PRACTICAS DE PERIODISMO
27 DE NOVIEMBRE DE 2011
Bautista Pérez María Laura
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CULTURA
Málaga, ‘must click’ El complejo arte de hacer de la fotografía tu profesión y no morir en el intento FACULTAD MÁLAGA
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inta al cuello, modo y enfoque manuales, velocidad: 1/80, diafragma... ¿Hace mucho sol? No, con 8 basta. Esta es la rutina diaria de un fotógrafo, profesional o amateur, coger la cámara, hacerla suya y comenzar a “instantanear”. En mayor o menor medida, y sin haber alcanzado las posibilidades que ofrece una buena cámara fotográfica, todos hemos dado nuestros pasitos en el mundo de la fotografía. Los problemas llegan cuando quieres plantearlo como un hobbie serio y, sobre todo, cuando tu meta es dedicarte a ello profesionalmente. Londres, París, Nueva York o Madrid, a menor escala, son algunos de los destinos preferidos por los fotógrafos para ampliar conocimientos. Ya sea por experiencia propia o precisamente por la ausencia de ésta, existe unanimidad en cuanto a salir de Málaga para continuar la formación y así contrarrestar las carencias de la enseñanza fotográfica en la ciudad. Para satisfacer esta demanda nace en 1995 la Escuela de Fotografía Apertura, un centro polifacético que busca tocar todos los palos, dar cabida a todas las tendencias y estar a la vanguardia en cuanto a tecnologías, sin dejar de lado el campo más clásico de la fotografía, el analógico. Al timón de esta escuela encontramos a Míchelo Toro y a otros siete profesores, todos y cada uno de ellos fotógrafos profesionales y especialistas en un tema, con lo que buscan aportar al alumno una visión muy completa de la fotografía. Fotografiar significa pintar con luz, por eso es muy importante la luz para las fotos, y no le falta razón a Juan Miguel Alba. Málaga cuenta con 2928 horas de sol al año lo que la convierte en una ciudad con luz, condición imprescindible para convertirse en un rincón “must click” (que debe ser fotografiado). Pero esta claridad de la que disfrutamos en la capital ¿hasta qué punto se aprovecha? Podría decirse que una de nuestras principales materias primas es la luz, algo de lo que la Málaga Film Office está sabiendo sacar partido, pero que en fotografía parece ser una asignatura pendiente. Pero empecemos desde el principio. El ambiente en la capital malagueña para un fotógrafo amateur que está aún formándose deja bastante que desear. Aunque existen diversas opiniones al respecto, sí que puede vislumbrarse convergencia entre todas ellas. El problema de esta situación un tanto caótica no viene causada ni por una escasa oferta formativa ni por la ausencia de demanda pues, en palabras del fotógrafo Míchelo Toro, la afición por la fotografía se ha multiplicado por diez con la fotografía digital. Por otra parte la oferta tampoco escasea, hay numerosos talleres, maratones, cursos y demás actividades que deberían, en teoría, cubrir las necesidades de todo aquel amante de este arte. Partiendo de esta base que parece no llevar a ningún puerto, pueden atisbarse dos posibles problemas, dos obstáculos que suponen un inconveniente para dos tipos de fotógrafos totalmente distintos. Pero no distintos en cuanto a su forma de ver la fotografía, sino en su forma de entrar al mundillo, de intentar hacerse un hueco en él a través de ese aparente caparazón de tortuga impenetrable que parece rode-
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Los alumnos del curso de Fotografía Básica de Canonistas junto con Nacho Gutiérrez, el profesor.
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Míchelo Toro en el laboratorio de revelado de la escuela Apertura.
arlo. Yendo al grano (de película, en este caso) tenemos, por un lado, a los fotógrafos freelance, los que van por su cuenta y que, salvo en su búsqueda de trabajo y contactos, y tal vez en su instrucción si no son autodidactas, no necesitan (o no quieren necesitar) a nadie. Por otro lado tenemos a esos que se creen ovejas descarriadas y buscan desesperadamente un rebaño, o asociación, como prefieren que se les llame. La diferencia entre estos dos tipos de fotógrafos radica en que están a diferentes niveles, y por tanto su principal “enemigo” es distinto. Durante el ambicioso camino en solitario de un fotógrafo freelance, el mayor peligro que puede encontrarse es él mismo, lo que
puede traducirse en la comunidad de fotógrafos, malagueña en este caso. Formación al alcance de la mano pero ¿y después? La situación desencadena en un “¿y ahora qué hago?” que siembra el pánico. La oferta cultural es decepcionante, en palabras de Nacho Gutiérrez, fotógrafo profesional, la fotografía es la gran olvidada en el mundo de las artes y esto en Málaga es crítico por la gran masa de fotógrafos existente y por la cantidad de centros de arte que hay y que ninguno tiene a la fotografía como eje principal. “Pregúntale al Ayuntamiento. El dinero y los intereses políticos mandan”, contundente respuesta de José Ramón San José, director de la asociación de fotografía Aula 7, al preguntarle sobre la dificultad para
encontrar apoyo en las actividades organizadas por esta comunidad. Parecen verse las orejas del lobo que no acecha, pero sí reprime a este colectivo. Tal vez el problema no sea un rechazo per se por parte de la Diputación, sino que ésta opte por traer lo de fuera aquí en lugar de promocionar el material autóctono. Esto es algo que podemos ver reflejado en la realización de actividades como “Fotomanías”, jornadas organizadas por la Diputación desde hace tres años y que cuentan con profesionales a nivel internacional, que ensombrecen el enorme vacío en cuanto al apoyo a los profesionales de la provincia. Pero en la partida no todo son “final boss” y, como en cualquier aventura que se precie, existen numerosos obstáculos que irán dándote pequeños o grandes golpes de los que duelen. Nos quedamos con dos que llegan a ser casi una paradoja: la escasa oferta de empleo frente a la excesiva demanda y, sobre todo, el intrusismo laboral. El autodidactismo defendido por tantos fotógrafos como David Ruiz, que confían en el método ensayo y error se vuelve en su contra. Esto no implica que la formación en escuelas sea imprescindible, pero sí que la ausencia de estricta profesionalidad abra las puertas de la fotografía sin una criba mínima. Ante un problema de organización que parece irresoluble, tal vez lo necesario sea un replanteamiento, un cambio de ideas de raíz, un “lavado de cara”. Míchelo Toro establece el problema en una duda eterna, de esas que brillan por su sencillez pero también por su perpetuidad: “Lo que se sigue preguntando la comunidad fotográfica es ¿qué queremos?, después ¿cómo lo conseguimos? Y después cómo hacerlo”.
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Bautista Pérez María Laura
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CULTURA
Exprimiendo luz
MICHELO TORO Director de la escuela Apertura
La fotografía ha muerto, viva la fotografía, porque sigue avanzando»
Toda iniciativa para promover la fotografía es buena, cuanto más, mejor»
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Míchelo Toro en la biblioteca de la escuela Apertura.
«Hay que ser ‘budista’ de la fotografía» FACULTAD MÁLAGA
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icenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la UMA, Míchelo Toro se inicia en la fotografía a los 14 años y completa sus estudios en EEUU. En 1995 comienza su andadura en la Escuela de Fotografía Apertura y en 1999 crea Toroblanco Producciones.
-¿Cómo nace Apertura? -La escuela ya funcionaba antes de mi llegada bajo otro nombre y otros conceptos, pero en 1995 nace Apertura como lo que es hoy en día, una escuela muy práctica que da cabida a todas las tendencias: la publicidad, la moda... Fuimos la primera escuela de Málaga y unas de las primeras en Andalucía en implantar los sistemas digitales y hoy somos una de las pocas escuelas de España que seguimos con clases de analógico. -Pregunta obligada, ¿fotógrafo se nace o se hace? -Los dos. Los que nacen tienen que hacerse, y los que se hacen tienen que intentar sacar lo que tienen dentro. Obviamente son dos tipos de fotógrafo totalmente distintos, pero los dos válidos. -Hablando de fotografía digital y analógica, ¿qué cree que ha aportado lo digital al mundo de la fotografía? -La fotografía digital ha abierto muchísimas puertas, ha hecho de la enseñanza de la fotografía algo
muy interesante. Igual que lo que se dice cuando muere un rey: “El rey ha muerto, viva el rey”. Pues igual, “La fotografía ha muerto, viva la fotografía”, porque sigue avanzando. Y los procesos analógicos también. Todo es compatible. A lo que no podemos llegar es a los extremos, a lo que yo llamo el “talibanismo fotográfico”, expresión propia. No se puede ser “talibán” de la fotografía, hay que ser “budista” de la fotografía. -¿Cómo ve la actividad cultural fotográfica, en cuanto a cursos, maratones fotográficos y demás en Málaga? -Tenemos un gran potencial en Málaga porque hay muchos buenos fotógrafos de muchos estilos distintos y que, poco a poco, se están enseñando sus trabajos. Poco a poco se van haciendo cosas. Hay cada vez más asociaciones de fotógrafos e Internet ha abierto muchas posibilidades, hay muchas comunidades virtuales como canonistas, flickr... Además, en Facebook hay miles, Y ahora una más, la que hemos creado desde la escuela: quiero ser fotógrafo. Cada vez más hay más afición y más comunidades. -¿Qué opinión le merecen iniciativas como las de FNAC, que promueve actividades como cursos básicos de fotografía digital, exposiciones o el concurso fototalentos? -Perfecto. Toda iniciativa para promover la fotografía es buena. La de la FNAC, la de “Canonistas”, la de “Nikonistas”, del diario Sur... Y cuanto más, mejor, y a todos los niveles.
Cursos, la excusa perfecta para sacarle jugo a tu cámara FACULTAD MÁLAGA
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oce personas, cámara en mano, a las puertas del cine Albéniz rodeando a alguien a quien apenas conseguimos ver. Doce personas de todas las edades y con el ojo fijo en el visor, disparando flashes a diestro y siniestro. No, no se trata de un grupo de paparazzies acosando al famoso de moda, buscando una imagen para ganarse la portada de una revista cualquiera. Se hacen llamar “canonistas”, son los usuarios de una de las múltiples comunidades de aficionados a la fotografía, pero de los de verdad, de esos con ganas de aprender y que le dan a esta expresión artística su verdadero sentido. Como viene siendo costumbre desde hace varios años, tiene lugar en la capital malagueña uno de los numerosos cursos organizados por esta comunidad de aficionados a la fotografía, en esta ocasión impartido por Nacho Gutiérrez, fotógrafo profesional que compagina estos cursos con su labor docente en la escuela de fotografía Apertura de Málaga. Para Nacho Gutiérrez, eres un aficionado a la fotografía cuando primero te das cuenta de que es algo necesario en tu vida. Siempre haces fotografías, a todo le ves el lado fotogénico, da igual que hagas las fotos con un móvil, con una compacta o con una réflex. Los primeros pasos hacia el mundo de la fotografía digital se agrupan y condensan a la perfección en este curso intensivo de tres días, 8, 9 y 10 de abril, durante los cuales se imparten conocimientos teóricos partiendo desde una ausencia de base, o incluso desde una base negativa (o destructiva) en algunos casos. La teoría adquirida es posteriormente aplicada en pleno centro de Málaga, en localizaciones tan populares como la Plaza de la Constitución, el Paseo del Parque o el Palmeral, bajo las curiosas miradas de los viandantes. El curso consta de tres clases teóricas y dos sesiones prácticas en las que se intenta sumir a los alumnos en un proceso creativo para la elaboración de cada fotografía. No se trata sólo de enseñar, sino de transmitir el valor del autodidactismo, llevarlos a pensar cada imagen, enseñarles a controlar la cámara y no dejar que ésta les controle a ellos. Se busca afrontar el principal problema de quienes se compran una cámara réflex por mero capricho y no por verdadero interés. Nos encontramos ante el típico caso de la matanza de moscas a cañonazos: potencial desaprovechado. Eliminamos moscas cuando nuestra arma está diseñada para elefantes, lo cual no significa que debamos hacernos unos expertos fotógrafos, pero sí amortizar nuestra compra, conseguir un término medio, una cebra podría ser un buen ejemplo. En tan sólo dos sesiones ya puede verse un avance entre los alumnos. Decir que tras el primer día aprenden a controlar la cámara es un poco exagerado, pues ni el mejor cowboy del oeste domina a la fiera en un día. Dejémoslo en que empieza a vislumbrarse cierto control que con paciencia y dedicación llegará a dotarles de la destreza necesaria para darlo todo en el ruedo. Lo cierto es que a partir del segundo día, metáforas western aparte, se da por sabida (tal vez con demasiado optimismo) la técnica. Ahora es cuando llega lo divertido: dar rienda suelta a la creatividad. ¿Y qué hay más creativo que cambiar el punto de vista? Al suelo, sobre una inestable barandilla o colgando de un árbol, toca dotar a lo cotidiano del toque que lo hará especial, cambiar la vista a la que estamos habituados pasando, por ejemplo, a la de un niño de cinco años. Entre los alumnos todo vale. Ya seas un principiante absoluto o lleves quince años en el mundo de la fotografía tienes un hueco en este “grupo de amigos”, y es que en la variedad está el gusto. Y por si cabe duda, basta con preguntar y curiosear entre los asistentes: ni una sola opinión negativa. Desde los más novatos a los que llegan a ser casi expertos, todos afirman haber aprendido algo y,
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Primera sesión práctica del curso de Canonistas.
sobre todo, haber experimentado mucho. En casos de evidente heterogeneidad como este el aprendizaje pasa a ser bilateral, tanto vertical como horizontal. Al igual que en los foros de la web de la que toda esta iniciativa procede, existe la opción reply mediante la cual dejar constancia de tu acuerdo o desacuerdo y enriquecer la lección con tus propias vivencias. Siempre pasando por la criba del profesional a cargo de los padawans, el maestro jedi. Queda claro que las experiencia de unos son el descubrimiento de otros y viceversa, pues todos tienen algo que enseñar y, sobre todo, mucho que aprender.
Canonistas, una iniciativa con marca registrada
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anonistas nace el siete de abril de 2005 de la mano de Vicente García, Vigape, como una comunidad de aficionados a la fotografía usuarios de Canon. A lo largo de estos seis años canonistas.com ha ido recogiendo a miles de usuarios con ganas de aprender y de compartir su experiencia, ganándose un nombre en el mundillo de la fotografía a nivel nacional. Sin más conexión que su pasión por esta expresión artística, este grupo de aficionados y profesionales han ido amueblado su estudio en la red, dando la bienvenida a todo aquel que acude a él. Esta “hermandad” se ha querido plasmar en las calles, sin más máquina de por medio que la fotográfica, dando así lugar a los cursos. Ya sea de fotografía urbana, de flash de mano o talleres de iluminación o composición, en Madrid, Sevilla e incluso París, el que no aprende es porque no quiere.