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El análisis
luego colocarlas en su lugar adecuado. Esta operación se realiza por medio del análisis del tema.
Analizar se define como distinguir y separar las partes de un todo hasta llegar a conocer sus principios o elementos. Habrá que aprender a distinguir las partes que componen y sostienen la estructura de las que hacen la función de relleno, identificando así lo realmente importante del texto.
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A continuación esta información se reunirá ordenada y relacionada entre sí, para que condense de forma adecuada todo el mensaje que se trata de transmitir en la información original. A esta operación la denominaremos síntesis, que puede tomar diferentes formas dependiendo de los objetivos que se persigan.
La reflexión representa el proceso de considerar otra vez la información de forma más detenida, con el fin de extraer todos sus valores de conocimiento: científicos, naturales, culturales, morales, artísticos, pragmáticos, etc. Para ello utilizaremos una serie de técnicas, sencillas pero muy eficientes, que nos guiarán y ayudarán en la realización de esta operación.
Newton decía: Si en mis investigaciones he logrado mayores éxitos que otras personas, se debe menos a una capacidad intelectual superior que al hábito de una reflexión paciente. Newton meditaba en lo que observaba, y lo hacía de tal modo que su mente no se detenía en la superficie de las ideas, sino que profundizaba interactuando con la información hasta agotar las posibles inferencias.
El análisis
Un requisito indispensable
Es imprescindible haber comprendido bien el tema. En el apartado de la comprensión, hemos estado considerando el proceso para asegurar que este primer paso se realice de forma correcta. Sin este requisito es difícil poder elaborar una síntesis esquemática que resuma en unas pocas palabras o frases ordenadas todo el sentido del tema.
En este caso diríamos que es necesario comprender lo "mucho" para poder extraer lo "poco" que sea capaz de representarlo fielmente.
Por ejemplo, un esquema elaborado sin suficiente conocimiento del tema puede ser más desorientador que orientador.
Selección de la información
Es necesario realizar un análisis del tema separando lo principal de lo secundario. Para escoger el material con el que confeccionaremos el esquema, hemos de desarrollar la habilidad de discriminar entre las ideas principales y las ideas secundarias. Conviene, pues, explicar un poco en qué consisten estos dos conceptos.
Las ideas principales hacen referencia a lo esencial del tema. Son su columna vertebral, sin la cual lo demás no tendría sentido. Estas ideas suelen ser conceptos muy específicos que sirven de soporte a todos los demás.
En cuanto a las ideas secundarias, son aquellas que complementan el significado de las principales, dando luz sobre una serie de aspectos (todos ellos relativos a los conceptos principales) que no pueden ser expresados en una sola frase. La forma de reconocerlas es comparando las ideas restantes con las ideas principales para ver si son útiles para facilitamos información aclaratoria o complementaria, o si sencillamente dejan a las ideas principales en el mismo nivel informativo en que se encontraban; en este caso, desestimaríamos estas ideas.
La manera de conseguir esta discriminación es convertirse en un lector activo, tomar una actitud de interacción con el texto. Esto se lleva a la práctica sometiendo el texto a un interrogatorio. Por ejemplo,
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