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La Loca de las Vías

Manuel Ignacio Moran González Esc. Justicia Social • Mpio. San José Iturbide

Hace mucho tiempo en el municipio de San José Iturbide en Guanajuato, en las vías que están en una empresa de productos de limpieza, había trenes que se usaban para transportar los productos que fabricaba esa empresa.

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Un joven, de nombre Juan, era conductor de uno de esos trenes y tenía una novia llamada Marina. Un día, ellos decidieron casarse, y un mes antes de la boda fueron a buscar un vestido de novia. Anduvieron de tienda en tienda, hasta que por fin encontraron un vestido bonito, al ir a pagarlo, la vendedora les dijo que no les recomendaba ese vestido, ya que cinco veces lo habían regresado porque las novias que lo usaban nunca se casaban, siempre pasaba algo que evitaba que se casaran. A ellos no les importó esta historia, y aún así lo compraron.

Una semana antes de la boda, Juan tenía que ir de viaje en el tren, pero regresaría a tiempo. Pasaban los días y éste no regresaba. Después de esperar y esperar, los jefes de Juan le dijeron a Marina que él había tenido un accidente y que lamentablemente había muerto. Marina lloraba y lloraba, pero seguía esperando a su novio a un lado de las vías con el vestido de novia.

Diez años después, ella seguía esperando a Juan, nunca se quitó el vestido. Vendía dulces para mantenerse y le preguntaba a quien pasara por ahí si ya había regresado Juan. La gente del pueblo la llamaba La Loca de las Vías.

Cuando ella murió, la enterraron con el vestido de novia puesto. La gente que vive cerca de las vías afirma haber visto a Marina llorando al lado de las vías con el vestido de novia.

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