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Posibles influencias?

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El autor

El autor

Leemos entonces Juan 10, 36: • on ò patèr eghìasen kai apèsteilen eis tòn kòsmon… oti èipon,

Uiòs toù theoù eimì?… (él que el padre ha santificado y enviado en el mundo… porque he dicho: “ ¿hijo de Dios

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soy?…) Si se comparan rápidamente con las citas del Poimandres, se pueden encontrar muchas y curiosas correspondencias en los dos textos, que hacen pensar en una base común a nivel cultural y religioso. Está claro que el autor del Evangelio tiene unas premisas muy diferentes, ya que se inspira en la historia de un hombre (Jesús Cristo) con el que ha vivido por algunos años y con el que ha compartido experiencias hasta su muerte. En esta base histórica, caracterizada por relatos de grandes y pequeños acontecimientos de la vida cotidiana, el autor del Evangelio incluye sus especulaciones de carácter filosófico y religioso, que much tienen que compartir con las del redactor del Corpus Hermeticum en general y del Poimandres en particular. De aquí entonces nacen las dudas, de aquí surge la pregunta sobre el origen de la presunta “inspiración ” que habría conducido a la escritura de este texto que según el cristianismo ha sido “dictado ” por Dios.

La Biblia nos habla de seres llegados desde otros mundos y que han creado al hombre; estos seres han sido convertidos, en los siglos, en divinidades espirituales y a partir de una pluralidad de individuos se ha llegado a un dios único. Mientras tanto observamos que al autor del cuarto Evangelio, el más espiritual, parece impregnado de cultura hermética, le encanta

expresarse utilizando categorías mentales y literarias llenas de simbología alegórica y de difícil interpretación. Por esto nos parece razonable hacernos unas preguntas, la primera de las cuales corresponde al título de este capítulo: • Las elaboraciones teológicas y místicas del Autor del cuarto Evangelio ¿son verdaderamente e inequívocamente el resultado de una inspiración divina proveniente de aquel

Dios anunciado en el mismo Evangelio o más bien son un producto de la época? • ¿No son más bien una lectura mística de acontecimientos históricos ocurridos unos 50-60 años antes de la redacción del libro? • ¿O a lo mejor también una reinterpretación elaborada bajo la luz de esas doctrinas que han inspirado otras obras escritas en el mismo momento histórico cultural? • ¿Un producto del pensamiento culto de la época que estaba intentando dar respuestas nuevas, eficaces y convincentes a las angustias del hombre que desde hacía siglos ya no podía disfrutar de la relación directa con las divinidades y que entonces intentaba desesperadamente reconstruir una imagen creíble de estas? • Entonces ¿existe realmente una inspiración de origen divino para las llamadas Sagradas Escrituras?

En este proceso constituido por tentativas de reconstrucción de “divi-

nidades espirituales ” en sustitución de las desaparecidas

“divinidades materiales ” , parece bastante evidente que las diferentes culturas colaboraban en el esfuerzo de llegar a una formulación de carácter universal, al menos para el mundo helenístico del que hemos hablado. Se registra, en este contexto, un mutuo intercambio entre las nacientes doctrinas cristianas y las que pertenecían a la cultura clá-

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