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Un hallazgo polémico

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El autor

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Es posible que tengamos también la prueba de un dios (Elohim, Guardián, Neteru) muerto. En Egipto, en la llanura de las pirámides de Guiza, en 1945 se descubrió una pirámide que contenía el cuerpo momificado de un individuo con unas características particulares: alto casi dos metros, con el cráneo alargado y ampliado posteriormente, órbitas oculares muy anchas, barbilla puntiaguda… es decir, ¡un esqueleto seguramente no humano! Se define esta tumba “La tumba del Visitante ” y su habitante vino convencionalmente llamado Osiris. El examen conducido con el sistema de Carbono 14 fechó el cuerpo en 10500 a.C.: ¡el humanoide extraterrestre había muerto en esa época!32 Este descubrimiento incluso parece que haya dado origen al llama-

do

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“Project ISIS” (gestionado por los servicios secretos soviéticos, ¡el KGB!) sobre el que se ha escrito mucho; el excesivo utilizo de “ condicionales ” - necesario por la discreción mantenida alrededor de la entera cuestión – nos aconseja no profundizar aquí (ya que hemos decidido ocuparnos de lo que está escrito en el Antiguo Testamento). Probablemente aquí tendríamos al cuerpo de uno de estos Elohìm–visitantes extraterrestres – muerto hace miles de años, exactamente como dice el Salmo 82 (83): es obigatorio utilizar el condicional porque la historia de este hallazgo es muy controvertida. También podemos intentar la explicación de uno de los preceptos del judaísmo: el Elohìm que se hacia llamar Yahveh prohibía cualquier imagen que lo representase. Su aspecto estaba reservado a quien tenía con él una relación directa y no tenía que ser difundido de ninguna forma. De hecho nos preguntamos:

• ¿Cómo habría reaccionado el pueblo de Israel si hubiera visto el rostro real de aquel individuo que lo guiaba y al que debían una devoción absoluta? • ¿No se hubiera traumatizado?

Es posible que fuera mejor no arriesgarse y dejarlo todo envuelto en el misterio: era más fácil creer que les guìe un dios no más bien identificado que un individuo en carne y hueso, con unos rasgos que seguramente hubieran turbado aquel pueblo vagante por el desierto que estaba fatigosamente intentando adquirir una identidad…

Imagen 1 El posible rostro del visitante

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