Homenaje al actor Álvaro de Luna tras su fallecimiento

Homenaje al actor Ă lvaro de Luna tras su fallecimiento

Entrevista realizada por One Stop al actor en el mes de septiembre One Stop 1

María Beatriz Muñoz Ruiz Escritora y Directora de la revista One Stop, responsable de Maquetación y Diseño. Titulada como Community manager y formada en el campo del Márketing digital y como Personal Brading.

Titulación de Técnico en consumo y Coaching personal y en equipo.

El último Bandolero Nunca se hizo tan dificil escribir sobre la vida de alguien, cuando ese alguien nos ha abandonado hace tan poquito.

Estoy hablando del gran actor Álvaro de Luna, ese bandolero al que siempre recordaremos, ese Algarrobo de la serie de Curro Jiménez que llegó a nuestras casas sobre 1976. Por desgracia no ha podido ver su entrevista publicada en nuestra revista y esta introducción a su vida se ha convertido en un homenaje a la persona de alguien que siempre quedará en la historia y en nuestra memoria. Álvaro de Luna nació en Madrid el 10 de abril de 1935. Estudió Medicina, pero muy joven empezó a trabajar en el cine, al principio como especialista o doble en escenas de riesgo. Desempeñó esta tarea en varios países, participando en filmes célebres como Espartaco, de Stanley Kubrick (donde hizo escenas de acción doblando a Kirk Douglas y Tony Curtis), y Barrabás, de Richard Fleischer (donde dobló a Anthony Quinn).

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Después de unos cinco años trabajando como doble, debutó como actor con papel propio en la película La máscara de Scaramouche, de Antonio Isasi-Isasmendi (1963). Ese mismo año aparece brevemente en El verdugo, de Luis García Berlanga y posteriormente en la popular comedia Las que tienen que servir (1967), dentro de un extenso reparto que incluye a Concha Velasco, Lina Morgan y Florinda Chico.

Más tarde trabaja en numerosos spaghetti western, como Joe el implacable y Salario para matar, dirigidos por Sergio Corbucci y protagonizados por Burt Reynolds y Franco Nero, respectivamente. Su intensa actividad cinematográfica se ralentiza a partir de la década de 1970.

Por el contrario, su presencia se hace constante en televisión. La gran popularidad le llega con el papel de El Algarrobo, de la serie Curro Jiménez (1976-1978), ambientada en la España ocupada por las tropas napoleónicas. Un año más tarde, protagoniza la adaptación del clásico de

unifrance films

Vicente Blasco Ibáñez La barraca. Seguirían a lo largo de los años más de una quincena de producciones para la pequeña pantalla, destacando por su aceptación entre el público la serie Farmacia de Guardia (1992-1995), en la que dio vida al personaje de Carlos Vergara. En el año 2008 fue nominado al premio Goya al mejor actor por su interpretación en la película El prado de las estrellas, del director Mario Camus.

Falleció el 2 de noviembre de 2018 a los 83 años, víctima de un cáncer de hígado, enfermedad que padecía desde hace unos años.

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En nombre de One Stop queremos dar nuestro más sentido pésame a sus familiares y amigos. Esperamos que la entrevista que le hizo nuestro colaborador y articulista Jose Luís Ortíz les guste.

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Jose Luís Ortíz Licenciado en magisterio y con un Máster en Hipnoterapia.

Escritor y novelista, actualmente trabaja para la administración en el gobierno de Aragón. Residente en Zaragoza.

ENTREVISTA A ÁLVARO DE LUNA

Álvaro de Luna es, sin duda alguna, uno de los actores de referencia del cine, el teatro y la televisión en España en las últimas décadas. Un actor entrañable, al igual que sus personajes. ¿Quién puede olvidar al “Algarrobo” de la serie Curro Jiménez?

No se pueden tampoco ignorar series de referencia como La barraca, Farmacia de Guardia y Gran Reserva, entre otras.

No es sólo un actor de televisión, sino de cine y teatro. En el cine, en estos momentos, está terminando su última película: Miau, de Ignacio Estaregui, con actores de Aragón, de Zaragoza como José Luis Gil (La que se avecina) y Luisa Gabasa (La novia, Ministerio del tiempo) y rodada en Zaragoza. Sus personajes son recordados. Un actor del que hemos disfrutado siempre que lo hemos visto actuar.

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Dicen que es un actor cercano y con el que es muy fácil trabajar, ¿qué dice a esa afirmación?

Es lo que han dicho, pero eso es cuestión de energía positiva. En todos los rodajes que he participado y en todos los trabajos que he realizado se percibía eso, y favorece, pero lo que más ayuda es cuando conoces a las personas con que trabajas, eso facilita mucho más la labor y hace que todo sea más fluido.

¿Qué me dice de la nueva película que está terminando: Miau, de Ignacio Estaregui y que se está rodando en Zaragoza?

Youtube

Es una película con un mensaje muy hermoso, es una película vitalista que transmite un mensaje, además de ser una comedia que nos va a hacer pasar un rato más que divertido y entretenido. Está basada en la novela de Juan Luis Saldaña: Hilo musical para una piscifactoría y trata de cuatro jubilados, más o

menos vitalistas, amigos todos ellos, y que cuando uno de ellos, Monreal, sale de la cárcel les propone realizar un robo.

Esta película me gusta especialmente porque demuestra no sólo que los mayores existimos, sino que somos vitalistas y tenemos ilusiones y capacidades para desenvolvernos, tantas como los jóvenes; eso sí, con alguna limitación.

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Ante estos tiempos que han sido duros, y su capacidad de optimismo, ¿qué nos puede decir?

Mi generación tuvo una lucha importante, la lucha por las libertades, por mejorar una sociedad mejorable, y pasamos toda una vida en ello. Ahora no es menos y tenemos que seguir mejorándola y no decaer en ese camino. No podemos dormirnos. En mi caso fue muy importante el Café Gijón, al guiaflama.com que iba muchas veces, pues vivía en la Calle Villanueva. Mis padres decían que perdía el tiempo, y recuerdo que Fernando Fernán Gómez siempre repetía que en el café nunca se perdía el tiempo. Ahí aprendí a escuchar, a respetar las diferentes opiniones. ¿Nostalgia?

No soy nostálgico, aunque recuerdo con cariño cuando vivía en Italia y trabajaba de especialista. Antes de ser actor y, gracias a un consejo de don José Bódalo, empecé a trabajar de actor y a interesarme por este mundo. Ahora, cuando después de todos los caminos recorridos piensan que tienes un bagaje en conocimientos y profesionalidad produce una gran satisfacción. La verdad es que yo no tuve vocación por la profesión, estudié Medicina, aunque la tenga muy perdida; pero he de reconocer con honestidad que es lo mejor que me ha pasado en mi vida y que me ha dado muchas satisfacOne Stop 7

ciones y que volvería a tomar esa decisión si me encontrara en esa tesitura. Recuerdo con cariño especialmente la primera película con la que debuté: La máscara de Scaramouche, de 1963, de Antonio Isasi. De eso hace ya unos años, entonces tenía 28 años.

Ante los proyectos nuevos, los estrenos, ¿siente nervios, como dicen muchos de sus compañeros?

Cuando era joven, la verdad, que si no nervios, sí me producían cierta preocupación, pues dependía de ello y me podría haber llegado a perjudicar. Desde hace mucho tiempo siento responsabilidad, responsabilidad por hacer bien mi trabajo y eso es lo que me produce cierta inquietud.

Un mensaje para los que lean esta entrevista…

Sería un sencillo mensaje: que la sociedad nos marca unas pautas excesivamente centradas en nuestro trabajo, en nuestro consumo, en nuestros problemas y desatendemos nuestro entorno, nuestra vida, nuestra forma de estar. El concepto de solidaridad, que es más importante que los primeros. Quizás eso lo enseña la madurez o la vejez. Un saludo para todos, especialmente para los lectores de One Stop.

Gracias por conceder a One Stop esta entrevista.

7 de septiembre de 2017.

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