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Alberta y Julián

2do. Lugar

Alberta y Julián

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Joselyn Paola Zúñiga Villanueva Esc. Siete Luminarias • Mpio. Valle de Santiago

uentan que hace mucho tiempo, en la ciudad de Valle de Santiago, Guanajuato, había un viejo rey que tenía siete hijas, a las que hoy conocemos como «Las Siete Luminarias», ellas eran: La Alberca, La Hoya de Cíntora, La Hoya de Rincón de Parangueo, La Hoya de Estrada, La Hoya Blanca, La Hoya de Álvarez y La Hoya de Solís. C

Un día, el rey las hechizó para que nunca se casaran, ya que él las quería muchísimo. Se decía que para romper el poderoso hechizo, una de las hijas tenía que ser llevada a la iglesia más cercana, es decir, a la iglesia de Victoria de Cortazar.

Una noche La Alberca, quien se llamaba Alberta, se escapó tratando de romper el hechizo, ya que ella estaba profundamente enamorada de Julián, conocido actualmente como el Cerro de Culiacán. Mientras ella caminaba, se topó con un leñador que juntaba leña para su casa. Viendo la oportunidad, le pidió que la cargara hasta la iglesia, y una vez allí, ella le daría todo el dinero y la leña que él quisiera, el leñador aceptó.

Al llegar a la puerta de la iglesia, la gente le preguntó:

—¿Qué es ese animal tan feo que cargas en la espalda?— En ese momento, el leñador volteó y miró que atrás, llevaba un dragón que echaba fuego por todos lados, y lo aventó. Entonces, él escuchó:

—¡¿Para qué me soltabas, si ya la llevabas ganada?!— Debido a esto, Alberta tuvo que regresar a su casa muy enojada. Una vez en su casa, su mamá le preguntó:

—¿Es verdad que intentaste romper el hechizo?— Y ella le contestó:

—Sí, pero sin que mi papá se diera cuenta—.

Días después, el rey se enteró de lo sucedido y les volvió a hacer otro hechizo más

poderoso aún, a causa de este, las siete hijas se convirtieron en volcanes y cada siete días hacían erupción.

Al poco tiempo, La Alberca bramaba y el Cerro de Culiacán le contestaba, y para que eso no continuara, un sacerdote los fue a casar; a La Alberca con el nombre de María Alberta del Corazón de Jesús y al Cerro de Culiacán como José Julián, desde ese día ya no bramaron más y quedaron casados hechos volcanes.

Desde entonces, el agua de La Alberca cambia de color: verde, su color natural; azul, para avisar cuando alguien se está ahogando; y roja, cuando va a suceder algún temblor en cualquier parte del país.

La Alberca es el cráter más conocido de Valle de Santiago y se localiza en el centro de la ciudad, debido a esta cercanía, es el más visitado. Mucha gente dice que cada 25 de septiembre, Día de La Alberca, ella se traga a un hombre, tratando de suplir el amor que nunca tuvo, y aunque muchos buzos los busquen, no encuentran nada, pues se dice que no tiene fondo (aunque hoy sabemos que no es así).

Esta bonita historia nos enseña a luchar y defender, por mucho que sean los obstáculos, al verdadero amor.

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