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Contención emocional de los hijos ante la vuelta a clases
PSICOLOGÍA Contención emocional de los hijos ante la vuelta a clases
La vuelta a clases siempre genera cierta ansiedad en los niños. Este año, un gran número de pequeños se tendrán que readaptar a las clases presenciales, lo que les lleva a padecer mucha más ansiedad aún, que es la reacción del cuerpo ante el estrés. ¿Qué pueden hacer los padres para contener toda esa avalancha emocional y los efectos que esto provoca en sus niños?
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Yerutí Montaner Klein, magíster en psicología clínica. Miembro del plantel de profesionales del Centro Médico La Costa.
La ansiedad en los niños/as es una reacción adaptativa, normal y saludable ante situaciones que se viven como un peligro o una amenaza. Es la reacción de nuestro cuerpo al estrés.
Suele aparecer como respuesta normal a un peligro o amenaza, donde se procede a la liberación de la adrenalina, provocando una reacción de respuesta de “lucha o huida”, para responder a la situación que genera estrés. Si esta experiencia es muy frecuente e intensa puede generar una patología.
La ansiedad se puede manifestar en forma de miedo o preocupación, también puede hacer que los niños estén irritables y enojados.
Los síntomas de la ansiedad pueden incluir problemas para dormir, además de síntomas físicos como fatiga, mareos, dolores de cabeza o dolores de estómago.
La principal y primaria emoción que se expimenta es el miedo, que trae consigo muchas respuestas fisiológicas y emocionales.
Es completamente normal tener sentimientos de ansiedad en
determinadas situaciones y en ciertas edades. Con el tiempo, la mayoría de niños/as aprenden que los monstruos no existen, que los exámenes se pasan estudiando y cómo deben responder ante una burla.
Cuando los síntomas cognitivos, físicos y conduc- tuales de la ansiedad son persistentes y severos, provoca angustia en la vida del niño/a, hasta el punto de que afecta negativamente a su capacidad para trabajar o estudiar, socializarse y/o administrar las tareas diarias. Pueden llegar a desencadenar un trastorno, llegando a provocar ansiedad con intensidad fuera de rango.
Por eso, es fundamental que los padres estén atentos a los cambios del estado de humor de sus hijo/a, porque es clave el abordaje de la situación en estadio temprano, para evitar las complicaciones.
HÍBRIDA O BURBUJA
Desde el año pasado se puso en marcha la metodología de enseñanza en forma híbrida o sistema burbuja. ¿Afecta o no a los niños/as esta metodología de enseñanza escolar? Los niños/as son muy resilientes, y aunque es duro y difícil para ellos adaptarse a nuevos modelos de enseñanza, lo lograron. Si bien hay ciertas deficiencias en el sistema académico, se debe tener consideración, ya que todo fue en el contexto de pandemia y sin tener experiencias.
Las clases híbridas o en modo burbuja son las más recomendadas, particularmente hasta que se logre la inmunidad, y esta pandemia pase.
Esta metología ayuda mucho a que los niños/as regresen a sus actividades normales de manera gradual. Esto es lo más recomendado, porque los procesos deben ser graduales, para un menor impacto.
Lo ideal es que un grupo vaya presencial una semana y luego, la semana siguiente, el otro grupo. Es importante alternar las clases virtuales y presenciales, a las que se conoce como clases híbridas, hasta que se pueda volver a las clases presenciales al 100%, ya que nada remplaza -y está demostrado- la socialización presencial, pues es fundamental para el sano crecimiento emocional.
Los niños/as son nuestros mayores maestros. Ellos tienen un plus de recursos ante situaciones estresantes. Si bien les afecta todo lo acontecido, tienen la capacidad de adaptarse mucho más rápido que los adultos. Usemos esas capacidades y reforcemos sus virtudes, para así poder enfrentar esta posible recta final de pandemia.
RECOMENDACIONES PRÁCTICAS
Una misión importante de los padres es contener a sus hijos ante situaciones de ansiedad y estrés. E aquí algunas recomendaciones prácticas para el efecto.
• Hable con sus niños/as sobre la ansiedad, lo que está sucediendo en su cuerpo y por qué le sucede.
Muchos de ellos no saben lo que sienten cuando están ansiosos, les cuesta describir y puede ser muy aterrador. Incluso podrían pensar que están muy enfermos o que están teniendo un ataque al corazón. • Haga uso de metáforas. Describa la ansiedad con un ejemplo que crea conveniente y adecuando a la edad y la capacidad de su niño/a. • Ayúdelo a hacer respiraciones conscientes, profundas y lentas, a
través de la nariz. Inhalar contando hasta tres, contener o “guardar” el aire contando hasta tres y exhalar contando hasta cinco. • También existen técnicas distractoras, para que se centren en otras cosas. Por ejemplo, que cite el lugar en que se encuentren todos los objetos de color rojo. • Si lo quiere y lo permite, dele un abrazo o la mano. El contacto puede ser calmante. • Puede ayudar a su hijo/a a buscar un “lugar seguro” en su mente. Un
“sitio” donde se sienta relajado y feliz. • Si su hijo/a siente la necesidad de comprobar las cosas, o repetir ciertas acciones, sugiérale que cuente hasta diez antes de empezar a comprobar. Es una táctica de retraso. • Anímelos a escribir aquello que los hace sentir “ansiosos”. • Construya una “caja de preocupaciones”. Puede escribir cada preocupación y dejarlo dentro de la caja. Los niños pequeños disfrutarán decorando la caja. Pueden dejar las preocupaciones ahí, durante una semana, para ver si “merecía la pena o no preocuparse”. Si al término de ese plazo concluyen que no merecía preocuparse, se puede romper. • Ayúdelos a mantener un estilo de vida saludable, con ejercicio regular para reducir los niveles de hormonas de estrés. Para ello se deben practicar buenos hábitos de sueño, limitar las “pantallas” o tiempos frente al ordenador además de mantener una dieta saludable.