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Contrato con el diablo
Densel Gabriel Aguilar Esc. Prof. Pablo Gómez López • Mpio. Santa Cruz de Santa Cruz de Juventino Rosas
n el pueblo de Juventino Rosas existe una hacienda muy bonita, llamada Valencia, conocida por sus hermosos jardines y la leyenda que guarda entre sus paredes. E
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Cuenta la leyenda que su antiguo dueño, don Vicente, era un hombre rico y poderoso, conocido entre las personas por ser un cacique que se aprovechaba de los pobres. Él vivía junto a su hija, la cual amaba más que a nada y su esposa, eran una familia muy feliz, pero don Vicente tenía muchos enemigos.
Una noche entraron a su casa a robar, en aquellos tiempos, no eran muy comunes los bancos y don Vicente guardaba todas sus riquezas en su casa, el ladrón se llevó hasta el último peso. Entonces, don Vicente al enterarse de esto, se enfureció y juró encontrar a aquella persona que le había robado, buscó por un tiempo, pero fue inútil. Cegado por el odio, nunca se rindió.
Un día, cuando estaba buscando por un camino, se encontró a un catrín muy elegante, quien le dijo a don Vicente que él lo podía ayudar a cambio de algo que él quisiera mucho. Don Vicente desesperado por el dinero, accedió e hizo un contrato con el catrín, sin darse cuenta de que era el mismo diablo. El catrín le dijo que tenía que ir por el camino viejo a Celaya junto a las vías del tren y seguir las señales por muy raras que parecieran. Así lo hizo, se fue por el camino que parecía el más tenebroso, pero tenía que continuar, a pesar del miedo, pues escuchaba lamentos.
Muy al fondo del camino don Vicente vio un caballo solo con una bolsa de dinero colgando, vio algunas monedas que brillaban a lo lejos y siguió hasta que encontró recargado en un árbol al ladrón ahogado de borracho. Don Vicente estaba tan feliz de encontrarlo con su dinero, que aunque faltaba un poco, esto no le importó. Después, mandó fusilar al ladrón e hizo una enorme fiesta para celebrar, olvidando que lo que más quería era a su hija, y el catrín haría valer su contrato.
Al día siguiente, cuando don Vicente despertó, su hija había desaparecido. Él intentó buscar al catrín, pero jamás lo encontró, ni a su hija. Don Vicente entró en depresión, perdió todas sus riquezas buscando a su hija, todo por su ambición por el dinero.
Cuenta la leyenda que murió de tristeza, solo en su hacienda, y desde entonces, al meterse el sol, se refleja la sombra de don Vicente. Hay quien dice que se aparece ofreciendo oro para encontrar a su hija, y que quien lo ayuda condena su alma al infierno.