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HERMANAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA CONSOLACIÓN

Hoja informativa sobre la Espiritualidad de Santa María Rosa Molas y Vallvé N°89 Mayo 2015

María, camino para ir a Dios Con la fiesta de Pentecostés finalizamos el tiempo de Pascua. Y la presencia de María, nos ha acompañado en cada momento. Su Sí a Dios en Nazaret se ha prolongado en toda su vida. María nos acoge como hijos, y con ella en nuestra casa, salimos fortalecidos con los dones del Espíritu. María, la Madre de Jesús y Madre de la Iglesia es testigo de la nueva creación. Donde había un grupo de discípulos escondidos por miedo, el Espíritu les fortalece y silencia el temor. Donde había duda, la Fe se hace presente. María, llena de gracia, y fortalecida en la Pascua, es Madre, Modelo y Guía en este nuevo peregrinar. María es imagen de la Nueva Jerusalén, la Iglesia.

Su manto se abre como una tienda para recibir, proteger y custodiar a sus hijos que peregrinan al encuentro de Jesús, que buscan escuchar su palabra y cumplir su voluntad. María es la madre buena, que extiende sus brazos y con sus manos ofrece seguridad, bendición, ternura. Podemos detener nuestra mirada, y contemplar las manos de María, y en ellas descubrir la huella de Dios que nos consuela. “Así como una Madre los consuela, así yo los consolaré” (Is 66,13). Las manos de María nos levantan. Como toda madre con su hijo, María nos acompaña. María nos acompaña en el camino, y cuando caemos allí está ofreciéndonos sus manos.


Manos que acogen, que reciben. Manos siempre abiertas, como quien sabe, que todo lo que recibe de Dios, todo en Don. Manos que indican, que nos enseña al Hijo. Manos que trabajan, manos creadoras, prolongaciones de las manos de Dios. Manos que acarician y consuelan, manos que se ofrecen a curar las heridas. Manos que sostienen al Hijo. Manos que sostienen la Cruz.

La madre María Rosa busca y ama a la Virgen María como a una Madre. Su devoción Mariana es profunda. Considera a María como camino para ir a Dios. Por eso a María encomienda lo que más ama: sus hermanas, su fidelidad a Dios, su salvación. María Rosa, vive a ejemplo de María el misterio de Dios en los más intimo de su corazón, donde también guarda para el Señor todas las cosas.

María, háblanos de Jesús, para que la frescura de nuestra fe brille en nuestros ojos y caliente el corazón de quien se encuentra con nosotros, como lo hiciste al visitar a Isabel.

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Las huellas que María Rosa ha dejado en mí… Madre María Rosa, ¡con cuánta suavidad y cuidado supiste caminar para poder entrar en mí! Es tanta tu humildad… Viajo hacia atrás en el tiempo y te imagino en aquel día, cuando tu madre te llevó por primera vez para asistir a los enfermos de cólera… Ellos seguramente sentían una alegría diferente. Era la alegría del consuelo… De la misma manera, tus hijas me recibieron a mí (como dice nuestro querido Papa Francisco) “como en un hospital de campaña”. Me asistieron y fueron curando mis heridas, que eran muchas. Y muchos fueron los años y las hermanas que llenaron esos vacíos, los llenaron con tu presencia, y a través de tu presencia, los llenaron de Dios. Empezaste a formar parte de mi vida, casi sin hacerte notar y para mí fue una bendición. Mientras escribo recuerdo a cada una de las hermanas que con tanta paciencia me cuidaron, me corrigieron y me enseñaron el camino… de todas y cada una recibí tanto… Y mi corazón estalla al recordar a alguien con tu mismo nombre que me trajo aquella alegría, esa alegría distinta, llamada consuelo que ahora vive en mí y en mi familia: Eliana, Belén, Nahuel, Aylén, Gabriel e Iriel.

Fue en tu testimonio de la práctica del bien, la generosidad, la amistad y la vida en comunión que tu presencia se hizo cada vez más viva en mí y en mi familia. De esa forma, tus huellas, que son las huellas de tus hijas, se convirtieron en mis raíces y con esas mismas actitudes, nuestra familia trata de vivir en caridad. Madre María Rosa, siempre recibí bendiciones. Entre ellas, Eliana, mi esposa. Gracias a su perseverancia (seguramente ya la habías elegido) entramos al colegio en Tafí Viejo. Desde ese momento nuestra vida cambió, y nuestros proyectos ya no fueron nuestros. Comenzamos a formar parte del tuyo. Ya no caminamos solos. Y caminamos seguros, porque sabemos que tu compañía nos lleva hacia Dios. Quiero decir que escribir no es mi mejor virtud. Espero que se sienta que cada una de estas palabras está en mi corazón, que pudo probar, gracias a nuestra Madre, “cuán dulce es Dios” Que el Señor y María, Madre de todo consuelo, cubra con su manto y dé fuerzas a cada una de las Hermanas de la Consolación para que siempre esté encendido con la llama del Espíritu Santo su carisma, el Consuelo. Luis Marcelo Rojas

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Desde el Colegio de Maracay (Venezuela) compartimos esta hermosa experiencia. Una pare je constante del corazón de la Madre: la Caridad como impulso que nos mueve a vivir. Todo aqu composición que no nos deja indiferentes. Un grupo de alumnos pusieron sus manos, creat

Como hijos de una madre caritativa, dulce y justa, así nos sentimos en brazos de Santa María Rosa Molas, quien nos pide a cada instante no desmayar y hacer perecedera su obra en cada misión a lo largo y ancho del mundo… Es por esto que nos lanzamos a la maravillosa aventura de pintar este mural en una de las calles más transitadas de acceso a nuestro Colegio ubicado en Maracay-Venezuela. Para nosotros pintar el mural significó una emoción muy grande, porque con él damos a conocer quién es María Rosa Molas, a decir a la ciudad entera que es su caridad la que nos mueve y fue un gran reto que ella nos ayudó a culminar por lo grande de las dimensiones que tiene el mismo. Dios ilumina a cada persona y con el arte enseñamos el ejemplo de Su amor y de cómo amar al

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prójimo y además, el ser CONSOLACIÓN, nos lleva a ello, a ser en el camino una luz de esperanza porque con Dios se puede lograr lo imposible, por eso ese mensaje queda a todo el que transita a diario por esta calle.


ared de la parte exterior del Colegio se ha convertido ahora en un mensaaquel que camina por la calle se encuentra con un mensaje, un gesto, una eatividad, talento y voluntad para conseguir este hermoso resultado. GRACIAS MADRE, TU AMOR Y CARIDAD NOS MOVIÓ A HACERLO... NO nos importó sol ni calor, nos importó que todo vale la pena por tí. En este año Bicentenario dedicado a tí, alumnos y profesores: Anthony Contreras, Pedro Flores, Miguel Pérez, Rafael Sanoja, (alumnos de 4º año de Laboratorio Clínico), Prof. Francesco Massaro (Dibujo Técnico) Maribel Martins (Equipo de Pastoral).

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TERNURA DE MADRE La ternura es un sentimiento grande y noble que engrandece a la persona. La persona que posee ternura es capaz de manifestar afecto, dulzura y simpatía. Hay muchas cosas y situaciones que despiertan ternura: la inocencia o la candidez de un niño, las personas desvalidas, el sufrimiento, el dolor… Decimos que se puede hablar con ternura, mirar con ternura, abrazar con ternura. Ternura es ser sensible ante las situaciones del otro. La ternura es el arte de “sentir” a la persona, al ser humano en su totalidad. La ternura está en aquello que parece pequeño pero que se hace grande en el corazón. El beso sincero, el apretón cálido de manos, el abrazo inesperado, una mirada llena de cariño que nos dice: ¡estoy aquí, puedes contar conmigo! La ternura parece por momentos olvidada. El Papa Francisco en varias ocasiones ha hecho referencia a esta virtud:

“¡Cuánta necesidad de ternura tiene el mundo de hoy!”. “¿Tenemos el coraje de acoger con ternura las situaciones difíciles y los problemas de quien está a nuestro lado, o bien preferimos soluciones impersonales, quizás eficaces pero sin el calor del Evangelio?”

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En la Exhortación apostólica Alegria del Evangelio, el Papa dice:

“Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes (…) Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización”. (288) La Ternura es una virtud característica del Dios Padre – Madre. Hace referencia a las entrañas de una madre, que no es indiferente a la realidad de sus hijos. Que se conmueve, abraza, acaricia, extiende sus brazos, sostiene, levanta. “Nos colmará de gracia y ternura. Como un padre siente ternura por sus hijos, así siente el Señor ternura por sus fieles” (Salmo 103,13) “Como un hijo al que su madre consuela, así los consolaré yo a ustedes” (Isaías 66,13) «Apareció la ternura y el amor de Dios en Jesús» (Tit 3,4). En Jesús encontramos el camino para crecer en la ternura. El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura.


Podemos contemplar así, bajo esta virtud, a María Rosa y su especial sensibilidad y delicadeza de corazón que le hacen percibir las mínimas necesidades de los demás María Rosa siente particular ternura por los niños. Una hermana le sorprende en la sala. La Madre está de rodillas y el pequeño recita en su cunita una oración. En el rostro de la Madre asoma toda la bondad de su corazón y en sus ojos hay lágrimas. La Hermana, que la contempla desde la puerta, se queda en silenciosa admiración al percibir allí el eco de una ternura maternal.

Seamos canales donde la ternura de Dios pueda comunicarse y ser expresión de su consolación. Podemos preguntarnos:

¿Ofreces aprecio, afecto, acogida y ternura en tu cotidiano vivir? ¿Ofreces gestos de ternura a las personas que Dios pone en tu camino? ¿Cómo expresas tu ternura con las personas que vives? Ofreces una ternura universal, o está mediatizada por dependencias afectivas de algún tipo?

Amable y bondadoso, dulce y atrayentes, son los calificativos que dan a su trato las personas que la conocieron. Sabe escuchar con bondad, acoge a todos. Esta dulzura de carácter es expresión externa del amor que siente por el prójimo. Siente amor y trasmite amor. Dulzura de trato, como reflejo de la bondad, amor y misericordia de Dios a través de su vida. En los pequeños detalles de la vida, es como la Madre va cultivando esta ternura característica de las madres, distintiva de Dios. La Madre mira a María y en ella encuentra la fuente de ternura, bondad y dulzura. Para María Rosa, María es la madre bondadosa, dulce, acogedora, es la madre de consolación, “sacramento de la ternura maternal de Dios”

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Impremta Querol, SL

acogió en nstancias u c ir c s a d ífica oras y en to rójimo, pac p l e d d “A todos h tu la inquie SMaROSA su corazón aridad” @ HUELLA C e d ra je e cons “Su humild ad me con fundía, su gratitud era grande, dic ie muy n do muchas Dios se lo veces: pague” @ HUELLA SMaROSA

ndo. do el mu o t r o p de de e expan solación s n , o e c r d la a e ncia M uella d Tu prese , descubre la h e v Quien te ROSA LASMa Dios. @HUEL

Te invitamos a compartir tu propio tweet de María Rosa Molas, y seguirnos en nuestra cuenta. Comparte la huella que la Madre va dejando en ti en un mensaje. Seleccionaremos algunos de los tweet para ser publicados en este espacio... @HUELLASMaROSA HH. Ntra. Sra. de la Consolación Santa María Rosa Molas, 2 • 43590 Jesús-Tortosa (Tarragona)


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