Nยบ 18 VERANO 2010
SOMOS EXTREMADURA
UN MUNDO POSIBLE VIVIR EXPERIENCIAS UN FUTURO CONSTRUIDO SOBRE LO MEJOR DEL PASADO EXTREMADURA ES Mร A
Es éste un número muy especial, que se hace eco de una de las campañas de comunicación más relevantes de cuantas se han puesto en marcha en Extremadura desde el comienzo de la Democracia. Pues se trata, sobre todo, de un “balance” de lo mucho construido y reconstruido en estas pocas décadas. Los ejes fundamentales de la Extremadura de hoy, de lo que todos podemos vivir (u ofrecer a los demás, a quienes nos visitan) sin salir de sus límites, aparecen en estas páginas “ilustrados” por las opiniones y acciones de tres nombres igualmente relevantes: José Manuel Calderón, Almudena Cid y Huecco. Y también, como la Extremadura surgida en democracia, con los mismos valores de la región: juventud, bonhomía y excelencia.
IMAGEN DE EXTREMADURA Nº18 VERANO 2010 EDITA: SOCIEDAD DE GESTIÓN DE LA IMAGEN DE EXTREMADURA, S.A.U. DISEÑO: REINADECORAZONES IMPRENTA: INDUGRAFIC ISSN: 1886-3949 DEPÓSITO LEGAL: BA-105-06
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Es éste, decíamos, un número muy singular. Si en la etapa anterior de Imagen de Extremadura publicamos varios números extra, con una gran acogida por parte de los lectores, queríamos ahora comenzar una nueva etapa dando un paso más ambicioso aún: para conjugar lo mejor de cada número ordinario con lo mejor de cada número especial.
VIVIR EXPERIENCIAS
40
ALMUDENA CID
34
¿DÓNDE HAS ESTADO O QUÉ HAS HECHO?
32
TURISMO EXPERIENCIAL
UN MUNDO POSIBLE
14
HUECCO
08
¿MERCADO DE VALORES O VALORES EN EL MERCADO?
06
ECONOMÍA Y NEGOCIOS SOSTENIBLES
SOMOS LO QUE SOMOS; SOMOS EXTREMADURA
94
EXTREMADURA ES MÍA
82
JOSÉ MANUEL CALDERÓN
76
¿EXPORTAR TALENTO O IMPORTAR EL ÉXITO?
74
IDENTIDAD
UN FUTURO CONSTRUIDO SOBRE LO MEJOR DEL PASADO
60
¿PROGRESO IMPOSIBLE O FUTURO SOSTENIBLE?
58
MEDIO AMBIENTE
06. ECONOMÍA Y NEGOCIOS SOSTENIBLES
¿MERCADO DE VALORES O VALORES EN EL MERCADO?
08. ECONOMÍA Y NEGOCIOS SOSTENIBLES
SOMOS EXTREMADURA
HUECCO
Cuando le ofrecieron protagonizar el último anuncio de Marca Extremadura, el cantante Huecco propuso cantar en él, claro, pero no entraba en el guión. Lo cuenta en broma el músico nacido en Madrid (1974), pero de origen extremeño, tras terminar la primera parte de la grabación del spot para la nueva campaña publicitaria de la región en el Palacio de Congresos de Mérida. Ser la imagen de Extremadura significa para él “un reto, un honor y un sueño que no le ocurre a cualquiera”. Nació en Madrid, pero se crió en Las Hurdes, así que “en el fondo soy extremeño, porque se es de donde uno se siente y mi alma es extremeña”. Durante el rodaje del anuncio todos se refieren a él como Huecco. Iván Sevillano, el nombre que figura en su partida de nacimiento, sólo parece existir ya en su DNI. Él asegura, no obstante, que sigue siendo el mismo Iván que contemplaba a su abuelo trabajar con el zacho entre las viñas hurdanas de Marchagaz, y de ahí surgen los lazos con Extremadura que él se empeña en estrechar. “Mi influencia es extremeña y yo soy ciudadano de Las Hurdes”, explica. Insiste en lo de ciudadano porque lleva años empadronado en Casar de Palomero y en la alquería de Rivera Oveja conserva una casa donde compone e idea las maquetas de sus trabajos discográficos. “Es mi lugar de inspiración”, asegura.
En esa casa acabó de tomar forma Huecco, su primer disco en solitario tras abandonar su grupo hasta entonces, Sugarless, o Assalto, el segundo y de mayor éxito, y también han sonado por primera vez en ella las canciones del tercer trabajo, e inédito hasta la primavera del 2011, que quizás contenga alguna referencia jurdana. El tema ‘Sólo un poquito’, seleccionado por TVE para el campeonato de Moto GP, pertenece a este disco. Y en Rivera de Oveja ha imaginado su próximo proyecto empresarial, que pondrá en funcionamiento muy pronto para “intentar huir de Madrid en busca de salud”: un negocio familiar de alimentos hurdanos, aceites, mermeladas… “Todo en pequeñas esencias y poca producción”, detalla. De momento, el autor de éxitos como ‘Pa´mi guerrera’, vive entre Los Ángeles, donde reside su hija de dos años, Madrid y Las Hurdes. ¿Y qué puede haber en Extremadura que no encuentre en los otros lugares? “La paz, la calma y el tiempo”, responde sin pensárselo. “En Extremadura vuelvo a ser dueño del tiempo, las horas vuelven a ser horas y me olvido del estrés de las grandes ciudades”. Para él, esta tierra representa valores como “lo auténtico o lo desconocido”. “Es muy ella misma, y es de lo que podemos presumir”. Con las rastas sueltas y algo más cortas que en sus últimas apariciones promocionales, el creador del rumbatón, como ha bautizado a esa fusión o “perversión”, como él mismo dice, de diversos sonidos del mundo de la que resulta su estilo, representa en la nueva campaña publicitaria de
la región el camino emprendido por ésta para adoptar un nuevo modelo de economía sostenible con la incorporación de valores como la solidaridad, la ecología o la justicia en las empresas. Él mismo es la imagen de un compromiso social a través de la música, un compromiso que nace, dice, “de mirar alrededor, de ver que hay gente que necesita ayuda. A mí me ayudaron y ahora lo hago yo con quienes lo necesitan”. A esa inquietud se debe su iniciativa musical de ‘Se acabaron las lágrimas’, un tema sobre y contra la violencia hacia las mujeres. Con él grabó un vídeoclip en el que puso a bailar gritando su estribillo a un puñado de personalidades variopintas y lanzó una campaña para vender tonos de móvil cuya recaudación, 10.000 euros, donó a la Fundación Mujeres. Ahora, junto a la empresa extremeña de venta por catálogo de joyería y complementos de moda Cristian Lay, se ha embarcado en un nuevo proyecto: la reconstrucción del orfanato Notre Dame de la Charité en Haití. La firma joyera y el músico esperan recaudar 70.000 euros con la venta de pulseras, gargantillas y anillos que llevan impreso un logo de Huecco con el mensaje Se acabaron las lágrimas. Las de niñas haitianas huérfanas a las que el músico extremeño, como lo hiciera con las mujeres maltratadas, pone voz
“En Extremadura vuelvo a ser dueño del tiempo, las horas vuelven a ser horas y me olvido del estrés de las grandes ciudades”
14. ECONOMÍA Y NEGOCIOS SOSTENIBLES
TEXTO: Toñi Escobero
FOTOS: Jorge Armestar y Susana Sauceda
Otro mundo es posible. Y otra economía también. Lo es en Extremadura, donde empresas e instituciones han adoptado nuevos valores sociales como normas reguladoras del mercado productivo. Solidaridad, comercio justo, consumo responsable, ecología, salud, sostenibilidad, desarrollo rural, cooperación, igualdad, diversidad, innovación…, son algunos de los principios que han cimentado en los últimos años la puesta en marcha de destacadas iniciativas empresariales, proyectos competitivos, rentables y con conciencia, y que pretenden ser el motor de un cambio en la región.
SOLIDARIDAD Veinte organizaciones fundaron en 2007 la Red de Economía Alternativa y Solidaria de Extremadura (REAS). Este colectivo surgió en 2007 con la idea de ser una plataforma y nexo de unión a entidades de diversos ámbitos que buscan “construir ese otro mundo posible desde lo económico y lo productivo” en la región, según se explica en su web (http://reasextremadura.blogspot.com). “No es que ahora, por la crisis, sea más necesario un sistema económico alternativo”, sostiene uno de sus miembros, Juan Carlos Vila, “sino que siempre debería haber sido así, puesto que la fórmula tradicional ha demostrado su inutilidad”. Desde REAS “se mira más por las personas y menos por lo económico”.
Este mismo principio guía a los colectivos de la red, como el de Banca Ética de Badajoz. Su razón de ser va implícita en el nombre: promover un ahorro responsable como instrumento de transformación social. Y en la práctica es como un banco, pero con otros intereses más humanitarios y menos beneficio económico. “No aporta intereses a sus ahorradores, somos una asociación sin ánimo de lucro, pero el gran interés que te llevas es el de hacer una buena acción con tus vecinos que más lo necesitan”, explica su presidente, Javier Martínez Antón. Cualquiera puede depositar sus ahorros en él y los beneficiarios son personas necesitadas que por su situación económica no pueden acceder a préstamos
de bancos convencionales. A ellos se les cobra un 2% de interés para cubrir los impagos de, por ejemplo, préstamos que no se devuelven del todo porque están en situaciones muy precarias. Desde su creación, han logrado 50 ahorradores que han depositado 50.000 euros. Ese dinero les ha permitido conceder cien préstamos por unos 100.000 euros. También han prestado 20.000 euros a cinco iniciativas de economía solidaria. No es mucho, pero sí una punta de lanza para dar una rentabilidad humanitaria al ahorro.
COMERCIO
JUSTO El comercio también puede ser justo y solidario, basado en principios de igualdad y consumo responsable. La Casa del Sol vende desde hace años alimentos y artesanías de diversos países en vías de desarrollo, con la premisa de que el productor reciba por el fruto de su trabajo una compensación económica justa y digna y con la esperanza de que esta tarea sirva de ayuda contra la pobreza de esas poblaciones.
El principio de promover un comercio justo alimenta igualmente la existencia de otras originales iniciativas como los grupos autogestionados de consumo. En Cáceres funcionan dos: Mansalva y Manojo, aunque hay otros en la región. Estos grupos se abastecen de “productos alimentarios sanos y de calidad, cultivados de manera respetuosa por productores conocidos y cercanos, con los que tratamos directamente, sin intermediarios”, explica el sitio web de Mansalva (http://sites.google.com/site/ gacmansalva/). Los grupos compran hortalizas, huevos, panes, bollería ecológica, verduras y hasta algas directamente a los productores, a quienes se les exige el respeto al medio ambiente y a los derechos de sus trabajadores, y se acuerdan precios justos para ambas partes. Las personas que integran el grupo organizan pedidos conjuntos y, una vez realizada la compra, coordinan el reparto entre unos y otros. De esta manera han dado una vuelta de tuerca al concepto del comercio y la distribución alimentaria.
ECOLOGÍA La agricultura sostenible o agroecología, en definitiva, cultivos que no utilizan productos químicos, es una sólida realidad en la región. La Red Calea (www. redcalea.org) es prueba de ello. Reúne a especialistas en esta materia del norte de Extremadura que, a través de la colaboración con productores, instituciones y consumidores, quieren “ampliar y consolidar el papel de la agroecología en el medio rural, como herramienta para lograr un verdadero desarrollo sostenible, desde una perspectiva local y bajo los criterios del ecologismo social”, se detalla en su web. ¿Cómo? Cultivando productos ecológicos; en su huerta de Robledillo de la Vera; vendiéndolos, a través del
portal de Internet www.larecolecta.com o de grupos autogestionados de consumo como Mansalva; formando a otros agricultores decididos a adoptar esta forma de cultivo; cooperando con organizaciones no gubernamentales que trabajan en países en vías de desarrollo asesorando a su personal en técnicas de agroecología; innovando esas técnicas a partir de la investigación y las nuevas tecnologías; o creando redes sociales que compartan el mismo espíritu. Extremadura Sana es una de esas redes. La forman productores, consumidores y técnicos extremeños que trabajan también por hacer realidad la agroecología en el medio rural extremeño.
Pero este fenómeno no sólo florece en el entorno rural, también lo hace en el urbano. En la capital cacereña ya existe una nueva generación de hortelanos. Seis, concretamente, que han puesto en marcha Sámara (www.portalsamara. com), un proyecto empresarial de huerta ecológica, en la falda de la Sierra de la Mosca, que nutre a grupos de consumo autogestionado o a particulares ávidos de verduras y hortalizas libres de químicos y que pueden comprar directamente en la propia huerta o por Internet y con entrega a domicilio. Sus 3.000 metros de tierra cultivada se suman a las casi 86.000 hectáreas que ocupa la agricultura ecológica en toda la región y a la que se dedican más de 3.800 agricultores, según los últimos datos de la Junta de Extremadura. Estas cifras convierten a la región en la tercera productora de España en agricultura ecológica y su catálogo de productos abarca desde la miel o el aceite hasta helados o cosméticos.
CALIDAD Diez denominaciones de origen (miel de Villuercas, quesos de Ibores, de la Serena, torta del Casar, vinos Ribera del Guadiana, pimentón de la Vera, cerezas del Jerte, aceite de Monterubio y de Gata-Hurdes y el jamón Dehesa de Extremadura) y dos indicaciones de origen protegida (ternera de Extremadura y Corderex) velan porque doce alimentos de Extremadura mantengan un código de calidad en la región. Actualmente, los sellos extremeños de calidad no sólo
son una herramienta eficaz de protección geográfica del producto, sino un instrumento rentable y potente de desarrollo rural para generar empleo, impulsar el comercio, mantener métodos tradicionales de producción y favorecer el turismo vinculado a la gastronomía. Sólo bajo la denominación de Torta del Casar, funcionan 30 ganaderías, con más de 26.600 cabezas de ganado y 11 industrias, que el año pasado elaboraron cerca de 352.000 kilos de queso.
DESARROLLO
RURAL “A mucha honra” es el título de uno de los proyectos de la Dirección General de Desarrollo Rural para la recuperación de la ‘identidad rural’. Su objetivo: contribuir a revalorizar el mundo rural, destacando sus aspectos más positivos, como modelo de vida, tanto económico como social y cultural. Campañas y proyectos públicos al margen, hoy nadie duda de que la Extremadura rural no sólo está de moda, sobre todo por su potencial turístico y patrimonial –la provincia de Cáceres, con 418 establecimientos de turismo rural, ocupa el quinto lugar entre los destinos preferidos por los españoles–, sino que ofrece un escenario industrial y empre-
sarial que da cabida a la tradición y a la innovación a partes iguales. La agricultura ecológica es sólo un ejemplo, pero son decenas de empresas punteras en su sector, con sedes en los más recónditos pueblos de la geografía extremeña, las que con tesón, imaginación y trabajo han ratificado que el futuro no está sólo en las ciudades y que ayudan a frenar el despoblamiento del territorio rural. El número 14 de Imagen de Extremadura se hacía eco de este logro recordando la original industria heladera Kitcream de Trujillo o la luminosa propuesta de Iluminaciones Artísticas Henry del pueblecito de Pizarro
o las puntadas de alta tecnología para artículos de aeronáutica de las cooperativistas de Parafly en Zarza Capilla. Y por si faltaran aún ideas, también hay organizaciones que promueven el desarrollo rural desde el estudio, la formación y el asesoramiento. Como la fundación Félix Rodríguez de la Fuente, propulsora del plan Run@Emprende que, entre otras iniciativas, creará ‘agentes verdes’ en seis comarcas extremeñas que conocerán los recursos y posibilidades de las zonas para asesorar a futuros emprendedores. Se trata de la conquista definitiva del mundo rural.
SOSTENIBILIDAD Limpia y rentable. Así es la energía del futuro. Y cada vez más la del presente extremeño. La región ha hecho una apuesta fuerte por las energías renovables en busca de una economía sostenible, basada ésta en industrias rentables que no contaminen. Extremadura tiene una excelente materia prima para esta clase de negocio: un campo extenso y mucho sol. Estas condiciones y las ayudas institucionales a las inversiones en el sector han permitido que la región lidere la producción de energía termosolar y que sea la tercera comunidad española en energía fotovoltaica. “El sector energético constituye una apuesta preferente y estratégica para el crecimiento
económico de la región”, ha reconocido el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara. Actualmente se proyectan otros 19 parques termosolares, uno de ellos el de Abengoa en Logrosán, que, de construirse, sería el más grande del mundo; y se han presentado 60 solicitudes para crear otros tantos. Existen también otras 22 plantas eólicas en proyecto. En 2014, la producción de energía renovable al año alcanzará previsiblemente los 4.850 gigavatios/hora, el 80% de la energía que consumen los extremeños. A ello se suman otras iniciativas de plantas de biodiésel (producción de carburantes a partir de aceites de soja, palma o similares), como la que gestiona Bioenergética
Extremeña en Valdetorres o la empresa Green Fuel en Los Santos de Maimona. Además, se proyectan diez plantas de energía de la biomasa (se aprovecha materia orgánica), una de ellas en Navalmoral de la Mata, que sería la mayor de Europa y que generaría electricidad a partir de la combustión de maíz y tabaco. Para afianzar el crecimiento del sector, un centro tecnológico abrirá sus puertas previsiblemente el próximo año en Badajoz. Su meta será la de convertirse en el eje de desarrollo científico-tecnológico de las energías renovables en beneficio de la calidad de vida y el crecimiento económico.
COOPERACIÓN “Cooperar para competir”. Ese es el principio que ha guiado a las pequeñas y medianas empresas extremeñas en los últimos años, animadas y apoyadas por el sector público de la comunidad, para mejorar su productividad y buscar de forma conjunta una salida de su producto a mercados nacionales e internacionales. ¿Cómo? Pues siguiendo la vieja máxima de: la unión hace la fuerza. Así surgieron los ‘clústers’, concentraciones de empresas, instituciones y agentes sociales vinculados todos ellos a un mismo sector productivo que pretenden aumentar la productividad y que las empresas puedan competir dentro y fuera de España. La
originalidad del ‘clúster’ es que plantea la unión de empresas que, por compartir producto y mercado, serían en la práctica competidoras o rivales naturales. El Programa Nexo, promovido por la Confederación Regional Empresarial Extremeña y la Junta de Extremadura en 2002, nació para dirigir y coordinar los incipientes pasos de los seis primeros ‘clústers’ de la región: rocas ornamentales, envaseembalaje, metalmecánico, construcción, conocimiento, madera-mueble. Ocho años después se han constituido hasta 14 ‘clústers’ en la región y abarcan campos tan diversos como el mercado audiovisual (www.clusteraudiovisual.com)
o las energías renovables (www.clusterenergex.org). El último en fundarse, el de las TICs (empresas de Tecnologías de la Información y la Comunicación), desarrollará e incentivará la innovación de este sector, uno de los más “estratégicos y emergentes” de la región, en palabras de la consejera de Economía, y del que se espera se convierta en “tractor de la economía” extremeña, ya que se considera a las TICs como la “correa de transmisión” para la innovación en otros sectores.
INNOVACIÓN Y si para competir es necesario cooperar, también lo es innovar. Los ‘clústers’ han sido claves para facilitar, promover y fomentar el uso de las nuevas tecnologías y de la I+D+i (investigación+desarro llo+innovación tecnológica) en cada uno de los sectores que operan, pero no han sido los únicos. También han contribuido las medidas desarrolladas por la Junta de Extremadura para dotar a las empresas de infraestructuras industriales suficiente y de calidad, o lo que es lo mismo, impulsar semilleros de empresas (naves industriales) y polígonos industriales (suelo industrial) en todo el territorio, con atención especial al medio rural. En este plan de infraestructuras, además de la Junta, ha sido imprescindible la participación de los ayuntamientos y la Unión
Europea. En las últimas dos décadas, se han invertido 6.300 millones, que han permitido acotar 1.300.000 metros cuadrados de suelo industrial y construir 254 naves, según datos de la Junta de Extremadura, además de poner en marcha otros parques empresariales (un plan mixto de suelo y naves) para zonas rurales. Y desde donde se han puesto sin duda las bases de esa necesaria innovación ha sido desde los centros tecnológicos de investigación. Existen ya 18 centros de investigación entre públicos, privados y de titularidad mixta, y otros 6 en proyecto. Abarcan áreas tan dispares como la alimentación (con creaciones de un té de hojas de olivo o aceite solidificado del Centro Tecnológico Agroalimentario), la sanidad, el agua o el deporte.
Recientemente, además, el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura aprobó el proyecto de Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación de Extremadura, “con el objetivo de ordenar la investigación científica y técnica, el desarrollo tecnológico y la innovación en el ámbito autonómico, estableciendo un marco regulador unitario y sistemático de actuación que facilite su coordinación y promueva actividades científicas de interés general”. Una ley necesaria, sin duda, para eliminar las barreras que dificulten el desarrollo de la actividad investigadora, así como para proporcionar nuevos instrumentos que faciliten su realización, mejoren su calidad e induzcan a una mayor competitividad del sistema productivo.
32. TURISMO EXPERIENCIAL
¿DÓNDE HAS ESTADO O QUÉ HAS HECHO?
34. TURISMO EXPERIENCIAL
SOMOS EXTREMADURA
ALMUDENA CID
Hace dos años que Almudena Cid dejó de hacer piruetas en el tapiz, pero se la ve en plena forma. Menuda y simpática como siempre. Son las cinco de la tarde y aún le quedan un par de tomas y la grabación del sonido para terminar el rodaje del anuncio de la última campaña de Marca Extremadura. La productora la ha hecho madrugar para rodar en exteriores de Trujillo y aprovechar las primeras luces del día, así que a las cinco de la tarde acumula casi diez horas de posar frente a la cámara. Sin embargo, la ex gimnasta de origen extremeño no pierde ni la sonrisa espontánea ni la energía que la acompañaron durante 20 años por las pistas de competición de medio mundo. La última localización del anuncio es en el interior de un apartamento para el turismo en Cáceres. Allí toma asiento en un sofá adoptando una cómoda posición de yoga y demostrando que mantiene la flexibilidad que le dieron sus largas jornadas de duro entrenamiento desde los 7 años. Si está cansada, no lo deja entrever. Lo que sí dice es estar “satisfecha” con el anuncio y “feliz” porque pensaran en ella para protagonizarlo. “Soy pura sangre extremeña y es un orgullo representar a esta tierra”, declara. Su padre, de Brozas, y su madre, de Alcántara, emigraron a Vitoria, donde ella nació en 1980. ¿Cuánto de extremeña y de vasca tiene Almudena Cid? “No sabría medirlo”, responde ella. “En Vitoria siempre ha habido muchos extremeños, por lo que me he criado con extremeños, y, aunque soy vasca, cuando viajo a Extremadura me siento una extremeña más. La familia tira mucho al arraigar el sentimiento por una tierra”. Y su abuelo materno,
que vive en Alcántara, escultor aficionado y al que se siente especialmente unida, es quien más le tira. Así que cuando repite una y otra vez frente a la cámara “Somos Extremadura”, lo siente porque la campaña, dice, “transmite lo que son los extremeños y Extremadura, lo que se vive aquí y las sensaciones que puedes llevarte cuando la visitas: la cultura, el ambiente, la tranquilidad, la buena comida…” ¿Y qué son los extremeños? “Gentes muy nobles, que valoran lo sencillo. Extremadura mantiene la esencia de lo que importa, nada es prefabricado sino natural”, responde. Una tierra, a su juicio, que exporta talento, donde el “futuro sostenible es posible” y donde priman valores que a ella le importan, como la conservación de la naturaleza o la solidaridad. Desde que se retiró de las competiciones en las Olimpiadas de Pekín 2008, donde consiguió un octavo puesto, su ritmo vital ha encontrado el sosiego. “Vivía absorbida por la gimnasia rítmica, todo giraba a su alrededor, y aunque me ha dado resultado, también lo he pasado mal”. ¿Volvería a vestir el maillot, entonces? “Sí, sin duda. Aunque la gimnasia de élite no es muy sana, tuve que competir con anginas, con fiebre… Me hizo fuerte, y soy lo que soy gracias a ella”. Y también gracias a ella ha cumplido “más sueños de los que esperaba”, como ser la única gimnasta en participar en cuatro olimpiadas consecutivas (Atlanta 1996, Sidney 2000, Atenas 2004 y Pekín
2008) o “demostrar que se puede ser una mujer en un deporte de niñas”. Sólo eso, dice, “avala el resto de mi vida”. Ahora disfruta de su nueva vida fuera del deporte de élite. Ha descubierto, por ejemplo, con “sorpresa” que todo es “menos estricto”, “menos duro”. “Me puedo poner unos tacones sin temor a que me duelan los pies y puedo dedicarle más tiempo a mi pareja, mi familia…, sé dosificarme”. Actualmente se dosifica entre clases de interpretación, apariciones en programas televisivos, campañas publicitarias, conferencias a empresas sobre su experiencia en los juegos olímpicos y por supuesto, el deporte (pilates, yoga), pero por “placer”.
“Soy pura sangre extremeña y es un orgullo representar a esta tierra” La gimnasia la llevó a recorrer medio mundo, “a palpar la cultura” de países como Bulgaria o Azerbaiyán, que visitó en varias competiciones. Hoy disfruta viajando a Extremadura tres o cuatro veces al año, porque aquí, asegura, encuentra “la tranquilidad”. “Es una tierra que tiene algo que no da ningún otro lugar. Todos los emigrantes que conozco quieren volver y eso debe ser por algo”.
Entre Brozas y Alcántara conserva a gran parte de su familia, aunque el principal vínculo es su abuelo alcantareño, al que visita con mayor frecuencia. Eso le ha llevado a convertirse en embajadora de la candidatura del puente de Alcántara para que sea declarado Patrimonio de la Humanidad, una “responsabilidad”, señala, que le lleva a reivindicar para este monumento una urgente rehabilitación. Y es también a ese abuelo escultor y a una tía rapsoda, a su sangre extremeña, dice, a quienes debe su “vena artística”, que unida a su esfuerzo y trabajo la mantuvieron dos décadas como una de las diez mejores gimnastas del mundo
40. TURISMO EXPERIENCIAL
TEXTO: Liborio Barrera
FOTOS: Jesús Gutiérrez, Toni Gudiel y Festival de Teatro Clásico de Mérida
El viajero del siglo XXI busca vivir experiencias. Lo dice el máximo responsable de Turismo del Ayuntamiento de Cáceres, Francisco Torres. Y Extremadura está llena de experiencias por vivir: deportivas, lúdicas, arriesgadas, artísticas, culturales, gastronómicas, saludables, acuáticas, aéreas y hasta educativas. La región ya no se ofrece como una tierra por descubrir, sino como un lugar para vivir y sentir emociones. Aunque el turismo patrimonial y de naturaleza sigue siendo el más demandado, empiezan a despuntar nuevos modelos como el ornitológico, el termal o deportivo (golf o deportes de riesgo). “Tenemos que ofrecer una Extremadura abierta al siglo XXI, en la que se busquen otras vías de desarrollo abiertas a la experiencia”, señalaba la consejera de Turismo ante la última convocatoria de la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur).
el reclamo de las aves Extremadura alberga un 75% de territorio IBA’s (Áreas Importantes para las Aves) y 69 áreas declaradas como Zonas de Especial Protección de las Aves (ZEPA). Esto la convierte en un lugar privilegiado para contemplar aves, algunas incluso únicas o en peligro de extinción. El interés ornitológico de la geografía extremeña es incuestionable, con el Parque Nacional de Monfragüe como la principal referencia.
Diez especies constituyen el principal reclamo para los aficionados: el águila imperial ibérica, el águila-azor perdicera, el buitre negro, la cigüeña negra, la avutarda, el sisón común, el elanio común, la grulla común, el cernícalo primilla y, por supuesto, la cigüeña blanca. Otras especies interesantes son el gorrión moruno, la alzacola, la golondrina dáurica, el vencejo pálido, el abejaruco, la carraca, la abubilla o el martín pescador. El avistamiento de estas especies puede hacerse sin problemas en observatorios ya creados para este fin por diferentes administraciones y organizaciones en el parque de Monfragüe, los embalses de Talaván, y Arrocampo, los Canchos de Ramiro, la sierra de San Pedro, el parque natural de Cornalvo, el puerto Mejoral, Moheda Alta y el monasterio de Tentudía.
Además, existen ya empresas especializadas en el sector, que ofrecen guías, rutas y material (telescopio, prismáticos…), como Elanus en Trujillo; En Ruta o Monfragüe Vivo, en Monfragüe; Escuela Lutra, en La Codosera; o Jera S. C..
la huella del pasado Los tres enclaves declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (Cáceres, Mérida y Guadalupe) hablan por sí solos de la riqueza histórico-artística y patrimonial de la región. Su monumentalidad e historia componen, junto a la naturaleza, el motor de la maquinaria turística de la región. Estas tres ciudades son la huella del pasado más esplendoroso de la Comunidad, pero no son las únicas.
Igual de valioso es el patrimonio de Trujillo, Plasencia, Coria, Medellín, Zafra, Yuste o incluso Badajoz. Y si es pasado lo que el turista busca, el de Extremadura se remonta a la Prehistoria. Son importantes los testimonios de arte rupestre que conserva la región, desde la cueva de Maltravieso de Cáceres, la cueva de la Mina en Castañar de Ibor o el abrigo de Minerva en Garlitos, también grupos de pinturas en covachas de Monfragüe y las Villuercas, Santa Ana en Cáceres, en la Serena, la Siberia, Hornachos, sierra de San Serván o Alburquerque, entre otros.
El visitante puede contemplar las pinturas bien directamente, como son en el caso de los abrigos del castillo en Monfragüe o el Risco de San Blas en Alburquerque; o en centros de interpretación, como ocurre en las cuevas de Maltravieso. Son destacables igualmente los monumentos megalíticos (dólmenes), más de 300, que se conservan diseminados por las comarcas de Alcántara, Valle de la Serena, Magacela, Barcarrota, Valverde de Leganés o Prado de Lácara, y son accesibles sin dificultad.
aventura, deporte y riesgo En la visita a Extremadura cabe también el riesgo. Submarinismo, alpinismo, montañismo o vuelos en parapente forman parte de la oferta extremeña de deportes de riesgo y turismo activo. Ocho clubes de buceo permiten aprenden, por ejemplo, a surcar las profundidades acuáticas, primero en piscinas para luego aventurarse en algunos pantanos. Quienes prefieren las alturas cuentan con la Federación Extremeña de Montañismo para iniciarse o informarse de rutas por la región. El portal wikiloc tiene registradas por los usuarios 35 rutas de montaña de diferente dificultad y distancia, gran parte de ellas en la sierra de Tornavacas pero otras en Las Hurdes o Las Villuercas. Se puede subir más alto aún volando, en parapente por ejemplo. Colectivos como
Aerofly ofrecen cursos de iniciación al parapente y paramotor por unos 500 euros y paseos de media hora en un biplaza por 80 euros. Las posibilidades son tan amplias como accidentes geográficos tiene la naturaleza extremeña. Circuitos de raids permiten, por ejemplo, combinar varios deportes de riesgo siguiendo un recorrido (piragüismo, rapel, escalada, tirolina, kayak…). Al menos una veintena de empresas están dedicadas a la organización de actividades relacionadas con turismo activo y de aventura, como Légola (www. legola.com), Mérida Aventura o Explorer. Para los aficionados a deportes menos arriesgados, caza, pesca o golf, Extremadura también es su destino. La región posee unos 3.500 cotos para la caza mayor (ciervo, jabalí, muflón, corzo…) y menor (liebre, conejo, perdiz roja, codor-
niz…), y cerca de tres millones y medio de hectáreas acotadas para la actividad cinegética, que se distribuyen entre cotos privados, deportivos, reservas regionales y zonas de caza controlada. La pesca tiene habilitados 86 cotos. Barbos, tencas, truchas, carpas, bogas de río, jarabugos o frailes, son algunas de las especies que pueden capturarse en los ríos extremeños. Los golfistas cuentan en la región con dos campos de golf: el Norba Club de Cáceres (www.norbagolf.es) para 18 hoyos y par 72 en 6.044 metros, y Golf Guadiana con un campo de 18 hoyos par 73 en un recorrido de 6.381 metros. Ambos completan su oferta con un complejo hotelero anexo, instalaciones deportivas adicionales y escuela de golf.
turismo del conocimiento Un viaje a Extremadura puede ser también un viaje de conocimiento. Un congreso, un curso de idiomas o la participación en un campo de trabajo son opciones para una visita a la región. Nuevas y competitivas infraestructuras, como el renovado Complejo Cultural San Francisco de Cáceres y los palacios de congresos de Badajoz y Mérida, así como los que están en construcción o proyecto en Cáceres (antiguo Auditorio), Plasencia, Villanueva de la Serena y Jerte (Cabrero), hacen de Extremadura un destino sugerente para la celebración de congresos y reuniones profesionales y científicas.
Para promocionar la región en este sector nacieron los convention bureau municipales en las dos capitales de provincia, una especie de oficinas de congresos integradas en un circuito nacional. Además, siete empresas están especializadas en la organización de estos encuentros. El mercado de los cursos de idiomas es aún incipiente. El reciente Servicio de Español para Extranjeros de la Universidad de Extremadura ofrece ya cursos de inmersión lingüística y cultural en la región, con estancias en hoteles, residencias de estudiantes y familias. Y para el aprendizaje de los más jóvenes, la Dirección General de la Juventud (www.juventudextremadura.com) continúa con su programa de campos
de trabajo y este año organiza seis: de circo en Talayuela, de cine en Cáceres, de arqueología (proyecto Primeros Pobladores) en Malpartida de Cáceres, de cooperación internacional en Valencia de Alcántara, de arqueología e investigación (Recuperación de la Memoria Histórica) en Santa Amalia, de información y comunicación en Mérida, de integración y medio ambiente en Plasencia.
turismo termal Salud, bienestar y contacto con la naturaleza brindan los ocho balnearios con los que cuenta la Comunidad: Alange, Baños de Montemayor, San Gregorio (Brozas), Fuentes del Trampal (Montánchez), El Raposo (Puebla de Sancho Pérez), Valdefernando (Valdecaballeros), Valle del Jerte (Valdastillas) y El Salugral (Hervás). En conjunto, ofrecen el 10% de las plazas de termalismo social de España, un turismo que está en auge y que cada vez demandan personas más jóvenes y con poder adquisitivo alto.
El de Alange es el más antiguo. En él aún se conservan estructuras y restos arqueológicos de las primeras termas romanas que funcionaron con cierta fama en el mismo lugar allá por los siglos III y IV. Los baños del Valle del Jerte y El Salugral han sido los últimos en abrir sus puertas recientemente. Son múltiples los beneficios terapéuticos de los ocho manantiales que nutren estos baños: artrosis, artritis, reumas, lesiones, problemas respiratorios o de circulación, afecciones de la piel, curas de adelgazamiento, estrés y otras más. Para tratarlas, los balnearios cuentan con modernas instalaciones, consultorios médicos y
variados servicios, como vapor de ozono, duchas escocesas, aerosoles, hidromasaje termal, oxígeno medicinal, duchas Vichy, masajes, parafangos. Baños de Montemayor y El Raposo disponen incluso de su propia línea de productos cosméticos.
turismo de naturaleza A pie, en bici, navegando… Extremadura puede conocerse también a través de sus caminos, montañas y ríos. Por tierra, existen al menos treinta rutas de senderismo, cicloturismo o montañismo por espacios, monumentos y reservas naturales de la región, englobadas en la Red de Espacios Protegidos de Extremadura (Renpex). La ruta principal es la Vía de la Plata (www.rutadelaplata.com). Su origen se remonta a la época romana, en la que sirvió de importante eje de comunicación entre la cornisa cantábrica y el sur de Hispania, y que en Extremadura discurre desde el Valle del Ambroz hasta la comarca de Tentudía. Desde el siglo IX se utiliza como uno de los caminos de peregrinaje a Santiago de Compostela. Su recorrido en la región ofrece apreciar un importante tesoro arqueológico, que la convierte en un museo al aire libre (la propia calzada empedrada, el arco de Cáparra), paisajes de importante valor
ecológico y las mismas ciudades por las que discurre, Cáceres y Mérida y otros núcleos urbanos. Para la práctica del senderismo, la región cuenta con varias decenas de rutas. La de Carlos V es la más popular. Discurre entre Tornavacas y Jarandilla de la Vera siguiendo los pasos del emperador en su viaje de retiro hacia el monasterio de Yuste, donde pasaría los últimos años de su vida. De interés especial es también la Vía Verde Vegas del Guadiana a Las Villuercas que sigue a lo largo de unos 50 kilómetros, desde Villanueva de la Serena hasta Logrosán, el trazado de una antigua línea de tren ya en desuso y recuperada para el senderismo, el cicloturismo y las rutas a caballo. Los portales en internet www.viajarporextremadura.com o www.tusrutasysenderos.com ofrecen
todas los itinerarios y existen varios clubes que facilitan información, como el Club de Senderismo Camino de la Plata (www.caminoplata.com) o la Federación Extremeña de Montañismo (www.fexme.com). En Extremadura también es posible la navegación o incluso la práctica del windsurf. No en vano es una de las regiones con más kilómetros de costa interior, 1.500 en total. De los 40 embalses que tiene la comunidad, 28 son navegables. Sólo en el Tajo son navegables de forma ininterrumpida 130 kilómetros. Extremavela o Jaramanda son dos de las empresas que ofrecen paseos fluviales a los visitantes. Para los surfistas, los embalses de Orellana o de Gabriel y Galán reúnen las condiciones adecuadas para su práctica.
citas culturales Cerca de 70 festivales y una treintena de fiestas de interés turístico regional ofrecen casi cien ocasiones interesantes para visitar Extremadura. La mayoría de festivales se desarrollan entre la primavera y verano y abarcan teatro, música, vídeo cine o circo. El de teatro clásico de Mérida es el principal referente de la programación cultural de la región, pero hay citas con la escena clásica en Cáceres y Alcántara, con el teatro en la calle en Villanueva de la Serena o el teatro contemporáneo y la danza en Badajoz. En música, marcan pautas el Contempopránea de Alburquerque, el Womad de Cáceres o el de música folk de Plasencia. Se puede seguir con Los Conversos de Hervás, Envideo de Cáceres, el festival de nuevo circo de Cabeza del Buey…
Y de festival en festival o de fiesta en fiesta. Extremadura tiene nueve fiestas declaradas de interés nacional: el Peropalo de Villanueva de la Vera, Los Empalaos de Valverde de la Vera, la Semana Santa cacereña, el Cerezo en Flor del Valle del Jerte, Fiesta de la Santa Cruz de Feria, Octava del Corpus de Peñalsordo, los Sanjuanes de Coria, la Fiesta de Nuestra Señora de las Nieves de La Zarza o La Encamisá de Torrejoncillo. Además, otra veintena está catalogada de interés regional. Una decena de museos completa la propuesta cultural extremeña. Destacan por su programación y trayectoria el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo de Badajoz, el Museo Romano de Mérida, el Museo de Cáceres y el Museo Vostell-Malpartida de
Cáceres. Recientemente abrió sus puertas en Cáceres el, ya prestigioso antes de su apertura, Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear. Otros 14 museos de identidad recogen las costumbres y tradiciones arraigadas en el pueblo extremeño, como las vinculadas a su gastronomía (la cereza del Jerte, el aceite de Monterrubio, el pimentón de la Vera, turrones de Castuera o la torta del Casar), las fiestas religiosas (Los Empalaos de Valverde de la Vera) y paganas (el Carnaval de Badajoz) o los oficios (el del barro en Salvatierra de los Barros). Espacios museísticos son también los 13 centros de interpretación que reconstruyen la historia de algunos enclaves, como el de las cuevas de Maltravieso o Cáceres el Viejo, ambos en la capital cacereña.
“Tenemos que ofrecer una Extremadura abierta al siglo XXI, en la que se busquen otras vías de desarrollo abiertas a la experiencia.”
58. MEDIO AMBIENTE
多PROGRESO IMPOSIBLE O FUTURO SOSTENIBLE?
60. MEDIO AMBIENTE
TEXTO: Javier Álvarez
FOTOS: Jorge Armestar, Susana Sauceda, Pedro Uranga, Toni Gudiel y Jesús Gutiérrez
En los últimos 30 años se ha construido más que en toda la historia de la humanidad. En China, apenas el 1% de la población respira aire limpio. Sólo el 30% del territorio está habitado en el mundo y crece el despoblamiento de zonas rurales -donde se producen los alimentos- mientras la población se concentra, cada vez más, en las grandes urbes. En la segunda mitad del siglo XX la población mundial creció en un 130%, más del doble que en los 50 años anteriores, y sigue aumentando. Son sólo cuatro datos aislados, cuatro ejemplos, cuatro muestras de algo en lo que hace ya tiempo coinciden los expertos: que el progreso tal y como lo entendemos hoy no tiene siempre connotaciones positivas.
Y es que avanzamos rápidamente hacia lo que se conoce como “progreso imposible” e insostenible en el tiempo, ante el que surge con fuerza un movimiento a todos los niveles que reclama un desarrollo sostenible aplicado a los modelos sociales y económicos. Y es en ese modelo de desarrollo sostenible en el que Extremadura parte con ventaja respecto a la gran mayoría. Definiciones de desarrollo sostenible se han dado muchas. La más utilizada es la que pronunció en 1987 la Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo de la ONU (la conocida como Comisión Brundtland), que lo define como “el desarrollo que asegura las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para enfrentarse a sus propias necesidades”. Algo que está en el extremo opuesto de un sistema económico basado en la máxima producción, el fomento del consumo
exacerbado, la explotación ilimitada de recursos naturales y el beneficio como único criterio económico. A cambio, hablamos de usar los recursos naturales de forma sostenible, de potenciar las empresas verdes, de ser eficientes energéticamente, de las producciones ecológicas, de fijar población en el entorno rural… En este nuevo entorno, que adquiere fuerza en el actual contexto económico, tiene cada vez más valor el patrimonio natural, y es ahí donde Extremadura entra en juego con ventaja. Las cosas han cambiado en los últimos años a gran velocidad, y aspectos que hasta ahora habían sido consideradas como un problema, de pronto se convierten en ventajas competitivas. Es el caso de la excesiva dispersión territorial y del alto peso de la agricultura en el PIB regional, por ejemplo. Y en este nuevo concepto de empresa, que va más allá de la simple búsqueda del beneficio económico, también esta Comunidad Autónoma ha demostrado su potencial.
En lo que se refiere a la explotación de los recursos naturales, la región también ha dado un paso al frente, como señala en este mismo número Toñi Escobero, y se ha situado como una de las comunidades con más proyectos en energía fotovoltaica y termosolar, con lo que aprovecha su clima para apostar por las energías alternativas. El siguiente paso se dará con la instalación de parques eólicos una vez que el Gobierno apruebe los proyectos presentados. Para que todo esto sea posible se hace vital mantener una de las señas de identidad de la Comunidad: sus pueblos. Sus cerca de 400 municipios han sido en ocasiones un problema, pero hoy son una oportunidad. Entre otras cosas porque la parte positiva de la globalización hace que sea factible crear empresas rentables sin moverse de casa gracias a las nuevas tecnologías y a la mejora de las infraestructuras. Ya no hay que vivir en una gran ciudad para ser un empresario de éxito. A esto se suma que los clientes perciben, cada vez más, esa producción casi artesanal como un valor añadido, porque saben que es precisamente en esos pequeños municipios en los que está la materia prima.
Esto permite que los jamones más caros del mundo se produzcan en Montánchez (Iberselec), que en Puebla de Alcocer se desarrolle un sistema para potabilizar agua a través de plantas (Aquaphytex), que en Pueblonuevo del Guadiana haya una empresa de alta tecnología centrada en la nutrición clínica (Vegenat), que en la región haya 10 denominaciones de origen propias y tres compartidas, que en Zarza Capilla se fabriquen paracaídas y chalecos antibalas (Parafly), que en Olivenza se pusiera una de las primeras fábricas de España de bolsas de plástico a base de fécula de patata (Oliplast), y que en Arroyo de San Serván se encuentre el primer centro de inseminación artificial del cerdo ibérico (Tecnogenext).
“Además de sus producciones ecológicas, la Comunidad extremeña ofrece otros productos singulares, como son sus patrimonios natural e histórico, que ganan importancia -incluso económica-¬ como elemento diferenciador.”
Los expertos coinciden en que una de las características del desarrollo sostenible es, además, su valor empresarial. Los clientes perciben como una ventaja la aplicación de este modelo e incluso aumentan su demanda. En los productos agroalimentarios esto se traduce en la salida al mercado de productos ecológicos, es decir, los que han sido producidos sin utilizar elementos químicos.
pletar los más de 3.600 productores y más de 115.000 hectáreas que se dedican a estas variedades, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura. Además de sus producciones ecológicas, la Comunidad extremeña ofrece otros productos singulares, como son sus patrimonios natural e histórico, que ganan importancia –incluso económica¬ como elemento diferenciador.
En este sector Extremadura es la tercera potencia nacional gracias a sus condiciones climáticas, sus producciones extensivas y la valiente apuesta de los agricultores y ganaderos de la región por unos productos con más costes y menos salida en el mercado nacional, aunque poco a poco se van imponiendo como ya ocurre desde hace años en otros países europeos.
En caso del patrimonio natural, durante muchos años se ha dudado del modelo extremeño, pero hoy ese modelo es el que le permite disfrutar de un entorno muy particular y perfectamente conservado, algo cada vez más difícil de encontrar gracias a este “progreso imposible” de las últimas décadas.
En Extremadura se produjeron los primeros helados ecológicos de España (Kitcream, Trujillo), y también hay vinos, carne, frutos secos especias, pasteles, aceite, frutas… Todo un amplio catálogo hasta com-
Para empezar, Extremadura cuenta con un Parque Nacional, Monfragüe -que también está catalogado como Reserva de la Biosfera-, y con dos Parques Naturales, Cornalvo y Tajo Internacional, este último compartido con Portugal. Además, la Comunidad presenta como seña de identidad un sinfín de espa-
cios protegidos que van desde la Reserva Natural Garganta de los Infiernos a sus cuatro Monumentos Naturales (Cueva del Castañar, Cuevas de Fuentes de León, Mina La Jayona y Los Barruecos) pasando por el Paisaje Protegido Monte Valcorchero. Zonas de Interés Regional, Árboles Singulares, Corredores Ecológicos y de Biodiversidad e incluso un lugar de Interés Científico (el volcán de El Gasco) se suman a un interminable catálogo que se completa con los espacios protegidos por la Red Natura 2000 de la Unión Europea. Este enorme potencial medioambiental se une en no pocas ocasiones con el legado patrimonial de Extremadura, como puede ser el caso de Cáparra y Hervás. Pero sin duda el mejor ejemplo lo constituye la candidatura impulsada por la Junta de Extremadura para que los cascos históricos de Trujillo y Plasencia y el Parque Nacional de Monfragüe sean incluidos, de forma conjunta, en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco como “ejemplo del bosque mediterráneo” y como un “paisaje cultural” de primer orden.
Pero, como decíamos antes, como insistimos en este número a lo largo de todas sus páginas, en el caso de Extremadura este desarrollo sostenible sólo es entendible –y posible– desde el mantenimiento del entorno rural. A lo largo de las últimas décadas en España han sido habituales las noticias sobre la desaparición de pueblos, mientras que Extremadura, a pesar de su enorme territorio y su escasa población puede presumir de que, al menos hasta la fecha, únicamente se han abandonado los municipios en los que obligaron a sus vecinos a marcharse en los años sesenta por la creación de pantanos, como ocurrió con Granadilla y Talavera la Vieja. Incluso en Granadilla se trabaja en la recuperación del municipio, algo que resulta imposible en Talavera al estar su terreno anegado por el pantano de Valdecañas.
La región mantiene así cerca de 400 municipios, y para que continúe de este modo es necesario establecer un modelo de desarrollo que permita que en todos los pueblos sus vecinos cuenten con los servicios necesarios. Ello explica el ‘mapa’ de mancomunidades, entidades a través de las que los municipios se agrupan para compartir servicios. En total, la Comunidad se divide en 28 mancomunidades, 14 en cada provincia. En los propios municipios, directamente o a través de las mancomunidades, se han creado hasta 24 Grupos de Acción Local que se han encargado de gestionar los proyectos de la iniciativa europea Leader y del programa de desarrollo rural Proder. Dicho de otro modo, se han generado estructuras para que sean los propios habitantes de los pueblos los que decidan cuáles son sus prioridades y para que gestionen las ayudas procedentes de la Unión Europea.
Porque el desarrollo sólo es sostenible si los pueblos siguen existiendo, si se siguen produciendo alimentos en el campo, si se fomentan las energías renovables y si se conserva el medio natural como patrimonio y como motor económico. La otra opción, el “progreso imposible”
74. IDENTIDAD
¿EXPORTAR TALENTO O IMPORTAR EL ÉXITO?
76. IDENTIDAD
SOMOS EXTREMADURA
JOSÉ MANUEL CALDERÓN
Termina la temporada en Toronto y a José Manuel Calderón le falta tiempo para volver a su casa de Villanueva de la Serena. “Es lo primero que hago siempre, y hasta que no llego no empiezan realmente las vacaciones. Desconecto y por fin me siento en casa”, reconoce. El jugador villanovense de la NBA, el 8 de los Toronto Raptors, es el único que repite en la última campaña de Marca Extremadura para promocionar la región, lo que supone para él un “orgullo”, “algo importante”. Y lo es más en esta edición porque dice que es “diferente”. “Es más natural, y creo que hará pensar a la gente. Además de invitar a visitar la región, invita a pensar en cómo está la sociedad hoy en día, el mundo en general, España y Extremadura, y que hay cosas que preocupan... Y eso me gusta”. Siendo aún un adolescente, Calderón pasó de Villanueva y el Doncel la Serena a Vitoria y el TAU Vitoria para formarse como jugador. Debutó con 18 años en la primera categoría del baloncesto español, la ACB, en el Lucentum de Alicante, al que fue cedido por el TAU. Ha completado ya cinco temporadas como base en Toronto, desde el 2005, y le quedan otras tres. Lleva en total 16 años viviendo fuera de la región. Sin embargo, no ha dejado que el tiempo ni los éxitos (medalla de plata en las Olimpiadas de Pekín 2008, oro en el Mundial de Alemania en 2006 o récord de tiros libres en una temporada en la NBA, entre otros) le apartasen de sus raíces. Lo dice en el anuncio, pero el mensaje es más que un guión publicitario. Añora “estar en casa”, “la tranquilidad de Extremadura”, de Villanueva, “donde tengo a mi familia y a todos mis amigos”.
Sus vínculos con la región también son deportivos. Hace cuatro años creó el Campus Calderón en Cáceres para promover el baloncesto entre niños de 8 a 18 años y al que este año están invitados Anthony Parker, de Cleveland Cavaliers, Carlos Delfino y Dave Hopla. Hace unos meses ha constituido también su propia fundación para apoyar proyectos a favor de la infancia y la juventud. El rodaje del spot se realiza en domingo, en un plató de la localidad madrileña de Algete. Allí Calderón atiende con paciencia las continuas indicaciones del realizador Lino Escalera para corregir alguna posición de los brazos o la cara. Una toma, luego otra y otra, hora tras hora, y son muchas para los treinta segundos en que quedará resumido todo el trabajo. Para una de esas tomas debe colocarse un arnés de cintura bajo el pantalón, lo que permitirá izar sus casi dos metros de altura y hacerlo volar a un par de metros del suelo. “No ha sido mi mejor experiencia”, confesará después con humor. El texto que graba para el anuncio se refiere también a que lo importante de exportar talento, lo que hace Extremadura en su caso y otros similares, es hacer lo que a uno le gusta y ser siempre uno mismo. Esta reflexión habla de sí mismo, de la estrella del baloncesto que no ha perdido la naturalidad ni la sencillez del chico de Villanueva que le gusta jugar al baloncesto. Cree que la identidad extremeña reside precisamente en “lo natural”. “Extremadura es lo que ves, no hay nada detrás, y te da tranquilidad y confianza
“José Manuel Calderón es una estrella del baloncesto que no ha perdido la naturalidad ni la sencillez del chico de Villanueva al que le gustaba jugar al baloncesto”
el estar allí”. En su opinión, “las cosas se están haciendo bien, que poco a poco se está mejorando y que es una de las regiones que pueden estar muy orgullosas”. Son las cuatro de la tarde, come con rapidez un bocadillo que le preparan en el servicio de catering y sigue con ánimo las pautas que le marca la productora. Aún le queda una última sesión de fotografía para completar el material de la campaña. No lo dice, ni lo hace notar, pero desea terminar. “En cuanto acabe, me vuelvo a Villanueva”, dice. Ha pasado allí ya diez días desde que concluyera la temporada en Toronto pero todavía va y viene a Madrid por múltiples compromisos, con la prensa unos (entrevistas virtuales en El Mundo, Marca o El Faro de Vigo) y con marcas publicitarias otros. “Es lo que más me apetece, volver a casa y desconectar”. Podrá disfrutar de ello sólo hasta agosto, cuando viajará a Turquía para disputar un nuevo Mundial con la selección española
82. IDENTIDAD
TEXTO: J.R. Alonso de la Torre
El camarero de la vinoteca Oquendo de Cáceres es vasco y es bonachón. Cuando le preguntan que si, además, es de Bilbao, él responde: “No, Bilbao es mío”. Un extremeño nunca reaccionaría así si le preguntaran por sus orígenes. Un extremeño respondería sólo que sí y lo haría con cierta timidez, como esperando un inmediato reproche por ser de donde es.
“Somos tan tranquilos, tan seguros, tan sensatos, que callamos nuestro talento, lo disfrutamos en silencio”
¿Será complejo, será falta de señas de identidad, será carencia de orgullo? Bastan un par de conversaciones, algunas lecturas, cierta reflexión para deducir que no, que es bastante más complicado, que no practicamos la jactancia identitaria, pero sí poseemos un orgullo colectivo de pertenencia. Durante años, hemos utilizado la inmensidad como marca y argumento: ya que no podíamos presumir de ricos, al menos presumíamos de tamaño. Así, fuimos llenando nuestro imaginario de comparaciones consoladoras: Extremadura es más grande que el Benelux y una vez y media más grande que Galicia; somos la región española con más kilómetros de costa; Badajoz es la provincia más grande de España, Cáceres, la segunda, y el término municipal cacereño es el más extenso del país…
Pero seguían faltándonos argumentos sólidos. O mejor, los teníamos, pero no los encontrábamos porque, en el fondo, la cuestión identitaria nos daba lo mismo. Y por ahí se va haciendo la luz: los extremeños tenemos orgullo de pertenencia, claro que sí, pero que nadie nos pida que presumamos de ello ni que utilicemos nuestras particularidades como armas arrojadizas. Ahí tenemos de nuevo el caso de nuestra inmensidad. En 1860, el viajero inglés Henry O’Shea visitó la región y escribió que los pueblos extremeños “eran como los días felices: pocos y alejados entre sí”. Por esas fechas, otros dos ingleses, Abel Chapman y Walter J. Buck, hicieron su pertinente viaje romántico por Extremadura y la compararon con el África de los Boers. La situación sigue siendo parecida: 40.000
kilómetros cuadrados, poco más de un millón de habitantes, es decir, la tasa demográfica más baja del país y la dispersión más exagerada. Eso es una seña de identidad, que hábilmente manejada como argumento político puede dar réditos. Pero no se ha utilizado exageradamente porque los extremeños no sabemos llorar para conseguir, no nos gusta. El refrán gallego “O que non chora, non mama” en Extremadura no encuentra adeptos. Estamos tan acostumbrados a la austeridad: tener lo justo para vivir nos reconforta, y si empezamos a ganar más dinero de la cuenta, sentimos una desazón muy cristiana: no puede ser que nos vaya bien sin sufrir, seguro que a la vuelta de la esquina acecha el castigo. Cuando a los profesores de la región se les propuso dar clase por las tardes ganando más dinero, lo rechazaron con el argumento de que dar clase por ganar más dinero era una vileza. Desde hace 500 años, tenemos claro que ganar dinero es cosa de judíos y luteranos, y si empezamos a enriquecernos, corremos a confesarnos porque algo malo habremos hecho, seguro.
Con esos principios marcados indeleblemente en nuestro imaginario colectivo, es natural que miremos con desconfianza cualquier atisbo de promoción identitaria. Tenemos las nieblas más románticas y turísticas de la Península Ibérica y la mayor riqueza ornitológica de Europa, pero a quien promociona estos valores lo contemplamos con asombro: las nieblas y los pájaros siempre estuvieron ahí y nunca los necesitamos para sentirnos más extremeños. Tenemos la segunda cabaña equina de España (40.000 cabezas), nuestros antepasados vetones formaron la caballería romana, los caballos protagonizan nuestras fiestas, y el corcel soberbio y orgulloso es nuestro verdadero animal totémico, el que mueve pasiones y emociones. Pero eso es sólo para nosotros. Fuera de Extremadura, nos identifican con el cerdo o la cabra y nos da lo mismo. Allá ellos. Lo que nos importa es lo nuestro, no lo que los demás piensen de nosotros. Es más, en el siglo XXI, ya ni siquiera recurrimos a la añagaza infantil de presumir de tamaño: ahora que todo el mundo se cree sus singularidades y las destaca, nosotros no necesitamos vanagloriarnos de nada.
El caso de la Virgen de Guadalupe es paradigmático. La patrona de los extremeños es un icono fundamental en la región. Es lógico: Extremadura venera a sus vírgenes con exaltación desmesurada. En la región hay 247 ermitas rurales en 184 pueblos y otros 243 templos puestos bajo la advocación de la Virgen María. Sin embargo, la Virgen primera, la de Guadalupe, la patrona, pertenece a la diócesis de Toledo. En cualquier región con identidad agresiva, esto sería impensable y hace años que se habría solucionado esta contradicción. Aquí es un problema menor. Sólo ahora se ha puesto el tema con fuerza sobre la mesa por el impulso personal de media docena de extremeños, pero no parece que haya indignación masiva ni agravio colectivo insoportable. Se piensa como con todo: la Virgen está ahí, es nuestra y aquí no entablamos guerras por señas de identidad, aunque sean sagradas.
Se va dibujando así una Extremadura tranquila y sensata que no presume de orgullo de pertenencia, aunque existe; que no muestra sus señas de identidad como arma porque le parece estúpido; que no participa en ninguna carrera identitaria porque lo entiende ridículo. No es falta de autoestima, es que nos sobra normalidad.
Belén Baños es antropóloga con mucha obra científica publicada y mucho mundo recorrido. Da clases en la Universidad de Extremadura. Cuando se le pregunta por Extremadura, reconoce que en la región existe una identidad específica condicionada por el medio, pero a continuación aporta la clave de la idiosincrasia regional: “Nuestra identidad es precisamente cuestionarnos nuestra identidad”. Es así: la guapa no presume de guapa porque ya sabe que lo es, el rico no presume de rico porque asumió hace tiempo su riqueza. Sólo quien no tiene identidad o la busca artificialmente se aferra a ella, la recrea, la fuerza, la escupe como dardo belicoso. Los pimientos de Espelette vascos y los pimientos de la Vera, la coca catalana y la perrunilla, la gaita gallega y el tamboril hurdano… En Extremadura no se concibe que se pueda construir una patria sobre un pimiento, sobre un tambor, sobre una perrunilla. En otros lugares, sí. Allá ellos, pensamos, pero que no agredan con estos símbolos-simpleza. Somos tan tranquilos, tan seguros, tan sensatos, que callamos nuestro talento, lo disfrutamos en silencio. Pero eso no es humildad paralizante, sino una suerte de orgullo que nadie debiera menospreciar. Exportamos nuestro talento en silencio. A corto plazo, eso no da réditos porque hoy, lo que no es megafónico y mediático, no existe, pero a la larga, el talento acaba imponiéndose sobre la alharaca y la publicidad.
Veamos casos singulares. La plataforma Rayuela ha revolucionado la educación en Extremadura y se ha convertido en una referencia en otras partes del mundo, España incluida. Eso es talento exportado, pero calladamente. Más casos de identidad brillante que traspasa fronteras: nuestras 85.000 hectáreas de agricultura ecológica, cuya producción copa los mercados europeos, el supercomputador Lusitania, convertido en el tercer sistema de memoria compartida de España, esa escuela mundial de cirujanos llamada Centro de Cirugía de Mínima Invasión, el Centro Agroalimentario de Extremadura con sus gazpachos pasteurizados, sus aceites de licopeno, su caviar de vino, el Cenatic, único proyecto español en materia de software de fuentes abiertas y referente del software libre en el mundo…
Si siguiéramos señalando talento, estaríamos siendo lo que no somos: presumidos, superficiales, frívolos… Nuestro orgullo de pertenencia a Extremadura se basa en el reconocimiento del éxito sin caer en la complacencia. Es sabiduría vieja, sentido común, atención a lo esencial y desprecio de lo fatuo, lo fútil y lo veleidoso. En la radio hay un programa deportivo donde se anuncia profusamente un jamón que no es extremeño, pero se elabora a partir de cerdos de nuestra región. ¿Qué es más importante, la publicidad sin una base rigurosa o tener la Denominación de Origen más exigente en cuestión de jamones ibéricos? La base del talento y del orgullo identitario es el rigor, el hacer las cosas bien, no las estadísticas, el alarde ni la jactancia. Puestos esos cimientos, ya se puede presumir si es imprescindible para vender. Pero para exportar talento, lo primero es tenerlo, lo de fanfarronear y vanagloriarse sin base no cuenta, es humo, polvo, sombra, nada… Las estadísticas ya no asustan, la inmensidad ya no consuela, la austeridad no es suficiente… Lo que importa hoy es el talento. A partir de él se puede empezar a crecer y a creer. Extremadura cambia, se enorgullece y lo tiene que contar. -¿Oiga, es usted de Extremadura? -No, Extremadura es mía
“Bastan un par de conversaciones, algunas lecturas, cierta reflexión para deducir que no practicamos la jactancia identitaria, pero sí poseemos un orgullo colectivo de pertenencia”
94. IDENTIDAD
SOMOS LO QUE SOMOS;
SOMOS EXTREMADURA TEXTO: Jesús Sánchez Adalid
El sentimiento de pertenencia a Extremadura debe ser el reconocimiento entrañable de lo propio, la vinculación con nuestra cultura, la protección del medio natural y el amor a lo mejor de nuestra historia. Lo regional supone hoy la identificación con el rico mundo interior extremeño y español; es nuestro anclaje frente a la uniformidad global, a la vez que punto de arranque de nuestra aportación al resto del mundo. Asumimos lo universal, aportando lo propio. Pero, además, y en lo meramente práctico, tal sentimiento es la mejor arma para tener una sociedad solidaria. No es casual que la población extremeña haya sido siempre ejemplo de acogida, pues no nos importa en absoluto compartir lo nuestro, así como tampoco recibir lo del otro. No sólo no nos molestan los de fuera, sino que les abrimos los brazos. Con todo, para edificar una auténtica realidad regional, el extremeño debe guardarse del carácter excluyente y localista de la falsa “identidad”. Y no debe conformarse con asumir solamente los elementos de su entorno y construir un imaginario colectivo inspirado en el espacio físico. Sino que, además, tiene que colaborar en la construcción de un proyecto de regionalismo vanguardista. Ese proyecto se basa en la necesidad de desentrañar los signos geográficos, humanos, económicos, espirituales y culturales extremeños; la conveniencia de enraizarlos en su espacio y la obligación histórica de englobar esta materia en términos modernos, universales y generosos. Lo cual exige despojarnos de ciertos prejuicios y de, al menos, dos errores capitales: creer que regionalismo se opone a universalismo, y confundir
lo regional con lo popular. De hecho, la peculiaridad geográfica de la región ya ha provisto a Extremadura de una marca genética proclive a la totalidad. Nadie puede negar que, históricamente, ha sido territorio de paso; lo cual nos ha enriquecido en vez de disolvernos. El Norte extremeño mantiene la impronta de la reciedumbre castellana. El Oeste no puede entenderse sin la vecindad de Portugal. La parte oriental, con toda la comarca de los Montes y Las Villuercas, mira a La Mancha. Y el Sur, recibe marcadas influencias andaluzas. El propio título de Extremadura parece aludir tanto a una topografía concreta como a una extremada realidad física y mental, pero nunca cerrada, sino abierta. Abierta incluso al mar, aun siendo un bien que le falta. Y no por ello la región se ha visto privada de navegantes y relaciones diversas allende los mares.
Bien es sabido que el ansia que mueve a Extremadura a abrir la valva de su aislamiento, para captar la influencia del mundo circundante, ha sido una constante en nuestro devenir cultural y ha promovido algunas de las etapas más personales y lúcidas de nuestra historia, hasta constituirse en una suerte de tradición de universalidad. Este ir en busca de lo nuevo, este lanzarse al mundo para abrevar la eterna sequedad del abandono secular, ha movido a extremeños ilustres. Ello no significa volver la espalda ni infravalorar lo vernáculo, o desoír el diálogo profundo del paisaje o sacudir el cuño que la historia nos ha dejado. Es desde esta misma tesitura espiritual, y conscientes de que la región necesita ese espejo cuya extrañeza nos devuelva la justa imagen de nosotros mismos, desde donde nuestro pueblo se proyecta con pleno sentido en la realidad española
Socios, patrocinadores, colaboradores y amigos... Extremadura la hacemos todos
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Esta publicación es una acción del programa Marca Extremadura.