HABLA
COMO PUEdAS Mario López Guerrero Una historia con humor de una persona que tuvo que aprender a hablar en público
PRÓLOGO DE JANE RODRÍGUEZ DEL TRONCO Y EPÍLOGO DE
EVA COLLADO DURÁN Ediciones MLG
HABLA
COMO
PUEdAS
Título original: Habla como puedas. Primera edición Diseño y redacción: Mario López Guerrero Ilustración: Mario López Guerrero © Mario López Guerrero, 2015 ISBN: 978-1-326-08990-0 “SÍ se permite la reproducción total o parcial de este libro. SÍ se permite su transmisión y difusión. SÍ se permite la crítica constructiva del mismo. SÍ se permite escribir libros a quienes les interese escribir libros y leer libros a quienes les interese leer libros. SÍ se permite citar al autor si se considera necesario. Y SÍ se permite ver el lado alegre de la vida.” Si quiere ponerse en contacto con el autor contacte con MLG. MLG es un sello editorial creativo de Mario López Guerrero. www.mariolopezguerrero.com contacto@mariolopezguerrero.com ¡Muchas gracias!
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“A mis sobrinos.”
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Episodio 4 UN MENSAJE, MUCHOS SON MULTITUD
[Vuelven a llamar a la puerta.] “¿A estas horas?”, me vuelvo a preguntar. ¿Otro vecino? ¿Quizás un león? Espero que sea un gato. TÍA ANA.- ¡Buenas noches, Gumer! ¡Sorpresa! GUMERSINDO.- Tía Ana, tío Roberto, ¿qué hacéis vosotros aquí? TÍO ROBERTO.- ¡Sorpresa! – volvió a repetir tío Roberto. ANA.- Como hace tiempo que no vemos a nuestro sobrino preferido, hemos decidido hacerle una visita. TÍO ROBERTO.- Y… ¡sorpresa! – añadió tío Roberto sacando una botella de vino que escondía en la espalda – ¡Un rico albariño bien fresquito! TÍA ANA.- ¡Anda! No estás solo. MARTA Y ALBERTO.- ¡Sorpresa! – dijeron Marta y Alberto levantándose de la mesa. 7
Hechas las oportunas presentaciones, se sumaron a la mesa. Donde comen tres, comen cinco. TÍA ANA.- Y bien, no queremos interrumpir vuestra conversación. ¿De qué estabais hablando? MARTA.- Gumer tiene que hablar en público dentro de una semana, así que estábamos pensando en cómo podría hacerlo. TÍO ROBERTO.- Pero eso Gumer lo tiene controlado. ¿Te acuerdas, Ana, de sus obras de teatro? MARTA Y ALBERTO.- ¿Obras de teatro? – se extrañaron Marta y Alberto. TÍO ROBERTO.- Sí, Gumer hacía teatro cuando era pequeño. MARTA.- ¡Vaya, eso no lo sabía! ¡Eres actor y no dices nada, Gumersindo! GUMERSINDO.- No soy actor. Era una actividad del colegio. ALBERTO.- Esto se pone interesante. GUMERSINDO.- Voy a sacar las almejas – dije yo y me fui a la cocina. TÍO ROBERTO.- Sí, Gumer hacía teatro… ¿Cómo era aquella obra, Ana?... La del Sultán. TÍA ANA.- “El bufón del Sultán”. TÍO ROBERTO.- “El bufón del Sultán”, eso es. Gumer era el protagonista de la obra. GUMERSINDO.- Bueno, en realidad, el protagonista era el bufón, no yo – incidí desde la cocina mientras 8
calentaba las almejas. TÍO ROBERTO.- ¡Venga ya! Si el bufón se pasaba la obra dormido. MARTA.- ¿De qué iba la obra? GUMERSINDO.- Bueno, el Sultán estaba triste y contrataba a un bufón que le hacía reír mucho. Pero el bufón se aburría en la Corte y un día se escapó. Vino al pueblo, me conoció a mí que era el sastre, le invité a cenar, comió pescado, se tragó una espina y se murió – dije desde la puerta de la cocina. TÍA ANA.- Atiende a las almejas, Gumer. TÍO ROBERTO.- ¿Y qué hacía Gumer, entonces? Gumer le pasaba el muerto a un mercader y este a un barrendero… – tío Roberto cambia el tono para crear suspense – …y por la mañana, la guardia del Sultán… encuentra el cuerpo muerto del bufón… MARTA Y ALBERTO.- ¡Oooooh! TÍO ROBERTO.- “¿Quién ha sido?” – el tío Roberto pone voz de Sultán – “¡Me cobraré la vida de quien haya matado a mi bufón!”… Y en ese momento… “¡El culpable soy yo!” dijo el barrendero… “¡A la guillotina!” dijo el Sultán… Y cuando la guillotina estaba a punto de bajar… “¡El culpable soy yo!” dijo el mercader… ¿Y qué dijo el Sultán? MARTA Y ALBERTO.- “¡A la guillotina!” – gritaron Marta y Alberto muy metidos en la historia. TÍO ROBERTO.- “¡A la guillotina!”… Y cuando la guillotina estaba a punto de bajar… ¡Es tu turno, Gumer! 9
GUMERSINDO.- “¡El culpable soy yo!” – dije entrando con la bandeja de almejas. TÍO ROBERTO.- Con más energía, Gumer. TÍA ANA.- Y con más cuidado. No se te vayan a caer las almejas. GUMERSINDO.- “¡El culpable soy yo!” – aumenté mi energía. MARTA Y ALBERTO.- “¡A la guillotina!”. TÍO ROBERTO.- Y cuando la guillotina estaba a punto de caer… Se hizo un silencio, mientras tía Ana aprovechó para servirse almejas en su plato. MARTA.- ¿Qué pasó? TÍO ROBERTO.- Tenéis que ver la obra. MARTA.- ¿Cómo? No, no lo puedes dejar así. Quiero saber cómo acaba. TÍA ANA.- Pues tendrás que ver la obra. Quizás Gumer la tenga guardada en vídeo. ALBERTO.- ¿No lo vais a decir? TÍO ROBERTO.- No, nunca se cuenta el final de una obra. MARTA.- ¡Vaya! Pues qué mal. Yo quería escuchar el final. No se cuenta una historia a medias – se quejó – De hecho, ahí tienes otro consejo, Gumer. Acabar las historias que empiezas y no dejar al público a medias. Y Marta cogió otro post-it y lo apuntó. 10
TÍO ROBERTO.- ¿Quieres oírlo, verdad? – sentenció en forma de pregunta, tío Roberto. MARTA.- ¡Claro! – afirmó. TÍO ROBERTO.- Gumer estaba bajo el filo de la guillotina. El Sultán da la orden. El soldado se acerca… y…
[Tía Ana se levanta de la mesa y se pone a toser fuertemente.] ALBERTO.- ¿Se encuentra bien, tía Ana?
[Tía Ana deja de toser. Se pone en pose de actriz y pone voz de bufón.] TÍA ANA.- “¡Una espina! ¡Me he tragado una espina! Casi me muero, ¡qué susto!” Esas fueron las palabras del bufón. TÍO ROBERTO.- “¡Ha sido una espina! ¡Paren la guillotina!”, dijo el Sultán. “Si el bufón no ha muerto, nadie tiene que morir”. Y así es como Gumer sigue con vida a día de hoy. MARTA.- ¡Así que pasando el muerto a otros, Gumer! GUMERSINDO.- Bueno, tenía 12 años. MARTA.- Y ahora tienes más y quieres pasar el muerto a otros. Te toca hablar en público a ti y tienes que aceptarlo. Además, ya has hecho teatro antes, así que será más fácil para ti. 11
GUMERSINDO.- Sí, pero ya hace muchos años de aquellas obras. TÍA ANA.- ¡Bien! ¿De qué tienes que hablar Gumer? Y por cierto, muy ricas las almejas. GUMERSINDO.- Sobre el mercado actual y los nuevos modelos de negocios. TÍO ROBERTO.- ¡Interesante! MARTA.- Si fuerais a una charla sobre el mercado actual y los nuevos modelos de negocios, ¿qué os gustaría escuchar? ¿Qué es lo que esperaríais escuchar en esa charla? TÍA ANA.- ¡Uy! A mí esos temas no me interesan, la verdad. MARTA.- Antes de que llegarais, estábamos concluyendo que cuando alguien está sentado escuchándote quiere algo a cambio. Él te da su tiempo y tú tienes que darle algo que le interese. Por eso lo pregunto. Puede que ninguno de nosotros cuatro vaya a la charla, pero si fuéramos, ¿para qué iríamos?
[Vuelven a llamar a la puerta.] “¿Pero qué horas son?”. Parece que nadie tiene nada que hacer esta noche. MIGUEL.- ¡Buenas noches! Soy Miguel, el hermano de su vecina de la derecha. GUMERSINDO.- ¡Hola, Miguel! – le contesté con educación. 12
MIGUEL.- El caso es que mi hermana me ha llamado para decirme que va a tardar un poco en llegar a casa y me ha dicho que le espere en la suya. GUMERSINDO.- ¡Eh! Bueno, esto no me ocurre normalmente… MARTA.- ¡Hola! – apareció Marta en la puerta. MIGUEL.- ¡Hola, soy Miguel, el hermano de…! MARTA.- Sí, ya le he oído, pase, no se quede en el pasillo… Y efectivamente, pasó. Todo el mundo se presentó, Miguel se sentó, Marta le puso un plato y tío Roberto le sirvió almejas. Donde comen cinco, comen seis. MARTA.- Estábamos hablando de negocios y de adaptarse a los nuevos tiempos. Seguro que usted nos puede echar una mano – dijo Marta a Miguel. MIGUEL.- Bueno, yo tengo una tienda de artículos de pesca dos calles más arriba y la verdad es que no soy el mejor para dar consejos. MARTA.- ¿Has oído, Gumer? Miguel tiene una tienda de pesca. GUMERSINDO.- Sí, lo he oído, estoy aquí. TÍO ROBERTO.- ¡Me encanta la pesca! GUMERSINDO.- La pesca no es lo mío. MARTA.- Pero las tiendas, sí. Si usted fuese a una charla sobre el mercado actual y los nuevos modelos de negocios, ¿qué le gustaría oír? MIGUEL.- Como salir de esta crisis, sin duda – no tardó 13
en responder Miguel – pero puedes tratarme de tú.
[Vuelven a llamar a la puerta.] “¡Los leones!” Esta vez tienen que ser los leones. Ya no hay comida para más gente, así que tenemos que servir nosotros de comida. Me levanto y abro la puerta. LOURDES, LA VECINA.- Hola, Gumer. Le he dicho a mi hermano que llame a tu puerta porque iba a tardar un poco en llegar, pero la verdad es que no he tardado mucho… MIGUEL.- ¡Hola, Lourdes! – saludó Miguel desde la mesa. MARTA.- ¡Pasa, pasa! – invitó Marta a Lourdes. Y efectivamente, también pasó. Mi piso empezaba a parecerse al cuarto de los hermanos Marx ¡Vaya multitud! TÍO ROBERTO.- Ya sé. Si Gumer va a hablar de negocios, tendría que hablar de Internet. ALBERTO.- Sí, Internet está revolucionando el mundo. No solo es tecnología, está cambiando nuestra forma de producir y nuestra forma de comunicarnos. Es un gran cambio. LOURDES, LA VECINA.- ¿De qué estáis hablando? – se interesó Lourdes. 14
MIGUEL.- De negocios y el mercado actual – respondió su hermano. MARTA.- Gumer tiene que dar una charla dentro de una semana. LOURDES, LA VECINA.- ¡Qué interesante! TÍO ROBERTO.- ¿Y cómo se vende en Internet? TÍA ANA.- Sí, yo quiero vender colecciones de cosas que tengo en casa y no les doy uso. ¿Cómo hago? TÍO ROBERTO.- ¿Y qué es eso del paypal? ¿Y el bitcoin? ALBERTO.- Y la seguridad, la seguridad es muy importante. MARTA.- Gumer, vete anotando que aquí surgen muchos temas. GUMERSINDO.- ¡Un momento! Yo quería hablar de los modelos long-tail y que no todo puede ser long-tail – viendo las caras de extrañeza provocadas por el término, decido explicarlo – Los negocios long tail son… A ver… Es un término acuñado por Chris Anderson, autor del bestseller “Gratis1”. Las transacciones de un producto al principio son frecuentes, pero con el tiempo se hacen menos frecuentes. Y ese descenso de la frecuencia hace que parezca que el producto no genera dinero, pero a la larga, el área de la cola que va quedando con las transacciones menos frecuentes puede ser incluso de mayor tamaño que el área de las primeras 1
Chris Anderson (2009): Gratis. El futuro de un precio radical. Ed. Tendencias.
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transacciones frecuentes. Se hizo un silencio tras mis palabras. LOURDES, LA VECINA.- ¡Qué interesante! TÍO ROBERTO.- Eso está muy bien para el que lo entienda, Gumer, pero yo quiero que hables de Internet y como adapto mi negocio a Internet. TÍA ANA.- Sí. Internet es lo importante. GUMERSINDO.- Pero es que long tail es un término muy relacionado con el comercio en Internet – me justifiqué. TÍO ROBERTO.- Sí, lo que quieras, pero cada vez que dices “long tail”, yo pienso: “¡A la guillotina!”. TÍA ANA.- Tú explica cómo vendo yo mis cosas por Internet que vamos a limpiar el trastero. MIGUEL.- Sí, eso estaría bien, vender por internet porque yo tengo una tienda online de artículos de pesca y no vendo casi nada – se quejó. ALBERTO.- A mí me gustaría que hablaras de ejemplos, de casos concretos, de modelos que funcionan hoy en día. Por ejemplo, BlaBlaCar es un negocio de transporte y no tiene coches, Facebook es un negocio de comunicación y no crea contenidos, Instagram se centra en las fotos, pero no vende cámaras… ¿Cómo es posible? TÍA ANA.- Sí, yo uso Facebook y comparto fotos con mis amigas… pero no sé de dónde gana dinero, porque yo no le pago nada. 16
GUMERSINDO.- ¿Y si hablo de los océanos azules? MARTA.- Céntrate, Gumer – me reprochó Marta – No puedes hablar de cualquier asunto, tienes que hablar de negocios y actualidad. GUMERSINDO.- Pues eso quiero. Los Océanos Azules… Lo que decía Chan Kim2 está muy de moda… En el mercado hay muchos Océanos Rojos y hay que crear Océanos Azules. LOURDES, LA VECINA.- ¡Qué interesante! TÍO ROBERTO.- Déjate de océanos, tienes que hablar de innovación, de cómo estar al día, de lo que funciona hoy. GUMERSINDO.- Pero es que de eso estoy hablando. Es la teoría de los océanos azules y rojos – me volví a justificar. TÍA ANA.- Pues qué mal te explicas, sobrino – me dijo con una sonrisa tía Ana. MARTA.- Lo que creo es que tú hablas un idioma y nosotros, otro, Gumer. ALBERTO.- Sí, creo que ese es el problema, Gumer. Verás, en la facultad también me pasa a mí a veces. Yo pienso que todo el mundo sabe quién es Maquiavelo o Rousseau o incluso Sièyes y empiezo a hablar de ellos hasta que me doy cuenta de que nadie sabe de ellos o como mucho, saben su nombre. Puede que alguno tenga una vaga idea, pero no estamos al mismo nivel y puedo quejarme de que no vengan preparados a la 2
Muy recomendable la lectura de Chan Kim, W. (2005): La Estrategia del Océano Azul. Harvard Business School Press.
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Universidad, pero con la queja, lo único que consigo es… quejarme. Así que lo que tengo que hacer es cambiar el chip. Empezar desde donde están ellos. Preguntarles qué saben y empezar desde ahí. Estoy seguro que los términos de “long tail” y de “océanos azules y rojos” que has dicho son muy interesantes, pero están a un nivel diferente de los que estamos aquí sentados. Lo primero es calibrar ese nivel. Es como si tú hablaras en una frecuencia y nosotros estuviéramos en otra. Tienes que estar en la frecuencia de quien te escucha. LOURDES, LA VECINA.- ¡Qué interesante! MARTA.- Sí, además, lo que es interesante para ti, puede que no lo sea para nosotros – dijo Marta – Es decir, no eres tú el que va a escuchar una charla, somos nosotros. Nosotros te damos nuestro tiempo y nuestros oídos y tú nos tienes que dar algo que nos interese. TÍO ROBERTO.- A lo mejor eso del tail y de los rojos y de los azules está bien, pero tienes que hacer que nos llegue. TÍA ANA.- Entonces, ¿cómo vendo mis cosas por Internet? – preguntó directamente tía Ana. MIGUEL.- Eso es lo importante. Eso es lo que yo quiero saber. LOURDES, LA VECINA.- Eso, que mi hermano tiene que vender mucho por Internet. GUMERSINDO.- Así que lo importante solo es cómo vender en Internet - dije. 18
TODOS.- ¡Sí! – dijeron todos a la vez. GUMERSINDO.- Pero la charla es “El mercado actual y los nuevos modelos de negocio”. Tengo que hablar de… TÍO ROBERTO.- ¡Olvídate Gumer! Somos nosotros los que tenemos que escuchar y lo que queremos escuchar es cómo se vende por Internet. MARTA.- Si no hablas de lo que queremos, estos dulces gatitos se van a convertir en leones y te vamos a morder – dijo Marta. TÍO ROBERTO.- ¿Leones? MARTA.- Teníais que haber llegado antes. ALBERTO.- El tema no es el mensaje, Gumer – matizó Alberto. GUMERSINDO.- ¿Qué? – pregunté. ALBERTO.- El tema es el contexto. Se pueden decir muchas cosas sobre un tema, pero lo importante es decir una. Decir muchas es multitud. GUMERSINDO.- Pero yo quiero hablar de modelos long tail y de innovación. ALBERTO.- De acuerdo, pues habla de long tail y de innovación, pero deja claro un mensaje.
[Vuelven a llamar a la puerta.] Todavía no han llegado los leones. Así que esta vez será. Abro la puerta y delante de mí, veo a Evaristo, mi 19
vecino de abajo con una escoba. No tiene cara de muchos amigos y no dice ni una palabra. GUMERSINDO.- ¡Buenas noches, Evaristo! ¿Desea algo? EVARISTO.- (Silencio). GUMERSINDO.- (Silencio) – Yo tampoco añado palabras a mi pregunta. MARTA.- Dile que pase – se escucha la voz de Marta desde el salón. EVARISTO.- (Silencio) – Evaristo sigue sin decir nada. GUMERSINDO.- ¡Buenas noches! ¿Quiere algo? ¿Le puedo ayudar en algo? EVARISTO.- (Silencio). Y así como vino, Evaristo se fue. Así que volví a la mesa con la multitud. MARTA.- ¿Quién era? GUMERSINDO.- Evaristo, el vecino de abajo – respondí. LOURDES, LA VECINA.- ¡Buf! ¡Qué señor tan raro, nunca le he oído una palabra! MARTA.- ¿Y qué quería? GUMERSINDO.- No lo sé. No ha dicho nada – contesté. LOURDES, LA VECINA.- ¡Lo ves! Es muy raro. ALBERTO.- Sí, yo tampoco he tenido nunca una conversación con él. TÍO ROBERTO.- Pues sí que es raro vuestro vecino. 20
TÍA ANA.- Pues si no dice lo que quiere, difícilmente le vas a ayudar. MARTA.- ¡Eso es! ¡Si no sabemos lo que quiere el público, difícilmente le vamos a ayudar! TÍA ANA.- Yo hablaba de ese tal Evaristo. MARTA.- Sí, pero yo lo relaciono con la charla de Gumer. Hace un rato, Gumer no sabía lo que queríamos escuchar, pero ahora sí. Cada uno lo ha dicho. Vamos a hacer una cosa… Marta se levantó y empezó a repartir post-its para todos. MARTA.- Quiero que apuntéis aquí lo que habéis dicho antes o lo que se os ocurra ahora. Gumer va a dar una charla de “Mercado actual y nuevos modelos de negocio”. ¿De qué os gustaría que hablase? Apuntadlo. Y dicho y hecho. Todo el mundo se puso a escribir en los post-its y lo único que se escuchó fue a Lourdes decir: “¡qué interesante!” Al cabo de un rato, Marta apareció con una pizarra y nos pidió que leyéramos los post-is en alto: salir de la crisis, internet y el cambio en la producción, internet y el cambio en las comunicaciones, vender por internet, que un particular venda desde una tienda online, autopublicaciones, paypal, bitcoin, crowdfunding, 21
todo gratis, big data, seguridad en internet, innovación, gamificación, bla-bla-car, Facebook, Instagram y por supuesto, long tail y océanos azules.
MARTA.- Muy bien, aquí tenemos muchas ideas de lo que Gumer puede hablar. Vamos a asociar ideas, juntar ideas y hacer tres bloques. ¡A ver si somos capaces!
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Después de un tiempo de discusiones entre todos porque las ideas se pueden asociar de muchas maneras, decidimos aceptar una de ellas, aunque algunas palabras quedaron fuera. Es curioso como cada uno quería defender su asociación de ideas, pero lo importante es lo que dijo Alberto al final: “ya está, ¡por fin tenemos una asociación de ideas!” MARTA.- Ahora, es tu turno Gumer. ¿Qué más puedes añadir a lo que hemos dicho? GUMERSINDO.- Pues hay conceptos como los de micropagos, suscripciones, membresía, modelos Premium, publicidad que no los veo en esa pizarra. 23
MARTA.- ¡Pues vamos a incluirlos!
MARTA.- Bien, ahora ya tenemos un tema: “mercado actual y nuevos modelos de negocios”; y tres líneas argumentales: la actualidad, lo que podemos hacer y el cómo hacerlo. TODOS.- ¡Brindemos que lo hemos conseguido! ALBERTO.- ¡Eso es! Gumer vas a hablar de tres asuntos. Primero sobre la actualidad y los cambios que se están produciendo. Luego, sobre qué decisiones podemos tomar para estar actualizados. Y finalmente, nos dirás qué tenemos que hacer. Es un buen hilo… pero queda una cosa más: el mensaje. ¿Qué es lo que 24
realmente quieres decir? Creo que fue James Carville, asesor de Bill Clinton durante su campaña presidencial en el 92 quien le dijo: “si dices tres cosas, entonces no dices nada”. Hay que elegir un mensaje claro. GUMERSINDO.- ¿Y cuál es? ALBERTO.- Hay que decidirlo. MARTA.- ¿Qué es lo que da unión a todo esto que hemos escrito? ALBERTO.- Sí, ¿para qué vas a hablarme de la actualidad, de las decisiones que tengo que tomar y de lo que tengo que hacer? TÍO ROBERTO.- No de lo que tienes que hacer… si no de lo que podrías hacer. Creo que Gumer nos tiene que decir: esto es lo que hay y así se hace, ¿por cuál te decides? TÍA ANA.- ¡Decídete por una vía! GUMERSINDO.- El negocio está en Internet, ¡decide cómo estás en Internet! MARTA.- ¡Eso es! ALBERTO.- ¡Ves, el tema no es el mensaje! Si piensas en tu tema, vas a hablar hasta el infinito y más allá. Pero si piensas en el mensaje, te centras en el mensaje. El tema es el contexto, lo que da sentido al mensaje, pero lo importante es el mensaje. Los asuntos a tratar son partes del contexto, pero lo importante está en el mensaje. El mensaje es el foco, el centro de atención. Si quieres hablar en público, tienes que partir de un mensaje claro y directo, que involucre a las personas. ¿Para qué te estoy 25
escuchando? Para sacar algo en concreto. ¿Por qué me hablas de la actualidad? Porque me tengo que decidir. ¿Por qué hablas de posibilidades? Porque me tengo que decidir ¿Para qué me dices formas de hacerlo? Para que me decida. Lo importante es que tome una decisión. – concluyó Alberto. MARTA.- ¡Brindemos!
Terminada la cena, la multitud volvió a sus casas y yo me quedé más tranquilo. La multitud está bien, pero desde luego que genera confusión y en comunicación más todavía. Si hay que atender a todos los mensajes 26
y todos tienen la misma importancia, es difícil elegir con cual quedarse. A misma importancia, ninguna relevancia. Pero si hay un mensaje solo, el foco de la atención está asegurado. Lo mejor será que me acueste y digiera lo que hemos hablado, además de las almejas y las croquetas. Eso sí, ya tengo clara una cosa: antes de pensar en lo que voy a decir, tengo que tener claro lo que quiero conseguir. Hablar en público es una herramienta, no un fin. Es cierto que voy a hablar en público, pero voy a hablar para algo, para que nuestros clientes decidan cómo quieren estar en Internet… Para que sean capaces de generar más beneficio con sus empresas… Se lo merecen, trabajan bien, son buenas personas y yo puedo ayudarles a que les vaya mejor porque sé cosas que ellos no saben de cómo vender en Internet. ¡Vaya! ¡Esto último me ha gustado! A ver si me va a acabar gustando lo de hablar en público. En fin. Primero, el para qué y luego el qué decir. No tiene mucho sentido empezar a escribir lo que vas a decir si no tienes claro para qué lo vas a decir. No se trata de hablar en público, sino de ayudar al público con algo que les vas a decir. Si pienso en lo que voy a decir, me puedo pasar horas en el ordenador para tener claro que voy a decir “buenas tardes” como el otro día; pero si sé el mensaje que quiero transmitir, seguro que será 27
más fácil. ¿Seguro? Bueno, eso espero. Ahora tengo una semana para decidir el mensaje, articular las tres líneas argumentales principales de mi exposición y tener en cuenta los consejos de Alberto: prepararme bien, llegar antes de tiempo para buscar gatitos, dominar el primer minuto y elegir mi actitud, nada de perder la compostura. Algo puede salir mal, pero no mi actitud. Y con esta reflexión final, creo que puedo apagar la luz y decir: “¡Buenas noches y felices sueños!”
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[Una semana despuĂŠs]
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Pues sí, he vuelto a salir en el periódico: “¡Qué aburrimiento!” Si es que hay gente que no se conforma con nada, está claro. “algo ha mejorado desde la última vez este Gumersindo. Creo que ha debido de leer el artículo de esta redacción y se ha centrado en la claridad de su exposición. Nos ha quedado claro lo que quería decir, que ya es todo un paso.” Bueno, algo es algo. “¡pero Qué aburrimiento! ¿no le podrían enseñar alguna técnica para hacerlo más ameno? Dicen que solo estuvo hablando durante treinta minutos, pero se hizo eterno.” ¿Más ameno? ¡Esto no es el club de la comedia! Tranquilo, Gumer, no pierdas la compostura y elige tu actitud. ¿Quieren algo ameno? Ya verán la próxima vez.
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EJERCICIO EN ESTE EPISOdIO Elige un tema:
Haz una tormenta de ideas de lo que podrĂas decir sobre ese tema:
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32 “Habla como puedas” | © Mario López Guerrero
Quizás, una escena con muchos personajes, confunde. Y en comunicación pasa lo mismo: muchos mensajes generan confusión… ¡Define tu mensaje principal!
FIN dEL NIVEL 1
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