3 minute read

La fijación de los conocimientos

que corren mayor riesgo de ser olvidadas; se recuerdan mejor las informaciones estudiadas al principio y al final que las intermedias.

Sabiendo esto, podemos evitar periodos de estudio infructuoso que sólo nos servirían para engañarnos a nosotros mismos. Quien no sabe estudiar, pierde el tiempo y posiblemente el amor por el estudio.

Advertisement

Estudiar de modo inteligente significa sacar el máximo partido de las capacidades de comprensión y retención. Para ello hay que tratar de intercalar de manera correcta las pausas en los tiempos de estudio. El plazo en que las dos actividades (retención y comprensión) se mantienen dentro de valores aceptables es de cuarenta a sesenta minutos.

Es necesario controlar la duración de las pausas. Por lo general, es aconsejable que duren aproximadamente una décima parte del tiempo de estudio.

Aplicando este principio, las curvas de atención, retención, memorización y concentración se mantendrán dentro de niveles aceptables. Hay que tener en cuenta que durante las pausas el inconsciente organiza las informaciones que acaba de aprender y las elabora. Así se entiende por qué las pausas son parte integrante del estudio.

La fijación de los conocimientos

¿Cómo se conservan en la memoria los conocimientos aunque pase el tiempo? En nuestra mente se dan diferentes procesos que facilitan el olvido, como el decaimiento del recuerdo y la interferencia de la información. Aunque estos procesos no se dan en la memoria a largo plazo, sí dificultan los mecanismos de recuerdo. Suele ocurrir con muchos estudiantes que trabajan un tema y lo dejan hasta unos días antes del examen, para repasarlo entonces. Al hacerlo así, se encuentran con la sorpresa de que, al retomarlo, el materialles resulta totalmente extraño. Algunos dicen no recordar nada. Les parece mentira que todo aquello lo escribieran o subrayaran ellos mismos un tiempo atrás.

Lo que ha pasado durante este tiempo es que el recuerdo se ha debilitado. Por otra parte, un nuevo material se ha introducido en la mente, ocupando un lugar más cercano en el tiempo.

El progresivo decaimiento del recuerdo es un fenómeno que ha sido muy estudiado. En circunstancias normales, una gráfica mostraría cómo el nivel de memorización aumenta poco después de haber terminado el aprendizaje, para luego descender (80% de los detalles se olvidan al cabo de 24 horas).

111

Nuestra mente es un universo donde puede perderse mucha informacion si no ponemos cuidado en hacer algo más que dejarla caer en su inmensidad.

La idea de "guardarlo" nos da a entender que vamos a colocar lo que deseamos recuperar en un lugar controlado, que conocemos bien, y que al acudir a él encontraremos lo que antes se depositó. Respecto a esto, ya se ha explicado con detalle cómo hay que hacerla: asociando la nueva información con la que ya poseemos.

Además, durante un tiempo la información no se puede perder totalmente de vista: debe seguirse en contacto con ella hasta que haya sido asimilada. Esto significa que después de haber estudiado un tema deben establecerse unos repasos. Si se organiza de forma adecuada un método de repaso, el decaimiento del recuerdo podrá modificarse de forma que la memorización se mantenga en el nivel máximo alcanzado poco después de concluido el periodo de aprendizaje.

Para conseguirlo, es necesario programar una serie de repasos, cada uno de los cuales deberá efectuarse justo antes de que empiece a descender el nivel de memorización

El proceso ideal de asimilación es el siguiente:

El primer repaso ha de efectuarse en la hora siguiente al término del aprendizaje; de esta forma el nivel de memorización se mantiene constante aproximadamente durante un día. Al día siguiente deberá tener lugar un nuevo repaso. A partir del mismo, la memorización continuará constante cerca de una semana, periodo tras el cual se tendrá que hacer otro repaso, realizándose el último un mes más tarde. Una vez transcurrido este tiempo, la información quedará almacenada en la memoria a largo plazo, lo que significa que pasará a ser tan familiar como pueda serlo un número de teléfono que usamos con frecuencia, necesitando de un estímulo ocasional para recuperarse.

112

This article is from: