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Inevitables conclusiones

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El autor

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Es decir: ¡dos listas completamente diferentes! Y además preguntémonos: ¿Las prescripciones en la columna a la izquierda podrían servir para crear una religión como la cristiana? La respuesta es muy sencilla: ¡jamás! De hecho, si examinamos las “ palabras ” (rSfBFH) que el Elohìm ha hecho escribir en las Tablas de la Ley como fundamento de la Alianza, nos damos cuenta de que este pacto presenta unas bases muy prácticas; se funda sobre unas normas que no tienen mucho que ver con la ética así como comúnmente se entiende: no hay normas sobre el hecho de matar, sobre el respeto de la propriedad o de la mujer ajena… Al fin y al cabo, esta Alianza no es nada más que una norma reacción entre dos contratantes, uno de los cuales es sin duda alguna el más fuerte (ELOHÌM/ANUNNAKI que se hacía llamar Yahveh) y el otro es un pueblo que estaba naciendo, y que tenía una gran necesidad de apoyo en su intento de conquista de un territorio en donde vivir.

No nos queda que considerar cómo los fundadores del Cristianismo hayan alterado el orden de importancia de los preceptos. Como querían crear una religión, han tenido que presentar como esenciales (escritos sobre la piedra) unos mandamientos que ellos han elegido porque eran útiles para sus finalidades, mientras que el Elohìm consideraba esenciales otras normas, mucho más concretas y sobre las que difícilmente se hubiera podido construir un sistema religioso así como se lo suele imaginar. Solo se necesita leer atentamente las dos listas para ver la sustancial diferencia, una diferencia que se puede explicar sabiendo que

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el Elohìm no quería construir esa religión que en cambio se ha artificialmente obtenido de los textos. Sus finalidades eran bien diferentes: establecer un pacto con un pueblo que le hubiera servido, dándole a cambio ayuda para la conquista de un terreno en el que instalarse. Los fundadores del Cristianismo – podríamos concluir – han deliberadamente escondido los propósitos del Elohìm, remplazándolos con los propios. De hecho, solo después de esta transposición, monseñor Ravasi (Presidente del Consejo Pontificio de la Cultura) puede escribir en su libro 500 curiosità della fede28

que:

Il Decalogo rimane, comunque, come diceva lo stesso Lutero, lo specchio migliore in cui tu possa vedere ciò che ti manca e ciò che devi cercare

29 .

Está claro que al “ verdadero ” Decálogo no se podría aplicar una

afirmación como esta…

28 Mondadori, Milán, 2009

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