Pluma Blanca

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Presentación

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EDITORIAL Revista de poesía PLUMA BLANCA nace con la ambición y deseo de presentar a la poesía como un fruto inacabable, por medio de las voces bondadosas de escritores de distintas partes del mundo. Esta revista de entrega mensual busca presentar a la poesía como producto que puede ser adquirido y degustado de manera accesible, como cualquier otro contenido textual o visual. Esto para deshacer el tabú de que la poesía solo habita los grupos selectos literarios, o las libretas tímidas de quien escribe.

Harriet Lee Merrion Harriet Lee-Merrion es una ilustradora multipremiada establecida en Bristol, en el sudoeste de Inglaterra. Su trabajo ha sido publicado en todo el mundo y exibido internacionalmente en Nueva York, Londres y Berlín.

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El nombre de PLUMA BLANCA nos remite a la figura del ave, por su plumaje. El color nos remite a la luz. Es decir, consideremos la palabra como un arma que libera y esclarece. También tomamos el nombre, de un modo más terrenal, como alusión y homenaje al mítico bar Pluma Blanca que se encuentra en Hermosillo, Sonora, el cual es cálida higuera de los escritores que han emborrachado sus cuerpos ahí. PLUMA BLANCA será el vínculo entre lector y escritor, consolidado o en proceso. Sean pues, bienvenidos.

Editorial Mariana Franco|Asistente editorial. Silvia Madero|Dirección creativa. Rubén Ávila|Edición.

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Contenido... POESÍA MEXICANA AGUA de Isabel Zapata

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Del UNA VIOLENCIA SENCILLA de Lorena Huitrón Vázquez

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I y II de Rocío Cerón

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POEMA DE AMOR de Isabel Fraire

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Fragmento de VENTANA de Gloria Gervitz

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VIII. [Conversación] de Tedi López Mills

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FRONDA de Laura Solórzano

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ii de Cristina Rivera Garza

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CASAMBULANTE de Sara Uribe

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LA MUJER, LAS MUJERES de Silvia Madero

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WIRELESS de Natasha Tiniacos

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MATERIA de Malena de Mili

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Fragmento de LA HERIDA EN LA LENGUA de Chantal Maillard 32 EN CUAL MENGUANDO de Chantal Mailard

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BLANCANIEVES de Marie-Jose Fauvelles

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ES OTRA de Idea Vilariño

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SAUDADE de Claribel Alegría

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CARTA DE ROMA de Olga Chams Eljach

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BUSCO UNA ENFERMEDAD QUE NO ME ACABE... de Carilda Oliver Labra

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EXILIO de Alejandra Pizarnik

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CÓMO PESA EL AMOR de Gioconda Belli

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SOBRAN LAS PALABRAS de María Mercedes Carranza

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BABEL DESNUDA de Cristina Peri Rossi

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MUJER FENOMENAL de Maya Angelou

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ONCE DE DICIEMBRE de Anne Sexton

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NEJMA de Nayyira Waheed

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DAÑO N° 18 de Berta García Faet

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ASTILLAS DE ENDOMETRIO de Andrea Abreu López

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MEDITACIÓN ARDIENTE de Kazuko Shiraishi

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POESÍA INTERNACIONAL

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Poesía Mexicana Agua Éste es un cuaderno en blanco. movimiento Dar lo que no tienes. El regalo de las manos vacías. un cuaderno en blanco Alguien pone un centenario de oro sobre la mesa: en ese objeto vive mamá. De pronto la moneda se convierte en un caballo blanco que se avienta corriendo a una alberca en donde hay otros dos caballos. Salgo al patio, me desnudo, intento hablarles, pero ellos siguen jugando como si nada. Empieza una madrugada de abril de 1984 y termina veintitrés años después frente a una cama de hospital. Luego vuelve a empezar y a terminar y a empezar y a terminar y a empezar Los colores desaparecen. Si bajo y tomo un pez de lo más hondo, al regresar a la superficie descubriría su color verdadero. Veinte cuadernos forrados en tela, escritos y fechados con letra manuscrita al inicio de cada entrada (Los diarios contienen la vida de mi madre muerta.) La narcosis de nitrógeno es una alteración del estado de conciencia que hace que el comportamiento de los buzos se vuelva errático y pierdan la capacidad de reconocer una situación peligrosa. Los motivos exactos por los que ocurre este fenómeno se desconocen. No puedo bajar a lo más hondo. Mamá mete sus cuarzos en una bolsa de tela verde y los sumerge en el mar un largo rato antes de dejar la bolsa a un lado y empezar a cavar un agujero en la arena. Luego se entierra en él y me pide que arroje arena sobre su cuerpo hasta que deje de respirar.


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Isabel Zapata (CDMX, 1984) estudió Ciencia Política en el ITAM y Filosofía en la New School for Social Research. Escribe, traduce y edita. En 2015 fundó Ediciones Antílope con cuatro amigos este es un poema que en su versión original se encuentra adaptado a la web por Canek Zapata aka Broken English.

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Del Una violencia sencilla En la primaria nos pidieron hacer una muñeca de trapo para aprender las partes del cuerpo. Fue nuestro acercamiento a la cirugía. Rellené a la mía de arroz, la vestí a cuadros con su cabello de estambre café. Mi madre le pintó unos labios pequeños, trazó una v invertida de nariz respingadita, ojos almendrados y pestañas largas. Fui cirujana al coserla con hilo rojo, mis puntadas fueron discontinuas, la aguja era muy gruesa, sin punta para no pincharme y llorar. La presenté al día siguiente, hablé poco, volví al pupitre, la recosté mientras el resto de mis compañeras presentaba a sus pacientes. En el siglo XIX a una mujer le hicieron una mastectomía sin anestesia, se mostró hiératica durante la cirugía y al terminar pidió disculpas, se vistió, lloró. De esto nada sabíamos, mucho menos que esa mujer se llamaba Alie.

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Pluma Blanca Lorena Huitrón (Xalapa, 1982) escribió Una violencia sencilla (Sedeculta, Instituto literario de Veracruz, 2017), es su libro ganador del Premio Nacional de Poesía Experimental Raúl Renán 2015, y Wintu (Stomias Boa, 2017). Sus poemas han sido traducidos al inglés y al italiano.

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I Marcas y hendiduras. Óleos. Desde la figura de la mujer semidesnuda la sinfonía del silencio levanta trabes, muros. Línea blanca sobre vacío. Negro níveo. Una frase en alemán sobre el ser. El giro de los soldados rusos en la trinchera. La dentadura de la muerte nace en la soledad, en la vista que arroja el reflejo de uno mismo sobre uno mismo. Trama.

Rocío Cerón. Poeta, performer y editora. Sus publicaciones más recientes son Borealis (FCE, 2016) y Anatomía del nudo. Obra reunida (2002-2015) (Conaculta, 2015). Los siguientes poemas pertenecen a Observante, un proyecto de residencia escritural de nueve meses en la Casa Estudio Luis Barragán en el que participa la autora.

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Pluma Blanca II Cruzados hilos de metal inciden sobre tierra. Volcánica coraza de piedra, canto que desemboca en lodo. Turbiedad. Entretanto las noticias calaban, las noticias de esos cuerpos. Los cuerpos. Contrapeso, gravedad del bloque, liviana presencia ante multitud. Grava. Seco paso de pies sobre miles de recuerdos. Sucedía que las cifras habían obtenido nombres propios. Nomenclatura de piel y memoria. Tronco. Construcción piramidal para albergar bóveda celeste. Apisonado y fragua. Colgante viga. Estabilidad del conjunto. Se decía, entonces, que el nombre de ella era robusto y frágil, como la muerte.

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Poema de amor En el cuarto de hospital, toda lanoche la mujer gritando Juan Juan, en dónde estás no me puedo mover no puedo mover mi pierna ni mis brazos Juan no sé cómo llegar a donde estás no puedo salir de aquí Juan, estoy desesperada no me puedo mover Juan Hiroshímico atómico atomizado automatizado traumatizante cómo meter esto en la poesía? cómo dejarlo fuera? A veces me irrita darme cuenta de que escribir está lleno de trampas / aprender a escribir es aprender a manejar trampas y forjar las propias trampas lo que se llama genio cómo entonces hablar de la misión sagrada del poeta o tonterías por el estilo? el arte es artificio poco después de escritas estas líneas como un súbito milagro constato con sorpresa que el sol como un mago que se divierte comienza a jugar con los reflejos de mi pluma trazando círculos de luz sobre la sombra del muro que crecen y decrecen se abren y se cierran dibujando espirales de reflejos irisados como si de pronto una espectral cola de pavorreal se presentara a burlarse de mí sugiriéndome irónica que el sol es un mago que hace trampas


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Poeta, ensayista, crítica literaria y traductora; Isabel Fraire (CDMX,1934-2015) publicó Poemas en el regazo de la muerte (Joaquín Mortiz, 1977).Su poesía reunida fue editada por el FCE con el título de Kaleidoscopio insomne (2004).

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Fragmento de Ventana (...) En las migraciones de los claveles rojos donde revientan cantos de aves picudas y se pudren las manzanas antes del desastre Ahí donde las mujeres se palpan los senos y se tocan el sexo en el sudor de los polvos de arroz y de la hora del té Flujo de enredaderas a través de lo que siempre es lo mismo Ciudades atravesadas por el pensamiento Miércoles de ceniza La vieja nana nos mira desde un haz de luz Respiran estanques de sombras, llueve morados casi rojos El calor abre sus fauces Abajo, la luna inunda la calle Estamos en la fragilidad de la corteza del otoño En el parque rectangular en la canícula, cuando los colores claros son los más conmovedores Después de Shajarit olvidadas plegarias, ásperas Nacen vientos levemente aclarados por la oración, bosques de pirules Y mi abuela tocaba siempre la misma sonata Una niña toma una nieve en la esquina de una calle soleada Un hombre lee un periódico mientras espera el camión Se fractura la luz Y la ropa está tendida al sol. Impenetrable la sonata de la abuela Tú dijiste que era el verano Oh música Y la invasión de las albas y la invasión de los verdes Abajo, gritos de niños que juegan, vendedores de nueces respiración de rosas amarillas Y mi abuela me dijo a la salida del cine sueña que es hermoso el sueño de la vida, muchacha


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Bajo el sauce inmerso en el verano solo la impaciencia se demora Dóciles nubes descienden hacia el silencio El día se disipa en el aire caliente Estalla el verde dentro del verde Bajo el grifo de la bañera abro las piernas El chorro del agua cae El agua me penetra Es la hora en que se abren las palabras del Zohar Quedan las preguntas de siempre Me hundo más y más La luz late desordenadamente En el vértigo de Kol Nidrei antes de comenzar el gran ayuno En los vapores azules de las sinagogas Después y antes de Rosh Hashaná En el color blanco de la lluvia en la Plaza del Carmen mi abuela reza el rosario de las cinco Y al fondo precipitándose el eco del Shofar abre el año En la vertiente de las ausencias al noreste, en el estupor desembocan las palabras, la saliva, los insomnios y más hacia el este me masturbo pensando en ti Los chillidos de las gaviotas. El amanecer la espuma en el azoro del ala El color y el tiempo de las buganvilias son para ti el polen quedó en mis dedos Apriétame. Madura la lluvia tu olor de violetas acidas y afiebradas por el polvo las palabras que no son más que una oración larga una forma de locura después de la locura Las jaulas donde se encierran los perfumes, las alegrías interminables la voluptuosidad de nacer una vez y otra, éxtasis inmóvil Muévete más. Más Eres más aterradora que la noche Me dueles Fotografías casi despintadas por la fermentación del


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silencio Corredores abiertos Tu respiración aplasta el verano Y la fiebre enrojeció otros cielos Las terrazas lustradas se oscurecieron con las acacias Y en la cocina los platos recién lavados las frutas secas, los almíbares En la crecida de los ríos En la noche de los sauces En los lavaderos del sueño desde donde se desprende ese vaho de entrañas femeninas inconfundible y anchuroso te dejo mi muerte íntegra, intacta Toda mi muerte para ti ¿A quién se habla antes de morir? ¿Dónde estás? ¿En qué parte de mí puedo inventarte? Ciudades de hilo, carreteras que llevan siempre al principio Milagros amontonados en la cal de la iglesia de Santa Clara en Guanajuato Flores de tinta en un hebreo luido saliéndose de los rollos de la Torah Nada se mueve Se me están perdiendo los días, van resbalando despacio los va apretando la migraña No me encuentro. Ni siquiera tengo cirios para velar mi muerte ni siquiera sé las palabras del Kadish Ya no tengo brújula. Estoy abrazada al aire ¿Dónde se rompen los latidos? ¿Con qué se desprende este último pedazo de sueño? Y la casa amarrada a un árbol, amarrada al viento Las hojas y su sombra de ópalo Espiral de ecos Reverberación Somos lo que pensamos Pensamiento atrás del pensamiento Regresan las grullas abren con sus alas el silencio instantáneas flores blancas en un cielo vacío]

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VIII. [Conversación] —El tambo de basura en el callejón aledaño no persigue ninguna cosa, salvo quizá, en un planeta ideal, el molde de su primer espíritu, vacío, profundo, con surcos por los lados y un fondo insondable de lama negra. Uno podría asomarse, en el principio de principios, e inmerso en el eco del tambo, uno podría comentarle al vecino o la vecina: “aquí no hay nada por lo pronto, pero se va a llenar mañana del desperdicio de ayer,” como si fuera una ciencia exacta, y de inmediato, conjeturo por eliminación, se crearía el contorno de una fe: el cubo contendría lo que hemos sido... Esto me lo cuenta en voz baja; sonrío para darle ánimo. Nunca imaginé que el génesis fuera una circunferencia, aunque si me fijo se repiten 21 los círculos: las moscas en el aire de este cuarto dan vueltas hasta morirse, por ejemplo; —¿cuál otro?— El guijarro lanzado al agua. —¿Qué más?— Alguien me dijo que dios era un círculo. Entonces me absuelve. Habla de las esferas: son un pretexto para dibujarlas con la punta del índice por encima de nuestras caras; del tiempo enquistado en la materia cuando se pudre y genera una identidad opcional: —tú eres lo que yo quiero; mira cómo por compasión se desbarata la raya más delgada de la luz en el vidrio; por codicia sentimental cómo escurre la gota


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en busca de otra gota—. ¿Animismo? Tal vez sea la sustancia de la tarde: el tambo nítido en un rincón del ojo o los animales de la soltura con sus patas en las costillas, removiendo esa extrema rigidez hasta que se tambalee y se pronuncie espontáneamente a favor de la discordia.

Tedi López Mills (CDMX, 1959) estudió filosofía en la UNAM y terminó en París, en la Universidad de la Sorbona. En 1998 obtuvo la primera Beca de Poesía de la Fundación Octavio Paz, con la cual escribió su quinto libro: Horas (Premio Juan Pablos al Mérito Editorial, CANIEM).

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Laura Solórzano (GDL, 1961) estudió la carrera de Psicología en la Universidad de Guadalajara y después Artes Visuales en la UNAM. Ha escrito los libros de poesía Evolución (Universidad de Guadalajara, 1976) y Pulir huesos (Editorial Galaxia de Gutemberg, Barcelona, 2008) entre otros. Ha dado talleres de poesía, clases de narrativa y escritura creativa.


Yo venía del país del silencio y mi boca se había inventado una vocal, allá en lo alto, entre las frondas distantes del hule. Un día le hablé a la corteza rugosa. Mi aliento palpó la superficie: las hojas rojizas conducían mis pasos cuando abrí el escozor del ser a las vicisitudes reales de una voz. Subí a exclamar dentro de la vocal mayúscula, observando los territorios del diálogo y su cuadrícula obsesiva. Mi lengua trastabilló. Una enramada acunó la música alicaída de mis adentros cerrados. Bajé de la fronda pronunciada apenas por el aire que me rodeaba. No era mía la voz, sino del viento que soplaba sobre mí, inscribiendo como letras humanas, las ráfagas procedentes del mar y las montañas.

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Fronda

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ii conjurar Había algo de humano en todo aquello. Alguien caminaba o se arrastraba entre la maleza y se detenía, de cuando en cuando, para tomar aire. Con el tiempo se sabría que la persona que caminaba o se arrastraba era un hombre. Es del todo posible que la primera imagen haya sido el sueño de un pájaro. La maleza es una acumulación despavorida de plantas carnívoras y de espinas y de violentas humedades celestes y de frondas. Los pintores recomiendan el uso de los cadmios y el siena natural para los verdes más intensos, y las combinaciones de cobalto con cadmio oscuro, siena tostado o naranja cálido para conseguir otras tonalidades de verde. Despertar es como ver entre la maleza un claro donde yace una mujer con los ojos cerrados. En el poema “La bella durmiente”, José Carlos Becerra escribe: “Y nos reímos un poco torpes, un poco avergonzados de nuestra creación, como los niños que habíamos matado, aquellos dos por donde pasamos para llegar hasta esta mirada hermosa y vacilante de ahora”. En el centro de todo está, desde luego, el asesinato. La muerte no es nunca una vacilación.

Cristina Rivera Garza (Tamaulipas, 1964). Es autora de Nadie me verá llorar (Tusquets, 1999), La cresta de Ilión (Tusquets, 2002), Lo anterior (Tusquets, 2004), Verde Shangai (Tusquets, 2011) y El mal de la taiga (Tusquets, 2012); de los ensayos Dolerse. Textos desde un país herido (Sur+, 2011) y Los muertos indóciles entre otros.

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Casambulante Para Nidia Cuan Las del falso recuerdo son imágenes, por supuesto, fotografías. : Rehusándonos al flash en instantánea exposición lumínicos decir tu nombre: decir el mío impugnar a dos manos la escritura de burbujas en el patio la evocación [ficticia o no] de saberte frágil más frágil aún [escalón de ti, retahíla: las islas que van quedando] en mi memoria. : Trilce, la del hermano mayor ventura. Sí como en Vallejo. Sí como en tus ojos la saudade que en azogues se diluye mía. : En el insular corazón tu regazo. Abrasar como una rúbrica de esferas.

En expansión territorios [¿recuerdas que compramos peces cuando en realidad queríamos un perro?] de Venn los diagramas, las banquetas los patios vacíos que inauguramos ahítos de mar. Toda lluvia, toda alberca. : No hablemos aquí. No digamos penumbra sin asir tu mano.


Pluma Blanca Sara Uribe (Querétaro,1978). Desde 1996 es norteña y radica en Tamaulipas. Ha publicado múltiples libros. Poemas suyos han aparecido en publicaciones periódicas y antologías de México, Perú, España, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos.

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La mujer, todas las mujeres Llegamos desvestidas al paraíso Con nuestro corazón como roca de basalto Flotando en el río de nuestro cuerpo, en donde hay un pequeño monte que florece Yacemos debajo de la noche Con los huesos hechos trizas, pues dicen que somos el polvo del hombre La verdad se encuentra en nuestro vientre Donde la palabra es la semilla y cada que damos la luz, alguien duda ¿Qué somos? Somos un síntoma…el más doloroso Un invento…el más afortunado Un sueño…el mejor Somos unas piernas con medias rasgadas Un labial que se escurre por las comisuras de los labios, que besan el amor cuando lo nombran Somos la mujer de todas las iglesias ¿Por qué somos? Por nuestra tibia carne Por nuestra sangre hirviente que es vida y muerte Por nuestra manera de llorar con los ojos abiertos Soy/Somos Somos la mujer de velo y la mujer descalza La hembra que mata por sus crías y la que espera detrás de la llanura La mujer de la ventana y la que no tiene techo Eso somos Y la mujer para ser debe dar a luz en otra mujer Solo allí encontrará descanso

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Pluma Blanca Silvia Madero (Culiacán, 1991). Estudiante de la Licenciatura en Letras Hispánicas en Guadalajara (UdeG). Ha publicado en medios como Timonel, Elipsis, RíoDoce, El Astillero, Revista El Humo, Monolito, entre otros. Forma parte de la antología LAVA, poesía auditiva (UdeG 2015), y de la Antología de poesía “Viejas Brujas II”, de la editorial Aquelarre (CDMX 2017). Trabajó para la revista literaria del Noroeste de México Letrarte.gob.mx.

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Poesía Internacional Wireless Nunca se me dijo que se cortarían los hilos para no caer en pecado sino en picada. Soltar el cordón era esto: aprender a caminar, tropezarse, habituarse al suelo, igual que un fruto desunirse de la rama que ataja, despejar el campo a cicatrices, ocultar el orín en la cama. No era menester tocar el fondo, reinventar el espejo en la pantalla y poblar una cantera de anónimos, ahí donde la gravedad es desmerecida y el tiempo se encumbra y retrocede. No solo era cuestión de desatar los dedos de los nudos, sino de zarpar y desenterrarse mientras uno en la vertiente encarna el alud del mango que se pudre.

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Pluma Blanca Natasha Tiniacos (Venezuela en 1981) es una poeta venezolana. Licenciada en Letras por la Universidad del Zulia desde 2005, es considerada una de las voces mĂĄs experimentales de la joven poesĂ­a venezolana. Este es un poema de su libro Historia privada de un etcĂŠtera.

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Materia Pero a veces, a veces, de golpe mis dedos recuerdan el tacto de tu pelo Y esta precaria paz de espíritu, el andamiaje de sentidos en los que he hallado algo de calma se hace añicos por no poder tocarte y todo en mí cae de rodillas suplicando la inmaterialidad de la muerte con tal de poder tocarte, la muerte: Deshacerme en luz para acariciarte como ha de acariciarse la luz Una vez fui joven y soberbia. Dije: “Sin mi piel no me interesa la trascendencia” Hoy sólo soy la niña implorando de rodillas que le quede el alma tras la muerte para ir a reunirse con su perra.

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Malena de Mili (Santiago de Chile, 1989). Es Licenciada en Antropología Social por la Universidad de Chile y Diplomada en Estudios Griegos por la misma casa de estudios. Premio Juegos Florales Gabriela Mistral 2005. Ha publicados los libros de poesía “Elegías” (2013) y “Lacrimal” (2014).

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Fragmento de La herida en la lengua El mí es aquello que se pliega y también es el pliegue y el plegar. Fuera del mí ¿quién anda? ¿Quién me despierta sin voz? Fuera de mí la lengua retrocede.

Chantal Maillard (Bruselas, 1951). Se nacionalizó española en 1951. Es filósofa y poeta. Doctora en Filosofía, Profesora Titular de la Universidad de Málaga. Sus últimos libros publicados son India (2014), La baba del caracol (2014), La herida en la lengua (2015), La mujer de pie (2015), La razón estética (2017), Cual menguando (2018) y ¿Es posible un mundo sin violencia? (2018).

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Pluma Blanca En Cual menguando DESPERTARSE. Para caer al día. O sin razón. Esperar. Volver al sueño. Marisma estéril. Salobre. Comezón en la sutura. Gorgoteo de sílaba asomando.

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Pluma Blanca Marie-Jose Fauvelles (Francia, 1938-1991) perteneció al grupo literario Apocalipsis que tuvo vida en Maracaibo. Durante los años sesenta dirigió la sección de arte de El Nacional y luego dirigió la revista Criticarte.Ediciones Letra Muerta publicó el libro Al filo, obra que reúne su trabajo periodístico.

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El amor no es mucho si no lo tienes. Hoy vi a Blanca Nieves soñando con su príncipe y preguntándole: ¿cómo van tus ahorros? ¿cómo va tu espíritu? ¿quieres tomar un trago conmigo? ¿quieres montar mi potro salvaje?

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Blancanieves

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acaso es otra la que va recobrando su pelo su vestido su manera la que ahora retoma su vertical su peso y después de sesiones lujuriosas y tiernas se sale por la puerta entera y pura y no busca saber no necesita y no quiere saber nada de nadie.

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Es otra

Idea Vilariño. Poeta uruguaya nacida en Montevideo en 1920. Además de poeta, fue crítica literaria, traductora, compositora y educadora. En 1985, tras la dictadura, obtuvo la Cátedra de Literatura Uruguaya en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República.

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Pluma Blanca Claribel Alegría. Poeta centroamericana nacida en Estelí, Nicaragua, en 1924. Desde muy niña se trasladó y vivió con su familia en El Salvador y en 1943 viajó a EE.UU. donde obtuvo el título en Filosofía y Letras por la Universidad George Washington. Después de residir por varios años en EE.UU., contrajo matrimonio y viajó por diferentes países, regresando a Nicaragua en 1985 para servir de baluarte en la reconstrucción de su país.

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Quisiera creer que te veré otra vez que nuestro amor florecerá de nuevo quizá seas un átomo de luz quizá apenas existan tus cenizas quizá vuelvas y yo seré cenizas un átomo de luz o estaré lejana. No volverá a repetirse nuestro amor.

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Saudade

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Carta de Roma Te escribo, amor, desde la primavera. Crucé la mar para poder decirte que, bajo el cielo de la tarde, Roma tiene otro cielo de golondrinas, y entre los dos un ángel de oro pasa danzando. La cascada de piedra que desciende por Trinitá dei Monti hasta la plaza, se detuvo de pronto y ahora suben azaleas rosadas por su cuerpo. Los árboles repiten siete veces la música del viento en las colinas, y el húmedo llamado de las fuentes guía mis pasos. Más bella que en el aire una rota columna hallé en el césped, caída en el abrazo de una rosa. Cuando fluye la luz, cuando se para el tiempo, asomada a los puentes Roma busca su imagen sobre el Tevere, y en vez del nombre suyo ve que tiembla tu nombre, amor, en el rodante espejo.

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Pluma Blanca Olga Chams Eljach, poeta colombiana nacida en Barranquilla en 1921, es hija de padres oriundos de Líbano, Medio Oriente. Desde 1937, cuando le publicaron sus primeros poemas en la revista Vanidades de La Habana, la poeta adoptó el seudónimo de Meira Delmar. Estudió en el Conservatorio Pedro Biava de su ciudad natal, en el cual fue luego profesora de Historia del Arte y Literatura, materias que había cursado en Roma.

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Busco una enfermedad que no me acabe... Busco una enfermedad que no me acabe sino el dolor constante de la vida: algo para fingir que estoy dormida detrás de este temblor de escarcha grave. Busco un agua cósmica que lave la lágrima terrible que me oxida; busco el morir distinto, y voy herida por la pena vulgar que nadie sabe. Y así me marcho, sonriendo a todos, luminosa de gracia y desventura, con el secreto horror hasta los codos; callándome en el verso y en la prosa, para que escriban en mi tierra dura: esta mujer ha muerto de dichosa.

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Carilda Oliver Labra. Poeta cubana nacida en Matanzas en 1924. Estudiรณ Derecho en la Universidad de La Habana ejerciendo la profesiรณn en su ciudad natal, donde ademรกs dictรณ cursos de dibujo, pintura y escultura.

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A Raúl Gustavo Aguirre

Esta manía de saberme ángel, sin edad, sin muerte en qué vivirme, sin piedad por mi nombre ni por mis huesos que lloran vagando. ¿Y quién no tiene un amor? ¿Y quién no goza entre amapolas? ¿Y quién no posee un fuego, una muerte, un miedo, algo horrible, aunque fuere con plumas, aunque fuere con sonrisas?

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Exilio

Siniestro delirio amar a una sombra. La sombra no muere. Y mi amor sólo abraza a lo que fluye como lava del infierno: una logia callada, fantasmas en dulce erección, sacerdotes de espuma, y sobre todo ángeles, ángeles bellos como cuchillos que se elevan en la noche y devastan la esperanza.

Alejandra Pizarnik. Poeta argentina nacida en Buenos Aires en 1936 Obtuvo su título en Filosofía y Letras por la Universidad de Buenos Aires y posteriormente viajó a Paris hasta 1964 donde estudió Literatura Francesa en La Sorbona y trabajó en el campo literario colaborado en varios diarios y revistas con sus poemas y traducciones de Artaud y Cesairé, entre otros.

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Cómo pesa el amor Noche cerrada ciega en el tiempo verde como la luna apenas clara entre las luciérnagas. Sigo la huella de mis pasos, el doloroso retorno a la sonrisa, me invento en la cumbre adivinada entre árboles retorcidos. Sé que algún día se alzarán de nuevo las yemas recién nacidas de mi rojo corazón, entonces, quizás, oirás mi voz enceguecedora como el canto de las sirenas; te darás cuenta de la soledad; juntarás mi arcilla, el lodo que te ofrecí, entonces tal vez sabrás como pesa el amor endurecido.

Gioconda Belli. Poeta y novelista nicaragüense nacida en Managua en 1948. Junto a Ernesto Cardenal y Claribel Alegría, inició la renovación de la poesía en su país. Un marcado acento erótico impregna buena parte de su obra, aunque la última producción denota una gran preocupación por los cambios políticos de su patria. Entre los libros más reconocidos, se destacan «Sobre la grama» y «Eva».

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SOBRAN LAS PALABRAS Por traidora decidí hoy, martes 24 de junio, asesinar algunas palabras. Amistad queda condenada a la hoguera, por hereje; la horca conviene a Amor por ilegible; no estaría mal el garrote vil, por apóstata, para Solidaridad; la guillotina como el rayo, debe fulminar a Fraternidad; Libertad morirá lentamente y con dolor; la tortura es su destino; Igualdad merece la horca por ser prostituta del peor burdel; Esperanza ha muerto ya; Fe padecerá la cámara de gas; el suplicio de Tántalo, por inhumana, se lo dejo a la palabra Dios. Fusilaré sin piedad a Civilización por su barbarie; cicuta beberá Felicidad. Queda la palabra Yo. Para esa, por triste, por su atroz soledad, decreto la peor de las penas: vivirá conmigo hasta el final.


Pluma Blanca María Mercedes Carranza nació en Bogotá en 1945, y murió en 2003. Licenciada en filosofía y letras por la Universidad de los Andes. Periodista cultural, dirigió las páginas literarias “Vanguardia” y “Estravagario” de El Siglo de Bogotá y El Pueblo de Cali. Fue también jefe de redacción del semanario Nueva Frontera.

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Babel desnuda Babel, desnuda, acaba de nacer. Babel, desnuda, es como un niño ciego, no tiene ojos y mira, horrorizada, con los ojos del tacto que descubren superficies que no siempre es amable tocar. Babel, desnuda, palpa, toca, roza, empuja, oprime: sus manos son las palabras de un mudo que en el terror del silencio sabe que hay un secreto.

Cristina Peri Rossi. Poeta y novelista uruguaya nacida en Montevideo,en 1941. Su madre, maestra, la inició en el amor a la literatura y la música, y la instruyó en los ideales feministas de igualdad. Su primera colección poética constituyó un pequeño escándalo por su erotismo y sus transgresiones sexuales. Tras el golpe militar uruguayo tuvo que exiliarse en Europa desde 1972. Obtuvo la nacionalidad española en 1974.

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Mujer fenomenal Las mujeres hermosas se preguntan Dónde radica mi secreto. No soy linda o nacida Para vestir una talla de modelo Mas cuando empiezo a decírlo Todos piensan que miento Y digo, Está en el largo de mis brazos, En el espacio de mis caderas, En la cadencia de mi paso, En la curva de mis labios. Soy una mujer Fenomenalmente. Mujer fenomenal, Esa soy yo. Ingreso a cualquier ambiente Tan calma como a ti te gusta, Y en cuanto al hombre Los tipos se ponen de pie o Caen de rodillas. Luego revolotean a mi alrededor, Una colmena de abejas melíferas. Y digo, Es el fuego de mis ojos, Y el brillo de mis dientes, El movimiento de mi cadera, Y la alegría de mis pies. Soy una mujer Fenomenalmente. Mujer fenomenal, Esa soy yo.

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Los mismos hombres se preguntan Que ven en mí. Se esfuerzan mucho Pero no pueden tocar Mi misterio interior. Cuando intento mostrarles Dicen que no logran verlo Y digo,


Ahora comprendes Por qué mi cabeza no se inclina. No grito ni ando a los saltos No tengo que hablar muy alto. Cuando me veas pasar Deberías sentirte orgullosa. Y digo, Está en el sonido de mis talones, La onda de mi cabello, La palma de mi mano, La necesidad de mi cariño, Por que soy una mujer Fenomenalmente. Mujer fenomenal, Esa soy yo.

Maya (San Luis, Misouri) Poetisa, cantante, escritora, activista por los derechos civiles y de la mujer; resiliente de una violación por parte del novio de su madre; freidora de comida en restaurantes, madre a sus 17 años, trabajadora sexual, bailarina de clubes nocturnos, integrante de una compañía de ópera, periodista, productora y directora de obras de teatro, películas y programas públicos de televisión; colaboradora de Martin Luther King Jr. y Malcolm X, y recitadora de su poema On the Pulse of Morning (1993) durante la inauguración del presidente estadounidense Bill Clinton.

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Está en la curvatura de mi espalda, El sol de mi sonrisa, El porte de mis pechos, La gracia de mi estilo. Soy una mujer Fenomenalmente. Mujer fenomenal, Esa soy yo.

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Once de diciembre Te pienso en la cama, tu lengua mitad chocolate, mitad océano, en las casas adonde llegas, en tu cabeza con pelo de alambre, en tus manos persistentes y también en las barreras que carcomíamos, pues somos dos. Cómo entras y tomas mi copa de sangre y me unes y te llevas mi salmuera. Estamos desvestidos. Desnudos hasta los huesos y nadamos uno tras otro y remontamos y remontamos el río, el río idéntico llamado Mío y entramos juntos. Nadie está solo.


Pluma Blanca Anne Sexton (1928-1974) nació en Newton, Massachusetts. “Víctima del sueño norteamericano, lo único que deseaba era un pequeño trozo de vida: casarme, tener hijos. Creía que las visiones, los demonios, las pesadillas desaparecerían al confortarles suficiente amor”.

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Pluma Blanca Nayyirah Waheed ha publicado dos libros de poesía titulado Salt. (2013) y Nejma (2014). Poco se sabe de ella además de su presencia en Instagram, su poesía gira en torno a los temas del amor, la identidad, la raza y el feminismo, y se categorizan por su uso de la puntuación, las letras en minúsculas, y la brevedad de sus palabras.

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ella preguntó “tú que estás enamorada a qué se parece el amor” y yo respondí “es como si todo lo que una vez perdí volviera de nuevo” ~ no pongas tu mano en la boca de la soledad sus dientes son suaves pero te marcarán de por vida

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NEJMA

—no te dejes seducir por los solitarios

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Daño Nº 18 Creer que estás embarazada Querer sexo (querer que quieran sexo contigo) pero pasar el viernes sola Ponerte en el pellejo de la hermana de Celan que nunca apareció Ver llorar a un anciano que ha visto un reportaje en la televisión pública sobre el abandono de ancianos; su triste párpado de repente chasquea Ir al ginecólogo y decir creo que estoy embarazada Desmayarte de nervios y dolor; el doctor te hipnotiza con su insulto feroz “no sé por qué, querida, te duele tanto este dilatador: es para vírgenes” Decirle a tu madre he ido al ginecólogo porque creía que estaba embarazada Ah, ¿ya mantenéis relaciones sexuales completas? Y sin precauciones, estoy decepcionada Ver que tu madre está decepcionada, tu madre está decepcionada Ponerte en el pellejo de Celan que jamás encontró a su hermana imaginaria

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Ponerte en el pellejo de Giséle porque Celan intentó estrangularla porque jamás encontró a su hermana imaginaria


Lleváis apenas 10 minutos con los besos no te fías de él Querer sexo pero no fiarse Ah, ¿pero querías algo auténtico? Y sin precauciones, estoy decepcionado Me dijiste que tenías el corazón atado al tobillo

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Querer gustarle pero él te dice si quieres vamos a mi cuarto o a tu cuarto

Lo siento lo solté un momento me dormí y se me escapó Es un desobediente Muy mal muy mal pídele perdón al chico Perdón chico

Berta García Faet (Valencia, España, 1988). ha publicado los libros La edad de merecer, Introducción a todo, Fresa y herida y Los salmos fosforitos. Dentro de su poesía hay ironía, absurdo, belleza, dolor y risas. Cada ejemplar es un paseo por todas las situaciones que puede pasar un corazón herido, contento o simplemente, tranquilo. El poder de la mujer y la fuerza única que nos caracteriza dentro y fuera del plano emocional, también se cuelan en su versos.

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ASTILLAS DE ENDOMETRIO (Fragmento)

Esta es la versión más fiel de mı́misma: un animal que brama y se retuerce en su íntima miseria. * Como las nucas de las flores mi cuerpo‐péndulo es un aspersor en las horas nocturnas. * cada 28 días exilio del endometrio hacia las cavidades subterráneas del mundo.

Andrea Abreu (Tenerife, 1995). Estudia último año de Periodismo en La Universidad de La Laguna y escribe poesía. Sus textos han sido incluidos en varios fanzines y revistas digitales y en papel, también en antologías como Macaronesia de la revista La Galla Ciencia, Los muchachos ebrios, antología de poesía jovencísima transoceánica de La Tribu, Muestra de poesía canaria en Círculo de Poesía o Perdone que no me calle, 62 autoras canarias denuncian la violencia contra las mujeres.

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Meditaciรณn ardiente Soy una meditaciรณn que quema Dentro guardo una isla acuosa pรกjaros marinos y la luna llena Alquilo un hogar a los cocodrilos del Nilo Mi meditaciรณn no es agua azulada sino rojo deseo Creciendo en sus ojos alimento los cocodrilos con un sol deleitable y los dejo dormir Vivo en una meditaciรณn que quema oyendo la isla acuosa golpeada por las olas callada silenciosamente.


Pluma Blanca Kazuko Shiraishi [Vancouver, 1931], una de las más conocidas poetas de hoy, ha recibido premios como el Mugen, Rekitei, Jun Takami o Yomiuri. Historia de una oveja negra es el título de su autobiografía Otros de sus libros son Épocas del maniático sexo sagrado, Una canoa regresa al futuro, Clan de arena, Dejen a los que aparecen, Mi madre flotante, la ciudad. Traducciones de Fernando Barbosa, Jesús Vega, Atsuko Tanabe y Sergio Mondragón.

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