Manuela Elias Interlandi
7
8
9
Poema para el cerezo enfermo de un jardín. Es domingo Busque mi nombre en los avisos fúnebres Visité a mi papá el tiempo justo para no odiarlo En esos cinco minutos observó lo feo que se me ve el pelo la inutilidad de lo que estudio y la pérdida de mi interés es sus verdades Me cacheteó hasta la angustia ese diálogo tan monologado esos ojos secos el olor a perro mojado que se queda del lado de afuera aunque llueva, sus medallas de torneos ganados en clubes barriales en los 90s la grasa de la fuente donde hubo un cadáver de animal El televisor encendido sobre dos mesas de un bar de mi abuelo muerto desconocido Esa casa que hospedó a mi infancia Y tantos golpes Esa casa a la que caí después de afters a almorzar la inocencia violada cómo borro los nudillos que me marcaron la piel aunque le niegue a mi cuello la cruz dejo Que esa mano me acaricie A veces imposto El gesto de la ternura
10
11
A veces quisiera destruir cada casa que urbaniza mi memoria Dejo que la vegetación Cubra esos barrios fantasmas En donde antes había Cemento ahora me gustaría creer Que hay una planta sobre la play station
12
Outsider Rascar una costra para no dejarla cicatrizar Contacto permanente con el pus La infección Dinamitar la máquina de moler carne que dice que no me tengo que enojar La que me pide que no exponga mi piel nueva al sol Que la cubra con protector solar Tengo necrosis en el paladar (Y mi amiga me pide que deje de tagear mis traumas) El primer golpe es el indeleble, Los demás se salen con agua La mueca por la cual aprendes a no apelar a la policía Y por contexto a ninguna institución Ni al fascismo instalado en las corporalidades El brote supura eso que se pudrió Como se pudren las frutas Casi por descuido Cuando ya inventaron el film, la cera para que las manzanas sean rojas y al morderla mueras más rápido, los freezers y las cremas antiedad
13
Quemaduras de asfalto en las rodillas Aprender a acariciarlas al borde de la calle donde pasan autos que juegan a las carreras de ratas.
14
15
Contacto permanente con el p i s o Yo de este calvario quiero beber todo el oasis. Voy a cosechar uno a uno los hongos de abajo de los pinos. Puedo admitir que la memoria es un desierto Y los rostros que no se olvidan agua podrida Voy a prender fuego cada terreno y expandir la imposibilidad de unión de estas líneas paralelas. Temo decir la palabra ceniza sin pensar en tierra fértil. Lejos de querer evocar intenciones de seguir poblando esta montaña hostil: Hablo trazar mi propia franja de la muerte. Mi campo socavado ahora propone una división política: Y si es que existe tal cosa Cómo recuperar los pedazos rotos Y aunque no exista tal cosa Cómo dormir sin pesadillas de agua estanca De este oasis voy a hacer mi propia festividad De reapropiación. Porque colecciono hematomas y la lengua me imposibilita el deseo de ir por medianeras sin tener que aceptar la herida intrínseca de aprender a caminar, porque el suelo parece decir mi nombre con su magnetismo .
16
Cómo traiciono el modo de mis intenciones sin conjugar otra cosa que la cicatriz La lengua es una trampa. Voy a beber todo el oasis. De este desierto. Seré calor que emana el pavimento. Esta vitalidad también fue río de mi cara. que me escuchen: 17
De mi festín van a ser la carroña
18
Que las matas cubrirán como una costra inarrancable las cicatrices cauterizadas Las besará Las raíces silenciosas envolverán los cuerpos con función única de alimentar los gusanos
19
solo así En el éxodo Irreversible En el destierro permanente Firmaremos la tregua inviolable
Contra el conocimiento acumulado Que tengo de mi cuerpo Contra el beso que le pedĂ al pavimento de la calle en bajada Resetearme desde mi autocoronaciĂłn Con un casco Estar presente solo
20
21
en las paredes inconclusas de mi casa A medio construir Inhabitable para el resto Insufrible Ni potencial mansión Ni potencial castillo Ni potencial monoblock Ni promesa de la casa terminada Yo que viví con el cuerpo sitiado No dinamito inmuebles en pos del progreso Resisto A la posibilidad irreversible Niego la condena Trazo la caída del verbo Remallo los retazos Relamo mi piel con mi lengua nueva Rasgo mi sudario Apago el ciclo Reparo mi deseo No puedo detener la separación de los bordes de la piel de estas heridas Ni evitar la gangrena Pero puedo dejar Que lo podrido descanse en mi boca Dar Me Ese breve refugio Ficción de la tregua.
22
Como el día en que dos pibes Sacaban cuchillos cerca de la Pinto Sin traiciones de armas de fuego Y al otro día En la misma plaza La florista regaba Restos de vino
23
Se que todavía habrá ojos secos Para llorar nuestras penas Igual Cómo no hay políticas públicas en contra del olvido ni plata para el memorial se levantarán la remera señalarán la cicatriz Y seguro dirán pacos culiaos Y las manos tendrán El pulso que traza El movimiento tectonico Que triza las bases De los imperios cuando caen
Este publicaciรณn se elaborรณ de manera independiente y autogestiva entre diciembre y enero de 2020.