Museo sivori

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EL MUSEO Desde el año 1938, el Museo Sívori de la ciudad de Buenos Aires forma parte de los museos de arte argentino más importantes del país, junto con el Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo de Arte Moderno. Su colección reúne más de 4.000 piezas desde el siglo XIX hasta el presente. Un espacio de distinción que expondrá este año su edición número 61 del Salón Manuel Belgrano en conjunto con el Ministerio de Cultura, en la cual destaca, renueva y amplía los montos de premiación para su próxima edición.

En esta nueva etapa, el Museo pone en valor su patrimonio artístico y arquitectónico a través del programa de revalorización llevado a cabo por la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. La propuesta incluye como ejes fundamentales la renovación del guión museológico y museográfico, la instalación de un nuevo sistema de iluminación y reubicación del siste-ma de climatización; la hermetización y ampliación de las salas y áreas sanitarias, nuevos sistemas de accesibilidad y tareas de impermeabilización edilicias. Hoy, el Museo Sívori se configura como espacio plural y democrático, un ámbito que propicia un pensamiento crítico, reflexivo y formativo en el que los visitantes viven una experiencia activa.

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MUSEO SÍVORI ORÍGENES MODERNOS / DESAFÍOS DEL PRESENTE A la significativa epopeya de artistas y precursores que poblaron nuestro país y delinearon los primeros años del campo artístico argentino, le sigue un núcleo de organizadores que otorgaron un impulso de relevancia a las bellas artes en la esfera nacional y en el circuito porteño. Desde Eduardo Sívori y Ernesto de la Cárcova hasta las vanguardias, el ámbito de la ciudad se enriquece gracias a la labor fundante de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes (1876), Amigos del Arte (1924), la aparición de la Academia de Bellas Artes (1936), los grupos de artistas independientes, las revistas literarias y los salones. La crea-ción del actual Museo Sívori en 1938 –y del Salón de Otoño, que se presenta por primera vez en 1945– forma parte de esta larga historia que lo posiciona entre los más importantes y prestigiosos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

EDUARDO SÍVORI, PAMPA, 1902

Evocar este legado institucional para contar su origen e historia es importante a la hora de puntua-lizar las diferencias con el presente. Si bien el Museo Sívori se inscribe en la historia de la fundación de los museos modernos de la Argentina y actuó desde una gestión comprometida y con voluntad institucional, su accionar fue itinerante y sin un espacio definido; con contratiempos edilicios e in-terregnos, que finalmente encontró su sede física entrados los años 90. Un proyecto arquitectónico informado por un paradigma moderno tardío, que mostró dificultades funcionales al momento de adaptarse a un planteo museográfico. Como contrapunto, estas cuestiones nos llevan a considerar con detenimiento las mejoras edilicias pro-puestas por la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico en su programa de renovación de Museos de la Ciudad, que desarrolla actualmente. Esta modernización museográfica, que involucra el reacondicionamiento, la accesibilidad a las salas y la ampliación de espacios de exhibición es acompa-ñada por una forma cuidadosa y apropiada de desplegar las colecciones en el espacio renovado a partir de un novedoso guión museográfico y proyecto curatorial. Logros que se suman a las condiciones de hermetización de los espacios de las áreas de exposición patrimonial así como a la optimización de las áreas de trabajo del personal. Cabe destacar esta nueva performatividad museográfica, que apuesta a dar continuidad al Museo Sívori, repensándolo y posicionándolo en el circuito porteño, y cuyo objetivo central es mejorar su desempeño, ya que el museo es en relación con las comunidades que le dan vida y al ritmo de las gestiones que lo impulsan. Si en otros momentos el avance de los primeros modernos agitó a toda una generación de in-telectuales y artistas para emprender las bases fundacionales de la institución y el campo artístico, hoy nos resulta inspirador aquel pensamiento en acción para interpelar las imágenes de nuestro pasado al tiempo que establecer nuevos relatos con las comunidades y artistas de nuestra ciudad. En este progra-ma nos interesa promover desde el museo diversas culturas curatoriales que involucren una criticalidad. No se trata sólo de hacer una exposición, se trata de pensar sus modos y despliegues materiales, cómo se muestran y se mostraron las obras anteriormente, cómo se ven los objetos y materialidades que los fabrican, cuáles son las historias de las mismas o cuáles son sus diversos soportes. Culturas curato-riales que revelen la potencia del museo al visibilizar su colección, cuidarla, y en ello, estrechar vínculos con sus públicos.

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LEÓN FERRARI, NOSOTROS NO SABÍAMOS, 1976/1987

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ALFREDO GUTTERO. AUTORRETRATO, 1929

LUCIO FONTANA. HOMBRE DEL DELTA, 1943


JUAN ANTONIO BALLESTER PEÑA. SEÑORITA EN OCRES, S/F

CARLOS GORRIARENA. CUADRO HISTÓRICO, 1982

RAÚL LOZZA. PINTURA N* 72, 1945

EMILIO PETTORUTI. SEÑORITA CON ABANICO VERDE, 1925


EL BELGRANO UNA APUESTA RENOVADA El Belgrano es el salón que organiza el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori junto con el Ministerio de Cultura de la Ciudad desde 1945. Este certamen premia a artistas argentinos y residentes en diver-sas disciplinas artísticas fomentando la trayectoria, la continuidad y la práctica en el arte. Para el museo, El Belgrano opera como un instrumento identitario e institucional con una doble naturaleza: por un lado, garantiza el desarrollo y la diversidad de la escena cultural en el ámbito de la ciudad incrementando el acervo patrimonial al adquirir los primeros premios en cada categoría, y por el otro, otorga pensiones que le dan un reconocimiento a la producción de los artistas que dedicaron su vida a la profesión. Desde la nueva gestión se propone un incremento de los montos establecidos en cada categoría así como la ampliación, en una segunda instancia, que incluya otras disciplinas como la fotografía, la incorporación de la bienal de tapiz al salón, las artes del fuego, las artes digitales, los medios expe-rimentales, instalaciones y objetos.

FELIPE PINO. ADORNOS, 1985

ARTURO ÁLVAREZ LOMBA. ESCUTELARIA, 2009

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AÍDA CARBALLO. AUTORRETRATO CON NARICES, 1964

LUIS FELIPE NOÉ. ASÍ NOS VA, 1997


COLECCIÓN SÍVORI LA EXPOSICIÓN: TIERRA. CAOS Y GERMEN Tierra. Caos y germen. Colección Sívori es el título de la exposición con la que reabre sus puertas al público el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori presentando un corpus significativo de obras de su acervo patrimonial. La hipótesis de investigación realizada en torno a la exposición inaugural Tierra. Caos y germen. Colección Sívori, enlaza diversos núcleos narrativos que se vinculan a la representación de la tierra como lugar de pertenencia y disputa. A través de dos grandes nodos: caos (Sala A) y germen (Sala B) se despliegan alrededor de 150 piezas de la colección y del fondo documental de archivo y biblioteca del Museo Sívori que abarcan un horizonte temporal: desde los inicios del siglo XX hasta el presente. Acontecimientos históricos a nivel global como la resistencia durante la Guerra Civil Española (1936-1939) y los albores de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) definen el conjunto de obras de la pri-mera matriz conceptual: caos. La llamada “década infame” y la crisis reinante en aquellos años ponen en primer plano las voces de los trabajadores, los sistemas de arrendamiento rural junto a sus pro-tagonistas, los colonos inmigrantes y los pueblos originarios que han sido desterrados. En el campo cultural, seguido a la academia y la vanguardia de los años 20, la presencia de los Artistas del Pueblo –Guillermo Facio Hebequer, Agustín Riganelli, Aldofo Bellocq, José Arato y Antonio Vigo– y, por otra parte, figuras como Antonio Berni, enriquecen el lenguaje y la cultura visual del período abarcando una extensa producción gráfica que va desde las artes aplicadas hasta las artes plásticas. A través de estos artistas, la pintura, la escultura, y fundamentalmente el dibujo y el grabado, muestran un despliegue único hasta el momento, presentando imágenes que oscilan entre los expresionismos y el nuevo realismo. La segunda matriz conceptual, germen, expone un origen, el nacimiento de aquello que está en proceso de transformación. Una imagen eco, Santiago del Estero de Enrique Policastro, resuena y expande los diver-sos nodos que integran esta matriz conceptual de pertenencia. Por un lado, las representaciones de mu-jeres son abordadas desde lo figural hasta ensayar una disolución metamórfica con lo biológico en la obra de Elda Cerrato El cuerpo humano o coloquio sobre el temblor y los dibujos pertenecientes a la Coleccion Riganelli, expuestas por primera vez y ampliamente representadas en la exposición. La materialidad clási-ca del conjunto de cabezas de niños de los artistas Agustín Riganelli, Alberto Lagos, Carolina Álvarez Prado y Pedro Tenti se vuelve un contrapunto de los elementos matéricos informales de las piezas de Círculo en gris de Clorindo Testa y Entraña Terrenal de Noemí Di Benedetto. En este sentido, las transformaciones de la ciudad entre los años 30 y 60 se amplían, emergen los suburbios y el barrio se articula como el germen de la vida social, visible en la película Buenos Aires (1958) de David Kohon. Finalmente, dentro de esta ma-triz, ancladas en un horizonte temporal extendido hasta el presente, las imágenes del paisaje se exhiben tanto como un motivo que articula un modo contemplativo y empático, hasta otro tipo de representacio-nes que lo muestran en una constante cromática dinámica y mutante como en la obra de Raquel Forner Potestad o la pintura Vértigo de Marcia Schvartz.

Esta relación vinculante entre las dos matrices, caos y germen, como bien ha planteado acerca de la pintu-ra el filósofo Giles Deleuze, es diagramática, manual y comporta una manera de observar el mundo donde ambas instancias son indisociables la una de la otra. Donde la catástrofe sin un origen o un origen sin un desequilibrio son inimaginables. RAQUEL FORNER. POTESTAD, 1950

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ANTONIO BERNI. CHACAREROS, CA.1935

GUILLERMO FACIO HEBEQUER. APUNTES DEL REFUGIO. SERIE LA MALA VIDA, S/F.

ABRAHAM REGINO VIGO. YO NO SOY YO, 1929


MARCIA SCHVARTZ. VÉRTIGO, 1991

CRISTINA FERRER. POLILLA CON LARVAS, 2013

ROGELIO YRURTIA. FIGURA DE CANTO AL TRABAJO, CA. 1914



Autoridades del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires:

Horacio Rodríguez Larreta. Jefe de Gobierno Diego Santilli. Vicejefe de Gobierno Felipe Miguel. Jefe de Gabinete Ángel Mahler. Ministro de Cultura Viviana Cantoni. Subsecretaria de Gestión Cultural Guillermo Alonso. Director General Patrimonio, Museos y Casco Histórico Valeria Keller. Gerente Operativa de Museos Teresa Riccardi. Directora Museo Sívori Victoria Dotti. Gerente Operativa de Logística y Asistencia Escenotécnica Adrián Cordero. Gerente de Operaciones

Av. Infanta Isabel 555 Parque Tres de Febrero. Buenos Aires. Argentina

info_museosivori@buenosaires.gob.ar www.buenosaires.gob.ar/museosivori


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