LIDERAZGO LOS RETOS DE LOS CAMBIOS EN LAS ORGANIZACIONES
FEBRERO 2017 • ISSUE 01 • VOLUMEN 01
FEBRERO 2017
LIDERAZGO LOS RETOS DE LOS CAMBIOS EN LAS ORGANIZACIONES
Editora en Jefe
Cédula Sección
María Virginia Pérez 24.474.419 SAIA – A
VOLUMEN 01
LOS RETOS DE LOS CAMBIOS EN LAS ORGANIZACIONES
CONTENIDO 04 EDITORIAL Conceptualización y los objetivos de las organizaciones
05 ARTÍCULO DE OPINIÓN Importancia de la formación continua dentro de las organizaciones
07 ARTÍCULO DE OPINIÓN El liderazgo necesario para llevar adelante los cambios en las organizaciones
09 REPORTAJE La autogestión organizacional
11 CARICATURA Por Liniers
EDITORIAL Las organizaciones actúan en un medio que le impone cada vez mayores exigencias por lo que deben elevar sistemáticamente el nivel de satisfacción de estas crecientes necesidades de la sociedad. Para lograr esto su dirección debe desplegar una ardua labor en la búsqueda de alternativas que se caractericen por su nivel de creatividad y en la que se conjuguen todos los recursos destinados por la organización para obtener un resultado satisfactorio. En este proceso de búsqueda es imprescindible que el talento humano, las personas que integran la organización, estén conscientes de que para que la entidad mejore su rendimiento y como consecuencia pueda insertarse en un mundo caracterizado por una gran competitividad deben estar plenamente identificados con los objetivos trazados por la organización ya que precisamente las personas constituyen la fuerza motriz en la conducción y ejecución de todo el proceso transformador porque son ellas las que frente a un proceso de cambio deben ser capaces de guiar al sistema a ganar una posición ventajosa en el mercado. Es así como, la gestión de talento humano en una organización ha llegado a ser reconocida como una parte inherente de la administración. Chiavenato considera que el objetivo general de la gestión del talento humano es la correcta integración de la estrategia, la estructura, los sistemas de trabajo y las personas, con la finalidad de lograr de las personas el despliegue de todas sus habilidades y capacidades y lograr la eficiencia y la competitividad organizacional. En síntesis se debe lograr la máxima productividad en un buen clima de trabajo. De esta manera, el presente número de la revista «Liderazgo» tiene como fin, resaltar los aspectos más importantes pertenecientes a los retos de los cambios en las organizaciones, en donde, el cambio efectivo tiene que extenderse por toda la organización y apoyarse en una perspectiva de posibilidades que esté abierta a intentar cosas diversas en momentos diferentes.
María Virginia Pérez Editora en Jefe
IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN CONTINUA DENTRO DE LAS ORGANIZACIONES ARTÍCULO DE OPINIÓN La realidad de hoy día nos sitúa en el momento de la historia en que los cambios sociales, tecnológicos y económicos adoptan una forma exponencial, con el mayor ritmo de variaciones jamás registradas, por lo que la adaptación a estos nuevos escenarios cambiantes se antoja fundamental como principio de supervivencia. Referido al mundo laboral, eventos como la llegada de las nuevas tecnologías o la necesaria internacionalización de las empresas están introduciendo enormes cambios en los métodos de trabajo, en los puestos, y en las propias organizaciones. La adaptación a estos cambios solamente tiene un camino: La formación continua de los trabajadores. Esta formación continua, que enriquece las capacidades y aptitudes de los trabajadores, de forma que son capaces de generar un mayor desarrollo profesional, productividad, mejor gestión de tareas y, en definitiva, agregar un mayor valor añadido a las organizaciones, no hace otra cosa que mejorar la competitividad en un mundo cada vez más duro. Además, se mejora la satisfacción, motivación e integración del trabajador, el cual ve cómo su empresa realiza una inversión en él para mejorarle profesionalmente. Desde el punto de vista personal del trabajador, la importancia de no estancarse es vital para evitar quedarse atrás, y se hace indispensable renovar el saber, las capacidades y habilidades para aumentar el rendimiento y el valor añadido en la empresa. Para llevar a cabo esta evolución continua se hace fundamental la necesidad de seguir motivado y avanzar profesionalmente para alcanzar un nivel adecuado de satisfacción personal. Por supuesto, el hecho de recibir formación continua mejora las perspectivas profesionales y personales del trabajador, aumentando sus posibilidades de promoción interna o traslados dentro de la
empresa. Desde la perspectiva empresarial, es imprescindible, como se ha visto en la documentación de estudio, que la formación continua se encuentre integrada dentro de la propia estrategia de la empresa y de su plan de acción. Debe contar con el apoyo y compromiso de la dirección de la empresa y de los trabajadores, que son los destinatarios del mismo, y debe estar adaptada a la realidad y cultura de la empresa. Es muy importante que exista un proceso de evaluación continua de los trabajadores y procesos con el fin de detectar las posibles carencias, y establecer un un proceso de feedback que valore la formación aportada en términos de valor agregado. Las ventajas para la empresa de la forma-
ción continua se traducen en una mejor adaptación de las mismas a los continuos cambios del mercado y del entorno, y favorece la incorporación de nuevas tecnologías así como nuevos sistemas de gestión y organización. Esto conlleva una mejor productividad de la empresa, la cual dispone de trabajadores más cualificados y competitivos, que contribuirán a aumentar la competitividad y rentabilidad de la compañía. Además, se favorece la aparición de ventajas sostenibles en las empresas, y se ayuda a consolidar y transmitir la cultura, valores y misión de la empresa. También es importante mencionar el aumento intrínseco la calidad de los productos y/o servicios que se obtiene, y que permiten la investigación e innovación en nuevos productos. En la actualidad existen diversos métodos para seguir un buen proceso de reciclaje y desarrollo de los conocimientos. Se pueden realizar, a nivel particular o empresarial, diversos cursos en centros privados, bonificados para trabajadores en activo, subvencionados por los distintos organismos e instituciones, a medida para las empresas, másteres profesionales, etc. En definitiva, se puede constatar que una buena formación continua de calidad es la mayor garantía para la conservación, mejora o adquisición de un buen puesto de trabajo, además de un factor clave para obtener motivación personal en el trabajo que, dada la cantidad de tiempo que se emplea a dicha tarea a lo largo de la vida, se convierte en un factor clave en la satisfacción vital de las personas. Ahora bien, no podemos dejar pasar por alto el enorme esfuerzo que supone, a nivel personal, compatibilizar el trabajo con la familia, y además con el hecho de seguir recibiendo formación. Muchas veces, aunque las políticas empresariales son muy proclives al incentivo de formación de sus
empleados, no pretenden hacerlo a costa de las horas laborales, sino de las extralaborales, es decir, a costa del tiempo personal del empleado. Compaginar estas actividades con una vida “normal”, se hace en ocasiones muy difícil. Es el caso de todos los miembros de este grupo del MBA de Infraestructuras y que firmamos este artículo, los cuales todos los días empleamos tiempo que, literalmente no tenemos, para seguir invirtiendo en nuestra formación con la esperanza de obtener mejoras de futuro. Desde luego, se necesita un carácter fuerte, ambicioso y muchas veces resiliente para estar dispuesto a pagar el alto precio que supone renunciar al tiempo para la vida personal con el objetivo de seguir mejorando profesionalmente. No obstante, estamos convencidos de que, al igual que todo esfuerzo tiene su recompensa, estamos haciendo lo correcto.
EL LIDERAZGO NECESARIO PARA LLEVAR ADELANTE LOS CAMBIOS EN LAS ORGANIZACIONES ARTÍCULO DE OPINIÓN
Un cambio organizacional es paulatino, es decir, es un proceso que puede durar semanas, meses y hasta años. Los cambios son de muy diversa naturaleza y complejidad: pueden ser por innovaciones en productos o servicios, en procesos de trabajo, en estructura de la empresa (creación o eliminación de áreas, fusiones y adquisiciones), aperturas de mercados, cambios de estrategia y de cultura. Los hay simples, dramáticos, operativos y estratégicos. En todos ellos, el éxito tiene como factor clave el compromiso de los individuos que forman parte de la organización. De esta manera, Un cambio organizacional consiste en llevar una organización de una situación actual a una situación futura, la cual solo existe en la visión de los directivos. Por lo tanto, el líder que se requiere para dirigirlo no es el
tradicional. En ese sentido, autores como Bass y Avolio proponen que el nuevo tipo de liderazgo adaptativo que se requiere es del tipo "transformacional", en contraposición con el estilo tradicional, el cual denominaron "transaccional". Este último, prevaleciente en la actualidad en nuestro país, era percibido como efectivo si lograba los resultados esperados a través de la administración de recompensas o castigos, y se denomina así por el intercambio existente entre el jefe y el subordinado. Por otra parte, un líder transaccional clarifica los objetivos, y una vez cumplidos estos debe aplicar los adecuados reforzamientos a través de premios, reconocimiento o, en caso de incumplimiento, las sanciones o castigos. Se espera también que ejerza un monitoreo para intervenir
oportunamente en caso de desviaciones o fallas, reaccionando con rapidez para aplicar las acciones correctivas. En el sentido contrario, con la introducción del concepto de liderazgo transformacional, empezó a prestarse atención a cómo ciertos líderes parecían estar más preparados para elevar el nivel de motivación y desempeño de sus colaboradores a niveles muy altos, incluso en contextos de escasez u hostilidad. Estos líderes carismáticostransformacionales son capaces de despertar sentimientos de compromiso, unión, potencia y alta performance en sus colaboradores, gracias a su estilo de comunicar su visión, de desenvolverse en sus interrelaciones con humildad, respeto y apertura. El liderazgo transformacional tiene cuatro
componentes: 1. Ejercen una influencia idealizada. Son admirados, respetados e inspiran confianza en sus seguidores quienes quieren emularlos. Contribuye a esa influencia el percibir que el líder antepone las necesidades de los demás a las suyas propias y que su conducta está regida por la ética, los principios y los valores. 2. Motivan en forma inspiradora. Elevan el espíritu de su gente logrando que saquen su lado positivo, humano, entusiasta y optimista. Crean un futuro deseable para todos y motivan a querer alcanzarlo porque hablan sobre ello con convicción y dan el ejemplo. 3. Estimulan el intelecto de su gente. Les enseñan a ser responsables de su propia labor, estimulando el esfuerzo, la innovación y la creatividad. Utilizan técnicas de cuestionamiento, replanteo de problemas, los ayudan a ver nuevas perspectivas, nunca los ridiculizan ni los critican en público. 4. Muestran consideración individual. Prestan atención a la necesidad individual de crecimiento de cada persona que trabaja con ellos, ofrecen consejo, coaching o mentoring, generan oportunidades de crecimiento. Una vez que un jefe se autoanaliza y reconoce el estilo que está utilizando para liderar, debe tomar la decisión y definir si desea evolucionar. En el día a día, debemos ser críticos de nuestra propia gestión y autoevaluarnos. Saber reconocer errores, y pensar
que al día siguiente hay un nuevo día, una nueva oportunidad de ser mejores. Como dice la canción "Cambia, todo cambia", y si todo cambia, ¡yo también debo cambiar!
LA AUTOGESTIÓN ORGANIZACIONAL REPORTAJE La autogestión es un sistema de organización social y económico principalmente caracterizado porque la actividad desarrollada es realizada por parte de las mismas personas encargadas de dicha labor. Las cuales cooperan para su consecución, cuentan con absolutas facultades en la toma de decisiones y el control de la empresa u organización. La autogestión significa de manera etimológica, la gestión por uno mismo. Es por ello que tiene aplicaciones en otros campos ajenos a la economía social, como la política, la cooperación y la sociología. Por su origen y explicación suele relacionarse con el pensamiento anarquista, socialista y marxista, como se ve en la definición de la dictadura del proletariado. La idea anarquista de autogestión cobró mayor significado a partir de 1950 como una práctica extendida en Yugoslavia. Se llevaba a cabo entonces esta práctica como sistema general de organización social y política a todos los niveles del Estado. La autogestión está relacionada estrechamente con ámbitos de pluralidad y descentralización. Por lo que muchas veces se critica esa propia descentralización al provocar duplicidades e ineficiencia en la gestión de los recursos. No obstante existen formas de organización en el día a día económico que asimilan parámetros o características propias de la autogestión y que se pueden enmarcar en el entorno capitalista y liberal, como se puede observar desde el empresario autónomo o sociedad unipersonal, las empresas familiares, o las grandes cooperativas sociales. La autogestión, referida al ámbito de la organización y la empresa, es el uso de una serie
de metodologías, y estrategias que implementan los individuos con el objetivo de tomar decisiones en sus actividades para cumplir los objetivos propuestos. La base de este término es la autonomía y la capacidad de decisión de las personas. Más concretamente, podemos decir que la autogestión es el sistema de organización de una empresa por el cual los trabajadores participan en todas las decisiones generales, siendo capaces de llevar a cabo tareas de administración, producción, autoevaluación y autoexigencia. Además de tener la propiedad y participar en los beneficios. Se trata de un concepto que se ha implementado de manera inicial en el área de la empresa y los negocios, pero se ha extendido a otros campos como el de la psicología, la educación, la informática, las asociaciones, muchos son los contextos donde se puede poner de manifiesto ya que resulta de gran ayuda para alcanzar el logro de metas. Esta modalidad organizativa significa que el papel de la coordinación y cooperación entre los agentes está priorizada sobre las jerarquías y las relaciones de poder. Es decir, en la autogestión son los mismos individuos los que ejercen como gestores y como operativos con independencia. ¿Cuáles son los beneficios de la autogestión? 1. Autonomía: Se refiere a la capacidad que tiene el trabajador para tomar sus decisiones y funcionar de manera individual. Esto ayuda a desarrollar la autonomía personal y a cumplir las tareas sin necesidad de órdenes superiores.
2. Rendimiento: la autogestión permite al trabajador realizar sus tareas de acuerdo a sus posibilidades, sin la necesidad de presión externa y límite de tiempo establecido. 3. Compromiso: el trabajador a través de la autogestión desarrolla un nivel mayor de compromiso. Ese sentimiento se origina por el hecho de que todos nos sentimos más responsables del éxito o el fracaso de una idea cuando hemos aportado nuestra parte o incluso la hemos desarrollado nosotros mismos. Más allá de su definición técnica, más allá de ser concebida como principio organizativo, la autogestión constituye una fuerza positiva, tal como la vislumbra Jean Bancal, correlativa a la fuerza negativa del rechazo a los sistemas de autoridad. La autogestión es voluntad de poder, al estilo de Nietzsche, pero en su dimensión más vitalista. Es un modo de hacer, en su sentido más amplio, a la manera en que Foucault nos invita a pensar las prácticas, pero en su significado más concreto se entiende como un arte, como el cultivo de la práctica que posibilita realizar nuestros deseos sin dependencias. Actualmente el concepto de autogestión es útil para darle consistencia al pensamiento, alimentando las sensibilidades de los modos de vida emergentes del siglo XXI. Sin embargo, las fuerzas de la autogestión se vienen encarnando desde hace tiempo, más allá de la consistencia de su concepción. De hecho, y durante mucho tiempo, en diversas partes alrededor del planeta se han vivido experiencias de autogestión, concibiéndola instintivamente, sin que nadie antes hubiera enseñado el concepto. Responder en qué consiste la autogestión es una cuestión pertinente en el nuevo milenio, cuando las iniciativas individuales y colectivas cada vez más se emprenden y se concretan autónomamente libre de autoridades, sin depender de las subvenciones de las administraciones públicas, porque prácticamente ya no existen, y también sin someterse a los dictámenes de las corporaciones, no sólo porque no están en capacidad de ofrecerle trabajo a todos, sino de hecho, porque ya no todos quieren hacer su vida regidos por la lógica empresarial.
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