HOMENAJE A MANUELA SAENZ EN 7 ESTACIONES Discurso de Orden del Congresista Manuel Dammert, en el Homenaje a la Generala Manuela Saenz Aizpuru, Libertadora del Libertador, realizado en Paita el 23 de Noviembre 2015, por la Municipalidad de Paita (Perú) y la Gobernación de Pichincha (Ecuador), Ceremonia en el 159 Aniversario de la muerte de la Insepulta de Paita. Conmemoramos a una heroína de la gesta emancipadora latinoamericana, en el 159 aniversario de su muerte. Nuestra Generala continental, cabalga y sigue tenaz por la Patria Grande. Como los próceres y multitudes de nuestra primera gesta continental, desde Túpac Amaru, hasta Bolívar y Manuela, han vuelto; han vuelto y son millones; millones de ciudadanos y ciudadanas que transitamos los diversos momentos de la actual segunda gesta de unidad, integración y emancipación continental. Manuela es un diamante de múltiples aristas, nos enfatiza la ecuatoriana Jenny Londoño López. Su vida, su tenaz redescubrimiento, nos dice la peruana Sara Beatriz Guardia, es una influencia decisiva en la conquista del derecho de las mujeres, como sujetos activos de la historia. Permítanme transcurrir este homenaje en 7 estaciones: 1. Manuela es ante todo, Patriota Latinoamericana: Nacida en Quito. Hija ilegítima y casada en matrimonio concertado, se rebela y se afirma como luchadora política por la emancipación continental. Vino a Lima, capital del Virreinato, donde se casa el 27 de julio de 1817 a los 22 años, pero ya es una activa independentista. En Lima realiza labores de propaganda de información, Consigue la adhesión del batallón Numancia. Una vez independizado el Perú sus actividades son reconocidas por José de San Martín, el 11 de enero de 1822, con la Orden del Sol del Perú, junto a otros patriotas. Viaja a Quito ese año y participa en los preparativos para recibir a Bolívar; cuando se conocen, en ese destello de miradas que marcará sus vidas, Bolívar tenía 39 años y Manuelita 27, señalando una relación amorosa abierta a la eternidad en medio de los fragores de las batallas. Por su propia dedicación a las actividades y batallas, Manuela asume los títulos militares de Húsar, Capitán de Húsar u teniente de Húsar. Participa en la batalla de Ayacucho, lo que destaca el General Sucre, para que se le otorgue el grado de Coronel. Bolívar decide el ascenso militar y responde al rechazo del vicepresidente de Colombia, Santander. Cito a Bolívar: “¿Qué le desagrada, me cree usted un tonto? Un ejército se hace con héroes, en este caso, heroínas y estos son el símbolo del ímpetu de los guerreros, el estandarte de su valor” 2. En el Comando del Ejército emancipador. La libertadora del Libertador: Manuela se integra al Comando del Ejército de la Independencia, es la que lleva los archivos de Bolívar y organiza redes de información y propaganda. Lo salva de la muerte en dos oportunidades. El 10 de agosto de 1828, cuando pretendieron asesinarlo en una fiesta y ella tuvo que hacer un escándalo, disfrazada de desarrapada para impedir el
crimen. Luego, el 25 de septiembre de 1828, también salvo a Bolívar, enfrentado a los conspiradores que habían venido a matarlo; arriesgando su propia vida.
3. La disgregación continental y el exilio de Manuela: Se separa Venezuela de Colombia y se disgrega Latinoamérica. Bolívar es derrotado y renuncia, pero los pueblos se rebelan y apoyan a Bolívar, participando Manuela en estas luchas. La revolución de Urdaneta en Colombia, le pide a Bolívar que retorne, pero éste fallece en circunstancias sospechosas, el 17 de diciembre de 1830. Se precipita el continente en la dispersión, lo que aprovechan sus enemigos para atacar a Manuela y a los seguidores de Bolívar. Es asesinado Antonio José De Sucre. Cae Urdaneta en mayo de 1831. Asume Obando en noviembre de 1831. Una de sus medidas será despojar del grado militar y la renta correspondiente a Manuela. En 1834 es detenida en Bogotá y expulsada de Colombia a Jamaica. En 1835 retorna a Ecuador, pero es detenida por orden de Rocafuerte, quien la expulsa del país. El gobierno del Perú acepta recibirla, pero en Paita. 4. Manuela y la reescritura de la mujer en la historia de la Independencia: La reivindicación continental de Manuela es una batalla decisiva ganada por la reescritura de la Independencia en nuestros procesos históricos. Ricardo Palma, el tradicionalista peruano, que conoció personalmente a Manuela en Paita, es quien expresa y resume en la expresión más burda y cruel, de los prejuicios que pretendieron invisibilizar a las mujeres a la historia y deformar su rol. Sostuvo Palma que Manuela y cito era una “equivocación de la naturaleza, la que en forma esculturalmente femenina, encarnó en espíritu y aspiraciones varoniles”. Por qué dice estos absurdos Palma. Porque según él, Manuela hacía cosas que no eran de mujeres. ¿Cuáles?: Turbulencia en los cuarteles y campamentos, era libre pensadora, leía a Tácito y a Plutarco, estudiaba a Garcilaso y a Cervantes, sabía de coro al canto a Junín, amaba a Bolívar y había dejado de lado su matrimonio por convivencia. La historia ha roto ya estos absurdos prejuicios patriarcales, la figura de Manuela, diamante de múltiples dimensiones, legítimas y fundamentales, ha permitido derrumbar esos muros contrarios a la dignidad e igualdad de hombres y mujeres en las diversas expresiones de la vida. 5. El amor de pasión la insepulta de Paita: Entre los fragores de las batallas, el amor de Bolívar y Manuela ha trascendido a los siglos. Se conocieron cuando él tenía 35 años y ella 27. Fueron ocho años para un amor eterno, fraguado en las batallas y puesto a prueba en el exilio y la soledad. Manuela exiliada, empobrecida, fue la llama viva del amor eterno y de las memorias de la independencia que desde Paita traspuso todas las barreras. Publiqué en el 2003 con la Cofradía Manuelitaria Peruana, una obra de teatro sobre los años de Manuela en Paita. Recuperé allí la atmósfera, los desafíos y las tribulaciones de esos duros años, en el contexto de una Paita singular. No olvidemos que era Paita el puerto principal de llegada de buques desde Panamá a Perú. Que aquí desembarcaban las autoridades de Estado, antes virreyes, ahora dignatarios políticos. Que la pesca de la ballena traía naves, marineros y aventureros de todo el mundo. Que era fuente de secretos de Estado y comerciales. Que era lugar de representaciones religiosas y
culturales asociadas a la Independencia, como la Virgen de las Mercedes, patrona del Perú independiente. No olvidemos que Paita es provincia Bolivariana. Aquí pasó sus últimos años Manuela y en Amotape, estuvo y falleció Simón Rodríguez, el maestro de Simón Bolívar. Recuerdo con orgullo que hace un año entregué a esta Provincia, la Ley que declara de interés nacional la Basílica de las Mercedes, conmemorando a Manuela una de sus seguidoras. 6. Diálogo del alba, entre la luna y el mar: También elaboré y publiqué en el 2005 un Poemario sobre las cartas de amor entre Manuela y Bolívar. Estas misivas son de lectura obligada para ser plenamente humanos y descubrir la textura de los amores de verde fuego. Las cartas de amor, semejan un diálogo al alba, en Paita, entre la luna y el mar. Con frases, imágenes e insinuaciones de las propias cartas, elaboré este Poemario. 7. Evocación de Manuela universal: Permítanme concluir estas palabras de homenaje, leyendo una evocación de nuestra Manuela universal: Dice Bolívar: Como una sombra de medianoche en el desierto árido A la luz de la luna Debe arrancarse el espíritu irrendo del amor y de la posesión. ¡Ah! Soledad eterna del amor, Solo la gloria de habernos vencido Será nuestro consuelo. Soledad en medio del amor encabalgado, Amor de culpa, Amor de los encantos del alma, Corazón divino Ven, ven, que sin ti muero, amor de fuego!
Evoca Manuela: ¡Ah! Mujer de has recorrido a caballo El continente de la humanidad nueva Con verduzca pelliza militar Cubierta por un poncho azul y anaranjado. Mujer que perseguiste las señas de los aromas del amor Y pintaste en el cofre de Estado mayor Los dilatados sueños del amado. Mujer que marcaste tus huellas de Húsar de botas altas en Quito, y en Bogotá abriste la ventana a la Luna Para salvar tus desvelos, Y en Lima paseaste tu olor a pólvora con orgullo de elegida, Y pisaste los campos de batalla de Junín y Ayacucho bordando en los archivos las epopeyas más altas del mundo nuevo.
Mujer de cabellera azabache con brillo de luna, desplegada como bandera al viento santificada con olor a pĂłlvora y revuelta guerrillera de mil combates levantisca de mil entuertos. ÂĄAh! Mujer que amas en vida Y adoras en eternidad del recuerdo. Por el amor sigues dando batallas de fuego. Con tu mirada recorres el universo Para insurreccionar los sueĂąos.