Cierra la puerta y escribe algo Generaciรณn de mensajes y contenidos publicitarios en el Marketing Educativo
Herman Bustos P.
A Mozart, quién escribió sinfonías desde los 12 años ¿le preguntaría?:
¿Tiene alguna fórmula para escribir sinfonías? Se escribe una sinfonía o no se escribe. En la redacción de contenidos del marketing educativo es lo mismo. No hay fórmulas. Se puede hacer bien o no.
La misión del marketing educativo es poner imágenes y palabras eficaces en la redacción de un contenido publicitario y donde el factor más importante es ser original y novedoso.
Cuando se dice de la misma forma como todos lo dicen se pierde totalmente el efecto y se logra un alto grado de aburrimiento porque después de un tiempo todos lo realizan del mismo modo y ya no hay impacto.
El público ignora la publicidad.
El 85% de los avisos de las instituciones no logran ser vistos porque hay que competir con todas las noticias de sucesos impresionantes y violentos del mundo actual. Entonces, un aviso puede tener sus puntos correctos pero si nadie se para, lo ve o lo escucha resulta un desperdicio porque casi nadie ya le presta atención. Todos se preocupan de
entregar datos e información pero no están preocupados acerca de que tan provocativo se pueden hacer los elementos comunicados a las personas.
La inteligencia, motivación, imaginación e inventiva deben provenir del conocimiento de la institución educacional antes de comenzar a trabajar en la elaboración de contenidos. Lo peor que sucede en la actualidad es jugar con diseños y tipos de letras cuando lo importante es saber reconocer cuando una idea es buena. Todos los elementos publicitarios utilizados deben apoyar lo que el mensaje trata de resaltar y comunicar. Lo que se debe hacer, desde el punto de vista creativo y económico es…
¡atraer prospectos para tratar de matricularlos!
Algo importante… Un directivo educativo no debe fijar reglas para la publicidad porque es negativo para sus intereses. Él no sabe tanto de publicidad como un publicista que vive y respiran la publicidad a diario. El directivo debe tener habilidades para con su institución y los publicistas habilidades para motivar y persuadir a las personas. A la larga el clientedirectivo siempre olvida que le dijo al publicista como debe hacer las cosas y sólo recordará si el aviso funcionó o no.
La idea de un contenido debe resultar memorable, y por lo mismo debe ser novedosa y original, poniendo de manifiesto la ventaja de la instituci贸n. Una buena idea que intriga es lo primero que se ve y enseguida se encamina desde ese pensamiento intrigante, hacia algunos elementos informativos para al final decirle: esta es nuestra instituci贸n en la actualidad. Retener su
atenci贸n y convencerlo, esa es la misi贸n.
Una gran campaña puede provocar que una institución de mala calidad fracase más rápidamente, pues hace que más gente conozca que es mala. Por ello siempre el producto académico es lo más importante. Darle al público algo que no pueda conseguir en ninguna otra parte porque eso lo que realmente vende. No se le puede inventar una ventaja a la institución si ésta no la posee; y si se inventa el mensaje fracasará de todas maneras.
Un contenido en cualquier medio tiene que ser compacto y al mismo tiempo comunicar hechos e información verdadera. Hay que saber comunicar lo esencial y poner sabor e interés en los textos. Encontrar los elementos mágicos para decir algo que le interese a la gente, que motive su interés y le lleve a la conclusión de hacer lo propuesto, es otro arte. Lo importante es la manera de expresarse, la habilidad para pensar y elaborar pensamientos en un lenguaje persuasivo.
Si se encuentra algo atractivo en que centrarse en la institución educativa, entonces se podrá desarrollar interés por los productos académicos. En la capacidad de generar contenidos de temas conocidos y creíbles con relaciones nuevas. Si nadie lo ve ni lo nota, se puede decir que no se tiene nada. Hacerse notar de manera natural, sin recurrir a gritos o trucos. Tomar una cualidad y hacerla que sea deseable.
Para trabajar bien los contenidos de la publicidad educativa se debe comprender a las personas y profundizar en ellas porque asĂ se pueden generar esos contenidos percibiendo las necesidades y deseos de otras personas. Se requiere de
mucho ingenio para interesar a la gente debido a la gran cantidad de mensajes que se anuncian en la actualidad.
Cuando se escriben contenidos el encabezado debe motivar para leer la primera oración, a su vez, esta primera oración debe impulsarlo para continuar leyendo la segunda, y así sucesivamente con el resto del texto, sin perder de vista que el lector debe leer hasta la última palabra. Se necesita pensar en alguna historia de situación que lo haga más interesante, lo que requiere una mente investigadora para crear esos buenos textos y sus contenidos.
Cuando se realizan contenidos de publicidad educativa se debe conocer mucho acerca de la institución sobre la que realizará el mensaje; no sólo sobre sus características en sí, sino sobre todo acerca de las personas meta del mercado y cuáles serán los motivos que lo impulsarán a pedir información para matricularse en la institución.
Revisar los contenidos significa pensar en todas las personas imaginables que pudieran tener una reacción muy particular sobre el mensaje para ver si está correcto para ellas. La pregunta a hacerse es:
Bien, no sé si éste es un buen contenido ¿de qué otra manera se puede pensar? La parte de diseño no debe estar separada del contenido, están mezclados. Así se crea publicidad de resultados. No puede ser segmentado en piezas separadas. Es necesario tener mucha imaginación y una gran visión, además de ser muy cuidadoso en los detalles del trabajo publicitario.
Las grandes ideas provienen de la vida. Se tiene que ser partícipe de la vida de una manera intensa y tener muchas actividades, apartarse de los convencionalismos y no tratar de adherirse a ellos, sopesar las cosas por sí mismo y para sí mismo. Imagínese sentado frente a un joven que le pide consejo acerca de cuál institución debe elegir para estudiar. El contenido es lo que le diría a ese joven dándole información que sea relevante para él. Que sea realista, fascinante, interesante y personalizado. Escribir de un ser humano a otro ser humano, en segunda persona, singular y no aburrirle. Ya sabe, eso mismo que le diría, escríbalo.
Los mejores mensajes son resultado de la experiencia personal, de experiencias reales de vida porque así los contenidos son verdaderos, válidos y persuasivos. No es posible generar contenidos de ninguna cosa a menos que genuinamente sienta que se quiere persuadir a la gente, a las personas que conoce para que vayan a esa institución. No lo podrá hacer a menos que genuinamente lo crea.
Si va a generar contenidos audiovisuales debe saber que no son las palabras las que “venden”, sino las imágenes y la acción.
Debe mostrar imágenes tan interesantes y persuasivas que motiven a quién observa a realizar lo propuesto.
Para persuadir a la gente para que haga algo se debe utilizar el lenguaje que usan a diario, el lenguaje con el que piensan. El modo en que un ser humano habla a otro. Hay que generar contenidos para que la maldita curva de matrículas deje de moverse hacia abajo y empiece a moverse hacia arriba. Un redactor está desarmado a menos que construya su idea alrededor del producto académico. Una vez que logra relacionar la idea…no tiene que buscar más: el resto sólo es trabajo técnico relacionado con la forma de presentarlo de la manera más eficaz al público.
La institución académica debe darle al publicista un producto académico que merezca estar en el mercado y que tenga algo que lo diferencie de la competencia. Esa diferencia será la idea sobre la que se basará la campaña. El público no hace seminarios para juzgar la publicidad educativa, ante un contenido publicitario la gente actúa o no actúa. Los generadores de contenidos publicitarios deben saber lo que están diciendo y muchos
no saben de qué están hablando.
Es muy difícil medir y correlacionar la eficacia de una estrategia de contenidos con las matrículas de una institución porque se compite con un gran número de otros mensajes publicitarios. Tampoco se necesita entretener o escandalizar porque sí al postulante para lograr su atención, porque muchas veces, en ese caso, no se ve el producto académico que se ofrece. Se olvidó el contenido y se sigue sin saber nada. Hay que hacer al producto académico interesante. Nada más que eso. ¿Cómo? Esa es la tarea de generación de contenidos del marketing educativo.
HERMAN BUSTOS P. Publicista. Relator. Consultor Internacional Chile.Perú.Bolivia.Argentina.México.Paraguay.Colombia.