Universidad Abierta PSICOLOGÍA POSITIVA UNIDAD IV
“INGREDIENTES ESENCIALES DE LAS ORGANIZACIONES POSITIVAS” En la actualidad, las organizaciones esperan que sus empleados sean proactivos, muestren iniciativa personal, que colaboren con los demás, que tomen responsabilidades en el propio desarrollo de carrera. Algunos de estos objetivos se establecen en las evaluaciones de desempeño de las empresas año tras año. Pero éstos objetivos empresariales sólo podrán ser satisfechos en la medida que las organizaciones se focalicen en generar un ambiente organizacional positivo.
Para comenzar a crear organizaciones positivas debemos considerar los siguientes ingredientes: el bienestar psicológico considerando al bienestar físico, emocional, social, esforzándose constantemente en crear programas y políticas en función del bienestar de los empleados, lo que permitirá mejorar la calidad de vida laboral y organizacional. Sin olvidarnos de permitirles a los empleados la autonomía en su puesto de trabajo, de brindarles oportunidad para el desarrollo de habilidades, de establecer una clara definición en el rol que desempeña y en las tareas asignadas y de brindarles feed-back sobre su desempeño. Deberíamos también tener presente el otorgamiento de un salario justo, seguridad física y la valoración social de su trabajo. Desde esta perspectiva, es importante señalar que es necesario que a las organizaciones positivas, las integren y las acompañen personas positivas. Por lo tanto, vale la pena elaborar un perfil de personas cuyas características sean positivas y que permitan el funcionamiento óptimo de las organizaciones. Las organizaciones deben focalizarse en las personas y grupos de trabajo positivos, estas personas y grupos permitirán un funcionamiento
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individual y colectivo óptimo en las empresas, y podrán cumplir con los objetivos empresariales definidos. Para lograrlo, debemos comenzar por analizar las emociones de los integrantes de la organización, que son transmitidas a través de las conductas que nos permitirán advertir estados positivos, logrando la afectividad positiva, que se manifiesta a través del buen humor, en la confianza, en grandes dosis de entusiasmo y alegría. Si abordamos un análisis de las personas positivas dentro del ámbito laboral, es conveniente detenernos a analizar aquellas conductas que se mantienen en forma permanente. En general, estas manifestaciones permanecen en todas las áreas de la vida (trabajo, familia, ocio, deportes, etc.). Las personas optimistas muestran ante situaciones retadoras y desafiantes, una postura de seguridad, confianza y persistencia. Estos impulsos puestos de manifiesto en el ámbito laboral llevan al
engagement. El engagement es un estado afectivo positivo, y relativamente persistente, que se caracteriza por la predisposición, voluntad y altos niveles de energía y activación mental en el trabajo. Este concepto se encuentra directamente relacionado por los impulsos motivacionales, lo que les permiten mostrarse enérgicamente y eficazmente unidos a sus actividades laborales, y sintiéndose capaces de responder con absoluta eficacia a las demandas laborales. Los empleados que confían en la gente que trabajan, que disfrutan lo que hacen, que se sienten reconocidos por la organización logran un mejor desempeño organizacional y generan ambientes de trabajo positivos y sanos. Las organizaciones sanas son capaces de poder reconocer y satisfacer las diferentes necesidades de los
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empleados, desde las necesidades de estima, de afecto, de pertenencia, permitiendo sacar lo mejor de cada una de las personas que integran la organización. Los líderes que deben acompañar al desarrollo de esta cultura positiva deben incorporar dentro de su quehacer cotidiano algunas de estas recomendaciones y permitirse ser acompañados por personas positivas, quiénes son consideradas imprescindibles en las organizaciones más efectivas e inteligentes.
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