10 minute read
Y ahora, organízate bien
Y ahora,
Organízate bien
Advertisement
Podemos tener muy buenas intenciones y mejores capacidades, pero si no trabajamos de forma eficiente, el rendimiento final puede ser muy pobre. De aquí la gran importancia de trabajar organizadamente.
Para aprovechar el tiempo, no es necesario hacer las cosas aprisa, ya que corremos el riesgo de cometer más fallos. Tampoco hay que trabajar hasta agotarse, puesto que el rendimiento va disminuyendo de forma progresiva. Y por supuesto nunca hay que dejarse llevar por los estados de ánimo que suelen ir en contra de lo que nos conviene.
Para aprovechar bien el tiempo es necesario que nuestro trabajo sea dirigido con inteligencia. Para ello debemos hacerlo con planificación y método.
La planificación
La planificación tiene que ver con la idea que trazamos sobre la evolución que debe seguir un determinado proyecto, para que -organizando una serie de medios físicos y humanos con una determinada estrategia- realicemos las tareas necesarias que permiten conseguir el objetivo ~n un plazo de tiempo prefijado.
Como puede verse, esta definición relaciona varios elementos: - El proyecto hace referencia a la idea que tenemos respecto a cómo deben ser determinadas cosas en el futuro. El que se enfrenta al proyecto de una carrera lo hace sabiendo que cuando termine se encontrará en un nuevo nivel de conocimientos que le permitirá tener acceso a lo que ahora no puede. - Todo proyecto incluye un objetivo que le da razón de ser y representa su meta final. En este caso sería la titulación. - La resolución del proyecto debe estar dentro de un tiempo establecido; en caso contrario, obtener el objetivo fuera de tiempo puede suponer que ya no sea útil o no interese. - Para conseguir el objetivo habrá que realizar una serie de tareas que son las que nos permitirán llegar hasta él. - Para llevarlas a cabo serán necesarios medios físicos y humanos, como libros y dedicación personal. - Tan importante como los medios, es la forma de utilizarlos; a esto lo llamamos estrategia, que es el conjunto de directrices intelectuales que determinan qué hacer, cuándo y cómo hacerla.
Por consiguiente, planificar bien sería la capacidad de combinar adecuadamente todos estos elementos, sacando el máximo rendimiento con la mínima inversión.
106
El refrán dice que el tiempo es oro; pero en la práctica nos preocupa mucho más el empleo de nuestro dinero, renovable, que el de nuestro tiempo, irremplazable.
Aunque la planificación debería ocupar un lugar principal en nuestro estilo de vida, en esta sección sólo se darán unas pautas generales junto con una aplicación para ayudar a los que se forman intelectualmente.
Veamos los pasos a seguir cuando se planifica un determinado proyecto.
El objetivo "Nadie va más lejos que el que no sabe dónde va". Es muy difícil planificar un camino a seguir cuando no hay una meta establecida. Por lo tanto, es primordial clarificar el objetivo que pretendemos.
Todas las personas que muestran interés en los estudios que están realizando y se esfuerzan por mejorar su rendimiento, suelen tener claro por qué trabajan y dónde quieren llegar. En el caso de no tener claras estas dos preguntas, será necesario reflexionar y definir las cuanto antes.
Los objetivos parciales Cuando el proyecto tiene cierta envergadura o complejidad, necesariamente tendremos que establecer objetivos parciales. Tanto si uno desea ser ingeniero, como si desea ser mecánico, realizar un curso escolar o conseguir licencia para conducir, deberá especificar una serie de etapas que necesita superar a lo largo de todo el proceso.
Esto debe ser así por varias razones:
El objetivo final puede no ser realizable en un plazo corto.
Si estamos ante un proyecto complejo habrá que construirlo de manera progresiva.
Psicológicamente puede abrumamos si nos enfrentamos ante la totalidad del proyecto.
Todos los estudios de cierta importancia están divididos en varios cursos; en cada curso hay diferentes asignaturas; a su vez, muchas asignaturas se dividen en dos partes y, por supuesto, es necesario realizar una asimilación progresiva.
El propósito de hacerla así es dividir la dificultad total en partes asequibles a las posibilidades y capacidades personales.
Justificación de objetivos Muchos proyectos fallan o se entorpecen por no establecer los objetivos parciales con conveniencia. Nuestros hábitos nos traicionan a menudo a la hora de fijar el orden correcto de los pasos que hemos de dar. A continuación se relacionan algunas de nuestras tendencias ante las tareas: - Lo que nos agrada lo hacemos antes que lo que nos desagrada. - Lo que se hace rápido, antes que lo que lleva mucho tiempo. - Lo que es fácil, antes que lo difícil. - Lo que sabemos hacer, antes que lo que es nuevo para nosotros. - Lo que es urgente, antes que lo que es importante. - Lo que otros nos imponen, antes que lo que nosotros hemos escogido.
Por tanto, planificar con inteligencia significa determinar las tareas que es necesario realizar, no dependiendo de los criterios anteriores sino de los más adecuados al objetivo que se persigue.
107
Análisis de la estrategia Puede haber muchas maneras de hacer un trabajo, pero siempre hay una mejor que otra. Un tiempo de reflexión antes de ponerse manos a la obra es imprescindible para trabajar de manera inteligente. Se debe estudiar las ventajas e inconvenientes de cada alternativa para considerar cuál favorece más el objetivo que se pretende.
Definición de tareas Al final de esta reflexión deberá salir un plan esquemático de todo lo que es necesario hacer para moverse desde el punto de partida al punto de llegada. Hay unas tareas que hacer y se debe especificar bien en qué consiste cada una.
El trabajo intelectual es una tarea compleja, a veces muy compleja. Incluye diversas labores que se complementan unas a otras para poder conseguir el objetivo de saber. Algunas son: leer, escuchar, comprender, analizar, estructurar, consultar, reflexionar, memorizar, repasar, etc. Y como se ha dicho en el punto anterior, habrá que realizadas según una estrategia eficiente.
Determinar el calendario Todo lo que hay por hacer, no se puede hacer a la vez. Partiendo desde lo más general a lo más particular, en todo proyecto debe programarse cada tarea para que pueda darse sincronización y el conjunto avance de forma equilibrada.
Hemos de determinar la duración y poner fechas de término para los trabajos, no malgastando esfuerzos.
Especificar los medios necesarios ¿Qué hace falta para llevar a cabo las tareas propuestas? Cuando realizamos algo, por lo general utilizamos medios humanos y materiales. Al preverlos, podemos disponer de ellos en el momento oportuno, evitando retrasos e interrupciones.
Muchos interrumpen el tiempo de estudio con llamadas de teléfono para realizar consultas a los compañeros (que se alargan más de lo previsto), salen a la biblioteca a recoger algún libro o se quedan sin datos a media sesión de trabajo. Éstas y otras contingencias son suficientes para perder un tiempo precioso e irrecuperable.
Distribución de las tareas
No siempre un proyecto puede ser realizado por una sola persona. Con frecuencia necesitamos unos de otros para conseguir nuestros objetivos. La mayoría de las veces es un trabajo en equipo: profesor, alumno, padres (en su caso) o trabajos coordinados en grupo. Se debe especificar con claridad las responsabilidades de cada cual y llevadas a cabo puntualmente.
Supervisar el avance Cada cierto tiempo se debe tomar cierta "distancia" del propio trabajo para ver el avance desde una perspectiva global. Esto se consigue si te imaginas en la situación de juzgar el trabajo realizado por un compañero como si fueras el profesor. El objetivo es tomar conciencia de que se está haciendo lo que se debe hacer.
108
Corregir las desviaciones
Es muy poco frecuente que en el progreso de un proyecto no haya desviaciones de lo previsto, puesto que indudablemente surgen dificultades. Adaptarse en este caso no quiere decir modificar el objetivo, sino tener una mentalidad lo bastante amplia como para descubrir otras alternativas de avance ante los obstáculos que surgen. Así, hemos de contar con que en la práctica surgirán imprevistos y desviaciones del plan original, los cuales hemos de corregir buscando opciones para reconducir el proceso hacia el objetivo que perseguimos y no hacia otro
Lugar de estudio El lugar de estudio debe ser lo más cómodo posible, con luz y temperatura adecuadas, de forma que te puedas concentrar por completo en el trabajo. Una habitación silenciosa en la medida de lo posible, aislada de interferencias, sin música ni televisión ni teléfonos celulares.
Lo propio es estudiar sentado (no tumbado en el sofá o recostado en la cama) en una mesa amplia, con espacio para tener varios elementos de trabajo o consulta accesibles simultáneamente.
Debe evitarse ir a estudiar a casa de un amigo/a, ya que -aunque se pase un rato muy agradable y divertido- por lo regular se estudia poco y el tiempo apenas rinde. Esto obliga a recuperar más tarde el tiempo perdido.
Se trata de sacar el máximo rendimiento a las horas de estudio y tener más tiempo para el descanso u otras actividades. Hay estudiantes que se sienten agobiados porque parecen vivir "atados" al trabajo escolar: ésta sería una evidencia de mala organización. Por lo tanto, hay que evitar horas de estudio "cómodas" o "entretenidas" porque en el fondo suelen esconder un desaprovechamiento del tiempo.
109
No es recomendable trabajar en una sala de estudio o en una biblioteca pública (salvo que no se disponga de otra alternativa), ya que los riesgos de distracción -y por tanto, de perder el tiempo- aumentan considerablemente. Ir a la biblioteca puede ser muy divertido (coincidir con amigos, charlar un rato, etc.), pero se corre el riesgo de no aprovechar el tiempo. Sólo el tiempo que se emplea en el desplazamiento justifica que no se deba escoger esta forma de estudio, sobre todo si se dispone de una habitación lo bastante cómoda en casa.
Sin embargo, estos lugares públicos sí pueden ser muy interesantes cuando se trata de buscar información adicional para completar apuntes, realizar algún trabajo, etcétera.
Perder el tiempo
Un problema que afecta a casi todos los estudiantes es la pérdida de tiempo; en este caso, el objetivo es tratar de que sea la menor posible.
La pérdida de tiempo tiene su origen en la naturaleza misma del estudio. Estudiar es una actividad que exige esfuerzo y cansa; continuamente se encuentran otras actividades alternativas mucho más placenteras. De esta manera, el estudiante va retrasando el momento de ponerse a estudiar, pero el resultado es siempre el mismo:
Hay importantes desviaciones de la planificación establecida que ya no se recuperan, aunque el estudiante intente engañarse.
La reacción casi siempre va a ser tardía, corriendo un alto riesgo de suspender el examen.
Si suspende el examen, el estudiante se encuentra con que va a tener que pagar con creces el tiempo perdido a base de tiempo extra (ya veces de mucho tiempo extra, si tiene que repetir la asignatura el siguiente curso).
Un ejemplo de pérdida de tiempo podría ser: un estudiante puede preparar un tema en dos horas (supongamos que de 5 a 7 de la tarde). Debido a que se entretiene chateando, comienza a estudiar con retraso, cerca de las 6. Empieza leyendo la lección con la TV encendida y, como es natural, no se entera de nada. Llegan las 7 de la tarde, hora en la que hubiera podido terminar, y se encuentra igual que al principio. Decide hacer un descanso que se alarga otra hora, coincidiendo con la hora de la cena, y también platica con sus padres. Termina aplazando el estudio para después de cenar, y entonces, cansado del día, comienza a agobiarse, ya que su rendimiento ha bajado notablemente. Termina de 11 a 12 de la noche de mal humor, porque también se ha perdido un programa que le gustaba. Al día siguiente no se levanta con buenas sensaciones respecto al estudio, etcétera.
Las pausas
Las pausas en ningún caso tienen que ver con la pérdida de tiempo, sino con el mejor aprovechamiento de éste. En cualquier tarea debe existir una alternancia entre el trabajo y el descanso, pues de lo contrario aparecerán la saturación y el agotamiento, siendo estos efectos incompatibles con el rendimiento y la eficacia.
Estudiar durante varias horas seguidas puede ser contraproducente si no se realizan pausas. Este aspecto es fundamental e indispensable para evitar desperdiciar tiempo precioso.
La comprensión y la retención siguen caminos diferentes. Aunque tienen lugar casi simultáneamente, en realidad son actividades mentales por completo autónomas. Si nosotros estamos estudiando durante tres horas seguidas, es muy probable que nuestra capacidad de comprensión permanezca constante, mientras que nuestra retención decaerá. Ésta pierde fuerza con el paso del tiempo, de modo que los conceptos se comprenden, pero en su mayor parte se olvidan.
Se ha demostrado que las informaciones aprendidas en la fase central del periodo de estudio son las
110