Amor no que tendemos

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amor

no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

Ca fosgari Te amo como mi semejante mi igual mi parecida de esclava a esclava parejas en la subversión al orden domesticado Te amo esta y otras noches con las señas de identidad cambiadas como alegremente cambiamos nuestra ropa y tu vestido es el mío y mis sandalias son las tuyas Como mi seno es tu seno y tus antepasadas son las mías Hacemos el amor incestuosamente escandalizando a los peces y a los buenos ciudadanos de este y de todos los partidos. A la mañana, en el desayuno, cuando las cosas lentamente vayan despertando te llamaré por mi nombre y tú contestarás alegre, mi igual, mi hermana, mi semejante. CRISTINA PERI ROSSI


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no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

EL AMOR ESTÁ EN LO QUE TENEMOS El amor está en lo que tendemos (puentes, palabras ). El amor está en todo lo que izamos (risas, banderas). Y en lo que combatimos (noche, vacío) por verdadero amor. El amor está en cuanto levantamos (torres, promesas). En cuanto recogemos y sembramos (hijos, futuro). Y en las ruinas de lo que abatimos (desposesión, mentira) por verdadero amor. José Ángel Valente


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no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

CONXURO Que os meus versos Te apreixen verba a verba Cal brazos que te abracen Como tigres de ternura.

Claudio RodrĂ­guez Fer


Súplica Agora que o silêncio é um mar sem ondas, E que nele posso navegar sem rumo, Não respondas Às urgentes perguntas Que te fiz. Deixa-me ser feliz Assim, Já tão longe de ti como de mim. Perde-se a vida a desejá-la tanto. Só soubemos sofrer, enquanto O nosso amor Durou. Mas o tempo passou, Há calmaria… Não perturbes a paz que me foi dada. Ouvir de novo a tua voz seria Matar a sede com água salgada. Miguel Torga

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no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos


amor Entre os teus lábios é que a loucura acode, desce à garganta, invade a água. No teu peito é que o pólen do fogo se junta à nascente, alastra na sombra. Nos teus flancos é que a fonte começa a ser rio de abelhas, rumor de tigre. Da cintura aos joelhos é que a areia queima, o sol é secreto, cego o silêncio. Deita-te comigo. Ilumina meus vidros. Entre lábios e lábios toda a música é minha

Eugénio de Andrade

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no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

SUSPENSE non sigas lendo. isto é unha trampa. non vou dicirche que faría canto quixeras e estamos incriminados nela, ti e máis eu non vou dicirche que quizais non e debes seguirme punto por punto ata o final non vou dicirche que enterrei todas as palabras estás atrapado agora, e a vida váiselle a este poema poderás empezalo unha e mil veces e mil e unha veces acabará da mesma forma estamos só os dous e ti fasme sentir que todo isto é certo pero se non é certo, por qué segues aquí por qué segues a piques de caer nesta trampa indivisa na vida que se lle vai a este poema, secamente faría canto quixeras quizais non enterrei todas as palabras quédanme estas para che dicir que quero aprender o teu rostro de memoria

Estibaliz Espinosa


no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

Deixei que el me tocase porque me gustaba ser tocada. Como unha frauta para un indio.

amor

Como un instrumento dun pa铆s libre. Lupe G贸mez


no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

Ángel González

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ESO ERA AMOR Le comenté: -Me entusiasman tus ojos. Y ella dijo: -¿Te gustan solos o con rimel? -Grandes, respondí sin dudar. Y también sin dudar me los dejó en un plato y se fue a tientas.


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no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

Se falase de ti non pronunciaría as sílabas supremas pero bicas ben e gústame estar contigo. O meu verde co teu azul. Delirio de ramas. O meu verde co teu azul. Abstéñome de pronunciar esas sílabas sublimes pero gústame como abrazas e o teu pelo fai xogo co meu vestido. Os teus dedos patinan nas miñas medias. O meu verde co teu azul. Yolanda Castaño


La pasión Salimos del amor como de una catástrofe aérea Habíamos perdido la ropa los papeles a mí me faltaba un diente y a ti la noción del tiempo ¿Era un año largo como un siglo o un siglo corto como un día? Por los muebles por la casa despojos rotos: vasos fotos libros deshojados Éramos los sobrevivientes de un derrumbe de un volcán de las aguas arrebatadas y nos despedimos con la vaga sensación de haber sobrevivido aunque no sabíamos para qué. Cristina Peri Rossi

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Que la vida no vaya más allá de tus brazos. Que yo pueda caber con mi verso en tus brazos, que tus brazos me ciñan entera y temblorosa sin que afuera se queden ni mi sol ni mi sombra...

Dulce María Loynaz

no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

Que me sean tus brazos horizonte y camino, camino breve y único horizonte de carne: que la vida no vaya más allá...¡Que la muerte se parezca a esta muerte caliente de tus brazos!

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DESEO


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TRISTES GUERRAS Tristes guerras Si no es amor la empresa. Tristes, tristes. Tristes armas Si no son las palabras Tristes, tristes. Tristes hombres Si no mueren de amores Tristes, tristes. Miguel Hernรกndez


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no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

Vivamos, miña Lesbia, o amor e as lerias dos vellos severos non nos importen unha cadela. O sol de cada día pode morrer e rexurdir. Nós, non ben esmoreza a breve luz, Teremos que durmir unha soa noite perpetua. Dáme mil bicos, logo un cento, logo outros mil, logo –de segundas- cen máis, logo ata outros mil, logo un cento. Despois, cando teñamos moitos miles, ensarillarémolos para que non o saibamos ou para que ningún envexoso poida enmeigarnos se sabe que houbo tanto bico.

Catulo


amor "Eu belida non durmía, lelia doura, e meu amigo venía, edoi lelia doura. Non durmía e coidaba, lelia doura, e meu amigo chegaba, edoi lelia doura. E meu amigo venía, lelia doura, e d' amor tan ben dizia edoi lelia doura. E meu amigo chegaba, lelia doura, e d' amor tan ben cantaba, edoi lelia doura. Muito desejei amigo, lelia doura que vos tivesse comigo, edoi lelia doura. Muito desejei amado, lelia doura, que vos tivesse a meu lado, edoi lelia doura. Leli leli, par Deus, leli, lelia doura, ben sei eu quen] non diz leli, edoi lelia doura. Ben sei eu que[n] non diz leli, lelia doura, demo x' é quen non diz lelia, edoi lelia doura."

Pedro Eanes Solaz

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amor

no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

Ahora quiero amar algo lejano... a algún hombre divino que sea como un ave por lo dulce, que haya habido mujeres infinitas y sepa de otras tierras, y florezca su palabra en sus labios perfumada: suerte de selva virgen bajo el viento... Y quiero amarlo ahora. Está la tarde blanca y tranquila como musgo espeso. Tiembla mi boca y en mis dedos finos se deshacen mis trenzas lentamente. Siento un vago rumor... Toda la tierra está cantando dulcemente... Lejos los bosques se han cargado de corolas, desbordan los arroyos de sus cauces y las aguas se filtran en la tierra así como mis ojos en los ojos que estoy soñando embelesada... Pero ya está bajando el sol tras de los montes... Las aves se acurrucan en sus nidos ... la tarde ha de morir, y él está lejos ... Lejos como este sol que para nunca se marcha, y me abandona, con las manos hundidas en las trenzas, con la boca húmeda y temblorosa, con el alma sutilizada, ardida en la esperanza de este amor infinito que me vuelve dulce y hermosa... Alfonsina Storni


no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

Amor Mi manera de amarte es sencilla: te aprieto a mí como si hubiera un poco de justicia en mi corazón y yo te la pudiese dar con el cuerpo.

amor

Cuando revuelvo tus cabellos algo hermoso se forma entre mis manos. Y casi no sé más. Yo sólo aspiro a estar contigo en paz y a estar en paz con un deber desconocido que a veces pesa también en mi corazón. Antonio Gamoneda


amor

no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

En el hueco de tus manos pongo tu nombre y lo bebo a sorbos, tus minerales se licuan con mis soles y en la memoria la leyenda de tu cuerpo se vuelve mariposa, limpio las soledades a tus pasos, entonces te acuno entre mis ojos entonces te limpias el sudor y recoges mis ma単anas. Susana Reyes


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no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

AMOR ASÍ Cuando dos cuerpos se unen para amar, se quema más despacio la soledad de la tierra. De corazón a corazón, de hueso a hueso, saltan pájaros ardiendo como puñales piel del mundo o deseo donde la carne gime, un gran río desnudo de inesperados crisantemos. Cuando dos cuerpos se aprietan como bocas, se empujan como voraces cataratas al rumor de la vida perdiendo un posible contacto con la muerte que espera,

que sobre el olvidado planeta a lo lejos refulge como un fantasma solitario y oculto. Hombre o mujer, árboles vibrantes, hirvientes besos estrujados y un ángel. Amarse es poseer la tierra sin sombras para siempre. José Luis Hidalgo


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no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

RETORNOS DEL AMOR EN LAS ARENAS

Esta mañana, amor, tenemos veinte años. Van voluntariamente lentas, entrelazándose nuestras sombras descalzas camino de los huertos que enfrentan los azules de mar con sus verdores. Tú todavía eres casi la aparecida, la llegada una tarde sin luz entre dos luces, cuando el joven sin rumbo de la ciudad prolonga, pensativo, a sabiendas el regreso a su casa. Tú todavía eres aquella que a mi lado vas buscando el declive secreto de las dunas, la ladera recóndita de la arena, el oculto cañaveral que pone cortinas a los ojos marineros del viento. Allí estás, allí estoy contra ti, comprobando la alta temperatura de las odas felices, el corazón del mar ciegamente ascendido, muriéndose en pedazos de dulce sal y espumas. Todo nos mira alegre, después , por las orillas. Los castillos caídos sus almenas levantan, las algas nos ofrecen coronas y las velas, tendido el vuelo, quieren cantar sobre las torres. Esta mañana, amor, tenemos veinte años. Rafael Alberti


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no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

ELEGÍA VI Te amé a los quince años. Tú tenías mi edad. Te amé en la sierra verde bajo un sol de domingo, cuando al volver de misa paseaba tu familia por la larga avenida de viejos eucaliptos. Te amé bajo los pinos de agujas amarillas, sobre la tierra ocre perfumada de menta. Te amé sobre las rocas tapizadas de musgo, sobre los prados verdes y las crujientes eras. Te amé. Te amé. Es cuanto puedo decir ahora, mas no recuerdo cuándo empezamos a amarnos. Todo empezó lo mismo que un claro día de junio. Sobre la tierra en flor teníamos quince años. ¿Sería, sin embargo, otoño, primavera, o invierno? Ay, quien sabe cuál era la estación. ¿Te acuerdas tú? La vida era un rosal al viento… Ven y dime en qué tiempo empezó nuestro amor. ¿Qué importa que los años nos hayan separado, qué importa si el recuerdo es lo mismo que un valle por el cual caminamos cantando, sonriendo y cogiendo sus flores de perfume inefable? Oh amada cuyo nombre lejano melancólico mi corazón agita como el viento a los bosques, ven y dime aquel tiempo de pinos murmurantes, de arroyo, de montañas, de nubes y de amores. Ven y dime que tú también me amaste entonces en la sierra, en los pinos y en los negros ocasos. Oh, dime que me amaste cuando sobre la tierra ardiente y amarilla teníamos quince años. Ricardo Molina


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no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

Gaude Alégrate que vén a noite e o seu prodixio de enganosas sombras. A túnica nocturna acomoda os desexos no recanto máis teu e escintila a razón na bóveda de estrelas. O amor, o milagroso amor ascende á flor do sangue e os humanos levantan co seu cantar o universo. Gonzalo Navaza


amor

leoa enorme leoa estou distraído abrazándote

ben sei como é o ceo cativador pero agárrome máis forte ó teu pescozo quente non te ma vaias no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

Celso Fernández Sanmartín


amor Os bicos dela son bolboretas nas silveiras. Mais de cintura para abaixo canto misterio. Carlos Negro


amor

no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

Alba Mi corazón oprimido Siente junto a la alborada El dolor de sus amores Y el sueño de las distancias. La luz de la aurora lleva Semilleros de nostalgias Y la tristeza sin ojos De la médula del alma. La gran tumba de la noche Su negro velo levanta Para ocultar con el día La inmensa cumbre estrellada. ¡Qué haré yo sobre estos campos Cogiendo nidos y ramas Rodeado de la aurora Y llena de noche el alma! ¡Qué haré si tienes tus ojos Muertos a las luces claras Y no ha de sentir mi carne El calor de tus miradas! ¿Por qué te perdí por siempre En aquella tarde clara? Hoy mi pecho está reseco Como una estrella apagada. Federico García Lorca


amor Palmeira Que belida es, que agarimosa, meu amor apaixonado! O teu van seméllase á palmeira e os teus peitos aos acios. E dixen eu: Subirei á palmeira e collerei os dátiles! Serán para min os teus peitos [como acios de vide, e o teu alento como un aroma de mazás O teu bicar un viño xeneroso que corre dereitiño esvarando por labios e por dentes. A BIBLIA: O cantar dos cantares

no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos


amor

no que tendemos no que izamos no que combatemos no que erguemos no que recollemos e sementamos

Don na aberta campía Ven, meu amigo, e saiamos ao campo pasaremos a noite nos lugares, e nas viñas habemos espertar; veremos de xa xermola a vide se xa agroman as flores e están abrochando os granados; alí hei darche as miñas caricias As mandrágoras dan a súa fragancia; hai xunto ás nosas portas mil froitos [cobizosos, dos novos e dos secos Que eu reservei, amigo, para ti A BIBLIA: O cantar dos cantares


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