Tema del Mes 04-13
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Cine 16-19
Televisión 20-23
Música 24-27
Literatura 28-31
Arte 32-35
'CACHÉ': HANEKE Y LA CONDICIÓN HUMANA Texto de MARÍA JOSÉ MORENO Hemos sido educados para temer a lo desconocido en parte porque instintivamente construimos nuestro mundo mediante el aprendizaje y la experiencia; pero cuando se trata de miedo a lo diferente, o concretamente al extraño, entran en juego variables como las que implícitamente observamos en 'Caché': racismo, xenofobia y un sentimiento de culpa generado por la presión de una sociedad intelectualmente avanzada que se empeña en enmendar errores pasados con parches. George, personaje al que escrutamos y del que vamos tejiendo sospechas durante el transcurso de la película, es un presentador de un programa cultural sobre libros que comienza a recibir una serie de cintas grabadas de la fachada de su casa. Se trata de un registro sesgado de la realidad y que acompañado de dibujos inquietantes perturban la acomodada vida de esta familia. Así descubrimos un episodio turbio de la infancia del protagonista cuando la familia
adopta a un niño inmigrante y huérfano. No obstante, el contenido de estas cintas, si bien es cierto que la naturalidad de lo filmado y la amenaza de estar siendo observados encierra un componente siniestro, contrariamente a lo esperado no son el principal foco de perturbación. Sin embargo, la violencia reside en la frialdad demostrada por los personajes ante el dolor humano y la incapacidad de empatía con el prójimo cuando nuestra concepción aprendida del mundo activa todas las alarmas ante lo diferente y aparece el rechazo a lo desconocido. Finalmente el enigma que articula el relato nos queda vedado ¿por qué se invade la privacidad y quién lo ha grabado? Y aunque los últimos minutos alimentan nuevas sospechas ¿acaso importa? en este juego que propone Haneke, cuando creíamos que no pasaba nada, nos descubrimos cavilando e interpelados por nuestra propia conciencia.
'LA PIANISTA', FASCINANTE E INCÓMODA Texto de BEATRIZ CASADO SÁNCHEZ Tras 130 minutos de metraje, juro que el aire de la habitación se volvió más denso: 'La pianista' lo absorbió todo. Ya desde el principio se nos presenta con violencia una peculiar y tóxica relación madre‒ hija sobre cuyos cimientos se sustenta todo el argumento. Erika Kohut es una exigente profesora de piano en el conservatorio de Viena que, a sus cuarenta años, aún vive con su madre, quien controla todos sus movimientos; incluso duermen en la misma cama. Su rígida rutina se ve afectada cuando el talentoso joven Walter Klemmer se propone seducirla. No esperéis encontrar una historia de amor al uso con final feliz incluido, sino más bien un retrato plausible de una persona tremendamente obsesiva con compulsiones y tendencias sadomasoquistas, cuya estricta educación la lleva a tener una actitud frígida hacia el amor y negar sus propios instintos. Erika y Walter se alejan de los estereotipos del
cine comercial erótico. De hecho, las escenas sexuales, sin necesidad de ser explícitas, son muy amargas e impactantes. La evolución de la dualidad dominación‒sumisión en las diferentes facetas de las vidas de estos personajes tan opuestos, es algo que nos dará mucho que pensar tras las escenas finales. Isabelle Huppert está soberbia en su interpretación. No me imagino una Erika mejor. El hermetismo de su mirada y su gesto contenido al borde de una explosión que nunca llega, dejan al espectador constantemente en el limbo de las emociones, acompañado de virtuosas melodías de piano o silencios atronadores. Basada en la novela homónima ganadora de un Premio Nobel, es una cinta fascinante a la par que incómoda de ver. Haneke busca adrede este desagrado en el espectador, precisamente porque refleja una verdad: la capacidad del ser humano de moverse entre la excelencia y la obscenidad.
En la historia de la Literatura existen autores que adquieren el dudoso privilegio de ser considerados gafes o nefastos, tantos ellos como sus obras. Un claro ejemplo es el del dramaturgo y escritor barcelonés Jacinto Grau Delgado, autor de una veintena de comedias como 'El conde Alarcos' (1907), 'Don Juan de Carillana' (1913) o 'El señor de Pigmalión' (1921), sin obtener éxito con ninguna de ellas. Se solía decir: «Estrena Grau, teatro cerrau».
Cuando el director Darren Aronofsky preguntó a Hubert Shelby Jr. (escritor de 'Réquiem por un sueño') sobre un ambiguo pasaje al final de la novela para adaptarlo a la imagen, le movía la intención de conocer si el personaje que experimentaba el sueño moría al final o no. La respuesta del escritor neoyorquino fue clara: «No, no muere. Aún tiene que sufrir mucho más».
¿Nunca soñaste con huír de todo al llegar la adolescencia?¿Realizar el viaje de Ulises a la inversa, tratando de escapar del hogar y de uno mismo? Huir a las profundidades del océano en un submarino y hacerse llamar Nemo parecía complicado, así que nuestros dos protagonistas optan por hacer algo mucho más americano: robar un coche y lanzarse a la carretera a lo 'Bonnie and Clyde'.
Los Planetas se hallan de celebración porque su obra capital, 'Una semana en el motor de un autobús', lleva ya dos décadas sobre sus espaldas. Es complejo hablar sobre este álbum, sin acabar cayendo en lugares ya explorados, porque se ha escrito largo y tendido sobre él. Desde todos los ángulos. Han contado su intrahistoria tanto voces externas como la parte implicada...
'El desierto de los tĂĄrtaros' es un libro sobre el tiempo, sobre envejecer, sobre las oportunidades que pasan y no vuelven, sobre los sueĂąos irracionales que nos hacen vivir en un futuro imaginado, mientras el presente nos traspasa, nos transforma, y huye con nuestra energĂa. Un libro sobre el tiempo donde el desierto es el protagonista.
Andy Warhol fue uno de los artistas mas relevantes del siglo pasado y un trasgresor incesante, la contradicción fue elixir de su vida y su método para ocultar su verdadera personalidad y su pasado. Aunque estudió publicidad, su pretensión de ser artista era evidente. Pero más que artista era como una estrella de Hollywood, le gustaba rodearse y sentirse como alguien reconocible y admirable.
HOJAS DE OTOÑO Texto de ÁLVARO CAMPOS SUÁREZ Del verde clorofila al rojo caroteno. El paisaje, cambiante de color y de costumbres, decide su demora y se refleja en el espejo del alma, vestida o en costuras. Tiempo de acción y reflexión, pausa y vida. Como la misma estación, que intercala sol y nube. Regresar a la pareja o «volver» con Gardel. «El desamparo no tiene las manos juntas / Sino el pecho dividido», canta el portugués Daniel Faria en su poema 'Explicación de la cura'. De los árboles a los libros. Septiembre y la rentrée, y en octubre, la Feria de Frankfurt. Miles de manuscritos en busca de ávidos compradores. Editores antes que lectores, mercancía más allá del sentimiento. Literario, por supuesto. Royalties a millones a best sellers cuando en casa, escritores de cuna y flexo mendigan su anticipo (salve, Carmen Balcells). Nada nuevo en este mundo que prima las finanzas y desprecia la cultura. Ya nos lo avisaba Philip Massinger: «Gold can
do much / but beauty more». La mirada dulce y meláncolica del que observa y no es mirado. Un globo en las alturas, sin embargo, me divisa. Quizá de una niña, que lo ascendió de súbito a vigía. Sonrío mientras ando, lentamente, pisando las hojas de esta alameda por fortuna solitaria. Escucho el crujir mullido, que en modo extraño reconforta. Siempre ha sido así. El olfato hace de guía hacia un puesto de castañas. Luego, entro en mi tienda favorita y me quito el abrigo. Nunca hace frío en compañía de un buen libro. Fechas de amor. Otoño, la estación «romántica» por excelencia. Tal que la eterna Venecia, ahora infestada de turistas. Una desgracia. Pero no todo está perdido. Y es que, en realidad, cada uno de nosotros albergamos una ciudad propia en corazón. Como señaló el Premio Nobel malagueño, Jacinto Benavente: «El verdadero amor dice siempre verdad».
UNDOCUPOETS Texto de SARA CARINI En pocas ocasiones se reflexiona sobre los requisitos que se exigen a los participantes de concursos y becas del campo literario, pero existen, y tienen consecuencias. El caso 'Undocupoets' es ejemplar al respecto. En 2015, Javier Zamora, Marcelo Hernandez Castillo y Christopher Soto promovieron 'Undocupoets', un manifiesto contra la discriminación en los concursos literarios en EEUU. Su propósito –en parte logrado‒ fue liberalizar el acceso a estos eventos y abrir un debate alrededor de lo que es, realmente, un problema ético. Desde siempre el acceso al campo literario está sometido a normas identificables con los intereses políticos y económicos que se gestionan desde el campo cultural, mantener un principio que excluye sobre base económica o de nacionalidad es una barrera insostenible para nuestra época. En el caso de EEUU, la necesidad de demostrar ser 'residentes legales' o 'ciudadanos
estadounidenses' para aplicar a concursos y becas impedía formalmente el acceso al mundo de la cultura a un amplio porcentaje de aspirantes poetas y escritores extranjeros, afincados en EEUU desde hacía varios años, pero todavía indocumentados. Para ellos no aplicar significaba perder oportunidades económicas, pero también quedarse alejados del campo cultural del que provenían –demasiado lejos o sin recursos‒ y ser invisibles para el campo cultural del país de acogida. 'Undocupoets' ha logrado sus éxitos y varias fellowships y concursos de EEUU se han vuelto «undocupoets friendly». Los integrantes de la red han podido publicar sus obras y beneficiarse de fellowships, pero vale la pena reflexionar sobre este tema. La literatura debería ser un campo de integración y no de exclusión, un campo abierto y plural, en el que la acogida no se somete a nada. Más información, en el perfil de Twitter de @Undocupoets.
BEATOS Y BEATAS A SU PESAR Texto de ISABEL BONO Llegué a Gary Snyder gracias a su traductor, amigo y profeta Nacho Fernández cuando publicó uno de sus poemas en la revista 'Amén'. Quizá por mi escasa afición a las drogas las obras de Ginsberg o Burroughs nunca me llamaron especialmente la atención. Al leer 'La mente salvaje' (Árdora, 2000) no me cupo en los pulmones que Snyder fuera el poeta olvidado de la 'Beat Generation' (resulta curioso que al pretender 'desnombrarse' consiguieran justo lo contrario: crear la generación más carismática de la historia de la literatura moderna). «Una vida entera buscándola/Como una lombriz en la tierra,/Como un halcón. Atando cabos,/Bosquejando huesos/Averiguando adónde va el camino», dice en su poema 'Información de alta calidad'. Oh. A todo santo le llega su San Martín (en este caso para bien) y en los últimos años se han traducido varios libros de Snyder y hasta John J. Healey ha hecho una película. Mi dulce
Gary tiene 88 años, vive en Sierra Nevada, California. Cada verano, con cada incendio, temo por su vida y siento el impulso de peregrinar a su casa para decirle flojito el bien que me hacen sus poemas llenos de árboles, osos y canoas. Soy consciente de que acabo de llamar «poeta olvidado» a alguien que tiene un Pulitzer. En realidad si alguien cayó en el olvido fueron ellas, las poetas (qué sorpresa, ¿no?). Gregory Corso aseguró en una entrevista: «Hubo mujeres, sus familias las encerraban en manicomios». Sólo como ejemplo: cuando Elise Cowen se suicidó, sus padres quemaron sus escritos. No diré más. Ya lo dijeron ellas mejor que yo en esa estupenda antología 'Beat Attitude' que publicó la editorial Bartleby. Sin querer me he acordado de la actriz Frances Farmer. Quizá de beata tenía poco, pero como mártir no tuvo rival. Creo que ya va siendo hora de dedicarle una de mis estampitas.