7 minute read
Dr. Esmerlin Ignacio
GUÍA DE PREVENCIÓN CARDIOVASCULAR 2021
En agosto del 2021, se presentó la guía Europea de prevención cardiovascular en la práctica clínica, la cual nos ofrece las pautas y lineamientos a seguir, con el objetivo de disminuir la carga de enfermedades cardiovasculares.
Advertisement
LA GUÍA SE DIVIDE EN DOS SECCIONES:
1.- Una sección cubre la prevención de Enfermedad Cardiovascular (ECV) a nivel individual en personas aparentemente sanas, pacientes con ECV establecida y población con diabetes, hipercolesterolemia familiar o enfermedad renal crónica.
2.- Una segunda sección cubre la prevención de las enfermedades cardiovasculares a nivel de la población, incluidas las políticas de salud pública, intervenciones y medio ambiente, medidas implementadas para reducir la contaminación del aire, uso de combustibles fósiles y la limitación de las emisiones de dióxido de carbono.
ENFOQUE DE TRATAMIENTO EN PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES (ECV).
-Los objetivos de lípidos en sangre dependerán del riesgo cardiovascular estimado: en pacientes con muy alto riesgo cardiovascular, se recomienda un colesterol (LDL) ≤ 55mg/ dl, con alto riesgo ≤ 70mg/dl y en el resto de la población ≤ 100mg/dl, como fármacos de primera línea las estatinas.
-En cuanto a los niveles tensionales se recomienda una tensión arterial sistólica ≤ 130mmhg iniciando el tratamiento con terapia combinada. -En relación al control glicémico de la diabetes mellitus la meta de la hemoglobina glicosilada ≤ 7%.
Las guías introducen un nuevo enfoque gradual de intensificación del tratamiento para lograr estos objetivos, tomando en cuenta el riesgo de (ECV), el beneficio del tratamiento de los factores de riesgos, los modificadores del riesgo, comorbilidades y las preferencias del paciente.
Las pautas de prevención de (ECV) de 2021 también abarcan los algoritmos de Estimación de riesgo coronario sistémico 2 (SCORE2) y Estimación de riesgo coronario sistémico 2 para personas mayores (SCORE2-OP) publicados recientemente. Los lineamientos presentan umbrales de riesgo específicos por edad, para tratamientos de factores de riesgos en personas aparentemente sanas, proporcionando una estimación del riesgo de (ECV) de por vida y el beneficio del tratamiento, esto permitirá a los médicos tener una discusión informada con los pacientes sobre su riesgo cardiovascular a futuro y los posibles beneficios del tratamiento.
POR PRIMERA VEZ LAS PAUTAS RECOMIENDAN:
- Dejar de fumar, independientemente si conlleva un aumento de peso en el paciente, ya que el aumento de peso no disminuye los beneficios de dejar de fumar.
- Con respecto al ejercicio, los adultos de todas las edades deben realizar por lo menos 150 a 300 minutos a la semana, de actividad física moderada, o 75 a 150 minutos a la semana, de actividad física aeróbica vigorosa. Las pautas recomiendan reducir el tiempo sedentario y realizar al menos una actividad ligera durante el día.
-Respecto a la nutrición, las guías aconsejan adoptar una dieta mediterránea o similar; restringir la ingesta de alcohol a un máximo de 100 g por semana (una bebida estándar es de 8 a 14 g); comer pescado, preferiblemente pescado graso, al menos una vez a la semana; y restringir el consumo de carne, particularmente carne procesada. - Como dato novedoso en esta guía, las pautas establecen que la cirugía bariátrica debe considerarse para las personas obesas con un riesgo elevado de (ECV) cuando una dieta saludable y el ejercicio no conducen a una pérdida de peso mantenida.
-Señalan que las personas con trastornos mentales necesitan atención y apoyo adicionales para mejorar la adherencia a los cambios en el estilo de vida y al tratamiento farmacológico.
-Aconsejan considerar la posibilidad de derivar a los pacientes con enfermedades cardíacas, estrés y ansiedad significativos a un manejo psicoterapéutico del estrés para reducir los síntomas mejorar los resultados (CV). Especial énfasis en las personas mayores de 70 años, como debemos abordar y estratificar los factores de riesgos en dichos pacientes.
Esta guía viene a resaltar una prevención cardiovascular integral, con la participación del ministerio de salud, los profesionales de la salud, la familia y cada persona de manera individual y entender “Que la salud es
responsabilidad de todos”.
Dr. Esmerlin Ignacio CARDIÓLOGO INTERNISTA ECOCARDIOGRAFISTA
esmerlinignacio
¿CÓMO PROMOVER UNA RELACIÓN SALUDABLE CON LA COMIDA DESDE LA INFANCIA?
Este artículo se enfoca en desglosar algunos aspectos que se han visto como prácticas que NO ayudan a generar una relación saludable con la comida, y que es preferible evitar hacer.
Para tener una relación armoniosa con la comida y con el propio cuerpo de adultos, construir una base sólida desde la infancia podría ser un gran regalo de los padres o cuidadores primarios a sus hijos. Si bien es cierto que la conducta alimentaria está determinada por múltiples factores, como lo son: aspectos genéticos, psicológicos y socioculturales; la influencia de los padres frente a la conducta alimentaria de los hijos puede favorecer o afectar negativamente, dependiendo de las actitudes, hábitos y creencias que se tengan. Por tanto, si los padres se educan desde la prevención y trabajan en promover una relación saludable de sus hijos con la alimentación, podrían disminuir parte de los factores de riesgo de un Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA) en el futuro, y aportar a que sus hijos tengan una vida más plena.
Lo que NO ayuda a generar una relación saludable con la comida: algunos aspectos a EVITAR.
- Generar distracciones durante las
comidas: exponerlos a pantallas, juguetes, o el muy conocido “avioncito” son prácticas que los desconectan de sus propias señales de hambre y saciedad, y los llevan a comer por razones externas o en modo automático.
- Obligar a comer: “no te paras de la mesa hasta que te termines todo el plato”, perseguirlos por la casa para que coman, forzarles a abrir la boca. Promueve un mayor rechazo hacia la comida y que lo que hagan sea en base al miedo o frustración; en general se logra el efecto contrario al deseado.
- Los chantajes:
“esta cucharadita por mamá” “papá se pone muy triste si no te terminas tu comida”. Este tipo de abordaje promueve que los niños estén más vulnerables a realizar cosas por los demás en vez de por ellos mismos, les desconecta de sus propias señales, y manda el mensaje de que son responsables del sentimiento de los demás, generando culpa.
- Premios o
castigos: “te ganas el chocolate si te terminas el coliflor” “si no te comes toda la comida no sales
- Hablar de problemas y tensiones durante las
comidas. Se ha asociado conflictividad familiar en la mesa con conductas de pérdida de control con la comida en los niños.
- Catalogar alimentos como “buenos” o “malos”, o tener alimentos prohibidos.
Pueden promover comportamientos inadecuados con la comida, sentimientos de culpa, y en general lo “prohibido” tiende a generar mayor deseo.
- Críticas y burlas sobre el cuerpo o las cantidades
que se comen. Este tipo de comentarios influye en la propia imagen corporal de los niños y en posibles conductas inadecuadas con la alimentación en el futuro.
Es posible que muchas de las prácticas nombradas hayan sido aprendidas, “que así fue como nos criaron”, o se hacen para generar un cambio en la conducta alimentaria de los niños con la mejor de las intenciones. Sin embargo, la literatura científica actual demuestra que NO ayudan, y tienden a perpetuar la problemática o empeorar la relación de los niños con la alimentación. Por lo que la invitación es a generar conciencia, y poco a poco trabajar en realizar los cambios para contribuir a que los niños tengan una relación con la comida más satisfactoria.
BIBLIOGRAFÍA:
Hebebrand, J., & Herpertz-Dahlmann, B. (2019). Trastornos de la Conducta Alimentaria y Obesidad en niños y adolescentes. 1era ed. Barcelona: Elsevier España.
Scaglioni S., Cosmi V.D., Ciappolino V., Parazzini F., Brambilla P., & Agostoni C. (2018). Factors influencing children’s eating behaviours. Nutrients, 10, 706; 1-17. doi:10.3390/ nu10060706.con tus amiguitos” “Como sacaste buenas notas te compro el helado”. Coloca ciertos alimentos en posición de superioridad frente a otros y a la larga no se mantiene el hábito de consumirlos, se asocia la comida con ciertas conductas que fomentan que se motiven a hacer o dejar de hacer algo por razones externas en vez de internas.
- Dar alimentos como forma de compensación
emocional: “No estés triste por eso, mejor vamos a pedir una pizza”. Se aprende a evadir sentimientos desagradables con comida, no les ayuda a lidiar directamente con sus propias emociones.
Lic. María Paola Hernández
PSICÓLOGA CLÍNICA, MÁSTER EN TCA Y OBESIDAD, PSICOLOGÍA BARIÁTRICA