Caridad sin fronteras 93

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puntualidad a los actos de comunidad… Repito que jamás presencié ningún acto de desobediencia… Su vida de oración fue muy intensa y estaba embebida de Dios. Rezumaba siempre alegría interior, una gran paz y un temple extraordinario, siempre igual…Era para los enfermos su verdadero ángel de la guarda… Cuanto me preguntan lo resumiría en esta expresión: sor María Teresa era un verdadero ángel” “Sí, Sor María Teresa fue objeto de incomprensión, porque ella tenía una exigencia de Dios que nosotros no la comprendíamos, porque de no tener una exigencia de Dios no se comprende la vida de sacrificio que llevaba. Yo muchas veces iba a la capilla cuando sabía que estaba ella, sólo por verla, pues se colocaba en la primera grada y era edificante su manera de rezar y de orar ante el Señor. Y el que, en algunas ocasiones, fuese objeto de críticas es porque a nosotras nos parecía que hacía su voluntad, puesto que llegaba algunas veces tarde a algún acto de comunidad y concretamente a los actos que llegaba tarde solía ser a la comida y al recreo. A los demás actos nunca llegaba tarde. La razón por la que llegaba tarde era porque llevaba gran peso de trabajo y se entregaba tanto a los enfermos, que esto le exigía mucha dedicación y entrega. Yo muchas veces le decía: Sor Teresita, eres un poco desobediente”. Y ella me decía: “Madre, no me diga eso; desobediente no soy. Yo quiero obedecer, pero el trabajo con los enfermos me absorbe y por eso llego alguna vez tarde.” Tengo que reconocer que jamás fue María Teresa rebelde en nada, ni tampoco llegaba tarde por dar en la cabeza, sino porque tocaba la campana y ella aún estaba ocupada con sus enfermos o con el apostolado que hacía entre los mismos”. (Continuará)

ORACIÓN “Paz para este mundo loco de felicidad: Grítales a mis hermanos, a lo más íntimo de su corazón, que esa felicidad que buscan sólo la puedes dar tú, tú y tú y tan sólo tú. Ilumíname, Dios mío. Con tu ayuda voy a contestar a estas tres preguntas. La primera es lo que no haría por nadie, lo hice por ti, Dios mío. Y en aquel amanecer, cuando todo me sonreía, a los dieciocho años, cuando yo estaba formando mis planes de vida, viene el divino Dueño a disponer otra cosa muy contraria a las ilusiones que yo me había hecho. Me insinuó la cruz que toda la vida tenía que llevar y que tantas lágrimas tenía que verter. Pero triunfó el amor que sentía por mi Señor. Y en ese momento, recuerda…,te dije que sí, que sí te seguiría hasta el final, cayendo y levantando, pero siempre tuya, contigo a todas partes, con mi cruz hasta morir, sin derecho a nada. Lo hice por tu amor y por las almas. No quiero ninguna recompensa. Mi mayor recompensa es ganarte muchas almas a tu divino corazón, y si lo que espero no esperara…, lo mismo que te quiero te quisiera.” (continuará)

NOTICIAS El día 11 de Febrero, para recordar el nacimiento de la Venerable, se ha celebrado en la Casa Madre, de las Hnas. de la Consolación, en Jesús, Tortosa, una Eucaristía de acción de gracias por su vida y virtudes en la que se ha pedido al Señor, el milagro necesario para su pronta beatificación. En esta fecha especial del “Día del Enfermo”, hemos tenido muy presentes a todos los que sufren por la enfermedad, presentes y ausentes en la Eucaristía. EL PRÓXIMO 25 DE ABRIL, A LAS 11,30 EN LA IGLESIA DEL COLEGIO DE LA CONSOLACIÓN DE CASTELLÓN, DONDE REPOSAN LOS RESTOS DE LA VENERABLE, SE CELEBRARÁ LA EUCARISTÍA ANUAL ANIVERSARIO DE LA CLÁUSURA DEL PROCESO DIOCESANO. INVITAMOS A LOS DEVOTOS, AMIGOS Y CONOCIDOS, A ESTA CELEBRACIÓN

Padre de misericordia y Dios de toda consolación. Te damos gracias porque derramaste en el corazón de tu Sierva la Venerable MARÍA TERESA GONZÁLEZ JUSTO tu inmensa caridad y le comunicaste el don de entregarse en el amor y en el consuelo, a los pobres y enfermos, compartiendo con ellos su es-píritu misionero. Manifiesta en ella la fuerza de tu amor, para que su vida sea estímulo y guía en nuestro camino de creyentes. Concédenos, por su intercesión, la gracia que te pedimos, a gloria de tu santo Nombre. Hermanas Ntra. Sra. de la Consolación

Nº 21

De este Destierro, 6-VII-65

Mi querido Esposo: No tengo otras palabras que las de Pedro: “Apártate de mí, pues soy grande pecador”. Pero a dónde iré, Señor, fuera de ti? Muy lejos tu María Teresa de ofenderte, Señor; soy tan débil, que caigo a cada paso y necesito apoyarme en ti para no desfallecer. No sé qué hacer, Dios mío, no permitas que haga ninguna falta que con ella te pudiera ofender. ¿No recibes bastantes ofensas en el mundo? No las permitas de esta mala esposa, déjame morir antes, Señor, que yo te pudiera herir con algo. Soy tuya, Jesús, te pertenezco; veintiséis años viviendo sólo para ti, para tu gloria, para los demás; ese sufrir de cada día, esos desprecios casi continuos. Ese desamor de muchos que me rodean, de nuevo te lo ofreceré como reparación y desagravio, por mis pecados, por los de mis padres y hermanos, por los del mundo entero… perdón, Señor, perdón…. Y nada más. Un abrazo de tu María Teresa, siempre de Jesús-

- Agradecemos a nuestros lectores los donativos que envían por favores obtenidos, así como las cartas que recibimos, testimonio de la devoción privada que por la Venerable sienten. - Las gracias obtenidas rogamos se comuniquen a nombre de: M. Francisca Pérez Soriano Causa de Beatificación y Canonización de la Venerable MARIA TERESA GONZÁLEZ JUSTO. Hnas de Ntra- Sra. de la Consolación. Pan de Azúcar, n° 4 28034 MADRID - ESPAÑA sinfron67@libero.it - También pueden enviar al mismo nombre y dirección los donativos para la Causa, así como a la Cta. Cte. que se indica a continuación: BANESTO-CASTELLÓN. Cta. Hnas. de Ntra. Sra. de la Consolación CAUSA DE BEATIFICACIÓN Y CANONIZACIÓN Cta. Nº 0030 2166 58 0850052273 - El sepulcro de la Venerable, puede visitarse en la Iglesia del Colegio Ntra. Sra.de la Consolación, Avda. de Lidón, 49 CASTELLÓN (con licencia) Dep. Leg. T.-415-84 Imprime: Gráfica Dertosense, s.l. · Cervantes, 21 · 43500 TORTOSA Tel. 977 44 00 28 · graficadertosense@hotmail.com

Hoja informativa de la Causa de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios Marzo 2010

Nº 93


ASÍ LA VEN… ASÍ LA SIENTEN!!! Qué luz te envuelve, María Teresa?

23 DE ABRIL DE 1983 “…. Se da por terminado en Castellón el Proceso agnicional, que se había iniciado en el mes de junio anterior” “La figura de Sor María Teresa –que ya tiene el título de Sierva de Dios- ha enamorado a todos aquellos miembros de la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos, que por razón de su oficio, han tenido que manejar su Proceso. Una figura –dicen- simpática por la sencillez de su vida, y a la vez, conmovedora por la heroicidad de sus virtudes” Damos gracias a Dios cuando están por cumplirse 27 años de esta efemérides que hizo posible continuar buceando en la vida de nuestra Hna. María Teresa en su ser y en su hacer…., Hasta llegar al

13 de Junio de 1992,

en Roma, ante el Papa Juan Pablo II, se lee el Decreto sobre las virtudes heroicas de la Sierva de Dios, vividas al impulso del Espíritu, para “gloria de Dios y el bien de los hermanos”, como aprendió de su Santa Madre Fundadora. A partir de este momento la llamaremos Venerable María Teresa González Justo, hasta que llegue el día de su Beatificación.

ESTIMADO LECTOR: Si Vd. o alguien que Vd. conozca ha recibido una gracia o favor, por intercesión de la Venerable María Teresa González Justo, redacte o invite a quien la recibió, a escribir a nuestra redacción del relato del acontecimiento. ¡GRACIAS!

El reloj del tiempo marca el año 1959. María Teresa ha cumplido 38 años. Edad preciosa para la experiencia de Dios y la caridad sin fronteras hacia sus hermanos, necesitados de la consolación de Dios. Por estas fechas escribe en su diario: «Estoy a oscuras. Sólo me alumbra el deseo de amarte, de darte gloria. Señor: tuya soy y para Vos nací». Me pongo al habla con María Teresa y con vosotros. A la pregunta: ¿Qué luz te envuelve, María Teresa? Nos respondes con tu vida: luz en la paz, en el silencio y en la seguridad de un amor-elección del Señor. El «tuya soy y para Vos nací», quiere expresar tu profunda aspiración, como Teresa de Jesús y evoca, en un contexto relacional, tu pertenencia a Él. Nos recuerda, que todos somos de Dios y para Él hemos nacido. Y el «sólo me alumbra el deseo de amarte y darte gloria», nos invita a adentrarnos en esa gran aventura humana y espiritual que nos legó María Rosa Molas en el: «Todo para gloria de Dios y bien de los prójimos», como expresión de toda vocación cristiana y de la dinámica del más generoso amor a Dios y a los hermanos, para consolarlos desde una caridad sin fronteras. Sintonía de aspiraciones en tu vida. María Teresa, déjame que te diga: Fuiste una mujer de oración encarnada en la vida, como lo fue María Rosa. Nos han dicho que: «Tenías un gran espíritu de oración, de servicio y de sacrificio» y «que no dejabas nunca la oración por nada del mundo». Tuviste esa honda experiencia de Dios que te reveló a Jesucristo, como tu Amigo, tu Esposo, tu Fortaleza, tu Amor… Viviste de Él con la sencillez de tu alma transparente y con la hondura de un amor esponsal fecundo y recio. «El Espíritu Santo Consolador –como dicen nuestras Constituciones– te fue revelando su misterio» y viviste en radicalidad las exigencias de tu consagración a Él como Hermana de la Consolación. Tus pasos por el Sanatorio Antituberculoso de La Magdalena en Castellón, sólo se entienden desde un compromiso con el Señor que te mantuvo en tensión de fidelidad amorosa a Él y de entrega en servicio consolador con los enfermos y los más pobres. Desde que llegaste, joven religiosa de 23 años, serás fiel a tu palabra dada: «Te entrego todo, Dios mío, y te ofrezco mi vida, gota a gota». Y lo cumpliste. Sí, María Teresa, gota a gota, diste tu vida. Junto a la cama del enfermo tísico; acompañando sus noches; consolando sus tristezas, repartiendo el pan del evangelio; llevando tu comida a quien más lo necesitaba. Con obras llenas de amor, trasmitías el amor de Dios a los más desgraciados. Fuiste un sencillo y fecundo cauce de su consolación con tu ternura, tu bondad, tu sonrisa, tu vida. Al acercarnos a María Teresa nos sentimos impregnados por la sabiduría de sus escritos –tan sencillos y profundos– que, nos estimulan a llevar la antorcha de nuestra espiritualidad carismática a quienes formamos la familia de Consolación, como profetas de la misericordia y la consolación de Dios en el corazón del mundo y de la Iglesia. Desde su amor a Jesucristo y a los hermanos, su voz resuena hoy, en las nuevas situaciones históricas, como una invitación a recrear su mensaje, atentos a los «signos de los tiempos» –que son «signos de Dios»– y percibimos una exigencia de espiritualidad dinámica y profunda, de arraigo evangélico y carismático. María Teresa: con la luz en la oscuridad de tus noches, con el fuego de un amor nunca extinguido, con el silencio en tu entrega, caridad sin fronteras…, das calor a las áridas tierras de los hombres. Hombres que gimen en la oscuridad de sus noches heladas, de sus noches de hambre, pobreza y desconsuelo. Tu voz, hoy nos sigue revelando el secreto: Buscad siempre, y en todo, «la Gloria de Dios y el bien de los hermanos». Brillará la LUZ derramando consuelo, en las cañadas oscuras de este nuestro tiempo. María Esperanza Casaus Cascán

DE LA BIOGRAFÍA DE LA VENERABLE MARIA TERESA GONZÁLEZ JUSTO (XXXI) (Continuación)

GRANDEZA Y SERVIDUMBRE DE LA CARIDAD (III)

En el Proceso dijo también lo siguiente: “Mi opinión sobre ella la tengo muy buena, pero nos llevábamos con cierta tirantez en cuanto a relación de superiora a subordinada, pues ella vivía tan decantada y empeñada en remediar tantas necesidades materiales y espirituales de los allí recogidos, qué descuidaba un poco la puntualidad y los horarios de la comunidad; pero después me daba perfectamente cuenta de cómo ella hacía todos los actos de comunidad, oración, rezos, etc., por su cuenta; quiero decir qué en nada olvidaba sus obligaciones religiosas y comunitarias pero las hacía cuando podía y así cumplía con sus obligaciones de religiosa sin olvidarse de las necesidades de los enfermos, qué eran muchas. Llevaba una actividad grande y ello le impedía un poquito el cumplir la materialidad del reglamento, aunque el espíritu lo cumplía a la perfección. Por eso mi única preocupación como superiora era ver qué llevaba tanta actividad, estaba tan

absorta en ayudar en tantas direcciones qué le venía corto el tiempo, y en esto radicaba mi única pequeña tensión con ella. Pero yo como superiora, reconocía qué esa falta de puntualidad a los actos de comunidad estaba más qué justificada, porque sor maría Teresa atendía en esos momentos a los enfermos en sus necesidades materiales y espirituales. Pero, repito no es qué ella dejara de hacer las cosas qué le correspondían como miembro de la comunidad, sino qué las hacía a solas”. “Reconozco que su comportamiento para conmigo, como superiora, y para las demás religiosas fue verdaderamente ejemplarísimo. Jamás protagonizó ningún altercado ni jamás se enfrentó con nadie por nada. Su disponibilidad era total para adentro y para afuera. Era tal su preocupación por los enfermos, que le absorbía el tiempo, y por ello aparentemente “cojeaba” un poco en la


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