Historias bordadas con la penetrante aguja del dolor, hiladas con colores que van dando vida a las inevitables muertes. Historias, "algunas dolorosamente reconocibles, en que la naturaleza reconstruye y sana lo que la pérdida ha quebrado. Otras, en que la sincronía divina parece burlarse de los habitantes terrestres, y no sabemos qué parte es realidad, o verosimilitud, y cual fantasía".