EDITORIAL INICIANDO UN NUEVO CAMINO DE RETOS Y GRANDES DECISIONES
A lo largo de dos años, la Iglesia Católica estuvo reflexionando sobre los retos que enfrenta la familia, conociendo el papel trascendental que ésta tiene para que cualquier sociedad siga en pie. El documento sobre las conclusiones del Sínodo contiene la riqueza que se forja en las familias, pues explica su significado, los obstáculos que hoy afronta; pero, sobre todo, las áreas de oportunidad para lograr tener cada día mejores y más sólidas familias. Pues bien, la Iglesia ya tiene muy claro que para acoger a la familia se necesita una mirada de comprensión, sobre todo si ésta atraviesa por realidades dolorosas como la soledad, enfermedades, desempleo, crisis, entre otros. En esta edición de la Revista Edificando Familias, que hemos titulado “Iniciando un nuevo camino de retos y grandes decisiones”, queremos proponer hacer una reflexión desde la intimidad de las familias, quienes viven el día a día de sus desafíos y quienes tienen la misión de llevarla adelante, insistiendo que sólo el camino que nos
conduce hacia Jesús puede darnos la certeza que venceremos los grandes retos de la familia. Los jóvenes, los niños y la generación que nos sucede necesitan ver el testimonio de las cosas buenas del matrimonio y la familia, por eso queremos invitar a que las familias de mayor edad se involucren con las más jóvenes. Se ha insistido en que la formación para los futuros matrimonios es fundamental, pero que esta formación se tiene que dar desde la infancia y para ello el testimonio de las parejas más maduras es pieza clave, como diría el Papa Paulo VI: “El mundo no necesita maestros, sino testigos”. Pues justo eso, es lo que ha trabajado y promovido el Movimiento de Encuentros Conyugales por más de 38 años en nuestro país. Formando matrimonios que han vivido una experiencia personal con Dios, dando paso a vivir un Encuentro Conyugal y testimoniando desde su propia realidad la grandeza de un Dios vivo y del plan de salvación para las familias. Los niños y jóvenes no sólo necesitan que les digamos cómo formar los mejores matrimonios para ser mejores padres o esposos. Hoy, los jóvenes, la comunidad, nuestra iglesia y el mundo entero necesitan ver el testimonio de las cosas buenas del matrimonio y la familia. Esperamos que en esta edición encuentren las luces para vencer los grandes retos en sus familias.
LA VOZ DEL PAPA COMUNICACIÓN Y MISERICORDIA, UN ENCUENTRO FECUNDO 22 de enero de 2016
Queridos hermanos y hermanas, El Año Santo de la Misericordia nos invita a reflexionar sobre la relación entre la comunicación y la misericordia. En efecto, la Iglesia, unida a Cristo, encarnación viva de Dios Misericordioso, está llamada a vivir la misericordia como rasgo distintivo de todo su ser y actuar. Lo que decimos y cómo lo decimos, cada palabra y cada gesto debería expresar la compasión, la ternura y el perdón de Dios para con todos. El amor, por su naturaleza, es comunicación, lleva a la apertura, no al aislamiento. Y si nuestro corazón y nuestros gestos están animados por la caridad, por el amor divino, nuestra comunicación será portadora de la fuerza de Dios. Como hijos de Dios estamos llamados a comunicar con todos, sin exclusión. En particular, es característico del lenguaje y de las acciones de la Iglesia transmitir misericordia, para tocar el corazón de las personas y sostenerlas en el camino hacia la plenitud de lavida, que Jesucristo, enviado por el Padre, ha venido a traer a todos. Se trata de acoger en nosotros y de difundir a nuestro alrededor el calor de la Iglesia Madre, de modo que Jesús sea conocido y amado, ese calor que da contenido a las palabras de la fe y que enciende, en la predicación y en el testimonio, la «chispa» que los hace vivos. La comunicación tiene el poder de crear puentes, de favorecer el encuentro y la inclusión, enriqueciendo de este modo la sociedad. Es hermoso ver personas que se afanan en elegir con cuidado las palabras y los gestos para superar las incomprensiones, curar la memoria herida y construir paz y armonía. Las palabras pueden construir puentes entre las personas, las familias, los grupos sociales y los pueblos. Y esto es posible tanto en el mundo físico como en el digital. Por tanto, que las palabras y las acciones sean apropiadas para ayudarnos a salir de los círculos viciosos de las condenas y las venganzas, que siguen enmarañando a individuos y naciones, y que llevan a expresarse con mensajes de odio. La palabra del cristiano, sin embargo, se propone hacer crecer la comunión e, incluso cuando debe condenar con firmeza el mal, trata de no romper nunca la relación y la comunicación. Quisiera, por tanto, invitar a las personas de buena voluntad a descubrir el poder de la misericordia de sanar las relaciones dañadas y de volver a llevar paz y armonía a las familias y a las comunidades. Todos sabemos en qué modo las viejas heridas y los resentimientos que arrastramos pueden atrapar a las personas e impedirles comunicarse y reconciliarse. Comunicar significa compartir, y para compartir se necesita escuchar, acoger. Escuchar es mucho más que oír. Oír hace referencia al ámbito de la información; escuchar, sin embargo, evoca la comunicación, y necesita cercanía. Escuchar nunca es fácil. A veces es más cómodo fingir ser sordos. Escuchar significa prestar atención, tener deseo de comprender, de valorar, respetar, custodiar la palabra del otro. También los correos electrónicos, los mensajes de texto, las redes sociales, los foros pueden ser formas de comunicación plenamente humanas. No es la tecnología la que determina si la comunicación es auténtica o no, sino el corazón del hombre y su capacidad para usar bien los medios a su disposición. En un mundo dividido, fragmentado, polarizado, comunicar con misericordia significa contribuir a la buena, libre y solidaria cercanía entre los hijos de Dios y los hermanos en humanidad.
ACTUALIDAD FAMILIAR ESTABLECIENDO NUESTROS PROPÓSITOS COMO FAMILIA Como todo comienzo de nuevo año, así como nos trazamos propósitos materiales, también como familias cristianas católicas debiéramos proponernos metas pequeñas pero alcanzables, con respecto a nuestra formación en valores cristianos, porque debemos tomar en cuenta que la palabra puede convencer pero nuestro testimonio de vida arrastra y compromete a los demás, a imitar y seguir… como por ejemplo los hijos que honran y cuidan a su padres, tal y como aprendieron a hacerlo de sus padres hacia sus abuelos. A continuación compartimos algunos ejemplos de cómo poder mejorar nuestra actitud como familia cristiana y testificar nuestra fe. 1.
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Cuidar de nuestra salud, en todos los aspectos alimenticios, análisis médicos oportunos, visitar al médico para chequeos generales, no automedicarnos, etc. recordemos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y como tal debemos darle el valor debido, es también importante recordar que si estamos sanos nuestro servicio hacia los demás, podrá ser más efectivo. Frecuentar los sacramentos en familia: la eucaristía y la reconciliación, esta última es importante hacerla no solo una vez al año sino siempre que nuestro corazón lo necesite. Ser puntuales y perseverantes en el servicio que se nos encomienda, y todas aquellas actividades que como bautizados se nos llama. Orar en familia, en pareja y personalmente, la oración es la savia que alimenta nuestro ser y nos permite estar conectados con el Padre y hacer su voluntad y no la nuestra.. Orar en todo tiempo en bonanzas y adversidades. Instruirnos en la Fe, leyendo la biblia, los documentos que la iglesia católica nos proporciona y que nos hacen aprender, amar y poner en práctica nuestra Fe católica. Durante nuestras reuniones grupales, es importante, comenzar a no utilizar descartables que contaminan el ambiente, pongamos en práctica el cuidado de la Casa común que nos propone el Papa. Reciclemos cuanto podamos y protejamos la naturaleza, que todavía nos queda porque también así agradamos a Dios. Hacer frecuentemente obras de misericordia, coordinando con aquellas entidades como asilos, orfanatos, etc. que nos permitan abrir nuestra familia a la realidad del pobre y desamparado, que como bautizados tenemos. Evangelizar en todo momento, en casa, en la colonia, en la calle, en el trabajo, en el centro de estudios; en fin donde nos movilicemos, nuestro testimonio y nuestro comportamiento verdaderamente cristiano, harán la diferencia ante este flagelo de la violencia en nuestro país. Comer en familia y hacer de ese momento un espacio de comunicación entre padres e hijos y una demostración de amor y fraternidad, dejando de lado cualquier aparato tecnológico (llámese celular, Tablet, televisor, etc.) que interrumpa la convivencia familiar. Y por último hoy que tendremos pronto la semana Santa, vivirla a plenitud, como familia y en familia enseñando a nuestros hijos que es un tiempo de penitencia y reflexión, de ofrecernos y servirle a quién nos dió la vida para nuestra salvación.
LUZ PARA LA FAMILIA ORACIÓN PARA CUANDO TIENES MIEDO O NO VES EL CAMINO Aunque tenga miedo: ¡hágase en mí! Aunque tenga un laberinto de porqués: ¡hágase en mí! Aunque esté cansado para seguir: ¡hágase en mí! Aunque no vea el camino: ¡hágase en mí! Aunque nadie me acompañe: ¡hágase en mí!
Aunque parezca que todo lo recorrido se desvanece: ¡hágase en mí! Aunque el pasado quiera enredarme entre sus confusiones: ¡hágase en mí! Aunque las heridas parezcan aún no sanar: ¡hágase en mí! Aunque busque esconderme en la mediocridad: ¡hágase en mí! Aunque las certezas intenten escaparse: ¡hágase en mí! Aunque las opiniones de los demás me desorienten: ¡hágase en mí! Aunque un día no Te hable: ¡hágase en mí! Aunque mire sólo mis debilidades: ¡hágase en mí! Aunque me tape los oídos y los ojos del corazón: ¡hágase en mí! Aunque no sienta Tu presencia: ¡hágase en mí! Aunque a veces me enoje con Tus designios: ¡hágase en mí! Aunque tropiece y caiga con las piedras: ¡hágase en mí! Aunque me cueste creerme ser protagonista de Tus Sueños: ¡hágase en mí! ¡Hágase en mí porque nada es imposible para Tí!
JOVEN ATRÉVETE A SER DIFERENTE NO TENGAS MIEDO A LOS NUEVOS RETOS En este año que iniciamos se nos presentan gran cantidad de retos y responsabilidades a llevar a cabo para poder seguir trabajando para compartir el Reino de Dios. Muchas veces como Jóvenes tenemos miedo de llegar a fracasar con las responsabilidades que nos delegan y tenemos temor de la misión que nos encomiendan.
En este año 2016 que recién comenzamos, tenemos la bendición de comenzar un nuevo secretariado y la tarea de implementar nuevas propuestas para que los jóvenes puedan sentirse más identificados sirviendo y trabajando en la misión que nos encomendó Cristo, el Evangelizar a los Jóvenes. Este reto que aceptamos viene lleno de bendiciones, como nos dice el Papa Francisco: “Hagan lío dentro de la Iglesia”, estamos tratando de renovar la forma de vivir nuestra fe, con nuevas actividades, nuevas metodologías y con nuevos servidores. “Miedo”, muchas veces solo es una palabra que no nos gusta escuchar, porque simplemente el decir “no tengas miedo”, nos hace tambalear en nuestro camino y pensamos qué podría pasar si en algún momento llegamos a tener miedo, “Miedo” debe ser la palabra que nos impulse a mejorar, a hacer las cosas como deberíamos, para superarnos y para brindarle un mejor servicio a nuestro Señor. El Santo Padre envió el 26 de abril del año pasado, un vídeo mensaje a los jóvenes de Buenos Aires en ocasión de la Pascua de la Juventud y dijo las siguientes palabras: “Que cada uno de vosotros se encuentre con Jesús, con ese Jesús resucitado. Y os digo una cosa: ¡No tengáis miedo! ¡Mirad a Jesús, mirad a María y continuad hacia delante!”. Aceptar retos muchas veces es fácil, luchar por cumplirlos, ayudar a los demás a realizarlos y trabajar en equipo es la parte difícil, podemos encontrar un ejemplo en el evangelio cuando el joven rico le pregunta a Jesús “-¿Qué debo hacer para ganarme el reino de los cielos? Ya cumplo todos los mandamientos y soy buena persona”. Jesús le contesta: “-Deja toda tu riqueza y sígueme”, el joven rico se siente decepcionado y con miedo de dejar toda su riqueza por lo cual se va triste y no regresa para seguir a Jesús. Debemos ser personas que aceptan el reto que Cristo nos pone. Este año hemos comenzado con nuevos líderes, nuevos aprendices de la misión de Jesús y nuevos
servidores de nuestro prójimo. Aceptemos los nuevos retos, aceptemos la misión, la tarea de servir a los demás, y no tengamos miedo porque Cristo y nuestra Buena Madre nos acompañan en todo momento; pidamos fuerzas pues, para seguir adelante con este proyecto y podamos guiar a otros jóvenes en el camino hacia Jesús y en el fortalecimiento de la fe. Que Dios y Nuestra Buena Madre nos acompañen y nos bendigan siempre. Javier Chávez Encargado Área 2 (Servicio a la Comunidad) Secretaria Infanto Juvenil
MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE ACOSTUMBRA HACER PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO Probablemente sí, mucha gente los hace, al ver que tiene por delante doce meses sin estrenar, se llena de buenas intenciones, que incluyen realizar, ojalá, ahora sí, por fin, lo que dejó pendiente el año pasado y también nuevos proyectos. Pero como creyentes no podemos conformarnos con hacer los mismos propósitos que los no creyentes; los nuestros deben estar inspirados y sostenidos por Dios. Y ¿cómo se consigue eso? Con la ayuda de la Iglesia. Ella, a la que guía el Espíritu Santo, nos guía a su vez a nosotros para conocer y cumplir la voluntad de Dios. Y sabemos, por su medio, que ahora que comienza este año nuevo dentro del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, lo que Dios espera de nosotros es lo que nos ha pedido por medio de su vicario, el Papa Francisco: que seamos misericordiosos como el Padre es misericordioso. Ése es el lema de este Año Santo, y si lo tomas en cuenta, tal vez puedas incluir en tu lista los siguientes propósitos: Proponte tomar diario al menos un cuarto de hora para leer y reflexionar la Palabra de Dios. Proponte realizar una peregrinación, de preferencia con familiares y amigos, a alguno de los Santuarios, Basílicas, Catedrales o Templos en los que se ha abierto una Puerta Santa para poder obtener la indulgencia plenaria. Proponte hacer una cita con un buen confesor y realizar una buena confesión general. San Francisco de Sales la consideraba una práctica de gran provecho espiritual. Proponte perdonar a alguien a quien le has tenido rencor, tal vez por mucho tiempo. Saca el resentimiento de tu corazón, y ábrete a la gracia y a la paz del perdón. Proponte conocer más acerca de tu fe, leer cada día el Catecismo, o algún libro católico de formación espiritual. Proponte compartir tu fe con alguien alejado o no creyente; compártele tus razones para creer en Dios, para tener tu esperanza en Él, para amar. Proponte visitar a alguien que está solo, enfermo, anciano. Y si no puedes ir a verle, háblale por teléfono, lo importante es dedicarle tiempo, hacer lo que esté a tu alcance para mitigar su sufrimiento y soledad. Aparta un poco de lo que compras para comer y compártelo con alguna familia necesitada; ofrécete como voluntario para preparar o servir comida en algún albergue. Proponte realizar algún apostolado, ejercer a favor de otros, tus dones y talentos. Pregunta al párroco de tu iglesia en qué ministerio puedes participar o de qué manera le puedes ayudar en alguna labor a favor de la comunidad. Proponte no hablar mal de nadie, no comentar ni criticar los defectos de los demás. Proponte soportar con paciencia y buena voluntad a esos parientes, vecinos o personas difíciles con las que te toca convivir. Proponte algo que el Espíritu Santo te inspire y que te pueda ayudar a ser una persona misericordiosa, de aquí en adelante, no sólo en este año jubilar.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA 2624 - 2625 2624 En la primera comunidad de Jerusalén, los creyentes "acudían asiduamente a las enseñanzas de los Apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones" (Hch 2, 42). Esta secuencia de actos es típica de la oración de la Iglesia; fundada sobre la fe apostólica y autentificada por la caridad, se alimenta con la Eucaristía. 2625 Estas oraciones son en primer lugar las que los fieles escuchan y leen en las Escrituras, pero las actualizan, especialmente las de los salmos, a partir de su cumplimiento en Cristo (Cf. Lc 24, 27. 44). El Espíritu Santo, que recuerda así a Cristo ante su Iglesia orante, conduce a ésta también hacia la Verdad plena, y suscita nuevas formulaciones que expresarán el insondable Misterio de Cristo que actúa en la vida, los sacramentos y la misión de su Iglesia. Estas formulaciones se desarrollan en las grandes tradiciones litúrgicas y espirituales. Las formas de la oración, tal como las revelan las Escrituras apostólicas canónicas, siguen siendo normativas para la oración cristiana.
CARTA ENCÍCLICA - PAPA FRANCISCO LAUDATO SI - No. 64 Por otra parte, si bien esta encíclica se abre a un diálogo con todos, para buscar juntos caminos de liberación, quiero mostrar desde el comienzo cómo las convicciones de la fe ofrecen a los cristianos, y en parte también a otros creyentes, grandes motivaciones para el cuidado de la naturaleza y de los hermanos y hermanas más frágiles. Si el solo hecho de ser humanos mueve a las personas a cuidar el ambiente del cual forman parte, « los cristianos, en particular, descubren que su cometido dentro de la creación, así como sus deberes con la naturaleza y el Creador, forman parte de su fe ».36 Por eso, es un bien para la humanidad y para el mundo que los creyentes reconozcamos mejor los compromisos ecológicos que brotan de nuestras convicciones.
RINCÓN DE LA SALUD HÁBITOS SALUDABLES EN TU VIDA
Antes de empezar analiza cuáles son tus hábitos más dañinos en cuanto a salud, por ejemplo: Tienes mucho estrés, te saltas comidas, comes comida chatarra, tienes adicción al azúcar, fumas, tomas mucha soda, mucha cafeína, etc. Identifica dos o tres hábitos que quieras cambiar, recuerda que el que mucho abarca poco aprieta, haz cambios pequeños para que seas más exitosa. Puedes actuar en los hábitos que seleccionaste o te sugerimos tres de los siguientes:
1- Sonríe cada día. Aún más importante que la alimentación es bajar el estrés y ser más feliz. Ponte como meta reír más.
2- Tomar más agua. Controla el hambre, elimina toxinas y es buena para tu piel. 3- Comer más verduras. Tienen nutrientes, pocas calorías y mucha fibra. Si no comes verduras asegúrate de comerlas por lo menos en una comida al día. 4- Menos azúcar. El exceso de azúcar causa enfermedades, sobrepeso, problemas en la piel y hasta mal carácter. Observa cuanto consume y toma medidas para disminuirla. 5- Comer más Omega tres. Lo puedes lograr tomando aceite de pescado, aceite de linaza o comiendo linaza o chía. 6- Evita el estreñimiento. Para esto come alimentos con fibra. 7- Cámbiate al pan integral. Por lo menos no comas siempre pan blanco 8- Come más comida preparada en casa. Esto elimina grandes cantidades de sal, manteca, margarina y calorías. 9- Muévete. No tienes que ir al gimnasio si no lo deseas, pero es importante para la salud física y emocional llevar una vida activa. Busca actividades que te gusten y/o camina 10000 pasos al día (o su equivalente) o haz por lo menos 20 minutos de ejercicio.
DEJAD QUE LOS NIﾃ前S VENGAN A MI
A todos los niﾃｱos les deseamos... Feliz inicio del aﾃｱo Escolar Colorea y diviﾃｩrtete
El Movimiento en Movimiento Jornada de Formación y envío de Comunidades. El día sábado 23 de enero se celebró junto a representantes de las comunidades filiales del Movimiento de Encuentros Conyugales, una jornada de formación y envío al servicio que en cada lugar se desarrollará en bienestar de los matrimonios y las familias. Agradecemos a todos los matrimonios que dijeron sí al Señor y participaron con mucha alegría y entusiasmo. Su asistencia nos compromete a seguir trabajando con más dedicación.
Jornada de Formación Secretariado Nacional También el sábado 23 de enero se realizó una jornada de formación con los miembros del Secretariado Nacional, a la que asistieron todos los encargados de las diferentes unidades y secretarías de la sede central. En esta formación se reafirmó el compromiso y el deseo de servir al Señor a través del trabajo en beneficio de todas las familias y los matrimonios.
Jornada de Formación, envío y acreditación de servidores de Secretarías y Unidades de la Sede Central El día domingo 24 de enero, con mucho entusiasmo y alegría se desarrollo la jornada de formación, envío y acreditación de todos los servidores de las diferentes secretarías y unidades del Secretariado Nacional, en la misma se contó con la presencia y participación de los Secretarios Nacionales Actuales junto a los Secretarios que en períodos anteriores fueron los responsables del liderazgo del MEC; cerrando la jornada con broce de oro con un momento muy especial ante el Santísimo, donde se reafirmó el compromiso de servicio de cada matrimonio.
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