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La religiosidad
preguntamos ¿para qué servía calcular su duración para una civilización de nómadas, pastores y agricultores? ¿Puede que sirviera a
los
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“dioses ” ANUNNAKI para calcular los tiempos orbitales de su planeta de origen y para programar sus viajes espaciales que tenían a la fuerza que tener una duración muy larga? A lo mejor la respuesta a tantos misterios se puede encontrar aceptando esta posibilidad…
A pesar de estos conocimientos avanzados, los Sumerios parecen en breve aparecer de la nada, aunque no es así: la ciudad de Jericó, la cultura de Tel Ghassul, la turca Catal Huyuk, por ejemplo, eran centros de cultura y de civilizaciones precedentes, pero esto solo no invalida la teoría, porque hubieran podido estar fundadas de los mismos ANUNNAKI. Los Sumerios inventaron la escritura, conocían la matemática y la astronomía, parece que hayan sido los inventores de las primeras formas de gobierno parlamentar, de colegios, de leyes y de normas sociales avanzadas, muchas de las cuales luego han entrado a formar parte de la legislación de la civilización del Antiguo Testamento, como las reglas de defensa de los débiles, de las viudas y de los huérfanos. Adoptaron el sistema de cocción de los ladrillos con los que construyeron también Zigurat, edificios de diferentes terrazas utilizados como templos u observatorios para los sacerdotes que, come hemos dicho, también eran instruidos astrónomos. El último piso del Zigurat era generalmente la “ casa de los dioses ” , situada en lo alto justo para facilitar la entrada a los ANUNNAKI.
La religiosidad
La religión de los Sumerios – si podemos realmente definirla así –
era obviamente politeísta: eran muchos lo ANUNNAKI que gestionaban el poder dividido en varios territorios. Los dioses eran entonces a la fuerza divinidades locales. Ya hemos dicho que el señor del imperio era aun, cuya aparición se hace resalir al IV milenio a.C. En el complejo de las divinidades la suya era una figura muy evanescente, abstracta; No era el creador (de hecho hemos visto que el creador era ENKI); no era objeto de un culto concreto y continuo como los otros “dioses ” . Su templo se encontraba en la ciudad de Uruk (¿Ur o Erek de la Biblia?) y se llamaba EANNA, “Casa del cielo ”
8 .
El poder de los
“dioses ” y de los reyes que fueron elegidos para representarles cuando “ se hizo bajar el mando desde los cielos hacia la tierra ” derivaba directamente de ANU, por esto a él se podían solo dirigir los soberanos y no los súbditos. A lo mejor de aquí nace el concepto de lejanía e inaccesibilidad divina, crecido durante las elaboraciones teológicas que se han desarrollado en los siguientes siglos. ANU vivía en alto, lejos, en NIBIRU, y según lo que cuentan los Sumerios, solo bajó una vez, o quizás dos, a la Tierra para ver cómo obraban sus hijos. De ellos ya hemos hablado: ENLIL (señor de las alturas, del aire o de las partes altas) y ENKI (señor de la tierra, de las partes bajas y del agua: el creador del hombre). Una divinidad femenina muy importante era INANNA, conocida luego como Ishtar, Astarté, Isis, Afrodita y Venus en las varias culturas del área de oriente medio y mediterránea9 . A esta divinidad le gustaba mucho viajar sobre su coche volante, por eso ¡se la representaba con un chándal y un casco de piloto! Es importante decir que el concepto de “ espacio ” era el fundamento de todo lo que tenía que ver con lo divino: el término sumerio para indicar a la divinidad, DINGIR, se refería al significado de “ aparición celeste ” y subrayaba las características de la luminosi-