derecho. Bogotá: Temis, Décimo cuarta edición, 2006.

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Destacados Identidad/Alteridad Nacional:

La Aparición de “Lo Indígena en el Museo”

Yesidt Ramírez Navarro1 Introducción: El multiculturalismo reƦDI@ TM BNLOKDIN CD ONK¨ticas, a través de las cuales las democracias modernas sustentan su legitimidad en la expansión de la justicia social, la pluralidad y el respeto-difusión de las diferencias (Gutiérrez, 2006: 10). La asimilación que hizo Colombia de estas políticas, a partir del artículo séptimo de la Constitución del 91, hace que la Nación exalte su diversidad cultural, y se presente como una Nación diversa no homogénea, y se vea en

la obligación de garantizar políticas diferenciadas a todos los grupos que considera como minorías étnicas dentro de su territorio. La adopción de las políticas multiculturales en Colombia tiene como objetivo asimilar la diferencia en las bases de la equidad y plantear la diversidad cultural como parte del proceso de adaptación y construcción constante de la Nación (Gutiérrez: 2006, 10). Así, el nacionalismo colombiano debió pasar de exaltar un discurso identi-

1 Estudiante de antropología de la Universidad del Rosario. Contacto: ramirez.yesidt@gmail.com Pag.114


tario homogéneo, característica primordial de la visión clásica del Estado-Nación (Appadurai: 2007, 60), a una identidad pluralista. La nación colombiana tomó los discursos multiculturales y construyó un discurso de lo nacional basado en la diversidad cultural tomando como actores a los grupos de “minorías étnicas” del país, a saber comunidades negras, ROM e indígenas, poniendo énfasis importante en estos últimos. Así, Colombia ha intentado articular un discurso de identidad nacional donde se incluye a los grupos indígenas a través de dos visiones: a partir el pasado inmemorial que resalta las raíces de la Nación y con las políticas multiculturales como insignia de la diversidad cultural del país. No obstante, la construcción de identidades, siguiendo a Appadurai (2007, 68), tiene como primer paso la construcción de la distinción nosotros/ ellos, a partir de la cual se busca crear un contraste de identidades donde se buscan establecer demarcaciones y límites claras que estipulen la dinámica del nosotros. A través de las políticas del multiculturalismo, entendidas como un hecho social global, la construcción de subjetividades políticas lleva a que la diversidad cultural sea

entendida como una de las características de la alteridad, lo que constituye el otro-étnico como un sujeto fuera de las lógicas políticas occidentales que gobiernan el mundo (Restrepo: 2005, 154). Es posible dilucidar entonces las problemáticas que conlleva la construcción de los discursos pluralistas de identidad nacional, a partir de las lógicas del multiculturalismo, como método para la construcción de alteridades. No obstante, es necesario analizar los modos a partir de los cuales la Nación colombiana construye su propio discurso pluralista de identidad nacional utilizando, a partir de la inclusión de “lo indígena” como parte constitutiva de la nación, en aras de entender los mecanismos que se desprenden de éste. Para ello, se escogieron espacios museales, puesto que estos son “lugares que son escenarios de construcción de relatos de nación y de memoria colectiva; de espacios dinámicos de encuentro en torno a la recopilación, preservación y difusión del patrimonio cultural” (Mincultura: 2009, 297). Así, a partir de esta descripción del museo, fueron escogidos los museos Nacional y Del Oro, en Bogotá, para examinar la inclusión y representación de “lo in

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Destacados dígena” en dentro de la noción identitaria de la nación a partir de los guiones y discursos allí exhibidos. De este modo, la pregunta que guiara la investigación es ¿Cuáles son las funciones políticas de la inclusión de “lo indígena” en el discurso de identidad nacional que se busca exponer en los Museos Nacional y del Oro? En aras de examinar los posibles mecanismos para los que se implementa y difunde el discurso nacional propongo dos ejes de análisis: el primero propone examinar la relación de las personas con el discurso inclusivo de nación que propone el Estado a partir de las exposiciones museales, desde el cual se buscan exaltar los ideales del multiculturalismo de la aceptación-respeto-exaltación por la diversidad; el segundo propone pensar el discurso nacional, exhibido en los museos, como una herramienta política para la

creación de alteridades, donde se construya la noción del otroétnico a partir de las diferencias culturales. La visión de lo político que se busca abordar en el trabajo puede ser vista desde la propuesta de Foucault, puesto que el discurso de lo nacional se establece como una construcción de un sistema de saber-poder a través del cual se busca manejar las conductas de los individuos (Foucault: 1992, 143). Según el planteamiento del presente trabajo, los mecanismos del discurso nacionalista buscan crear comportamientos donde, idealmente, se respete la diversidad cultural, pero que a su vez construya nociones de alteridad con el otro-étnico, llevando a si a que se construyan determinaciones conductuales ambivalentes sobre los individuos.

“Lo Indígena” Como aceptación de la Diversidad en el discurso Nacional Pero ¿Cómo se logra articular “lo indígena” en el discurso nacional? Para responder a esta pregunta es necesario retomar el término de “negociación de la diversidad” tomado por García Canclini (1999, 31) a partir del cual el autor busca explicar la

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construcción de redes de negociación que aproximen al centro con la periferia. En el caso de la construcción de la identidad nacional parece necesario reformular el concepto y plantear las redes de negociación entre una identidad “hegemónica” y


“central”, basada en la herencia europea, y el discurso de “lo indígena”, periférico, en aras de articular el discurso identitario nacional. La negociación de la diversidad plantea un nuevo escenario donde el reconocimiento de la multiplicidad cultural pueda ser integrado al discurso de lo nacional sin pretender eliminarlo, sino exaltarlo a partir de su expansión. Lo que se pretende es que el discurso de “lo indígena” trascienda las barreras del grupo minoritario y que también sea compartido por la población mayoritaria hasta el punto en PTD DRSNR RD HCDMSHƥPTDM BNM dicho discurso. El discurso de “lo indígena” se muestra como una forma de inclusión y aceptación de la diversidad cultural dentro de la ideología del Estado-Nación. No obstante, esta inclusión se entiende a partir de la defensa de uno de los objetivos de la idea de la nación, el cual es dar bases a todo el aparato estatal en un pasado inmemorial donde se DMBTDMSQ@M K@R Q@¨BDR CD K@ ƥFTra actual del Estado (Anderson: 2007, 29). En los museos, la aparición de la Nación se piensa a par-

tir de los primeros habitantes y comunidades indígenas que habitaron la actual Colombia. Es interesante ver como a través de los distintos guiones se hacen alusiones a la nación colombiana desde la aparición de los primeros objetos que hablan de las comunidades primigenias dentro del territorio, tal como lo muestra un guión expuesto en el primer piso del Museo del Oro de Bogotá: “Cuando las poblaciones orfebres de Colombia eligieron los materiales, las técnicas de manufactura y la organización de la producción, lo GHBHDQNM MN R®KN A@IN K@ HMƦTDMcia de requerimientos técnicos, sino también, y principalmente, por factores culturales y sociales”2. La exposición que seguía a éste guión mostraba objetos que databan alrededor del año 200 a.C., periodo Calima Yocoto, lo cual permite ver la construcción del pasado inmemorial de la nación en aras de dotarla de legitimidad. También, el pasado se constituye como el núcleo formador del discurso de identidad que es defendida por el discurso del Estado-Nación. En el Museo Nacional se adecuó una sala la cual se dedica exclusivamente

2 Fragmento del guión de apertura de la sala titulada Metalurgia y sociedad en el primer piso del Museo del Oro de Bogota Pag.117


Destacados a la conquista y a la confrontación entre los colonizadores y los pueblos indígenas del continente. La sala explica cómo se dio la expansión española CDRCD X RD @ƥQL@ PTD “durante este período, los diferentes genes, ideas, creencias, tipos de alimentación y arte se mezclaron para dar inicio a la construcción de lo que hoy es la nación colombiana.” (Museo Nacional: 2009). Así, el discurso sobre la identidad colombiana que difunde el museo se origina a partir de la amalgama que resultante del encuentro entre los españoles y los indígenas en la época de la conquista. El discurso de nación que difunden los museos muestra, principalmente, un desarrollo lineal o evolución de ésta, puesto que se muestra que los pueblos indígenas construyeron sus cimientos, su proyecto es continuado por los habitantes de la colonia y es constituida totalmente por los colombianos contemporáneos. Así, la historia de la nación se constituye a partir de una visión teleológica, donde la unidad y el progreso de la nación en un futuro ilimitado son su objetivo y motor (Anderson: 2007, 29). Por ende, vale la pena cuestionarse sobre ¿Cuál es el pasado que se reclama como nacional? El papel de “lo indígena”

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en la constitución de la nación es de vital importancia en el pasado prehispánico, pero se invisibiliza en el periodo colonial y republicano. Sólo a partir de las políticas multiculturales “lo indígena” se vuelve a pensar como parte constitutiva de la nación y la identidad colombiana, a partir de lo cual vuelve a introducirse dentro de las lógicas del discurso nacional. No obstante, ¿Cómo se recibe e implementa este discurso en los individuos que visitan los museos? Las personas que visitan e museo lo ven como un medio para conocer el pasado del país con el cual se sienten ligados a partir de cierta famiKH@QHC@C PTD @KFTMNR @ƥQL@M tener con los pueblos indígenas que allí se nombran. Al menos siete personas con las que pude entablar conversación dentro CDK LTRDN @ƥQL@QNM PTD K@ DWposición que se hace es buena ya que les permite conocer el pasado del país y tener noción sobre los pueblos que habitaron este territorio, a quienes denominaban sus “ancestros”. También, el discurso establece un escenario de implementación y expansión a partir de las visitas que hacen algunos colegios públicos en aras de mostrar a sus estudiantes el pasado y los primeros pueblos


que conformarían el país, seFµM @ƥQL@A@ K@ OQNEDRNQ@ PTD acompañaba a un grupo de estudiantes que visitó el Museo del Oro el viernes cinco de noviembre. Los estudiantes reaccionaron de forma positiva ante el discurso, según les pregunte, asimilando su conexión con los grupos indígenas y diciendo que ellos conocían también a varios indígenas en la actualidad aunque ellos pocas veces usaban oro como de los que allí RD G@AK@A@ QDƥQH¤MCNRD @K O@recer a indígenas Guambianos que habitan en Bogotá según una pequeña descripción. La construcción de mapas actuales de Colombia para la ubicación de los grupos indígenas también constituye una forma de familiarizar a las personas con la población indígena que habitó el territorio nacional. Al-

gunas personas utilizan el mapa para observar la cercanía de los territorios de los grupos indígenas con sus actuales ciudades estableciendo un símil entre dichas comunidades y el desarrollo de las grandes poblaciones urbanas contemporáneas. Así, el discurso inclusivo de lo nacional, utilizado en los museos, muestra “lo indígena” como la base de la construcción del Estado-Nación a partir de las primeras comunidades que se asentaron en el territorio de la actual Colombia. La alusión a una historia teleológica de la Nación establece ciertas conexiones entre los sujetos que constituyen el Estado-Nación con los primeros habitantes del territorio, donde estos últimos son pensados como ancestros de sus actuales habitantes.

El Discurso Nacional como Construcción de Alteridad La aparición del discurso multicultural se denota, como se remarcó en el punto anterior, a partir de la aceptación y respeto de la diversidad cultural. No obstante, desde el momento mismo en el que se busca construir un Estado-Nación los proyectos de homogenización y diferenciación aparecen como base constitutiva de su for-

Fotografía por: Juan Carlos Suárez

mación. Así, aunque la nación busque promover un discurso identitario donde se intente homogenizar a los individuos que la conforman, la construcción de identidades étnicas aparecerá como un proceso alterno que busca particularizar y diferenciar a los individuos que la componen (Bolívar: 2001, 25). No obstante, el discurso mul

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Destacados ticultural del Estado colombiano, más allá de proponer la aceptación de la diversidad cultural, debe ser pensado a partir de la construcción de pequeñas formaciones de alteridad, a partir de las cuales se formulan políticas diferenciadas y se construye la noción del nosotros nacional, contrastada con la otredad de estos grupos (Appadurai: 2007, 68). Así, la concepción de “lo indígena” se sustenta como una otredad, la cual se ve enmarcada en un contraste, ya sea temporal, político o religioso, con la sociedad colombiana contemporánea. Estas diferencias culturales son presentadas en distintas formas dentro del museo, a través de fotografías y alusiones a rituales que practican las comunidades dentro de su cotidianidad. El imaginario de “lo indígena” que se constituye en el museo propone la otra cara de los discursos multiculturales, ya que se construye a partir de sus políticas la visión de la alteridad o del otro-étnico. Retomando el concepto de formaciones nacionales de alteridad, propuesto por Segato (2007, 29), es posible entender que las imágenes ofrecidas por los museos se constituyen como el relato que la nación, desde sus elites, puede dar de “lo indígena”, el cual se basa en la oposición entre lo moderno y lo no-occidental. Este tipo de discurso también es adoptado por algunas de las perFotografía por: Claudia León Pag.120

sonas que visitan el museo, puesto que establecen una oposición entre el discurso de “lo indígena” y su identidad étnica. Para ellos, los indígenas son totalmente opuestos a los ciudadanos occidentales, debido a sus prácticas, creencias y, sobretodo, vestimentas. Este punto de vista fue el que recogí de algunas de las personas que visitan las exposiciones de los museos y no se sienten de ninguna manera HCDMSHƥB@CNR BNM DK CHRBTQRN CD “lo indígena”; por el contrario paQDBDM QDBG@Y@QKN SNS@KLDMSD X @ƥQmarse provenientes de una “tradición europea”. Como resultado de esta posición, “lo indígena” se establece como algo totalmente externo a las identidades de las personas y se convierte en parte de expresiones culturales que obtienen su valor a partir de su diferencia con las tradiciones occidentales. En las tiendas de los museos, pero en particular la del Museo del Oro, se mercantilizan objetos pertenecientes a distintos grupos indígenas del país intentando mostrar a través de ellos su diversidad cultural. No obstante, la propugna de la aceptación y respeto de la diversidad cultural, que exige el multiculturalismo, se contradice a sí misma cuando a partir de la exaltación de las prácticas culturales éstas se comercializa e irrespetan, convirtiendo a “lo indígena” en lo alterno y exótico que debe ser adquiri-


do simplemente como símbolo de status, ya que sus precios limitan su capacidad de adquisición. Así entonces, ¿Por qué adherir “lo indígena” al discurso nacional? Para resolver a dicha pregunta es necesario abordar la noción del multiculturalismo y un análisis teórico desde donde propongo su doble funcionamiento. Siguiendo a Ferguson (2006, 273), planteo que el multiculturalismo puede ser pensado como lo que el autor denomina una máquina antipolítica. La aceptación-respetodifusión de la diversidad cultural es utilizada como pretexto para implantar y despolitizar la lucha contra los movimientos indígenas y su inclusión a las estructuras del Estado-Nación, en aras de ejercer soberanía sobre sus territorios, sus estructuras sociopolíticas, y su posibilidad de entrar en el mercado, tras la aparición de la constitución del 91 (Vasco: 2002, 122. ss). Así, aplicando esta noción a los discursos museales, puede verse como la construcción del discurso identitario nacional se convierte en una máquina anti-política al despolitizar los resultados del discurso multicultural, es decir la construcción de alteridades, a través de la reivindicación de la diversidad cultural de los grupos indígenas. Por ende, es necesario

retomar las visiones que se tienen sobre el discurso multicultural y las funciones que éste puede tener en relación con la adhesión y control de los grupos indígenas como parte de las estructurales estatales, que, más allá de pensarlos a través de la importancia de su diversidad cultural, se constituyen como una población subalterna la cual debe ser controlada y expuesta en aras de fundamentar la idea de la comunidad del nosotros nacional. Así, la búsqueda por la aceptación de la diversidad cultural que promulga el estado colombiano se ve contradicha por el papel secundario que se da a los indígenas dentro de la construcción del discurso que de ellos se muestra. La visión del indígena que se presenta en los museos es pues un campo donde los discursos de los pueblos indígenas se invisibilizan y se deja el papel principal a las lógicas del estado, quien utiliza argumentos de autoridad, en este caso @O@QS@CNR DSMNFQ ƥBNR DM @Q@R de legitimar su discurso. Esta tensión dentro de la construcción de “lo indígena” en el museo denota claramente relaciones diferenciadas de poder, donde los pueblos indígenas se ven relegados por el control que tiene el estado sobre estas instituciones.

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Destacados

Conclusiones De este modo, como presupuesto básico dentro de la investigación, es necesario tener en cuenta el papel determinante que cumple el estado como organismo de control de los museos y regulador de los discursos que éste presenta desde donde se pretende establecer una primera relación de poder sobre la construcción de la identidad nacional dentro de estos espacios, a partir de la exclusión de los grupos indígenas de la constitución de este discurso. Por ende, es posible proponer a los museos como espacios donde se sitúan los mecanismos de saber-poder construidos por parte del Estado en aras de manejar las conductas y visiones de mundo de las personas, las cuales, en este caso, pretenden establecer la percepción e inclusión de los

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indígenas dentro de las lógicas identitarias defendidas por el Estado-Nación. No obstante, tal como lo mostró el material empírico recogido, los mecanismos propuestos por el Estado fallan en la consolidación total de los dos tipos de funciones políticas que aquí fueron propuestas, a saber la construcción de un discurso identitario nacional inclusivo que aceptase la diversidad cultural y la construcción de alteridades a partir del discurso multicultural. En el primer caso, las múltiples alusiones que se hacen dentro de los guiones donde se posiciona a los grupos indígenas como primeros habitantes del territorio y base del Estado-Nación colombiano no elimina la visión que exalta la herencia cultural europea que dejó el periodo colonial y que

Fotografía por: Claudia León


observa a “lo indígena” a través de imaginarios de primitivismo y atraso cultural. Para el caso donde el discurso multicultural se aplica como constructor de políticas de alteridad, existe un grupo considerable de personas quienes encuentran en los guiones de los museos una forma de reconocimiento y exaltación de los grupos indígenas como parte de la población colombiana aboliendo sus diferencias culturales. También, estas personas ven en los grupos indígenas parte constitutiva de su identidad, puesto que se entienden como descendientes de procesos históricos que llevaron a que los pueblos indígenas y españoles constituyeran las bases de la población actual que hoy se erige como la Nación colombiana. Así, a manera de conclusión, es posible dilucidar que, a través de los discursos que aparecen en los museos, las funciones

políticas de las nociones identitarias inclusivas de la nación colombiana no son alcanzadas, ya que la población se encuentra dividida entre las dos posiciones aquí propuestas. No obstante, estas posiciones pueden ser atribuidas a la contradicción que se plantea a sí mismo el discurso identitario, puesto que éste, al defender dos posiciones totalmente opuestas, puede provocar divergencias al momento de su recepción. Vale la pena plantear la necesidad de explorar otros escenarios, como la escuela y el mercado, a través de los cuales el Estado busque aplicar sus discursos identitarios y contrastarlos de nuevo con las percepciones y prácticas del público receptor para así construir una imagen más amplia de la aparición y recepción de “lo indígena” dentro del discurso nacional.

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Destacados

Bibliografía MCDQRNM !DMDCHBS ř(MSQNCTBBH®MŚ X ř+@R Q@¨BDR BTKSTQ@KDRŚ $M "NLTMHC@CDR HL@FHM@C@R 1DƦDWHNMDR RNbre el origen y la difusión del nacionalismo. México: FCE, 2007. Appadurai, Arjun. “Globalización y violencia” y “El temor a los números pequeños”. En: El rechazo de las minorías. Barcelona: Editorial Tusquets Ensayos, 2007. Bolívar, Ingrid Johanna, Ferro Medina Germán, Dávila Ladrón de Guevara Andrés Coordinadores. Nación y sociedad contemporánea. Bogotá: Ministerio de Cultura, 2001 Ferguson, James. “The anti-politics machine”. En: Aradhana Sjharma and Akhil Gupta (Comp). The anthropology of the state. A reader. Malden, Massachusetts: Blackwell Publishing, 2006. Foucault, Michel. “Curso del 7 de enero de 1976” y “Curso del 14 de enero de 1976”. En: La microfísica del poder. Madrid: Ediciones la piqueta, 1992. García Canclini, Néstor. “Globalizarnos o defender la identidad” y “La globalización: Objeto cultural no idenSHƥB@CNŚ $M +@ FKNA@KHY@BH®M HL@FHM@C@ ,¤WHBN $CHSNQH@K /@HCNR Gutiérrez Martínez, Daniel. “El espíritu del tiempo: Del mundo diverso al mestizaje”. En: Daniel Gutiérrez Martínez (Comp.) Multiculturalismo. Desafíos y perspectivas. México: Siglo XXI editores, 2006. Ministerio de Cultura. “Política de museos”. En: Compendio de políticas culturales. [2009] [Citado: 17 de Noviembre de 2010] Disponible en la Web: http://www.mincultura.gov.co/?idcategoria=36181 Museo Nacional de Colombia. “La conquista: ¿Encuentro o confrontación?” [Online] [Actualización: 20 de noviembre de 2009] [Citado: 27 de octubre de 2010] Disponible en la Web: http://www.museonacional.gov. co/index.php?pag=home&id=4|29|138 Restrepo, Eduardo. “Biopolítica y alteridad: dilemas de la etnización de las colombias negras”. En: Políticas de la teoría y dilemas en los estudios de las colombias negras. Bogotá: Editorial Universidad del Cauca; Editorial Universidad del Magdalena, 2005. Segato, Rita Laura. “Introducción: Políticas de la identidad, diferencia y formaciones nacionales de alteridad”. En: La Nación y sus Otros. Buenos Aires: Editorial Prometeo, 2007. Vasco Uribe, Luís Guillermo. “Nacionalidades indígenas y estado en Colombia”. En: Entre selva y páramo. Viviendo y pensando la lucha india. Bogotá: ICANH, 2002. Pag.124


Destacados “El Cuerpo Cyborg, la bĂşsqueda de la nuetralidad y el nuevo juego de la SeducciĂłnâ€? Daniela AvendaĂąo1

[...] lo posthumano opera como un lugar de ambigĂźedad, como un espacio transicional donde las viejas formas de pensar acerca del yo y el Otro, el cuerpo y la tecnologĂ­a, la realidad y la ilusiĂłn, no pueden sostenerse. 7RĆąROHWWL

El cuerpo es nuestra primera ETDMSD CD RHFMHƼB@CN $R DK LDdio por el que actuamos, el que CDƼMD MTDRSQ@R MDBDRHC@CDR El cuerpo es una herramienta de producción, una herramienta política, una herramienta de reproducción. Es tanto la representación de nuestros límites, como metåfora de cosas mås grandes: la sociedad, el planeta, etc. Hasta hace muy poco no creíamos que nuestro cuerpo fuera muy diferente al de los hombres y las mujeres que vivieron hace 1000 aùos; ahora $RSTCH@MSD CD ƼKNRNE¨@ CD K@ 4MHversidad del Rosario. Contacto: quime.the.assassin@gmail.com - avendano.daniela@ur.edu.co Pag.126

somos testigos de cĂłmo cada pequeĂąo avance en la tecnologĂ­a genera cambios en nuestro organismo y en nuestra forma de interactuar con el mundo. Valga aclarar que somos testigos inconscientes. La cantidad de productos tecnolĂłgicos aumenta a medida que se reduce su tamaĂąo; eso los hace imperceptibles y aparentemente inofensivos. Desde otro punto de vista se hacen indispensables, terminan haciĂŠndose apĂŠndices electrĂłnicos de nuestro cuerpo.


Tomemos por ejemplo la crisis de los mensajes de texto en los EEUU2. En este caso los reportajes explican el problema por las tarifas ilimitadas para mensajes de texto que ofrecen las compañías de telefonía celular; hablan de los efectos (psicolóFHBNR X E¨RHBNR S@MSN ADM¤ƥBNR como perjudiciales del envío masivo de textos a diario y de ella dependencia que genera esta práctica. Sin embargo sólo algunas de las personas que han investigado el tema son conscientes de sus consecuenBH@R L R RHFMHƥB@SHU@R CD KNR cambios estructurales que trae la tecnología a nuestro cuerpo y a nuestra forma de entender el “ser humano”. Un adolescente en EEUU necesita un celular o un i-phone para enviar sus mensajes y así entra a ser parte de una red social de comunicación. Es más, el celular se vuelve un nuevo símbolo del cuerpo, uno que los puede hacer más o menos visibles, pues el celular que posean les dice a los demás qué tipo de persona son. Este pequeño aparato se vuelve indispensable y con ello nuevas necesidades surgen –como no perderlo o tenerlo siempre a

la mano (de forma literal3) –. Es poco exagerado decir que hay personas que sufren de pánico cuando dejan sus celulares en casa4. ¿Adicción? Tal vez por el momento sea la mejor palabra para explicarlo, pero es probable que en unos años no hablemos de adicción sino de la real necesidad de estar conectados todo el tiempo, so pena de perder lo que desde la tecnología nos ha hecho nuevos humanos. Es obvio, por otro lado, que estas manifestaciones de los cambios que trae lo tecnológico no son iguales para todos. Dependiendo del país, de los avances en tecnología y la distribución del acceso a la misma, y también del grupo de edad que tengamos en cuenta, veremos dinámicas completamente distintas. También se puede observar que el límite entre los accesorios “adictivos” y el momento en el que nos volvemos cyborgs no es muy claro (esta ambigüedad forma parte de la riqueza del término). De hecho, una persona con un implante – cómo una lámina o unos tornillos por una fractura– no es plenamente consciente de cómo el nuevo elemento hace de su cuerpo, y de sí mismo, una enti

2 Ver: http://www.nytimes.com/2009/05/26/health/26teen.html 3 Ver: http://espanol.skymall.com/enes/shopping/detail. htm?pid=203191905&c=&v=&ddi=/products/76/1c /0c/203191905gx3.jpg 4 Ver: http://hubpages.com/hub/OH-NOI-LEFT-MY-CELL-PHONE-AT-HOME Pag.127


Destacados dad completamente nueva. Ando Arike propone que la reƦDWH®M CDAD FTH@QRD ONQ DRS@R preguntas: “(1) ¿Para qué son los humanos? (2) ¿Para qué son las máquinas? (3) ¿Cómo hacemos para distinguir sus “propósitos” o “usos” diferentes, asumiendo que como humanos y máquinas debemos crecer cada vez más entrelazados?” (Arike: 2001, 449); pero esta pregunta está parcializada ¿realmente debemos distinguir esos propósitos o usos como si fueran diferentes? Donna Haraway podría contestar que Arike hace su pregunta desde la estructura fuerte en la que dualismos fuertes como “máquina/humano” u “animal/humano” son los dominantes. La imagen del BXANQF SHDMD BNLN ƥM FDMDQ@Q

neutralidad entre los extremos de las dicotomías que tienden @ CDƥMHQRD ONQ NONRHBH®M -DTtralidad que tal vez podría entenderse, a la manera de Baudrillard, como el grado cero de la estructura. El presente ensayo consta de tres partes. La primera intenta ver cuáles son algunos de los cambios importantes que ocurren en el cuerpo como univerRN CD RHFMHƥB@CN K@ RDFTMC@ busca aclarar el concepto de cyborg y la tercera se centra en revisar el concepto de “seducción” en el sentido de Baudrillard y cómo el “juego” que propone este autor a propósito de CHBGN BNMBDOSN O@QDBD LNCHƥcar sus reglas cuando el cuerpo humano cambia para darle paso al cuerpo cyborg.

Ilustración por: Juan Camilo Alfonso Pag.128


El Cuerpo )ŽVLFDPHQWH FDGD LQGLYLGXR SXHGH GHƲQLUVH SRU OD VXPD GH ORV espacios que puede dominar, por su territorio, de alguna manera, con la condición de precisar que los límites de ese territorio son variables según sean aprehendidos por un sentido u otro. El cuerpo WHUULWRULR HQ HVWD O´JLFD HWRO´JLFD SXHGH GHƲQLU XQ SHUŽPHWUR GH defensa; este es un concepto animal cuyas extensiones metafóricas al cuerpo social o al lenguaje de la guerra son posibles, tentadoras y a veces evidentes. (AugÊ: 1996, 68-69). El narcisismo, por la atención puntillosa hacia el cuerpo, por su preocupación permanente de funcionalidad óptima, desmonta las UHVLVWHQFLDV lWUDGLFLRQDOHV| \ KDFH DO FXHUSR GLVSRQLEOH SDUD FXDOquier experimentación. (Lipovetsky: 1996, 63). /R HVHQFLDO HV TXH QR VR\ \R QR HUHV W VLQR OD FRVD ƲORV´ƲFR VH[XDO HO VPPXP GH OD DEVWUDFFL´Q \ HO VPPXP GH OD UHLƲFDFL´Q la que celebra su propio triunfo sobre todos los sujetos que se proyectan y los objetos utilizables, sobre el mundo de la previsión y de la instrumentalidad, sobre el reino de lo trivial y de lo obvio. 3HUQLROD Marc AugÊ dedica una sección al cuerpo/símbolo en su libro Dios como objeto. Este autor sostiene la tesis de que hemos construido a nuestros dioses a imagen y semejanza de nosotros (no viceversa). Así, la divinidad comparte las formas båsicas que percibimos en nuestro cuerpo: una cabeza unida a un tronco, del cual se desprenden 4 extremidades. En ocasiones la cabeza es mucho mås grande que la proporción

humana, o los genitales. A veces esas formas se combinan con los rasgos de algunos animales. Estas exageraciones o CDENQL@BHNMDR RTDKDM RHFMHĆĽcar que el dios es superior en tanto su “territorioâ€? es mucho mĂĄs extenso que el de un simple humano. La misma lĂłgica aplica a los hĂŠroes o chamanes. Lo que ocurre ahora es que ya no diseĂąamos el cuerpo de dioses distintos a nosotros mismos, sino que estamos buscan

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Destacados do aumentar nuestro territorio, divinizando nuestro alcance (no simplemente ampliándolo), C MCNKD TM RHFMHƥB@CN MTDUN Según Augé, “hoy es evidentemente en el dominio técniBN CNMCD DK GNLAQD @ƥQL@ RT vocación de hacer retroceder las fronteras en virtud de las BT@KDR RD OQDSDMC¨@ CDƥMHQKNŚ (Augé: 1996, 69). La ventaja que tiene nuestra era sobre las anteriores es la tecnología derivada de la cibernética5, especialmente la computación, la electrónica, y en general todas las tecnologías de la información. La razón es que las tecnologías de antes no lograban acoplarse a nuestro cuerpo: es muy distinto tener una herramienta mecánica que me permite ver objetos celestes en la lejanía a un implante en nuestros ojos que nos permite ver los colores a partir del sonido6. Una cosa es que la máquina, como tradicionalmente se entiende, sea una ampliación de la capacidad humana: otra cosa es que lo mecánico y lo humano ya no se puedan distinguir en el ámbito de lo corporal. Se objetará que nuestra dependencia con la tecnología no DR RTƥBHDMSD O@Q@ @ƥQL@Q PTD estamos entrando en una “era de cyborgs” o algo por el estilo. Sin embargo, y en esto sigo a

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TF¤ CD MTDUN ř@PT¨ K@ ƥBBH®M es verdaderamente reveladora, pues muestra hasta qué punto el cuerpo humano puede ser objeto de tratamiento tecnológico” (Augé: 1996, 70). Aunque nos reprochen que los cyborgs RNM TM@ ƥFTQ@ CD K@ BHDMBH@ ƥBción y nuestros cuerpos están lejos de la invasión tecnológica, estas personas están ignorando el hecho de que sólo un marcapasos (objeto ya bastante común) hace de su usuario algo más que humano – en el sentido de la estructura eurocéntrica tradicional del pensamiento. Es importante observar otra característica de nuestro contexto que facilita la llegada del cuerpo cyborg. Gilles Lipovetsky en su libro La era del vacío dedica uno de sus capítulos a argumentar que estamos atravesando por una transformación antropológica que mina muchos de nuestros valores tradicionales y los intercambia por una axiología narcisista. Una de las partes fundamentales de este narcisismo es cómo RD QDƦDI@ ¤RSD DM DK BTDQON CD cada individuo. Lo primero que resalta Lipovetsky sobre este tema es que el cuerpo en nuestra era es objeto de culto. Esto de nuevo nos lleva a Augé y la idea de que modelamos los dioses a nuestra semejanza, el asunto

5 Según la RAE: “Estudio de las analogías entre los sistemas de control y comunicación de los seres vivos y los de las máquinas; y en particular, el de las aplicaciones de los mecanismos de regulación biológica a la tecnología”. Ver: http://buscon. rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_ BUS=3&LEMA=cibern%E9tica 6 Ver el caso de Neil Harbisson: http://www.bbc.co.uk/devon/news_ features/2005/eyeborg.shtml


es que ya no modelamos esculturas sino nuestros propios cuerpos y nuestro ser visible es la prueba física de nuestra divinización. La pregunta ahora será ¿a semejanza de qué? Pues bien, la forma del cuerpo no puede cambiar tanto –si es que cambia– , lo que ganamos son extensiones de territorio,

hacia adentro o hacia afuera. En este caso podemos pensar en Automatic Jack, personaje de “Quemando cromo”. Este sujeto tiene un brazo mecánico que le facilita su interactuar con y manipular a las máquinas; el brazo en este caso es visto por el personaje como su fuente de identidad:

—Ya me voy, vaquero —dije, desconectando el waldo. Ella me miró mientras yo me ponía el brazo de vuelta. ř 6DEHV DUUHJODU FRVDV" řSUHJXQW´ —Lo que sea, lo que quieras; Automatic Jack arregla todo. —Abrí de golpe los dedos de duraluminio para que los viese. (Gibson: 1994, 129). Reiteremos, sin embargo, que hay unas formas fundamentales del cuerpo que no cambian. Según Augé incluso para estos personajes “es menester que su cuerpo esté preservado de la materialización absoluta [...] conservan la apariencia de un cuerpo, de una carne, de una mirada, la apariencia de sentimientos” (Augé: 1996, 71). Esto pareciera ser necesario para la perpetuación del dualismo fuerte entre el cuerpo de la máquina y su fantasma; no obstante, el cuerpo del cyborg, al intentar mantener una aparien-

cia cercana a la humana, se convierte eso, en pura apariencia sin fondo. No hay nada más allá de lo que se ve, el sentimiento sólo existe en tanto hay un cuerpo que lo muestra: “el cuerpo mismo ha perdido su estatuto de alteridad, de res extensa, de materialidad muda, en beneƥBHN CD RT HCDMSHƥB@BH®M BNM DK ser-sujeto, con la persona” (Lipovetsky: 1996, 61). El cambio en la naturaleza del cuerpo no es, por tanto, simplemente una extensión hacía afuera, un mejoramiento. El cambio está en cómo se Ilustración por: Juan Camilo Alfonso Pag.131


Destacados

7 Se lee de derecha a izquierda 8 Ver Obata, Takeshi. “Dreadful man! His name is Sharekoube!” En: Cyborg Grandpa-G. Capítulo 3, página 15. Disponible on-line: http:// w w w. m a n g a r e a d e r. n e t / 7 6 1 3 5 3 0 8 - 1 5 /c y b o rg - g ra n d p a g / chapter-3.html 9 Ver: http://www.guardian.co.uk/ commentisfree/2007/nov/22/ comment.comment 10 Ver: http://www.youtube.com/ watch?v=WuPMcNjwYP8 Pag.132

UTDKUD DK DKDLDMSN CDƥMHSNQHN del individuo. Lo que antes era mente y razón ahora es cuerpo. Si tenemos algo “adentro” no puede ser distinto de lo que se ve. El sujeto es su cuerpo. El segundo elemento imONQS@MSD DM K@ QDƦDWH®M CD +Hpovetsky se encuentra en la necesidad de “permanente funcionalidad”. El terror a la vejez no es igual al de la muerte, es más bien la aversión al deterioro, a la decadencia, pues los metales y en general los materiales no orgánicos duran más que la carne y los tejidos blandos. Un

ejemplo curioso de cómo se puede presentar este miedo nos lo ofrece una serie de manga7 (cómic japonés) en el que un abuelo se transforma en cyborg, arrastrando a su familia a una vida completamente nueva y llena de peligros. Lo interesante de este ejemplo es que, a pesar de su increíble fuerza y demás aptitudes adquiridas por el cyborg, KNR LNLDMSNR DM PTD Ʀ@PTD@ X “deja de funcionar” se deben a que en el fondo sigue siendo un anciano, y sus enemigos no tardan en resaltarlo8:

El cyborg no necesariamente nos acerca a la inmortalidad, aunque podría. Ray Kurzweil es uno de los partidarios de esta teoría, según él, podremos usar tecnología nanobótica para reemplazar células o atacar enfermedades cuando nuestro sistema inmunológico no sea RTƥBHDMSD DRSN NAUH@LDMSD extendería exponencialmen-

te nuestra esperanza de vida9. Así, la idea principal no es vencer a la muerte sino conservar la utilidad: “permanecer joven, no envejecer: el mismo imperativo de funcionalidad pura, el mismo imperativo de reciclaje, el mismo imperativo de desubstancialización acosando los DRSHFL@R CDK SHDLON @ ƥM CD disolver las heterogeneidades


de la edadâ€? (Lipovetsky: 1996, 62). El punto es que en la actualidad ser viejo es sinĂłnimo de ser inĂştil o feo. Conservar un trabajo, o en general una vida, puede requerir de parte de cualquier sujeto el someterse a procedimientos que retrasen el proceso natural del envejecimiento o que al menos lo disimulen, como es el caso de la cirugĂ­a plĂĄstica10. ÂżQuĂŠ es pues lo bello? Claramente mayor funcionalidad, mayor juventud o “durabilidadâ€? en un estado Ăştil. Llega el momento en el que debemos dejar de hablar

del cuerpo como una parte del ser humano, pues cuerpo es lo opuesto justamente a las viejas dualidades, cuerpo es todo lo que somos, somos todo lo que mostramos. Una visión radical de esta perspectiva la ofrece Mario Perniola en su visión del cuerON BNLN BNR@ ODQRNMHƼB@CN por el F\ERUJ ƲORV´ƲFR VH[XDO OponiÊndose a algunas de las ideas que hemos expuesto en este apartado, Perniola dice lo siguiente:

8Q F\ERUJ HVWD UHHGLFL´Q GHO +ªUFXOHV FŽQLFR \ HVWRLco, no es ni bello ni feo; ya no tiene un cuerpo: las prótesis tecnológicas constituyen una extensión de los sentidos que los separan y los alienan del cuerpo orgånico. Los sentidos son ya independientes y autónomos con respecto al organismo [...]. 3HUQLROD Se puede observar que Perniola renuncia no sólo a la idea de que el sujeto es algo distinto del cuerpo, va mucho mås allå pues elimina tambiÊn al cuerpo del horizonte del problema. No ve a las prótesis como potenciamientos ni ampliaciones de territorio, mucho menos observa la posibilidad de una nueva categoría de lo bello equivalente a la longevidad o a la funcionalidad. De esta manera el cuerpo para Perniola no es ni sujeto ni

objeto, es cosa sintiente. Esta cosa sintiente es lo que llamaLNR DK BXANQF ĆĽKNRÂŽĆĽBN RDWT@K se llama asĂ­ porque, como cyANQF DR @QSHĆĽBH@K N HMNQFÂœMHBN DR ĆĽKNRÂŽĆĽBN ONQPTD RÂŽKN @ SQ@U¤R CD K@ ĆĽKNRNE¨@ KNFQ@ KHADrarse de la estructura orgĂĄnica y naturalista que depende del deseo y el placer. Finalmente, veremos que es sexual porque siempre genera excitabilidad sexual, pero de una sexualidad virtual, la de la cosa que siem IlustraciĂłn por: Juan Camilo Alfonso Pag.133


Destacados pre está disponible. En nues- Perniola, y veremos sus implicatra última sección profundiza- ciones inmediatas en el probleremos esta idea del cuerpo de ma de la neutralidad.

El Cyborg Llega el momento de enfrentarnos a qué es lo que popular y académicamente se entiende por cyborg. En el ámbito popular se podría pensar en la siFTHDMSD CDƥMHBH®M TM RDQ UHUN con prótesis de materiales no orgánicos; la otra, la académica, es la de un cuerpo con componentes adheridos después del nacimiento. La diferencia no es muy grande, pero vale la pena observar por qué es relevante. En primera instancia, la primera no incluye nuestro ejemplo de los celulares del comienzo, pero es probablemente la más generalizada. La segunda no es tan común pero es más cercana a lo que queremos mostrar. Es más general, pero no tanto como aparenta, y esto depende de si logramos dar una imagen concreta de lo que es el cuerpo cyborg: no cualquier hombre usando una máquina es un cyborg (esto puede que extienda alguna capacidad suya mas no su “territorio” como lo veíamos más arriba); para que un elemento orgánico o inorgánico se considere parte del cuerpo, tiene que entenderse al mismo

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como un todo inseparable que es la fuente del individuo11. Por ejemplo, una enfermera puede estar manipulando jeringas durante horas, incluso días enteros. No obstante, hay un momento en el que se separa de este instrumento, sabe que distinto es de sí. Ahora, esta enfermera podría no darse cuenta de que su celular, en cambio, nunca ha estado separado de su cuerpo por más de medio metro en los últimos 10 o 15 años. +@ CDƥMHBH®M O@Q@CHFL SHB@ del cyborg en el debate actual surge con Donna Haraway12 y es el feminismo en general la corriente que tal vez ha trabajado más el tema. La razón es que nuestra relación con la tecnología y los cambios que trae consigo pueden representar ADMDƥBHNR O@Q@ K@ LTIDQ N DK .SQN L R @KK CD RHFMHƥB@Q KNR avances de las ciencias dediB@C@R @ K@ HMSDKHFDMBH@ @QSHƥBH@K alimentan el imaginario de la gente común y lo llenan de eLo curioso es que Haraway entiende esta transformación como si el cuerpo se volviera energía. La máquina se compone de un conjunto de circuitos, pero sól

11 Decimos orgánico o inorgánico porque la naturaleza del material que se adhiere no nos interesa. Dicho esto, podría darse el caso de extender nuestra idea del cyborg a manipulaciones de material genético cómo en la película Gattaca de Andrew Niccol, pero esto sólo lo dejaremos enunciado O@Q@ QDƦDWH®M CDK KDBSNQ 12 Donna Haraway es una de las pensadoras feministas más comentadas en la actualidad, DR @CDL R ƥK®RNE@ CD K@ BHDMcia y la tecnología. 13 Ver: http://www.ai.mit.edu/ projects/humanoid-roboticsgroup/


na que permiten la llegada CD K@ ƥFTQ@ CDK BXANQF $M OQHmer lugar, la dicotomía humano y animal se está difuminando. Este proceso viene desde la publicación de la teoría evolucionista de Darwin, e incluso más atrás, de la teoría del origen común de las especies. Las investigaciones recientes acerca del proceso evolutivo dan un impulso mayor a este cambio X MNR ODQLHSDM @ƥQL@Q BNR@R como que “somos primos hermanos del chimpancé bonobo” sin sentirnos metafísicamente infravalorados por ello: “El cyborg aparece en el mito precisamente en donde la frontera entre lo humano y lo animal se transgrede. Lejos de señalar un aislamiento de la gente de otros seres vivos, los cyborgs señalan perturbadora y placenteramente un acoplamiento estricto” (Haraway: 1991, 152). La segunda división que se transforma es la de animalhumano (organismo) y máquina. Esto implica momentos en los que la máquina empieza a tener cualidades o funciones equiparables a las animales o humanas, y como dice Haraway “nuestras máquinas están perturbadoramente vivas, y nosotros alarmantemente inertes” (Haraway: 1991, 152). Esto se evidencia sobre todo con los estudios de robótica y la crea-

ción de androides que prolifera en Japón y en instituciones como el MIT; inteligencias artiƥBH@KDR BNLN ".& DK QNANS PTD aprende por el entorno) o KisLDS DK QNANS PTD QDƦDI@ RDMSHmientos)13 L R @KK CD RHFMHƥcar los avances de las ciencias dedicadas a la inteligencia arSHƥBH@K @KHLDMS@M DK HL@FHM@QHN de la gente común y lo llenan de expectativas frente a la idea CD K@ UHC@ @QSHƥBH@K 1DBNQCDLNR que estos robots humanoides no son cyborgs, son androides, con esto queremos decir que son completamente independientes de cualquier material orgánico: “la naturaleza de un sentir que no es aún plenamente humano” (Perniola: 1994, 42). El tercer y último dualismo en extinción es el de lo físico y lo no físico. Este puede entenderse de varias maneras. Por ejemplo, el viejo dualismo cartesiano entre cuerpo y alma –donde alma es equivalente a sujeto– recordemos queda relegado cuando podemos concluir, como en la sección anterior, que ahora el sujeto está en el cuerpo y no puede ser diferente al mismo. Lo curioso es que Haraway entiende esta transformación como si el cuerpo se volviera energía. La máquina se compone de un conjunto de circuitos, pero sólo es máquina cuando empieza el traslado o la

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Destacados comunicaciĂłn de seĂąales a travĂŠs de los mismos. Esto se da en forma de pura energĂ­a, lo que hace a la mĂĄquina un objeto mucho mĂĄs versĂĄtil que al cuerpo biolĂłgico. No obstante, DRS@ UHRHÂŽM DMSQ@ DM BNMĆŚHBSN con la desapariciĂłn de la segunda divisiĂłn, pues parece revivir la distinciĂłn entre lo orgĂĄnico y KN @QSHĆĽBH@K Por otra parte, no parece que la pura materialidad sea una salida interesante al problema: el organismo humano no podrĂ­a distinguirse de una piedra, el sujeto no serĂ­a mĂĄs que la conjunciĂłn de materias primas que interactĂşan absolutamente pasivos con el ambiente. SerĂĄ mĂĄs

14 Aunque el cuento es de Bruce Sterling ocurre en el universo de William Gibson, por ello aparece en la colecciĂłn Quemando Cromo de este Ăşltimo. 15 Ver: Yvonne Volkart (2004): “Cyborg Bodies. The End of the Progressive Bodyâ€?. <http://www. medienkunstnetz.de/themes/ cyborg_bodies/editorial/>. Rev. 2010-06-08 16 Este es el comentario de Volkart a la obra: “In ÂŤSibylleÂť (1997) we see a female, mutilated monster—half animal, half human being—displayed on a table. The female monster, however, seems a shabby assemblage which makes the viewer, rather than being shocked, simply wonderâ€?

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interesante por ello entender la carencia de fondo que observamos en estas distinciones por la idea de apariencia. De lo animal y lo humano un ejemplo interesante son los miembros de la tribu urbana de los Lo-Teks quienes aparecen en el cuento de Bruce Sterling “Johnny MnemĂłnicoâ€?14. Esta tribu se compone de adolescentes que han decidido dejar a un lado la vida cargada de aparatos electrĂłnicos, casi inevitable en su contexto; ellos muestran su pertenencia a la tribu colocĂĄndose implantes animalescos. Esta es la descripciĂłn que hace Johnny MnemĂłnico del primer Lo-Tek que conoce, Perro:

PodrĂ­a tener quince aĂąos, pero los colmillos y un brillante mosaico de cicatrices se conjugaban con la Ăłrbita del ojo para presentar una mĂĄscara de total bestialidad. HabĂ­a tomado tiempo y un cierto tipo de creatividad ensamblar aquel rostro, y su actitud me hizo ver que disfrutaba viviendo tras ĂŠl. Llevaba unos tejanos gastados, negros de mugre y brillantes en las rayas. TenĂ­a el pecho y los pies desnudos. 6WHUOLQJ Es evidente que incluso los Lo-Teks caen en el juego de la conjunciĂłn con la tecnologĂ­a. Los implantes sĂłlo pueden colocarse a travĂŠs de un procedimiento quirĂşrgico, y estos no

pueden ser orgĂĄnicos. Son material inorgĂĄnico implantado. ÂżEn quĂŠ sentido es este personaje un cyborg? La respuesta la encontramos en el arte, pues es en este ĂĄmbito donde la nociĂłn


de cyborg como objeto de neutralidad en tanto rompe con las CDĆĽMHBHNMDR CHBNSÂŽLHB@R ONQ NONRHBHÂŽM K@ MNBHÂŽM CD '@Q@V@X se ha hecho mĂĄs fuerte. Por ejemplo, Yvonne Volkart escribe lo siguiente en la editorial de “Cyborg Bodiesâ€? de 0HGLD $UW 1HW: Los cyborgs aquĂ­ no son sĂłlo organismos cibernĂŠticos, i.e. Acoplamientos entre humanos y mĂĄquinas, como son FRPÂťQPHQWH GHƲQLGRV 0HMRU DÂťQ HOORV GHQRWDQ JHQHUDOmente fantasĂ­as acerca de hĂ­bridos, monstruos, cuerpos maquinizados, clonados, digitales, conectados, celulares o transgenerizados. Por tanto “Cyborg Bodiesâ€? abarca todas estas nociones en que el cuerpo es considerado algo que VH KD DUPDGR DUWLƲFLDO \ QXHYR . “Cyborg Bodiesâ€? se compone de nueve secciones, cada una de las cuales se enfoca en una caracterĂ­stica particular de esta nociĂłn comprensiva de los cyborgs, sin embargo, es usual ver algunas obras repetidas en las distintas secciones. Todas, sin embargo, comparten el fondo ideolĂłgico de la autora feminista. Un ejemplo interesante para la idea animal- mĂĄquina es la escultura “Sibylleâ€? de Breuning16:

Ya que tradicionalmente tecnologĂ­a o tecnocracia eran asociados al poder masculino, la disoluciĂłn de dualismos en Haraway y la imposiciĂłn del cyborg como imagen abanderada de esta transformaciĂłn, implica tambiĂŠn la intenciĂłn de neutralizar el sexo. De hecho, el cyborg se concibe por estas manifestaciones artĂ­sticas IlustraciĂłn por: Juan Camilo Alfonso Pag.137


Destacados como un ser “post-sexual”, lo cual lleva a la neutralización de lo masculino y lo femenino. La estrategia del feminismo de Haraway es, entonces, desbaratar las formas de leer la realidad del pensamiento tradicional para traer al cyborg con su lenguaje ambigüo, neutro y simbólico. Lo post-sexual se convierte así en otro de los temas dominantes en el arte derivado de la teoría de Haraway17:

La Seducción: Lo anterior es consecuente con la visión que tiene Baudrillard del feminismo. En De la seducción Baudrillard estipula que hay dos caminos que puede seguir la sociedad: uno que es mantener la estructura fuerte de los dualismos tradicionales y la otra es tender a la neutralidad, al “grado cero” que es representado por lo femenino. Para este autor, el camino que ha seguido nuestra sociedad es el segundo: nos dirigimos a la hiperrealidad excesiva, el porno, la obscenidad. Estamos produciendo una nueva sociedad cuya realidad no es otra que la simulación, es de hecho una hiperrealidad en el momento en el que es indistinguible de un “modelo”. /@Q@ *HL 3NƤNKDSSH @TSNQ@ feminista, es justamente la si-

mulación lo que abre el camino para la llegada de las imágenes “post-humanas” como el cyborg. No obstante, cabe resaltar que para Baudrillard el feminismo y su obsesión con lo orgánico, y al formar parte del proceso de producción de la simulación, está haciendo que lo femenino pierda una cualidad que le daba profundas ventajas en la estructura que está diluyendo. Este poder es el de la seducción, es decir, el poder de la mujer de ser objeto que seduce, sin que DK FNBD RD@ TM ƥM HLODQ@SHUN MH K@ MDBDRHC@C CD @ƥQL@QRD BNLN sujeto. La noción del cyborg ƥKNR®ƥBN RDWT@K CD ,@QHN /DQniola podría considerarse una forma de ver cómo la seducción permanece de otra manera, la seducción después del grado cero. Esta idea comparte, por 17 Ver Aziz, Anthony; Cucher, Sammy (Aziz/Cucher). “Faith, Honor and Beauty”. 1992

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tanto, el principio de neutralidad con el feminismo de HaQ@V@X N CD 3NƤNKDSSH RHM DLA@Qgo, los resultados de cómo ver el mundo y cómo actuar en el mundo a partir de la imagen del cyborg son distintos. $M FDMDQ@K ONCDLNR @ƥQL@Q que el rechazo a la estrategia de la seducción por parte del feminismo se debe al terror de ver a la mujer como objeto, subordinado supuestamente al sujeto, pues esta es la versión general que tenemos de la realidad: que el sujeto moldea al objeto. La versión de Baudrillard es mucho más interesante, pues CD TM@ QDK@BH®M ƥMHS@ X KHLHS@C@ como es el deseo del sujeto por un objeto, pasamos a una relaBH®M HMƥMHS@ X RHLA®KHB@ DM K@ que el objeto seduce y moldea al sujeto. Así, la mujer como objeto que seduce tenía el poder de satisfacer el deseo del hombre o sencillamente no hacerlo. El momento de la obscenidad pura llega cuando la mujer ya no seduce sino que desea, y como si ya no tuviera derecho a elegir, está siempre disponible. Si antes lo femenino era incertidumbre porque tenía la opción, ahora es incertidumbre por la carencia de límites. /@Q@ 3NƤNKDSSH ř@K ONMDQ ƥM a las oposiciones estables, la simulación promueve la generación de diversas formaciones

de sujetos que no se limitan a la ley de los opuestos” (163) esto es efectivamente cierto en la era de la proliferación del sexo. La completa neutralidad nos deja en el terreno de una nueva incertidumbre, la de qué es el sujeto –si acaso es–, pues BNMSQ@QHN @ KN PTD OHDMR@ 3NƤNletti, el sujeto es impensable desde la simulación. Para BauCQHKK@QC K@ HLONRHAHKHC@C CD ƥI@Q límites virtualiza al sujeto en su relación con la realidad (o la hiperrealidad), mientras que para K@ @TSNQ@ DR DRS@ HMCDƥMHAHKHC@C y permanente mutación la que provee el constante caudal de HCDMSHC@C EDLDMHM@ 3NƤNKDSSH 2007,, 164). /@QDBHDQ@ PTD 3NƤNKDSSH X Baudrillard sostienen ideas similares desde distintas perspectivas. Sin embargo hay una diferencia grande que debeLNR @SDMCDQ /@Q@ 3NƤNKDSSH KN que da la oportunidad de reCDƥMHBH®M CD KN EDLDMHMN DR K@ producción, para Baudrillard es la imposición de la producción lo que le limita. Ahora veamos la diferencia entre el acercaLHDMSN CD 3NƤNKDSSH X DK CD /DQniola. Para este último el camino correcto de la sexualidad es UNKUDQRD MDTSQ@ ƥI@QRD DM KN NQgánico como si fuera inorgánico y dejar a un lado el afán de la culminación orgásmica. La tarea se logra con la

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Destacados řBNRHƼB@BHŽMŚ CDK BTDQON Ŕ distinta a la idea de Baudrillard de volverse el objeto que moldea al sujeto, justamente porque renuncia completamente a la distinción sujeto/objeto o masculino/femenino–. Esto se trata de sostener el cuerpo BNLN @KFN @QSHƼBH@K řDL@MBHpado de cualquier referencia a un modelo original� (Perniola: 1994, 65). No olvidemos que nos encontramos en el grado cero de lo femenino, en su completa apertura y disposición; ya

no puede entenderse en oposiciĂłn a lo masculino, ni podemos dar juicios de valor acerca de si algo es bueno o malo, ni siquiera podemos hablar de su fealdad o su belleza porque nos quedamos en el terreno del agrado (Perniola: 1994, 64). Recordemos que Perniola se opone a la que originalmente habĂ­amos establecido en la primera secciĂłn de nuestro texto, las consecuencias de ello no se hacen esperar:

aunque estas formas intermedias [como el cyborg] sean a veces superiores al KRPEUH HQ VXV HVSHFŽƲFDV SUHVWDFLRQHV funcionales por las cuales se han producido, permanecen desde un punto de vista global inferiores a suinventoryasuFUHDGRU 3HUQLROD

Como habíamos establecido anteriormente, la idea es que siendo consecuentes con la eliminación del sujeto de la ecuación de la sexualidad, nuestro BTDQON MN ONCQ¨@ HCDMSHƼB@QRD con el sujeto, ni ser objeto de culto (como una forma de diviMHY@BHŽM QDƌDWHU@ $K BTDQON DR

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sencillamente, cosa que siente: no busca nada, ni lo bello, ni el placer, no desea. Enmarcados en esta idea, el cuerpo no estaría en el campo de la proCTBBHŽM BNLN CDƼDMCD 3NƤNletti) sino que se encontraría mås allå de Êsta. DespuÊs de la proliferación viene la absoluta


disponibilidad, a la vez que nos convertimos en cosas, nos entregamos a otras cosas, y esas cosas se entregan a nosotros: “la experiencia de ser una cosa que siente, con la alienación implícita en tales cosas, con la líbido de darse y de tomar ilimitadamente” (Perniola: 1994, 52). R¨ DK BXANQF ƥKNR®ƥBN RDxual de Perniola es un ser que vive su sexualidad posterior al deseo, que ya no lo necesita justamente porque vive en medio de la disponibilidad. La longevidad o la duración del cuerpo para éste no es una categorías de lo bello o lo que aceptamos como bello y bueno, es más bien lo que viene garantizado con la sexualidad cuando dejamos de depender del deseo, que siempre tiene su culminación en el orgasmo. Lo más importante: Perniola elimina la idea del sexo como los dos separados que buscan estar juntos de nuevo. La razón es que no son dos sexos. El femenino/masculino pierde vigencia porque la división en el estado de lo inorgánico se potencia: “El sexo no es la incorporación o el ser incorporados por el opuesto

simétrico, sino el secare, el dividir sin detenerse nunca en esta división” (Perniola: 1994, 152). Si se logra la neutralidad que busca el feminismo, incluso la indeterminación que exalta 3NƤNKDSSH DR DM K@ HCD@ CDK BXANQF PTD CDƥDMCD /DQMHNK@ +@ pregunta que nos queda es precisamente cuál de los dos acercamientos es más cercano a la realidad o si es incluso deseable la llegada de la neutralidad. Si bien la propuesta de Perniola supera la sociedad simulada en el sentido de que abre paso completamente a la seducción, ¤RS@ B@O@BHC@C CDK BXANQF ƥKNR®ƥBN RDWT@K CDODMCDQ¨@ CD un proceso en el individuo que difícilmente han vivido siquiera las sociedades más cercanas al sex appeal de lo inorgánico, el OQNBDRN Q@BHNM@K X CD QDƦDWH®M CDRCD K@ ƥKNRNE¨@ X DK CDI@LHDMto del cuerpo a través de ésta parece un lugar lejano. Para ponerlo en términos de Perniola, seguimos en el paradigma de la sexualidad orgánica y estamos lejos de dejarlo atrás incluso considerando nuestro acercamiento a lo posthumano (como es el caso del cyborg). /NQ NSQN K@CN 3NƤNKDSSH DR L R

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Destacados consciente de su entorno, tanto así que su teoría sólo es posible a través del análisis cuidadoso de imágenes ya usuales de lo posthumano, como las muñecas Barbie, personajes como Marilyn Manson o campañas publicitarias; no obstante, como vimos, es inB@O@Y CD CDI@Q @ TM K@CN K@ HCD@ CDK RTIDSN CDƥMHQ @ K@ LTIDQ BNLN objeto o como mera cosa no es una opción que contemple (la idea LHRL@ CD K@ HMUDRSHF@BH®M CD 3NƤNKDSSH UDM¨@ CD K@ AµRPTDC@ CDK sujeto en el espacio de simulación). Aún cuando esta renuncia al RTIDSN RD@ K@ µMHB@ U¨@ @ K@ BNLOKDS@ DKHLHM@BH®M CD K@R CDƥMHBHNnes por oposición, a la neutralidad.

Bibliografía Augé, Marc. “El cuerpo”. En: Dios como objeto. Barcelona: Gedisa, 1996. Baudrillard, Jean. De la seducción. Madrid: Catedra, 1981. Gibson, William. Neuromate. Barcelona: Minotauro, 1986. Quemando Cromo. Barcelona: Minotauro, 1994. Haraway, Donna. “A Cyborg Manifesto: Science, Technology, and Socialist-Feminism in the Late Twentieth Century”. En: Simians, cyborgs, and women: the reinvention of nature. New York: Routledge, 1991. Lipovetsky, Gilles. “Narciso o la estrategia del vacío”. En: La era del vacío. Barcelona: Anagrama, 1996. Perniola, Mario. El sex appeal de lo inorgánico. Madrid: Trama, 1994. Sterling, Bruce. “Johnny Mnemónico”. En: Quemando Cromo. Barcelona: Minotauro, 1994. 3NƤNKDSSH *HL "XANQFR @MC !@QAHD #NKKR EDLHMHRL ONOTK@Q BTKSTQD @MC SGD posthuman body. Londrés: I.B. Tauris, 2007. Volkart, Yvonne. “Cyborg Bodies. The End of the Progressive Body”. [En línea]. [Revisado el 8 de junio de 2010]. Disponible en la Web: http://www.medienkunstnetz.de/themes/cyborg_bodies/editorial Pag.142


Reflexión Hipótesis Radical Sobre el Cambio Social

Sebastián Alejandro Gonzáles Montero1 Resúmen: Una versión contemporánea de los movimientos sociales debe hacer énfasis en las posibilidades de creación de resistencias que enfocan la perspectiva de alcanzar otros modos de vivir. Proponemos una perspectiva acontecimental (évènementiel) de los movimientos sociales que no deja lugar a connotaciones culturalistas fundadas en la presunción que los procesos de emancipación maniƥDRS@M TM@ CDRHCDMSHƥB@BH®M con búsqueda en modos de alcanzar otras “mejores” identidades. Si vale intentar una CDƥMHBH®M @BNMSDBHLDMS@K de los movimientos sociales

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es porque guardamos la esperanza que en ellos existan mejores destinos. Lo que importa es la libertad y la creación colectiva de alternativas éticas sobre cómo construir otra vida. La idea es defender una política del acontecimiento como la base del asunto de cómo entender los movimientos sociales. Las pregunta que intentamos desarrollar es ¿qué consecuencias políticas debemos extraer de considerar los movimientos sociales, @RTLHDMCN PTD QDƦDI@M TM@ crueldad de la vida y una ineluctable violencia que disuelve mundos, pero exige la construcción de otros?

1. Investigador Docente Universidad de La Salle. Facultad de Filosofía y Humanidades. Programa de Filosofía y Letras. Profesional en Filosofía y Magíster en Filosofía. Escuela de Ciencias Humanas. Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Ph.D - Pontificia Universidad Javeriana. gonzalezm.sebastian@ur.edu.co sebastiangonzale@gmail.com

Palabras Clave:

Acontecimiento, revolución, cambio social, movimientos sociales, devenir social


IntroducciĂłn: 3UHVHQWLPRV HO IXWXUR b&HOHEUDU HO IXWXUR QR HO SDVDGR b3RHWL]DU HO PLWR GHO IXWXUR b9LYLU HQ OD HVSHUDQ]D b)HOLFHV LQVWDQWHV b< FROJDU GH QXHYR OD FRUWLQD \ GLULJLU ORV SHQVDPLHQWRV D ƲQHV ƲUPHV \ SU´[LPRV Ĺž (Safranski, 2006: 316).

AquĂ­ seguimos la siguiente orientaciĂłn teĂłrica general2: sentimos horror hacia quienes se proclaman marginales aĂşn si se lo hace por el llamado del romanticismo de la locura, de la delincuencia, de la perversiĂłn, de la droga, del sexo insubordinado, de los eclecticismos identitarios, de los idearios rebeldes, etc. Eso cada vez nos resulta peor a la hora de NEQDBDQ HMROHQ@BHÂŽM RTĆĽBHDMSD Pensamos, mĂĄs bien, en cĂłmo pueden ser posibles las creaciones grupales de mundos nuevos con la precauciĂłn de saber apreciar los hechos objetivos que atraviesan la sociedad y que hacen que las cosas sean realmente de otro modo (cfr. Deleuze, 2005: 186). Eso quiere decir que hablamos expresa-

mente de movimientos sociales. Pero no a travĂŠs de la inmediata asociaciĂłn que se hace al tema de las luchas por el reconocimiento o de la reivindicaciĂłn de clase o del gesto “anti-sistemaâ€?. PermĂ­tase nombrar solamente lo que queremos, sabiendo que hace

2. La expresiĂłn tiene que ver con la idea que la investigaciĂłn teĂłrica tiene la capacidad de ofrecer orientaciones que guĂ­an tanto la formulaciĂłn de criterios para aislar fenĂłmenos sociales como las metodologĂ­as a travĂŠs de las cuales se puede iniciar una investigaciĂłn que tenga pretensiones explicativas-interpretativas. Sabemos que la discusiĂłn es compleja y tiene detalles de detalles. Por lo que apenas nos atrevemos a considerarnos cerca de la siguiente tesis general: para saber leer y observar los “faits sociauxâ€? deben ponerse a prueba observaciones teĂłricamente orientadas que luego pueden encontrar lugar en tĂŠcnicas y mĂŠtodos a travĂŠs de KNR BT@KDR RD OTDCD HMSDMS@Q TM@ @OQNOH@C@ @OQNWHL@BHÂŽM BHDMS¨Ƽca (cfr. Adorno, 2008). Nosotros estamos, aquĂ­, en el momento de ATRB@Q TM@ CDĆĽMHBHÂŽM DW@BS@ CD S@KDR NARDQU@BHNMDR X NQHDMS@BHNnes sobre cĂłmo trabajar el problema de los movimientos sociales y el cambio social. Pag.145


ReflexiĂłn

falta presentar una elaboraC@ ITRSHƼB@BHŽM @PT¨ @ROHQ@LNR a una hipótesis que debería servir para caracterizar los movimientos sociales afrontando la posibilidad de aproximarse a ellos desde el punto de vista

del devenir social y sin ninguna remisiĂłn especial ni a la voluntad colectiva, ni al pluralismo o la inclusiĂłn democrĂĄtica ni a las luchas por el reconocimiento3.

El Atolladero de la Política Vale la pena subrayar la insistencia teórica de poner al descubierto la naturaleza contingente y sin fundamento último de los constructos normativos ofrecidos a travÊs de variados proyectos políticos. Esto, sabiendo que tal contingencia tiene grandes ventajas al aludir a tentativas anti-políticas que desestabilizan las pretendidas representaciones colectivas de lo que, se supone, debería parecernos a todos es bueno, justo, deseable o razonable. Hacer Ênfasis en esto sirve de inspiQ@BHŽM O@Q@ TM@ DRODB¨ƼB@ HMtuición: el aspecto anti-político, positivo en el sentido de hacer referencia a la interpelación al proyecto-guía de la vida colectiva, es el aspecto de resistencia que cualquier normatividad política requiere y debe soportar para transformarse y cambiar. Con precisión: la resistencia a la fÊrrea consolidación de los ideales políticos de una

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sociedad proviene del aspecto anti- polĂ­tico inherente a la naturaleza vacĂ­a y tĂ­picamente BNMĆŚHBSHU@ CD K@ ONK¨SHB@ 8 RD celebra: la resistencia polĂ­tica DR TM@ BT@KHC@C PTD QDĆŚDI@ PTD lo importante es la tensiĂłn entre el aspecto normativo-vacĂ­o y las luchas que representan, simultĂĄneamente, el intento de llenar ese vacĂ­o y el fracaso que le corresponde (por la lucha misma), siendo esta tensiĂłn la fuerza que se necesita para sostener y mantener viva la polĂ­tiB@ LHRL@ BEQ ĸHÄšDJ Pero, €TXÂŞ HV OR TXH FRQFHSWXDOL]D OD QRFL´Q GH lUHVLVWHQFLD DQWL SROÂŽWLFD|" ÂżEs esta resistencia la acciĂłn popular? ÂżO se trata de los estallidos violentos de la chusma? O, en el otro extremo, Âżse piensa con lUHVLVWHQFLD DQWL SROÂŽWLFD| en el agonismo de agentes en pugnas discursiU@R X QDK@SHU@LDMSD O@B¨ƼB@R Ĺ” por racionales y dialĂłgicamente tramitadas, supongamos? Mejor

3. Suscribimos aquĂ­ a la tesis segĂşn la cual el pluralismo se acomoda a una perspectiva ideolĂłFHB@ CDK OQNAKDL@ CDK BNMĆŚHBSN X los antagonismos sociales. Es decir, tiende a asumirse la cuestiĂłn en el rango de los desacuerdos ĂŠtico- discursivos. Cuando en realidad es mejor asumir el reto de ver que se trata de la realidad de fuerzas de desintegraciĂłn social evidentes en movimientos sociales que pugnan contra la realizaciĂłn completa de la sociedad (cfr, Adorno, 2006: 66).


dicho, ÂżquĂŠ es eso de ÂŤresistencia anti-polĂ­ticaÂť? Hay que tener cuidado en notar lo que aquĂ­ se juega. Aceptemos esta @ĆĽQL@BHÂŽM RTBHMS@ Ĺ”PTD SHDne dos partes: i) la polĂ­tica, en cuanto proyecto normativo, es incoherente por la misma forma de concebirse como proyecto inacabado; y ii) es tal precarieC@C RT B@Q@ L@FM¨ƼB@ X BK@Q@mente paradĂłjica en la medida que sirve de garantĂ­a contra la tentaciĂłn totalitaria al tiempo que obliga a introducir la constante de la totalidad como parte de su formulaciĂłn misma (cfr. ĸHÄšDJ Con lo que debemos afrontar una insinuaciĂłn bĂĄsica: el problema es que, en esta versiĂłn de la polĂ­tica, es evidente que la apelaciĂłn a una incoherencia constitutiva no deja de ser la directiva subyacente a la apologĂ­a de la Voluntad General del PueAKN N @ K@ @ĆĽQL@BHÂŽM CD PTD KNR BNMĆŚHBSNR RNBH@KDR RNM RHDLOQD la posibilidad de una polĂ­tica PTD ĆĽM@KLDMSD QDPTHDQD CD TM coto vedado –el lĂ­mite en el que las cosas deben obedecer Una Unidad Normativa consistente4. El resultado es una oposiciĂłn que no tiene resoluciĂłn si se permanece en los extremos de K@ O@Q@CNI@ N AHDM RD CDĆĽDMCDM KNR BNMĆŚHBSNR @MS@FÂŽMHBNR N AHDM RD CDĆĽDMCD K@ SNS@KHC@C del Estado y del derecho. Lo

que tampoco se soluciona con remarcar una propuesta política de las equivalencias, pues, aún asumiendo (al menos teóricamente) el reto de una caracterización normativa que incluya las contingencias y demås aspectos de la vida particular de los agentes sociales, se termina nuevamente fortaleciendo el recurso a la totalidad. Al respecto, la sugerencia es que la política es un atolladero al que quizå sólo se pueda responder volviendo problemåtica la oposición (política–antipolítica o, en otro vocabulario, democracia-luchas sociales) en la elaboración de un proyecto realmente posible y efectivamente planteado mås allå de la política. Es una indicación relativa al modo en que se plantean las cosas: para salir de toda O@Q@CNI@ MN DR RTƼBHDMSD BNM agregar mås tÊrminos a la oposición (3, 4,... por contraste a la relación 1 y 2). Hace falta, otro gesto, mås radical, por el que se propende replantear el problema y la repartición de los asuntos a trabajar. Con esa precaución y cambiando bruscamente el vocabulario, la propuesta es que se debe considerar el Acontecimiento mågico de la revuelta o, mås ampliamente, el Acontecimiento efectivo e irreductible por el que se suspende y excede la causalidad his

4. En el marco del tema de la relación entre Mercado y Justicia, ya Ernesto Garzón ValdÊs, desarrollando el problema del coto vedado, hace una defensa poderosa de la importancia de aceptar cierto límite inalienable de derechos que no puede ser objeto de negociaciones y que requiere del compromiso democråtico con principios invulnerables a la< polÊmica política. El texto fue presentado por ValdÊs en el II Seminario Eduardo &@QB¨@ ,@XMDY RNAQD SDNQ¨@ X ƼKNsofía del derecho, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de MÊxico (ITAM) y la Escuela Libre de Derecho (1992). El documento se encuentra disponible en línea: http://www.lluisvives. com/servlet/SirveObras/ dxa/01361653102351832977024/ isonomia02/isonomia02_02.pdf Consultado, 10 de agosto de 2011

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Reflexión tórica de los procesos sociales, culturales, económicos, etc. BEQ ĸHĚDJ Aclaremos el asunto. Cuando se habla del Acontecimiento se evoca una caracterización de las situaciones que nos hacen presenciar hechos que no pueden ser explicados con referencia a las cosas del pasado. En realidad, estå caracterización incluXD TM@ DRODBH@K BNMƼ@MY@ DM las novedades. Y no sólo eso. La idea del Acontecimiento es particularmente festiva. Digamos que pensar en las situaciones eventuales del porvenir resulta muchas veces inquietante. Pero tambiÊn es cierto que lo Nuevo tiene connotaciones pertinentes a la sospecha de que los cambios radicales son oportunidades en las que se pueden guardar esperanzas. Es decir que el caråcter potencialmente devastador del Acontecimiento nace de una asociación alegre hecha sobre los momentos relevantes por los que la realidad, y su estado de cosas correspondiente, es alterada gratamente. Entregados al Acontecimiento nos enfrentamos a la festividad de una maùana en la que todo DR ONRHAKD BEQ ĸHĚDJ 120). Claro estå que nuestras esperanzas por el Acontecimiento deben ser igualmente medidas con lo que puede ser llamado

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“la sobriedad del dĂ­a siguienteâ€?: el momento entusiasta de la propia revuelta del mundo, ocasionada por eventos nuevos, reclama a su vez la situaciĂłn pragmĂĄtica de llamar al orden y atender las necesidades bĂĄsicas para poder vivir. Es una ambigĂźedad propia de lo Nuevo: el Acontecimiento actĂşa como la ÂŤchispaÂť de una situaciĂłn que, a la larga, necesita ser asimilada mediante factores de organizaciĂłn y cĂĄlculos y procedimientos que permitan seguir el buen curso de las cosas. Suponiendo que hay hechos que nos hacen enfrentar inicios “desde ceroâ€?, todavĂ­a hace falta responder las dudas sobre cĂłmo es que, al dĂ­a siguiente, la vida ha de ser enEQDMS@C@ BEQ ĸHÄšDJ Considerando eso mismo, pero en el marco de las transformaciones socio-polĂ­ticas, se ve mĂĄs claramente la ambigĂźeC@C RH K@ 1DUNKTBHÂŽM QDĆŚDI@ DK Acontecimiento, esto es, si es la situaciĂłn de experimentar cosas que nunca pasaron y que no se veĂ­an en el horizonte del futuro, la polĂ­tica es el momento en el que, al siguiente dĂ­a, hay que preguntarse quĂŠ hacer. La verdad del levantamiento parece quedar presa del discurso polĂ­tico de la RevoluciĂłn. O lo que es igual: la fuerza para oponers a los regĂ­menes de cosas es tramitada en el juego de los


motivos polĂ­ticos y las contiendas por el poder 5. Esto redunda en lo que ya sabemos se conceptualiza con las fĂłrmulas de la polĂ­tica y los antagonismos: el motor de las iniciativas normativas destinadas a promover las condiciones del “buen comportamientoâ€? colectivo puede ser remitido a las luchas sociales sin que eso elimine la referencia a la necesidad del orden. Hablando de las revueltas y las Revoluciones tenemos el mismo resultado: los acontecimientos convulsivos son generalmente desacreditados en sus reclamaBHNMDR ONQPTD @K ĆĽM@K DK @RTMto vuelve a ser el mismo, esto es, cĂłmo ocupar un lugar en la BNMSHDMC@ ONK¨SHB@ O@Q@ CDĆĽMHQ quĂŠ es lo mejor para todos6. Sin embargo, y pese a la ambigĂźedad seĂąalada, dirĂ­amos que el Acontecimiento no debe menospreciarse por su potencial emancipador y revolucionario. Por la sencilla razĂłn que la efervescencia de lo Nuevo no es tan importante como la apertura a lo posible que le es propia. Lo festivo del Acontecimiento no es Ăşnicamente perceptible en las situaciones nuevas que nos hace vivir, sino sobre todo, en el panorama de opciones no-dadas o en el estado del porvenir que le acompaĂąa. En esa medida, su clausura gradual en la auto-organizaciĂłn

(polĂ­tica, gremial, de partido, etc.) no es tan fundamental ni es el mejor aspecto a tener en cuenta en comparaciĂłn con las posibilidades que entraĂąa la “apertura momentĂĄneaâ€? por las que pueden desencadenarse fuerzas de transformaciĂłn realmente autĂŠnticas. Comprometerse a percibir el Acontecimiento no es mĂĄs que el gesto de ir mĂĄs allĂĄ de la polĂ­tica asumiendo momentos de apertura verdaderamente utĂłpica ĸHÄšDJ 2011: 122). Advertimos que las alegrĂ­as del Acontecimiento yacen en esa secreta apertura: no es tanto tema de las novedades que podemos experimentar bajo la forma de eventos raros; se trata de apostarle al panorama de opciones no-dadas y venidas del porvenir con la inocencia de vĂŠrnoslas con posibilidades no-conocidas e insospechadas. Hay que preguntarse si “es tan arraigada la irracionalidad de la sociedad burguesa actual hasta [el] punto en que la crĂ­tica de dicha irracionalidad todavĂ­a puede formularse como una defensa de la sociedad burguesaâ€? ĸHÄšDJ $M NSQ@R O@labras: Âżtenemos tan interiorizado el carĂĄcter de la sociedad competitiva y de consumo de la burguesĂ­a que hasta su crĂ­tica (nacida del desprecio por la polĂ­tica entendida como la po

ĸHĚDJ G@BD QDEDQDMBH@ @ S@K @Lbigßedad a propósito de la Revolución Iraní y su colonialización por la Realpolitik a la que sucumbió (2011: 117-119). 6. Desilusiona Camila Vallejo en Chile por eso mismo. Llamåndose a sí misma marxista-leninista no logra nada si de loque se trata es de lanzarse al ruedo político con respaldo de quienes, en la calle, guardan sus secretas aùoranzas de acabar con las opresiones, etc. http://www.semana.com/mundo/ descontento-instalado-sociedad/162270-3.aspx Pag.149


Reflexión lítica de los grupos de interés y del desprecio de la orientación pragmático-instrumental) termina asentando las bases de una sociedad cuya dimensión DRDMBH@K RD QDƦDI@ DM K@ HL@FDM de los hombres guiados por criterios puramente utilitarios y egoístas? Frente a esas preguntas, ¿debería quedar más que el deseo de permanecer dentro del Capitalismo? ¿O podríamos salir de allí con los riesgos que eso tiene? No sabemos responder aún. Pero sí podemos anticipar las implicaciones: ¿la referencia al Acontecimiento tiene compromisos con una defensa de alternativas políticas basadas en transformaciones radicales en el orden de lo Real? ¿Debemos suponer que un proyecto de transformación

social es radical (fatídico en el sentido de plantearse más allá de la política) sólo en la medida que pueda afectar la realidad y la experiencia ya conocida de cosas y el fondo por el que son como, en efecto, son? Ante la irracionalidad de la vida social burguesa, con los límites insospechadamente amplios de la razón instrumental que le competen, y frente al relativo fracaso de las fórmulas de la tolerancia, la inclusión y el reconocimiento, ¿debemos mantener todavía la iniciativa de convertirnos en mejores hombres? ¿O bien hace falta arriesgarnos al abismo de una vida que no podemos anticipar cómo pudiera ser7?

ĸHĹDJ L@MHƥDRS@ @AHDQS@LDMSD RT CDRBNMƥ@MY@ @BDQB@ CD RH K@ CDLNBQ@BH@ DR el sistema político más adecuado a la esencia los fenómenos sociales actuales e incluso duda del compromiso con la democracia radical, alejándose, pasaje a pasaje, de sus antiguas complicidades con Laclau (cfr. 2011: 126-127). Lo que QDRTKS@ L R RHFMHƥB@SHUN CD KN PTD DM OQHMBHOHN O@QDBD +@ CDRBNMƥ@MY@ CD ĸHĹDJ BNHMBHCD BTQHNR@LDMSD BNM K@ CDRBNMƥ@MY@ QNL MSHB@ X@ RD¬@K@C@ ONQ DK joven Nietzsche de la siguiente manera: él consideraba que el “positivismo, el empirismo, el economicismo, en unión con un excesivo pensamiento utilitario” conectaba con un tiempo de la vida social “honrado y sincero”[habría en la expresión una gran ironía y acidez despreciativa], pero plebeyo por el hecho de caracterizarse por una “sumisión bajo lo fáctico”. “Nietzsche dirigía su mirada hacia el romanticismo burgués, también hacia los aspectos pusilánimes de este realismo, que se sometía a lo fáctico solamente para poder dominarlo mejor y transformarlo de acuerdo con sus propósitos” (cfr.Safranski, 2006: 113). Evidentemente, necesitamos tiempo para asentar la HCD@ ODQN BQDDLNR PTD ĸHĹDJ QDEQDMC@ DRS@ ONRHBH®M DM K@ LDCHC@ DM PTD CDƥDMCD DK FDRSN @MSH ATQFT¤R CD K@ 1DUNKTBH®M @µM BT@MCN HMRHRS@ HFT@KLDMSD en que las vías que adoptó este gesto hayan sido equivocadas muchas veces (tema de cómo Heidegger se equivocó en los medios, Pag.150


Noticia 9HFLTMS !@TL@M DK ƥK®RNEN y sociólogo polaco famoso por su concepto de la modernidad líquida, tan fértil que ha sido aplicado al amor (líquido), al arte (líquido), al miedo (líquido), al tiempo (líquido) y así hasta cualquier cosa, publica el ensayo 44 cartas desde el mundo líquido (Paidós). Además, el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010 ha estado en Madrid para pronunciar una conferencia en el Matadero bajo el título ¿Tiene futuro la solidaridad? El sábado por la tarde, a la misma hora de la manifestación internacional de los indignados, mantuvimos una charla en un hotel a menos de 100 metros de la plaza de Atocha donde, entre la multiSTC X@ MN B@A¨@ TM @KƥKDQ Le pregunto a este profesor emérito en la Universidad de Leeds (Inglaterra) si le parece que estas grandes manifestaBHNMDR L@RHU@R O@B¨ƥB@R X S@M heterogéneas lograrán combatir los abusos de los mercados, promover una democracia real, reducir las injusticias y, en suma, mejorar la equidad en el capitalismo global, pero, como

profesor que es, no responde a la cuestión de un solo golpe. En su parecer, el origen de todos los graves problemas de la crisis actual tiene su principal causa en "la disociación entre las escalas de la economía y de la política". Las fuerzas económicas son globales y los poderes políticos, nacionales. "Esta descompensación que arrasa las leyes y eferencias locales convierte la creciente globalización en una fuerza nefasta. De ahí, efectivamente, que los políticos aparezcan como marionetas o como incompetentes, cuando no corruptos”. “El movimiento del 15-M trataría de suplir la falta de globalización de la política mediante la oposición popular”. ¿Una opoRHBH®M DƥB@Y $M NOHMH®M CD este sabio de 86 años, el efecto que puede esperarse de este movimiento es “allanar el terreno para la construcción, más tarde, de otra clase de organización”. Ni un paso más. !@TL@M B@KHƥB@ @ DRSD LNUHmiento, como es bien evidente, de “emocional” y, en su parecer, “si la emoción es apta para destruir resulta especialmen No Más Sangre Feraana || Deviantart.com Pag.151


Reflexión te inepta para construir nada. Las gentes de cualquier clase y condición se reúnen en las plazas y gritan los mismos eslóganes. Todos están de acuerdo en lo que rechazan, pero se recibirían 100 respuestas diferentes si se les interrogara por lo que desean”. La emoción es (¿cómo no?) “líquida”. Hierve mucho pero también se enfría unos momentos después. “La emoción es inestable e inapropiada para BNMƥFTQ@Q M@C@ BNGDQDMSD X duradero”. De hecho, la modernidad líquida dentro de la cual se inscriben los indignados posee como característica la temporalidad, “las manifestaciones son episódicas y propensas a la hibernación”. ¿Se necesitaría un líder acalorado? ¿Varios líderes temperamentales? “El movimiento no lo aceptaría puesto que tanto su potencia como su gozo es la horizontalidad, sentirse juntos e iguales, lo que, en importante medida, les niega el superindividualismo actual”. La superindividualidad (de la modernidad líquida) “crea miedos, desvalimientos, una capacidad empobrecida para hacer frente a las adversidades”. El estrés es la enfermedad que acompaña a esta sevicia. “Las gentes se sienten solas y amenazadas por la pérdida

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del empleo, la disminución del RTDKCN K@ CHƥBTKS@C CD @C@OS@ción al riesgo. El estrés es corriente entre los parados pero también en los empleados, acosados por los cierres y despidos, las prejubilaciones o los salarios cada vez más bajos. En Estados Unidos el estrés produce tantos daños económicos como la suma conjunta de todas las demás enfermedades”. Las bajas laborales por estrés llegan a costar, dice Bauman, 300.000 millones de dólares (216.600 millones de euros) al año y la cifra no deja de crecer. ¿Llegará todo esto a provocar un giro en el sistema, un colapso o algún cambio sustantivo? Su respuesta es que, en estos LNLDMSNR OQDƥDQD G@AK@Q CD “transición” y no de “cambio”. Necesitaría hechos más netos para pronunciarse sobre el alcance de los actuales trastornos. “Antes, hacía falta mucho tiempo para preparar unas protestas masivas como las del 15M, pero hoy las redes sociales permiten enormes concentraciones en muy poco tiempo”. Pero volvemos a lo mismo: de igual manera que se concentran y actúan con velocidad, muy poco después se detienen. El movimiento crece y crece pero “lo hace a través de la emoción, le falta pensamiento. Con emociones solo, sin pen-


Adentro Aasaii || Deviantart.com

samiento, no se llega a ninguna parte”. El alboroto de la emoción colectiva reproduce el espectáculo de un carnaval que acaba en sí mismo, sin consecuencia. “Durante el carnaval todo está permitido pero terminado el carnaval vuelve la normativa de antes”. Puede decirse, declara el profesor, que “nos hallamos en una fase especialmente interesante, como en un laboratorio de acción social nuevo”. Tarde o pronto la crisis terminará y, sin duda, las cosas serán diferentes pero ¿de qué modo? “No me pida que sea profeta”,

implora Bauman. “En algunos lugares, no en todos, el movimiento ha logrado conquistas importantes pero no es extensible a todos los países”. Lo líquido sigue siendo válido para la previsión del porvenir. La modernidad líquida se expresa, obviamente, en su falta de soliCDY X CD ƥIDY@ -@C@ RD G@KK@ KN RTƥBHDMSDLDMSD CDSDQLHM@CN Ni las ideas, ni los amores, ni los empleos, ni el 15-M. Por eso teme que tal arrebato acabe S@LAH¤M ƥM@KLDMSD řDM M@C@Ś No es seguro, pero siendo líquido, ¿cómo no pensar en la evaporación?8

8 . h t t p : / / w w w. e l p a i s . co m /a r t i c u l o /c u l t u r a / 1 5 - M /e m o c i o nal/le/falta/pensamiento/ elpepicul/20111017elpepicul_1/ Tes Consultado: 20 de octubre de 2011

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Reflexión

Hipótesis Estas serían las reacciones más comunes en el panorama teóricocrítico de la sociedad contemporánea: i) Claramente, hay que seguir luchando. Pero dentro de las reglas de comportamiento público y acatando los procedimientos políticos de la beligerancia razonada (oposición política). ii) Es cierto que el agonismo político es el escenario ideal de las luchas. Sólo que las posibilidades de cambio no deben agotarse de esa manera. Alejándose del ámbito de las costumbres y los buenos modos de la acción política hay que buscar y promover las situaciones que revelan, en los intersticios, las luchas “micro” o las pequeñas prácticas, que aún sutiles y coSHCH@M@R G@AK@M RNAQD SNCN CD KHADQS@CDR @µM MN SHOHƥB@C@R9. iii) Contra toda esperanza revolucionaria, es necesario aceptar la inutilidad de las luchas. Suponiendo que los procesos de organización social obedecen una lógica (la del Capital) que circunscribe cada situación real –incluyendo las más contradictorias–, lo mejor que se puede hacer es esperar cambios violentos venidos del más allá (“versión revolucionaria del «sólo Dios puede ayudarnos»”). iv) Ante el triunfo del capitalismo global, no es posible oponer una auténtica resistencia, al menos no en la metrópolis del capitalismo, así que lo que podemos hacer hasta que se produzca la renovación del espíritu revolucionario en la lucha obrera global es defender lo que todavía queda del Estado de bienestar, bombardeando a quienes están en el poder con demandas que, como sabemos, no pueden hacer realidad y, además, retirándonos a los estudios culturales, donde es posible continuar calladamente el trabajo de la crítica.

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9. Normalmente, cuando se menciona el problema ético de la práctica de la libertad alrededor de la pregunta de “cómo se puede practicar la libertad”, parece que se menciona una variación del tema kantiano de qué puedo hacer con lo que soy. El desplazamiento del problema del sujeto político (bien marcado en la tradición del pensamiento político del siglo XIX) al problema del sujeto ético (propio del pensamiento político contemporáneo) acaso no es, con adornos, una manera de hacer referencia a la restitución liberal de la potestad del individuo sobre su destino. Dicho de otra manera, cuando se piensa en el problema de saber quién soy, incluso, cuando se intenta saber qué relaciones soy capaz de establecer, inventar, multiplicar, modular (e.g. a través de la homosexualidad) no se hace una referencia secreta al tema liberal de una ética individualista (Yuppie) relativa a la exploración del propio potencial (cfr. Halperin, 2007).


v) El tema de las luchas no tiene que ver especialmente con socavar el NQCDM @BST@K CD BNR@R LDCH@MSD ODSHBHNMDR CD @LOKH@BHÂŽM X LNCHĆĽB@BHÂŽM del rango de posibilidades existenciales y de ejercicio de la libertad. El asunto es aĂşn mĂĄs profundo en cuanto compromete el modo general de tratar la realidad segĂşn principios de comprensiĂłn y acciĂłn relativos a una rĂşbrica desdeĂąable: la razĂłn instrumental. En esa medida, las luchas deben atender a una teorĂ­a y a una praxis radicalmente nueva. vi) Con ĂŠnfasis renovado, se vuelve a insistir en que alejarse del ĂĄmbito de modulaciĂłn social implica la cotidiana intervenciĂłn de proyectos nuevos justo allĂ­ donde el Capitalismo se funda mĂĄs que como una modalidad econĂłmica: en nuestras costumbres y marcos de comportamiento10. vii) La lucha anticapitalista debe promoverse en el contexto de la toma del poder sabiendo que la cuestiĂłn no es sĂłlo asumir la administraciĂłn ONK¨SHB@ X ITQ¨CHB@ DĆĽBHDMSD CD K@ RNBHDC@C RHMN K@ CD @BBDCDQ @K KTF@Q en donde se plantea el destino de todos nosotros (democracia radical y pluralismo). viii) Finalmente, asumir que el papel de la transformaciĂłn del trabajo en actividades inmateriales de carĂĄcter intelectual tiene relaciĂłn con la formaciĂłn de nuevas contradicciones al Capital (serĂĄ ahora la clase intelectual-universitaria-investigativa –“el cognitariadoâ€?– la que deberĂĄ asumir el papel de la lucha social)11.

10 “Quienes insisten en luchar contra el poder del estatal, por no hablar de quienes hablan directamente de tomarlo, son acusados al punto de estar atascados en el ÂŤviejo paradigmaÂť: en la actualidad, la tarea consiste en resistir al poder del Estado apartĂĄndose de su ĂĄmbito de acciĂłn, sustrayĂŠndose de ĂŠl, creando nuevos espacios al margen de su control. El mejor ejemplo de este dogma de la izquierda universitaria contemporĂĄnea se encuentra en el tĂ­tulo del libro-entrevista BNM -DFQH &NNCAXD ,HRSDQ 2NBH@KHRLĹš ĸHÄšDJ :DC "@RS &NNCAXD ,HRSDQ 2NBH@KHRL Barcelona: PaidĂłs,2007]. 11. Los siguientes ocho numerales son una parĂĄfrasis de las reacciones de la izquierda contemONQÂœMD@ CDRBQHS@R ONQ ĸHÄšDJ @ OQNOÂŽRHSN CD K@ OQDFTMS@ ONQ K@R ENQL@R CD K@ -DF@BHÂŽM CDK "@OHS@K (2011: 346). PermĂ­tase insistir en esto: al consignar tales reacciones pretendemos hacer explĂ­citaLDMSD UHRHAKD DK BNLOQNLHRN CD ĸHÄšDJ BNM K@ HCD@ CD TM@ 1DUNKTBHÂŽM 1@CHB@K 2@ADLNR BK@Q@LDMSD que las reacciones acadĂŠmicas no se hacen esperar cuando se resumen propuestas teĂłricas en QÂœOHCNR ONRSTK@CNR $RN K@ UDQC@C MN MNR OQDNBTO@ LTBGN -N RDMSHLNR MHMFTM@ @ĆĽMHC@C BNM K@ ĂĄrida erudiciĂłn acadĂŠmica cuando se centra en combates argumentativos escolĂĄsticos. No somos vanidosos. Pero tampoco sufrimos de falsa modestia. Con preocupaciones verdaderas nos interesa avanzar en la problematizaciĂłn de la nociĂłn de Acontecimiento a la luz de la necesidad de explorar las posibilidades de formular alternativas de resistencia en direcciones bien alejadas de O@RHNMDR BNMSDRS@S@QH@R X CD K@ RHLOKD BNMĆĽ@MY@ DM K@ Q@BHNM@KHC@C @FÂŽMHB@ CD K@ ONK¨SHB@ Pag.155


ReflexiĂłn

Con respecto a todo lo anterior, estamos ante una soluciĂłn de carĂĄcter radical: el planteamiento bĂĄsico que hemos estado comentando hace gala con la idea que es necesario abandonar cualquier pretensiĂłn de superaciĂłn del Capital en lo correspondiente a las contradicciones de la sociedad presente. La admisiĂłn de la alternativa se fundamenta, tanto en el descrĂŠdito de las tibias reacciones de la izquierda avergonzada por los siniestros de su historia reciente, como en la esperanza PTD K@R BNR@R MN DRSÂœM CDĆĽMHSHvamente decididas. Sin nostalgia y sin el melancĂłlico intento de restituir lo mejor (olvidando lo peor) de los tiempos pasados CD K@ QDUNKTBHÂŽM K@ @ĆĽQL@BHÂŽM tajante es que la superaciĂłn del Capital “solo puede proceder de un Afuera no mediadoâ€? ĸHÄšDJ Nuestra particular propuesta es plantear la experimentaciĂłn con esta idea de la RevoluciĂłn Radical en compaùía de la hipĂłtesis ya consignada sobre los movimientos sociales. Esto es lo que guĂ­a la iniciativa: pensamos que el alegato a favor de una nueva vida no puede quedarse en los temas de la insurrecciĂłn, aunque tampoco puede asumirse solamente en el limbo de

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la abstracciĂłn sobre supuestos principios polĂ­ticos. La defensa de los motivos en contra de la dictadura del mercado y en contra de cualquier idea de totalitarismo superviviente no es RTĆĽBHDMSD DM BT@MSN SNC@U¨@ se piensa en los compromisos militantes (que o bien resultan imbuidos en la lĂłgica de la polĂ­tica o bien se declaran fundamentalistas legitimaciones de tĂĄcticas violentas). Ciertamente, el mensaje a favor de la independencia al Capital es mĂĄs amplio que el actualmente enviado por los ÂŤÂĄIndignaos!Âť y las “Juventudes sin futuroâ€?. Sin contraste ideolĂłgico, pero en frontal problematizaciĂłn, creemos que hablar del Acontecimiento tiene de valioso el amparar renovadas intuiciones sobre el cambio y la transformaciĂłn social. Intuiciones que normalmente se formulan a propĂłsito de luchas sociales y que requieren de giros bien inesperados en la compresiĂłn de lo que se juega cuando se trata de rebelarse. ÂżQuĂŠ quiere decir esto? Que luchar y militar, pero tambiĂŠn indignarse y levantarse, no son las Ăşnicas alternativas a la hora de promocionar el cambio y la transformaciĂłn social. Es necesario aceptar que el papel de los individuos y los The Diversity Threatened Feraana || Deviantart.com


grupos es relativamente reducido en lo que a eventos importantes compete –mĂĄs si se asume desde el punto de vista del cambio en las actitudes. Eso de “concienciarâ€? a la gente parece ya demasiado desgastado. Actualmente las tomas del poder, si no fracasadas, resultan sospechosas por hacernos enfrentar situaciones que quizĂĄ no sean deseables –no hay sino que ver, por ejemplo, las denuncias de Yoanni SĂĄnchez (GeneraciĂłn Y) para saber que no todo es tan bueno como se lo intenta mostrar con el vocabulario de la (roja) revoluciĂłn; y claro, los procesos democrĂĄticos tampoco son perfectos (e.g. IrĂĄn o las revueltas recientes en Oriente). #DĆĽMHSHU@LDMSD G@BD E@KS@ intentar otras fĂłrmulas. Y, en esa medida, plantear el problema del Acontecimiento implica mĂĄs que el esfuerzo teĂłrico de establecer unas orientaciones a programas de acciĂłn polĂ­tica. Una perspectiva revolucionaria realista tiene que ver, fundamentalmente, con el gesto de deshacerse de cualquier suposiciĂłn determinista acerca de las necesidades objetivas del cambio y de cualquier suposiciĂłn sobre la completa potestad humana sobre el propio desti-

no. Nuestros problemas son tal vez ya tan urgentes que no basta con esperar el momento adecuado para la revoluciĂłn. Pero S@LONBN DR RTĆĽBHDMSD @MGDK@Q que la razĂłn pĂşblica se haga R@AH@ X @K ĆĽM G@F@ RT @O@QHBHÂŽM en el escenario polĂ­tico. Si nos limitamos a esperar que mediante la voluntad colectiva y el uso de la razĂłn pĂşblica se puedan realizar los eternos sueĂąos humanos podemos quedar condenados al consuelo de admitir que nuestras acciones no son mĂĄs que intentos, muchas veces prematuros y a veces RHLOKDLDMSD HMRTĆĽBHDMSDR CD alcanzar ideales (que por puros son imposibles). Porque la revoluciĂłn nunca llega a tiempo y porque nuestros sueĂąos son meros ideales normativos (que, por eso mismo, sabotean cada intento de ser mejores) es que el Acontecimiento guarda para nosotros tanto interĂŠs BEQ ĸHÄšDJ 'DLNR de tomar en consideraciĂłn “la posibilidad de que una civilizaciĂłn entera, por el hecho de penetrarse a sĂ­ misma en forma QDĆŚDWHU@ X CDRODCHQRD CD KNR antiguos poderes del destino, conquiste las condiciones que KD ODQLHS@M ONMDQRD iĆĽMDR DBTmĂŠnicos que abarquen la tierra enteraÂť (cfr. Safranski, 2010:

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ReflexiĂłn 217). En este preciso sentido, nuestro esfuerzo estĂĄ muy cerca de convertirse en una QDĆŚDWHÂŽM DRODBH@K sobre lo que puede pensarse y lo que puede vivirse de la vida entera –tarea, no sobra decirlo, que hace releU@MSD X MDBDR@QH@ @ K@ ĆĽKNRNE¨@ En suma, la referencia al Acontecimiento no tiene motivos en la reivindicaciĂłn de alguna apariciĂłn milagrosa incondicional y positiva. Tampoco se trata de la defensa de eventos absolutos arrancados del tejido sociosimbĂłlico ni de la apologĂ­a de eventos radicales por la que se olvidan las (probablemente graves) consecuencias de las contingencias intempestivas. En contraste, para nosotros lo mĂĄs interesante de la propuesta de la polĂ­tica radical de cambio social es poder afrontar, sin temores, la pregunta de cĂłmo institucionalizar la potencia transformadora del AconteciLHDMSN Ĺ”ĸHÄšDJ CHQ¨@ Ĺ™RT MDF@tividad revolucionariaâ€? (2011: 315). Es decir que la cuestiĂłn bĂĄsica es la de abrir la perspectiva hacia el lado positivo que tiene encarar el espacio vacĂ­o de lo posible a propĂłsito de la tarea de encontrar una fĂłrmula que lo adapte como parte de sus premisas. ÂżEs todavĂ­a posible hablar de proyectos polĂ­ticos con la clara conciencia de que la contingen-

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cia de la realidad es la necesaria condiciĂłn de la existencia? (cfr. ĸHÄšDJ '@AK@LNR CD cĂłmo soportar teĂłricamente la SDMRHÂŽM DMSQD K@ ĆĽFTQ@BHÂŽM CD una realidad estable (la polĂ­tica) y la realidad temporal de las contingencias (nombrada en el Acontecimiento) sabiendo que el reto se corresponde, en esencial, con el meollo del devenir social. Ya lo habĂ­amos dicho: no basta con celebrar los eventos raros y su potencial capacidad para integrar novedades. Es claro que hace falta saber quĂŠ es lo que hay que hacer a la “maĂąana siguienteâ€?. Promulgar por lo posible en lo actual no tiene ONQPTD RDQ K@ @ĆĽQL@BHÂŽM CD K@ idea de algĂşn orden perfecto (utopĂ­a). MĂĄs bien la cuestiĂłn fundamental es la de enfrentar K@ @ĆĽQL@BHÂŽM CD PTD SNCN BNMtecimiento contiene la obligada referencia a aceptar el reto de poder vivir. El gesto de asumir el devenir es precisamente el gesto de contestar la pregunta de â€œÂżquĂŠ hacer?â€? sin olvidar articular nuestros proyectos de vida al BNMĆŚHBSN K@ CHUHRHÂŽM DK B@Lbio. Con precisiĂłn, el tema del Acontecimiento sirve para atender la posibilidad de aceptar que nada es inviolable –“ni la necesidad de ÂŤmodernizaciĂłnÂť econĂłmica ni los mĂĄs sagrados fetiches liberales y demo-


BQÂœSHBNR BEQ ĸHÄšDJ Es importante tener en cuenta que, mĂĄs allĂĄ de plantearse con motivo de una discusiĂłn o crĂ­tica a alguna tradiciĂłn del pensamiento polĂ­tico asociado a la democracia, la presunciĂłn, DM CDĆĽMHSHU@ SHDMD PTD UDQ BNM la obligaciĂłn de llenar el vacĂ­o de las posibilidades del devenir con nuevos proyectos –y bien distintos de los administrativopolĂ­ticos del Estado si es que realmente estamos en la disposiciĂłn de querer que las cosas sean de otra manera12. Sostenemos, pues, que los proyectos emancipatorios deben encontrar lugar, lejos de la movilizaciĂłn pĂşblica y con reservas respecto de los procesos de legitimaciĂłn polĂ­tica del Estado. Entender esto depende de una fundamental aclaraciĂłn: respecto a las luchas y los levantamientos dirĂ­amos que pueden bastar en la prĂĄctica,

ODQN DM CDƼMHSHU@ MN DM K@ SDNría. La fórmula resume bien la ambigua posición de la política de la inclusión (democråtica): aunque vale y es importante respaldar la reivindicación de los derechos y las identidades, hay que rechazarla en lo que tiene de fundamental a largo plazo13. Nada nuevo puede esperarse si se asume, sin mås, que las oportunidades de cambio social se restringen a las reglas de agonismo político (cfr. ĸHĚDJ $RSN OTDCD RDQUHQ @ KNR ƼMDR CD K@ ONK¨SHB@ X el pluralismo democråtico. Pero hay problemas en el horizonte mås cercano del futuro que ameritan considerar, al menos especulativamente, las posibilidades de una nueva vida. Nos hemos manifestado a propósito de los riesgos y las amenazas de ofrecer una vía de trabajo según una intuición relativa a la caracterización de las situacio

12. Seguimos la idea de que la condiciĂłn del verdadero cambio (un verC@CDQN @BSN DR ONMDQ ĆĽM @ K@ E@KR@ @BSHUHC@C PTD RHLOKDLDMSD QDOQNCTBD la constelaciĂłn existente). ÂŤEs mejor no hacer nada que contribuir a la invenciĂłn de maneras formales de volver visible lo que el Imperio ya reBNMNBD BNLN DWHRSDMSDy BEQ ĸHÄšDJ ĸHÄšDJ CDRBNME¨@ HMBKTRN CD K@R Ĺ™DWOKNRHNMDR CDLNBQÂœSHB@RĹš X CD K@ “creatividad colectivaâ€? en tanto son objeto de fĂĄcil recuperaciĂłn por parte de quienes estĂĄn en el poder. Es como si a la maĂąana siguiente de las transgresiones, las jerarquĂ­as de nuevo se hicieran presentes; todo a propĂłsito (y no a pesar) de los vigorosos actos de lucha (si no se percibe el desdĂŠn HQÂŽMHBN KN G@BDLNR DWOK¨BHSN +NR CDK ONCDQ CHQ¨@ ĸHÄšDJ MN RHM RNQM@ @CNran las “explosiones de creatividadâ€? como la de Mayo de 68 (2011: 273). Pag.159


ReflexiĂłn nes potencialmente noveCNR@R D HMĆĽMHS@LDMSD @QAHSQ@rias en las que bien podrĂ­amos descansar nuestras esperanzas. Ahora la pregunta es ÂżdĂłnde habrĂ­a de buscarse el evento de lo Nuevo? Hablando de la vida social, ÂżdĂłnde buscar los impulsos experimentadores, las fuerzas de inhibiciĂłn del Aparato de Estado, la potencia guerrera extrĂ­nseca a la organizaciĂłn humana –en el entendido que no se trata de las luchas y los levantamientos “creativosâ€? sino de las situaciones de transformaciĂłn radical de lo Real? Nos negamos a aceptar, sin mĂĄs, la dura sugerencia que cualquier cambio social dependerĂĄ de cĂłmo humanamente se puede intervenir las condiciones del Capital. Eso puede ser cierto, ODQN MN DR RTĆĽBHDMSD Por otra parte, tememos muBGN @ K@ @ĆĽQL@BHÂŽM PTD KNR LNvimientos sociales son excesos de furia e insatisfacciĂłn cuyo momento de estallido utĂłpico, a la larga, ha de ser normalizado bajo la forma de la polĂ­tica de K@ HMBKTRHÂŽM ĸHÄšDJ ÂĄEs que si esto es cierto, la liADQS@C GTL@M@ CDĆĽMHSHU@LDMSD no habrĂ­a de poder superar las condiciones reales de la experiencia fallando en lo que tiene de mĂĄs noble! Por eso hace falta preguntarse, ÂżcĂłmo evitar las reacciones ciegas ante las

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amenazas imaginadas y el miedo al cambio, pero sin vagas esperanzas utĂłpicas? ÂżCĂłmo aproximarnos al aspecto positivo del Acontecimiento sin negar su carĂĄcter violento? ÂżCĂłmo impedir que el Acontecimiento sea engullido en una concepciĂłn (ya muy tradicional, pero vigente entre los jĂłvenes) de la movilizaciĂłn de masas y del marco normativo y organizador de la polĂ­tica y el agonismo pĂşblico? Nuestra hipĂłtesis es que el Acontecimiento, con la idea que es una potencia generadora de realidad, hay que buscarlo del lado de los movimientos sociales, con el supuesto de que son devenires colectivos cuya principal potencia es la capacidad de integrar eventos raros a la realidad social y al diagrama abstracto que le acompaĂąa a la organizaciĂłn colectiva. Siguiendo esa observaciĂłn, la caracterizaciĂłn teĂłrica del cambio social es factible si uno se sitĂşa al interior de una clave que prescriba que el poder del Estado no es un objetivo ni una norma esencial a las dinĂĄmicas colectivas sino que el verdadero dilema es si nos atrevemos a mejorar los mecanismos estatales y D DWHQXDU HO HIHFWR Ĺ?PDOªƲFRĹž GHO Capital o si es posible una polĂ­tica que formule positivamente una orientaciĂłn para vislumbrar ODV SRVLELOLGDGHV GH XQD 1XHYD


Vida BEQ ĸHÄšDJ La hipĂłtesis sobre los movimientos sociales ofrece esa orientaciĂłn. ÂżCĂłmo? En concreto, dirĂ­amos que es fundamental anticipar la importancia de un Acto que altere las coordenadas del trasfondo de la economĂ­a “volviendo palpable su dimensiĂłn polĂ­ticaâ€? BEQ ĸHÄšDJ 413). La observaciĂłn crĂ­tica mĂĄs mordaz implĂ­cita aquĂ­ es que no puede aceptarse la naturalizaciĂłn del estado actual de la economĂ­a y el Capital. En K@ LDCHC@ PTD MNR ĆĽFTQ@LNR DK

desarrollo teĂłrico de lo posible resulta altamente insatisfactoria cualquier aseveraciĂłn, por LÂœR ĆĽQLDLDMSD U@KHC@C@ PTD pudiera ser, sobre la inevitabilidad del Capital. La fĂłrmula es que los movimientos sociales son el sinĂłnimo de las dinĂĄmicas de cambio en el sentido preciso de hacerse un lugar discernible en los grandes acontecimientos LGHQWLƲFDEOHV HQ ODV FULVLV UHQRvadoras. Respondemos asĂ­ al problema de si abrazamos el capitalismo como la condiciĂłn natural que respalda la exis-

tencia social, o de si podemos contemplar razones para impeCHQ RT QDOQNCTBBHŽM CDƼMHSHU@ especulando con la hipótesis de que los movimientos sociales ofrecen una negación sustancial (no asignable a ninguna a personas, ni a masas o movilizaciones) que actúa como la base social que media y crea los excesos que representan las solicitadas resistencias al CapiS@K BEQ ĸHĚDJ

Bibliografía Adorno, W. Theodor. Introducción a la sociología. Barcelona: Gedisa, 2008 Agamben, Giorgio. Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida I. Valencia: Pretextos, 2005. Arendt, Hannah. Los orígenes del totalitarismo. Barcelona: Taurus, 1994. Deleuze, Gilles. La isla desierta y otros textos. Valencia: Pretextos, 2005. GonzålezM.SebastiånAlejandro.Perspectivasdelapragmåtica.Lenguaje,políticay poder. Espaùa: Editorial AcadÊmica Espaùola, 2010. +@BK@T $QMDRSN X ,NTƤD "G@MS@K 'DFDLNM¨@ X DRSQ@SDFH@ RNBH@KHRS@ '@BH@ K@ radicalización de la democracia. MÊxico: Fondo de Cultura Económico, 2006. Laclau, Ernesto. Emancipación y diferencia. Buenos Aires: Nueva Visión, 1996. Halperin, David. San Foucault. Para una hagiografía gay. Buenos Aires: Ediciones Literales, 2007. Safranski, Rßdiger. Nietzsche. Biografía Intelectual. Barcelona: Tusquets, 2006. 2S@UQ@J@JHR 8@MMHR +@ HYPTHDQC@ K@B@MHY@C@ ,¤WHBN %"$ ĸHĚDJ 2K@UNI $M defensa de causas perdidas. Barcelona: Akal, 2011 Pag.161


Reflexión Demandas Indígenas e Identidades: Algunas referencias para (re) pensar un “nuevo” derecho1 Rosely A. Stefanes Pacheco 2 Resumo

2 Doutoranda em Direito, linha de pesquisa Direito Socioambiental (PUC PR, Pontifícia Universidade Católica do Paraná), Mestre em História, linha de Pesquisa História Indígena (UFMS, Universidade Federal de Mato Grosso do Sul), Professora curso de Direito, disciplinas: Sociologia Jurídica, Direitos e Garantias Fundamentais, Ciência Política (UEMS, Universidade Estadual de Mato Grosso do Sul); Endereço eletrônico roselystefanes@gmail.com

Palavras Chaves: Diversidade étnica; Direito; Cultura

Palavras Claves: Diversidad étnica; Derecho; Cultura. Pag.162

Este artigo tem entre seus objetivos discutir, dentro dos novos referenciais do Direito, a temática das demandas indígenas e o lugar que ocupam no “campo” do direito, ADL BNLN UDQHƥB@Q DL PTD medida o discurso jurídico e a atuação do sistema jurídico podem ser instrumentos O@Q@ @ @ƥQL@¢ N NT MDF@¢ N desses direitos. O que se propõe é submeter as “práticas jurídicas” a um exercício de QDƦDW N BQ¨SHB@ MN RDMSHCN C@ RNBHNKNFH@ QDƦDWHU@ CD /HDrre Bourdieu, colocando em “suspenso” as noções e os princípios que são tomados

indistintamente como algo “dado”, “natural”. Isso porque o reconhecimento de uma cultura determina a obrigatoriedade, tanto para o Estado quanto para a sociedade envolvente, de reconhecer o indígena enquanto portador de direitos próprios. Propõem-se QDƦDW°DR PTD UHRDL @ LHMHmizar as questões que versam sobre os direitos desses povos, apontando a necessidade de um maior diálogo entre as várias áreas do conhecimento, em especial a Antropologia e o Direito.

1 Artículo recibido en portugués. El original fue traducido por Luis Miguel Jiménez Ramos. Historiador de la Universidad de los Andes. Contacto: luismigueljimenez4@ hotmail.com. Traducción revisada por: Nelson Eduardo Rodríguez Hernández. Estudiante de Historia y Antropología, Universidad de los Andes. Contacto: xnelsonrodriguex@yahoo.com. El texto fue editado en castellano por el Comité Editorial de la Revista Malatesta.


Resumen Este artículo tiene entre sus objetivos discutir, dentro de las nuevas tendencias del Derecho, las demandas indígenas y su lugar en el “campo” del derecho; de igual forL@ UDQHƥB@Q DM PT¤ LDCHC@ la actuación del discurso y del sistema jurídico pueden ser instrumentos para K@ @ƥQL@BH®M N MDF@BH®M CD esos derechos. Se propone someter las “prácticas jurídicas” a un ejercicio de reƦDWH®M BQ¨SHB@ DM DK RDMSHCN que sugiere la sociología de Pierre Bourdieu; colocando en “suspenso” las nociones

y los principios que son tomados indistintamente como algo “dado”, “natural”. Eso, porque el reconocimiento de una cultura determina la obligatoriedad, tanto para el Estado, como para la sociedad en general, de reconocer al indígena como portador de sus derechos. En lugar de hacer énfasis en el derecho como área exclusiva para el análisis de los derechos de los pueblos, apunta a la necesidad de un mayor diálogo entre las áreas del conocimiento, entre ellas la Antropología y el Derecho.

“Las leyes no bastan. Los lirios no nacen de la ley” Carlos Drummond de Andrade

Introducción Este trabajo privilegia la cuestión identitaria como un punto importante en el itinerario de investigación sobre las demandas por la diferencia, reivindicadas por los pueblos indígenas brasileños y los de toda América Latina, pues como menciona (Chihuilaf, 2010): “Vivimos una época en que etnias y nacionalidades

cobran una relevancia creciente y reclaman lo suyo, poniendo en crisis el concepto de Estado. Tal vez el futuro próximo depare la explosión de muchos pueblos que, partiendo de su propia identidad, reclaman el derecho a decidir por sí mismos lo que deben hacer en materia de autodeterminación, organización social, cultural, en

Fotografía por: Claudia León Pag.163


Reflexión

todos los aspectos de la vida individual y colectiva”. (Chihuilaf, 2010: 13). Desde el punto de vista de la ciencia jurídica actual, pensar críticamente la temática indígena es un gran desafío, en especial porque la incorporación de algunos derechos no ha sido o no es una tarea fácil, ni desde la perspectiva teórica ni desde la actuación práctica. +@ @ƥQL@BH®M CD KNR CDQDBGNR indígenas ocurre de innumerables formas, dentro de las que se puede destacar: por la actuación de los pueblos indígenas, entidades, instituciones entre otros actores sociales. Y, para desarrollar la discusión sobre la temática indígena y las nuevas referencias para el derecho se debe tener en cuenta que, en el campo del derecho positivo brasileño, sólamente a partir de la Constitución Federal de 1988 el derecho a la diversidad cultural indígena pasó a ser reconocido. Se sabe que en Brasil durante los años ochenta se vivió DK ƥM@K CDK ODQ¨NCN LHKHS@Q K@ reaunudación de las elecciones presidenciales, el retorno a la aparente normalidad deLNBQ SHB@ X ƥM@KLDMSD RD CHseñó el proceso de reapertura democrática. Fue una época de Fotografía por: Claudia León Pag.164

grandes movimientos sociales, dentro de los cuales se encontraba el movimiento indígena. Esa época fue marcada por la promulgación de la Constitución Federal de 1988. El proceso y la difusión de la Constitución Federal de 1988 OQNCTIN TM@ MTDU@ CDƥMHBH®M de la sociedad brasileña. Ésta pasa a ser designada como pluriétnica y multicultural acogiendo una propuesta radicalmente distinta a las constituciones anteriores que, apoyadas en el reconocimiento de un único credo y de una única KDMFT@ NƥBH@K HMRS@TQ@QNM TM@ idea genérica y homogénea de todos los pueblos. Como menciona Souza, esa homogeneidad cultural fue pensada desde los valores de una élite política y jurídica etnocéntrica (Souza, 2004: 188). Sin embargo, es necesario destacar que esa transformación de los paradigmas legales en la actualidad actúa de L@MDQ@ BNMƦHBSHU@ X KKDM@ CD angustia por los sujetos que la experimentan. No obstante, como se tratará más adelante, la ciencia antropológica ya proporciona herramientas conceptuales adecuadas para encaminar y acelerar ese proceso de transición y transformación.


Los Pueblos IndĂ­genas se han hecho visibles: La recurrencia de temas y problemĂĄticas acerca de las “cuestionesâ€? culturales parece ser una marca que acompaĂąa las ciencias sociales y que, muchas veces, se relaciona con el puro desconocimiento sobre la historia de algĂşn tema o sobre la riqueza de los intercambios inherentes a cualquier campo de discusiĂłn acadĂŠmica. Como bien menciona Oliveira (2004), en esos casos, lo que se gana en novedad

@K ƼM@K MTDU@R ODQRpectivas y miradas no sesgadas pueden ser una fuente confuza y sugerente- se pierde en densidad y erudición. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el eterno retorno se relaciona con la dinåmica propia de la vida social, siempre B@LAH@MSD ƌTHC@ R¨ Oliveira (2004) en su artículo Amazônias: Sociedades Diversas Espacialidades Múltiplas, describe:

Ĺ?> @ 3RU ƲQ ORV DPD]´QLFRV FRQRFHQ ORV DWDjos y los senderos, en los que es trazada la caminata que es la historia. Muchas veces no se sabe de donde vienen, pero siempre saben para donde van. Por instantes se pierden en los caminos, en la selva, en los rĂ­os, en los caminos de herradura, en las calles, en los caOOHMRQHV HQ ORV DUUR\RV HQ ORV SXHQWHV HQƲQ en el espacio vivido del campo y de las ciudaGHV TXH VRQ HVSDFLDOLGDGHV GH ODV YLGDV 1R obstante, se va enfrente, pues lo importante es perderse, porque al perderse se descubre con mĂĄs profundidad el camino que lleva a los destinos y, en esa bĂşsqueda, se descubren ardides que aniquilan porque matan, pero que perfeccionan porque enseĂąan a resistirâ€? 2OLYHLUD 3.

Ĺ™: < /NQ ĆĽL NR @L@YÂŻMHC@R BNMGDBDL NR atalhos e as trilhas, nas quais sĂŁo traçadas a caminhada que ĂŠ a histĂłria. Muitas vezes nĂŁo se sabe de onde vĂŞm, mas sempre sabem para onde vĂŁo. Por instantes se perdem nos B@LHMGNR M@ ĆŚNQDRS@ MNR QHNR M@R DRSQ@C@R de terra batida, nas ruas, nos becos, nos igaQ@O¤R M@R ONMSDR DMĆĽL MN DRO@¢N UHUHCN CN campo e das cidades que sĂŁo espacialidades das vidas. No entanto, vai-se em frente, pois o importante ĂŠ se perder, porque ao perder descobre-se com mais profundidade o caminho que levam aos destinos e, nessa busca, descobrem-se armadilhas que aniquilam porque matam, mas aprimoram porque ensinam a resistirâ€?(Oliveira, 2004: 178).

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Reflexión No obstante, a partir de las últimas décadas del siglo XX se vive el avance de las poderosas expresiones de identidad colectiva que desafían todo un sistema de singularidad cultural y de control de las personas sobre sus propias vidas y ambientes (Stefanes, 2004). Los pueblos indígenas se han hecho visibles. Ya no es posible ignorarlos. Y, en sus demandas jurídicopolíticas por la defensa de RTR CDQDBGNR CDƥDMCDM antes que todo su identidad. Por esta razón, cuestionan el derecho positivo de la modernidad, señalando un apropiado cambio de sentido de algunos conceptos, como: identidad, cultura, derechos, entre otros. Así, en las últimas dos décadas, los indígenas resurgen en América Latina por fuerzas propias y de importantes aliados, y lentamente van desnudando la historia y reconstruyendo un nuevo escenario. Así, el punto central de los movimientos sociales HMC¨FDM@R CDRCD DK ƥM@K del siglo XX, ha sido la exigencia de reconocimientos y respeto a sus derechos como sociedades étnica-

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mente diferenciadas – derechos políticos, territoriales, culturales, económicos X RNBH@KDR K@ @ƥQL@BH®M de su identidad étnica. De esa forma, el proceso identitario muchas veces se presenta como proceso legitimador para la inclusión de los derechos previstos en las constituciones y acuerdos internacionales. En realidad, lo que se puede observar es que, paso a paso y en diferentes lugares, más comunidades están reivindicando espacios y haciéndose presentes dentro de un contexto mayor, es decir, global, y buscando organizarse de @BTDQCN @ RTR DRODBHƥBHdades. Y, en ese contexto, las sociedades indígenas quieren ser escuchadas a partir de un lugar eterminado, como indígenas, participando de un proceso histórico que, al contrario de lo que ya fue pronosticado, se presenta como un campo de posibilidades abiertas. La cuestión cultural emerge, hoy, como dato fundamental para comprender los conceptos vivenciados en la trayectoria de las sociedades indígenas. Hasta hace poco se creía saber con certeza de

Fotografía por: Claudia León


lo que se hablaba al nombrar dicotómicamente lo tradicional y lo moderno, sin tener en cuenta que los pueblos indígenas renuevan día a día sus modos de @ƥQL@BH®M ¤SMHB@ BTKSTQ@K y política. La sociedad no indígena se volvía rehén de un etnocentrismo disimulado, que no la dejaba comprender la dinámica de aquella sociedades. La cuestión de la relación entre modernidad y tradición tomó una nueva dirección, aunque ya no se presente en su antigua dicotomía. La noción de hibridismo, central en la obra de Canclini (1990), contempla una nueva forma de lidiar con aquello que otrora fuera pensado como situación transitoria. Lo que el autor menciona como nuevo es que las identidades cambian y ese cambio pasa eminentemente por los procesos de apropiación. Es decir, KNR HMC¨FDM@R QDRHFMHƥB@M elementos y símbolos para seguir trazando puentes entre sus memorias y sus conquistas. Sin embargo, para pensar sobre identidad y cultura es necesario dejar claro la imagen que el

sentido común crea sobre los indígenas. En realidad, se tiene una imagen del indio-hiper-real producida por entidades civiles contemporáneas, que operan con un indio perfecto, que guarda poca relación con los indios reales. "NLN LDMBHNM@ 'NƤmann (2005), esta visión recortada del problema indígena, esto es, su presentación despegada de las diversas situaciones nacionales en que se encuentran, parece adecuarse, a su vez, al modelo de gestión de la cuestión indígena por vía de los proyectos, adoptado por algunas agencias tradicionalmente relacionadas a la temática del desarrollo, que siempre funcionaron bajo este formato, bien sea en nombre del combate a la pobreza, o en nombre de promoción de la modernización, o, más recientemente, de la defensa de los derechos ambientales. Con esa formación discursiva nacional-popular emergió en el imaginario “popular”, y muchas veces en la historia memorialística y en la literatura, el ideal indígena preconcebido, que persistía en re-

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Reflexión conocer al indígena dentro de un conjunto de imágenes estereotipadas sobre los indios basadas en: “habitantes de la selva que viven en agrupaciones nómadas y andan desnudos, que poseen teconología muy simple y tienen religión propia (distinta del cristianismo). Los DKDLDMSNR ƥINR PTD BNLONnen tal representación propician tanto la articulación de un discurso romántico, donde K@ M@STQ@KDY@ GTL@M@ @ƦNQ@ con más propiedades en el hombre primitivo, pero también en la visión del salvaje como agresivo, cruel y repulsivo” (Oliveira, 1999)4. Diversos autores escribieron, cada uno a su manera, sobre la formación de un pueblo brasile-

ño que, teniendo como punto de partida la idea de la civilización, debería ser constituido a la sombra del elemento europeo, hasta llegar al ideal del blanqueamiento. Siguiendo con lo anterior, nociones como asimilación, aculturación, blanqueamiento, cultura brasileña, carácter nacional – todas íntimamente relacionadas con los procesos migratorios, de ocupación territorial y de construcción nacional-, pueden ser percibidas, de una forma u otra, en los discursos de formación del pueblo brasileño. Esas nociones fueron constantemente reorganizadas en forma de discursos que sintetizan gran parte de los presupuestos desarrollados por los ideólogos de la nación.

Algunos apuntes sobre el derecho

4 “[...] habitantes da mata que vive em bandos nômades e anda nu, que possui uma tecnologia muito simples e tem uma religião própria (distinta do cristiaMHRLN .R DKDLDMSNR ƥWNR PTD compõem tal representação propiciam tanto a articulação de um discurso romântico, onde a naSTQDY@ GTL@M@ @ƦNQ@ BNL L@HR propriedade no homem primitivo, quanto na visão do selvagem como agressivo, cruel e repulsivo” (Oliveira, 1999). Pag.168

Al tratar pueblos indígenas, el derecho, tal como está penR@CN MN QDƦDI@ K@R CDL@MC@R y anhelos de esos pueblos. Con todo, la dinámica vivenciada por esos pueblos y grupos sociales en la búsqueda por el derecho de vivir la diferencia, arroja luces en el derecho, pues éste se ve obligado a reconocer otras “prácticas jurídicas” que se adaptan con

otras formas de saber, situadas en las experiencias de cada grupo social. No obstante, no se puede ignorar que esa forma de “saber” siempre estuvo sujeta a los sistemas formales. Como bien observa Souza Filho (1992), en lo que respecta a los derechos indígenas, el Estado contemporáneo y el Derecho siempre negaron la posibilidad de


convivencia de sistemas jurídicos diversos en un mismo territorio. El autor apunta que, al mismo tiempo que la construcción del Derecho brasileño mantuvo como inexistente cualquier manifestación jurídica de las sociedades indígenas, fue gracias a ellas que se logró la construcción de institutos propios, cuyo conjunto se convencionó en ser llamado derecho indígena. Carneiro (2010) menciona que el derecho occidental es aún predominantemente individualista, de tal forma que incluso los derechos colectivos son vistos como medios de satisfacer necesidades individuales, y los sujetos colectivos aquellos que representan intereses y voluntades de los individuos que los forman. Según Silveira (2004), como en ningún otro campo del co-

nocimiento, en los cursos de Derecho se aprende de muy cerca que hay un mundo del derecho, diferente del mundo real, que posee lógicas y categorías propias de explicación de la vida. Un mundo que, mientras se explica a sí mismo, se basta. Para Bourdieu (2001: 107), hay un intenso movimiento que tiene la pretensión de crear una homogeneización ITQ¨CHB@ BNM DK ƥM CD PTD OTDda atender los propósitos de determinados grupos económicos dominantes que actuan en todas partes. Cabe destacar que, más allá de las demandas de los pueblos y los grupos sociales, nos enfrentamos a una lucha interna en el campo jurídico, en donde hay un enfrentamiento de los “operadores del derecho” en establecer el Derecho.

Consideraciones sobre los agentes investidos del poder-decir y del saber-hacer: El Derecho Muchos “operadores” del derecho enfatizan la existencia de cierta distancia entre el mundo jurídico, sus formalidades y lo restante de los segmentos sociales. Eso les pareBD MNQL@K X@ PTD @K ƥM@K KDR enseñaron desde las primeras

clases que existe un “mundo del derecho”, diferente del mundo de los hechos en el cual la vida, las personas y las cosas, todo se reduce a normas, a teorías (Silveira, 2004). Esa cuidadosa distancia y diferenciación del mundo real,

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Reflexión

no sin pretensión, compone la forma de ser de la categoría profesional a la que se BNMƥQH® TM@ RHFMHƥB@SHU@ O@Qte del poder del Estado – el Juez. El Estado otorga a esas personas, luego de que hayan terminado las formalidades escolares y de que sean aprobados en concursos públicos, que pasen a decidir sobre la vida y libertad de otras personas. Carneiro (2010) alude al hecho de que la magistratura, el poder judicial brasileño, es entrenado para encontrarse con varias formas de acciones, pero no para entender el contexto donde ellas de desenvuelven, estando pegadas a un formalismo procedimental y burocrático que alegan ser impersonal, para garantía de la certeza jurídica y de la seguridad del proceso. Y que, “en el ‘sentido común teórico’, demuestran poca preocupación con la mejor solución de los FRQƳLFWRV TXH VH WUDEDQ HQ OD sociedad, pero apenas si la decisión está en los parámetros de la juricidad, todo resolviéndose dentro de la abstracción jurídica, de la neutralidad” (Carneiro, 2010: 182). En lo tocante a KNR BNMƦHBSNR SDQQHSNQH@KDR PTD se ha acompañado, a pesar de haber cambiado las normas

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jurídicas sobre el tema, no cambió, como regla general, la concepción de los jueces que continuan decidiendo situaciones del presente como ideas del pasado. Y de acuerdo con Silveira (2004), es la forma social y culturalmente descontextualizada de decidir que logra con ello constituirse en una forma de actuación generadora de violencia. La cultura jurídica patria está calcada en la noción de imparcialidad y neutralidad del juez, que en la relación jurisdiccional representa al propio Estado. Tal concepción DRS BHLDMS@C@ ONQ TM@ QDHƥcación de la ley, establecida a partir de la noción de la existencia de un derecho como si fuera algo “natural”, y no como un producto de relaciones sociales entre seres concretos en una determinada época. Según Carneiro (2010), en la actualidad se comprueba que la actuación del poder judicial brasileño frente a los derechos indígenas consagrados en la Constitución de la República Federal de Brasil de 1988, consistió en garantizar los avances alcanzados, en otros casos, basándose en el sentido común teórico que les exime de la responsabili-

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dad del resultado alcanzado, fueron hechas interpretaciones que distorsionan tales derechos, consagrando una falta de respeto al texto constitucional. El renombrado estudioso de la historia del derecho Paolo Grossi, aduce que “el derecho moderno está íntimamente vinculado al poder político como comando de un superior a un inferior -de arriba a abajo-, visión HLODQ@SHUHRS@ PTD KN HCDMSHƥca en una norma, es decir, en una regla respetable y autoritaria (...), que tiene un costo altísimo”. (Grossi, 2004: 14). Teniendo en cuenta esto, RD UDQHƥB@ PTD DK CDQDBGN

positivo, tal cual está dispuesto, necesita cambios. Y, lo que se propone es someter este derecho y las “prácticas jurídicas” a un ejercicio CD QDƦDWH®M BQ¨SHB@ DM DK sentido de la sociología reƦDWHU@ CD /HDQQD !NTQCHDT colocando en “suspenso” las nociones y los principios que son tomados indistintamente como algo “dado”, “natural”. Eso debido a que el reconocimiento de una cultura determina la obligatoriedad, tanto para el Estado como para la sociedad que lo rodea, de reconocer el indígena como portador CD CDQDBGNR DRODB¨ƥBNR

Nuevos Escenarios, nuevas perspectivas: Es cierto que con las transformaciones sociales ocurridas en las últimas décadas, con los nuevos sujetos y los nuevos escenarios, se impone la construcción de nuevas QDƦDBBHNMDR O@Q@ K@ SDNQ¨@ jurídica en su dimensión civil, pública y procesal, capaz de contemplar la creciente aparición de nuevos-derechos, una vez que las nece-

RHC@CDR KNR BNMƦHBSNR X KNR nuevos problemas colocados por la sociedad engendran también nuevas formas de derechos que desafían y ONMDM DM CHƥBTKS@C K@ CNFmática jurídica tradicional, sus institutos formales y materiales, y sus modalidades individualistas de tutela. Frente a este nuevo contexto, se percibe que no

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Reflexión existen más juristas “señores de sí”; hay una incomodidad general, principalmente en el sentido de que es necesario construir un nuevo diálogo con otras disciplinas, pues, en la realidad, se tienen una se-

rie de eventos, reglamentos, políticas, costumbres, creencias, sentimientos, símbolos, procedimientos y conceptos agrupados que ya no pueden ser desconsiderados (Stefanes, 2004).

Un diálogo entre antropología y derecho: +@R QDƦDBBHNMDR @BDQB@ CDK sistema judicial necesitan ser trabajadas, en el sentido de integrarlo a un campo político más amplio con el que se arSHBTK@ HMƦTDMBH@MCN X RHDMCN HMƦTDMBH@CN ONQ KNR OQNBDRNR sociales que ocurren a su interior y no como una esfera soberana, capaz de situarse por encima de todos los demás poderes y etapas de decisión, es decir, como una especie de fuente de sabiduría de lo que sería justo y genuino en la garantía de los derechos sociales. Por ello, los aportes teóricos de Bourdieu (1988, 1991), Foucault (1975, 1983), entre otros, son de fundamental importancia para la comprensión de esa temática. En una tentativa de minimizar las cuestiones relacionadas con los derechos indígenas y la demanda del sistema jurídico occidental, se entien-

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de que es necesario un diálogo entre las distintas áreas del conocimiento, en especial la Antropología y el Derecho. Dicho diálogo me tiene sensiblemente interesada, sobre todo en función de la investigación que realizo sobre la temática de las relaciones entre las leyes y prácticas sociales en las sociedades indígenas. Así pues, busco entender tal relación, a la luz del análisis de las situaciones en que la ley es usada y llamada a existir, y de cómo procesos legales están inmersos en relaciones sociales, al mismo tiempo que expresan tales relaciones. En FDMDQ@K SQ@SN CD HCDMSHƥB@Q los procesos de movilizaciones territoriales indígenas, abordando la forma como los indígenas se han relacionado con el poder judicial y como son vistos por la sociedad no indígena.


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De esta forma, al analizar los procesos jurídicos y extra-jurídicos, se procura demostrar que, tanto la antropología como el derecho tienen buenos desafíos pensar la temática indígena. Estudios antropológicos podrán evidenciar varias cuestiones cuando se trata de la temática que rodea cuestiones indígenas. Así pues, en las disputas judiciales que rodean los “elementos de la cultura indíFDM@Ś BNMENQLD @ƥQL@ K@ jurisprudencia y los tratados y convenciones internacionales, deberá ser utilizada la investigación antropológica de forma obligatoria para amparar cualquier decisión. En ese sentido, se encuentra la observación de Bartolomé Clavero (1994). Para el autor, los problemas que envuelven los derechos indígenas, individuales o colectivos en el ámbito de una cultura constitucionalista, sólo pueden ser resueltos por medio del análisis antropológico. Y así destaca: Sigue siendo la antropología la que nos aclara estas cosas (Clavero, 1994: 75). Se parte del principio de PTD KNR #DQDBGNR @ ƥM CD cuentas, son construcciones

sociales, históricamente orientadas por necesidades humanas, de tal suerte que es al antropólogo a quien le correponde destapar aspectos de los procesos sociales en los que las “verdades” fueron producidas. En resumen, son las narrativas socialmente construidas las que constituyen la materia OQHL@ O@Q@ K@ QDƦDWH®M @Mtropológica. Frente a esas consideraciones, lo que las nuevas demandas sociales traen de nuevo, especialemnte en los tiempos presentes, DR TM@ @ƥQL@BH®M ONRHSHU@ de la diferencia, de la identidad. Éste es el marco de la diversidad, que nos lleva a otra política de reconocimiento, en la que la diEDQDMBH@ X K@ DRODBHƥBHC@C @RTLDM TM DRO@BHN CD @ƥQmación, yendo más allá del reconocimiento de una frágil dignidad humana.

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Reflexión

Es cierto que las legislaciones, tal y como fueron construidas por el sistema occidental, ya no consiguen contener los derechos indígenas, que cada vez más se presentan como propuestas viables en América Latina. Al mismo tiempo, las crecientes demandas y reivindicaciones se presentan como una realidad que debe ser considerada por el Estado, bien sea que estén relacionadas con la diversidad étnica, con la ocupación de sus territorios tradicionales o con la autonomía y libre determinación para administrar dichos territorios. Frente a eso, se entiende que la vida no nace de la ley. Y si la vida no nace de la ley, es necesario descubrir con urgencia cómo dar vida a la práctica del derecho (Silveira 2004). Como menciona el autor, es necesario señalar que el proceso de destrucción contiene la posibilidad de reconstrucción, que ocurre a partir de la resistencia. Por eso, a pesar de todo, hay resistencias que van más allá de la noción de sumisión que debe asumirse de uma nueva forma, debido a que como argumenta Albert (2000: 15): “ya es tiempo de librarnos de una

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vez por todas de la noción de la resistencia, sobretodo por el efecto de realidad que parece conferir a su opuesto, es decir, la suposición de existir como una sumisión cultural”. En ese sentido, la discusión sobre derecho y pueblos indígenas debe tener en cuenta la multiplicidad y heterogeneidad de los sujetos con una formación económico-social y cultural producida a partir de la dinámica histórica, territorial y cultural diferenciada. Las situaciones históricas vividas por los pueblos indígenas son producidas socialmente, son productos de una cultura fechada en un determinado tiempo y lugar. ConcomitanSDLDMSD QDƦDI@M K@R BNMCHBHNMDR DRODB¨ƥB@R CDK KTF@Q X CD KNR BNMƦHBSNR PTD MN OTDden ser considerados exclusivamente desde el punto de vista económico y jurídico, ya que tienen dimensiones que retratan lo vivído por quienes las construyen. Es preciso comprender que la territorialidad resulta de las duras condiciones de vida, pero también de la resistencia y de la fuerza inquebrantable para la construcción de una nueva vida que no es necesariemnte mejor o peor, pero es


otra vida (Oliveira, 2004). Estas acciones, que se concretan en transformaciones y cambios de una realidad, casi siempre son desconsideradas en el universo del poder judicial. Otro aspecto que debe ser enfatizado es que no se puede partir de la premisa de que el indígena es sólo una víctima. Igual que en otros casos, el proceso asimétrico al que fueron sometidos y que intenta producir nuevos y viejos pobres de tierra es resposable por la emergencia de nuevos agentes productores de un nuevo espacio y de un nuevo contexto. Para esos pueblos, el proceso de producción del derecho y del espacio tiene pérdidas y ganancias. Hay detalles que surgen del hecho de que los acontecimientos que los afectan tienen su propia dinámica, lo PTD CHƥBTKS@ RH MN HLONRHAHKHta, establecer generalizaciones para pueblos tan diferenciados, que deben ser considerados como sujetos diversos con esODBHƥBHC@CDR OQNOH@R

Fotografía por: Claudia León

Para terminar, se entiende que el campo del derecho positivo puede ser cambiado en su condición de manutención del orden, dándole paso a su función de garante de la justicia social. Como menciona Marques (2005: 155) “La construcción de la justicia social pasa hoy por el reconocimiento y por la institucionalización de conquistas políticas y su transformación en derechos no consta de referencias”. Ese movimiento debe entonces tomar como principio la siguiente orientación: “Una sociedad justa no es una sociedad que adopte leyes justas para siempre. Una sociedad justa es una sociedad donde la cuestión de la justicia permanece constantemente abierta, es decir, donde existe siempre la posibilidad socialmente efectiva de interrogar las leyes y sus fundamentos” (Castoriadis, 1983: 33).

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Reflexión

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Artes

El Asesinato de Aurora Christian Alfredo Rubiano Suza1

$RSTCH@MSD CD ƥKNRNE¨@ CD K@ Universidad del Rosario. Contacto: carsbruno@hotmail.com Pag.178

La vio dormida en el lecho, faltaba una noche para navidad y dijo: “¡Oh! la locura de los que se perdieron en el mar, las vidas rotas por la sangre aquí y allá, no necesito de nada hoy, solo embriagarme en tu ron y así perder la razón y abrazarte una noche más. _.Gʖ +@R RDQOHDMSDR @K ƥM@K K@ inmensidad, la terrible y poderosa soledad que se adueña del mundo. Si no elegimos vivir yo querría morir, morir en la Habana”. Ella estaba ahí tendida como en cualquier estación esperando una fatalidad o un llamado del cielo; sintió un mareo de baja presión sobre su abdomen, por lo menos le quedaba ese poco de humor, para qué si se

pasaba buscando y perdiendo certezas. Sólo cuando se fue, sólo cuando no estaba Aurora fue su amor. Le hizo bien meterse en su laberinto carrusel. “Nada está aquí ni mejor ni peor. Ahora tiene un gran cuerno bajo el corazón y se escapa de todos los hombres que quieren tenerla” comentó para sí. Vio a su madre y dijo pálido e inmutable: -“Sus tetas y su hermana tomamos un café, me acuerdo de la mañana que me mostró su piel, estábamos en un bar y se cortó la cara, vibraba como en un nirvana y se lanzó a correr”. Su madre calló un momento. -“Ya está bien así, ¿no ves lo que pasó? pensamos que jamás


iba a pasar”. -“Lamiéndonos los pies. Dijo que me amaba y se hundió la hoja de la navaja. Sangró, sangró y se reía como loca. Corazón clandestino, corazón clandestino, corazón clandestino va siempre al choque”. -“Lo que tengas ahí... Necesito ADR@Q ST RNMQHR@ RHM ƥM X ST LHDdo mortal”. -“No te quiero cansar con mi herida letal”. Fue lo último que le dijo y se marchó para California. Aurora despertó, se vio atada y lo vio con el cuchillo en la mano y dijo: “¡Voy a buscarte, voy a buscarte, voy a buscarte dalo por hecho! Corazón clandestino, corazón clandestino envuelto en llamas. Cocaína, alguien decide por el país, no me culpes, no estoy dispuesta para LNQHQ RNAQD TM BQTBHƥIN 3HQ@R X tiras líneas, aspiras. Tus generales mataron media generación. Una guerra no es un negocio ni una ilusión. No entiendo, yo aquí no entiendo nada, ¡nada!, ¡nada! Los motivos no son nada claros. Ya sabes, es que quiero establecer contactos. Otra vez, otra vez Narciso y Quasimodo”. Tomó Coca-cola a las tres y cualquier cosa tomó a cualquier hora y pintó sus ojos de amarillo alfombra el mismo día en el centro de la ciudad. “Ya no quiero verte llorar”. Ella se enamoró y él le hacía preguntas. Un R@AKD BGHMN @ƥK@CN DM K@ OTMS@

“Ya no importa qué soy, si un malparido esquizofrénico de hoy o un guerrillero militante de que...” le gritó a Aurora antes de que muriera. Alcanzó a ver las blancas del piano como si fueran nubes desde arriba. “Esta es la música que tiene esta ciudad”. “Ya está bien así, ¿no ves lo que pasó? pensamos que jamás iba a pasar” le dijo su madre en el Y@FT M LHDMSQ@R KN LHQ@A@ ƥjamente. Nada detiene al amor en un lugar. Sólo recordó su voz pidiéndole que acercara aquel metal. “Sólo quedamos los dos en la inmensidad, hazlo” dijo Aurora. “Quebrado en una celda en soledad” pensó él. Sólo recordó su voz pidiendo que golpeara sin piedad. Es que nadie detiene al amor en un lugar. Sobre la madrugada la ató con HMƥMHS@ B@KL@ ř$M LDCHN CD toda la gente, yo voy a volarme la frente. Después prenderé un cigarrillo. Luego bailaré contigo. No sé lo que han hecho conmigo, al menos permanezco vivo”. Ella no puede zafarse y sólo piensa en Cristo por quien quemó a sus cuatro hijos. Juega con fantasmas. Un romance de estación le hizo perder la cabeza. Se fue al baño, se fumó y empezó a sonar la orquesta. La Fender le chorreaba de odio. Caminó a Los Ángeles. Caminó a California. Nowhere to go, Nothing To Prove. Narchisse || Deviantart.com Pag.179


Artes Trabajaba en un taller de mecánica. Él se apresuró a correr y le arrancaron los dientes. Nunca fue padre ni fue hijo. No conoció a Gardel, solo a Hendrix y a Tanguito. Su madre tuvo algunas noticias y fue a California. Sabía dónde buscarlo y de su estado, entonces preguntó: “¿Han visto un loco en una calesita, casi desnudo y con la vista enferma? Da vueltas y se sonríe y silba bajo por no molestar”. Cambió la Fender por una Suzuki. “Dios es una máquina de humo” dijo. “Se sospecha que anda vivo pero no lo han vuelto a ver pues está huyendo” dijo uno. “Se sospecha que anda suelto disfrazado de paisano o de gendarme en algún puerto huyendo por asesinar una prostituta” agrego el otro. “Dicen que el ángel de AuroQ@ KN @SQ@O® DM DK A@¬N KN BQTBHƥB® le cortó los ojos y con su sangre se pintó los labios, le arrancó las piernas y se las comió” agregó el ultimo riéndose y los tres proxenetas se marcharon dejándola sola y desamparada mientras escuchaban “Presente” de Tanguito en una grabadora portátil. Sólo un touch y se fue. “Loca tuca de Dios” dijo antes de que lo acuchillaran pensando en Aurora. Pudo ver, KD GHYN UDQ RT HMƥMHSN CNKNQ X @K G@blarle solo y ciego frente al mar: su ocaso. “Aurora, nena, nadie presintió DK ƥM@KŚ CHIN "@LHM® ONQ @G¨ A@IN DK sol, bajo el sol. Rió, se rió de su absurda pasión y al cruzar con su vieja en el zaguán de casa, le piantó un lagrimón y voló, voló. “Lo que tengas

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ahí... Necesito besar tu sonrisa sin ƥM X ST LHDCN LNQS@KŚ CHIN RT L@CQD “No te quiero cansar con mi herida letal” dijo él. Y así fue que pasaron la vida. Para él nada nuevo pasó. Ella amaba su fe, se abrazó, se abrazó. Algo se quebró. “Nadie va a devolver lo que el tiempo se llevó” le dijo Aurora antes de morir. Amaneció y no paraba de hablar dos años antes. Ojos rojos de tanto fumar. Las pestañas de Carmen, la cintura de Rita, por atrás Marylin, el cabello de Gilda, el dolor de Natasha, la voz de Dolores, la sonrisa de Liz. Se reía y reía y mezclaba pastillas. Le daba comida al dolor. Se cayó la casa, todos a buscarse la vida “la concha e’ su madre, la vida empezó” dijo ella. Hoy con un tipo, mañana con otro y esa boca carnosa, divina, preciosa que no se podía resistir. Un chulaso carioca en el centro la vio. Le puso un poco de coca y promesas de amor. Quince preciosos añitos bajo ese pantalón. Era toda poesía, nena hermosa, clandestina, se dormía todo el día y soñaba en Argentina. Sus perros, sus amigas, con Solari y con su tía. Anfetaminas. Verde morena. Mañana Aurora, mañana. “Te vas a ir sola en tu habitación” le susurró; “tu mamá se fue a Marruecos sin alhajas” respondió Aurora. Tiritaba y escupía sangre por su respiración ahogada mientras se tocaba la herida en el pecho. Borbotones. “No es que no te crea, es que las cosas han cambiado un poco”. “No, creo que nunca es tarde” dijo ella y


agregó “Ya no nadaré en piletas”. Se quemaba el dedo con el cigarrillo. Antídoto liviano. Quiso verlo antes de que fuera demasiado tarde. Eran ya las tres, tres agujas tenía ya en la cabeza. El amor fue un ejercicio. Lo pensó dos veces y se marchó. Siempre el mismo rollo con los parientes. Ahí la dejó tendida sobre la cama. Muerta con unos discos sobre el placard. Todo anotado en un expediente. Ya era parte del aire. Él amo una estrella en soledad y una noche antes de navidad recortó los cables con un diamante. Y allí va: parte del aire. En libertad. Fue el amor más grande que conoció. “Mírame a los ojos y sabrás que te amo de verdad, mírame a los ojos y verás que nadie te lastimará”. “Mírame a los ojos y el sueño vendrá”. Cerró sus ojos mojados de tanto llorar, con la boca ensangrentada ya sin dientes y desangrándose por las piernas. Fue entonces cuando supo que la amaba. Nada la lastimaría. “Tiempo amarillo el de la felicidad y el de la foto en la pared, pero el pecho apretó ya demasiado” pensó para sí. No sé si él la quiso pero anduvo con ella. Fue su décimo amante. Su mejor enemigo. Su reloj de Dalí. Su guerra sin boda. Su sexo civil.

Entró el sol por la ventana y se fue buscando alguien que lo invitara a bailar. Escribió en una nota que guardó en alguna página (quizá la última) de la poética de Aristóteles: “Todos sabemos que fue un verano descalzo y rubio que arrastraba entre sus pies gotas claras de mar oscuro. En el pecho dos médanos eternos y en los ojos un cielo transparente que brillaba tras del sol, serena y furiosamente. Quizá sepan que tenía una eterna compañera, que reía y se entregaba desnuda sobre la arena. Que volaba cuando estaba en algún sueño, para despertarse dentro de su dueño al que le daba su amor hermosa y salvajemente.” Se despidió de su madre en el zaguán, la dejó con el cadáver y se marchó a California en una Suzuki. Su madre lo busco más él había muerto asesinado en un baño, solo y con una sobredosis de anfetaminas. Le habían arrancado los dientes y lo desangraron por las piernas. Lo encontraron con las manos llenas de grasa para carros; y en el bolsillo del viejo y sucio gabán que llevaba se halló una caratula de Tanguito sin su disco y un escapulario.

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Artes

La Vida con Roberta

Oscar Mauricio Delgado Lopez1

Pasaban las 6 de la tarde y Sandro veía que la puesta de sol se acercaba; por un momento se detuvo a pensar que en otros lugares del mundo estaría apenas amaneciendo, o que el sol estaría en su punto más alto según, tal vez, los tokiotas. Y si me paro en la luna- siguió hablándose a sí mismo- solo vería a la Tierra girar y girar sin parar, sin que existiera la noción de días ni horas, ni amaneceres ni anocheceres. $RS@ BK@RD CD QDƦDWHNMDR KD sucedían a Sandro cada vez que peleaba con su novia Lucy y decidía regresar a sus viejas costumbres de perder-

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se en el mirador de la ciudad con su colección musical de Cream, Yes, The Doors, Janis Joplin y Jimi Hendrix, entre otros “malditos hippies”, como les decía su padre. Puso el volumen alto, se recostó sobre el capó del automóvil y abrió la primera de seis cervezas. Al ritmo de Aqualung, de Jethro Tull, Sandro recordó lo sucedido esa misma mañana, DM PTD ONQ TM@ HMRHFMHƥB@MSD pelusa de ombligo inició la batalla campal con Lucy. Ella enfureció, él retiro la pelusa y se lanzó a abrazarla, ella rechazó el abrazo y le lanzó una bofeteada acompañada

1. Estudiante de Periodismo y Opinión Pública de la Universidad del Rosario. Contacto: cosqui@gmail.co delgadol.oscar@ur.edu.co


de reclamos por su descuido personal, la falta de interés por la relación de los dos y la proLDR@ CD TM@ QTOSTQ@ CDƥMHSHU@ Él enfureció, aceptó la ruptura y salió de la casa lo más pronto posible con su ropa y pertenencias, mientras ella se alojaba en un rincón llorando. Todo eso y más pensó Sandro, hasta que oyó la voz de Janis Joplin que le decía “Shhh baby, baby, baby, no no no no don’t you cry!” en la canción Summertime. Cuando ya iba por la cuarta cerveza y el solo de Eric Clapton en la canción White room estaba en su clímax, Sandro empezó a experimentar una sensación de tranquilidad y acentuación de sus sentidos. Las estrellas en el cielo se multiplicaron y sintió que el carro se deslizaba hacia el precipicio en caída libre. Vio que las estrellas se alargaban hasta volverse líneas que le daban la sensación de estar viajando a la velocidad de la luz, como en uno de esos via-

jes con el capitán Han Solo, de Star Wars. El vértigo se apoderó de lo bien que la estaba pasando, hasta el punto que tuvo que bajarse de la nave a vomitar. Sin embargo no pudo expulsar nada de su cuerpo porque la depresión le había negado el apetito durante todo el día. Para ese entonces sonaba el súper clásico de The Mamas & The Papas California Dreamin’, canción que le recordaba los largos y dorados cabellos que cubrían la cabeza de su amada Lucy, porque una de las cantantes, Michelle Phillips, se le parecía mucho. Y ese recuerdo de cabellera dorada mezclada con profundos ojos azules, tez níUD@ X Ʀ@LD@MSDR K@AHNR QNINR KD hizo llorar amargamente y querer reencontrarse con su amada. Fue a buscar su teléfono móvil y se encontró con varias llamadas perdidas de Lucy, las cuales trató de responder, pero el aparato no hacía más sino anunciar una falla en la conexión.

Old Rock & Roll Sox Pretty || Deviantart.com Pag.183


Artes ¿A dónde te llevo, guapo? Luces terrible – oyó de una reverberada voz femenina. Sandro saltó del susto y vio a una mujer, hermosa como la luna. Notó que la única parte de su vestimenta que no era de cuero era la cinta roja de tela que adornaba su cuello. -No te preocupes, yo tengo carro – le dijo Sandro – Linda motocicleta, por cierto. ¿Cómo te llamas? -Roberta. Pero tu carro no funciona. -¿Por qué dices eso? – Sandro trató de introducir la llave en el cerrojo, pero esta se atascó, y no la pudo ni girar ni sacar. Le preocupó no poder encender el carro; pero le inquietó más el pronóstico de aquella desconocida. -Entonces – insistió Roberta ¿a dónde te llevo? -No tranquila, en últimas me quedaré a dormir aquí hasta que amanezca y llamo al servicio para que me recojan. Roberta encendió un cigarrillo y, mientras entraba al carro de Sandro, sacaba un CD de su chaqueta que decía “Robert Johnson. Obra completa”. Lo colocó y dijo: Entonces esperaré contigo. ¿Has escuchado alguna vez a Robert Johnson? -Creo que no, yo sólo escucho música para hippies y, por lo que estoy oyendo, Robert

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Johnson no suena a nada que haya escuchado antes. Es como un blues muy raro. Roberta sonrió y le explicó a Sandro que Robert Johnson era el rey del blues. Sin su aporte musical el blues no hubiera sido lo que hoy es y que, por lo tanto, ningún género musical hubiera sido lo que es. -¿Sabes por qué es considerado el mejor blusero de todos los tiempos?- preguntó Roberta mientras con cada palabra expulsaba un poco de humo. Se acercó a Sandro como si fuera a decirle un secreto- Porque le vendió su alma al diablo a cambio de poder tocar blues como nadie jamás en el mundo. Me parece un trato justo. Si no lo hubiera hecho nadie hubiera recordado su nombre a través de las generaciones; además, era un negro en un país de AK@MBNR OQDƥQH® RDQ DRBK@UN CDK diablo que de los gringos. Sandro sintió que con Roberta podía tener una charla interesante y profunda, por lo BT@K CDI® @SQ R K@ CDRBNMƥ@MY@ y agregó a la conversación sus pensamientos sobre la humanidad. -Es interesante cuán frágil somos los humanos – expuso Sandro, mientras sonaba Crossroad – Pensamos que cada persona es invaluable e irrepetible; ODQN RH MNR ƥI@LNR DK 4MHUDQRN

That Damn Rock & Roll Wacky Cracka || Deviantart.com


DR U@RSN D HMƥMHSN X RNLNR S@M HMRHFMHƥB@MSDR PTD RH TMN RD va, nada cambiaría en el mundo. Sin embargo, uno puede representar el mundo entero para otra persona. Roberta se impresionó con las ideas que elaboraba Sandro, pese a que sentía mucha nostalgia por los últimos hechos que le habían sucedido. El sol empezaba a asomarse por detrás de la montaña y Sandro pensó que en ese momento el sol se estaría despidiendo de Nueva Delhi, al mismo tiempo que Roberta rompía en llanto. -¿Qué te pasa? – preguntó con inquietud Sandro. -Me da mucha lástima la tragedia de la vida, Sandro. En mi vida todo iba bien hasta que me mataste – dijo Roberta con la mirada abajo.

Janis Joplin Acp92 || Deviantart.com

-¿De qué hablas, estás loca? – se burló Sandro. -No te rías. Tú me mataste hace unas cuantas horas. Yo manejaba tranquila mi moto, escuchando If I had Possession Over Judgment day, cuando de repente me cae un carro encima que venía montaña abajo. Sandro quedó pasmado tras escuchar estas palabras. Ahora empezaba a entender la irremediable e irreversible verdad: él estaba muerto, y todos los extraños hechos de esa noche se habían aclarado. Y ahora no podía hacer más sino pensar en Lucy y en cómo la había abandonado. -No te preocupes por Lucy – le dijo Roberta. -¡¿Cómo sabes el nombre de mi novia?! – le gritó Sandro. - Mírala, ahí viene, con una soga en el cuello.

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Artes

Un Boceto Inexplicable Andrés Aldana Hernández1

Mauricio despierta, se levanta de su cama, abre la puerta esperando encontrar una salida, pero allí, solo está el exterior. Camina largo rato cruzando aquel parque pegado a su puerta, levanta sin detener sus ojos para encontrar al gran círculo amarillo, difuminado en el zenit, entre nubes azules y vaporosas, continúa caminando y pensando en cuán rara es esa mañana. En realidad es exactamente igual a las otras 8395, pero ésta, en su igualdad es diferente; se siente diferente, parece trazada, dibujada, remarcada con anterioridad, detrás de ella surge un boceto inexplica-

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ble que muchos llaman destino y Mauricio llama causalidad. Boceto inexplicable Susurran sus labios al atravesar la calle, Mauricio sabe, muy en el fondo, que hoy es su día; que hoy, en esta historia, corta, tonta, bulímica, yo, lo voy a matar. La parca, mi amiga, hoy has RNKHBHS@CN @K ƥM ST KHBDMBH@ hoy descansarás y por ello has puesto en mis manos la posibilidad de matar a alguien, a Mauricio, y me pregunto entonces, ¿No sufrirá? Acaba de nacer, evocado entre palabras y ¿tan corta e improductiva será su vida? Hagamos un trato mi amiga parca... ¿Te puedo decir

1. Estudiante de la Licenciatura en Humanidades y Lengua Castellana de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Contacto: andresalna@gmail.com andresclv@live.com


parca? O ÂżDoĂąa muerte, tal vez sea mĂĄs apropiado? ÂżY por quĂŠ doĂąa? ÂżNo eres don? Supongo que eres doĂąa pues las doĂąas dan vida por tanto las doĂąas darĂĄn la muerte... Es lo justo... Eso creo. Volviendo al trato... quiero entonces que concretemos los tĂŠrminos del deceso de Mauricio. Es importante, al menos de-

ĆĽMHQKN ,@TQHBHN LDQDBD MTDRSQN aprecio, ha sobrevivido sĂłlo media pĂĄgina, merece respeto, de tu parte y de la mĂ­a, concedĂĄmosle entonces el placer de decidir cĂłmo morir, ÂżNo es lo mĂ­nimo que podemos hacer, por supuesto, ademĂĄs de matarlo?

_Mauricio, amigo, antes que nada y antes que todo, te presento a una vieja y nueva amiga: La parca. B1R PH PLUHV FRQ FDUD GH WRQWR <D GLMLPRV querido amigo, que sabes que yo te voy a matar. _Ahora, parca, saluda a Mauricio, es lo mĂ­nimo recuerda, es lo mĂ­nimo, presentarte es lo mĂ­nimo que puedes hacer. B b3HUR EXHQR 9DVWD GH IRUPDOLGDGHV 0DXULcio, solo interrumpo tu camino por una razĂłn, querĂ­a preguntarte... pues... dada la situaciĂłn... ya que hace media pĂĄgina yo te creĂŠ y pues... €&´PR TXLHUHV TXH VH SUHVHQWH OD SDUFD HQ WX camino? B 6ÂŽ VÂŽ €&´PR TXLHUHV PRULU" Mauricio me mira, y me dice lo que yo querĂ­a escuchar: que no lo mate, que tiene muchas coVDV SRU YLYLU bIDPLOLD XQD QRYLD FRVD TXH HV PHQWLUD SXHV HV VROWHUR VL OR VDEUÂŞ \R me dijo todas y cada una de las excusas que pondrĂ­a yo ante la muerte, pero, ninguna de ellas me convenciĂł. _Perdona, a veces olvido que es una pregunta difĂ­cil _ RespondĂ­.

Nightmare Trixis || Deviantart.com

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Artes Sin embargo, debo decir que tu futuro ya está echado, tu destino se escribió hace más o menos 20 líneas; hoy la parca ha reservado para ti un puesto especial a su lado. Y si no eres capaz de decidir responsablemente como debo matarte...lo haré yo cual gobierno de derecha. Mauricio despierta, se levanta de su cama, abre la puerta esperando encontrar una salida, pero allí solo está el exterior. Camina largo rato y baja sus ojos para contar los ladrillos de la calle. Cuenta un dos tres, piensa en el loco sueño de anoche, piensa en la parca, y recuerda la parca en el sueño, recuerda a un tal Andrés que lo escribía, que le decía que lo iba a matar, ¡que decidiera su muerte le exigía! Y Mauricio pensando en no sé qué, atraviesa la avenida, un %NQC ƥDRS@ @YTK QN¨CN X BNM LNSNQ de avispa lo levanta por las piernas y por el aire; se oye un crujido y cada hueso de su cuerpo como orquesta vibra y se balancea de un lugar a otro: Mauricio ha muerto. No. Mauricio ya no puede morir, o sí, pero no tan estúpidamente, ya ha superado la barrera de la segunda página, merece algo mejor, es mi deber darle algo mejor, ya me he encariñado con él. No me mires así parca mía, sé que debo matarlo, pero no sé aún cómo... Mauricio despierta, se levanta de su cama, abre la puerta esperando encontrar una salida, pero

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allí solo está el exterior. Extiende su mano hacia el cielo, el mundo le da vueltas, la jaqueca y la resaca y el aire y el viento y los ojos y la luz en sus ojos y la luz de sus ojos le pesan y le pesan bastante. Todo el mundo, toda la realidad, todo el universo parecen estar de acuerdo para acabarle, parece que la vida, que dios lo quiere muerto, pero ¿por qué muerto? ¿Por qué me quieres muerto señor? _Pregunta Mauricio. Y yo le respondo: MAURICIOOOOOOOO OHHHHHHHHH SOY DIOSSSSSSS... lo siento Mauricio, no soy dios, soy yo. Andrés, tu amigo, ¿no me recuerdas? Obviamente no me recuerdas hace solo página y media que nos conocemos... sé que te preguntas muchas cosas, del por qué eres como eres, del por qué te ves exactamente igual a mí, debo decirte que cuando te imaginé no me vino otra imagen a la mente que la mía, sé que es egóK@SQ@ ODQN OQDƥDQN RDQ RHMBDQN X R¨ yo te imaginé y ahora no sé cómo dejarte de imaginar. La parca me dice que te mate, las letras, mis letras están cargadas de veneno, pero no sé cómo matarte. Querido amigo descansa en paz, te mataré aquí y ahora. Mauricio despierta, se levanta de su cama, abre la puerta esperando encontrar una salida, pero allí solo está el exterior. La calle es oscura y triste, parece una calle de historia triste y por supuesto,


de historia oscura. Mauricio piensa que esta vez es la vencida, hoy, en este instante, un tonto rayo, proveniente del choque entre dos tontas nubes, sin tormenta, a plena luz del día y con un clima primaveral, achicharrando la carne antes viva, ahora frita, consumiendo y transformando en cenizas un suspiro, eterno, largo y certero. El fatídico instante solo es resultado de la desesperación, pienso yo, como escritor, ¿un rayo? Acaso Mauricio ¿le debía dinero a Zeus? ¡Ahhhh! ¡Mauricio! ¡Estoy harto! ¿Por qué no te mueres? ¿Qué te retiene? ¿Será necesario al albur de los eventos que sea yo quien directamente te mate? ¿Que sea yo el autor material de un crimen mental? Mauricio despierta, se levanta de su cama, abre la puerta esperando encontrar una salida, pero allí sólo está el exterior. Frente a su puerta, lo espero, con un cuchillo de carnicero, untado con veneno de cobr... de mamba que es más letal, mamba negra, oxidado y QN¨CN BNLN DK %NQC ƥDRS@ TM @QL@ letal como un rayo, lo miro y sonríe, he caído en su trampa, lo sabía Mauricio, no eres tan tonto, debí suponer que buscarías las forma de librarte de mí, y lo lograste, el

revólver, no sé cómo llego a ti, no KN R¤ ODQN KN UDN X DR RTƥBHDMSD un revólver... descargado! ¡Ja! ¡No será tan fácil terminar conmigo! ¡Yo tengo el poder, morirás o moriré, pero sólo uno saldrá de aquí ileso! Te lanzas a la cocina en busca de un cuchillo, con parsimonia y dramatismo; a lo psicosis te persigo y perpetro un lanzamiento fugaz y certero (que bonita y decorada forma de decir puñalada trapera) pero lo evitas, no estás listo para dejar la lucha, ¡quieres vivir! Te di fuerza en un par de páginas y ahora quieres venganza, me pegas un puño en la cara, no me recupero con facilidad, mis ojos llorosos no me permiten responder. Todo se nubla, todo es borroso; ahora solo veo una oscura silueta con un cuchillo, mi cuchillo, y yo que pensé en matarte amigo, y yo que creí que la parca venía a por ti, dile a la parca que la quiero pero no la quiero ver, no aun, sin embargo, sé que no es menester de un escritor decidir quién vive o muere, sólo debe describirlo, describirlo y sentirlo de vez en cuando. Mauricio he iniciado este escrito sin saber cómo matarte, ahora no sé cómo evitar que me mates. Mauricio, amigo, la parca ya está aquí.

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Artes

LA MÁQUINA DE LA PROSPERIDAD Ingenio Mecánico Mediante el cual, con Mínima Inversión de Tiempo y Dinero, se Triplica, Cuadruplica o Quintuplica el Producto Interno Bruto de cualquier País sea Éste una economía en Desarrollo o Industrializada, primaria, Secundaria o Terciaria.

Por

Germán Bula Caraballo gbulalo@unisalle.edu.co


La primera meta de toda economía es, y debe ser, el crecimiento económico. Sólo si aceleramos al máximo nuestros procesos de producción, consumo, contaminación y explotación de seres humanos, podremos lograr la meta que la augusS@ BHDMBH@ CD K@ DBNMNL¨@ G@ ƥI@CN O@Q@ SNC@ K@ humanidad desde que dicha ciencia se hizo reliFH®M X G@RS@ DK ƥM@K CD KNR SHDLONR DK @TLDMSN del Producto Interno Bruto, santo grial e indicador bendito de la valía de países y de seres humanos. Ante este indicador, en efecto, debe plegarse toda otra consideración, trátese de la justicia social, la dignidad humana, la soberanía nacional o la perpetuación de la vida de especies, ecosistemas, o sistemas planetarios. Nada de esto importa tanto como cuánto dinero ha cambiado de manos en un país en un período de tiempo determinado:

PIBpm= C + I + X - M Así pues, presentamos aquí, por primera vez, la fabulosa Máquina de la Prosperidad, con la que cualquier país puede, pagando sólo costos moderados de instalación y mantenimiento, aumentar tanto como plazca a sus gobernantes su Producto Interno Bruto.

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Artes

La MĂĄquina consiste en un simple mecanismo rotatorio (de 500 ciclos por minuto):

1,20 cm 15 cm

Éste se conecta a una tabla de madera duplex de 15cm de ancho por 120cm de largo:

Mecanismo Giratorio

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En cada extremo de la tabla se coloca un guante de b茅isbol de regulaci贸n de la Liga Oeste de los Estados Unidos:

Finalmente, se asegura con cinta de enmascarar un billete de veinte d贸lares en uno de los extremos, y un juguete de Tortugas Ninja TM en el otro:

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Artes

La máquina debe ubicarse en la línea que divida la propiedad de dos vecinos y conectarse a un generador de Diesel: Linea divisoria de Propiedad

Máquina de la Prosperidad

Casa Juan

Casa Pedro

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Una vez instalada la máquina entre dos vecinos, la máquina se pone a correr, de modo que a cada c i c l o del mecanismo rotatorio se produce una venta del muñeco de Tortugas NinjaTM por valor de 20 dólares A 500 ciclos por minuto, la máquina aumentará el Producto Interno Bruto del País a un ritmo de $600’000 dólares por hora:

USD. $20 x 60 mins. X 500 ciclos: $600’000.00 Una vez cada país haya instalado su Máquina de la Prosperidad podrá tener un PIB tan alto como le plazca(si hace falta, puede instalar máquinas adicionales, o aumentar la velocidad del mecanismo rotatorio), satisfaciendo a los economistas. Entonces, podrá proceder a asuntos menores, como la consecución de la justicia social, el cuidado del medio ambiente o la creación de una sociedad que promueva una vida digna para todos los seres humanos.

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Artes

Noche Extraùos ojos, luna como testigo Alucinaciones engendradas en la tarde se desencajan en leyendas de otoùo Busco silencio, tejo detrås del silencio devorado por besos Recuerdos cambiados por melancolía, deseos, imågenes sublimes de aùoranza /D 1RFKH WUDQTXLOL]D PL REVWLQDGR SHQVDU Entre la noche, el licor habita entre sentimientos, insensible el día se torna en ondas de indiferencia Los abismos se tornan contra mi alma, blasfemias y pånicos estremecen al universo trato de eludir los deseos de aquellos tiempos en olvido entre horizontes las miradas se desvían Al parecer he estado condenado al amor en tristes antas de recuerdo HO ª[WDVLV HQFLHQGH HO LQƲHUQR GHO DOPD Desconozco las caricias del tiempo Ignoro la magia de la lobreguez que tus ojos habita reanimado entre el abismo Triste esperanza, acompaùa mi aliento mieles de corazón sombrío, sean testigo de mi deambular Sacio el dolor con resonancias de voces perdidas en ironía cautivo de risas y ataúdes frågiles insólita eternidad de almas irrisorias placer se oculta entre deleites de amoríos extraviados Escucho entre sueùos murmullos de abandono aturden la creciente noche 1RFKHV EUHYHV \ GLVFUHWDV tus ojos sobre mi alma ascienden de las lågrimas melancolía intacta difusa entre nieblas

Ricardo Garcia1 60 Licenciado en SociologĂ­a por la Universidad AutĂłnoma Metropolitana-Iztapalapa. MĂŠxico Contacto: dracirseek85@gmail.com

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Estaciones Estaciones nebulosas, sonrisas tranquilas se deslizan entre cada una de ustedes En primavera arden sueùos, fruto de promesas y lujurias por vivir, luces y destellos, anuncian la llegada, rayos de sol expresan el ånimo Climas veraniegos, engendran vida de recuerdos, vientos atraen aromas de mar Los cielos de otoùo, alumbrados por la luna, se aclarecen tras su paso, ORV UHFXHUGRV UHƳX\HQ WUDV HO SDVR GH QXEHV en tonos rosas y morados, olvidado tras el despojo de mis recuerdos, permanezco en tinieblas, lejos de aquellos deseos, lågrimas ondulantes en tu encanto atormentan mi mirar, acompaùado por el tiempo, me alejo entre canciones que vibran en el paraíso de la noche, 1RFKHV GH LQYLHUQR DURPDV IUŽRV \ WRQRV D]XODGRV DEUHQ PL DOPD GŽDV SHUHJULQRV RVFLODQ DO ƲQDO GHO WUDQVFXUULU

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Artes

Desvanecido 1R VÂŞ VL KD WHUPLQDGR el tiempo se desvanece, poca arena queda en el reloj Estoy de nuevo aquĂ­, nada ha cambiado desde aquellos viejos encuentros, serĂŠ distinto en el alma pero en pie me encontrarĂŠ CederĂŠ de mi temple, los mitos abandonados dejarĂŠ para estar a tu lado ConquistarĂŠ nuevos mundos con aquellos sueĂąos e ilusiones El ayer se confunde con el maĂąana, el futuro serĂĄ parte de mis recuerdos, caminarĂŠ sin rumbo, sin misticismos, encontrarĂŠ aquel querer en RĂ­os de lagrimas recorrerĂŠ viejos sueĂąos y explotare sus esperanzas.

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Ĺ? (K TXĹ›DLPHV WX GRQF H[WUDRUGLQDLUH ÂŞWUDQJHU" - J’aime les nuages... les nuages qui passent... OÂĄ EDV OÂĄ EDV OHV PHUYHLOOHX[ QXDJHV Ĺž L’Êtranger, Charles Baudelaire Hay un golpe tras la puerta que no anuncia a nadie. Hay un suspiro tras la ventana que no deja huella sobre el cristal. Hay una carta en blanco manchada de besos sin nombre. Y sin embargo, allĂ­ estĂĄ, sentado sobre la banca parisina. Y sin embargo, allĂ­ estĂĄ, encendiendo el cigarrillo entre los dedos. Y sin embargo, allĂ­ estĂĄ, leyendo el libro que toda permanencia reclama. 8Q VLOHQFLR y el viento se consume sobre su rostro. 8Q PXUPXOOR y el pasante se detiene para recoger su limosna. 8Q LQVWDQWH y el ĂĄrbol se mueve sin emociĂłn estival, o, acaso, pluvial. La espera. Esa dulce promesa de un rincĂłn que no existe. La tristeza. (VD ƲHEUH GLVLGHQWH TXH DQLGD HQ HO FRUD]´Q GHO SRHWD La noche. Esa falaz armonĂ­a entre los abismos que nos narran.

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