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Edgar Degas

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Jules Chéret

Jules Chéret

“Fin d’Arabesque” (1877)

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Edgar Degas (1834-1917)

La técnica de la “trans de vieu” aparece en muchos pintores pero sobre todo (el que con más sistematización la desarrolló) es Edgard Degas, quien influyó mucho sobre Toulouse-Lautrec. Es un impresionista al que no le interesa lo que “hay más allá” sino lo que está dentro del cuadro de observación. No hace en su obra contemplación, el espacio está más acá del cuadro. Como la fotografía, la pintura debe mostrar cosas que el ojo no ve en una primera instancia, porque es selectivo. El cuadro impresionista no es más que una sumatoria de manchas porque según esta teoría no vemos formas, si no manchas que en nuestra conciencia al darles volumen, le da sentido, pero, si no sintiéramos nada veríamos manchas. La mancha como opuesta al dibujo, y sobre todo la mancha de color es un recurso impresionista. L’absinthe es una de las obras de Degas: aparecen un bohemio cerca del borde de la intura, y una prostituta atontada por el alcohol. En este caso Degas no lo hace por plantear una política social, si no que le basta con describir objetivamente. Este cuadrado, si lo vemos desde el punto de vista de la motivación de su creación, es similar al de Toulouse Lautrec en “Moulin Rouge”: mostrar lo que se observaba, de la forma que era. Otra de las pinturas de Degas, y

probablemente una de las más conocidas, es La classe de danse: en esta, podemos ver que el artista presenta un grupo de bailarinas vistas en perspectiva, se ven cortadas por el filo del cuadrado. La idea clásica de que la figura principal tenía que estar en el medio desaparece y se rompe, porque en el medio del cuadro no hay nada, hay vacío (rompe con los criterios de composición tradicionales y que el tema de composición puede ser un vacío). Degas compartía la opinión de muchos artistas considerados radicales del momento, creyendo que las obras debían vincularse con el mundo moderno, su gente y sus entornos. Como parte de este proceso de modernización, él mismo se alineó con novelistas realistas, como Émile Zola, bocetando ilustraciones en relación a sus novelas y sus conceptualizaciones y descripciones de la sociedad. Como la mayoría de los impresionistas, Degas modificó su paleta aclarándola, y cambió su composición por una más abrupta y simplificada, en gran parte bajo la influencia de las pinturas japonesas que eran muy populares en el momento. Donde Degas se diferenció de sus pares fue que mientras otros prefirieron experimentar en el aire libre, él se inclinó a mantenerse en interiores ya que miraba con cierto desdén las prácticas de pintar paisajes de forma improvisada.

“La classe de danse” (1871-1874)

“The green dancer” (1875-1879)

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