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El constructivismo
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Alexander Rodchenko fot贸grafo revolucionario
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Rodchenko Un artista completo
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Alexander R贸dchenko: uno de los genios de la fotograf铆a
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El término constructivismo lo emplea por primera vez N. Punin en 1913 al criticar los relieves de Vladimir Tatlin, aunque, como movimiento, no surgió hasta 1920, respaldado por el Manifiesto realista de los hermanos Pevsner y Gabo: “Proclamamos: el espacio y el tiempo han nacido hoy. El espacio y el tiempo: las únicas formas sobre las cuales se edifica la vida, las únicas sobre las que debería edificarse el arte. Los estados, los sistemas políticos y económicos mueren con el paso de los siglos; las ideas se agostan, pero la vida es robusta; crece y no puede ser arrancada, y el tiempo es continuo en su duración real. ¿Quién nos enseñará formas más eficaces? ¿Qué hombre genial nos dará fundamentos más sólidos? ¿Qué genio concebirá para nosotros una leyenda más enervante que ese relato prosaico que se llama vida? “. El constructivismo nace en Rusia imbuido de las ideas de la revolución que, en nombre del proletariado, habían llevado a cabo. Este proceso se salda con una profunda crisis social y económica como consecuencia de la Guerra Mundial y la propia revolución rusa, cerrándose, de esta manera una era de la historia y se abre una nueva época para la humanidad. Aunque la revolución plástica había precedido a la revolución política. El rayonismo y el simultaneísmo se desarrollaron antes de 1918, abriendo el camino del constructivismo. En el campo de las artes a partir de los años 20, existen dos tendencias abstractas pero conceptualmente diferentes. La representada por Kandinsky, Malevich, Gabo y Pevsner que defienden lo subjetivo en la obra de arte, el proceso consciente de creación y la encabezada por Rodchenko y Tatlin que propugna la inserción de la persona del artista dentro del proceso constructivo de la obra de arte, como un elemento más, poseyendo la misma importancia que los materiales o cualquier otro agente. A partir de los años veinte, el arte en Rusia se convierte en una edificación, en un producto más. El constructivismo implica que la obra de arte sea una construcción, que se articule como un edificio y se realice siguiendo métodos análogos.
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el manifiesto constructivista De Naum Gabo & Antoine Pevsner.
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n el torbellino de nuestros días activos, más allá de las cenizas y de las ruinas del pasado, ante las cancelas de un futuro vacuo, nosotros proclamamos ante vosotros, artistas, pintores, escultores, músicos, actores y poetas, ante vosotros, personas para las que el Arte no es solo una mera fuente de conversación, sino el manantial mismo de una real exaltación, nuestra convicción y los hechos. Hay que sacar al Arte del callejón sin salida en que se halla desde hace veinte años. El progreso del saber humano con su potente penetración en las leyes misteriosas del mundo, iniciada a comienzos de este siglo, el florecimiento de una nueva cultura y de una nueva civilización, con un excepcional (por primera vez en la historia) movimiento de las masas populares hacia la posesión de las riquezas naturales, movimiento que abraza al pueblo en estrecha unión, y,
por último, pero no menos importante, la guerra y la revolución (corrientes purificadoras de una era futura) nos ha llevado a considerar las nuevas formas de una vida que ya late y actúa. ¿Como contribuye el Arte a la época actual de la historia del hombre?. ¿Posee los medios necesarios para dar vida a un nuevo Gran Estilo? ¿O supone acaso que la nueva época puede acoger una nueva creación sobre los cimientos de la antigua? A pesar de las instancias del espíritu renaciente de nuestro tiempo, el Arte se alimenta de impresiones, de apariencia exterior, y vaga impotente entre el naturalismo y el simbolismo, entre el romanticismo y el misticismo. Los intentos realizados por cubistas y por futuristas para sacar a las artes figurativas del fango del pasado solo han producido nuevos desencantos. El cubismo, que había partido de la simplificación de la técnica representativa, acabo por encallar en el análisis. El revuelto mundo de los cubistas, despedazado por la anarquía intelectual, no puede satisfacer a quienes, como nosotros, ya hayan realizado la Revolución y están construyendo y edificando un mundo nuevo. Se puede sentir interés por las experiencias de los cubistas, pero no adherirse a su movimiento, pues estamos convencidos de que sus experiencias solo arañan la superficie del Arte y no la penetran hasta sus raíces, y también nos parece evidente que su resultado final no conduce más que a la misma representación superada, al mismo volumen superado y, una vez más, a la misma superficie decorativa. En sus tiempos, se hubiera podido exaltar el futurismo por el nuevo aire que aporto su anunciada revolución en el Arte, por su critica demoledora del pasado; como único modo de asaltar las barricadas artísticas del buen gusto, exigía mucha dinamita; pero no se puede construir un sistema artístico sobre una sola frase revolucionaria. Bien mirado, tras la fachada del futurismo solo había un vacuo charlatán, un tipo hábil y equivoco, hinchado de palabras como patriotismo, militarismo, desprecio por la mujer y parecidas sentencias provincianas.
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n cuanto a los problemas estrictamente pictóricos, el futurismo no pudo hacer más que repetir los esfuerzos, que ya fueron inútiles con los impresionistas, por fijar en el lienzo un reflejo puramente óptico. Hoy todos sabemos que el simple registro gráfico de una secuencia de movimientos momentáneamente fijados no puede recrear el movimiento. Solo recuerda el latido de un cuerpo muerto. El pomposo eslogan de la velocidad fue un clarín de guerra para los futuristas. Admitimos la sonoridad de tal eslogan y comprendemos muy bien que es superior al más potente eslogan provinciano. Pero intentad preguntar a un futurista como se imagina la velocidad, e inmediatamente aparecerá todo un arenal de locos automóviles y depósitos de chirriantes vagones y alambres intrincados, el estruendo y el ruido de calles atestadas de vehículos. ¿Es necesario convencer a los futuristas de que todo ello no ocurre por la velocidad y sus ritmos?. Mirad un rayo de sol, la más inmóvil de las fuerzas inmóviles. Tiene una velocidad de 300000 kilómetros por segundo. Observad nuestro firmamento estelar que el rayo atraviesa... ¿Que son nuestros depósitos comparados con los del universo? ¿Que son nuestros trenes terrestres comparados con los veloces trenes de las galaxias?. Ciertamente, todo el estruendo de los futuristas acerca de la velocidad es un hecho demasiado sabido, pero desde el momento en que el futurismo proclamo que Espacio y Tiempo son los muertos de ayer, se hundió en la oscuridad de las abstracciones. Ni el futurismo ni el cubismo han ofrecido a nuestro tiempo lo que se esperaba de ellos. Salvo estas dos escuelas artísticas, nuestro pasado reciente no ha ofrecido nada importante ni interesante. Pero la vida no espera; las generaciones no cesan de crecer, y nosotros, que sucedemos a los que entraron en la historia y poseemos los resultados de sus experiencias, sus errores y sus éxitos, después de años de experiencias semejantes a siglos, proclamamos:
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Alexander Rodchenko fotógrafo revolucionario
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leksander Mikhailovich Rodchenko (San Petersburgo 1891-Moscú 1956) era de origen modesto, hijo de un artesano teatral y una lavandera.[1] En 1905 se muda con sus padres a Kazán, casi 1600 kilómetros al sureste de San Petersburgo. Abandona su aprendizaje como técnico dental para matricularse en la Escuela de Bellas Artes de Kazán bajo la tutela de Nikolái Feshin y Giorgi Medvédev.Ahí conoce a Varvara Stepanova quien habría de convertirse en su esposa y compañera por toda la vida. Alexander Rodchenko se convertiría eventualmente en fotógrafo, sin embargo en la primera parte de su vida artística estaría más ligado a la pintura, la escultura y diversas manifestaciones del diseño como el industrial o el gráfico. Adoptaría la fotografía en una etapa más bien adelantada de su carrera artística.
Un mundo de vanguardias Para comprender la hondura, estilo y aportaciones de Rodchenko es necesario hacer un desvío hacia la tecnología, los factores políticos y las vanguardias en Rusia a principios del siglo XX. A veces podría pensarse que con la llegada de las redes sociales, la televisión por fibra óptica, el teléfono celular o la fotografía digital la tecnología es el epítome de nuestro nuevo milenio. Empero la tecnología había generado una de las revoluciones más importantes de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, y había sido mucho más profunda de lo que podemos imaginar hoy.
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Tendemos a olvidar que cuando se presentó el invento de la fotografía en la Academia de Ciencias de París (1839) el medio de transporte más rápido del mundo eran las palomas mensajeras. Aún no se había inventado el ferrocarril, ni la máquina de vapor, hacían falta décadas para la llegada del telégrafo. En unos cuantos años la tecnología invadió el mundo de manera sin precedente. La máquina invadió el imaginario colectivo y la esfera artística formó parte de su ámbito de influencia. La propia invención de la fotografía había dejado en entredicho la función de la pintura y puesto de cabeza al arte en general. Si el nuevo medio era capaz de hacer una copia insuperable de la realidad ¿Dónde quedaba la pintura La respuesta estuvo en la aparición de las vanguardias artísticas. Entonces el logos, el raciocinio, se incrustó en el arte. El cubismo analítico inicia una nueva forma de de-construcción de los aspectos visuales de la realidad. Vanguardistas como Marcel Duchamp llevarían al logos a su culmen en el cuestionamiento mismo del arte. De 1918 a 1921, Ródchenko, bajo influencia de Malévich y Tatlin, creaba series de premisas formales, como la superficie plana, la factura, la línea, la mancha, y también bajo el influjo de la revolución bolchevique, pues su obra tenía como objetivo una sociedad ordenada. Ródchenko se hace famoso en los debates artísticos, de donde surge el Movimiento Constructivista, el artista se convierte en un ingeniero visual. La nueva política económica provocó que la avant-garde perdiera el privilegio artístico, teniendo que competir contra otros grupos artísticos. En 1923, deciden afrontar esta pérdida de privilegio fundando el Frente de Izquierda del Arte, también llamado LEF (Lévyi Front
En el campo de la fotografía Ródchenko fue también célebre. Como la cámara permitía tomar fotos en cualquier posición, dedujo que la fotografía correspondía a la actividad del ojo humano. De esta forma usó la cámara fotográfica para crear sensaciones desconcertantes, a la vez que usaba las fotografías con un objetivo de compromiso social. Formalmente, las fotografías solían ser o planos cenitales o planos nadir, planos opuestos totalmente al Pictorialismo y que impactaban al espectador, causándole dificultades en reconocer el objeto fotografiado. Fue así como Ródchenko se propuso liberar a la fotografía de todas las convenciones y puntos de vista comunes en la época, lo que le convirtió en uno de los más importantes pioneros del constructivismo fotográfico. “Si se desea enseñar al ojo humano a ver de una forma nueva, es necesario mostrarle los objetos cotidianos y familiares bajo perspectivas y ángulos totalmente inesperados y en situaciones inesperadas; los objetos nuevos deberían ser fotografiados desde diferentes ángulos, para ofrecer una representación completa del objeto”. En 1928 Ródchenko escribió sobre la fotografía un manifiesto en el que dijo esas palabras, justificando por tanto el uso de esos planos tan poco usuales. Estos planos fueron hechos gracias a la cámara Leica, que tenía un formato muy manejable para esos puntos de vistas tan difíciles de ejecutar. Tuvo varias etapas fotográficas, desde la etapa del abstracto (etapa en la que llegó a la fotografía no figurativa), hasta etapas en las que fotografiaba actividades deportivas, paisajes o coreografías. Fundó un grupo llamado “Octubre”, del que formaban parte fotógrafos y artistas del cine. También trabajó en la revista “SSR na stroike”, fundada junto a su esposa Varvara Stepánova. Iskusstv). Ródchenko contribuyó en este grupo tanto teóricamente (escribiendo artículos), como prácticamente (realizando portadas para las revistas del grupo). Ródchenko exploró el fotomontaje para el diseño de carteles y cubiertas de libros. Lo usó como una alternativa a la pintura y que se beneficiaba de su reproducción automática que le hacía tener una audiencia masiva. Fue en 1924, al emplear materiales cada vez más peculiares para sus fotomontajes cuando recurrió al empleo de la cámara fotográfica.VCXXX
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reve Biografía Alexander Rodchenko nació en San Petesburgo, Rusia en 1891. Se mudó con su familia a Kazán, el este de Rusia. Estudió en la Escuela de Arte de Kazán instruido por Nikolai Feshin y Georgii Medvedev, y en el Instituto Stroganov de Moscú. Sus primeros dibujos abstractos los realizó en 1915 influenciado por el supramatismo de Malevich. En 1916 participó en “La Tienda”, una exhibición organizada por Vladimir Tatlin, quien fuera otra influencia formativa en el desarrollo artístico de Rodchenko. En 1920 el Gobierno B olshevike lo nombró director del D e p a r t a m e n t o d e Mu s e o s , c a r g o d e s d e e l c u a l r e a l i z ó u n a importante reorganización de escuelas de arte y museos. Fue profesor en la Escuela de Estudios Superiores de Arte entre 1920 Se hizo miembro del grupo Productivista en el año 1921, este grupo abogaba por la incorporación del arte a la vida cotidiana. Rodchenko renunció a la pintura para concentrar sus esfuerzos en el diseño de posters, libros y afiches para cine. Recibió una gran influencia del cineasta Dziga Vertov, con quien trabajó intensamente en el año 1922. Rodchenko se impresionó mucho por el fotomontaje alemán de los Dadaistas y empezó sus propios experimentos, primero utilizando fotografías ya existentes, y a partir de 1924 tomando sus propias fotografías. En 1923 publicó su primer fotomontaje ilustrando el poema de Mayakovski “Sobre Esto”. Entre 1923 y 1928 Rodchenko colaboró con Mayakovski (de quien tomó varios impactantes retratos) en el diseño de LEF y Novy LEF, publicaciones de artistas constructivistas. Muchas de sus fotografías aparecieron dentro de la publicación y también fueron portada. Rodchenko se unió al Círculo de Octubre de artistas en 1928 pero fue expulsado 3 años después por “formalismo”. Regresó a la pintura a finales de los 1930, y dejó la fotografía en 1942. Produjo trabajos expresionistas abstractos en la década de 1940. Continuó organizando exposiciones de fotografía para el gobierno durante esos años. Murió en Moscú en el año 1956. Análisis de su obra En años más recientes el trabajo de Rod-
chenko adquirió un renovado interés. Sus obras han sido incluidas en exhibiciones en el Museo Hishhorn en Washington D.C., y en el Museo Guggenheim de Nueva York. Rodchenko es conocido como uno de los artistas más polifacéticos de después de la Revolución Rusa. Fue escultor, pintor, diseñador gráfico. Diseñó carteleras de cine, afiches para el comercio y la industria así como portadas para libros y también muebles. Su tríptico Colores Puros: rojo, amarillo y azul, de 1921, es una obra maestra de la pintura absoluta. Es bien conocido su trabajo con Vladimir Mayakovski, ilustrando con sus fotomontajes la obra “Sobre Esto” (Pro éto), donde el poeta canta su amor por Lilia Brik. Cabe destacar la positiva respuesta que tuvo este trabajo de Rodchenko. En sus montajes trató de ofrecer el equivalente visual de los versos de Mayakovski, produciendo una síntesis única entre el montaje fotográfico y la escenificación constructivista. En 1924 cuando requería material nuevo para sus fotomontajes, Rodchenko recurrió a la cámara para tomar sus propias fotografías, para finalmente reconocer a la fotografía como el medio artístico por excelencia de esa época. Rodchenko dedujo que la fotografía era la actividad del ojo humano, puesto que la cámara le permitía tomar fotos desde cualquier posición. Utilizó su cámara para reflejar las desconcertantes sensaciones a las cuales se ve sometido el habitante de la gran ciudad moderna. Su fotografía era comprometida socialmente, formalmente innovadora y opuesta completamente a un pictorialismo estético. Su preocupación era por la necesidad de una fotografía analítica-documental, por lo tanto tomaba los sujetos desde ángulos distintos, usualmente desde muy abajo o desde muy arriba, para impactar visualmente al espectador y que a este le costara más reconocer el objeto. Todo esto lo convirtió en uno de los más importantes pioneros del constructivismo fotográfico. En el año 1928, Rodchenko escribió en su manifiesto, Caminos
de la fotografía contemporánea: “Si se desea enseñar al ojo humano a ver de una forma nueva, es necesario mostrarle los objetos cotidianos y familiares bajo perspectivas y ángulos totalmente inesperados y en situaciones inesperadas; los objetos nuevos deberían ser fotografiados desde diferentes ángulos, para ofrecer una representación completa del objeto”. Sus imágenes eliminaron el detalle innecesario, poniendo énfasis en la dinámica de la composición diagonal y preocupado con la ubicación y el movimiento de los objetos en el espacio. Durante los años 1920, el trabajo de Rodchenko fue abstracto hasta el punto de llegar a ser no-figurativo. En los años 1930, con el cambio de la línea que gobernaba al actividad artística, se concentró en la fotografía deportiva e imágenes de paisajes y de otros movimientos coreográficos.
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Alexander
uno de los genio
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lexander Ródchenko es uno de los artistas más conocidos del Constructivismo, que desarrolló su carrera artística en Rusia a comienzos del siglo XX. La consigna de los constructivistas era: “Del arte a la producción”. Rodchenko pensó en el artista-ingeniero y en el arte como el diseño de objetos de uso cotidiano. Se destacó en el terreno de la propaganda, diseño de murales, pancartas y quioscos. Además, es uno de los fundadores de la tipografía moderna. En los últimos años su trabajo adquirió un renovado interés. Sus obras fueron incluidas en exhibiciones en el Museo Hishhorn en Washington D.C., en el MOMA, la Tate Gallery, importantes museos de Rusia y España, y en el Museo Guggenheim de Nueva York, entre otros. Rodchenko es uno de los artistas más polifacéticos posteriores a la revolución rusa. Fue escultor, pintor y diseñador gráfico. Diseñó carteleras de cine, afiches para el comercio y la industria, así como portadas para libros y también muebles.
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“He recorrido un camino creativo complejo, pero tenía claro quién era y qué quería. Estoy seguro de que seguiré haciendo auténticas obras soviéticas”, dijo Ródchenko en 1936, cuando la vanguardia soviética ya era historia. El stalinismo había acabado con lo que se llamó “el gran experimento”, uno de los momentos creativos más explosivos y apasionantes de la historia del arte del siglo XX, para dar paso al académico realismo socialista. Pero pese a eso, Ródchenko siguió haciendo “auténticas obras soviéticas” en las revistas de propaganda socialista a través de sus fotomontajes, fotografías y grafismos, ya que aunque la experimentación pura que defendió en sus inicios estaba prohibida (se la consideraba una degeneración burguesa) la fotografía era un medio figurativo que gustaba al régimen. Parte de esta aventura creativa y muchas de sus fotografías y trabajos tipográficos pueden verse en el puede verse en la Tate Gallery de Londres del 12 de febrero hasta el 17 de mayo. El título de la exposición es: Definiendo el constructivismo. La exposición reúne varias obras procedentes de museos rusos y colecciones particulares y algunas réplicas –ya que las obras originales se quemaron- del artista, y también las múltiples facetas en las que desplegó su arte, tanto en la pintura como en los carteles publicitarios, el estampado textil o la fotografía.
Ródchenko:
os de la fotografía Fiel al constructivismo De procedencia humilde, Ródchenko se formó a la manera clásica en la Escuela de Bellas Artes de Kazán, aunque ya en 1915, tras conocer a varios artistas futuristas entre los que se encontraba el poeta Vladímir Mayakovski (con el que realizaría después históricos fotomontajes y carteles publicitarios), se trasladó a Moscú. Allí participó en los debates de los artistas izquierdistas y, una vez que estalló la revolución, jugo un papel importante en la creación y organización de los museos de arte contemporáneo que surgieron en toda la Unión Soviética. En el terreno plástico, experimentó primero con la abstracción pura, en lo que se denominó la “pintura sin objeto” centrada en formas geométricas simples, y fue uno de los creadores del movimiento constructivista. Ya en los años ‘20 pensó que incluso el arte estético e individualista era demasiado poco revolucionario y, con otros colegas, centró sus esfuerzos en los fotomontajes (muy útiles para la propaganda política y que él utilizó desde perspectivas poéticas que tuvieron gran influencia) y
comenzó también a experimentar con la tipografía, el grafismo, la publicidad y la fotografía, campo en el que fue uno de maestros más influyentes del siglo gracias a sus perspectivas forzadas, sus fascinación por la diagonal y sus famosos contrapicados. En 1928 escribía: “Nosotros, educados para ver lo habitual y lo ya instaurado, debemos descubrir el mundo de lo visible. Debemos revolucionar nuestro pensamiento visual”. La línea es un elemento artístico de suma importancia dentro del trabajo de Rodchenko. Por eso incluye en sus composiciones fotográficas elementos como rejas, escaleras, cables de electricidad, para que constituyeran las guías de su constructivismo fotográfico. Claros ejemplos de esto son sus dos fotografías Escalera, de 1930 y La Muchacha con Leica, de 1934. Otro aporte artístico del artista ruso fue la fundación del grupo Octubre, el más importante órgano de expresión fotográfica y cinematográfica de la época.
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