Sir Ken Robinson comienza su libro El Elemento con la historia de una niña de seis años absorta en la tarea de realizar un dibujo. A la pregunta de la profesora responde que está dibujando a Dios. “Pero nadie sabe qué aspecto tiene Dios”, observa la profesora. “Lo sabrán enseguida”, responde la niña. De Mª Rosa Molas, Fundadora de los Colegios de Nuestra Señora de la Consolación se ha dicho que “los niños eran la pupila de sus ojos”. Como ellos mira con ojos limpios la realidad, a las personas. Se asombra, descubre la vida más allá de las apariencias. Experimenta la dulzura y el extremo del amor de Dios que consuela a cada niño, joven, hombre, mujer,… 200 años después percibimos esa mirada en los pasillos, en la escalera, entre las mesas de los alumnos, en las salas de los profesores. Unas veces sonríe, levanta, anima, sosiega, otras regaña, corrige, exige, busca que los alumnos crezcan, se sientan confortados. Esta actitud se hace visible a través de la vida de los maestros de la Consolación. Gestos, palabras y acciones concretas ofrecidas al estilo de Mª Rosa Molas. Relaciones tejidas desde la humildad, la sencillez, la gratuidad, la ternura, la empatía, la solidaridad. Nos sentimos llamados a educar a los alumnos que llenan nuestros Centros con esa mezcla de dulzura y fortaleza que caracterizó a nuestra Fundadora. La Congregación de Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación nace el 14 de marzo de 1857 con un fuerte sentido eclesial con el fin de acercar a Dios a los hombres y los hombres a Dios. Desde ese momento el fin para el que nace la Congregación lleva, primero a las Hermanas y más tarde a cuantos se asocian a su obra, a levantar colegios donde los niños sean protagonistas de su propio aprendizaje, donde desarrollen sus diferentes capacidades poniéndolas al servicio de los demás. Actualmente los Centros de la Consolación están distribuidos por Europa, África, Asia y América. En España son diecisiete los Centros a los que acuden unos 13000 alumnos, 6000 familias y 750 profesores. La herencia que Mª Rosa Molas deja a sus colaboradores es clara, los maestros de la consolación debemos “estar a la altura de la sana ilustración de la época”. Con un lenguaje propio del XIX señala la importancia de la formación continua del profesorado, su apertura y comunicación para generar un marco de innovación sostenible. Puertas abiertas. Todos caben en los Centros de la Consolación. Escuelas inclusivas donde los alumnos con necesidades educativas están integrados en el aula para riqueza de todos. Centros bilingües y plurilingües conscientes del reto de la comunicación y la importancia del aprendizaje de lenguas y en lenguas extranjeras. Centros acogedores donde se acompaña a los alumnos a