Steven Gerrard, Michael Ballack o Cesc Fabregas centraron titulares en verano. Llegó Sami Khedira sin hacer ruido, adelanto de su estancia en el Real Madrid. Un jugador infravalorado.
E
l aficionado Español tiene conocimiento de Sami Khedira, por vez primera, en el cruce de Champions en el que su equipo, el Stuttgart alemán, se enfrentó al F.C. Barcelona, en una eliminatoria en la que los bávaros sorprenderían por su fútbol vertical, las rápidas transiciones y por dominar al equipo de Pep durante los 70 primeros minutos del partido de ida en tierras germanas. Quienes le recuerdan de ese partido tendrán presente un jugador con mucha llegada, más mediapunta que centrocampista, en un rol que ya parece pasado. Tanto en el Madrid como en la selección el jugador desempeña una función diferente.
Mourinho al llegar al Real Madrid solicitó a la dirección técnica la llegada de un Boxtobox, término utilizado para referirse a ese jugador que abarca toda la zona ancha del campo, con
función de apoyo constante, tanto en tareas defensivas como de creación, y con llegada. Si atendemos a las diferentes listas ofrecidas por la prensa, en las que se establecía un ranking de preferencias para el técnico luso, el alemán no contaba en los planes iniciales. La prensa especuló con la llegada de jugadores contrastados como Gerrard, Lampard, Cesc o incluso Ballack, pero ninguno de ellos apareció por el club de Concha Espina. Junto a Maicon, eran los jugadores que deseaba el técnico luso para dar forma a su proyecto. Los mimbres estaban en una plantilla que venía de ser subcampeona de Liga, pero que necesitaba retoques para atender a las necesidades del nuevo entrenador. Tras las supuestas negativas de equipos y entrenadores, el club sorprende con el fichaje de Sami Khedira. Su actuación en la Copa del Mundo no pasó desapercibida para la secretaría blanca, si bien es cierto que el mediocampista solo se lució en el partido inaugural y frente a Argentina, se ajustaba al perfil de jugador solicitado. El fichaje se hace oficial el 30 de julio al emitir un comunicado el club alemán asegurando la marcha del jugador, a la espera de pasar el reconocimiento médico pertinente. Su marcha es entendida así por el director deportivo del Stuttgart Fred Bobic: «uno no está contento al dejar ir un jugador que dicta el juego y se identifica fácilmente con el club como Sami Khedira». Sin embargo llega a Madrid sin hacer ruido.
El empate en el arranque liguero frente al Mallorca se produce con la presencia del alemán en el banquillo. Recién llegado y todavía en periodo de adaptación, saltaría al campo en la segunda mitad del partido. Después, el jugador de origen tunecino se afianzaría en el once y el conjunto blanco sumaría una racha de 16 partidos sin perder, 14 triunfos y tan solo dos empates. Arrollaban y la prensa centraba todas las miradas en otros dos jugadores, también recién llegados: Ozil, más vistoso y Di María, eléctrico. Del complemento de Xabi Alonso parecía no haber noticias.
El 4-2-3-1 propuesto por el portugués, retrasó a Khedira y fijó su posición en el campo. Compañero implacable de la zaga en tareas defensivas, el alemán ocupaba la zona derecha del campo en ataque. No como volante, si como interior. Así, encontró el equipo una armonía casi perfecta para un bloque acostumbrado, en las últimas fechas, a partirse con suma facilidad. El carácter ofensivo de sus jugadores y una mala praxis en tareas defensivas, sumado al poco sacrificio y compromiso en esa faceta del juego, hacía del Real Madrid un equipo temible en ataque, pero muy vulnerable en defensa. A medida que avanza la temporada, los hombres de Mourinho asimilaron los nuevos conceptos y el equipo ya no solo presumía de pegada arriba, si no que se mostraba como un bloque muy sólido atrás. Hasta la jornada 13 el equipo había encajado seis goles en Liga, liderando la clasificación del Zamora, Iker Casillas. Con unos números de ensueño, se presenta el Madrid en la Ciudad Condal con el convencimiento, después de varias temporadas, de que era posible puntuar en el Camp Nou. El cinco a cero bajó de la nube al aficionado merengue, y Sami Khedira fue el único perjudicado de la humillante derrota. El jugador, que había sido Indiscutible desde la jornada 2 de Liga, cedió su lugar al francés Lass Diarrá; salía del once sin hacer ruido.
La aventura del jugador francés tendría pronta fecha de caducidad. Marcado por la prensa como un jugador de carácter complicado, es el polo opuesto a todo cuanto demanda Mourinho en esa demarcación.
Sin esfuerzos aparatosos ni cortes a ras de suelo, el ‘24’ madridista es pieza fundamental en el devenir de su equipo. Su envergadura, traducida en fuerza, le permite ganar la batalla del juego aéreo en la zona ancha del campo, librando así, tanto a Xabi Alonso Su condición física lo convierte en un tro- como a la pareja de centrales, de una funtón infatigable, dinámico y muy vistoso en ción que pasa desapercibida para el aficionacada intervención de corte defensivo. Pero do, pero que implica desgaste en el jugador. como ocurre en muchas otras disciplinas, la superioridad física confunde al deportista y Y es que el Real Madrid encontró en el verano le impide mejorar en otras facetas. Lass es que menos se habló de ello, el ansiado sucenulo tácticamente. Con él esta temporada, sor de Makelele. Es blanco, alto y fuerte, pero la afición merengue ha vuelto a sufrir con al igual que el francés; llegó sin hacer ruido. un equipo partido en dos. Ocurrió en Getafe, ocurrió en el Bernabéu frente al Villareal. La prueba no gustó al luso que substituyó al francés al descanso en ambos partidos. En las últimas citas no va ni convocado. Frente al Atlético en copa, Khedira fue titular. Volvió al once del que había sido relegado, pero la dura entrada del rojillo Juanfran le apartó del choque frente al Mallorca en liga. Sami Khedira es la inteligencia hecha futbolista. Prueba de dicha afirmación es su mejor virtud: conocer a la perfección cuales son sus limitaciones. Sin extravagancias ni complicaciones, sin detalles técnicos que asombran a la grada, el alemán desarrolla a la perfección el rol propuesto por su entrenador. Con un sentir táctico envidiable, su presencia en el campo genera tranquilidad entres sus compañeros.
Las primeras decisiones, o las menos meditadas, suelen ser las más exitosas. El presidente del Real Zaragoza, José Ángel Zalba, ni se imaginó en 1991 que colocar a Víctor Fernández, técnico del filial, al mando del primer equipo zaragocista iba a influir tanto en la historia del club maño y devolver, de paso, la ilusión a una afición y una ciudad. No descubrimos nada si volvemos a analizar la trayectoria del Real Zaragoza en el fútbol español o si aseguramos que Los Magníficos fue una de las mejores delanteras que ha visto el fútbol nacional. Es por eso que merece la pena detenerse en el Real Zaragoza de comienzos de los años noventa. Los años ochenta fueron, en líneas generales, una buena década para el Zaragoza. El equipo logró una Copa del Rey en 1986 y en Liga mostró números más que aceptables, logrando su mejor puesto precisamente en la temporada 1985/86, en la que finalizó cuarto. De hecho, la nómina de entrenadores ilustres que dirigieron al club no es nada desdeñable: Vujadin Boškov (1978-79), Leo Beenhakker (1981-84) o Radomir Antić (1988-90) son algunos ejemplos. Y en éstas llegó al Ebro el uruguayo Ildo Maneiro, un entrenador que había debutado sólo dos años antes como tal en Danubio. La marcha del equipo a las órdenes del charrúa no fueron las esperadas y el presidente Zalba destituyó a Maneiro. Como sustituto encontró a Víctor Fernández, técnico de 30 años del Aragón, el equipo filial del Real Zaragoza. Precisamente el joven Fernández había sido ya el segundo de Antic en el primer equipo, por lo que se decidió apostar por un hombre de la casa.
En ese momento el equipo aragonés ya contaba con jugadores que serían importantes en el futuro maño, como el portero Andoni Cedrún, el defensa Xavi Aguado, el uruguayo Gustavo Poyet, Miguel Pardeza o Francisco ‘Paquete’ Higuera. Como anécdota, aquella fue la última temporada del díscolo José Luis Chilavert. El equipo maño se encontraba en una difícil situación deportiva, pero lo cierto es que el ‘efecto Fernández’ logró salvar la categoría. Eso sí, no exenta de agonía, previa promoción ante el Murcia.
La siguiente temporada el Zaragoza logró un meritorio sexto puesto, rendimiento que gozó de continuidad en la temporada 1992/93, en la que el equipo finalizó en noveno lugar pero que en Copa del Rey fue subcampeón ante el Real Madrid. No se olvidó del camino a la final el Real Zaragoza,
y al año siguiente, en la temporada 1993/94 fue campeón de Copa tras vencer en los penaltis al Celta de Vigo, en lo que fue la sublevación de dos modestos que escribirían hojas de oro en la historia de la Liga de los próximos años. Además, en Liga finalizó en tercera posición. Era un año histórico. En ese momento Zaragoza estaba en una nube. No tanto por los títulos, que también –obviamente–, pues no era el Zaragoza un equipo ajeno a este tipo de celebraciones –véanse las Copas de los años sesenta o la Copa de Ferias de esa misma década–. El asunto radicaba en que la ciudad y la dirección deportiva sabían que habían dado con la tecla. Víctor Fernández era su hombre. Llegó en el momento justo al Zaragoza y a él le llegó la oportunidad en el momento idóneo.
Era, pues, una necesidad mutua. Su equipo practicaba un fútbol alegre, ágil y atrevido. Su defensa era muy sólida, con zagueros de renombre como el ‘Chucho’ Solana, el argentino Fernando Cáceres y Xavi Aguado. Defensores muy serios pero con buena salida del balón. En el centro del campo todo era imaginación. Víctor era un enfermo del toque y para ello encontró a cuatro futbolistas que sabían de los delirios de su técnico por el buen trato de balón: Santi Aragón, Poyet, ‘Paquete’ Higuera y Mohammed Alí Amar, más conocido como Nayím. La delantera era un lujo, formada por Pardeza y Juan Esnáider, en ese momento cedido por el Real Madrid al conjunto maño, conocido como ‘Gardel’, en el círculo romántico futbolístico.
La temporada de oro fue, sin embargo, la 1994/95. El Zaragoza no repitió el éxito liguero del año anterior, pero firmó un séptimo lugar más que decente con 43 puntos, pues sólo le separaron tres puntos de repetir la hazaña de la temporada anterior –el Real Betis fue tercero con 46 puntos¬–. La decepción llegó en Copa, pues cayó a las primeras de cambio, en octavos de final ante el Albacete Balompié, el ‘Queso mecánico’.
Sin embargo, la Recopa de Europa fue el torneo del Zaragoza. De hecho, siempre lo había sido, aunque no se diese cuenta. En los años sesenta fue eliminado en semifinales por el West Ham United y en cuartos por el Rangers escocés. Regresó a la competición en 1987, nuevamente en semifinales, pero fue humillado por el intratable Ajax de Ámsterdam (cómputo global de 2-6). Era ya el momento de despojarse de sus recuerdos y pasar a hacer historia. El comienzo de la aventura no podía ser más pictórico, pues el Zaragoza debutó en Transilvania ante el Gloria Bistriţa rumano. No fue rival para el equipo español, aunque perdió en tierras vampíricas por 2-1. La vuelta, en La Romareda, fue un paseo: 4-0. En octavos no tuvo que viajar muy lejos de su primera visita y esta vez se vio emparejado por el Tatran Prešov eslovaco, que no opuso resistencia y cayó por 4-0 y 2-1. En cuartos de final comenzaron las dificultades. El Feyenoord fue el primer obstáculo en el camino maño. En el partido de ida en De Kuip el equipo de Víctor perdió por un gol a cero, obra de Henrik Larsson, pero en la vuelta el Zaragoza logró remontar al cuadro de Rotterdam y vencer por 2-0 con goles de Pardeza y Esnáider. Las semifinales con el Chelsea no fueron menos épicas. En el partido de ida, en La Romareda, el Zaragoza dio una lección al conjunto inglés, al que barrió del mapa con un contundente 3-0.
Pardeza y ‘Gardel’, en dos ocasiones, dieron buena cuenta del conjunto entrenado por Glenn Hoddle. Como no podía faltar, los hooligans hicieron de las suyas durante y al término del partido, lo que provocó la intervención policial. En el partido de vuelta, en Londres, el Zaragoza sufrió más de lo inesperado, pues no podía contar con Aguado ni Poyet, sancionados, y perdió por 3-1. El gol del empate de Santi Aragón dio tranquilidad a los maños, pero Stein marcó un golazo en el minuto 86 que metió miedo al Zaragoza y a toda España. Pero el Zaragoza, para entonces, ya estaba en París. La final se disputó el 10 de mayo de 1995 en el Parque de los Príncipes de París y el rival era el Arsenal inglés. El Real Zaragoza dispuso de toda su artillería para enfrentarse a los gunners liderados por Tony Adams, Paul Merson y Ian Wright, el segundo máximo goleador de la historia del Arsenal. Aquel mítico día, Víctor alineó su once de gala, con Cedrún en la portería; Belsué, Cáceres, Aguado y Solana en defensa; Nayim, Poyet, Aragón e Higuera en el centro del campo; y Esnáider y Pardeza formando lanza de ataque. El partido se desarrolló de poder a poder y no fue hasta el minuto 68 que ninguno de los dos clubes se atrevió a inaugurar el marcador. Fue, como no podía ser de otra forma, ‘Gardel’ el que golpease primero. Sin embargo, diez minutos después el gigantón galés John Hartson se encargó de igualar el marcador y forzar una prórroga agónica. Los 20.000 españoles que acompañaron
al equipo a París no imaginarían un final como el que tuvo el partido, como tampoco ninguno de los millones de espectadores españoles que se congregaron frente a los televisores. Con los jugadores sin fuerzas en las piernas y temiéndose la lotería de los penaltis, el ceutí Nayím se sacó una espectacular volea desde el centro del campo que se coló en la portería gunner. La imagen del portero internacional inglés, David Seaman, sentado dentro de la portería tras tratar de despejar el balón forma ya parte de la historia y de la memoria colectiva.
y Kluivert. Para entonces el equipo se había reforzado con jugadores importantes como Gustavo López o Fernando Morientes. Sin embargo, en el partido de vuelta en Ámsterdam, el Ajax goleó por 4-0 al Zaragoza, en Por supuesto, tras ese campeonato el Real una victoria incontestable de los ajaccied. Zaragoza ejerció su derecho a participar por primera vez en su historia en la Supercopa de Pese a ello, aquella Recopa de Europa Europa. Su rival fue el temible Ajax de Louis fue el más merecido premio a una traVan Gaal, que se hizo con la Copa de Europa yectoria, al ‘estilo Víctor’ y a un torneo ante el Milan. El partido de ida en La Roma- que había sido injusto con el Zaragoza en reda, el 6 de febrero de 1996, finalizó con un ediciones anteriores. El Ebro jamás reboamargo empate a uno, con goles de Aguado só tanto fútbol como en aquella época.
Se cumplen 365 días desde que el talento balcánico desembarcarse en la cuna del Renacimiento previo pago de ocho millones de euros de la Fiorentina al Partizán de Belgrado. Un año después, Ljajic se ha bautizado como el faro viola que seduce a los tifosi florentinos.
N
acido hace 19 años en tierras balcánicas, en aquella comarca descrita por las eternas guerras y las absurdas limpiezas étnicas. Adem Ljajic, nativo de Novi Zar, territorio perteneciente a la actual Serbia, es otro de los innumerables genios procedente del Este del Adriático.
grado, arribó a Florencia luego que el ManUnited desechase su contratación pues Ferguson, amparándose en la crisis y justificándose en la falta de documentos de Ljajic para conseguir permiso de trabajo, decidió que no era el período de desembolsar patrimonio.
Con celeridad, la directiva toscana, con la Emergido en la cantera del Partizán de Bel- mirada encarada hacia el almacén de talen-
responsabilidad del carril central si bien puede jugar en cada una de las posiciones de la línea de ataque tras el delantero. Es un joven sonriente y alegre que luce el número 22 en honor a su máximo referente en el fútbol mundial, Ricardo Izecson ‘Kaká’. De hecho, los papeles de los diarios le bautizaron como: <<‘little Kaká’>> cuando observaron las similitudes de ambos a la hora de dialogar con el balón. Dribling y velocidad para esquivar rivales, y disparo de media distancia, hacen de Ljajic una fotocopia en ciernes del brasileño. tos prematuros del Partizán tras el éxito del fichaje de Jovetic, optó por desembolsar los ocho millones que pedía el club más blanquinegro de Belgrado. Juventud y calidad. Augurando un futuro de grande, la Fiore le ofreció un contrato hasta 2014. El pasado intervalo jugó nueve encuentros pero ha sido este año el de la demostración práctica de su talento. La grave lesión de Jovetic y el desequilibrio de Mutu, que hace de cada acción extradeportiva una comedia, facilitaron la entrada del joven serbio en el once de Mihailovic. Su compatriota ha decidido disponer su clase en la posición de mediapunta con el objetivo de nutrir de balones a Gilardino. Ha jugado 15 partidos anotando tres goles. Con una travesura impredecible y anárquica inició a jugar en la posición de interior derecho en el Partizán donde conquistó una liga y una copa serbia pero en Italia su clase está siendo sometida a la
Con dotes técnicas incontestables, los defectos que acompaña a su nombre son: el vicio de pedir el balón al pie y la licencia a desligarse de las jugadas donde se requiere que ocupe los espacios producto del desmarque. A pesar de estos daños leves a su fútbol, la internacionalidad absoluta con la camiseta serbia es asunto prioritario en los sanedrines futboleros de Belgrado. Y más aún cuando las televisiones balcánicas redundaron con las imágenes de su gol de la victoria el pasado 9 de enero contra el Brescia. La Fiore había logrado empatar la ventaja de 2 goles de los bresciani, caminaba el partido en el 87’ cuando una bajada de tacón de Gilardino dejó en el área un balón desorientado a Ljajic. Adem se pegó la pelota al pie izquierdo y viajó con ella el instante que tardó en trasladársela a la bota derecha. Con la pierna ya armada el balón voló raudo a la escuadra. Él celebró el éxtasis con Mihajlovic mientras que el Artemio Franchi disfrutaba del sabor del talento serbio.
L
a globalización del fútbol dejó de ser noticia al mismo tiempo que la ‘Ley Bosman’ cambiaba su historia. Ésto provocó que los tópicos -tan abusivos como certeros- para definir un estilo, un patrón de juego o una posición determinada hayan perdido matices a marchas forzadas. Dentro de esta merma de identidad, encontramos en el fútbol alemán su mejor ejemplo: el físico y potente fútbol germano está, ahora, en los pies de finos estilistas.
La Bundesliga es en estos momentos una competición en auge tanto desde el punto de vista empresarial como futbolístico. Velocidad, verticalidad y dinamismo asociativo son los adjetivos adecuados para definir el torneo que un atractivo Borussia Dortmund comanda de forma holgada. Sin embargo, y en contaposición con todo lo expuesto, muchos equipos alemanes han encontrado en un tópico, el del veloz y potente delantero africano, un sinónimo de éxito seguro.
De manera gradual e imparable, el fútbol africano vive un continuo crecimiento que, en contraposición con las constantes previsiones desde el gran Mundial de Camerún en 1990, no se ha visto confirmado a nivel de selecciones. Sin embargo si lo ha hecho tanto a nivel de clubes, con el ilusionante y brillante Mundial de Clubes del TP Mazembe; como de jugadores con un número cada vez más elevado de africanos en las ligas más potentes de Europa. El fútbol africano es un diamante en bruto. Adecuado para pulir, perfecto para no explotar.
La Bundesliga resulta una competición cada vez más propicia para la llegada de jugadores de diferentes mercados continentales, no sólo del africano. Los números reflejan este hecho. Hasta 27 jugadores de nacionalidad africana, destacando la costamarfileña y tunecina como más prolífera, militan en alguno de los equipos de la máxima competición bávara. Pese a la limitación de jugadores extracomunitarios, hasta cuatro jugadores africanos militan en el Hamburgo y el Hannover 96 entre los que destacan Pitroipa y Didier Ya Konan respectivamente.
Si hay una nota común entre la legión de futbolistas africanos que militan en la Bundesliga, es la gran ascendencia y relevancia con la que cuentan sus delanteros en la temporada de sus propios equipos y en el devenir de la competición, ocupando con varios hombres los primeros puestos en la clasificación de máximos goleadores. Al ya citado Didier Ya Konan que ha anotado 10 goles, se le unen Allagui del sorprendente Mainz 05 y Demba Ba del Hoffenheim con seis tantos; el pichichi y gran aparición de la Bundesliga con 15 goles, Papiss Demba Cisse con 15 goles; e Idrissou del M’Gladbach con 3 dianas entre otros. Con matices y leves diferencias -sobre todo con Allagui, más técnico- nos encontramos con el tópico de delantero centro africano que hemos venido mentando y al que también se acogen figuras ya contrastadas como Eto’o, Drogba o Adebayor: veloz, con una poderosa arrancada tanto por zancada como por fuerza y zarpazos en forma de gol, de muchos goles. Las cifras son elocuentes, su participación en el juego de sus equipos lo es aún más. Debido a sus excepcionales aptitudes físicas, condicional de manera decisiva el juego y el sistema de sus entrenadores. Tanto que, a menudo, se encuentran sólos en el frente de ataque en equipos cuyas limitaciones técnicas y de talento como el Friburgo o el Hannover les impide practicar un juego menos directo. Los delanteros africanos, son claves y símbolo de un estilo.
Con 14 goles en su primera temporada en la élite, se mostró decisivo con espacios. Cuenta con un potente disparo en su pierna derecha que le hace ser capaz de generar y finalizar sus propias ocasiones. Su gran temporada no pasó inadvertida y el StuttRechazado por el Auxerre y el Olympi- gart puso sus ojos en él. Sin embargo, no que de Lyon, tras un breve paso por el FC pasó el tradicional reconocimiento médico. Rouen francés y el Mouscron belga, llegó al Hoffenheim en 2007 con 22 años dis- Cómo si de una escalada paralela entre depuesto a completar la plantilla del proyec- lantero y equipo se tratase, ese año tocaron to de Dietmar Hopp que, en esos momen- techo. Tras un año de transición para el detos, se encontraba en la Bundesliga 2. El lantero de origen senegalés con únicamenéxito del modesto Hoffenheim que milita- te 13 partidos disputados, esta temporada, ba en quinta división en el 2000, fue ins- cuajaba un buen inicio de campaña con seis tantáneo tras ascender a la Bundesliga. goles. La renovación del Hoffenheim tras la marcha de Carlos Eduardo, Luiz Gustavo y La punta de velocidad de Demba Ba fue clave Ralf Rangnick, fueron el detonante para que con las constantes rupturas que, con Carlos Demba Ba mostrara su deseo de marcharse Eduardo e Ibisevic, hizo de un Hoffe de voca- en el mercado de invierno. Tras volver a ser ción contragolpeadora, el equipo de moda rechazado por el Stoke debido a problemas tanto en lo estético como en los resultados médicos, acaba de ser cedido al West Ham proclamándose campeón de invierno y con- donde, si las lesiones no interfieren, será su siguiendo una meritoria séptima posición. nuevo hogar en julio de este mismo año. Pese a haber nacido en Sèvres, un trozito de África en forma de suburbio al sudoeste de París, Demba Ba es el ejemplo perfecto que ilustra el perfil de delantero centro africano de moda en la Bundesliga.
Didier Ya Konan, costamarfileño de 26 años y procedente del Rosenborg, es una de las sorpresas de la temporada en el equipo revelación del 2010. Como con Demba Ba y el Hoffenheim, jugador y entidad van de la mano en un cuento de hadas para la ciudad de Hannover. La pareja que forma en la delantera junto al talentoso Mohammed Abdellaoue de ascendencia marroquí, es una de las más prolíficas de la Bundesliga con 15 goles y la única en la que sus dos miembros tienen una relación directa con el continente negro.
Los éxitos de este dúo han llevado al Hannover 96 a situarse actualmente en la tercera posición de la tabla con 11 victorias en 19 partidos. Todo un éxito comparándolo con temporadas pasadas en la que no llegaron a igualar este registro de victorias -el máximo fueron 10 triunfos- y consiguieron esquivar el descenso por únicamente dos puntos en el caso del pasado año. Pese a que se atisba un mayor potencial en las piernas de Abdellaoue, es Ya Konan quien ha llevado el peso del equipo durante la temporada y, éste, ya es su mejor año en cuanto a registros goleadores se refiere lo que ha reportado 15 puntos a los die roten. Se trata de un delantero muy completo, veloz y potente a partes iguales en los metros iniciales, sin abusar de la ruptura y los espacios como si podría ser el caso de Demba Ba o Papiss Demba Cisse. Este hecho provoca que pueda jugar acompañado de otro delantero. Y es que el costamarfileño es un delantero capaz de moverse en el área con pasmosa normalidad al contar con una técnica muy práctica de regate corto, control y disparo; y un golpeo con la pierna derecha con unos registros y precisión mayores a las de sus compañeros de posición. Todas estas cualidades se ven maximizadas con el talento innato del gol, ese don difícil de describir que promulga que, quien lo tiene, es capaz de estar en el momento y en el lugar adecuado para llegar al deseado objetivo del gol.
Es en este mercado de invierno cuando han llegado los rumores del interés de diversos clubes de la élite europea como el Wolfsburgo o el Arsenal con cifras cercanas a los 12 millones de euros. Sea como fuere, parece que la excelente velocidad que adquiere Demba Cisse en la conducción del balón y lo probado de su don goleador no ha pasado inadvertido para el resto de Europa. El gol Formado en la AS Génération Foot, acade- tiene mucho valor -que se lo digan a D.Bentmia de fútbol de Mady Touré que trabaja y el prototipo de delantero africano que en África y mantiene una estrecha relación está triunfando en la Bundesliga, lo tiene. con clubes de la Ligue One francesa, llegó al Metz con 20 años y rápidamente sería cedido a un club de menor entidad como el AS Cherbourg donde ya anotó 11 goles. El descenso del club que había comprado sus derechos provocaría que volviese de la cesión y volviera a protagonizar una más que notable temporada con 12 tantos y una posterior mejor con 15. Demba Cisse mantendría esta línea hasta el fichaje por parte del Friburgo en el mercado de invierno pasado. El extraño, rítmico y muy africano nombre de Papiss Demba Cisse está resonando con fuerza en la Bundesliga. Pichichi con 15 goles junto a Mario Gómez, el jugador senegalés nacido en Dakar hace 25 años se ha colado en el panorama del fútbol europeo con la velocidad y la contundencia que le caracterizan en el terreno de juego.
Una vez asentado en la escuadra alemana que dirige Robin Dutt, el jugador senegalés ha terminado de explotar este año con 15 goles en 17 partidos. Éstos han supuesto unos réditos de 20 puntos para un equipo que es séptimo con únicamente 30 pese a su gran año. Con una simple regla de tres, observamos lo decisivo del concurso de Cisse en la primera vuelta de la Bundesliga: 2 de cada 3 puntos ganados por el Friburgo son gracias a él de forma directa a través de sus goles.
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i es difícil encontrar a niños que desde pequeños quieran ser porteros aún es más díficil encontrarlos en Brasil. Una nación donde el fútbol es sinónimo de espectáculo, fantasía y gol, aquel que se dedica a evitarlo está mal mirado. Por eso ser brasileño y querer ponerse los guantes por vocación es un acto que muy pocos entienden. Algo fuera de lo común que provoca que a más de un padre se le arrugue la cara si un hijo le confiesa que lo suyo no es meter goles, sino pararlos, porque sabe que es difícil cumplir el sueño europeo estando bajo los palos. Y es que a pesar de que Brasil es el país no europeo que más jugadores exporta a las cinco grandes ligas del viejo continente, lo cierto es que de los 120 brasileños con ficha tan solo diez son guardametas. La mayoría de ellos, seis, se concentran en Italia, un país con el que Brasil siempre ha mantenido lazos históricos y donde obtener la doble nacionalidad es menos costoso. Dos en
España y uno en Francia e Inglaterra completan una lista en la que la Bundesliga no cuenta con ningún arquero brasilero, pese a «Me gustaba mucho Taffarel por su estilo de que sea esta la nacionalidad, por detrás de juego. Intentaba hacer las cosas lo más simla teutona, con más jugadores en Alemania. ple posible». Tomó buena nota de esta filosofía y en menos de 10 años pasó de jugar A pesar de estos datos, la situación e ima- en la Paulista brasileña a convertirse en uno gen del portero brasileño ha mejorado año de los porteros más pretendidos en Europa. tras año durante la última década gracias a la figura de Taffarel. Las grandes actuaciones Tras rechazar ofertas de Lazio y Betis, llegó a en el Mundial de Estados Unidos y en Fran- Almería con tan solo 22 años procedente del cia ’98, con dos penaltis parados a Cocu y al Atlético Mineiro, donde se había convertido mayor de los de Boer en semifinales sirvie- en uno de los héroes del ascenso. 65 goles ron para eliminar el estigma que pesaba so- en 61 partidos era la carta de presentación bre los tres palos de los porteros brasileños. de un portero desconocido para la mayoría del público español y que había costado dos Él fue el primer portero brasileño en salir y millones y medio de euros. Era el segundo fitriunfar en el viejo continente en una época chaje más caro del club después de Negredo, en la que solo se permitían tres plazas de también llegado ese año al equipo urcitano. extranjeros. Que el Parma destinase una esas plazas a un portero, y encima brasile- A pesar de ello comenzó la temporada en ño, parecía inconcebible. Pero Taffarel triun- el banquillo viendo como la titularidad fó y su éxito sirvió para abrir la puerta a más. pertenecía a Cobeño, que tras una tempoLos pequeños empezaron a imitarle e idola- rada de suplente en Nervión se disponía a trarle. Ya no solo colgaban posters de Ronal- tener su primera oportunidad en Primera. do, sino también de Taffarel. Y entre ellos un El equipo de Emery se había asentapequeño crío de Rio llamado Diego Alves. do en los puestos cómodos y respondía
perfectamente por lo que no había ningún motivo para realizar cambios. Sin embargo, todo cambió de la noche a la mañana. El Sevilla, que como muchos grandes por temor a que algún cedido se la arme, había incluido una clausula en el contrato de Cobeño que le impedía enfrentarse a sus ex compañeros. Pocas veces antes un equipo se arrepentiría tanto de impedir que un futbolista jugase. Aquella tarde el Sevilla se estampó ante los reflejos de un cancerbero que había hecho historia al convertirse en el primer portero brasileño en jugar en España. Cuajó un gran partido dejando la portería a cero ante la desesperación de Kanouté. una temporada en la que el Almería hizo historia. Pero sobre todo por estar 678 minutos Una semana después todo parecía vol- sin encajar ningún tanto, que valieron para ver a la normalidad. Cobeño recuperaba batir el record de imbatibilidad que ostentauna titularidad que repetiría en el Manuel ba Casillas y escribir su nombre en el décimo Ruiz de Lopera pero un error al derribar a mejor registro de toda la historia de la Liga. Rivera dentro del área supuso que viese la roja y que Diego volviese a saltar al campo. Desde entonces su popularidad ha crecido al mismo ritmo que se han intensificado sus cualidades. Velocidad, valentía y agilidad, acompañados de unos increíbles reflejos, dan forma a un portero que contagia a la afición con paradas de foto, vuelos inverosímiles y despejes a quemarropa. Y es que Diego Alves no es un portero más, es de esos porteros que llaman la atención aun sin quererlo. Menos a Dunga, que le dejó sin ir al Mundial. El Almería perdió ese partido, pero Alves triunfó. Realizó otro gran partido que sirvió Si bien tanto la primera como la segunda placomo razón suficiente para ganarse el puesto. za las tenía a buen recaudo con Julio César Acabó el año siendo una de las revelaciones y Gomes, en la tercera existían dudas sobre al encajar solo 25 goles en 21 partidos en quien debía ser el encargado de ocuparla.
Alves y Doni, eran los favoritos a llevarse el premio. Quizás por nombre o quizás por antigüedad Dunga decidió quedarse con el portero de la Roma en detrimento de Diego. Ahora, tras la marcha de Dunga parece que las puertas de la ‘canarinha’ se le han abierto más que nunca. Menezes ya le ha convocado para varias concentraciones como muestra del cambio generacional paulatino que quiere imponer. La Copa América, que será un banco de pruebas para Brasil, puede ser el primer escaparate donde veamos por fin debutar al portero del Almería con la selección absoluta.
Un futuro... ¿lejos de España?
Está claro que poco más va durar en Almería ya que son muchas las novias que le han salido al jugador. Algunas fuera de nuestras fronteras pero la gran mayoría dentro de ellas. Madrid, Barcelona, y sobre todo Valencia han pretendido sus servicios pero ninguno ha podido llevárselo. A Alves le gusta la idea de quedarse en España, un país y un fútbol al que ya se ha aclimatado. Pero lo cierto es que tanto en la capital, como en la ciudad condal, su rol sería de segundo portero, una circunstancia que el jugador no está dispuesto a asumir. Y aunque Valencia podría ser un buen destino, el club no parece estar dispuesto a desembolsar una gran cantidad teniendo a porteros como Guaitia y Moyá. Quizás el Sevilla sea el gran tapado español que consiga retener a Alves en España para dar relevo a un Palop de 37 años. Pero sin noticias aparentes desde Nervión, y con Milán y Juventus llamando a la puerta, se antoja difícil que no veamos a Alves por Italia.
Cada día de partido Diego salta al campo con una pequeña medalla que besa y deja cuidadosamente colocada junto al palo derecho. Se trata de un regalo de su tía antes de que partiese hacia España y que lleva grabada la imagen de la Virgen de Aparecida, patrona de Brasil y de la que el portero es devoto. Cuenta la leyenda que tres pescadores se encontraron la imagen de la Virgen y tras colocarla en la barca, la pesca fue tan abundante que estuvo a punto de hundirles. Alves, como los pescadores, le atribuye una parte de su éxito: «La Virgen me ayuda». Sobre todo desde los once metros.
Y es que Alves se ha convertido en el experto desde los once metros. Desde que llegó a España le han tirado 16 penas máximas. Solo cinco acabaron sobrepasando la línea de cal que une los palos de la portería. De las otras 11, una se estrelló en el larguero, otra se perdió lejos de los palos y la gran mayoría, un total de nueve, se encontraron con el brasileño en su camino. Los mismas paradas desde los once metros que lleva Casillas, otro de los considerados ‘parapenaltis’ de nuestra Liga. Pero la gran diferencia entre ambos es que mientras al brasileño le han lanzado 16, a Iker son 46. Es decir, Alves para más de la mitad tirados (56%) mientras que Casillas no llega al 20%. Dice que no existe ninguna receta para el éxito cuando se pone delante del lanzador: «Solo hay que estar tranquilo. Para mí es una guerra psicológica». Pero lo cierto es que la tanto la intuición, la suerte y, como no, el trabajo previo también cuenta. En cuando tiene un momento repasa videos de los lanzadores y no hay semana que no trabaje la velocidad y reflejos desde el punto fatídico. Ha logrado convertir la pena máxima para un portero en un auténtico suplicio para los lanzadores. Jugadores como Llorente, Forlán, Cristiano o Kanouté, este último hasta en dos ocasiones, han perdido la guerra ante el carioca. Fue capaz de sacar de quicio a Cristiano, parando le su primer penalti en España, en un partido en el que el portugués acabó desesperado y expulsado.
Unas guerras que han significado muy poco para el equipo. Sus paradas apenas se han traducido en puntos para el Almería. Solo el penalti parado a Yeste cuando el partido iba 1-3, con un Athletic volcado en
busca de un empate que no llegaría, y el último detenido a Kanouté en Sevilla con el marcador 0-0, y que acabó ganando el equipo almeriense, han influido de un modo
más directo en la consecución de puntos. Es especialmente con el marfileño y con los bilbaínos con los que Alves más se ha cebado. El primero no ha podido batirle en ninguno de sus dos lanzamientos, y los leones, que son el equipo que más penaltis le han lanzado, en ninguna ocasión le batieron. Este año ya ha parado dos de los tres penaltis que le han tirado. Sigue siendo el portero -de todos los que no se han perdido ni un minuto de Liga- que mejor porcentaje tiene parando penaltis. A lo que hay que añadir que también es el que más lanzamientos detiene por media, alcanzando una cifra de casi seis paradas por partido de media. Datos que le hacen ser, sino el mejor, uno de los mejores porteros que han pasado por España.