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David y Goliat
Teniendo en cuenta que un cúbito medía la distancia entre el codo hasta la punta de los dedos (es decir unos 45 cm) tenemos ¡un lecho de 4,5 metros de ancho y dos de largo! El narrador, luego, nos recuerda que este lecho, en el momento del relato, aún se encontraba en Rabbat, en el territorio de los Amonitas. Evidentemente era posible verlo todavía…
David y Goliat
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En el primer libro de Samuel se halla la historia que todos conocen, una de las anécdotas más difundidas también en la literatura religiosa para niños: la historia de David y Goliat. El texto nos cuenta uno de los tantos enfrentamientos entre los Israelitas y los Filisteos en la lucha para el control del territorio de Canaán. En la Biblia leemos (1Sam 17,1-11):
Los filisteos reunieron sus fuerzas para el combate. Se concentraron en Socó de Judá y acamparon entre Socó y Azecá, en Efes Damím. También Saúl y los hombres de Israel se reunieron y acamparon en el valle del Terebinto, y se dispusieron en orden de batalla frente a los filisteos […] Entonces salió del campo filisteo un luchador llamado Goliat, de Gat, […] se detuvo y gritó a las filas de Israel: «¿Para qué salen a presentar batalla? […] Elijan a un hombre, y que baje a enfrentarme. Si él es capaz de combatir conmigo y me derrota, seremos esclavos de ustedes. Pero si yo puedo más que él y lo derroto, ustedes serán nuestros esclavos y nos servirán» […] Saúl y todo Israel, al oír estas palabras del filisteo, quedaron espantados y sintieron un gran temor.
Es decir que los judíos le tenían miedo al filisteo que los estaba desafiando a duelo. Después de cuarenta días, el joven pastor David acepta el desafío y consigue vencer al adversario: primero lo aturde con una piedra lanzada por una honda y luego le corta la cabeza utilizando la espada del mismo filisteo. Este Goliat de Gat conseguía dar miedo porque (1Sam 17,4):
lfMJ lJYA jj JHBD
zarèt-va ammòt scesc
hò-gav palma (una)-y cúbitos seis su-altura
¡Es decir que tan solo medía unos tres metros! A la altura correspondía una poderosa armadura: llevaba un casco de bronce en su cabeza y una cota de malla que pesaba cinco mil ciclos de bronce. Sus piernas estaban protegidas con bronce e iba armado con una jabalina y una lanza cuya punta pesaba seiscientos ciclos de hierro (véase 1Sam 17, 4-7). El peso de un ciclo variaba entre los 10 y los 13 gramos, así pues la cota de malla pesaba unos 50 kilos y la lanza unos 6. ¿Un verdadero gigante? Sabemos por cierto que pertenecía a una de las poblaciones que vivían en la tierras por conquistar, como los Refaím, los Emím y los Anaquitas descendientes de Nefilìm. Así que tenemos varias pruebas bíblicas que nos hablan de individuos con excepcionales calidades físicas y pertenecientes a una estirpe cuya presencia causaba seguramente asombro y temor. Pero ¿qué sabe la ciencia oficial acerca de estas poblaciones?